Mostrando las entradas con la etiqueta historia general de cosas de nueva españa. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta historia general de cosas de nueva españa. Mostrar todas las entradas

lunes, 2 de enero de 2023

Huehuetlatolli: palabras al hijo


(Códice Florentino)

 Libro Sexto

De la retórica y Filosofía moral y Teología de la gente mexicana, donde hay cosas muy curiosas, tocantes a los primores de su lengua, y cosas muy delicadas tocante a las virtudes morales.

[...]

Capítulo XX

 Del lenguaje y afectos que usaba el padre, principal o señor, para amonestar a su hijo a la humildad y conocimiento de sí mismo, para ser acepto a los dioses y a los hombres, donde pone muchas consideraciones al propósito con maravillosas maneras de hablar y con delicadas metáforas y propísimos vocablos.

1-"Hijo mío muy amado y muy querido, nota lo que te diré: Nuestro señor te ha traído en esta hora, donde te quiero hablar acerca de lo que debes guardar todos los días de tu vida; y esto hago porque eres mi hijo muy amado y muy estimado, más que toda piedra preciosa, más que toda pluma rica, que no tengo mas que a ti: tú eres el primero, el segundo y el tercero y el postrero.

2-He acordado, he pensado de decirte algunas cosas que te cumple, por la obligación que tengo que soy tu padre y madre (y) quiero hacer mi deber, porque mañana o ese otro día dios me llevará y quitará de sobre la tierra, porque es todopoderoso, porque estamos sujetos a la flaqueza humana y a la muerte y nuestra vida sobre la tierra es muy incierta.

3-Pues, hijo mío, nota y entiende lo que te diré. Vivas muchos días sobre la tierra en servicio de dios, y seas bienaventurado: Mira que seas avisado, porque este mundo es muy peligroso, muy dificultoso y muy desasosegado, y muy cruel y temeroso, y muy trabajoso y por esta causa los viejos con mucha razón dijeron: no se escapa nadie de las descendidas y subidas de este mundo, de los torbellinos y tempestades que en él hay; o de las falsedades y solazamientos, y dobleces, y falsas palabras que en él hay; muy engañoso es este mundo, ríese de unos, gózase con otros, burla y escarnece de otros, todo esta lleno de mentiras, no hay verdad en él, de todos escarnece.

4-Quiérote decir, hijo, lo que te conviene mucho notar y poner por obra, que es cosa digna de ser estimada y guardada como oro en paño, y como piedras preciosas en cofre, porque lo dejaron como tal los viejos y viejas, los canos y ancianos nuestros antepasados, que vivieron en este reino y señorío, conversaron entre la gente de este pueblo y tuvieron dignidad y principados.

5-Estos que fueron muy grandes señores y tuvieron la dignidad del reino y senado, no se ensoberbecieron ni se engrieron, mas antes se humillaron y anduvieron encorvados e inclinados hacia la tierra, con lloros y lágrimas y suspiros, no se estimaron como señores sino como pobres y peregrinos; estos nuestros antepasados, de quien descendemos, vivieron en grande humildad en este mundo, no vivían en presunción y soberbia y altivez y deseo de honras; 

6-y aunque vivieron en grande humildad, como está dicho, fueron reverenciados y tenidos en mucho y poseyeron las dignidades del reino, fueron señores y capitanes, y tuvieron autoridad para matar y para hacer guerras, y mantuvieron al sol y a la tierra, con carne y sangre de hombres; 

7-y aunque por la misericordia de dios fueron grandes y reinaron sobre la tierra y rigieron la república, que nuestro señor, que está en todo lugar, los encomendó, y juzgaron y trataron las causas de la república y consolaron, favorecieron a la gente popular, no por esc perdieron su humildad, ni se desvanecieron, ni hicieron cosas indignas de sus personas, 

8-y aunque eran ricos y poderosos y poseyeron muchos bienes que nuestro señor los dió, y gozaban de flores y de perfumes, y de mantas ricas de todas maneras, y tenían grandes casas, y gozaron de comeres y beberes de todas maneras, y poseyeron armas y atavios muy ricos y muy gloriosos, como son ricos barbotes, ricas borlas para la cabeza y orejeras muy ricas, de manera que hacian temblar a todos con S. M. ¿por esto perdieron, por ventura, algo de su humildad y gravedad? 

9-¿Por ventura desvaneciéronse, ensalzáronse? Por ventura, ¿por esto menospreciaron a los que eran inferiores o tuviéronlos en poco? ¿Por ventura por esta causa se les alteró el seso o perdieron el juicio? No por cierto; antes eran bien hablados y muy humildes y de gran crianza, y respetaban a todos, y se abajaban hasta la tierra y se tuvieron como nada, y cuanto mas eran honrados y estimados, tanto más lloraban y se entristecían, y suspiraban, y se inclinaban y se abajaban.

10-De esta manera, hijo mío, vivieron en el mundo los viejos de quien descendemos, tus abuelos y bisabuelos y tatarabuelos, que nos dejaron acá, de quien descendiste. 

11-Pon los ojos en ellos, mira sus virtudes, mira su fama y el resplandor y claridad que nos dejaron; mira el espejo y dechado que ellos dejaron y ponto delante de ti, y tenlo delante de tus ojos; mírate en él y verás quién eres; mira que tu vida la hagas semejante a la suya; mira que pongas su vida delante de tus ojos, y luego conocerás las faltas que tienes y las razas y manchas que hay en ti.

12-"Otra palabra quiero que oigas de mí, hijo muy amado, y nótala con gran diligencia: Sábete que has nacido en un tiempo muy trabajoso y en tiempo de mucha pobreza, porque yo, tu padre, estoy muy alcanzado, tengo mucha penuria; aunque nuestros antepasados fueron grandes y ricos, no heredamos de ellos aquella riqueza ni valor, mas antes tenemos gran falta de todas las cosas; la pobreza es la que se enseñorea, y tiene sobre nosotros su principado; somos tus padres ancianos y viejos, y muy necesitados.

13-Hijo mío, si quieres ver esto, sea así, mira el hogar de esta casa, mira donde se hace fuego y verâs que no hay sino pobreza y grande necesidad, que apenas alcanzamos abastanza de comida y bebida, y asimismo padecemos necesidad de vestuario y por todas partes padecemos frío, no tenemos con qué nos cubrir; míranos y verás que todos los huesos se nos parecen de flaqueza y necesidad de mantenimientos, y esto por la bondad de nuestro señor y por nuestros pecados: y mira a tus primos menores y a tus primas, mira si tienen abundancia, mira si estan gordos y recios y si tienen las cosas necesarias, y si les sobran los mantenimientos y las vestiduras ¿no los ves cuales andan, en suma pobreza?

