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jueves, 15 de febrero de 2024

De los indios del Acandón y uno que querían sacrificar, 1586



De los indios del Acandón y de un caso notable que sucedió con uno que querían sacrificar...


Fray Alonso Ponce

Viaje a Chiapas (Antología).

Tuxtla Gutiérrez,

Gobierno Constitucional del Estado de Chiapas [...]


Los indios del Acandon son muy pocos, y los más dellos infieles que no se han baptizado, y andan también en su compañía algunos apóstatas de la fe, asi dellos mismos como de otros que se han huido de otras partes, y se les han juntado; tienen todos una fuerza o peñol en una laguna sesenta leguas de Chiapa, entre Oriente y Poniente, no muy lejos de la Chontalpa hacia las tierras que confinan con la provincia de Yucatán, la laguna no es muy grande, pero es honda y circular, y tiene en medio una islilla con algunos peñascos, y en ella tienen hechas los Acandones sus casas, y a esto llaman peñol; sírvense de muchas canoas para salir a tierra firme a cazar y a hacer sus milpas de maiz, ají y frijoles y calabazas y otras legumbres, y a capturar todos los hombres que pueden, asi indios como españoles y negros, para sacrificarlos a sus ídolos, los que cogen vivos llévalos a aquel fuerte y isla, y después que los han engordado los sacrifican con danzas, mitote y bailes.

Aquel año de ochenta y seis salieron algunos destos a tierra firme con sus armas, que son arco y flecha, y dieron una noche en una estancia de un español, vecino de Chiapa, y habiendo muerto a un negro que se puso en defensa, llevaron presas nueve o diez personas entre chicos y grandes, y puestas en su isla las iban cebando y engordando como si fueran puercos, para ofrecérselas y sacrificárselas al demonio poco a poco en sus fiestas y solemnidades; teníanlos a todos metidos en una cárcel o red de maderos muy gruesos hincados en la tierra, y encima estaba hecha una barbacoa en que de noche dormían los que les guardaban, de día los sacaban por el pueblo con unos cascabeles a los pies, y los regalaban y daban muy bien de comer, y les procuraban hacer fiestas, pero de noche los volvían a la cárcel, en la cual estaban con la guardia sobredicha, hasta que llegado el día del sacrificio sacaban a matar uno, y otra vez otro, y así habían ya sacrificado algunos de los diez atrás referidos; y quedando ya muy pocos, y entre ellos un indio hábil y buen cristiano, que muy de veras se encomendaba a Dios y a la Virgen María su madre, llegado el día en que había de morir le sacaron de la cárcel, y llevado al mitote y baile, comenzaron su fiesta, quiso su ventura u ordenóle así Dios, que el que estaba tañendo el teponastle, que es un instrumento de madera que se oye media legua y más, erró al golpear y el compás de la música, y teniendo esto por aguero y mala señal el sacerdote de los indios, mandó que no pasase la fiesta adelante ni se hiciese por entonces el sacrificio, y que muriese el tañedor que había hecho aquella falta, tan grande a su parecer, pero intercedieron por él los demás, y perdonado mandaron volver al otro indio a la cárcel y concertaron y determinaron que otro día fuese sacrificado; el pobre indio que ya sabía algo de aquella lengua, entendió el trato y concierto y encomendándose a Dios y a nuestra señora la virgen María, cuyo devoto él era, probó a menear un palo de la cárcel, y dióse tan buena maña, que con el favor de Dios sacó uno sin ser sentido, y no atreviéndose a salir con él otro u otros dos indios que allí estaban, se salió solo y bajó a la laguna, y entró en una canoa y pasó a tierra firme, a la banda de Chiapa, y se subió a unas peñas muy altas donde estuvo escondido lo restante de la noche, y otros dos o tres días sin comer, sino fue lo que consigo llevaba, que no debiera ser mucho, y algunas raíces y frutas que él halló; cuando amaneció y miró bien en dónde estaba, vio que se había detenido en aquellas peñas en un puesto tan peligroso, que a pasar dos pasos más adelante se despeñara en una hondura muy grande, y dio gracias a Dios porque la había librado de aquel peligro. Oyó asimesmo aquel mesmo día que pasaban indios por allí abajo a buscarle, y que iban diciendo que le habían de coger y hacer que no se les huyese otra vez, con lo cual puede cada uno considerar lo que el pobre indio sentiría, y cuán grande sería a tal tiempo su tribulación y angustia. Pasado tres o cuatro días, cuando ya él entendió que se habían vuelto los que le habían ido a buscar, bajó de sus peñas y escondrijo, y comenzó a caminar para su tierra, pero yendo un día caminando muy descuidado de topar ninguno de los acandones, vio venir dos de ellos por el mismo camino con sus arcos y flechas, y aunque no estaban lejos quiso Dios que ellos no le vieran, él se escondió en el monte, y cuando ellos pasaron les oyó decir que la causa de no haberle hallado era habérsele comido algún tigre; libre de estos peligros y zozobras, llegó el pobre indio a su tierra tan flaco, despeado y mal traido que tardó mucho tiempo en volver en sí; él contó todo esto al fraile dominico de las Coapas, y decía y afirmaba que la madre de Dios, a quien se encomendaba, le había librado, y después el dominico lo contó al padre Comisario general cuando pasó (como queda dicho) por los pueblos donde estaba. Por esta prensa que hicieron los acandones en aquella estancia y por otras que habían hecho y se temía que harían, se hizo gente de españoles e indios, los cuales fueron a la laguna sobredicha, llevando consigo a un fraile nuestro que moraba en Chiapa, y pudieron (según se dijo) cogerlos a todos con facilidad, si luego dieran en ellos, porque estaban todos desbandados y desapercibidos, pero los indios se supieron valer, y pidieron al capitán ciertos días de plazo para responder a lo que les habían propuesto, y una noche, cuantos más desbandados estaban los españoles, desampararon los indios el peñol y se pasaron a tierra firme, y se metieron en el monte, y aunque fueran en su seguimiento no hicieron nada, y así se volvieron a sus casas hartos de caminar y mamvacios, como dicen. Para estos soldados eran aquellos ranchos donde descansó el padre Comisario el día que salió de Comitlán, como queda dicho, desde los cuales llegó a San Francisco Amatenango, donde quedó en el interin que se ha dicho esta digresión, y será bien volver a tratar de su viage.



