lunes, 15 de abril de 2024

Lorena Velázquez


Lorena Velázquez, la emperatriz de la historieta fílmica 

Internacionalmente destacó en cintas de vampiros donde apareció como reina de este mundo sediento de sangre; también figuró en el género de la lucha libre, las guerras interplanetarias por el poder galáctico en la ciencia ficción, todo tipo historieta; es decir, un cine sin pretensiones artísticas que curiosamente ha llamado la atención en el mundo por ser un espectáculo básicamente naive. Lorena, alta y despampanante, prodigó humor en donde no lo había y extendió el campo de acción de sus interpretaciones. Entre la farsa y la comedia de pastelazo. Incursionó por ejemplo con Viruta y Capulina en una venganza contra los gringos en la parodia del género western, En peligro de muerte.

También insufló humor a sus personificaciones de villana en melodramas delirantes como Estafa de amor y La inocente. Aunque el mayor homenaje se lo hizo Tim Burton en Marcianos al ataque, al disfrazar a Lisa Marie como una clonación suya en la soberana cósmica, una de sus más gloriosas personificaciones en El planeta de las mujeres invasoras. Lore brilló junto a Tin Tan, Resortes, Héctor Lechuga y Mauricio Garcés en un sinnúmero de cintas que combinaron sexo, música y comicidad.


(Tomado de Terán, Luis - La risa en rosa. Cómicos inolvidables del cine mexicano. Somos Uno, especial de colección número 8, año 8, Editorial Eres, S.A. de C.V., México D. F., 1997)

jueves, 11 de abril de 2024

Tojolabales

 


Tojolabales

Representan 6.9% de los indígenas del estado y los principales pueblos donde habitan son Las Margaritas, La Independencia, Altamirano, Ing.  González de León, Saltillo, Ignacio Zaragoza y Comitán. Los tojolabales se dedican primordialmente al cultivo de la tierra, cuyos productos destinan en gran medida al consumo familiar. También tienen un amplio conocimiento de la tradición herbolaria, tanto alimentaria como medicinal. Además, crían borregos para la obtención de lana. Los tojolabales tejen en telar vertical de pedales -en todo México manejado por varones- mientras que las mujeres cardan e hilan la lada.

Como la mayoría de los mayas de las Tierras Altas, las mujeres hilan, tejen y bordan su propia ropa, y su indumentaria consta de falda de colores llamativos, decorada con encajes y listones de colores, blusa bordada también con listones y en la cabeza usan un pedazo de tela del mismo color que su falda. Las mujeres solteras pueden decorarse el cabello con listones de colores, las casadas sólo se peinan con dos trenzas. Esta indumentaria no se comercializa. Los hombres usan ropas contemporáneas, pues los materiales con que se elaboran los trajes típicos son muy costosos.


(Tomado de: Recorridos por Chiapas. Guía visual. Arqueología, Naturaleza e Historia. Arqueología Mexicana, Edición especial #20. Editorial Raíces, México, 2006)

lunes, 8 de abril de 2024

Julio Bracho

 



Julio Bracho 

(director, 1909-1978. Durango, México)


A pesar de que Julio Bracho trabajó desde joven cono director teatral (fue creador de los teatros Orientación y Universitario), siempre trató de acercarse al cine: asistía a las filmaciones de La mujer del puerto (1933) y conoció a Einsenstein cuando filmó ¡Que viva México! (1931), lo cual influyó en él. Fue codirector de Redes (1936) durante 4 meses y el éxito vino con tres cintas: ¡Ay qué tiempos señor don Simón! (1941), Historia de un gran amor y Distinto amanecer, ambas de 1943, las cuales definieron su impecable técnica. Por sus actitudes, fue llamado por Schenk, director de la 20th. Century Fox en 1945, pero una enfermedad del magnate le impidió cerrar el trato. A cambio, el cine nacional se vistió de excelentes producciones como La mujer de todos (1936), La sombra del caudillo (1960, considerada por él como su mejor cinta, además de estar vetada por la política nacional) y Crepúsculo (1944). Es tal es la calidad de Bracho como director cinematográfico, que su película Distinto amanecer forma parte del acervo especial del Museo de Arte Moderno de Nueva York. También fue creador de la película Cada quien su vida (1959), basada en la obra teatral de Luis G. Basurto, donde retrata el ambiente cabaretil de los años 50 en un lugar que se llamó Cabaret Leda y hasta hace poco se le conoció como el Club de los Artistas, ubicado en una de las calles de la avenida Vértiz. Otro de sus logros fue la película Canasta de cuentos mexicanos, donde sale a relucir la idiosincrasia de los mexicanos. En suma, Bracho es quizás el observador más acucioso del cine mexicano.


Pablo Dueñas y Jesús Flores.


(Tomado de: Dueñas, Pablo, y Flores, Jesús . La época de oro del cine mexicano, de la A a la Z. Somos uno, 10 aniversario. Abril de 2000, año 11 núm. 194. Editorial Televisa, S. A. de C. V. México, D. F., 2000)

jueves, 4 de abril de 2024

Cortés da con los navíos al través

 


XLII

CORTES DA CON LOS NAVÍOS AL TRAVÉS


Propuso Cortés de ir a México, y encubríalo a los soldados, porque no rehusasen la ida con los inconvenientes que Teudilli con otros ponía, especialmente por estar sobre agua, que lo imaginaban por fortísimo, como en efecto lo era. Y para que le siguiesen todos aunque no quisiesen, acordó quebrar los navíos; cosa recia y peligrosa y de gran pérdida; a cuya causa tuvo bien que pensar, y no porque le doliesen los navíos; sino porque no se lo estorbasen los compañeros; ca sin duda se lo estorbaran y aún se amotinaran de veras si lo entendieran. Determinado pues de quebrarlos, negoció con algunos maestros que secretamente barrenasen sus navíos, de suerte que se hundiesen, sin los poder agotar ni atapar; y rogó a otros pilotos que echasen fama cómo los navíos no estaban para más navegar de cascados y roídos de broma, y que llegasen todos a él, estando con muchos, a se lo decir así, como que le daban cuenta dello, para que después no les echase culpa. Ellos lo hicieron, así como él ordenó, y le dijeron delante de todos cómo los navíos no podían más navegar por hacer mucha agua y estar muy abromados; por eso, que viese lo que mandaba. Todos lo creyeron, por haber estado allí más de tres meses, tiempo para estar comidos de la broma. Y después de haber platicado mucho en ello mandó Cortés que aprovechasen dellos lo que más pudiesen, y los dejasen hundir o dar al través, haciendo sentimiento de tanta pérdida y falta.

