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martes, 25 de septiembre de 2018

El transporte en la colonia


Calesa, mediados del siglo XIX

Fray Sebastián de Aparicio a mediados del siglo XVI introdujo en la colonia el transporte por medio de carretas tiradas por bueyes mansos.

Anteriormente desde la época de los aztecas, existían las andas, las que continuaron utilizando los conquistadores con las "hamaquillas de redes" y la "silla a la espalda", todos estos conducidos por indios y negros esclavos.

Bombe

Carro convoy

Con el transcurso de los años llegaron los carruajes: el Bombe, la Estufa, la Litera de mulas, la Calesa, los Simones, el Cupé, los Farlones, las Carrozas, y las Diligencias, tiradas por briosos corceles y dirigidas por lacayos portando lujosas libreas.

Los carruajes de la nobleza estaban forrados de terciopelo carmesí, guarniciones de plata, colgaduras de seda blanca, algunos revestidos de carey, pero siempre abundando los adornos y las ricas pedrerías.

La Estufa del Divinísimo se veía con devoción y respeto. A su paso los transeúntes se hincaban de rodillas, la guardia batía marcha y presentaban armas.

Coche simón

La carroza del virrey

Algunos carruajes en lugar de tener portezuela tenían vistosas cortinas. Las Carrozas tenían elevado el pescante.

Los carruajes de la clase media tenían que sufrir la falta de muelles y no tenían más ventila que la portezuela.

Se prohibió el exceso de velocidad de los caballos, el no colocar en las banquetas los farlones ni las acémilas, porque impedían el paso de los transeúntes, se multaban a los cocheros por lanzar chiflidos y palabrotas.

La estufa del Virrey

La estufa del Divinísimo

El 20 de junio de 1793 el virrey conde de Revillagigedo dio la concesión a don Antonio Valdés Murguía y Saldaña, para establecer los coches de alquiler, los que llegaron a llamarse "Coches de Provincia", estableciendo su sitio en el Portal de Mercaderes para satisfacer la demanda de los habitantes de la colonia.

Litera de mulas

Ómnibus

(Tomado de: Casasola, Gustavo – 6 Siglos de Historia Gráfica de México 1325-1976. Vol. 2. Editorial Gustavo Casasola, S.A. México, 1978)





miércoles, 4 de julio de 2018

Sebastián de Aparicio

Sebastián de Aparicio



Nació en Gudiña, Galicia, España, en 1502; murió en Puebla, Pue., en 1600. Llegó a Nueva España en 1533, fijando su residencia en Puebla, donde se dedicó primero a la agricultura y después al acarreo de mercancías de esa ciudad a Veracruz, del puerto a la Ciudad de México y finalmente de la capital del virreinato a Zacatecas. Se le atribuye la introducción de las carretas tiradas por bueyes y la apertura del camino a Zacatecas. Al cabo de algunos años adquirió un rancho entre Azcapotzalco y Tlalnepantla, donde volvió a dedicarse a las faenas del campo. Ya en edad avanzada, se casó dos veces, aunque se dice que vivió en perfecta castidad. A los 70 años, sintiéndose muy enfermo, cedió sus propiedades a las religiosas de Santa Clara de México y entró a servirlas en calidad de criado; y el 9 de junio de 1573 vistió el hábito de San Francisco, donde profesó al año siguiente. Fue destinado al convento de Tecali y después al de Puebla, cuya jurisdicción recorrió incesantemente recogiendo limosnas para la casa de religiosos. Se dice que obró milagros en vida y después de muerto, por lo cual el Papa Pío VI expidió decreto de beatificación. Su cuerpo se conserva en una capilla del templo de san Francisco en Puebla.


(Tomado de: Enciclopedia de México).