14-Todos están llenos de cumplida miseria (y) en tal estado, en tanta pobreza, no hay oportunidad de levantar la cabeza ni tener brío, porque esto sería cosa de borrachos y de gente vil, tener presunción o altivez en tanta pobreza y miseria como hay dentro de esta casa,  y como la tienen los que en ella moran, es ocasión de humildad, y de tristeza, y de traerla cabeza baja, porque en tal tiempo has nacido. 

15-Y para que te lo diga todo, escúchame, que tu primo hermano, el cual es mayor que tú, N., no to ves, no tomas de él ejemplo de la manera que dios le ha humillado que ya usa del regimiento del pueblo, ya está en dignidad, ya tiene poder para juzgar las causas de la gente popular y de sentenciar y castigar a los delincuentes;

16-ya tiene autoridad para matar a los criminosos, ya tiene autoridad para reprender y castigar porque ya esta en la dignidad y estrado, ya tiene el principal lugar, donde le puso nuestro señor; ya le Ilaman por estos nombres tacatlato, tlacatecutli, por estos nombres le nombran todos los populares; éste está puesto en la dignidad por la falta de personas más prudentes y más sabias para regir este señorío o reino, o pueblo; no hay personas nobles y de gran caudal y de gran genealogía, ya todos han faltado. 

17-Si hubiera uno tan solamente de aquéllos, hubiera nuestro señor señalado uno de ellos, y alguno de ellos tomado de la república por rey y señor. No sé en que ha de parar aquel mancebillo que está llorando por el oficio que tiene. Por ventura en el se perderá, o por ventura le ha puesto nuestro señor hasta que parezca otro mejor que haga mejor el oficio. No tiene por cierto falta de amigos y conocidos nuestro señor. 

18-A este tu primo hermano antes que tomase el cargo, bien viste como vivía. ¿Andaba burlando o haciendo niñerías? ¿andaba como desvergonzado y desbaratado? ¿andaba muy erguido? ¿No era muy humilde ?¿No era muy reverente? Cierto, andaba inclinado y sin muestra de ninguna pompa, ni fantasía: oraba a nuestro señor dios con gran devoción, velaba de noche y se postraba de rodillas y de codos a la media noche a orar y a suspirar delante de dios, y asi esta ahora en esta costumbre. 

19-Levantábase luego de mañana y tomaba la escoba y barría, y limpiaba con el aventadero los oratorios; y ahora ¿qué te parece, cómo vive? ¿Cómo anda? ¿Anda soberbio o fantástico? ¿Acuérdase por ventura que es señoror? Tan humilde es ahora y tan obediente, y así llora y suspira y ora con gran devoción a nuestro señor no ves ahora que jamás dice: Yo soy señor, yo soy rey. Asi vela de noche ahora, y así barre, y así ofrece incienso como de antes. Aunque tu eres primero, hermano mayor, sobrepújate hijo mío (a) este tu primo hermano mayor en todas las buenas costumbres.

20-Nota, hijo, esta palabra, que lo que te tengo dicho te sea espina y aire frío, que te aflija para que te haga humillar y volver en ti; mira, hijo, que has nacido en tiempo de trabajos y aflicciones, y te ha enviado dios al mundo en tiempo de gran pobreza; mira que yo soy tu padre, mira qué vida pasamos yo y tu madre, que no somos tenidos en nada, ni hay memoria de nosotros, aunque nuestros antepasados fueron grandes y poderosos, ¿dejáronnos aquella grandeza y potencia? No por cierto.

21-Mira a tus parientes y afines que no tienen ser ninguno en la república sino que viven en pobreza y como desechados, y aunque tú seas noble y generoso y de claro linaje, conviene que tengas delante de tus ojos cómo has de vivir; 

22-nota, hijo, que la humildad y el abajamiento de cuerpo y de alma, y el lloro, y las lágrimas y el suspirar, ésta es la nobleza y el valer y la honra; mira, hijo, que ningún soberbio ni erguido ni presuntuoso, ni bullicioso, ha sido electo por señor; 

23-ningún descortés, malcriado, deslenguado, ni atrevido en hablar, ninguno que habla lo que se le viene a la boca, ha sido puesto en el estrado y trono real; y si en algún lugar hay algún senador que dice chocarrerías o palabras de burla, luego le ponían un nombre tecucuecuechtli, que quiere decir truhán;

24-nunca a ninguno fue dado algún cargo notable de la república que fuese atrevido, o disoluto en hablar, o en burlar, estos tales se Ilamaban quaquachictin, que es nombre de hombres alocados, pero valientes en la guerra; también los Ilamaban a estos otomi otlaotzonxintin, que quiere decir, otomis trasquilados y alocados. 

25-Éstos eran grandes matadores, pero teníanlos por inhábiles para cosa de regir. Aquellos que rigieron los tiempos pasados las repúblicas, y los ejércitos de las guerras, todos fueron gente muy dada a la oración y devoción, a las lágrimas y suspiros, muy humildes, obedientes, no erguidos ni presuntuosos, muy cuerdos y prudentes, muy pacíficos y reposados.

26-Ya sabes, hijo mío, bien tienes en la memoria que el señor es como corazón del pueblo. A este le ayudaban dos senadores para lo que toca al regimiento del pueblo; uno de ellos era pilli y otro era criado en las guerras. El uno de ellos se llamaba tlacatecutli, y el otro tlacochtecutli

27-Otros dos capitanes ayudaban al señor para las cosas de la milicia: el uno de ellos era pilli y criado en la guerra, y el otro no era pilli; el uno de ellos se Ilamaba tlacatécatl y el otro se llamaba tlacochcálcatl.

28-De esta manera, hijo mío, va el regimiento de la república, y estos cuatro ya dichos, tlacatecutli, y tlacochtecutli, y tlacatécatl y tlacochcálcatl, no tenían estos nombres y estos oficios por heredad o propiedad, sino que eran electos por la inspiración de nuestro señor dios, porque eran más hábiles para ello. 

29-Nota bien lo que te digo, muy amado hijo mio, muy estimado, que no te ensoberbezcas ni te altivezcas si por ventura fueres tomado para alguno de los oficios ya dichos. 

30-Por ventura dios te llamará para alguno de ellos, o por ventura te quedarás sin ninguno y vivirás como hombre común y popular; y si fueres llamado y elegido para alguno de estos oficios, otra y otra vez te encargo que no presumas de ti, ni te estimes por grande y valeroso y principal, porque esto es cosa con que dios mucho se enoja.

31-Si por ventura merecieres alguna dignidad, y por ventura merecieres ser algo, si por ventura merecieres ser electo para alguno de los oficios ya dichos, sé humilde, y anda muy humilde o inclinado y baja la cabeza, y recogidos tus brazos, y date al lloro y a la devoción y tristeza, y a los suspiros, y a la sujeciôn de todos; sé sujeto a todos y humilde a todos.

32-Y nota, hijo mio, que esto que te he dicho de la humildad y sujeción y menosprecio de ti mismo, ha de ser de corazón, delante de nuestro señor dios. 