(Tomado de: López Sánchez, Cuauhtémoc (recopilación) - Lecturas Chiapanecas IV. Miguel Ángel Porrúa, Librero-Editor. México, D. F., 1991)

viernes, 1 de septiembre de 2023

Los dioses de los mexicas

 


Los dioses de los mexicas


La religión, concebida como conjunto de creencias, no es una mera acumulación de éstas, sino un acervo sistematizado de pensamiento. Para lograr sus propósitos, el hombre desarrolla un sistema simbólico por medio del cual se establece el intercambio social de las ideas y se desarrolla colectivamente el pensamiento. Un componente fundamental de este sistema lo constituye el panteón, en el que confluyen un complejo conjunto de símbolos. Entre éstos se encontraban el maquillaje, las divisas y los atavíos de los dioses. Tales símbolos permitían a los fieles no solo identificar a los dioses, sino entender algunas de sus funciones.

El rico y complejísimo panteón del México central no es una creación súbita o espontánea sino el producto de largo siglos de tradición: gran parte de los dioses, de sus ritos y la mayoría de sus mitos son comunes a toda Mesoamérica y se remontan al período Clásico. Esto es cierto para dioses como Quetzalcóatl, Tláloc, Xipe, los dioses del fuego y de la muerte, y resulta probable para otros muchos.


*COATLICUE. "La de la falda de serpientes". Fue una de las diosas madre en la cosmogonía mexica. Coatlicue, a quien quiso matar su hija Coyolxauhqui, diosa de la Luna, fue madre de Huitzilopochtli, dios principal de los mexicas. Huitzilopochtli mata a Coyolxauhqui y la arroja desde lo alto del Coatépetl.


*HUITZILOPOCHTLI. "Colibrí zurdo o colibrí del sur". Era dios de la guerra y patrono de los mexicas, y se le dedicaban rituales diariamente. En varios mitos aparece como uno de los dioses creadores de los humanos, aunque destaca su papel de guía durante la peregrinación mexica desde Aztlan hasta Tenochtitlan. Se le representaba con un yelmo con forma de colibrí, ave asociada con el Sol.


*TLÁLOC. Dios de la lluvia y patrono de los campesinos. Era uno de los dioses más antiguos e importantes de Mesoamérica; se le representaba con una especie de anteojos formados por dos serpientes entrelazadas, cuyos colmillos se convertían en sus fauces. Su cara estaba pintada de negro y azul y a veces de amarillo, y su ropa estaba manchada de gotas de hule que simbolizaban gotas de lluvia. Se le ofrecían en sacrificio, en el mes de atemoztli, niños, hombres y perros.


*COYOLXAUHQUI. "La del afeite facial de cascabeles". Diosa de la luna. Era hermana mayor de Huitzilopochtli. Coyolxauhqui se enteró del embarazo de su madre, Coatlicue, y por eso trató de matarla ayudada por sus hermanos los cuatrocientos huitznahua. Huitzilopochtli salió del vientre de Coatlicue y, armado con una xiuhcóatl, dio muerte a Coyolxauhqui, desmembrándola.


*TEZCATLIPOCA. "Espejo humeante". Dios que daba y quitaba la riqueza; también era protector de los esclavos. Fue uno de los dioses que gobernaba el destino de los hombres y quien, transfigurado con los atributos de Quetzalcóatl, obligó al Sol a mantener su diario recorrido.


Tomado de: Dossier: La religión mexica. Los mexicas. Arqueología Mexicana, Vol.XVI núm. 91. Editorial Raíces, México, 2008)

jueves, 6 de julio de 2023

La religión mexica

 


La religión mexica

Una religión mesoamericana

La religión es un producto de la actividad cotidiana del hombre. Es el resultado de la necesidad práctica de entender y manejar una realidad compleja compuesta por el medio natural, la sociedad y su propia interioridad. En la construcción de la religión mexica predomina la herencia de una milenaria actividad agrícola, procesada y transformada a lo largo del tiempo.

Fuentes para su estudio

La comprensión de una realidad histórica remota, como lo es la religión mexica, es producto de una ardua labor científica. En ese sentido, está condicionada por el enfoque particular y muy diverso de los investigadores que a lo largo del tiempo se han dedicado a su estudio. Así, el entendimiento de la cosmovisión mexica se ha ido enriqueciendo a la par de los avances en el estudio de las numerosas fuentes indígenas y españolas, y en especial de los numerosos hallazgos arqueológicos.

La vida ritual

La religión es básicamente una acción regida por la práctica inveterada. Como la creencia, constituye un sistema. En este caso fundamentalmente desemboca en una técnica, en un sistema de comunicación con las sobrenaturaleza. La acción cultural tiene como uno de sus ejes la adecuación de la voluntad de los dioses al tiempo-espacio mundano, con el propósito de que el agente pueda satisfacer sus necesidades de subsistencia. En este sentido, los rituales eran fundamentales y en el caso de los mexicas, un conjunto de ellos tenía gran importancia: las fiestas de los meses del año solar.

Los templos

La cosmovisión de los pueblos mesoamericanos se reflejó en la cultura material, como la arquitectura y la disposición de las ciudades. En los centros de los sitios se localizaban templos cuya forma, decoración y función se correspondían con el papel que las deidades a que estaban dedicadas tenían en el entramado mítico y ritual 

El Templo Mayor de los mexicas estaba dentro de un espacio sagrado, aislado del mundo profano por un muro. Ese espacio reproducía el concepto cosmogónico mexica del quincunce: cuatro rumbos y un centro. En el centro se elevaba el Templo Mayor, que simbolizaba el Coatépetl, la montaña sagrada, que almacenaba la lluvia, los rayos, las semillas multiplicadoras de la vida.

Situado en el centro del espacio sagrado, el Templo Mayor se convertía en el axis mundi, centro del mundo, para los mexicas. Era la morada de los dioses y el lugar por excelencia en que los hombres podían descender a los nueve niveles del inframundo o ascender a los 13 niveles de los cielos.

Era el lugar donde los seres humanos hacían ofrendas y pedimentos a las divinidades, y donde renovaban con ellas los pactos de reciprocidad. Ahí, en las dos capillas ubicadas en la cima de Coatépetl, los mexicas donaban sangre y corazones, lo más preciado por los hombres, para que los dioses se alimentaran y recuperaran fuerzas para que pudieran, a su vez, dar alimentos y vida a los seres humanos.


(Tomado de: Dossier: La religión mexica. Los mexicas. Arqueología Mexicana, Vol.XVI núm. 91. Editorial Raíces, México, 2008)

lunes, 2 de enero de 2023

Huehuetlatolli: palabras al hijo


(Códice Florentino)

 Libro Sexto

De la retórica y Filosofía moral y Teología de la gente mexicana, donde hay cosas muy curiosas, tocantes a los primores de su lengua, y cosas muy delicadas tocante a las virtudes morales.

[...]

