lunes, 20 de noviembre de 2023

Edward R. Roybal

 


Edward R. Roybal 

Hijo de una familia de clase media méxico-americana nació, en 1916 en Albuquerque, Nuevo México. A la edad de 4 años se mudó a Los Ángeles. Después de graduarse de la Universidad de California en Los Ángeles y la universidad de Southwestern, Roybal inició su labor como trabajador social y educador en salud, a finales de la década de los treinta. Tras su participación en la Segunda Guerra Mundial, ya de regreso en California, un grupo de méxico-americanos forma la asociación Community Services Organization (CSO) para lanzarlo como candidato al Ayuntamiento de Los Ángeles en 1947. La derrota de Roybal sirvió para que la CSO se diera a la tarea de registrar a un buen número de votantes mexicano-americanos que aseguraron en 1969 su elección como Concejal en el Ayuntamiento de Los Ángeles. Así, se convirtió en el primer mexicano que formara parte de dicho ayuntamiento desde 1881. Tras varias reelecciones, Roybal se mantuvo en este cargo por trece años. En 1962 fue electo para la Cámara de Representantes y sentó de nuevo precedente como el primer mexicano-americano del Condado de Los Ángeles en el Congreso Federal. Durante sus treinta años en el Congreso Roybal trabajó con gran tenacidad a favor de reformas sociales y económicas. En 1967 introdujo la primera acción federal de educación bilingüe. Como presidente del Caucus Hispano en 1982, dirigió la oposición contra sanciones a empleadores de trabajadores indocumentados. A lo largo de su carrera el Congresista luchó por la participación ciudadana de los hispanos en todos los niveles de gobierno. [Falleció en 2005, en California] Su hija Lucille Roybal Allard es ahora diputada federal demócrata, la primer mujer mexicano-norteamericana electa para el Congreso.


(Tomado de: Diaz de Cossío, Roger; et al. Los mexicanos en Estados Unidos. Sistemas Técnicos de Edición, S.A. de C. V. México, D. F., 1997)

jueves, 16 de noviembre de 2023

Tzotziles

 


Tzotziles 

su nombre deriva de sots'il winik, que significa "hombre murciélago". Viven sobre todo en la región de Los Altos, alrededor de San Cristóbal, por el noreste hasta Simojovel y por el sureste rumbo al río Grijalva (Venustiano Carranza). Colindan al oriente con los tzeltales, al norte con los choles y al norte y poniente con los zoques. Hay una gran migración hacia las ciudades, principalmente a San Cristóbal, y a haciendas o fincas cafetaleras, sobre todo dentro de Chiapas, donde ofrecen su mano de obra, aunque están muy arraigados a su tierra y la migración es sólo temporal. Sus asientos principales son: San Juan Chamula, San Cristóbal de las Casas, Zinacantán, San Pedro Chenalhó, Simojovel, Chalchihuitán, El Bosque, Huixtán, Venustiano Carranza, San Andrés Larráinzar, Pantelhó e Ixtapa.


(Tomado de: Recorridos por Chiapas. Guía visual. Arqueología, Naturaleza e Historia. Arqueología Mexicana, Edición especial #20. Editorial Raíces, México, 2006)

lunes, 13 de noviembre de 2023

Del pece tiburón, 1519

 


XVI

DEL PECE TIBURON


Mes y medio gastó Cortés en lo que tenemos dicho hasta agora después que dejó a Cuba. Partióse Cortés desta isla [Cozumel], dejando a los naturales della muy amigos de españoles; y tomando mucha cera y miel que le dieron pasó a Yucatán, y fuese pegado a tierra para buscar el navío que le faltaba, y cuando llegó a la punta de las Mujeres calmó el tiempo, y estúvose allí dos días esperando viento; en los cuales tomaron sal, que hay allí muchas salinas, y un tiburón con anzuelo y lazos. No le pudieron subir al navío porque daba mucho lado, que era chico y el pez muy grande. Desde el batel le mataron en la agua y le hicieron pedazos, y así le metieron dentro en el batel, y de allí en el navío, con los aparejos de guindar. Hállaronle dentro más de quinientas raciones de tocino, en que, a lo que dicen, había diez tocinos que estaban a desalar colgados alrededor de los navíos; y como el tiburón es tragón, que por eso algunos le llaman ligurón, y como halló aquel aparejo, pudo engullir a su placer. También se halló dentro de su buche un plato de estaño que cayó de la nao de Pedro de Alvarado, y tres zapatos desechados, y más un queso.