33-Mira que no sea fingida tu humidad, porque entonces decirse ha de ti titoloxochton, que es hipócrita; decir se ha de ti también titlanixiquipile, que quiere decir hombre fingido. 

34-Mira que nuestro señor dios ve los corazones y ve todas las cosas secretas, por muy escondidas que estén, y oye lo que revolvemos en nuestro corazón todos nosotros, cuantos vivimos en este mundo; mira que sea pura tu humildad y sin mezcla de ninguna soberbia; mira que tu humildad delante de dios sea pura como una piedra preciosa muy fina; mira que no muestres una cosa de fuera y tengas otra de dentro."


(Tomado de: Sahagún, fray Bernardino de - Historia General de cosas de Nueva España. Numeración, anotaciones y apéndices de Ángel María Garibay K. Editorial Porrúa, S. A. Colección “Sepan Cuantos…” #300. México, D.F. 1982)

lunes, 28 de noviembre de 2022

Sahagún: Del agüero al ver una comadreja en su camino



 LIBRO QUINTO 

Que trata de los agüeros y pronósticos, que estos naturales tomaban de algunas aves, animales y sabandijas para adivinar las cosas futuras.


[...]

CAPITULO VI

DEL MAL AGUERO QUE TOMABAN CUANDO VEÍAN QUE LA COMADREJA  O MOSTOLILLA ATRAVESABA POR DELANTE DE ELLOS CUANDO IBAN POR EL CAMINO O POR LA CALLE.

De este animalejo que se llama comadreja, o mostolilla, se espantaban y tomaban mal agüero cuando la veían entrar en su casa, o traspasar por delante de si, cuando iban por el camino o por la calle; y concebían en su corazón mala sospecha de que les había de venir algún mal, o que si algún viaje tomasen no les había de suceder bien, que habían de caer en manos de ladrones o que les habían de matar, o les habían de levantar algún falso testimonio; 

y por esto ordinariamente los que (se) encontraban con este animalejo les temblaban las carnes de miedo, y se estremecían y se les espeluzaban los cabellos; algunos se ponían yertos o pasmados, por tener entendido que algún mal les había de acontecer. 

La forma de este animal, acá  en esta tierra, es que son como los de España, que tienen la barriga y pecho blanca y todo lo demás bermejo.


(Tomado de: Sahagún, fray Bernardino de - Historia General de cosas de Nueva España. Numeración, anotaciones y apéndices de Ángel María Garibay K. Editorial Porrúa, S. A. Colección “Sepan Cuantos…” #300. México, D.F. 1982)

jueves, 25 de agosto de 2022

Huehuetlatolli: palabras a la hija

  


Libro Sexto


De la retórica y Filosofía moral y Teología de la gente mexicana, donde hay cosas muy curiosas, tocantes a los primores de su lengua, y cosas muy delicadas tocante a las virtudes morales


[...] 

CAPITULO XIX

QUE EN ACABANDO EL PADRE DE EXHORTAR A LA HIJA, LUEGO DELANTE DE ÉL TOMABA LA MADRE LA MANO, Y CON MUY AMOROSAS PALABRAS LA DECÍA QUE TUVIESE EN MUCHO LO QUE SU PADRE LA HABÍA DICHO Y LO GUARDARE EN SU CORAZÓN COMO COSA MUY PRECIOSA, Y LUEGO COMENZABA ELLA A DISCIPLINARLA DE LOS ATAVÍOS QUE HA DE USAR Y DE COMO HA DE HABLAR Y MIRAR Y ANDAR, Y QUE NO CURE DE SABER VIDAS AJENAS, Y QUE EL MAL QUE DE OTROS OYERE NUNCA LO DIGA. MAS APROVECHARIAN ESTAS DOS PLATICAS DICHAS EN EL PÚLPITO, POR EL LENGUAJE Y ESTILO QUE ESTÁN (MUTATIS MUTANDIS) A LOS MOZOS, Y MOZAS, QUE OTROS MUCHOS SERMONES.

"Hija mia muy amada, muy querida palomita, ya has oído y notado las palabras que tu señor padre te ha dicho: has oído las palabras preciosas y que raramente se dicen, ni se oyen, las cuales han procedido de las entrañas y corazón en que estaban atesoradas; y tu muy amado padre bien sabe que eres su hija, engendrada de él, eres su sangre y su carne, y sabe dios nuestro señor que es así, aunque eres mujer, imagen de tu padre. ¿Qué más te puedo decir, hija mía, de lo que está dicho? ¿Qué más puedes oír de Io que has oído de tu señor y padre?

El cual te ha dicho copiosamente lo que te cumple hacer y guardar, ni ninguna cosa ha quedado de lo que te cumple que no la haya tocado; pero por hacer lo que soy obligada para contigo quiérote decir algunas pocas palabras.

Lo primero es que te encargo mucho que guardes y que no olvides lo que tu señor y padre ya dijo, porque son todas cosas muy preciosas; porque las personas de su suerte raramente publican tales cosas, y que son palabras de señores y principales y sabios, preciosas como piedras preciosas muy bien labradas. 

Mira que las tomes y las guardes en tu corazón, y las escribas en tus entrañas; si dios te diere vida, con aquellas mismas palabras has de doctrinar a tus hijos e hijas, si dios te los diere. 

Lo segundo que te quiero decir es que mires que te amo mucho, que eres mi querida hija; acuérdate que te traje en mi vientre nueve meses, y desque naciste, te criaste en mis brazos; yo te ponía en la cuna, y de allí en mi regazo, y con mi leche te crié.

Esto te digo porque sepas que yo y tu padre somos los que te engendramos, madre y padre, y ahora te hablamos doctrinándote. Mira que tomes nuestras palabras y las guardes en tu pecho:

mira que tus vestidos sean honestos y como  conviene; mira que no te atavíes con cosas curiosas y muy labradas, porque esto significa fantasía, y poco seso y locura.

Tampoco es menester que tus atavíos sean muy viles, o sucios o rotos, como son los de la gente baja, porque estos atavíos son señal de gente vil y de quien se hace burla; tus vestidos sean honestos y limpios, de manera que ni parezcas fantástica ni vil; 

y cuando hablares, no te apresurarás en el hablar, no con desasosiego, sino poco a poco y sosegadamente; cuando hablares, no alzarás la voz ni hablarás muy bajo, sino con mediano sonido, no adelgazarás mucho tu voz cuando hablares ni cuando saludares, ni hablarás por las narices, sino que tu palabra sea honesta y de buen sonido, y la voz mediana; no seas curiosa en tus palabras.

"Mira, hija, que en el andar has de ser honesta, no andes con apresuramiento ni con demasiado espacio porque es señal de pompa andar despacio, y el andar de prisa tiene resabio de desasosiego y poco asiento; andando llevarás un medio, que ni andes muy de prisa ni muy despacio, y cuando fuere necesario andar de prisa hacerlo has así, (que) por eso tienes discreción; para cuando fuere menester saltar algún arroyo, saltarás honestamente, de manera que ni parezcas pesada y torpe ni liviana.

