La intrigante Juxtlahuaca
Si a usted le interesa la pintura mural mexicana, desde sus raíces más remotas, en la Av. Guerrero Núm. 26 de Chilpancingo, Gro., le facilitarán el acceso a las grutas de Juxtlahuaca. Ahí, entre portentosas formaciones de piedra calcárea blanca, negra y rosada, verá en la "Sala de los Apaches" una de las pinturas más intrigantes por su arte y su simbolismo. Heine-Geldern afirma que abundan las evidencias de un intercambio de conceptos o de ideas entre estas pinturas y algunas orientales; la similitud de motivos y el tratamiento de los mismos para ese ir más allá de la casualidad.
También Miguel Covarrubias se ha embelesado ante esa singular obra maestra rupestre y ha escrito de ella encendido elogios. Antonio Hernández S., una de las máximas autoridades en espeleología guerrerense, es el autor de un excelente folleto editado por el Departamento de Turismo de Guerrero. Se lo recomendamos.
Una visita a estas grutas, quizá más espectaculares que las de Cacahuamilpa, constituye parte obligada del conocimiento de la belleza que nos rodea en un país de prodigios.
La ruta: México-Petaquillas (11 km después de Chilpancingo), y por Tepechicotlán y Quechultenango hasta Colotlipa; si no ha llovido mucho hasta ahí llega el carro. Déjelo y use el servicio de caballos; son sólo ocho kilómetros maravillosos, a lo largo del Río Blanco y su tropical vegetación, hasta la boca de la gruta. Lleve lámpara eléctrica y pilas de repuesto, así como un swéater; hace frío y la emoción lo aumenta.
(Tomado de: Möller, Harry. México Desconocido. INJUVE, México, D. F., 1973)
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