Esto afirma de aquel tiburón; y cierto él traga tan desaforadamente, que parece increíble; porque yo he oído jurar a Dios a personas de bien, que han visto muchas veces estos tiburones muertos y abiertos, que se han hallado dentro dellos cosas, que si no las vieran, las tuvieran por imposibles; como decir que un tiburón se tragó uno, y dos, y más pellejos de carneros con la cabeza y cuernos enteros, como los arrojan a la mar, por no pelarlos.

Es el tiburón un pece largo y gordo, y algunos de ocho palmos de cinta y de doce pies en luengo. Muchos dellos tienen dos órdenes de dientes, una junto a otra, que parescen sierra o almenas; la boca es a proporción del cuerpo, el buche disforme de grande. Tiene el cuero como tollo. El macho tiene dos miembros para engendrar, y la hembra no más de uno, la cual pare de una vez veinte y treinta tiburoncillos y aun cuarenta. Es pescado que acomete a una vaca y a un caballo cuando pace o bebe orillas de los ríos, y se come un hombre, como quiso hacer uno al Calachuni de Acuzamil [Cozumel], que le cortó los dedos de un pie cuando no lo pudo llevar entero, como le socorrieron. Es tan goloso, que se va tras una nao, por comer lo que ella echan y cae, quinientas y aun mil leguas; y es tan ligero, que anda más que ella aunque lleve más próspero tiempo, y dicen que tres tanto más, porque al mayor correr de la nave le da él dos y tres vueltas al rededor, y tan somero, que se paresce y ve cómo lo anda. No es muy bueno de comer por ser duro y desabrido, aunque bastesce mucho un navío hecho tasajos en sal o al aire.

Cuentan aquellos de la armada de Cortés que comieron del tocino que sacaron al tiburón del cuerpo, que sabía mejor que lo otro, y que muchos conocieron sus raciones por las ataduras y cuerdas.


(Tomado de: López de Gómara, Francisco. Historia de la conquista de México. Estudio preliminar y apéndices de Silvia L. Cuesy. Editorial Océano de México, S.A. de C.V., México, Distrito Federal, 2003).

jueves, 9 de noviembre de 2023

Los mariachis

 


Los mariachis

¡Ay, Jalisco, no te rajes!

Los verdaderos mariachis -porque los hay de aquí, de la Candelaria de los Patos- son de Jalisco, para más señas, de Tecalitlán o Cocula. Su asiento natural en México es, o era, la plaza de Garibaldi, frente al Tenampa. En Guadalajara, el Parián de Tlaquepaque.

Los hay de sombrero ancho y galoneado, para apantallar turistas; porque el auténtico suyo es de copa y ala corta y remangada. El zapato de una pieza; el pantalón ajustado y sobrio; la blusa, campera.

"¡Suena el arpa vieja, llora el guitarrón!..." No tiene vuelta de hoja, se necesita ser de palo, sin alma en el cuerpo, para no sentir que hierve el pecho en la agreste varonía de sus canciones. Esas de reto ranchero y de amor rendido -porque todavía los valientes lloran-. Y el guitarrón, el clarinete, la guitarra, los violines, el flautín y el requinto . Y Guadalajara, La Culebra, Atotonilco, Chapala, Virgencita de Talpa, Échame a mí la culpa... rasgan, castor y lentejuela, el pasmo nocturno; nomás para darle gusto al gusto y, en buche de tequila, echarse chiquito el mar. En la madrugada de arrayán aromado, prender el ex voto de la serenata…

Un día, ya lejano, aquel genio impetuoso que se nombraba Silvestre Revueltas convocó en Tecalitlán a los mariachis. Embraveció un mar de sombreros altivos e instrumentos gozosos y él -Poseidón ordenando las olas- pasó de la mañana a la noche dirigiendo una sola música, El Maracumbé: "Yo soy el Maracumbé, el rey de todos los sones".