Cuando fueres por la calle o por el camino no lleves inclinada mucho la cabeza, o encorvado el cuerpo, ni tampoco vayas muy levantada la cabeza y muy erguida, porque es señal de mala crianza, irás derecha y la cabeza poco inclinada; no lleves la boca cubierta, o la cara con vergüenza, no vayas mirando a manera de cegajosa; no hagas con los pies meneos de fantasía por el camino, anda con sosiego y con honestidad por la calle.

Lo otro que debes notar, hija mia, es que cuando fueres por la calle no vayas mirando acá ni acullá, ni volviendo la cabeza a mirar a una parte ni a otra, ni irás mirando al cielo, ni tampoco irás mirando a la tierra; a los que topares, no los mires con ojos de persona enojada, ni hagas semblante de persona enojada; mira a todos con cara serena. Haciendo esto no darás a nadie ocasión de enojarse contra ti. 

Muestra tu cara y tu disposición como conviene, y de la manera que conviene, de manera que ni lleves el semblante como enojada ni tampoco como risueña. 

Mira también, hija, que no te des nada por las palabras que oyeres, yendo por el camino, ni hagas cuenta de ellas, digan lo que dijeren los que van o vienen; no cures de responder ni cures de hablar, mas haz como que no lo oyes ni lo entiendes, porque haciendo de esta manera nadie podrá decir, con verdad, dijiste tal cosa. 

Mira también, hija, que nunca te acontezca afeitar la cara o poner colores en ella, o en la boca, por parecer bien, porque esto es señal de mujeres mundanas y carnales; los afeites y colores son cosas que las malas mujeres y carnales lo usan, las desvergonzadas que ya han perdido la vergüenza y aun el seso, que andan como locas y borrachas; éstas se Ilaman rameras. 

Y para que tu marido no te aborrezca atavíate, lávate y lava tus ropas, y esto sea con regla y con discreción, porque si cada día te lavas y lavas tus ropas, decirse ha de ti que eres relimpia y que eres demasiado regalada; llamarte han tapepetzon ["Eres perlita de agua",  para hacer burla de la que se acicalaba demasiado],  tinemaxoch ["Eres un ramito de flores", para burlar a la mujer afectada en su limpieza y adorno].

"Hija mía, este es el camino que has de llevar, porque de esta manera nos criaron tus señoras antepasadas, de donde vienes; las señoras nobles, ancianas y canas y abuelas, etc., no nos dijeron tantas cosas como yo te he dicho, no nos decían sino algunas pocas palabras; decían de esta manera: 

Oíd, hijas mías, en este mundo es menester vivir con mucho aviso y recato. Oye esta comparación que ahora te diré, y guárdala y de ella toma ejemplo y dechado para bien vivir. 

Acá en este mundo vamos por un camino muy angosto y muy alto y muy peligroso, que  es como una loma muy alta, y que por lo alto de ella va un camino muy angosto, y a la una mano esta gran profundidad y hondura sin suelo, y si te desviares del camino hacia la una mano o hacia la otra, caerás en aquel profundo. Por tanto, conviene con mucho tiento seguir el camino.

Hija mía, muy tiernamente amada, palomita mía, guarda este ejemplo en tu corazón y mira que no te olvides que este te sera como candela y como lumbre todo el tiempo que vivieres en este mundo.

"Sólo una cosa, hija mía, me resta por decirte para acabar mi plática: si dios te diere vida, si vivieres algunos años sobre la tierra, mira, hija mía muy amada, palomita mia, que no des tu cuerpo a alguno; mira que te guardes mucho que nadie llegue a ti, que nadie tome tu cuerpo. 

Si perdieres tu virginidad y después de esto te demandare por mujer alguno, y te casares con él, nunca se habrá bien contigo, ni te tendrá verdadero amor; siempre se acordará de que no te halló virgen, y esto será causa de grande aflicción y trabajo; nunca estarás en paz, siempre estará tu marido sospechoso de ti.

¡Oh hija mía muy amada, mi palomita! si vivieres sobre la tierra, mira que en ninguna manera te conozca más que un varón; y esto que ahora te quiero decir, guárdalo como mandamiento estrecho. Cuando dios fuere servido de que tomes marido, estando ya en su poder, mira que no te altivezcas, mira que no te ensoberbezcas, mira que no le menosprecies, mira que no des licencia a tu corazón para que se incline a otra parte; mira que no te atrevas a tu marido: mira que en ningún tiempo ni en ningún lugar le hagas traición, que se llama adulterio; mira que no des tu cuerpo a otro, porque esto, hija mía muy querida y muy amada, es una caída en una sima sin suelo que no tiene remedio, ni jamás se puede sanar, según es estilo del mundo; 

si fuere sabido, y si fueres vista en este delito, matarte han, echarte han en una calle para ejemplo de toda la gente, donde seras por justicia machucada la cabeza y arrastrada; de estas se dice un refrán: probarás la piedra y serás arrastrada, y tomarán ejemplo de tu muerte. 

De aquí sucederá infamia y deshonra a nuestros antepasados y señores, y senadores, de donde venimos, de donde naciste, y ensuciarás su ilustre fama y su gloria con la suciedad y polvo de tu pecado.

Asimismo perderás tu fama y tu nobleza y tu generosidad; tu nombre sera olvidado y aborrecido, de ti se dirá el refrán: que fuiste enterrada en el polvo de tus pecados.

Y mira bien, hija mía, que aunque nadie te vea, ni tu marido sepa lo que pasa, te ve dios, que esta en todo lugar, enojarse ha contra ti y despertará la indignación del pueblo contra ti, y se vengara como el quisiere o te tullirás por su mandado, o cegarás, o se te podrirá el cuerpo o vendrás a la última pobreza, porque te atreviste y te arrojaste contra tu marido, que por ventura te dará la muerte y te pondrá debajo de suspies, enviándote al infierno.

Nuestro señor misericordioso es, pero si hicieres traición a tu marido, aunque no se sepa, aunque no se publique, dios, que esta en todo lugar, él hará a venganza de tu pecado, que nunca tengas contento ni reposo ni tengas vida sosegada, y él provocará a tu marido que siempre esté enojado contra ti y siempre te hable con enojo.

Mira, hija mía muy amada, a quien amo tiernamente, mira que vivas en el mundo con paz y con reposo y con contento esos días que vivieres; mira que no te infames, mira que no amancilles tu honra, mira que no ensucies la honra y fama de nuestros señores antepasados de los cuales vienes; mira que a mi y a tu padre nos honres, y nos des fama con tu buena vida.

Hágate dios muy bien aventurada, hija mía primogénita, y llégate a dios, el cual está en todo lugar".


