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jueves, 23 de marzo de 2023

Los mexicas

 


Los mexicas

Según sus propios relatos los mexicas provenían de un legendario lugar llamado Aztlán, "lugar de la blancura", presuntamente situado en el noroeste de Mesoamérica. De ahí habrían partido en 1111 d.C. -junto con otros grupos de los que posteriormente se separarían-, en la búsqueda de un sitio donde asentarse. Reconocerían este lugar porque, como se los había indicado Huitzilopochtli, su dios tutelar, allí encontrarían un águila posada sobre un nopal y devorando una serpiente. Casi dos siglos de peregrinación les tomó a los mexicas encontrar ese lugar. En un islote en el lago de Texcoco fundaron, en 1325 d.C., México-Tenochtitlan, ciudad que llegaría a ser en apenas un siglo la más importante de Mesoamérica. Como consecuencia de ese acelerado desarrollo y del crecimiento de la población, el pequeño islote pronto fue ocupado en su totalidad por templos y casas, lo que ocasionó que el área de tierra firme se aumentara artificialmente, y que áreas próximas del lago se rellenaran con grandes cantidades de piedra y lodo. Casi dos siglos después de su fundación, en la época de la conquista, Tenochtitlan era una gran ciudad organizada en cuatro grandes calpullis o barrios; se encontraba unida con los pueblos ribereños mediante extensas calzadas, tenía una población de 150,000 o 200,000 habitantes y ocupaba un área cercana a los 15 km cuadrados.

La Triple Alianza

A poco más de un siglo de la fundación de Tenochtitlan, los mexicas habían logrado prosperar a tal grado, que fueron capaces de enfrentar con éxito a la ciudad tepaneca de Azcapotzalco, entonces el asentamiento dominante de la Cuenca de México. En 1430, los mexicas crearon una entidad que sustituiría a la que lidereaban los tepanecas. La nueva estaba formada por Tenochtitlan, Tlacopan y Texcoco, y es conocida como la Triple Alianza. A partir de ese momento, los tlatoque mexicas comenzaron un ciclo de conquista sucesivas que, en poco menos de cien años, los llevaría a dominar diversas regiones mesoamericanas, cuyos pueblos estaban obligados a entregar periódicamente una amplia variedad de bienes y materias primas. Durante su máximo esplendor, la Alianza controlaba un territorio que comprendía más de 400 pueblos y señoríos subordinados.

La guerra

La supremacía mexica se fundaba en su extraordinaria capacidad militar y en una eficaz estrategia de demostración pública de su poderío, la que incluía ceremonias con sacrificios humanos a las que debían acudir los señores de los pueblos sojuzgados. Sin embargo, existían varios factores que impedían un control estable de las zonas conquistadas, como las grandes distancias que en ocasiones separaban a las provincias del corazón del imperio.

Los señoríos independientes

Pese al indudable poderío de la Triple Alianza, algunos señoríos lograron mantenerse independientes. Ello era debido a diversos factores, entre los que se cuenta que la capacidad militar era tal, que su sometimiento implicaba más gasto que beneficio, o simplemente que su independencia resultaba conveniente para asegurarse la disponibilidad permanente de prisionero de guerra para el sacrificio. Entre esos señoríos independientes se encuentran Metzitlan, Tlaxcala, Cholula, Teotitlán del Camino y Yopitzinco. Mencion aparte merecen los tarascos, tal vez los únicos enemigos imbatibles de los mexicas.

Las provincias tributarias 

Para la administración del vasto territorio que se encontraba bajo su control, la Triple Alianza estableció un sistema basado en la división en provincias tributarias, cada una de las cuales contenía varios pueblos que canalizaban el tributo por intermedio de una capital. Tan sólo en un año, los registros del imperio contabilizaban decenas de miles de mantas de algodón, miles de vestidos, cientos de trajes guerreros, grandes cantidades de fardos de plumas y aves vivas, pieles, colchas, cacao, piedras preciosas y miles de toneladas de alimentos. También se exigía la tributación de la fuerza de trabajo necesaria para la construcción de los numerosos edificios y templos de la capital del imperio.