Mariachis, despectivamente, les llaman en México aquellos acostumbrados a recibir puñalada de pícaro, en vez de la llana nobleza. 


(Tomado de: Cortés Tamayo, Ricardo (texto) y Alberto Beltrán (Dibujos) – Los Mexicanos se pintan solos. Juego de recuerdos I. El Día en libros. Sociedad Cooperativa Publicaciones Mexicanas S.C.L. México, D. F., 1986)

lunes, 6 de noviembre de 2023

El terrible culto a la Santa Muerte

 


El terrible culto a la Santa Muerte


NO ES ACEPTADA POR LA IGLESIA CATÓLICA PERO ESTA DEVOCIÓN SE HA EXTENDIDO ENTRE LAS PERSONAS QUE BUSCAN PROTECCIÓN CONTRA SUS ENEMIGOS Y HASTA SOLICITAN FAVORES MUY ESPECIALES.


Por Mario Ostos

La llamada Santa Muerte, a menudo identificada con delincuentes, santería y ritos heterodoxos, ha logrado posicionarse en la fe de millares de mexicanos, al punto de que su culto se extiende poco a poco por gran parte del territorio nacional y otros lugares del mundo. Incluso muchos pretenden que este fervor sea reconocido como una doctrina institucional.

¿De dónde viene este entusiasmo por la muerte?

Para los mexicanos no es algo nuevo: la adoración y petición de favores se remonta a los tiempos previos a la Conquista, cuando cada cultura prehispánica tenía un apartado muy especial para ofrecer tributos a los fenómenos de la naturaleza. Los orígenes exactos de cómo empezó la adoración no son localizables; sin embargo, en México desde hace más de 3,000 años existe un tipo de culto festivo a la muerte. Las antiguas culturas la concebían como algo necesario para todos los seres de la naturaleza.

Mictecacíhuatl, para los mexicas; Yum-Kimil, HunAhau, para los mayas, los dioses de la muerte estaban presentes en las culturas precolombinas. Una vez terminada la Conquista, el culto se mantuvo en secreto con la instauración del cristianismo como religión única. Empero, la veneración por la muerte continuó discretamente.

"La Santa Muerte, como hoy la conocemos, apareció en Hidalgo en 1965 -apunta el periodista José Gil Olmos- y su culto está muy arraigado en los estados de México, Guerrero, Veracruz y el Distrito Federal. Su crecimiento ha sido tal que se posiciona a la altura de otros grandes personajes como los santos católicos".


CÓMO NACIÓ EL CULTO A LA SANTA MUERTE

Se originó en un barrio del poblado de Tepatepec, cabecera del municipio Francisco I. Madero, ubicado a 49 kilómetros de Pachuca y antiguamente habitado por indígenas otomíes. Todo empezó cuando murió una mujer otomí de 65 años, conocida con el nombre de Albina y famosa en el rumbo por las "curaciones milagrosas" que realizaba: ella tenía en su casa una efigie que los devotos consideraban la verdadera imagen de la Santa Muerte: un esqueleto de madera de un metro de alto, al que Albina reverenciaba, y muchos feligreses del pueblo aseguran que representa a San Bernardo. Tras la muerte de la india Albina, sus sobrinos comenzaron a transportar la efigie de madera por el poblado "haciendo toda clase de conjuros raros para perjudicar y matar gente", según dicen los escépticos del singular culto. Tiempo después, un sacerdote del lugar, alarmado por la actividad de los hermanos, confiscó el esqueleto, lo vistió de blanco, lo encerró en una vitrina y lo entronizó en la iglesia de San Agustín, donde la supuesta representación de San Bernardo desplazó a los otros santos y empezó a ser visitado por centenares de peregrinos que le ofrendaban veladoras negras y exvotos de oro y plata (ver: Los hidalguenses que le rezan a la Santa Muerte, Contenido, Nov. 1995).