(Tomado de: Sahagún, fray Bernardino de - Historia General de cosas de Nueva España. Numeración, anotaciones y apéndices de Ángel María Garibay K. Editorial Porrúa, S. A. Colección “Sepan Cuantos…” #300. México, D.F. 1982)

martes, 9 de agosto de 2022

Sahagún: Del agüero cuando un zorrillo entra en su casa



LIBRO QUINTO 


Que trata de los agüeros y pronósticos, que estos naturales tomaban de algunas aves, animales y sabandijas para adivinar las cosas futuras. 

[...]

CAPITULO IX

DEL AGÜERO QUE TOMABAN CUANDO UN ANIMALEJO MUY HEDIONDO QUE SE LLAMA EPATL ENTRABA EN SU CASA, U OLiAN SU HEDOR EN ALGUNA PARTE.

Tenían también por mal agüero los naturales de esta Nueva España cuando un animalejo cuya orina es muy hedionda entraba en su casa, o paría en algún agujero dentro de su casa; en tal caso luego concebían mal pronóstico, y era que el dueño de la casa había a de morir, y decían que la causa era porque este animalejo no suele parir en casa alguna sino en el campo o entre las piedras, en los maizales, donde hay magueyes o tunas.

También decían que este animalejo era imagen del dios que llamaban Tezcatlipoca, y cuando este animalejo expelía aquella materia hedionda que era la orina, o el mismo estiércol o la ventosidad, decían: 'Tezcatlipoca ha ventoseado".

Tiene esta maña este animalejo, que cuando topan con él en casa o fuera, no huye mucho, sino anda azcadillando de acá para allá, y cuando el que le persigue vaya cerca para asirle, alza la cola  y arrójale a la cara la orina o aquel humor que alanza, muy hediondo, tan recio como si lo echase con una jeringa; y aquel humor cuando se esparce parece de muchos colores, como el arco del cielo, y donde da queda aquel hedor tan impreso que jamás se puede quitar, o a lo menos dura mucho, ora dé en el cuerpo, ora dé en la vestidura y es el hedor tan recio y tan intenso que no hay hedor tan vivo ni tan penetrativo, ni tan asqueroso.

Y cuando este hedor es reciente, el que le huele no ha de escupir, porque dicen que si escupen, como asqueando, luego se le vuelve cano todo el cabello. 

Y por esto los padres y madres amonestaban a sus hijos e hijas que cuando olían este hedor no escupiesen, mas antes apretasen los labios. Si este animalejo acierta con su orina a dar en los ojos, ciega los ojos. 

Este animalejo es blanco por la barriga y pechos y negro en lo demás.


(Tomado de: Sahagún, fray Bernardino de - Historia General de cosas de Nueva España. Numeración, anotaciones y apéndices de Ángel María Garibay K. Editorial Porrúa, S. A. Colección “Sepan Cuantos…” #300. México, D.F. 1982)

lunes, 4 de julio de 2022

Sahagún: Del agüero cuando de noche oían aullar alguna fiera

 


LIBRO QUINTO 

Que trata de los agüeros y pronósticos, que estos naturales tomaban de algunas aves, animales y sabandijas para adivinar las cosas futuras.


CAPITULO I

DEL AGÜERO QUE TOMABAN CUANDO ALGUNO OÍA DE NOCHE AULLAR A ALGUNA BESTIA FIERA, O LLORAR COMO VIEJA, Y DE LO QUE DECÍAN LOS AGÜEROS EN ESTE CASO

En los tiempos pasados antes que viniesen los españoles a esta tierra, los naturales de ella tenían muchos agüeros por donde adivinaban las cosas futuras. 

El primer aguero de éstos es que, cuando alguno oía en las montañas bramar alguna bestia fiera, o algún sonido hacia zumbido en los montes o en los valles, luego tomaba mal aguero, diciendo que significaba algún infortunio o desastre que le había de venir en breve, o que había de morir en la guerra o de enfermedad, o que algún desastre o infortunio le había de venir, de que le habían de hacer esclavo a él o alguno de sus hijos, o que alguna desventura había de venir por él o por su casa. 

Habiendo oído este mal agüero, luego iba a buscar a aquellos que sabían declarar estos agüeros, a los cuales llamaban tonalpouhque, y este agorero o adivino consolaba y esforzaba a este tal, diciéndole de esta manera:

"Hijo mío, pobrecito, pues que has venido a buscar la declaración del agüero que viste, sábete que es cosa adversa y trabajosa lo que significa este tu agüero; esto no es porque yo lo digo, sino porque asi lo dejaron dicho y escrito nuestros viejos y antepasados;

así que, la significación de este tu agüero es que te has de ver en pobreza y en trabajos, o morirás, por ventura esta ya enojado contra ti aquel por quien vivimos, y no quiere que vivas más tiempo; 

espera con ánimo lo que te vendrá porque asi esta escrito en nuestros libros, de que usamos para declarar estas cosas, a los cuales acontece, y no soy yo el que te pongo espanto o miedo, que el mismo señor dios quiso que esto te aconteciese y viniese sobre ti; y no hay que culpar al animal porque él no sabe lo que hace, porque carece de entendimiento, de razón, 

y tu, pobrecito, no debes de culpar a nadie porque el signo en que naciste tiene consigo estos azares, y ha venido ahora a verificarse en ti la maldad del signo en que naciste; esfuérzate, porque por experiencia lo sentirás; mira que tengas buen ánimo para sufrirlo, y entre tanto llora y haz penitencia.

Nota lo que ahora te diré que hagas para remediar tu trabajo: haz penitencia, busca papel para que se apareje tu ofrenda, que has de hacer, compra papel e incienso blanco y ulli, y las otras cosas que sabes que son menester para esta ofrenda.

Después que hayas aparejado lo necesario, vendrás tal día, que es oportuno para hacer la ofrenda que es menester al señor dios del fuego; entonces vendrás a mi, porque yo mismo dispondré y ordenaré los papeles y todo lo demás, en los lugares y en el modo que ha de estar para hacer la ofrenda; yo mismo lo tengo de ir a encender y quemar en tu casa". De esta manera hacian los que oían el agüero arriba dicho.


(Tomado de: Sahagún, fray Bernardino de - Historia General de cosas de Nueva España. Numeración, anotaciones y apéndices de Ángel María Garibay K. Editorial Porrúa, S. A. Colección “Sepan Cuantos…” #300. México, D.F. 1982)

lunes, 8 de noviembre de 2021

Superstición: de las embarazadas

 


 LIBRO QUINTO 

Que trata de los agüeros y pronósticos, que estos naturales tomaban de algunas aves, animales y sabandijas para adivinar las cosas futuras.


[...]

Apéndice

XIX De la mujer preñada

Otra abusión dejaron los antiguos; y es, que la mujer preñada se debía de guardar de que no viese a ninguno que ahorcaban, o daban garrote, porque si le veía decían que el niño que tenía en el vientre nacería con una soga de carne a la garganta.