Y así, dieron luego al través en la costa con los mejores cinco navíos, sacando primero los tiros, armas, vituallas, velas, sogas, áncoras y todas las otras jarcias que podían aprovechar. Dende a poco quebraron otros cuatro; pero ya entonces se hizo con alguna dificultad, porque la gente entendió el trato y el propósito de Cortés, y decían que los quería meter en el matadero. Él los aplacó diciendo que los que no quisiesen seguir la guerra en tan rica tierra ni su compañía, se podían volver a Cuba en el navío que para eso quedaba; lo cual fue para saber cuántos y cuáles eran los cobardes y contrarios, y no les fiar ni confiarse dellos. Muchos le pidieron licencia descaradamente para tornarse a Cuba; mas eran marineros los medios, y querían antes marinear que guerrear. Otros muchos hubo con el mesmo deseo, viendo la grandeza de la tierra y muchedumbre de la gente; pero tuvieron vergüenza de mostrar cobardía en público. Cortés, que supo esto, mandó quebrar aquel navío, y así quedaron todos sin esperanza de salir de allí por entonces, ensalzando mucho a Cortés por tal hecho; hazaña por cierto necesaria para el tiempo, y hecha con juicio de animoso capitán, pero de muy confiado, y cuál convenía para su propósito, aunque perdía mucho en los navíos, y quedaba sin la fuerza y servicio de mar.

Pocos ejemplos destos hay, y aquellos son de grandes hombres, como fue Omich Barbarroja, del brazo cortado, que pocos años antes desto quebró siete galeotas y fustas por tomar a Bujía, según largamente yo lo escribo en las batallas de mar de nuestros tiempos.


(Tomado de: López de Gómara, Francisco. Historia de la conquista de México. Estudio preliminar y apéndices de Silvia L. Cuesy. Editorial Océano de México, S.A. de C.V., México, Distrito Federal, 2003).

lunes, 1 de abril de 2024

El imperio del León

 


El imperio del León

Diego Mosqueda, hombre de negocios y gran impulsor del fútbol en Irapuato, se mudó en 1920 a la Ciudad de León. Dos años después, fundó el equipo León Atlético, que un poco más tarde se convirtió en el Unión de Curtidores. En poco tiempo, el Unión fue, con mucho, el mejor equipo de Guanajuato.

En 1940, la liga se abrió a la participación de la provincia en el torneo regular, y tres años después el Curtidores fue invitado a gestionar su ingreso. Armando Baqueiro, Pilar Ramírez y Francisco González fueron los encargados de promoverlo. En 1944, el equipo fue aceptado bajo su nuevo nombre: León Fútbol Club, que debutó en la campaña 1944-45.

El León se convirtió en el equipo de la década. En su primera campaña concluyó en el cuarto lugar, la temporada siguiente ocupó el tercero y un año después el segundo. Al fin, en la 1947-48 resultó campeón de Liga y en 1948-49 obtuvo el título de Copa y, automáticamente, el de Campeón de Campeones.

Una trayectoria de veras ascendente. Por si fuera poco, uno de sus delanteros, Adalberto "El Dumbo" López, obtuvo el liderato de goleo durante tres temporadas consecutivas.

Cuando el equipo argentino Independiente de Avellaneda visitó México, el León fue la única escuadra que pudo derrotar a los pamperos, y lo hizo con un contundente 4-0.

El cuadro titular era imponente: Arenaza, Varela y Bataglia; Montemayor, Costa y Conrado; Flores, Marco Aurelio, "El Dumbo" López, Manzotti y "Chancharras" Pérez. Su entrenador era Casullo, un profesional en toda la extensión de la palabra que le dio el conjunto una fisonomía definida y un estilo completamente armónico.

"Pioquinto", gran cronista y político de la época, que más tarde ganó la gubernatura de San Luis Potosí, dijo de aquel conjunto felino: "Este cuadro demuestra que una organización seria en cualquier ámbito logra siempre triunfar. Si hubiera diez equipos como el León, México sería una verdadera potencia en el fútbol."

Tenía razón. El conjunto leonés pudo haberse tomado como punto de partida para organizar el balompié mexicano en la década de los años cincuenta. Pero la historia fue muy distinta…


(Tomado de: Calderón Cardoso, Carlos - Por el amor a la camiseta. (1933-1950). Editorial Clío, Libros y Videos, S.A. de C.V., México, 1998)

sábado, 30 de marzo de 2024

Hermila Galindo

 


Hermila Galindo 

Sufragio efectivo 

(1886-1954)


Una de las habilidades de Venustiano Carranza fue la de allegarse a colaboradores adscritos a distintos frentes ideológicos personajes tan diversos como Luis Cabrera, Félix F. Palavicini, Salvador Alvarado e Isidro Fabela llegaron a ser integrantes de su círculo más cercano también lo fue Hermila Galindo Acosta acérrima defensora de los derechos de la mujer y teórica del carrancismo.

Nació el 2 de junio de 1886 en Ciudad Lerdo, Durango, hija de Rosario Galindo y Hermila Acosta no conoció a su madre pues falleció a los pocos días de dar a luz su padre que tenía otra familia la dejó a la guarda de una de sus hermanas Hermila agradecería siempre a su tía Ángela por el amor, el apoyo y la comprensión que le brindó.

Cursó la educación básica en su estado natal y posteriormente viajó a Chihuahua donde estudió en el instituto industrial para señoritas donde aprendió taquimecanografía e inglés conocimientos que le permitieron valerse por sí misma a la muerte de su padre acaecida cuando apenas tenía 16 años.

Para sostenerse se inició en la docencia en colegios de Torreón y trabajó como mecanógrafa en bufetes jurídicos poco a poco su profesionalismo la llevó a ser contratada por personajes de mayor relevancia.