Los templos se fueron multiplicando: La Noria, Zacatecas, seguidos de Yanhuitlán, Oaxaca, el "santuario" nacional de Tepito, en el Distrito Federal, San Pascualito, en Chiapas, Tultitlán, en el Estado de México, y el controvertido santuario de David Romo Guillén, cuyo rito desagradó a quienes lo seguían, por la notoria influencia santera que incluyó, al grado de cambiar a la Santa Muerte por un ser encarnado llamado Ángel de la Muerte.

Aunque son muchas la representaciones que existen de la muerte, así como los nombres que ha tenido a lo largo de la historia, en la actualidad la más aceptada es la imagen esquelética vestida con una túnica, que porta una guadaña, una balanza y el mundo. Sus fieles la festejan en dos fechas principales: el 15 de agosto y el 1° de noviembre. Comparte varios varios elementos de la fe cristiana, en su honor se hacen procesiones y se dicen oraciones; otros optan por erigirle un altar propio en su hogar, oficina o negocio, para sentirse protegidos por ella. En los altares, además de la estatuilla, se le rodea de ofrendas diversas, entre las cuales se encuentra arreglos florales, frutas, inciensos, vinos, monedas, dulces y golosinas, además de velas, cuyo color varía según la petición hecha.

A "La Niña Blanca" se le solicitan milagros relacionados con el amor, la salud o el trabajo, pero también se le piden favores por fines distintos, como la venganza y la muerte.


CULTO IGUALADOR

Tener fe en la Santa Muerte no es cuestión de posición económica, nivel educativo o a lo que se dedique una persona. Entre sus feligreses se encuentran desde vendedores ambulantes, políticos, líderes sindicales, ex secretarios de gobierno o narcotraficantes.

El periodista José Gil Olmos, relata en su investigación que personajes como María Félix, la bailarina y cantante cubana Niurka, Amado Carrillo Fuente, "El señor de los cielos", la ex lideresa sindical del magisterio Elba Esther Gordillo, el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, el ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, entre otros, son algunos de los de los casi 2 millones de fieles que hay en México, de la también llamada "La Flaquita".


EXPRESIÓN DE CONTRACULTURA

la Santa Muerte es reverenciada, pero su culto y ritos han sido criticados y hasta prohibidos por la Iglesia católica, debido a las diferentes efigies de la escultura de un cuerpo esquelético cubierto por una túnica. Recibe ofrendas tales como puros, alhajas y hasta vestidos de novia, de quienes la invocan para conseguir marido. Hoy la veneración a La Niña reúne a narcotraficantes y otros delincuentes entre sus más fieles seguidores.

Apenas el año pasado, en mayo de 2013, la Arquidiócesis de México calificó el culto de la Santa Muerte como "blasfemo", además de asegurar que no se puede calificar como una religión o ramificación de la Iglesia católica.

El sacerdote Hugo Valdemar, director general de Comunicación Social de la Arquidiócesis de México, señaló que este rito a la muerte tampoco es "cultura" ya que desde el ámbito eclesial, lo que busca es la "destrucción del ser humano". La explotación de esta figura como una religión no mantiene siquiera una jerarquía y su culto procede de la ignorancia, afirma.

"No hay una jerarquía que la guíe, sino que se hace de una manera muy popular, y se extiende por la ignorancia de la gente que cree que es una devoción más, pero no lo es, y está en contradicción con la misma fe. No es posible rendir culto a la Santa Muerte y pretender tener una fe católica", señala Valdemar.

Por su parte, el cardenal Gianfranco Rabasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, indicó que el crimen organizado utiliza elementos como la muerte para borrar los valores de las relaciones humanas: "Primero, hay que aclarar a las jóvenes generaciones que la mafia, el crimen organizado y el narcotráfico no son religiones, a pesar de que la Santa Muerte se use de forma religiosa, pero no son religiones. Son, en efecto, un elemento blasfemo. Segundo, el crimen organizado no es cultura, sino anticultura, porque niega todos los valores humanos, sociales y culturales", expresó el cercano colaborador del Papa Francisco.


GUSTO POR LA CLANDESTINIDAD

precio de la gran cantidad de seguidores que ha sumado durante los últimos años en nuestro país, los intentos de institucionalizarse no han prosperado, en parte por sus propios líderes, que según los feligreses, se han encargado de ver en la creación de una "basílica" un negocio.

