El Cuartelazo felicista
o sea
La Decena Trágica en México
Samuel Margarito Lozano
Sangrientos sucesos ocurridos en México del 9 al 19 de febrero de 1913
Oigan, nobles ciudadanos,
prestadme vuestra atención
voy a cantar un corrido
de la actual Revolución.
Reyes y don Félix Díaz
echaron muy bien su trato
y para vengar rencores
idearon un cuartelazo.
Señores tengan presente,
que el día nueve de febrero
Mondragón y Félix Díaz
se alzaron contra Madero.
Era jefe Mondragón
del Segundo Regimiento
y salió de Tacubaya
para México en su intento.
Daba el reloj ese día
las siete de la mañana
cuando a México llegó
Mondragón con fuerza armada.
Dio libre a Bernardo Reyes
y después a Félix Díaz,
para avanzar a Palacio
reunieron las compañías.
Don Félix le dijo a Reyes
con audacia y con cautela
"Si usted asalta el Palacio
yo tomo la Ciudadela".
Reyes con todas sus tropas
su valor quiso mostrar,
y al acercarse a Palacio
la muerte vino a encontrar.
Allí cayó muerto Reyes
por una bala certera
y muchos muertos y heridos
se miraban por doquiera.
A las diez de la mañana
del día nueve de febrero
se dirigió hacia el Palacio
el presidente Madero.
Luego que llegó a Palacio
por el pueblo fue aplaudido
porque deveras ese hombre
de todos se hizo querido.
Con su estandarte glorioso
que en la mano lo traía,
recorrió todas las calles
pues temor no conocía.
Madero, estando en Palacio,
dijo: "qué ingrata es mi suerte,
doy mi vida por el pueblo,
yo no le temo a la muerte".
Mandó llamar a Blanquet
que en Toluca se encontraba
sin saber el presidente
que Blanquet lo traicionaba.
Cuando a México llegó
con sus tropas ya bien listas
se proclamó partidario
de las fuerzas felicistas.
Huerta le dijo a Madero
con palabra traicionera:
"Si usted me confía las tropas
yo tomo la Ciudadela".
El presidente le dijo:
"eso lo voy a ordenar
aunque yo sé demasiado
que usted me va a traicionar".
Luego Riveroll e Izquierdo
los dos con nefanda astucia
al presidente Madero
le pidieron su renuncia.
Madero les contestó
"No presento mi retiro
yo no me hice presidente,
fui por el pueblo elegido".
El presidente les dijo,
"quién fue el que los mandó"
y sacando su revólver,
el pecho les traspasó.
Don Aureliano Blanquet
le dijo al señor Madero,
cogiéndole por los hombros:
"dese usted por prisionero".
Terminaron los combates
el dieciocho de febrero,
quedando allí prisioneros
Pino Suárez y Madero.
Muchos soldados, ya muertos,
en Palacio y Ciudadela
fueron sus restos quemados
en los campos de Balbuena.
La sangre corrió a torrentes
pero era sangre de hermanos
siendo culpables de todo
ambiciosos mexicanos.
Huerta por sus partidarios
se hizo solo presidente,
luego que subió al poder
a Madero le dio muerte.
El veintidós de febrero
fecha de negros pesares,
mandó Huerta asesinar
a Madero y Pino Suárez.
El Presidente Madero
a Huerta le hizo favores,
un bien con un mal se paga
eso es muy cierto, señores.
Cárdenas fue el asesino
que hizo el tan chula gracia
de asesinar a dos héroes
Padres de la Democracia
Aquí terminan los versos
y si han logrado gustar,
son compuestos por Lozano,
un coplero popular.
Del 9 al 19 de febrero de 1913, el cuartelazo felicista, o la Decena Trágica, puso en entredicho la legitimidad militar del presidente Francisco I. Madero, quien, a su vez, había confiado en el general Victoriano Huerta para sofocar la rebelión. La caída de Madero se precipitó con la traición de Victoriano Huerta, quien se adhirió a las fuerzas rebeldes en el Pacto de la Ciudadela; lugar donde se dieron los más fuertes combates, realizado en el interior de la embajada estadounidense; con la anuencia del embajador Henry Lane Wilson. En el corrido se menciona al coronel Jiménez Riveroll y al mayor Izquierdo, quienes trataron de asesinar al presidente Madero en el Palacio Nacional el 18 de febrero, aunque, en esa ocasión, Madero fue defendido por el capitán Gustavo Garmendia.
Existen múltiples versiones de corridos sobre la Decena Trágica, dentro de las que se encuentra la de Daniel Castañeda, que cuenta con 250 cuartetas que relatan en detalle el proceso que llevó al poder a Victoriano Huerta, aquí ofrecemos la versión de Samuel Margarito Lozano.
(Tomado de: Avitia Hernández, Antonio - Corrido Histórico mexicano (1910-1916) Tomo II. Editorial Porrúa, colección “Sepan cuántos…” #676. México, D.F. 1997)
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