El comercio

El destino de los productos obtenidos por medio del tributo era diverso. Se les utilizaba para las fiestas religiosas; para el pago de la administración del imperio; para sostener a las poblaciones urbanas, y para cubrir los gastos de la guerra. Otra parte regresaba a la circulación por medio del comercio. El ámbito en el que los mexicas desarrollaban sus actividades comerciales rebasaba los límites del imperio. Algunos productos se obtenían por intercambio con regiones distantes.


(Tomado de: Dossier: La religión mexica. Los mexicas. Arqueología Mexicana, Vol.XVI núm. 91. Editorial Raíces, México, 2008)

lunes, 30 de agosto de 2021

Tzontémoc

 Tzontémoc


Mas el astro, al terminar su carrera diurna, se oculta detrás de la tierra y entonces lo llamaban los nahoas Tzontémoc, que quiere decir el que cayó de cabeza. De ninguna manera podemos formarnos mejor idea de esta nueva fase teogónica del astro que refiriéndonos a la piedra de Túxpan que lo representa.

Este ídolo es uno de los relieves más notables que nos dejaron los antiguos moradores del país. La figura, sin perder el tipo religioso que no podía variarse, es verdaderamente artística. La cara tiene el aspecto feroz del dios, con la máscara, sagrada; las pupilas son grandes y redondas; un bezote le atraviesa la nariz; de en medio del labio superior le salen cuatro dientes cuadrados y parejos, y de cada lado un colmillo largo y puntiagudo; en la parte inferior tiene también cuatro dientes y dos colmillos. En el centro de la Piedra del Sol está éste representado de una manera semejante con una cara ornada de la máscara sagrada, con las dos orejeras redondas, una gargantilla parecida y á más los dientes: y en una y otra piedra se observa que de entre los labios del sol sale una larga lengua significando la luz del astro. Pero si se observa el dios de la Piedra del sol con sus dos garras de águila, se ve que está en el zenit como cerniéndose en la mitad del firmamento, mientras que en la de Túxpan, el dios, que tiene las mismas garras en los piés y las manos, está en actitud de, bajar: aquél es Tonatiuh, éste es el sol que va á desaparecer, es Tzontémoc. Esta idea está expre­sada también y de manera admirable, en la unión de, la lengua del astro á otra bífida que se ve debajo de ella. 

Asi como la lengua significa la luz del sol, la bífida era representación de la luz de la estrella de la tarde, y la unión de ambas lenguas ó luces manifiesta la hora del crepúsculo, en que la estrella brilla con sus primeros rayos en el Poniente, mientras el astro del día lanza los últimos al hundirse detrás del horizonte.

Continuando con la figura de la Piedra de Túxpan, observamos en ella, alrededor de su frente y en vistoso adorno, un abanico de veintidós rayos, de, figura seme­jante al que tienen las divinidades infernales en el códice Vaticano; y como este adorno no lo usan los demás dioses, se comprende que el sol tiene aquí también la representación de Mictlantecuhtli, el señor de los muertos ó dios de la mansión de los muertos. El motivo de esta transformación es muy fácil de explicar; pues creían los nahoas que cuando el sol se hundía en el Occidente iba á alumbrar á los muertos, al ser el señor de la mansión de los Muertos, el Mictlantecuhtli. Los nahoas, como los egipcios, al contemplar al sol desaparecer en las tardes detrás del horizonte, juzgaron que se iba al mundo subterráneo, y como allí se figu­raban que estaba el Mictlan ó mansión de los muertos, decían que el sol en la noche los iba á alumbrar. Así el dios astro, Tonatiuh, se convierte en Tzontémoc al caer la tarde y por la noche en Mictlantecuhtli.