En 2005 las autoridades cancelaron su registro de grupo religioso bajo el argumento de que violó sus propios estatutos.

Al haber registrado un objeto de culto y dedicarse a otro, se afecta gravemente el objeto de la asociación religiosa y se les retira el registro en garantía de las personas que profesan esta confesión", esgrimió Armando Salinas Torre, entonces subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos, de la Secretaría de Gobernación.

Gil Olmos expone en su libro acerca de la Santa Muerte, que en 2008 David Romo Guillén, luego de haber perdido la licencia para rendir culto a la "Virgen de los olvidados", intentó darle un giro a la creencia y crear una parroquia para adorar al Ángel de la Muerte, pero esto no gustó a los fieles, principalmente porque Romo mostró gran voracidad, pues comenzó vendiendo criptas en 20,000 pesos, además de que sus "socios" eran los mismos que comercializaban estampas, estatuas y veladoras para la Santa. Esto fue tomado como un abuso por los adeptos que siguen prefiriendo la clandestinidad.

El cada vez más popular culto está dedicado, como exponen los expertos, a ofrecer un lugar a todos aquellos que han sido rechazados por la Iglesia católica: homosexuales, alcohólicos, drogadictos y criminales. Esta es una de las razones por la que ha adquirido tanta fuerza. Sus seguidores consideran que "es una mensajera que lo mismo que se lleva a un hombre pobre, que a un rico, a un niño o a un anciano".

La Santa Muerte se diferencia del resto de los santos no reconocidos por la Iglesia católica (como Jesús Malverde), en que no es una deidad que nazca de un personaje vivo, sino un símbolo y una tradición que conjuga costumbres prehispánicas y europeas.

La devoción hacia ella está definida por sus fieles como un culto popular al margen de la Iglesia católica: "Es una expresión del pueblo al que cohesiona y otorga identidad", expone la antropóloga Katia Perdigón.

La adoración a "La Flaquita" está lejos de terminar, coinciden los expertos, es un culto que seguirá creciendo más allá de cualquier moda. La muerte está más viva que nunca, sentencia José Gil Olmos.


LOS COLORES DE LA SANTA

*Blanca, salud y para los niños

*Negra, fuerza y poder

*Morada, para abrir caminos 

*Café, para contactar espíritus del más allá 

*Verde, para mantener unidos a los seres queridos 

*Roja, para el amor 

*Amarilla, para la buena suerte 

*Azul, para la vida profesional 

*Dorada, éxito económico y atracción del dinero 

*Ámbar, para la salud y la pronta rehabilitación.



(Tomado de: Ostos, Mario: El terrible culto a la Santa Muerte. Contenido No. 616. Editorial Contenido, S. A. de C. V. México, D. F., 2014)

jueves, 2 de noviembre de 2023

La revolución popular de 1907

 


Editorial

La revolución que se inició a fines de septiembre del año pasado [levantamientos en Jiménez y Acayucan (septiembre, 1906), huelga de Cananea (junio 1906), y huelga de Río Blanco (enero, 1907)] y que está próxima a continuar, es una revolución popular de motivos muy hondos, de causas muy profundas y de tendencias bastante amplias. No es la revolución actual del género de la de Tuxtepec, de La Noria, verdaderos cuartelazos fraguados por empleados mismos del gobierno, por ambiciosos vulgares que no aspiraban a otra cosa que a apoderarse de los puestos públicos para continuar la tiranía que trataban de derribar, o para sustituir en el poder a gobernantes honrados como Juárez y como Lerdo de Tejada, a cuya sombra los bandidos no podían medrar.