Capítulo XX

 Del lenguaje y afectos que usaba el padre, principal o señor, para amonestar a su hijo a la humildad y conocimiento de sí mismo, para ser acepto a los dioses y a los hombres, donde pone muchas consideraciones al propósito con maravillosas maneras de hablar y con delicadas metáforas y propísimos vocablos.

1-"Hijo mío muy amado y muy querido, nota lo que te diré: Nuestro señor te ha traído en esta hora, donde te quiero hablar acerca de lo que debes guardar todos los días de tu vida; y esto hago porque eres mi hijo muy amado y muy estimado, más que toda piedra preciosa, más que toda pluma rica, que no tengo mas que a ti: tú eres el primero, el segundo y el tercero y el postrero.

2-He acordado, he pensado de decirte algunas cosas que te cumple, por la obligación que tengo que soy tu padre y madre (y) quiero hacer mi deber, porque mañana o ese otro día dios me llevará y quitará de sobre la tierra, porque es todopoderoso, porque estamos sujetos a la flaqueza humana y a la muerte y nuestra vida sobre la tierra es muy incierta.

3-Pues, hijo mío, nota y entiende lo que te diré. Vivas muchos días sobre la tierra en servicio de dios, y seas bienaventurado: Mira que seas avisado, porque este mundo es muy peligroso, muy dificultoso y muy desasosegado, y muy cruel y temeroso, y muy trabajoso y por esta causa los viejos con mucha razón dijeron: no se escapa nadie de las descendidas y subidas de este mundo, de los torbellinos y tempestades que en él hay; o de las falsedades y solazamientos, y dobleces, y falsas palabras que en él hay; muy engañoso es este mundo, ríese de unos, gózase con otros, burla y escarnece de otros, todo esta lleno de mentiras, no hay verdad en él, de todos escarnece.

4-Quiérote decir, hijo, lo que te conviene mucho notar y poner por obra, que es cosa digna de ser estimada y guardada como oro en paño, y como piedras preciosas en cofre, porque lo dejaron como tal los viejos y viejas, los canos y ancianos nuestros antepasados, que vivieron en este reino y señorío, conversaron entre la gente de este pueblo y tuvieron dignidad y principados.

5-Estos que fueron muy grandes señores y tuvieron la dignidad del reino y senado, no se ensoberbecieron ni se engrieron, mas antes se humillaron y anduvieron encorvados e inclinados hacia la tierra, con lloros y lágrimas y suspiros, no se estimaron como señores sino como pobres y peregrinos; estos nuestros antepasados, de quien descendemos, vivieron en grande humildad en este mundo, no vivían en presunción y soberbia y altivez y deseo de honras; 

6-y aunque vivieron en grande humildad, como está dicho, fueron reverenciados y tenidos en mucho y poseyeron las dignidades del reino, fueron señores y capitanes, y tuvieron autoridad para matar y para hacer guerras, y mantuvieron al sol y a la tierra, con carne y sangre de hombres; 

7-y aunque por la misericordia de dios fueron grandes y reinaron sobre la tierra y rigieron la república, que nuestro señor, que está en todo lugar, los encomendó, y juzgaron y trataron las causas de la república y consolaron, favorecieron a la gente popular, no por esc perdieron su humildad, ni se desvanecieron, ni hicieron cosas indignas de sus personas, 

8-y aunque eran ricos y poderosos y poseyeron muchos bienes que nuestro señor los dió, y gozaban de flores y de perfumes, y de mantas ricas de todas maneras, y tenían grandes casas, y gozaron de comeres y beberes de todas maneras, y poseyeron armas y atavios muy ricos y muy gloriosos, como son ricos barbotes, ricas borlas para la cabeza y orejeras muy ricas, de manera que hacian temblar a todos con S. M. ¿por esto perdieron, por ventura, algo de su humildad y gravedad? 

9-¿Por ventura desvaneciéronse, ensalzáronse? Por ventura, ¿por esto menospreciaron a los que eran inferiores o tuviéronlos en poco? ¿Por ventura por esta causa se les alteró el seso o perdieron el juicio? No por cierto; antes eran bien hablados y muy humildes y de gran crianza, y respetaban a todos, y se abajaban hasta la tierra y se tuvieron como nada, y cuanto mas eran honrados y estimados, tanto más lloraban y se entristecían, y suspiraban, y se inclinaban y se abajaban.

10-De esta manera, hijo mío, vivieron en el mundo los viejos de quien descendemos, tus abuelos y bisabuelos y tatarabuelos, que nos dejaron acá, de quien descendiste. 

11-Pon los ojos en ellos, mira sus virtudes, mira su fama y el resplandor y claridad que nos dejaron; mira el espejo y dechado que ellos dejaron y ponto delante de ti, y tenlo delante de tus ojos; mírate en él y verás quién eres; mira que tu vida la hagas semejante a la suya; mira que pongas su vida delante de tus ojos, y luego conocerás las faltas que tienes y las razas y manchas que hay en ti.

12-"Otra palabra quiero que oigas de mí, hijo muy amado, y nótala con gran diligencia: Sábete que has nacido en un tiempo muy trabajoso y en tiempo de mucha pobreza, porque yo, tu padre, estoy muy alcanzado, tengo mucha penuria; aunque nuestros antepasados fueron grandes y ricos, no heredamos de ellos aquella riqueza ni valor, mas antes tenemos gran falta de todas las cosas; la pobreza es la que se enseñorea, y tiene sobre nosotros su principado; somos tus padres ancianos y viejos, y muy necesitados.

13-Hijo mío, si quieres ver esto, sea así, mira el hogar de esta casa, mira donde se hace fuego y verâs que no hay sino pobreza y grande necesidad, que apenas alcanzamos abastanza de comida y bebida, y asimismo padecemos necesidad de vestuario y por todas partes padecemos frío, no tenemos con qué nos cubrir; míranos y verás que todos los huesos se nos parecen de flaqueza y necesidad de mantenimientos, y esto por la bondad de nuestro señor y por nuestros pecados: y mira a tus primos menores y a tus primas, mira si tienen abundancia, mira si estan gordos y recios y si tienen las cosas necesarias, y si les sobran los mantenimientos y las vestiduras ¿no los ves cuales andan, en suma pobreza?

14-Todos están llenos de cumplida miseria (y) en tal estado, en tanta pobreza, no hay oportunidad de levantar la cabeza ni tener brío, porque esto sería cosa de borrachos y de gente vil, tener presunción o altivez en tanta pobreza y miseria como hay dentro de esta casa,  y como la tienen los que en ella moran, es ocasión de humildad, y de tristeza, y de traerla cabeza baja, porque en tal tiempo has nacido. 