(Tomado de: Chavero, Alfredo. México a través de los siglos. Tomo Primero. Historia Antigua y de la Conquista. Ballescá y Cía. Editores, México)

lunes, 3 de febrero de 2020

Chimalpopoca

(Del náhuatl chimalli, escudo y popoca, humear: "escudo que humea", nombre solar). Tercer rey azteca después de la fundación de Tenochtitlan. Sucedió en el trono a Acamapichtli y a Huitzilíhuitl, de quien era hijo. Fue proclamado rey en 1416, sin dejar de estar sujeto a su abuelo Tezozómoc, rey de Azcapotzalco. A la muerte de éste (1427), lo sucedió su hijo Tayatzin, que pronto se sintió amenazado por su hermano Maxtla, señor de Coyoacán. De acuerdo con Chimalpopoca, Tayatzin quiso darle muerte, pero fracasó la conjura y él mismo resultó la víctima. Maxtla ascendió al trono de Azcapotzalco y se dedicó a humillar en varias formas al señor de México (le envió como regalo un vestido de mujer y afrentó a su amante), hasta que Chimalpopoca decidió hacerse inmolar en aras de Huitzilopochtli. Varios de sus nobles decidieron unirse al príncipe en esa sangrienta ceremonia, pero en medio de ella y antes de que le llegase el turno al monarca, las tropas de Maxtla invadieron Tenochtitlan y se lo llevaron preso a Azcapotzalco. Allí fue colocado en una jaula y mantenido a raciones de hambre hasta que se suicidó, colgándose de una viga con su ceñidor o máxtlatl. Durante los años de su reinado se dedicó una piedra para los sacrificios en el barrio de Tlacocomoco. Se le atribuyen las conquistas de Tequizquiac y Chalco.

(Tomado de: Enciclopedia de México, Enciclopedia de México, S.A. México, D.F. 1977, volumen III, Colima-Familia)

viernes, 8 de noviembre de 2019

Cuitláhuac


Décimo rey de los mexicanos, hermano de Moctezuma II. Fue señor de Iztapalapa y dirigió la expedición para someter a los mixtecos (1506). A la llegada de los españoles a México-Tenochtitlan fue hecho prisionero junto con otros nobles, pero se le puso en libertad, después de la matanza del templo Mayor organizada por Alvarado (junio de 1520), para que convenciera a la población de que cesara su hostilidad y restableciera el servicio del mercado. Hizo, sin embargo, lo contrario: organizó al pueblo para la guerra, mandó embajadores a solicitar la ayuda de sus aliados, propuso a Tlaxcala, Cholula y Michoacán una alianza contra los invasores, y batió a los españoles, durante la retirada de éstos, conocida como la Noche Triste (30 de junio). Muerto Moctezuma, acaso porque Cortés le atribuyó responsabilidad en la conducta de Cuitláhuac, fue electo soberano por el consejo indígena y subió al trono el 7 de septiembre. Su coronación se celebró con gran suntuosidad: en su honor y en el de los dioses se sacrificó a los prisioneros españoles. Murió el 25 de noviembre, víctima de la viruela traída por los soldados de Narváez. Según bernal Díaz del Castillo, los mexicanos lo creían “buen rey y no de corazón tan flaco como Moctezuma”. Las obras de defensa de la ciudad, iniciadas por él, fueron continuadas por Cuauhtémoc.

(Tomado de: Enciclopedia de México, Tomo III, Colima-Familia; México, D.F. 1977)



martes, 9 de julio de 2019

Chocolate, regalo de los dioses


Aunque pareciera broma decir que el chocolate es un placer de los dioses, en el estricto sentido de la palabra el nombre del árbol del que procede, Theobroma, significa exactamente eso: “bebida de los dioses”, según la clasificación de Carlos Linneo.


Se cree que hace unos tres mil años la primera civilización que cultivó este árbol fue la de los olmecas. Pero quienes crearon una bebida amarga, hecha con semillas de cacao, destinada exclusivamente a reyes y miembros de la realeza, fueron los mayas. En sus relatos, aparecen referencias de las diferentes formas de elaborarlo, aparecen las especias utilizadas para perfumarlo, entre otras cosas, el chile picante.


