XVI
DEL PECE TIBURON
Mes y medio gastó Cortés en lo que tenemos dicho hasta agora después que dejó a Cuba. Partióse Cortés desta isla [Cozumel], dejando a los naturales della muy amigos de españoles; y tomando mucha cera y miel que le dieron pasó a Yucatán, y fuese pegado a tierra para buscar el navío que le faltaba, y cuando llegó a la punta de las Mujeres calmó el tiempo, y estúvose allí dos días esperando viento; en los cuales tomaron sal, que hay allí muchas salinas, y un tiburón con anzuelo y lazos. No le pudieron subir al navío porque daba mucho lado, que era chico y el pez muy grande. Desde el batel le mataron en la agua y le hicieron pedazos, y así le metieron dentro en el batel, y de allí en el navío, con los aparejos de guindar. Hállaronle dentro más de quinientas raciones de tocino, en que, a lo que dicen, había diez tocinos que estaban a desalar colgados alrededor de los navíos; y como el tiburón es tragón, que por eso algunos le llaman ligurón, y como halló aquel aparejo, pudo engullir a su placer. También se halló dentro de su buche un plato de estaño que cayó de la nao de Pedro de Alvarado, y tres zapatos desechados, y más un queso.
Esto afirma de aquel tiburón; y cierto él traga tan desaforadamente, que parece increíble; porque yo he oído jurar a Dios a personas de bien, que han visto muchas veces estos tiburones muertos y abiertos, que se han hallado dentro dellos cosas, que si no las vieran, las tuvieran por imposibles; como decir que un tiburón se tragó uno, y dos, y más pellejos de carneros con la cabeza y cuernos enteros, como los arrojan a la mar, por no pelarlos.
Es el tiburón un pece largo y gordo, y algunos de ocho palmos de cinta y de doce pies en luengo. Muchos dellos tienen dos órdenes de dientes, una junto a otra, que parescen sierra o almenas; la boca es a proporción del cuerpo, el buche disforme de grande. Tiene el cuero como tollo. El macho tiene dos miembros para engendrar, y la hembra no más de uno, la cual pare de una vez veinte y treinta tiburoncillos y aun cuarenta. Es pescado que acomete a una vaca y a un caballo cuando pace o bebe orillas de los ríos, y se come un hombre, como quiso hacer uno al Calachuni de Acuzamil [Cozumel], que le cortó los dedos de un pie cuando no lo pudo llevar entero, como le socorrieron. Es tan goloso, que se va tras una nao, por comer lo que ella echan y cae, quinientas y aun mil leguas; y es tan ligero, que anda más que ella aunque lleve más próspero tiempo, y dicen que tres tanto más, porque al mayor correr de la nave le da él dos y tres vueltas al rededor, y tan somero, que se paresce y ve cómo lo anda. No es muy bueno de comer por ser duro y desabrido, aunque bastesce mucho un navío hecho tasajos en sal o al aire.
Cuentan aquellos de la armada de Cortés que comieron del tocino que sacaron al tiburón del cuerpo, que sabía mejor que lo otro, y que muchos conocieron sus raciones por las ataduras y cuerdas.
(Tomado de: López de Gómara, Francisco. Historia de la conquista de México. Estudio preliminar y apéndices de Silvia L. Cuesy. Editorial Océano de México, S.A. de C.V., México, Distrito Federal, 2003).
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