Una revolución como aquellas que encabezó Porfirio Díaz o como las que antes de la guerra de Tres Años se siguieron una después de otra en nuestro desgraciado país; una revolución sin principios, sin fines redentores, la puede hacer cualquiera en el momento que se le ocurra lanzarse a la revuelta y bastará con apresar a los que hacen de cabecillas para destruir el movimiento; pero una revolución como la que ha organizado la Junta de Saint Louis, Missouri, no puede ser sofocada ni por la traición, ni por las amenazas, ni por los encarcelamientos, ni por los asesinatos. Eso es lo que ha podido comprobar el dictador y de ello proviene su inquietud. No está en presencia de un movimiento dirigido por aventureros que quieren los puestos públicos para entregarse al robo y a la matanza como los actuales gobernadores, sino de un movimiento que tiene sus raíces en las necesidades del pueblo y que, por lo mismo, mientras esas necesidades no sean satisfechas, la revolución no morirá, así perecieran todos sus jefes; así se poblasen hasta reventar los presidios de la República y se asesinase por millares a los ciudadanos desafectos al gobierno…


-Ricardo Flores Magón 

Revolución, n. 2. 8 de junio de 1907


(Tomado de: Armando Bartra (Selección) - Ricardo Flores Magón, et al: Regeneración, 1900-1918. Secretaría de Educación Pública, Lecturas Mexicanas #88, Segunda Serie, México, D.F., 1987)

lunes, 30 de octubre de 2023

Manuel Buendía: lo público y lo privado

 


Manuel Buendía: lo público y lo privado

El 30 de mayo de 1984, al salir de su oficina, Manuel Buendía columnista de Excélsior, es asesinado por la espalda. La foto de portada de Impacto es despiadada: el cadáver de Buendía en la calle, de bruces, cubierto por su gabardina. En el momento de su muerte, Buendía, probablemente el periodista más leído del país, investiga diversos vínculos entre política y delito: los asesinatos de grupos ultraderechistas en Guadalajara, los negocios turbios del sindicato petrolero, el tráfico clandestino de armas, las "irregularidades" del aparato judicial y, tal vez, el narcotráfico. Nada se encuentra en sus archivos, presumiblemente saqueados.

El crimen, determinante en la historia de la libertad de expresión, da lugar a protestas, promesas y búsquedas policiales tan costosas como inútiles. Se habla de la CIA y se investiga (o eso se dice) a la extrema derecha de Guadalajara (los "tecos"), a un traficante de armas alemán, a los dirigentes petroleros. (Se manejan 298 hipótesis de las causas del atentado). Se insinúa que la orden vino de José Antonio Zorrilla Pérez, jefe de la Dirección Federal de Seguridad y amigo de Buendía. Nada sucede, salvo el hostigamiento a las amistades del periodista y un rechazo categórico de los procuradores: "No hubo motivos políticos en el crimen." Por último, el 20 de junio de 1989 la Procuraduría de Justicia del D. F. arresta a Zorrilla Pérez y a Rafael Moro Ávila por el crimen. En ese coro de voces sin destinatario que es también la opinión pública, la convicción generalizada acerca de los autores intelectuales del asesinato apunta "hacia arriba" y ven en Zorrilla a un segundón.


(Tomado de: Carlos Monsiváis – Los mil y un velorios (Crónica de la Nota Roja). Alianza Editorial y CNCA, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. México, D.F., 1994) 

jueves, 26 de octubre de 2023

Zoques

 


Zoques

Los hablantes de zoque representan el 9.1% de los indígenas de Chiapas y aunque su área de ocupación está cada día más restringida incluye los municipios de Amatán, Coapilla, Copainalá, Chapultenango, Francisco León, Ocotepec, Ostuacán, Pantepec Rayón, Solosuchiapa, Tapalapa, Tapilula y Tecpatán. La población zoque de Chicoasén. Tuxtla Gutiérrez, San Fernando y Ocozocouautla se ha reducido considerablemente y sólo se mantiene la identidad indígena en algunas fiestas y costumbres.

La lengua zoque pertenece al grupo mixe-zoque y tiene importantes variantes dialectales. Los zoques se dedican a actividades agrícolas, principalmente al cultivo de maíz, frijol, chile, calabaza, café y cacao; la ganadería, muy extendida en el área, es propia de los ladinos.



(Tomado de: Recorridos por Chiapas. Guía visual. Arqueología, Naturaleza e Historia. Arqueología Mexicana, Edición especial #20. Editorial Raíces, México, 2006)

lunes, 23 de octubre de 2023

El Necaxa, los Once hermanos

 


"Los once hermanos"

A principios de los años treinta, en la calzada de los Cuartos (hoy Obrero Mundial) había una hermosa cancha de fútbol. El sitio pertenecía a un equipo que comenzaba a forjar su leyenda: el Necaxa.