También decían que si la mujer preñada miraba al sol, o a la luna cuando se eclipsaba, la criatura que tenía en el vientre nacería mellados los bezos, y por esto las preñadas no osaban mirar al eclipse, y, para que esto no aconteciese, si mirase el eclipse poníase una navajuela de piedra negra en el seno, que tocase a la carne. También decían que la mujer preñada, si mascaba aquel betún que Ilaman tzictli, la criatura cuando naciese, que le acontecería aquello que llaman motentzoponiz, que mueren de ello las criaturas recién nacidas, y cáusase de que cuando mama la criatura, si su madre la saca de presto la teta de la boca, lastímase en el paladar y luego queda mortal. 

También decían que la mujer preñada, si anduviese de noche, la criatura que naciese sería muy llorona; y si el padre andaba de noche y veía alguna estantigua, lo que naciese tendría mal de corazón, y para remedio de esto, la mujer preñada, cuando andaba de noche, poníase unas chinas en el seno, o un poco de ceniza del hogar, o unos pocos de ajenjos de esta tierra que llaman iztáuhyatl; y también los hombres se ponían en el seno chinas, o pícietl, para excusar el peligro del hijo que estaba en el  vientre de la madre y si esto no hacían, decían que la criatura nacería con una enfermedad que Ilaman ayomama, o con otra  enfermedad que llaman cuetzpaliciuiztli, o con lobanillos en las ingles.

(Tomado de: Sahagún, fray Bernardino de - Historia General de cosas de Nueva España. Numeración, anotaciones y apéndices de Ángel María Garibay K. Editorial Porrúa, S. A. Colección “Sepan Cuantos…” #300. México, D.F. 1982)