Sus vínculos con la política comercial del ingeniero Eduardo Hay, funcionario maderista que la invitó a la Ciudad de México y con quien compartió la experiencia de laborar en el Congreso de la Unión, donde conoció a detalle los procesos legislativos.

La muerte de Madero y la marcha de Hay a Sonora le produjeron un declive moral y económico, del que pudo resarcirse gracias a su adhesión a la causa constitucionalista, en la que llegaría a ocupar el puesto de secretaria particular de Carranza. A partir de entonces se convirtió en una de las principales estudiosas del feminismo a través de la lectura y difusión de La mujer en el pasado, en el presente y en el porvenir de Augusto Bebel y La educación femenina de John Stuart Mill.

En la fragua de la Revolución, destacó por su templanza y por la velocidad vertiginosa con la que ganó el protagonismo como periodista, conferencista e ideóloga. Viajó con Carranza a Veracruz a finales de 1914 participó en la elaboración de la Ley del Divorcio, que permitió por primera vez la disolución del vínculo matrimonial. A partir de ese momento, Hermila refrendó su compromiso con la igualdad de género.

En marzo de 1915 escribió su primera conferencia feminista, misma que tituló La reivindicación de la mujer mexicana. Poco después, El Pueblo inauguró una sección escrita por mujeres, de la que fue colaboradora recurrente. En su primer artículo refirió la necesidad de que las mexicanas participaran de lleno en la vida pública: "Yo creo que en compensación de la parte activísima que la mujer [...] ha tomado en todas las etapas de la revolución, los revolucionarios están obligados a darle [...] facilidades para que desarrolle sus facultades intelectuales [...] y pueda participar en la gran obra de emancipación política y reconstrucción nacional que se está efectuando." Con ese propósito, recorrió la República invitándolas a sumarse en pro de la democratización del país.

el 16 de septiembre vio cumplido uno de sus grandes anhelos periodísticos con la publicación del primer número de La mujer moderna, semanario del que fue directora y cuya meta fue explorar diversas formas de participación femenina en el espacio público. Estructurada por secciones, la revista incluía opiniones sobre el acontecer nacional, textos tocantes a la salud, higiene y nutrición, anécdotas históricas y lugares de interés, páginas de interacción lúdica que ofrecían premios a las lectoras por resolver acertijos, espacio para preguntas y respuestas, así como un apartado de literatura.

Desde esa tribuna, Hermila llevó a cabo fuertes críticas a la iglesia católica, a la que acusaba de haber encasillado a la mujer en el papel de sexo débil, valiéndose del fanatismo sostenido y fomentado por la curia. Desde su punto de vista, el sesgo anacrónico de ese discurso era aprovechado por las instituciones androcéntricas para mantener inalteradas sus jerarquías y privilegios.

A diferencia de los modelos femeninos avalados por la mayoría de los medios, el semanario dirigido por Hermila asignaba el epíteto de modernas a mujeres alejadas del espectáculo y la moda, es decir, ensalzaba a las profesionistas, profesoras y enfermeras, también revaloraba la vida y obras de las independentistas -como Josefa Ortiz de Domínguez y Leona Vicario- y de las soldaderas.

En el cenit de su fama, fue invitada al Primer Congreso Feminista celebrado en Yucatán el 13 de enero de 1916. El centro de la discusión se fundó en cuatro preguntas formuladas por el gobernador Salvador Alvarado, político que desarraigó el acendrado feudalismo local, promovió la educación sin distinción de clase y reflexionó sobre la realidad política femenina: "¿Cuáles son los medios sociales que deben emplearse para manumitir a la mujer del yugo de las tradiciones? ¿Cuál es el papel que corresponde a la escuela primaria en la reivindicación femenina, ya que aquella tiene como finalidad preparar para la vida? ¿Cuáles son las artes y ocupaciones que debe fomentar y sostener el Estado, y cuya tendencia sea preparar a la mujer para la vida intensa del progreso? ¿Cuáles son las funciones públicas que puede y debe desempeñar la mujer a fin de que no solamente sea elemento dirigido, sino también dirigentes de la sociedad?”.

Escenario de los ponencias fue el teatro Peón Contreras, espacio que se convirtió en el centro neurálgico desde el que se trazaron los primeros esbozos del feminismo en México. Hermila presentó La mujer y el porvenir y las ideas en ella expuestas fueron consideradas radicales por gran parte del público asistente, incluso hubo quienes la acusaron de inmoral.

Para entonces era reconocida por haber "recorrido desde 1908 el camino [...] de muchos revolucionarios: primero fue reyista, después maderista, y por último constitucionalista, siempre trabajando [...] para altos oficiales de las facciones políticas". Gracias a su fama impuso su voz en contra del realce que había adquirido la maternidad después de 1821, pues consideraba que era un recurso que pretendía devolver a la mujer al hogar y limitar su valía al cuidado de los hijos. Sin embargo, para escándalo de las feministas más ortodoxas, ponderaba la maternidad responsable, que tenía como más alto principio la educación en la virtud de los futuros hijos de la patria.

también le preocupó que la mujer mexicana concibiera el matrimonio como una vocación que, de no cumplirse, la condenaría a una existencia marginal y ominosa. Quizás su propuesta más polémica fue la de una educación que permitiera la exploración de la sexualidad femenina libre de tabúes. Estas opiniones le ganaron duras críticas, incluso de los sectores progresistas. Hermila defendió su postura desde las páginas de La mujer moderna y pidió que la doctora Matilde Montoya evaluara, desde un punto de vista científico, la pertinencia de sus observaciones.

Cumplida su labor en México, la continuó fuera del país:


Preciso es que se sepa en el extranjero cuáles son nuestras ideas sobre la liberación de la mujer, cuáles son nuestros pensamientos sobre la necesidad de la unión entre todos los pueblos de alma española; es indispensable que se sepa la bondad del régimen político implantado en la República Mexicana por el señor Carranza. Si estas tres ideas son comprendidas en su verdadera significación en naciones extrañas, nuestro país tendrá necesariamente que le revelarse ante ellas como un país culto, y entonces será más factible estrechar los lazos de amistad con pueblos hermanos, base sobre la que se sentará más tarde la verdadera autonomía de la América Española.