El predominio de este club se inició justo en aquella década, en los años 1932-33 para hacer más precisos. Comandado por míster Crowle, en esa temporada el Necaxa peleó el título con otro gran conjunto: el Atlante. Los aficionados y la prensa daban como favoritos a los atlantistas, pero el marcador (el más abultado conseguido por un equipo en la historia de las finales del fútbol mexicano) fue contundente a favor de los rojiblancos: 9-0.

Para la temporada 1934-35 el Necaxa armó una escuadra arrolladora: goleó a todo el que se le puso enfrente, sostuvo una racha impresionante de 19 partidos invicto y solo perdió en la penúltima jornada del torneo. En 1935, la oncena hizo las veces de selección mexicana durante los Centroamericanos celebrados en El Salvador; el equipo salió triunfante en todos los encuentros, lo que le valió al fútbol de México su primer título internacional. Al término de este torneo, el Necaxa recibió con toda justicia el nombre de "Campeonísimo": en un solo año había conquistado el título de Liga, la Copa México y el campeonato Centroamericano.

En aquel conjunto reinaba la camaradería. Por esta razón, y por la manera en que los jugadores se entendían dentro de la cancha, se les llamó "Los once hermanos": "Pipiolo" Estrada; Camarena y Azpiri; "El Perro" Ortega, "El Calavera" Ávila y Marcial Ortiz; Vicente "El Chamaco" García, Tomás "El Poeta" Lozano, Hilario "El Moco" López, el peruano Lórez y Luis "Pichojos" Pérez.

Luego de la renuncia de mister Crowle a mediados de la temporada 1935-36 )(cuando el equipo atravesaba por un bache), Ernesto Pauler, un austriaco que había jugado como portero con los necaxistas, se hizo cargo del conjunto. Pauler logró enderezar la temporada y, además, consiguió que la oncena ganara nuevamente la Copa México. Ese mismo año, el Necaxa -en representación del DF- obtuvo el III Campeonato Nacional: la estrella del equipo fue Horacio Casarín, un joven de 17 años.

En 1937 el Necaxa resultó una vez más campeón de Liga, luego de una temporada en la que sólo perdió cinco puntos. De la mano de Pauler, el equipo logró formar una nueva camada de jugadores que habría de destacar durante los diez años siguientes. Era el único club en México preocupado por las fuerzas básicas.

A fines de la década de los treinta, "Los once hermanos" se habían dispersado. Algunos cambiaron de equipo, otros se retiraron del futbol y sólo unos cuantos permanecieron activos con los colores necaxistas.

El adiós, el regreso

Aunque siguió cosechando triunfos, en 1943 el Necaxa anunció su retiro. La Liga Mayor de fútbol había decidido profesionalizarse y la directiva necaxista se negaba al cambio: su presidente, el ingeniero César Pedrazzi, argumentaba que el equipo había nacido amateur y moriría amateur.

La verdad era otra. Años antes, W. H. Fraser, gerente de la Compañía de Luz y Fuerza y dueño del conjunto, había sido asesinado. Desde entonces, sus herederos buscaron obtener ganancias con la venta de terrenos. Vender la cancha necaxista representaba para ellos un jugoso negocio. Las leyes impedían que un inmueble utilizado para el deporte fuera transferido para un uso distinto, así que la desaparición del equipo les despejaba el camino.

El 18 de abril de 1943, en la última fecha de aquel campeonato, el Necaxa se despidió derrotando al España 4-3. Los aficionados que abarrotaron las tribunas lloraban lloraban inconsolables. Ese mismo día, en algunos diarios capitalinos aparecieron estos versos, fallidos en la hechura pero certeros en la expresión de la nostalgia, escritos por un aficionado:


Y hoy por vez postrera 

Con cruces rojiblancas 

Brillará por la mañana.

Como antes otras tantas.

Cuando ruede el balón 

Sobre el césped del campo 

Y recuerdes Necaxa 

Que te quisimos tanto,

Rodarán por mis mejillas 

Dos adioses de plata...