miércoles, 24 de junio de 2020

Fray Bernardino de Sahagún

Fray Bernardino de Sahagún era Ribeira por su verdadero apellido, y usó en religión el nombre de su natal villa de Sahagún, en el reino de León, en la cual vio la luz hacia el último año del siglo XV.
Estudió en Salamanca. Era de gallarda apostura; su retrato, existente en el Museo Nacional, nos lo revela  como un tipo de fina belleza ascética. muy joven aún, tomó el hábito en el convento de San Francisco de la vieja ciudad universitaria. Vino a la Nueva España en 1529 con otros diecinueve frailes que trajo Fr. Antonio de Ciudad Rodrigo. Consagróse al estudio de la lengua mexicana con ardor y sapiencia. Habiendo comenzado a aprenderla durante la travesía misma, con los indios que por orden del Emperador, y tras de haber sido llevados a España por Cortés, regresaban a su patria; continuó, ya en México, el estudio de aquel idioma que hubo de poseer con absoluta perfección.
Los primeros años de su residencia los pasó en el convento de Tlalmanalco, y por ese tiempo emprendió una expedición al Popocatépetl y al Ixtaccíhuatl. Entregado a los menesteres de su orden anduvo por el valle de Puebla y por Michoacán, y fue, a lo que se conjetura, guardián del convento de Xochimilco. Pero el periodo más largo, no interrumpido y, acaso por fecundo, el mejor de su vida, lo pasó en el colegio de Sangra Cruz de Tlatelolco. A poco de fundado éste, en 1536, se encargó de dar la cátedra de latinidad a los jóvenes indios de familias principales que allí acudían, puesto en el que duró hasta 1540. Al propio colegio volvió hacia 1570 y, consagrado a la enseñanza tanto como a la administración del establecimiento y a sus trabajos históricos, permaneció hasta el fin de sus días. Falleció en el convento de San Francisco de México el 5 de febrero de 1590.
La obra de Sahagún es gigantesca y dificilísima de establecer su bibliografía. "Ocupado casi cincuenta años en escribir -expresa García Icazbalceta- no solamente trabajó muchas obras, sino que a estas mismas dio diversas formas, corrigiéndolas, ampliándolas, redactándolas de nuevo y sacando de ellas extractos o tratados sueltos que corrían como libros distintos. Ya escribía en español, ya en mexicano, ya agregaba el latín o daba dos formas al mexicano." Evangelizador, filólogo e historiador, la obra de Sahagún sigue estas tres direcciones de su actividad. En el género religioso escribió: Epístolas y evangelios de las domínicas en mexicano, Sermonario, Evangeliarum, Epistolarium et lectionarium; una Vida de San Bernardino de Sena según se escribe en las Crónicas de la Orden, traducida al mexicano; Ejercicios cuotidianos en lengua mexicana, Manual del Cristiano, Doctrina Cristiana en mexicano, Tratado de las Virtudes Teologales en mexicano, Libro de la venida de los primeros padres y las pláticas que tuvieron con los sacerdotes de los ídolos, Catecismo de la Doctrina Cristiana, Psalmodia Cristiana, y muchos tratados sueltos sobre diversas cuestiones, tales como: Pláticas para después del bautismo de los niños, Lumbre espiritual, Bordón espiritual, Regla de los casados, Impedimento del matrimonio, Doctrina para los médicos, etc., etc. En materia filológica se registran las siguientes: un Arte de la lengua mexicana, un Vocabulario triligüe: en castellano, latín y mexicano, y el llamado Calepino, que nadie vio y forma probablemente parte de la Historia.
Toda esa enorme producción es en cierto modo, incógnita. De sus libros, el único publicado en vida de Sahagún, es la Psalmodia Cristiana. De los demás, unos existen manuscritos, otros se hallan perdidos, y no faltan los que sólo se conocen por referencias de los historiadores.
Es la Historia general de las cosas de Nueva España la obra sobresaliente del franciscano. Prodigioso cuadro de las coastiumbres, creencias y artes de los antiguos mexicanos, más que una historia propiamente dicha, considérasela una enciclopedia, "tesoro inagotable de noticias" - como dice García Icazbalceta- acerca de la principal de las razas aborígenes.
Gran parte de la vida de su autor ocupó este libro. Una vez trazado el plan del mismo, Sahagún se trasladó al pueblo de Tepeapulco, en 1557, y allí, de boca de ancianos indios, a los que se agregaron cuatro estudiantes de los que él había enseñado en Tlatelolco, tomó las noticias que deseaba consignar. Con esto se constituyó el primer manuscrito de la Historia, para elaborar en él sus largos años de estudio. Habiendo venido a México para asistir al Capítulo de su Orden en 1560, reunió en Santiago de Tlatelolco a ocho o diez indios principales "muy hábiles en su lengua y en las cosas de sus antiguallas", y con ellos y cuatro o cinco colegiales trilingües se encerró en el colegio y por espacio de más de un año corrigió y adicionó lo escrito en Tepeapulco, sacándose copia de todo, "aunque de ruin letra, porque se escribió con mucha prisa". Fue éste el segundo manuscrito de la obra. Trasladóse después Sahagún a su convento de México y allí, durante tres años, pasó y repasó las escrituras, las corrigió, dividiólas en doce libros, cada libro en capítulos y algunos de éstos en párrafos. Se hizo la copia correspondiente, a la que añadieron y enmendaron muchas cosas los indios mexicanos, y éste fue el tercer manuscrito o texto. Acabáronlo los escribientes indios en 1569, y -añade García Icazbalceta- "parece ser el definitivo, y el que contenía el texto mexicano de la obra, tal a lo menos como su autor le aceptaba".
Concluida la obra, el laborioso fraile solicitó que se designara a algunos religiosos la que la examinasen. Los censores opinaron que era de mucha estimación y que debería acabarse la versión española de ella, quizá ya empezada. Opúsose alguien en el definitorio a que se siguiera gastando en amanuenses, por ser contrario al voto de pobreza de la Orden, y se mandó al autor despidiese a "los escribanos", dejándolo en libertad de escribir por sí mismo cuanto quisiera. Mas como Fr. Bernardino pasaba entonces de los setenta años, y sus manos, de tan temblorosas, no le permitían escribir, el trabajo quedó en suspenso por más de un lustro. Deseoso de darle fin, sacó Sahagún un sumario de su Historia, que envió a España en 1570 con Fr. Miguel Navarro y Fr. Jerónimo de Mendieta. En una Advertencia al lector, que figura en uno de los prólogos añadidos al sumario susodicho, se lee: "Lo de la lengua española y las escolias no está hecho, por no haber podido más por falta de ayuda y de favor: si se me diese la ayuda necesaria, en un año o poco más se acabaría todo; y cierto que, si se acabase, sería un tesoro para saber muchas cosas dignas de ser sabidas, y para con facilidad saber esta lengua con todos sus secretos, y sería cosa de mucha estima de la nueva y vieja España."
Entretanto, y si no por la imprenta, fueron conocidos de muchos religiosos los libros de la Historia, en virtud de haberlos "tomado y esparcido por toda la provincia" en el mismo año de 1570 el provincial Fr. Alonso de Escalona. ¡Milagro que no se perdieran entonces, y que tres años más tarde, al tornar a México como Comisario Fr. Miguel Navarro, y proceder a recogerlos conforme al deseo de Sahagún, volvieron todos a manos de éste en 1574! Por fin, al año siguiente o principios del 76, habiendo llegado a México el nuevo Comisario Fr. Rodrigo de Sequera, quien traía encargo del Presidente del Consejo de Indias licenciado Juan de Ovando, de remitirle copia de la obra, de la cual le había interesado mucho el Sumario, mandó al autor que acabase de traducirla, y que se escribiese de nuevo en dos columnas, una en mexicano y en castellano la otra. Fue éste el primer manuscrito en ambas lenguas y el cuarto de la Historia.
Tan azarosa como su composición misma, sería la suerte que, ya terminada, corriera. Muerto Ovando el mismo año de 1575, el Consejo de Indias dio orden para que se recogiesen y enviaran a España todos los originales y copias de la Historia. Reiteró la orden el Rey en julio de 1578. Sahagún, enternecido, pensando quizá que le pedían su libro para imprimirlo, había escrito al monarca en 26 de marzo del propio año, informándole tenía entendido que el Virrey, tanto como el Comisario de la Orden, le habían enviado ya los cuatro volúmenes de la obra; pero, "si no los envían -agregaba- suplico a V.M. humildemente sea servido de mandar que sea avisado, para que se torne a trasladar de nuevo, y no se pierda esta coyuntura, y queden en el olvido las cosas memorables de este Nuevo Mundo".
¡Pobre Sahagún! La coyuntura se perdió; el olvido duró más de de dos siglos... ¡y aun, en parte, subsiste!
Felipe II pasó la carta al Consejo, y éste ordenó secamente el 18 de septiembre: "Dése cédula para que el Virrey tome lo que allá queda, traslados y originales, y lo envía todo, sin que allá quede ningún traslado."
¿Qué fue lo que motivó tan radical, violenta y absurda decisión?¿Qué sucedió con los manuscritos de Sahagún? ¿Qué se hicieron las sucesivas y diferentes versiones de la obra? La copia enviada por el Virrey en 1578, llegó a su destino; pero ¿qué pasó con ella? También parece evidente -según García Icazbalceta- que la copia en castellano y mexicano sacada por orden del P. Sequera en 1575-77, se la llevó éste mismo. Mas como Ovando, que se la encargó, había ya muerto, y por tanto no era posible que se la entregase, ¿qué ocurrió con este manuscrito?
He aquí varios enigmas de nuestra historia literaria que no han llegado todavía a aclararse.
Dos siglos permaneció ignorada la obra de Sahagún. En 1779, habiendo sido nombrado historiógrafo de las Indias D. Juan Bautista Muñoz, con la comisión de escribir la "Historia general de América", se dio a investigar su paradero, y supo después que existía un ejemplar de ella en el convento de franciscanos de Tolosa, en la provincia de Cantabria. Provisto de una real orden se presentó allí en abril de 1753 y recogió el códice: era éste un tomo en folio que contenía únicamente el texto castellano de los doce libros. No corresponde a ninguno de los manuscritos mencionados por Sahagún, ni tiene su firma; y, en opinión de García Icazbalceta, "el original de que se copió esta parte castellana bien pudo ser el manuscrito del P. Sequera, que según toda probabilidad es el mismo que hoy está en la Biblioteca Laurenziana de Florencia".
De esa copia de Tolosa proceden las tres únicas ediciones hasta ayer hechas de la Historia de Sahagún: la de D. Carlos María de Bustamante, publicada en México en 1829-30; la que lord Kingsborough incluyó en su colección ya citada, y la de D. Ireneo Paz (1890-95), que reproduce la de Bustamante. Ambas son defectuosas. Bustamante cometió el error de publicar por separado y primeramente el libro XII en 1829,en un volumen en 4°, y los once restantes después, reunidos en tres volúmenes. Hizo alteraciones y supresiones graves, y sembró el libro de comentarios pueriles. Cábele la gloria, sin embargo, de haber sido el primero en dar a la estampa la magna producción de Sahagún, de la cual está aún por hacer, de acuerdo con los códices, una edición crítica definitiva. Con todo, excelente versión de la Historia general de las cosas de Nueva España se ha dado últimamente a la estampa, y es la que, enmendando errores y lagunas de Bustamante y Kingsborough, y aprovechando los trabajos de Paso y Troncoso, Jourdanet, Rémi Siméon, y Seler, publicó D. Pedro Robledo en cinco espléndidos volúmenes (México, 1938). La Editorial Porrúa, S.A., publicó en 1956 en cuatro volúmenes una nueva edición de la Historia general del P. Sahagún, confiada al P. Ángel Ma. Garibay K., quien hizo una revisión del texto sobre el Códice Florentino; corrigió la mala grafía de las palabras nahuas, dividió las partes de la Historia en párrafos marginales para facilitar la localización de materias, y compuso el cuarto tomo con ricos materiales que amplían las proporciones y alcances, hasta ahora conocidos, de la obra sahaguniana.