Arribó a Cuba donde sumó seis intervenciones y advirtió: "El pequeño esfuerzo que [...] he hecho en pro del bienestar de mi país, esfuerzo débil, pero empapado de buena voluntad que espero no será estéril, porque en toda semilla, por minúscula que parezca a la vista, siempre se encuentra la génesis de un árbol.”

El 12 de diciembre de 1916 envió un documento al Congreso Constituyente en el que proponía el derecho al voto de la mujer, pero no como una concesión sino como un acto de estricta justicia. Un argumento que se esgrimió en contra fue que la mujer requería educación electoral. Desde el punto de vista de Hermila, la instrucción debía correr paralela a la conquista de sus derechos: "Es de estricta justicia que la mujer tenga el voto en las elecciones de las autoridades, porque si ella tiene obligaciones con el grupo social, razonable es, que no carezca de derechos. Las leyes aplican por igual a hombres y mujeres: la mujer paga contribuciones, la mujer, especialmente la independiente, ayuda a los gastos de la comunidad, obedece las disposiciones gubernativas y, por si acaso delinque, sufre las mismas penas que el hombre culpado. Así pues, para las obligaciones, la ley la considera igual que al hombre, solamente al tratarse de prerrogativas, la desconoce y no le concede ninguna de las que goza el varón.”

A pesar de contar con el apoyo de Carranza, la iniciativa no prosperó, pues los constituyentes consideraron que los movimientos a favor del sufragio femenino apenas emergían.

En ese mismo periodo intervino en el Segundo Congreso Feminista, celebrado nuevamente en Yucatán. En aquella oportunidad declaró: "La esfera de la mujer está en todas partes porque la mujer representa más de la mitad del género humano, y su vida está íntimamente ligada con la de la otra mitad. Los intereses de las mujeres y de los hombres no pueden separarse. La esfera de la mujer está, por lo tanto, donde quiera que esté la del hombre; es decir, en el mundo entero.”

En febrero de 1917, contra todos los usos de la época, se postuló para una diputación en la Ciudad de México. En entrevista con El Universal, explicó que su arrojo estuvo motivado por una carta que le envió un grupo de partidarias sugiriendo su postulación, no obstante la preeminencia de los candidatos varones. No encontrando un impedimento explícito a ejercer su derecho, decidió participar.

El programa de trabajo que propuso fue muy cercano a la recién aprobada Ley sobre Relaciones Familiares, influida por sus perspectivas. Las propuestas de Hermila "incluían la defensa de los intereses de madres y niños con relación al tiempo excesivo de trabajo; la exigencia de leyes que garantizaran la higiene matrimonial para defender a la mujer de las contaminaciones que degeneraban la especie, que la mujer fuera tratada en las leyes como mayor de edad pudiendo heredar bienes y administrarlos, etcétera”.

En la contienda electoral se enfrentó al general Ernesto Aguirre Colorado. En los periódicos se dijo: "Por esta señorita han aparecido en diferentes casillas más de quince votos firmados por las señoritas que se presentaron a votar." Cuando supo de su derrota, prometió al ganador que estaría pendiente de todas sus actuaciones, así lo hizo y reprochó públicamente sus intervenciones: "Como hemos dicho en nuestros números anteriores, Hermila [...] no se conforma con su derrota y todos los días embiste contra del candidato triunfante. Unas veces le censura su silencio, otra su fealdad y últimamente su cobardía. -"El puesto de usted está en la línea de fuego combatiendo a los zapatistas" -le dice en la última carta abierta que le ha dirigido.”

A mediados de año viajó a Durango, donde explicó las dificultades de su campaña en pro de la mujer: "La labor que yo me he echado sobre los hombros, es dificilísima, demasiado ardua, y he tenido que luchar contra lo que parecía muralla infranqueable de prejuicios y preocupaciones que daban margen a un estancamiento en la corriente de ideas relativas a la dignificación de la mujer: sobre mi personalidad, han caído comentarios y críticas que he sabido contrarrestar con altivez y con profunda fe en mi causa.”

En 1919 publicó su obra más ambiciosa, La doctrina de Carranza y el acercamiento indolatino. Los aspectos que ponderó a lo largo de las páginas fueron la soberanía nacional frente a la presión extranjera durante la Revolución, así como la promulgación de la ley del divorcio y su similar agraria. También moldeó a Carranza como un promotor de latinoamericanismo basado en el mutuo apoyo entre las naciones poco desarrolladas para hacer frente a la amenaza imperialista. Del mismo modo, describió cómo fue que, a raíz de su simpatías por el Primer Jefe, tomó la decisión de "abandonar la lucha meramente ideológica para lanzarme a la brega práctica, la que produce resultados efectivos, a la que de hecho tendrá que traer el mejoramiento político de nuestra patria”.

A sus ideas liberales se opusieron los consabidos prejuicios que dejaban en duda su capacidad para estudiar los problemas por los que atravesaba el país. Llena de incertidumbre, llegó a preguntarse por la autenticidad de sus convicciones, sin embargo, "la palabra VOLUNTAD, grabándose en mi cerebro, me impulsó a no desistir”.

El último ejemplar de La mujer moderna vio la luz el 16 de septiembre de ese año. Artemisa Sanz Arroyo refirió el carácter de Hermila, quien luchó "propugnando por [...] el sufragio femenino, del que fue un paladín incansable, como un legítimo galardón que la misma revolución triunfante otorgara a la mujer por sus meritísimos servicios a la causa constitucionalista. La causa feminista fue uno de sus más grandes anhelos y por lograr su triunfo, su constante batallar”.

La violenta muerte de Carranza fue una de sus mayores decepciones, pues con ella se diluían sus esperanzas de ver consumada la dignificación de la mujer. En 1923 se casó con Miguel Topete Guerra, con quien procreó a Hermila del Rosario el 8 de mayo de 1929. Al paso del tiempo se dedicó a la pintura y escribió un puñado de artículos que se publicaron esporádicamente. En 1939 se le reconoció como veterana de la Revolución y se le concedió una precaria pensión.