15-Y para que te lo diga todo, escúchame, que tu primo hermano, el cual es mayor que tú, N., no to ves, no tomas de él ejemplo de la manera que dios le ha humillado que ya usa del regimiento del pueblo, ya está en dignidad, ya tiene poder para juzgar las causas de la gente popular y de sentenciar y castigar a los delincuentes;

16-ya tiene autoridad para matar a los criminosos, ya tiene autoridad para reprender y castigar porque ya esta en la dignidad y estrado, ya tiene el principal lugar, donde le puso nuestro señor; ya le Ilaman por estos nombres tacatlato, tlacatecutli, por estos nombres le nombran todos los populares; éste está puesto en la dignidad por la falta de personas más prudentes y más sabias para regir este señorío o reino, o pueblo; no hay personas nobles y de gran caudal y de gran genealogía, ya todos han faltado. 

17-Si hubiera uno tan solamente de aquéllos, hubiera nuestro señor señalado uno de ellos, y alguno de ellos tomado de la república por rey y señor. No sé en que ha de parar aquel mancebillo que está llorando por el oficio que tiene. Por ventura en el se perderá, o por ventura le ha puesto nuestro señor hasta que parezca otro mejor que haga mejor el oficio. No tiene por cierto falta de amigos y conocidos nuestro señor. 

18-A este tu primo hermano antes que tomase el cargo, bien viste como vivía. ¿Andaba burlando o haciendo niñerías? ¿andaba como desvergonzado y desbaratado? ¿andaba muy erguido? ¿No era muy humilde ?¿No era muy reverente? Cierto, andaba inclinado y sin muestra de ninguna pompa, ni fantasía: oraba a nuestro señor dios con gran devoción, velaba de noche y se postraba de rodillas y de codos a la media noche a orar y a suspirar delante de dios, y asi esta ahora en esta costumbre. 

19-Levantábase luego de mañana y tomaba la escoba y barría, y limpiaba con el aventadero los oratorios; y ahora ¿qué te parece, cómo vive? ¿Cómo anda? ¿Anda soberbio o fantástico? ¿Acuérdase por ventura que es señoror? Tan humilde es ahora y tan obediente, y así llora y suspira y ora con gran devoción a nuestro señor no ves ahora que jamás dice: Yo soy señor, yo soy rey. Asi vela de noche ahora, y así barre, y así ofrece incienso como de antes. Aunque tu eres primero, hermano mayor, sobrepújate hijo mío (a) este tu primo hermano mayor en todas las buenas costumbres.

20-Nota, hijo, esta palabra, que lo que te tengo dicho te sea espina y aire frío, que te aflija para que te haga humillar y volver en ti; mira, hijo, que has nacido en tiempo de trabajos y aflicciones, y te ha enviado dios al mundo en tiempo de gran pobreza; mira que yo soy tu padre, mira qué vida pasamos yo y tu madre, que no somos tenidos en nada, ni hay memoria de nosotros, aunque nuestros antepasados fueron grandes y poderosos, ¿dejáronnos aquella grandeza y potencia? No por cierto.

21-Mira a tus parientes y afines que no tienen ser ninguno en la república sino que viven en pobreza y como desechados, y aunque tú seas noble y generoso y de claro linaje, conviene que tengas delante de tus ojos cómo has de vivir; 

22-nota, hijo, que la humildad y el abajamiento de cuerpo y de alma, y el lloro, y las lágrimas y el suspirar, ésta es la nobleza y el valer y la honra; mira, hijo, que ningún soberbio ni erguido ni presuntuoso, ni bullicioso, ha sido electo por señor; 

23-ningún descortés, malcriado, deslenguado, ni atrevido en hablar, ninguno que habla lo que se le viene a la boca, ha sido puesto en el estrado y trono real; y si en algún lugar hay algún senador que dice chocarrerías o palabras de burla, luego le ponían un nombre tecucuecuechtli, que quiere decir truhán;

24-nunca a ninguno fue dado algún cargo notable de la república que fuese atrevido, o disoluto en hablar, o en burlar, estos tales se Ilamaban quaquachictin, que es nombre de hombres alocados, pero valientes en la guerra; también los Ilamaban a estos otomi otlaotzonxintin, que quiere decir, otomis trasquilados y alocados. 

25-Éstos eran grandes matadores, pero teníanlos por inhábiles para cosa de regir. Aquellos que rigieron los tiempos pasados las repúblicas, y los ejércitos de las guerras, todos fueron gente muy dada a la oración y devoción, a las lágrimas y suspiros, muy humildes, obedientes, no erguidos ni presuntuosos, muy cuerdos y prudentes, muy pacíficos y reposados.

26-Ya sabes, hijo mío, bien tienes en la memoria que el señor es como corazón del pueblo. A este le ayudaban dos senadores para lo que toca al regimiento del pueblo; uno de ellos era pilli y otro era criado en las guerras. El uno de ellos se llamaba tlacatecutli, y el otro tlacochtecutli

27-Otros dos capitanes ayudaban al señor para las cosas de la milicia: el uno de ellos era pilli y criado en la guerra, y el otro no era pilli; el uno de ellos se Ilamaba tlacatécatl y el otro se llamaba tlacochcálcatl.

28-De esta manera, hijo mío, va el regimiento de la república, y estos cuatro ya dichos, tlacatecutli, y tlacochtecutli, y tlacatécatl y tlacochcálcatl, no tenían estos nombres y estos oficios por heredad o propiedad, sino que eran electos por la inspiración de nuestro señor dios, porque eran más hábiles para ello. 

29-Nota bien lo que te digo, muy amado hijo mio, muy estimado, que no te ensoberbezcas ni te altivezcas si por ventura fueres tomado para alguno de los oficios ya dichos. 

30-Por ventura dios te llamará para alguno de ellos, o por ventura te quedarás sin ninguno y vivirás como hombre común y popular; y si fueres llamado y elegido para alguno de estos oficios, otra y otra vez te encargo que no presumas de ti, ni te estimes por grande y valeroso y principal, porque esto es cosa con que dios mucho se enoja.

31-Si por ventura merecieres alguna dignidad, y por ventura merecieres ser algo, si por ventura merecieres ser electo para alguno de los oficios ya dichos, sé humilde, y anda muy humilde o inclinado y baja la cabeza, y recogidos tus brazos, y date al lloro y a la devoción y tristeza, y a los suspiros, y a la sujeciôn de todos; sé sujeto a todos y humilde a todos.

32-Y nota, hijo mio, que esto que te he dicho de la humildad y sujeción y menosprecio de ti mismo, ha de ser de corazón, delante de nuestro señor dios. 

33-Mira que no sea fingida tu humidad, porque entonces decirse ha de ti titoloxochton, que es hipócrita; decir se ha de ti también titlanixiquipile, que quiere decir hombre fingido. 