A la llegada de los españoles, el chocolate tenía un carácter tan místico que Hernán Cortés fue recibido por los aztecas con un saco lleno de unas semillas mayores que la almendras y que al descubridor lo dejaron un poco desconcertado. Le explicaron que aquellas semillas no eran cualquier cosa. Y para demostrarlo, allí mismo les prepararon un par de xocolatl o tchcolatl, bebida amarga, muy grasa y que se tomaba fría. Lo fundamental de la bebida era la espuma que se formaba, algo que a los recién llegados les parecía verdaderamente repugnante pero que tanto a los aztecas, con antes los mayas, tenían en alta estima.


Para los aztecas el chocolate era una fuente de energía, espiritual y física. Y un producto afrodisíaco. A pesar de que dicha bebida sólo era destinada a los estratos más altos de la sociedad, se reconocía la importancia de la forma física de sus guerreros, también a éstos les suministraban chocolate, para que las campañas militares no los debilitaran.


Para los mayas, el chocolate era parte importante de las ceremonias religiosas y los rituales. Entre las actividades realizadas durante la celebración de la siembra de las semillas del cacao, se sacrificaba a un perro que tuviera una mancha de color cacao sobre su pelaje. Otro hecho singular es que los encargados de la siembra tenían que mantenerse célibes durante trece noches, en la número catorce podían yacer con sus mujeres y al día siguiente, a sembrar cacao.


(Tomado de: Toledo Vega, Rafael. Enigmas de México, la otra historia. Grupo Editorial Tomo, S. A. de C. V. México, D. F., 2006)

lunes, 17 de junio de 2019

Aztlán


Lugar mítico donde los mexicas comenzaron su expedición con rumbo a lo que llegaría a ser México-Tenochtitlán.

Existe una fábula que explica por qué los aztecas abandonaron Aztlán.

Se dice que un pájaro que cantaba, emitía un chillido que decía tihui que quiere decir "ya vámonos". Como esta repetición fue durante muchos días uno de los sabios de linaje y familia llamado Huitziton reparó en ello, y considerando el caso quiso aprovecharse de esto para fundar su ciudad, diciendo que aquella ave era una deidad y ese era su mensaje. Se hizo de un compañero y ayudante en sus intenciones llamado Tecpatzin diciéndole: "¿No advertiste aquí lo que el ave nos dice?" Convenciéndolo del mensaje sagrado, los dos juntos dieron a entender  al pueblo, dejando así Aztlán.

Su situación geográfica ha sido diversa, para algunos estuvo en el Valle de México, otros en el Bajío, se llegó a ubicar en el lago de Chapala, en Baja California debido a que se encontraba rodeada de agua por tres lados, además de que en algunas cuevas se hallaron pinturas rupestres, representando origen y conceptos religiosos; sin embargo no se han podido precisar las fechas, por lo cual no se puede confirmar la teoría; otros lugares hipotéticos han sido: en Alta California, en Nuevo México; Humboldt y Prescott lo señalaron en los estados de Oregon y Wyoming; Wickersham cerca de lo que hoy es Seattle en Washington, el mismo padre Antonio Tello mencionó que fue en Anián, en Asia. Algunos historiadores afirmaron que Aztlán nunca existió.



Diversos estudiosos mencionan una relación estrecha con Mezcaltitlán (ubicado en la costa de Nayarit), ficen que fue ahí donde se posó por primera vez el águila sobre el nopal. Tal fue la especulación desde 1960, que se terminó por aceptar a dicha población como la patria de los aztecas. Otro dato significativo, es que hace poco más de una década se modificó el escudo del estado, en el cual se retomaron pasajes del Códice Boturini, describiendo la partida de los aztecas, aunque dicha suposición Aztlán-Mezcaltitlán, jamás fue confirmada.

Otra teoría habla de un Aztlán que junto a Jalisco, Colima y Tonalá, formaba parte de la Confederación Chimalhuacana.