No participó en los movimientos feministas de medio siglo y falleció el 19 de agosto de 1954, un año después de que la mujer mexicana pudiera por fin ejercer el voto. Su lucha apasionada en favor del feminismo, el sufragismo y la democracia inauguró un sendero cuyos pasos han recorrido las insignes luchadoras sociales de México y América Latina.



(Tomado de: Adame, Ángel Gilberto - De armas tomar. Feministas y luchadoras sociales de la Revolución Mexicana. Aguilar/Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. de C. V. Ciudad de México, 2017)

miércoles, 27 de marzo de 2024

Juan Gómez-Quiñones

 


Juan Gómez-Quiñones

[1940-2020]


Profesor de historia en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Originario de Parral, Chihuahua, creció y se educó en el Este de Los Ángeles. Con estudios de licenciatura en literatura, maestría en estudios latinoamericanos y doctorado en historia por la UCLA, se ha dedicado por 27 años a la docencia e investigación en historia política, laboral, intelectual y cultural. Entre sus publicaciones cabe mencionar: Chicano Politics: Reality and Promise, 1940-1990; Mexican American Labor, 1970-1990; The Roots of Chicano Politics 1600-1940 y Sembradores: Ricardo Flores Magón y El Partido Liberal Mexicano. Gómez Quiñones ha sido un incansable promotor de la cultura y de los estudios chicanos. Fue Director del Centro de Estudios Chicanos de la UCLA, fundador de la renombrada revista Aztlán: International Journal of Chicano Studies y co-editor del Plan de Santa Bárbara. Su labor académica ha estado siempre acompañada por reconocido liderazgo comunitario que se ha hecho patente en su activismo en movimientos de derechos civiles, política electoral, trabajo, migración y programas con jóvenes.


(Tomado de: Diaz de Cossío, Roger; et al. Los mexicanos en Estados Unidos. Sistemas Técnicos de Edición, S.A. de C. V. México, D. F., 1997)

lunes, 25 de marzo de 2024

La espinosa historia del chayote

 


La espinosa historia del chayote

Corrupción entre la prensa y el poder político en el siglo XX

Marco A. Villa | Historiador


Era aún la época dorada priísta, entre los sexenios de Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz, cuando la práctica del "chayote" comenzó a institucionalizarse, dado que llevaba ya tiempo fluyendo entre algunas tintas de la prensa corrompida. Fuera "chayotito" cuando era poco o "doña Rosario" cuando era una cantidad mayor, el chayo o chayote era -o es, mejor dicho- la compensación generalmente económica que un periodista recibe de algún político, empresario u otro personaje con poder. ¿Las razones? Favorecer alguna movida chueca (adulterio, delito...) o sacar de la jugada a un candidato con serias posibilidades electorales y capaz de hacer sombra a su contraparte del partido en el poder, por mencionar las más comunes.

Sobre el origen del término, la versión más extendida involucra a Julio Scherer García -el legendario director de Excélsior y apodado el Mirlo Blanco por mantener sin manchas su plumaje al no aceptar dinero de políticos- quien a su vez encargó a Elías Chávez, reportero de Proceso, escribir sobre esta práctica que incluiría en su libro Los presidentes. Chávez cuenta: "Mientras el entonces Presidente de la República pronunciaba un día de 1966 el discurso inaugural de un sistema de riego en el estado de Tlaxcala, entre los reporteros corría la voz: ¿ves aquel chayote? Están echándole agua. Ve allá". Resultaba que, atrás de la planta, un representante de presidencia repartía el soborno. Desde entonces, su entrega se convirtió en un secreto a voces, con reporteros que representaban un cúmulo cada vez mayor.


¿El padre del chayo?

En la búsqueda de las raíces del chayote, invariablemente nos encontramos de frente con Carlos Denegri (1910-1970), "el mejor reportero de su tiempo, el peor periodista de la historia', a decir del escritor Enrique Serna, autor de la novela biográfica El vendedor de silencio. Este personaje destacó por su preparación y contactos: hablaba alemán, francés e inglés y se defendía en portugués e italiano; colaboró en Time, Life y otras publicaciones extranjeras que lo buscaban cuando necesitaban corroborar datos o informar sobre México; contaba con una extensa red de contactos nacionales e internacionales que participaban tanto en su reportajes como en sus corruptelas. Era hábil para obtener información, diestro en el arte de las relaciones públicas y sobre todo en la obtención de exclusivas, entre otras cualidades que puso al servicio de sus embutes.

De negri fue hijastro de Ramón Pérez Denegri, político prominente que formara parte de los gabinetes presidenciales de Álvaro Obregón y Emilio Portes Gil. Con los años, sacó maliciosamente provecho de su trabajo, a la sombra y resguardo de un régimen que tenía la costumbre de seducir a los periodistas destacados y mantener un férreo control sobre la prensa.

Carlos tocó la cima de la fama con su serie de entregas reporteriles en las que informó desde Londres varios momentos de la Segunda Guerra Mundial. Era 1942 cuando cruzó el Atlántico para cumplir su misión. Reunidos después en el libro Luces rojas sobre el Canal, estos textos eran enviados por teletipo (telex) a la redacción de Excélsior y publicados a cinco columnas en la primera plana. Línea a línea, cautivaba a los lectores por la emoción y el suspenso que imprimía a sus entregas. En ellos se pintaba como un gran "ligador": lo mismo un aristócrata inglesa que una sudamericana o la recepcionista de un hotel.

Pero quizás el clímax llegó cuando dejó de enviar notas durante varios días luego de informar que las embarcaciones nazis estaban torpedeando a los Aliados. La gente pensó que había muerto. Otro golpe de talento que se tradujo en temprano éxito mediático lo dio en 1945, cuando escribió: "Hoy, los Estados Unidos detonaron en Hiroshima y Nagasaki la primera bomba atómica en la historia de la humanidad", y a continuación reprodujo el Padre Nuestro completito.

Se convirtió en una celebridad... y también empezó a encumbrarse como el periodista más poderoso, impune y rico gracias al chayote, mismo que obtuvo de la élite política y empresarial durante cerca de veinte años. El mismo gabinete presidencial asistía a sus cumpleaños. Destaca un hecho que refleja su proclividad a esta práctica: la plana que compraba a Excélsior por cincuenta mil pesos para después vender las menciones a políticos, ya fueran a favor o en contra; en este último caso, pagado por un tercero. Vino después su columna "El fichero político", en donde aquellos que no eran favorecidos pasaban "una temporada en el infierno", como escribiera Carlos Monsiváis. Pionero de la televisión, transmitió por décadas un programa que cerraba invitando a los televidentes a encontrarse en la próxima emisión, seguida de la frase "Dios mediante". Porque además era creyente. El mismo Scherer contó que Denegri "alguna vez entrevistó a Dios".

