jueves, 9 de noviembre de 2023

Los mariachis

 


Los mariachis

¡Ay, Jalisco, no te rajes!

Los verdaderos mariachis -porque los hay de aquí, de la Candelaria de los Patos- son de Jalisco, para más señas, de Tecalitlán o Cocula. Su asiento natural en México es, o era, la plaza de Garibaldi, frente al Tenampa. En Guadalajara, el Parián de Tlaquepaque.

Los hay de sombrero ancho y galoneado, para apantallar turistas; porque el auténtico suyo es de copa y ala corta y remangada. El zapato de una pieza; el pantalón ajustado y sobrio; la blusa, campera.

"¡Suena el arpa vieja, llora el guitarrón!..." No tiene vuelta de hoja, se necesita ser de palo, sin alma en el cuerpo, para no sentir que hierve el pecho en la agreste varonía de sus canciones. Esas de reto ranchero y de amor rendido -porque todavía los valientes lloran-. Y el guitarrón, el clarinete, la guitarra, los violines, el flautín y el requinto . Y Guadalajara, La Culebra, Atotonilco, Chapala, Virgencita de Talpa, Échame a mí la culpa... rasgan, castor y lentejuela, el pasmo nocturno; nomás para darle gusto al gusto y, en buche de tequila, echarse chiquito el mar. En la madrugada de arrayán aromado, prender el ex voto de la serenata…

Un día, ya lejano, aquel genio impetuoso que se nombraba Silvestre Revueltas convocó en Tecalitlán a los mariachis. Embraveció un mar de sombreros altivos e instrumentos gozosos y él -Poseidón ordenando las olas- pasó de la mañana a la noche dirigiendo una sola música, El Maracumbé: "Yo soy el Maracumbé, el rey de todos los sones".

Mariachis, despectivamente, les llaman en México aquellos acostumbrados a recibir puñalada de pícaro, en vez de la llana nobleza. 


(Tomado de: Cortés Tamayo, Ricardo (texto) y Alberto Beltrán (Dibujos) – Los Mexicanos se pintan solos. Juego de recuerdos I. El Día en libros. Sociedad Cooperativa Publicaciones Mexicanas S.C.L. México, D. F., 1986)

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