(Tomado de: Toledo Vega, Rafael. Enigmas de México, la otra historia. Grupo Editorial Tomo, S. A. de C. V. México, D. F., 2006)

martes, 16 de abril de 2019

Coxcoxtli

(De abajo a arriba: Colhuacan y Xochimilco estàn en guerra, y Coxcox ordena llevar ante su presencia a los aztecas. Una vez hecho, manda a los aztecas combatir en Xochimilco y traer botìn de guerra. Còdice Boturini o Tira de la Peregrinaciòn)


(Coxcox o Coxcoxtli: Faisán, en náhuatl). Rey de Colhuacan en 1299, que permitió a los aztecas establecerse en sus tierras (Crónica Mexicáyotl). Según una leyenda, al verse envuelto en una guerra contra Xochimilco, pidió ayuda a sus vasallos tenochcas. Estos se precipitaron al combate e hicieron unos 30 prisioneros, a quienes llevaron a la retaguardia, tras cortarles sendas orejas. Al terminar el combate, Coxcox alabó su valor, pero les reprochó el haber regresado con las manos vacías. Entonces los aztecas abrieron sus bolsas y mostraron a los colhuas las orejas de los prisioneros. Con tal hazaña a su favor, los tenochcas pidieron la hija de Coxcox para esposa de su jefe y para transformarla en diosa. El rey accedió, pero quedó aterrorizado cuando durante la festividad de la divinización se dio cuenta de que habían matado a la joven y empleado su piel para cubrir a un sacerdote azteca, en su personificación de la diosa Toci. Coxcox inició en seguida la guerra contra los tenochcas. (Ixtlixóchitl, t.I)


(Tomado de: Enciclopedia de México, Enciclopedia de México, S. A. de C. V. D. F., 1977 tomo III, Colima - Familia)

lunes, 21 de enero de 2019

Antigüedades mexicanas




Entre los escasos restos de antigüedades mexicanas, interesantes para un viajero instruido, que quedan ya en el recinto de la ciudad de México, ya en sus inmediaciones, pueden contarse las ruinas de las calzadas (albarradones) y de los acueductos aztecas; 

la piedra llamada de los sacrificios, adornada de un bajo relieve que representa el triunfo de un rey mexicano, 


el gran monumento calendario que con el precedente está abandonado en la plaza mayor; 


la estatua colosal de la diosa Teoyaomiqui, tendida por el suelo en uno de los corredores de la Universidad y por lo común envuelta en tres o cuatro dedos de polvo; los manuscritos o sean cuadros jeroglíficos aztecas pintados sobre piel de maguey, sobre pieles de ciervo y telas de algodón (colección preciosa de que se despojó injustamente al caballero Boturini, Muy mal conservada en el archivo del palacio de los virreyes y cuyas figuras atestiguan la imaginación extraviada de un pueblo que se complacía en ver ofrecer el corazón palpitante de las víctimas humanas a ídolos gigantescos y monstruosos); los cimientos del palacio de los reyes de Acolhuacán, en Texcoco; el relieve colosal esculpido en la faz occidental del peñasco de pórfido llamado el Peñón de los Baños; y otros varios objetos que recuerdan al observador instruido las instituciones y las obras de pueblos de la raza mongolesa, y cuya descripción y dibujos daré en la relación histórica de mi viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente.

(Tomado de: Humboldt, Alejandro de – Ensayo Político sobre el reino de la Nueva España. Estudio preliminar, revisión del texto, cotejos, notas y anexos de Juan A. Ortega y Medina. Editorial Porrúa, colección “Sepan Cuantos…” #39. México, D.F.,2004)


sábado, 6 de octubre de 2018

Axolohua

Axolohua

Fundación de México (Códice Aubin)


Sacerdote azteca que con otro compañero encontró "el nopal sobre el cual está parada el águila" (Anales Mexicanos, no. 3), y de repente "se sumió en el hondo del agua verde". Veinticuatro horas después apareció en Chapultepec, donde estaban los aztecas, y les contó su aventura: en el fondo del lago había visto a Tláloc, quien le dijo: "Este es el lugar que han de poblar y hacer la cabeza de su señorío".  (Torquemada I).