34-Mira que nuestro señor dios ve los corazones y ve todas las cosas secretas, por muy escondidas que estén, y oye lo que revolvemos en nuestro corazón todos nosotros, cuantos vivimos en este mundo; mira que sea pura tu humildad y sin mezcla de ninguna soberbia; mira que tu humildad delante de dios sea pura como una piedra preciosa muy fina; mira que no muestres una cosa de fuera y tengas otra de dentro."


(Tomado de: Sahagún, fray Bernardino de - Historia General de cosas de Nueva España. Numeración, anotaciones y apéndices de Ángel María Garibay K. Editorial Porrúa, S. A. Colección “Sepan Cuantos…” #300. México, D.F. 1982)

jueves, 25 de agosto de 2022

Huehuetlatolli: palabras a la hija

  


Libro Sexto


De la retórica y Filosofía moral y Teología de la gente mexicana, donde hay cosas muy curiosas, tocantes a los primores de su lengua, y cosas muy delicadas tocante a las virtudes morales


[...] 

CAPITULO XIX

QUE EN ACABANDO EL PADRE DE EXHORTAR A LA HIJA, LUEGO DELANTE DE ÉL TOMABA LA MADRE LA MANO, Y CON MUY AMOROSAS PALABRAS LA DECÍA QUE TUVIESE EN MUCHO LO QUE SU PADRE LA HABÍA DICHO Y LO GUARDARE EN SU CORAZÓN COMO COSA MUY PRECIOSA, Y LUEGO COMENZABA ELLA A DISCIPLINARLA DE LOS ATAVÍOS QUE HA DE USAR Y DE COMO HA DE HABLAR Y MIRAR Y ANDAR, Y QUE NO CURE DE SABER VIDAS AJENAS, Y QUE EL MAL QUE DE OTROS OYERE NUNCA LO DIGA. MAS APROVECHARIAN ESTAS DOS PLATICAS DICHAS EN EL PÚLPITO, POR EL LENGUAJE Y ESTILO QUE ESTÁN (MUTATIS MUTANDIS) A LOS MOZOS, Y MOZAS, QUE OTROS MUCHOS SERMONES.

"Hija mia muy amada, muy querida palomita, ya has oído y notado las palabras que tu señor padre te ha dicho: has oído las palabras preciosas y que raramente se dicen, ni se oyen, las cuales han procedido de las entrañas y corazón en que estaban atesoradas; y tu muy amado padre bien sabe que eres su hija, engendrada de él, eres su sangre y su carne, y sabe dios nuestro señor que es así, aunque eres mujer, imagen de tu padre. ¿Qué más te puedo decir, hija mía, de lo que está dicho? ¿Qué más puedes oír de Io que has oído de tu señor y padre?

El cual te ha dicho copiosamente lo que te cumple hacer y guardar, ni ninguna cosa ha quedado de lo que te cumple que no la haya tocado; pero por hacer lo que soy obligada para contigo quiérote decir algunas pocas palabras.

Lo primero es que te encargo mucho que guardes y que no olvides lo que tu señor y padre ya dijo, porque son todas cosas muy preciosas; porque las personas de su suerte raramente publican tales cosas, y que son palabras de señores y principales y sabios, preciosas como piedras preciosas muy bien labradas. 

Mira que las tomes y las guardes en tu corazón, y las escribas en tus entrañas; si dios te diere vida, con aquellas mismas palabras has de doctrinar a tus hijos e hijas, si dios te los diere. 

Lo segundo que te quiero decir es que mires que te amo mucho, que eres mi querida hija; acuérdate que te traje en mi vientre nueve meses, y desque naciste, te criaste en mis brazos; yo te ponía en la cuna, y de allí en mi regazo, y con mi leche te crié.

Esto te digo porque sepas que yo y tu padre somos los que te engendramos, madre y padre, y ahora te hablamos doctrinándote. Mira que tomes nuestras palabras y las guardes en tu pecho:

mira que tus vestidos sean honestos y como  conviene; mira que no te atavíes con cosas curiosas y muy labradas, porque esto significa fantasía, y poco seso y locura.

Tampoco es menester que tus atavíos sean muy viles, o sucios o rotos, como son los de la gente baja, porque estos atavíos son señal de gente vil y de quien se hace burla; tus vestidos sean honestos y limpios, de manera que ni parezcas fantástica ni vil; 

y cuando hablares, no te apresurarás en el hablar, no con desasosiego, sino poco a poco y sosegadamente; cuando hablares, no alzarás la voz ni hablarás muy bajo, sino con mediano sonido, no adelgazarás mucho tu voz cuando hablares ni cuando saludares, ni hablarás por las narices, sino que tu palabra sea honesta y de buen sonido, y la voz mediana; no seas curiosa en tus palabras.

"Mira, hija, que en el andar has de ser honesta, no andes con apresuramiento ni con demasiado espacio porque es señal de pompa andar despacio, y el andar de prisa tiene resabio de desasosiego y poco asiento; andando llevarás un medio, que ni andes muy de prisa ni muy despacio, y cuando fuere necesario andar de prisa hacerlo has así, (que) por eso tienes discreción; para cuando fuere menester saltar algún arroyo, saltarás honestamente, de manera que ni parezcas pesada y torpe ni liviana.

Cuando fueres por la calle o por el camino no lleves inclinada mucho la cabeza, o encorvado el cuerpo, ni tampoco vayas muy levantada la cabeza y muy erguida, porque es señal de mala crianza, irás derecha y la cabeza poco inclinada; no lleves la boca cubierta, o la cara con vergüenza, no vayas mirando a manera de cegajosa; no hagas con los pies meneos de fantasía por el camino, anda con sosiego y con honestidad por la calle.

Lo otro que debes notar, hija mia, es que cuando fueres por la calle no vayas mirando acá ni acullá, ni volviendo la cabeza a mirar a una parte ni a otra, ni irás mirando al cielo, ni tampoco irás mirando a la tierra; a los que topares, no los mires con ojos de persona enojada, ni hagas semblante de persona enojada; mira a todos con cara serena. Haciendo esto no darás a nadie ocasión de enojarse contra ti. 

Muestra tu cara y tu disposición como conviene, y de la manera que conviene, de manera que ni lleves el semblante como enojada ni tampoco como risueña. 

Mira también, hija, que no te des nada por las palabras que oyeres, yendo por el camino, ni hagas cuenta de ellas, digan lo que dijeren los que van o vienen; no cures de responder ni cures de hablar, mas haz como que no lo oyes ni lo entiendes, porque haciendo de esta manera nadie podrá decir, con verdad, dijiste tal cosa. 