Se ha dicho que los tiempos cambian y que el chayote ya se ha "secado" y desaparecido. ¿Será?


(Tomado de: Villa, Marco A.. La espinosa historia del chayote. Corrupción entre la prensa y el poder político en el siglo XX. Relatos e historias en México, año 12, número 135. Ciudad de México 2019)

domingo, 24 de marzo de 2024

Los narcosatánicos II

 


Los narcosatánicos II


Las víctimas: Claudia Ivette

Constanzo se relaciona con esa zona intermedia donde conviven jefes policiacos, narcotraficantes, artistas del show business, los niveles más deprimentes del esoterismo. Entre sus nuevas amistades se haya Salvador Antonio Gutiérrez, cuyo nombre artístico es Jorge Montes "Carta Brava", actor ocasional que vive de hacer "limpias" y que comparte un departamento en Londres 31 con su amigo Juan Carlos Fragoso, un joven desempleado. Constancio le exhibe a Montes sus "poderes", lo inicia en su ritual, y probablemente lo utiliza en el reparto de la droga.

Constanzo ejecuta su primer crimen (demostrable) con tal de proteger a su "ahijado". El travesti Claudia Yvette, a quien Montes le renta un cuarto, es abusivo y agresivo, no paga renta, utiliza desmedidamente el teléfono. Constanzo dicta sentencia: "Nadie le hace esto a un ahijado mío." Él y su grupo capturan a Claudia, lo introducen a fuerzas al departamento, lo asesinan, lo desmembran con navaja de peluquero y segueta de herrero, le arrancan los ojos con las manos y le "arremangan" la piel a jalones. Luego, llevan los restos a un lote baldío y cuando se disponen a la incineración un grupo de jóvenes los ahuyenta.

Y el asesinato es registrado en las publicaciones de nota roja como episodio chusco. Se acusa a un amigo del travesti Claudia (que nada tuvo que ver) y se "clama al cielo":

...El criminal desolló a su víctima luego de destazarla e incluso la escalpó, o sea, le desprendió la cabellera. Ni un lobo hambriento, ni una hiena inánica y mucho menos un león, pleno de nobleza, hubieran sido capaces de desollar tan minuciosamente a su víctima, como este sujeto mal nacido, que quiso hacer de su crimen una obra de arte. (En Alarde Policiaco, 13 de agosto de 1988.)

Los seguidores: Omar Orea 

Omar Orea, un nacido para perder. Estudiante de Ciencias de la Comunicación en la UNAM, conoce a Adolfo de Jesús en una discotheque gay en la Zona Rosa, y se deja atraer por la personalidad y por el derroche. A cambio, acepta pagar precios muy altos, entre otros la calidad de prisionero de Constanzo, que lo cela, le ordena al Duby vigilarlo en su ausencia y, cuando hay pleitos, va por él a su casa con escándalo.

Omar carece de visiones unificadas del mundo, no tiene reacciones morales ante los asesinatos, le dan igual las religiones y los cultos santeros. Es un determinista: le sucede lo que debía sucederle, y el pleno sometimiento a Constanzo es una de sus fatalidades. Él se limita a vivir asustado, sin comprender, gozando al límite las escasas oportunidades. Ya en la cárcel, le insiste a los reporteros: "Mi verdadera vocación es la política."

Los espacios de Constanzo: la zona del desperdicio

En los centros urbanos en perpetua expansión, se consolida y amplía un espacio: el del "desperdicio humano". Cada ciudad con 800 mil o un millón de habitantes, genera su propia zona prescindible, compuesta por esa "gente sin oficio ni beneficio", en el filo de la navaja entre la sobrevivencia y el delito. Son empleados a disgusto con su trabajo, ex-presidiarios, prostitutas, pushers en pequeña escala, campesinos expulsados de su tierra por el hambre y la violencia, travestis, débiles mentales abandonados por sus familiares.

Ellos viven dónde y cómo pueden, en hoteles de paso, en casuchas, en casas abandonadas, en vecindades, en sitios que les alquilan otros como ellos. No tienen identidad o identificación posible, vagan por las calles o se encierran en sus habitaciones a sumergirse en los pozos televisivos, viajan sin ataduras ni agenda, en la indistinción entre el anonimato y el exhibicionismo contumaz. Un día, de pronto, ya no aparecen y su ausencia apenas si causa algunas preguntas de rutina. "Ya volverá o si no, da igual", dicen los pocos que se acuerdan. La familia es un accidente o el ámbito brumoso que sólo se conserva mientras no se pida ayuda. Y su existencia, para los cultores de la "normalidad", es horrenda, inútil, provisional.

Constanzo elige a sus víctimas entre los habitantes de la zona prescindible de la sociedad. ¿Quién se obsesiona por la suerte de un "madrina" de la policía? ¿A quién le atañe si un campesino analfabeta, que salió de su pueblo a hacerla en el Norte, anda en Brownsville o en Chicago o en Reynosa? ¿A quién le importan los restos descuartizados de un travesti?... A los "prescindibles" las familias los dan por muertos o, con frecuencia, por jamás nacidos. Y Constanzo ,con pleno conocimiento de causa extrae sus víctimas de la zona prescindible. Con eso eleva su condición de jefe de secta a la de dueño de la vida y de la muerte. Así, él será el financiero y el sacerdote, el líder arriesgado y el representante del Más Allá.

La ruina de Constanzo se inicia cuando elige para el sacrificio a un habitante de la zona imprescindible, el joven Mark Kilroy. Al matarlo, el grupo transgrede sus límites; su ventaja ha sido la indiferencia de la policía hacia quienes no importan, y nunca obtendrán solidaridad alguna. Kilroy sí tiene padres que lo reclaman, instituciones que lo defienden, identidad que una semana de olvido no desvanece.