(Tomado de: Enciclopedia de México)

lunes, 16 de julio de 2018

Tlahuicole

Tlahuicole, célebre general tlaxcalteca

 
(Tlahuicole, escultura por Manuel Vilar, 1851. Museo Nacional de Arte, México)


Entre otras víctimas es memorable en las historias mexicanas la que en uno de esos asaltos apresaron los huexotzincas. Había en la arma de Tlaxcala un famosísimo general  nombrado Tlahuicole cuyo valor no era inferior a la asombrosa fuerza de su brazo. La macana con que ordinariamente combatía era tan pesada, que otro soldado de moderadas fuerzas apenas podía alzarla del suelo. Su nombre era el terror de los enemigos de la república y todos huían del lugar donde él se presentaba con su macana. Este, pues, en un asalto que dieron los huexotzincas a una guarnición de otomíes, en el calor de la acción se metió incautamente en un lugar pantanoso, en donde no pudiendo moverse con tanta libertad como había menester, fue hecho prisionero y, encerrado en una fuerte caja de madera fue llevado a México y presentado a Moctezuma. Este rey, que sabía apreciar el mérito de las personas aun en sus propios enemigos, en vez de darle la muerte le concedió generosamente la libertad de volverse a su patria; pero el arrogante tlaxcalteca no aceptó el favor, pretextando que, habiendo sido cautivo, no osaba presentarse con tan grande ignonimia a sus nacionales; que quería morir como los demás prisioneros, en honor de sus dioses. Moctezuma, viéndolo tan renuente a volver a su patria y no queriendo, por otra parte, privar al mundo de un hombre tan célebre, lo fue entreteniendo en la corte con el ánimo de ganarle la voluntad y servirse de él en beneficio de la corona.


Entre tanto se ofreció la guerra con el rey de Michoacán, cuya ocasión y circunstancias ignoramos, y envió su ejército a Tlaximaloyan que era la raya de ambos reinos, a las órdenes de Tlahuicole. Este general desempeñó con valor la confianza del rey, y aunque no pudo desalojar a los michoacanenses del lugar donde se habían hecho fuertes, les hizo muchos prisioneros y les quitó mucho oro y plata y con estas ventajas volvió a México lleno de gloria. El rey le dio las gracias y le convidó de nuevo con la libertad, y no aceptándola el tlaxcalteca, le ofreció el empleo estable de tlacatécatl o general del ejército, a lo cual respondió Tlahuicole con bastante desenfado que no quería ser traidor a su patria; que deseaba morir sacrificado, pero pedía a su majestad que fuese en el sacrificio gladiatorio, que sería el más honroso a su persona por ser ese el destinado a los prisioneros de mérito.


Más de tres años estuvo este célebre general cautivo en México con una de sus mujeres que de Tlaxcala se había ido a hacer vida con él; lo cual solicitaron verosímilmente los mismos mexicanos, por la esperanza de que les dejase una gloriosa posteridad que ennobleciese con sus hazañas la corte y el reino de México. Al cabo de los años, viendo Moctezuma la obstinación con que desechaba todos los partidos que le ofrecía, condescendió finalmente a sus bárbaros deseos y señaló el día del sacrificio. Ocho días antes comenzaron los mexicanos a celebrarlo con bailes y, cumplido el término, en presencia del rey, de toda la nobleza y de inmenso pueblo, ataron de un pie, según el rito establecido, al cautivo tlaxcalteca al temalacatl o piedra grande y redonda donde se hacía semejante sacrificio.


Salieron sucesivamente a combatir con él varios hombres esforzados, de los cuales dejó, según dicen, muertos ocho y heridos unos veinte, hasta que habiendo recibido un fuerte golpe cayó en tierra fuera de sí, y antes de morir lo llevaron a la presencia de Huitzilopochtli, en donde le abrieron los sacerdotes el pecho y le sacaron el corazón y echaron a rodar su cadáver, según la costumbre, por las escaleras del templo. Así acabó este famoso general cuyo valor y fidelidad a su patria lo hubieran elevado al más alto grado del heroísmo, si se hubiera dirigido por mejores luces.


(Tomado de: Francisco Javier Clavijero - Historia antigua de México.)





jueves, 14 de junio de 2018

La Herbolaria

La Herbolaria



Dentro de los mercados hay jardines en primavera y bosques antiguos en perpetuo invierno. Estos bosques son los de las yerbas, que vienen del tiempo indígena en que la gente, sin complicaciones presuntuosas, se curaba con la sencilla hechicería de la naturaleza.