Mira también, hija, que nunca te acontezca afeitar la cara o poner colores en ella, o en la boca, por parecer bien, porque esto es señal de mujeres mundanas y carnales; los afeites y colores son cosas que las malas mujeres y carnales lo usan, las desvergonzadas que ya han perdido la vergüenza y aun el seso, que andan como locas y borrachas; éstas se Ilaman rameras. 

Y para que tu marido no te aborrezca atavíate, lávate y lava tus ropas, y esto sea con regla y con discreción, porque si cada día te lavas y lavas tus ropas, decirse ha de ti que eres relimpia y que eres demasiado regalada; llamarte han tapepetzon ["Eres perlita de agua",  para hacer burla de la que se acicalaba demasiado],  tinemaxoch ["Eres un ramito de flores", para burlar a la mujer afectada en su limpieza y adorno].

"Hija mía, este es el camino que has de llevar, porque de esta manera nos criaron tus señoras antepasadas, de donde vienes; las señoras nobles, ancianas y canas y abuelas, etc., no nos dijeron tantas cosas como yo te he dicho, no nos decían sino algunas pocas palabras; decían de esta manera: 

Oíd, hijas mías, en este mundo es menester vivir con mucho aviso y recato. Oye esta comparación que ahora te diré, y guárdala y de ella toma ejemplo y dechado para bien vivir. 

Acá en este mundo vamos por un camino muy angosto y muy alto y muy peligroso, que  es como una loma muy alta, y que por lo alto de ella va un camino muy angosto, y a la una mano esta gran profundidad y hondura sin suelo, y si te desviares del camino hacia la una mano o hacia la otra, caerás en aquel profundo. Por tanto, conviene con mucho tiento seguir el camino.

Hija mía, muy tiernamente amada, palomita mía, guarda este ejemplo en tu corazón y mira que no te olvides que este te sera como candela y como lumbre todo el tiempo que vivieres en este mundo.

"Sólo una cosa, hija mía, me resta por decirte para acabar mi plática: si dios te diere vida, si vivieres algunos años sobre la tierra, mira, hija mía muy amada, palomita mia, que no des tu cuerpo a alguno; mira que te guardes mucho que nadie llegue a ti, que nadie tome tu cuerpo. 

Si perdieres tu virginidad y después de esto te demandare por mujer alguno, y te casares con él, nunca se habrá bien contigo, ni te tendrá verdadero amor; siempre se acordará de que no te halló virgen, y esto será causa de grande aflicción y trabajo; nunca estarás en paz, siempre estará tu marido sospechoso de ti.

¡Oh hija mía muy amada, mi palomita! si vivieres sobre la tierra, mira que en ninguna manera te conozca más que un varón; y esto que ahora te quiero decir, guárdalo como mandamiento estrecho. Cuando dios fuere servido de que tomes marido, estando ya en su poder, mira que no te altivezcas, mira que no te ensoberbezcas, mira que no le menosprecies, mira que no des licencia a tu corazón para que se incline a otra parte; mira que no te atrevas a tu marido: mira que en ningún tiempo ni en ningún lugar le hagas traición, que se llama adulterio; mira que no des tu cuerpo a otro, porque esto, hija mía muy querida y muy amada, es una caída en una sima sin suelo que no tiene remedio, ni jamás se puede sanar, según es estilo del mundo; 

si fuere sabido, y si fueres vista en este delito, matarte han, echarte han en una calle para ejemplo de toda la gente, donde seras por justicia machucada la cabeza y arrastrada; de estas se dice un refrán: probarás la piedra y serás arrastrada, y tomarán ejemplo de tu muerte. 

De aquí sucederá infamia y deshonra a nuestros antepasados y señores, y senadores, de donde venimos, de donde naciste, y ensuciarás su ilustre fama y su gloria con la suciedad y polvo de tu pecado.

Asimismo perderás tu fama y tu nobleza y tu generosidad; tu nombre sera olvidado y aborrecido, de ti se dirá el refrán: que fuiste enterrada en el polvo de tus pecados.

Y mira bien, hija mía, que aunque nadie te vea, ni tu marido sepa lo que pasa, te ve dios, que esta en todo lugar, enojarse ha contra ti y despertará la indignación del pueblo contra ti, y se vengara como el quisiere o te tullirás por su mandado, o cegarás, o se te podrirá el cuerpo o vendrás a la última pobreza, porque te atreviste y te arrojaste contra tu marido, que por ventura te dará la muerte y te pondrá debajo de suspies, enviándote al infierno.

Nuestro señor misericordioso es, pero si hicieres traición a tu marido, aunque no se sepa, aunque no se publique, dios, que esta en todo lugar, él hará a venganza de tu pecado, que nunca tengas contento ni reposo ni tengas vida sosegada, y él provocará a tu marido que siempre esté enojado contra ti y siempre te hable con enojo.

Mira, hija mía muy amada, a quien amo tiernamente, mira que vivas en el mundo con paz y con reposo y con contento esos días que vivieres; mira que no te infames, mira que no amancilles tu honra, mira que no ensucies la honra y fama de nuestros señores antepasados de los cuales vienes; mira que a mi y a tu padre nos honres, y nos des fama con tu buena vida.

Hágate dios muy bien aventurada, hija mía primogénita, y llégate a dios, el cual está en todo lugar".


(Tomado de: Sahagún, fray Bernardino de - Historia General de cosas de Nueva España. Numeración, anotaciones y apéndices de Ángel María Garibay K. Editorial Porrúa, S. A. Colección “Sepan Cuantos…” #300. México, D.F. 1982)

lunes, 10 de enero de 2022

El santo de los narcotraficantes y de los jodidos

 


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El santo de los narcotraficantes y de los jodidos

Se llama Jesús Malverde y, dice el rumor, fue un bandolero generoso que ayudaba a los más necesitados, una especie de Robin Hood que le quitaba a los hacendados y le daba a los pobres. Tiene levantadas varias capillas dentro y fuera de México, en las que aparece junto a las imágenes de San Judas Tadeo, Juan Soldado y la Santa Muerte, protectores de quienes se dedican a las actividades ilícitas, pero también al lado de la universal Virgen de Guadalupe. Se le representa como un hombre alto y fuerte, de bigote y cejas espesas y negras, con la mirada generosa del que está seguro de sí mismo y peinado como Pedro Infante: un típico galán norteño.

Malverde nació, dicen por ahí, en 1888 en el estado de Sinaloa. Su fama como santo encuentra origen en su propia muerte, cuando fue herido por la Policía con un tiro que le causó una herida en la pierna y que se infectó hasta causarle la gangrena de la extremidad. Antes de morir, Malverde le pidió a su mejor amigo que lo entregara y que cobrara la recompensa, para que pudiera distribuir ese dinero entre la gente más pobre de la región.