El clímax: regreso al infierno.

El 6 de mayo de 1989 una patrulla de judiciales que investiga un auto robado, se detiene ante un edificio en Río Sena 19, en la Colonia Cuauhtémoc. Ya se retiran cuando encuentran un papel donde se pide auxilio (enviado por Sara Aldrete). Deciden quedarse y se oye un grito: "¡Ya nos llevó la chingada!" Acto seguido desde el departamento 11 se les dispara con metralleta. La policía manda por refuerzos y la balacera arrecia. El Padrino tira centenario de oro y billetes de 100 dólares por la ventana y en español y, según dice el Duby en un "idioma extraño", maldice a sus perseguidores mientras les dispara sin puntería alguna: "¡Tomen cabrones! ¡Agarren esto, muertos de hambre! ¡Van a morir todos! ¡Este dinero no será para nadie! ¡No me detendrán hijos de la chingada! ¡Los veré en el infierno!" En la calle, sin miedo reconocible, policías y curiosos recogen el dinero.

En el departamento, una secuencia de pesadilla bélica. El ruido de los disparos ensordece y Constanzo se jacta: "No se escondan. Los mataremos a todos", mientras le implora su intervención a las deidades Ochún y Eleguá y quema fajos de dólares. De acuerdo con los relatos de Omar, el Duby y Sara, se vive en el departamento una escena trágica filtrada por el grand-guignol. Al irse acabando las balas, Constanzo se calma: "Recuerden nuestro pacto. Moriremos ahora y volveremos. Naceremos de nuevo." Él quiere convencer a Omar para que los mate y se suicide. Omar se niega. Martín acepta morir con el Padrino. El Duby se rehúsa a ejecutarlos y Constanzo lo amenaza con perseguirlo desde el infierno. El Duby accede, Omar y Sara se abrazan en la cama, Constanzo y Martín se meten en el clóset y el Duby los ametralla. Poco más tarde señales de rendición.

Los seguidores: Sara María Aldrete

Para Sara María Aldrete, estudiante destacada en Brownsville, el trato con Adolfo de Jesús Constanzo le resulta la experiencia más extraordinaria. Él no participa de la estrechez de miras de Matamoros, es elegante, es pródigo. Al principio se siente envuelta en un romance. Luego, al cerciorarse de las inclinaciones sexuales de Constanzo, cree hallarse en la cima de una pequeña gran empresa. Ella recluta, enlaza, informa, conspira, y al irse extendiendo la cadena de crímenes se limita a enterarse, sin asesinar, sin rebelarse, siempre al lado de Constanzo en la huída patética ¿Para qué irse si todo da igual, para qué tener reacciones morales si la gente se va a seguir muriendo? En la imaginación del amarillismo, Sara es la Madrina, la Sacerdotisa del mal. En verdad, sólo es un cómplice menor en la orgía de sangre que la rebasa y nulifica.

Los seguidores: el Duby 

Muy temprano, el Duby aprende las reglas que normalizarán su juego o su falta de juego. Mata a un hombre en una riña de cantina, y escapa. Se le invita a un grupo de narcos y él cede ante lo irresistible: el trabajo bien remunerado. Él no sostiene puntos de vista, acepta no consumir droga, participa sin protesta alguna en el primer asesinato y ya nada lo perturba. En su cuadro valorativo, hecho de fragmentos e incomprensiones, la vida humana es asunto muy menor y esto no depende de "Muerte de Dios" alguna, o de la irracionalidad de la santería, sino de su registro del sitio que ocupa en el mundo, en su mundo. Sólo unos cuantos le reconocen existencia plena y a él le da igual porque sabe hacer lo que muchos y es exactamente como muchos. Y su conclusión es inexorable: si yo soy nadie, los demás también lo son.

El Duby no respeta la vida ajena. Nunca le ha hecho falta tal actitud. No es un asesino nato, si tal cosa existe; es alguien que mata porque ya lo hizo alguna vez, y porque a eso lo lleva el compromiso con el jefe. En su mapa moral, el elemento determinante es el temor al castigo. Él no cree representar el mal, ni halla su identidad en el culto a las fuerzas demoníacas.

"¡Esto está muy grueso!", es el único comentario que a Duby le merece su primer asesinato, donde él aferra la pierna de una persona a quien degüellan. "¡Qué grueso!" Es decir, qué terrible, qué increíble y de ningún modo que inmoral. El Duby actúa -esto desprendo del conjunto de sus declaraciones y acciones- al margen de criterios éticos, como inmerso en una película que ni decide ni concibe, y donde él, un extra, obtiene como pago máximo la promesa de la inmortalidad. En la ausencia de convicciones y creencias que lo determina, él cree en lo que le dicen: jamás será detenido, no lo tocará las balas, no será interrogado, y ocupará un sitio de privilegio en el otro mundo, si es que existe. Y su dogma conspicuo es el impulso de las armas de fuego.

El ámbito del crimen: la indiferencia moral

¿Qué tiene en común los "narcosatánicos"? La ignorancia de los procesos racionales, el desinterés por lo que ocurre en el ámbito público, la debilidad moral que ni siquiera se percibe a sí misma, la codicia elemental, la credulidad, la falta de aceptación de los valores humanos, la devoción por el dinero. Y a Constanzo, la impunidad le resulta el hecho central. Lo otro (los crímenes bárbaros, los descuartizamientos, los rituales) son estímulos para su psicología torturada, sus creencias infantiles, la idea frenética de sí mismo.

Constanzo ha matado y debe morir, para no sufrir a manos de sus perseguidores. Él se sabe frágil en la cárcel, pero se considera inapresable como imagen del mal y del infierno. Él no funda religión alguna, él se agrega a lo que hay. Si su casa desborda cualquier imaginación, a los "narcosatánicos" también los explica un paisaje más racional: las atmósferas del narcotráfico. Allí Constanzo no es "enviado de las fuerzas del Mal", sino un gánster menor, cuyos crímenes, por horribles que sean, corresponden a un esquema general, en la semi clandestinidad de la Ciudad de México o en las penumbras de Matamoros. A la inmensa estupidez del crimen la circunda la zona cuya clave amnésica es la fosa común.