Y eran los hermanos 

Once reyes en la cancha.


Algunos socios y ex jugadores, sin embargo, decidieron conservar el nombre del Necaxa. Con muchos sacrificios lograron mantener un equipo dentro de las categorías menores. En 1949, el Sindicato de Electricistas tomó el conjunto bajo su auspicio. Al anunciarse la posible desaparición del España y el Asturias, el Necaxa solicitó a la Federación Mexicana de Futbol su ingreso al campeonato profesional.

Dos días después de haberse confirmado el retiro del Asturias, y no sin ciertas discrepancias, el equipo fue aceptado en el torneo. Así, en 1950, los Electricistas regresaron a la Primera División. Ya no era el conjunto de los dueños, sino el de los empleados, pero había dejado de ser el equipo de las mayorías. Ese título se lo había arrebatado durante su ausencia de siete años otra escuadra rojiblanca: el Guadalajara.


(Tomado de: Calderón Cardoso, Carlos - Por el amor a la camiseta. (1933-1950). Editorial Clío, Libros y Videos, S.A. de C.V., México, 1998)

jueves, 19 de octubre de 2023

Sarabia estableció récord México-Nueva York, 1939

 


Sarabia estableció un récord: hizo 10 h., 47 min., 5 seg. a Nueva York


*Ha sido un vuelo espléndido, dicen en Estados Unidos 

*El Secretario de Estado, Mr. Hull, envió al "as" mexicano un expresivo mensaje de felicitación.- Lo que opina el jefe del Departamento de Aeronáutica Civil 

*Fue perfecto el aterrizaje en el aeródromo Floyd Bennet. La multitud que esperaba al "Conquistador del Cielo" saludó su aparición con entusiasmo


Por CARROL KENWORTHTY 

Corresponsal de la United Press


Washington 24 de mayo.- El vuelo realizado hoy por el aviador civil mexicano Francisco Sarabia, de la capital mexicana a la ciudad de Nueva York, emocionó a los funcionarios de Washington, quienes al comentar la hazaña de Sarabia declararon que había sido un vuelo espléndido con un significado de amistad internacional.

El jefe del Departamento de Aeronáutica Civil, Robert H. Hicley, comentando el vuelo del aviador mexicano, se expresó en los siguientes términos:

"Debe concederse un gran crédito a Francisco Sarabia por su vuelo de la ciudad de México a Nueva York, pues con ello ha demostrado lo que la aviación puede hacer para acercar más a la capital mexicana con todos los centros metropolitanos de Estados Unidos, y cimentar la amistad".

Los funcionarios del Departamento de Estado también se mostraron entusiasmados con el brillante resultado del vuelo que realizó Sarabia . El personal de la embajada de México también se alegró mucho al recibir el primer informe de la United Press dando cuenta del feliz arribo de Sarabia a Nueva York, batiendo todos los récords anteriores.

El mismo secretario de Estado, Cordell Hull, le envió el siguiente mensaje al aviador Sarabia:

"Le ruego aceptar las felicitaciones del Gobierno de Estados Unidos por su vuelo de buena voluntad de México a Nueva York, estableciendo un nuevo récord.

Su valeroso acto evoca admiración y es mucho más grato puesto que yo estoy seguro que estrechará más la amistad que existe entre nuestras dos naciones".

LA PRIMERA NOTICIA

United Press

Nueva York, 24 de mayo.- El aviador mexicano Francisco Sarabia aterrizó en el aeródromo de Floyd Bennett en las cercanías de esta ciudad, a las seis y cuarenta y cuatro minutos de la tarde, hora oficial del Oriente de Estados Unidos, o sean las cinco y cuarenta y cuatro, hora de México. Los datos extraoficiales señalan un tiempo de recorrido de diez horas cincuenta minutos, rompiendo todos los récords, pues el anterior, establecido por Amelia Earhart en mayo de 1935, era de catorce horas treinta y cinco minutos.

(El cómputo de tiempo hecho en México fue de 10 horas, 47 minutos, 5 segundos.)


(Tomado de: Hemeroteca El Universal, tomo 3, 1936-1945. Editorial Cumbre, S.A. México, 1987)