Así, el rumor sobre Malverde se suma a los de otros ladrones emblemáticos, como Chucho el Roto. Entre los incontables milagros que se le atribuyen al santo de los malandrines, está el que asegura que el día mismo en que el capo Julio Escalante ordenó el asesinato de su hijo, quien había osado hacer negocios sin consultárselos. Malverde intervino para salvar al muchacho, que fue rescatado por unos pescadores de las aguas donde lo habían lanzado.

En recuerdo del día que murió, el 3 de mayo de 1909, sus devotos se vuelcan a las capillas y le ofrendan desde camarones hasta piedras, que recuerdan la forma en que el pueblo dice haberlo enterrado, cubriendo su cuerpo con rocas, pues las autoridades prohibieron darle cristiana sepultura.

La Iglesia católica no acepta su santidad, puesto que no hay registros probables de su vida y menos aún de que haya hecho milagros. También los historiadores cuestionan su existencia, atribuyendo sus aventuras a otra persona, llamada Jesús Juárez Mazo. Sin embargo, el director del Archivo Histórico de Sinaloa, Gilberto López Alanís, encontró en el año 2004, en los archivos del Registro Civil de Culiacán, un acta de nacimiento de 1888 que corresponde a un niño llamado Jesús, hijo de Guadalupe Malverde. El acta dice: "En Culiacán, a 5 de marzo de 1888, el juez del estado civil de esta capital hace constar que el encargado del registro civil de esta capital de Paredones ha remitido a este Juzgado un acta del tenor siguiente: En Paredones, a 15 de enero de 1888, ante mí, Marcelino Zazuela, compareció el C. Cecilio Beltrán, mayor de edad, soltero, jornalero y de esta vecindad, y presentó un niño vivo, nacido en este lugar hoy a las 5 de la mañana, a quien se puso de nombre Jesús, hijo natural de Guadalupe Malverde, mayor de edad, soltera, y de este punto. Fueron testigos de este acto los CC. Cipriano y Tiburcio Espinoza, mayores de edad, solteros, jornaleros, y de este don. La presente acta interesada exponente y testigos manifestaron su conformidad, ratificaron su contenido, no firmado, por no saber".

Lo indudable es que el pueblo, especialmente los que ponen en riesgo su vida o van a cruzar la frontera con Estados Unidos, se encomienda a este bandido generoso o ángel de los pobres. Y que también los connotados narcotraficantes Rafael Caro Quintero -que como sabemos ofreció pagar la deuda externa-, Ernesto Fonseca Carrillo, don Neto; Miguel Ángel Félix Gallardo, el Padrino; y Amado Carrillo Fuentes, el Señor de los Cielos, fueron o son sus fieles devotos.

(Tomado de: Marcelo Yarza - 101 Rumores y secretos en la historia de México, Editorial Grijalbo, Random House Mondadori, S.A. de C.V., México, D.F., 2008)


sábado, 8 de enero de 2022

Hongos sagrados, redescubrimiento en México

 


[...] En la historia en desarrollo de los hongos mexicanos, es obligado un reconocimiento especial a la contribución del sabio amateur (en el significado original, complementario, del término), R. Gordon Wasson. Él y su finada esposa. Valentina P. Wasson, redescubrieron, a mediados de los años cincuenta, el culto viviente del hongo entre los indios oaxaqueños, y eso los convirtió en objeto de atención mundial, no sólo a través de las páginas de la revista Life y en las publicaciones científicas sino también en su extraordinario libro Mushrooms, Russia and History (1957). En esas páginas Borhegyi y Wasson sugirieron una conexión entre los hongos sagrados de México y los hongos de piedra prehistóricos de Guatemala. 

Ésa fue la primera vez que se consideraba por escrito tal posibilidad. Pero esto nos lleva un poco adelante en nuestra historia, que propiamente debe de empezar en el siglo XVI, cuando Sahagún describió por primera vez los hongos alucinogénicos de tallo esbelto con pequeñas cabezas redondas que los aztecas llamaban teonanácatl, carne o alimento de los dioses. Bernardino de Sahagún explicó que éstos usualmente eran ingeridos con miel (como también se dice que los toman los lacandones), y que podían tener efectos agradables o aterrorizantes. 

Francisco Hernández (1651) fue más específico: mencionó tres tipos de hongos intoxicantes que eran reverenciados por la gente del México central durante la época de la Conquista. En el siglo XVII, Jacinto de la Serna y Ruiz de Alarcón aún se hallaban perturbados por la continua supervivencia de tales hongos en el ritual indígena, pero a partir de entonces desaparecieron de la literatura antropológica, sin que uno solo fuese identificado botánicamente; permanecieron tan ignorados que el botánico-economista Safford (1915) decidió que no habían existido en absoluto y que el teonanácatl ¡tuvo que haber sido peyote! 

El veredicto etnocéntrico de Safford llegó a ser aceptado ampliamente a pesar de algunas referencias históricas muy especificas, como la descripción de Sahagún: “Crece en los valles, entre la hierba. La cabeza es pequeña y redonda, el tallo largo y delgado.” Esta descripción difícilmente corresponde al cacto del peyote, que se da solamente en los altos desiertos semiáridos del norte. 

Una de las personas que no estuvieron de acuerdo con Safford fue el ya mencionado Dr. Reko, quien insistió en que las viejas fuentes estaban en lo correcto y que el uso de hongos alucinogénicos verdaderamente sobrevivía en los pueblos de las montañas de Oaxaca.

HALLADO AL FIN: UN CULTO DEL HONGO VIVIENTE EN MÉXICO 

A fines de los años treinta se demostraría que Reko tenía razón. En 1936 “Papá” Weitlaner encontró hongos mágicos por primera vez en las tierras mazatecas de Oaxaca. 

Envió una muestra a Reko, quien a su vez la mandó al Museo Botánico de Harvard, pero desafortunadamente ésta llegó muy deteriorada y no se pudo identificar. En 1938, Weitlaner, su hija Irmgard y el que después sería su esposo, Jean Basset Johnson, durante un viaje de campo a Huautla de Jiménez se convirtieron en los primeros extraños a los que se les permitió presenciar, aunque sin participar, a un ritual de curación de toda una noche en el que se comieron hongos. Johnson, quien perdió su vida en Noráfrica en 1944, describió la experiencia en un encuentro de la Sociedad Mexicana de Antropología en agosto de 1938 y en una ponencia más extensa que fue publicado por el Museo Etnográfico de Gothenburg (1939). 