(Tomado de: Carlos Monsiváis – Los mil y un velorios (Crónica de la Nota Roja). Alianza Editorial y CNCA, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. México, D.F., 1994) 

jueves, 21 de marzo de 2024

Acuerdo para producir celulosa y papel, 1938

 


El presidente Cárdenas está por la cultura nacional, 1938


*Se hará aquí el papel para los periódicos

*Un acuerdo para que la PIPSA proceda inmediatamente a la fundación de una fábrica

*Empresa creada no con propósitos de lucro, sino con fines de servicio social

*Las fábricas establecidas en el país son insuficientes para suministrar oportunamente y a precio razonables del papel necesario por el sistema de periódicos diarios

(6 de marzo de 1938)


El C. Secretario de la Economía Nacional, por conducto del D.A.P.P., dio a conocer el siguiente acuerdo del señor Presidente de la República:


"CONSIDERANDO: En cumplimiento del elemental deber que el Poder Público incumbe de procurar la creación de las más favorables condiciones para el fácil desarrollo de la cultura, el Ejecutivo de mi cargo consideró urgente intervenir en el problema relacionado con el abastecimiento de papel para publicaciones periódicas, folletos, libros e impresiones en general, expidiendo el acuerdo de 21 de agosto de 1935 para que inmediatamente se estableciera un organismo que actuara en el mercado de adquisición y distribución de papel en la República, sin finalidad lucrativa alguna y con el exclusivo propósito de lograr el aprovisionamiento de papeles para impresión y particularmente para publicaciones, pues debido a las circunstancias que en esa época prevalecían se juzgó indispensable abaratar la materia prima que se emplea en uno de los vehículos de mayor eficacia para la divulgación cultural, eliminando así uno de los obstáculos que entorpecen el rápido encauzamiento del pueblo de México en la senda del progreso.

Las medidas que se autorizaron en el Acuerdo expedido por el Ejecutivo y que se pusieron inmediatamente en práctica por el órgano creado al efecto, evidentemente no pudieron ser las más deseables en todos los aspectos, pero fue preciso adoptar aquellas que provocaran resultados inmediatos en el fenómeno social que exigía la intervención del Estado, lográndose enseguida un sensible alivio, tanto para las publicaciones periódicas como para las artes gráficas en general, por virtud de la rebaja considerable en el precio de los diversos papeles suministrados por la compañía Productora e Importadora de Papel, S. A., mediante importaciones efectuadas a los más bajos precios que pudieran obtenerse en el mercado extranjero y sobre bases de la mayor economía en la distribución.

La injerencia del Gobierno federal en el problema relacionado con el abastecimiento de papeles para impresión ha dado a conocer el hecho de que la industria establecida en la República es insuficiente para suministrar oportunamente y a precio razonables, las cantidades de ese artículo que son necesarias para mantener y desarrollar en condiciones aceptables el sistema de periódicos diarios, que constituye tan importante instrumento de difusión de cultura en cualquier medio social.

El Gobierno se considerado obligado, por lo tanto, a procurar una solución de carácter permanente a este problema, pues según se deja dicho, las medidas propiamente de emergencia, que según el acuerdo de 21 de agosto de 1935 se pusieron en práctica, no pudieron ser sino transitorias y dirigidas hacia la obtención de un mejoramiento a corto plazo de las condiciones que prevalecían; pero es obvio que si por una parte se alcanzó el resultado de reducir en proporción notable el precio de los distintos papeles y principalmente el empleado las publicaciones periódicas, el procedimiento que para ello se ha usado adolece de defectos que pueden ocasionar trastornos económicos de otra índole.

Efectivamente, las importaciones de papel en forma sistemática y permanente son contrarias a la política de autoabastecimiento de aquellas materias primas que tienen relación con nuestras industrias y necesidades colectivas esenciales y contrarias también a la orientación del Gobierno en el sentido de limitar en lo posible las importaciones para impedir el desequilibrio de nuestra balanza comercial.

Por consiguiente, el Gobierno federal cree de su deber tomar en este caso la iniciativa para que sin ninguna dilación se establezca en el país una nueva fábrica de celulosa y papel para periódicos que garantice el abastecimiento nacional en las condiciones más favorables, de acuerdo con los proyectos técnicos acuciosamente preparados, dando lugar, a la vez que al logro de un propósito íntimamente ligado con el desarrollo de la cultura en México, a la creación de otra fuente de trabajo que se traducirá en un impulso a la industria nacional sin ocasionar trastorno a las fábricas similares existentes, que podrán seguir trabajando a la misma capacidad que hasta ahora lo han venido haciendo, aun tomando en consideración su ritmo creciente que se ha establecido de acuerdo con la demanda de sus productos elaborados, puesto que ha podido evidenciarse la posibilidad de subsistencia de éstas, a pesar de la introducción de algunas clases de papeles extranjeros realizada por la compañía Productora e Importadora de Papel, S. A. Es además, un definido propósito que la nueva fábrica actúe preferentemente en sectores de los que no integran los renglones principales de explotación de la industria que actualmente funciona y particularmente hay que hacer notar la importancia que para el país significa la fabricación de celulosa que se tiene proyectado acometer para que en lo sucesivo dejen de seguirse efectuando las considerables importaciones de este producto que han sido necesarias para abastecer de materia prima a las fábricas de papel.

Por lo expuesto, he tenido a bien dictar el siguiente


ACUERDO:

"Gírense las instrucciones necesarias para que la compañía Productora e Importadora de Papel, S. A., habiendo concluido los estudios técnicos y proyectos relativos proceda inmediatamente a tomar las medidas conducentes a efecto de que a la mayor brevedad posible se establezca una fábrica destinada a producir celulosa y papel para periódicos, con la capacidad bastante para cubrir la demanda de estos artículos en todo el territorio del país.

"Al desarrollarse los proyectos relativos al funcionamiento de la nueva unidad fabril, deberá tomarse en consideración que se trata de una empresa creada no con propósito de lucro, sino con fines de servicio social para el desarrollo de la cultura en el país".


El secretario de la Economía Nacional, Efraín Buenrostro.


(Tomado de: Hemeroteca El Universal, tomo 3, 1936-1945. Editorial Cumbre, S.A. México, 1987)