La yerbera -herbolaria dicen los diccionarios- es la durmiente de un bosque de mil años; raíces y ramas petrificadas, hojas y flores de ceniza. Cuachalate para la úlcera; doradilla para la vescícula; cola de caballo para los riñones; boldo, un té en ayunas, para la bilis; flores de azahar y naranjo para los nervios; semillas de sulemán para las reúmas, los calambres y el dolor de huesos por el frío; grangel para la vejiga; tumbavaquero para el insomnio; polvo de culebra para la sangre…


Ay, marchanta! ¿Qué haré con mi muchacho?  No puedo quitarle lo empachado.

Y la yerbera:


-¡Um! Para el empacho no hay como la lengua de vaca con una cortecita de viuchito; tres cogollitos de guayaba y de Durazno; una cascarita de lo blanco del mesquite y una rama de yerbabuena. Se hierve todo y se toma en ayunas. Eso y con untarle al muchacho manteca con flor de ceniza. Luego le jala el cuerito de la rabadilla, y cuando truena, ya salió el empacho….¡Ah, y no deje de ponerle su ojo de venado con un collarcito, pa’que no vuelvan a hacerle mal de ojo!...


Hay que ver a la yerbera, perdida en su follaje y breñal milagroso, entre canastos, paquetes, haces de ramas y montes de raíces y flores secas. “Concha nácar para las cicatrices; flor de yoloxóchitl para el corazón”…


(Tomado de: Ricardo Cortés Tamayo (Texto) y Alberto Beltrán (Dibujo) – Los Mexicanos se pintan solos)




sábado, 24 de marzo de 2018

Jerónimo de Aguilar


Jerónimo de Aguilar



Intérprete de Hernán Cortés, nació en Ecija, España, hacia 1489; muerto hacia 1531. Educado para el sacerdocio y establecido en Darién, naufragó en la costa de Yucatán y cayó en manos de indígenas mayas. Llegó a ser muy estimado por el cacique, debido a su castidad. Cuando Cortés fue a Yucatán en 1519, Jerónimo llegó hasta él y, posteriormente, le sirvió de intérprete, pues conocía la lengua maya de Yucatán. Doña Marina (Malinche) hablaba a la vez los idiomas náhuatl y maya, de modo que ella fue la colaboradora de Jerónimo en las pláticas con los totonacos, tlaxcaltecas y aztecas, aun antes de aprender español.


(Tomado de: Enciclopedia de México)

miércoles, 21 de marzo de 2018

Acamapichtli


Acamapichtli



Acamapichtli (del náhuatl acamapilli, vara, derivado de ácatl, caña, y mapilli, dedos de la mano, formado a su vez de máitl, mano y pilli, hijo: "puñado de carrizos" o "el que empuña la vara"), primer rey azteca, proveniente de Colhuacan, antiguo centro tolteca. Después de un laborioso y prudente gobierno de 20 años, fue sometido por los tepanecas hacia 1413. Durán, Ixtlixóchitl y Tezozómoc mencionan a otro Acamapichtli que ocupó el trono de Colhuacan en 1 Técpatl (1324). Según los Anales de Cuauhtitlán, Acamapichtli, rey de los aztecas, llegó a ser monarca en 9 Técpatl (1384). Sahagún relata que bajo su gobierno hubo 21 años de paz y quietud (Historia, II). Hizo edificar la ciudad y ordenó casas y acequias. Mostró pesar por no haber librado a los mexicanos de los tributos a Azcapotzalco (Durán: Historia, I). No nombró sucesor, y a su muerte fue elegido rey su hijo Itzcóatl, padre de Moctezuma I. Se cree que el primer monarca mexica de este nombre fue en un principio sacerdote de la diosa Cihuacóatl. Hay ciertos desacuerdos en los datos de varios historiadores que tratan de Acamapichtli. Su nombre también se ha escrito Acamapixtli, Acamapic, Acamapic y Acamapitz.