Johnson escribió que el uso del hongo parecía estar diseminado en toda la región mazateca; los chamanes o curanderos los usaban con el propósito de adivinar la causa de enfermedades, y se creía que los hongos, a los que se reverenciaba devotamente, eran los que hablaban durante la sesión y no los curanderos. Johnson también confirmó que los indios conocían no sólo una sino diversas variedades de hongos intoxicantes. 

En agosto de 1938, un mes después de la experiencia de Weitlaner y Johnson en Huautla de Jiménez, Schultes y Reko recibieron de los informantes indígenas del mismo pueblo muestras de tres distintas especies que, se les dijo, eran reverenciadas por la gente a causa de sus propiedades visionarias. Schultes tomó notas meticulosas de su morfología y en 1939 publicó la primera descripción científica. En 1956, el distinguido micólogo francés Roger Heim, director del Museo de Historia Natural de París, identificó una como psilocybe caerulescens; otra fue definida por el micólogo de Harvard, Dr. David Linder, como panaeolus campanulatus y subsecuentemente redefinida como p. sphinctrinus; y la tercera, como stropharia cubensis por el doctor Rolf Singer. 

Schultes y Reko, en su viaje de campo de 1938, también habían podido delimitar el área del uso del hongo sagrado más allá de los límites de la región mazateca hasta otros grupos indígenas del sureste de México. En los años posteriores se han agregado más poblaciones fungómanas a la lista, incluyendo, en 1970 y 1971, a la matlatzinca de San Francisco Oxtotilpan, un pequeño pueblo ubicado a cuarenta kilómetros al sudeste de Toluca en el Estado de México, y posiblemente también a los choles y los lacandones de las planicies mayas. Los matlatzincas, que pertenecen a la familia del lenguaje otomí, uno de los más viejos de México, han sido los primeros habitantes del México central identificados como consumidores de hongos alucinogénicos desde los siglos XVI y XVII; y los choles y los lacandones son, como ya se ha visto, los primeros grupos mayas entre los que se han hallado hongos sagrados en épocas históricas. En conjunto, ahora tenemos noticia de unos quince diferentes grupos indígenas, cada uno de ellos con su propio lenguaje, cuyos curanderos emplean hongos alucinogénicos.

Es muy probable que haya otros, incluyendo a los de habla maya de las planicies, y quizá incluso del altiplano, entre los cuales se descubrirá que la antigua práctica ha sobrevivido.


(Tomado de: Furst, Peter T. - Alucinógenos y Cultura. Colección Popular #190. Traducción de José Agustín. Fondo de Cultura Económica, México, 1980)

viernes, 21 de agosto de 2020

Coatlicue


"La de la falda de serpientes" o Tonantzin, "Nuestra Madrecita", madre de todos los dioses del panteón azteca y de todo ser viviente, es una forma de la diosa de la tierra; la madre bondadosa de cuyo seno nace todo y, al mismo tiempo, el ser insaciable que devora corazones dejándolos limpios de inmundicias, recordándonos así el eterno ciclo de la vida y la muerte.
Según una leyenda narrada por Sahagún, Coatlicue vivía una vida de retiro y castidad después de haber engendrado a la Luna y a las estrellas.
Un día, al estar barriendo el templo, encontró unas brillantes plumas de colibrí que guardó sobre su vientre. Cuando terminó sus quehaceres las buscó, pero las plumas habían desaparecido y en ese instante se sintió embarazada. Cuando la Luna, llamada Coyolxauhqui, y las estrellas, llamadas Centzonhuitznahua, supieron la noticia del embarazo afrentoso de su madre, se enfurecieron hasta el punto de querer matarla. Lloraba Coatlicue por su próximo fin, cuando el prodigio que estaba en su seno le habló y la consoló diciéndole que, en el preciso momento, él la defendería contra todos.
Cuando los enemigos llegaron a sacrificar a la madre, nació Huitzilopochtli y, con la serpiente de fuego (el rayo solar), cortó la cabeza a la Luna y puso en fuga a las estrellas. Y dese entonces todos los días el Sol entabla una lucha con sus hermanos para ofrecer a los hombres un nuevo día.
La representación más importante de la Coatlicue es la que se conserva en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México: tiene pies y manos en forma de garras, una falda de serpientes entrelazada, en la cintura una cinta que simboliza el embarazo virginal y en el pecho, consumido de amamantar a cuanto ser viviente existe, luce un collar de manos y corazones humanos rematado con un cráneo; la cabeza de la diosa son dos cabezas de serpiente encontradas. Simbolismo todo de su misión: sustentar el equilibrio del universo.
Coatlicue tenía un santuario en el cerro del Tepeyac y a él acudían de lejanas tierras a rendirle homenaje; a la llegada de los españoles el culto fue desapareciendo debido al proceso de evangelización. Hay quienes opinan que la Virgen de Guadalupe eligió el mismo sitio que la diosa Tonantzin para que erigieran en él su santuario, con el fin de hacerle entender a los mexicanos que Dios no estaba a disgusto con sus antiguos dioses, pero que había llegado el momento de encontrar una nueva forma de venerarlo.

(Tomado de: Valero de García Lascuráin, Ana Rita: Las apariciones de la Virgen de Guadalupe. Virgen de Guadalupe, edición especial. Editorial México Desconocido, S.A. de C.V., México 2001)

lunes, 27 de julio de 2020

Exvotos



La palabra "exvoto" proviene del latín y significa "ofrenda que se hace a la divinidad, en recuerdo de algún beneficio".
En México, la tradición de los exvotos ha sido muy difundida y abarca aproximadamente quinientos años. Esta expresión adoptada por los mexicanos después de la Conquista les fue heredada de los españoles y en el transcurso de los años ha sido transformada y enriquecida en el llamado Nuevo Mundo.
Los exvotos, además de ser un muestra de agradecimiento, poseen un gran valor antropológico, puesto que reflejan de una manera clara las formas de vida de los mexicanos a través del tiempo y son un ejemplo más del arte popular.
El uso de nuevas técnicas y el consumismo han puesto en peligro este medio de expresión popular, aunque también resulta factible que no llegue a extinguirse gracias al profundo fervor mexicano.
El Museo de la Basílica de Guadalupe cuenta con más de 1300 exvotos en su acervo, los cuales han sido fotografiados y colocados de manera temática sobre los muros de la sacristía, el salón adjunto y la torre del campanario. Las piezas más sobresalientes corresponden a los siglos XIX y XX.

(Tomado de: Luque Agraz, Elin, y Michele Beltrán: Virgen de Guadalupe como patrona del arte. Virgen de Guadalupe, edición especial. Editorial México Desconocido, S.A. de C.V., México 2001)