(Tomado de: Enciclopedia de México)

viernes, 16 de marzo de 2018

Ahuízotl



Octavo tlatoani mexica; sucedió a su hermano Tizoc en 1486 y murió en 1503. Terminó el gran templo de Tenochtitlan, a cuya inauguración asistieran más de 20 mil invitados de todo el imperio mexica y de otros señoríos independientes. Todos estos asistentes sin duda se sacaron sangre de las orejas y otras partes carnosas del cuerpo, en cumplimiento del ritual del autosacrificio. A partir de esta circunstancia derivó la mala interpretación de que fueron sacrificados 20 mil hombres, lo que resulta lógicamente imposible, sobre todo si se tiene en cuenta que el sacrificio humano era un acto muy solemne apegado a la reverencia ritual, y que constituía un mensaje simbólico a los dioses, que era ofrenda y eucaristía. Terminado el sacrificio, parte de la carne de la víctima ya deificada se comía con el significado con que los católicos toman la comunión. Las campañas militares de Ahuízotl se extendieron, por el sur, hasta Guatemala, y hasta la Huasteca veracruzana por el norte. Amigo de la ostentación, era al mismo tiempo fuerte y aguerrido. Hubo de sofocar constantes rebeldías, especialmente en la región de Puebla y Tlaxcala. Según el Códice Mendocinoconquistó 45 pueblos, fue muy valiente y alcanzó el título de tlacatécatl”. Durán (Historia I, 325-421) describe varios episodios de su reinado.

 Ahuízotl hermoseó la ciudad con bellos edificios y dio organización a las expediciones de los pochtecas (comerciantes a la vez que espías). Bajo su reinado se produjo una inundación grave, a consecuencia de la canalización de las aguas de Acuecuechco, manantial en las cercanías de Coyoacán. Recibió en las obras una herida en la cabeza y murió a consecuencia de ella. Su sobrino Moctezuma Xocoyotzin heredó el trono y su hijo Cuauhtémoc fue el último paladín de los aztecas.

(Tomado de: Enciclopedia de México, Enciclopedia de México, S. A. México D.F. 1977, volumen I, A - Bajío)


(Lápida de Ahuízotl MNAH)


Ahuízotl

1467-1502

Para hacer con mayor aparato tan horribles sacrificios ordenaron las víctimas en dos hileras... y según iban llegando eran prontamente sacrificados.

Francisco Javier Clavijero

Fue Ahuízotl el octavo gobernante de Tenochtitlan entre 1486 y 1502, famoso por ser enérgico, feroz y sanguinario, y por haber peleado contra mazhuas y otomíes para consolidar su poder. bajo su reinado el imperio azteca llegó a su mayor expansión y poderío, aunque el impulso que dio a la vida económica de la ciudad se debió en gran parte a su control sobre los traficantes o pochtecas, a quienes utilizaba como espías.

Durante su mandato se concluyó la edificación del Templo Mayor. cuando inauguró la última etapa de la construcción, con el fin de honrar a Huitzilopochti ordenó el sacrificio de miles de prisioneros durante tres días: él mismo, con un cuchillo de obsidiana, extrajo los corazones de varios hombres. refieren las crónicas que el número de sacrificados llegó a ochenta mil.

Ahuízotl, cuyo nombre en náhuatl significa "perro de agua", murió durante una inundación provocada por su propia necedad. El tlatoani había ordenado al señor de Coyoacán -tributario de los aztecas- que abriera las fuentes para el acueducto llevara más agua a Tenochtitlán; aceptó, pero advirtió también que "de cuando en cuando aquellas aguas se derramaban... y anegarían la ciudad de México". El gobernante tenochca consideró su advertencia como un desafío y lo mandó matar. así, se abrieron las fuentes y un torrente de agua inundó la ciudad con tal fuerza que fue necesario abandonar el palacio real. Ahuízotl intentó escapar, pero se golpeó la cabeza y murió días después.

(Tomado de: Molina, Sandra – 101 villanos en la historia de México. Grijalbo, Random House Mondadori, S.A. de C.V., México, D.F. 2008)