(Tomado de: González Peña, Carlos - Historia de la literatura mexicana. Desde los orígenes hasta nuestros días. Editorial Porrúa, Colección "Sepan cuantos..." #44, México, D.F., 1990)

miércoles, 13 de marzo de 2019

Quauhcuetzpalin, Iguana


Quauhcuetzpalin (lagarto de árbol) Iguana [Iguana iguana rhinolopha].


Hay otro animal en esta tierra que se llama Quauhcuetzpalin, y los españoles le llaman iguana; es espantable a la vista, parece dragón; tiene escamas, es tan largo como un brazo, es pintado de negro y amarillo, come tierra y moscas y otros coquillos; a tiempos anda en los árboles, a tiempos en el agua; no tiene ponzoña, ni hace mal, antes es bueno de comer, estáse cuatro o cinco días sin comer; susténtase del aire.

(Tomado de: Fray Bernardino de Sahagún - Historia general de cosas de Nueva España. Editorial Porrúa, S. A. Colección “Sepan Cuantos…” #300. México, D.F. 1982)

miércoles, 2 de enero de 2019

Cóyotl, Coyote

Cóyotl. (Adive) Coyote. [Canis latrans].



Hay en esta tierra un animal que se dice cóyotl, al cual algunos de los españoles le llaman zorro, y otros le llaman lobo, y según sus propiedades a mi ver ni es lobo ni zorro sino animal propio de esta tierra. Es muy velloso, de lana larga, tiene la cola gruesa y muy lanuda; tiene las orejas pequeñas y agudas (…), es muy recatado para cazar, agazápase y pónese en acecho, mira a todas partes para tomar su caza, es muy sagaz en acechar su caza y cuando quiere arremeter a la caza primero echa su vaho contra ella, para inficionarla y desanimarla con él. Es diabólico este animal: si alguno le quita su caza nótale, y aguárdale y procura vengarse de él, matándole sus gallinas u otros animales de su casa, y si no tiene cosas de estas en que se vengue, aguarda al tal cuando va camino, y pónese delante ladrando, como que se le quiere comer por amedrentarle; y también algunas veces se acompaña con otros tres o cuatro sus compañeros, para espantarle, y esto hacen de noche o día.
 
 
(Tomado de: Fray Bernardino de Sahagún - Historia general de cosas de Nueva España. Editorial Porrúa, S. A. Colección “Sepan Cuantos…” #300. México, D.F. 1982)

jueves, 13 de diciembre de 2018

Del mal agüero, estantiguas


 LIBRO QUINTO 

Que trata de los agüeros y pronósticos, que estos naturales tomaban de algunas aves, animales y sabandijas para adivinar las cosas futuras.


[...]

Capítulo XI
Que trata del agüero que tomaban cuando de noche veían estantiguas

Cuando de noche alguno veía alguna Estantigua, con saber que eran ilusiones de Tezcatlipoca, también tomaba mal agüero en pensar que aquello significaba que el que la veía había de ser muerto en la guerra, o cautivo;

-y cuando acontecía que algún soldado valiente y esforzado veía estas visiones, no temía sino asía fuertemente de la estantigua y demandábala que le diese espinas de maguey, que son señas de fortaleza y valentía, y que había de cautivar en la guerra tantos cautivos cuantas espinas le diese; y cuando acontecía que algún hombre simple y de poco saber veía las tales visiones, luego las escupía o apedreaba con alguna suciedad.

A ese tal ningún bien le venía, más antes le venía algún desdichado infortunio; y si algún medroso o pusilánime veía estas estantiguas, luego se cortaba, luego se le quitaban las fuerzas y luego se le secaba la boca, que no podía hablar, y poco a poco se apartaba de la estantigua para esconderse donde no la viese.

Y cuando iba por el camino, pensaba que iba tras él la estantigua, para tomarle, y en llegando a su casa abría de pronto la puerta y entraba de presto, y cerraba la puerta de su casa y pasaba a gatas por encima de los que estaban durmiendo, todo espantado y pavoroso.

(Tomado de: Sahagún, fray Bernardino de - Historia General de cosas de Nueva España. Numeración, anotaciones y apéndices de Ángel María Garibay K. Editorial Porrúa, S. A. Colección “Sepan Cuantos…” #300. México, D.F. 1982)



sábado, 8 de diciembre de 2018

Quetzaltótotl, Quetzal

Quetzaltótotl (Ave preciosa) Quetzal [Pharomachrus mocinno]. 




Hay una ave en esta tierra que se llama quetzaltótotl; tiene las plumas muy ricas y de diversos colores: tiene el pico agudo y amarillo, y los pies amarillos; tiene un tocado en la cabeza, de pluma, como cresta de gallo; (…). Las plumas que cría en la cola se llaman quezalli son muy verdes y resplandecientes, son anchas como unas hojas de espadaña doblegándose cuando las toca el aire resplandecen muy hermosamente. 

Tiene esta ave unas plumas negras en la cola, con que cubre estas plumas ricas, las cuales están en el medio de estas negras. (…) El tocado que tiene en la cabeza esta ave es muy hermoso y resplandeciente, llaman a estas plumas tzinitzian; tiene esta ave el cuello y el pecho colorado y resplandeciente (…). 

Habitan estas aves en la provincia que se llama Tecolotlan, que es hacia Honduras, o cerca. Viven en las arboledas, y hacen su nido en los árboles para criar sus hijos. 

(Tomado de: Sahagún, fray Bernardino de - Historia General de cosas de Nueva España. Numeración, anotaciones y apéndices de Ángel María Garibay K. Editorial Porrúa, S. A. Colección “Sepan Cuantos…” #300. México, D.F. 1982)






martes, 13 de noviembre de 2018

Del mal agüero, conejos


 LIBRO QUINTO 

Que trata de los agüeros y pronósticos, que estos naturales tomaban de algunas aves, animales y sabandijas para adivinar las cosas futuras.


[...]

Capítulo VII
Del mal agüero que tomaban cuando veían entrar algún conejo en su casa.


Los aldeanos y gente rústica, cuando veían que en su casa entraba algún conejo, luego tomaban mal agüero y concebían en su pecho que les habían de robar la casa, o que alguno de su casa se había de ausentar o esconder por los montes, o por las barrancas, donde andan los ciervos y los conejos. Sobre todas esas cosas iban a consultar a los que tenían oficio de declarar estos agüeros.

Los conejos de esta tierra son como los de España, aunque no tienen tan buen comer.

(Tomado de: Sahagún, fray Bernardino de - Historia General de cosas de Nueva España. Numeración, anotaciones y apéndices de Ángel María Garibay K. Editorial Porrúa, S. A. Colección “Sepan Cuantos…” #300. México, D.F. 1982)

domingo, 4 de noviembre de 2018

Las tortillas



Las tortillas, alimento habitual del pueblo, y que no son más que simples pasteles de maíz, mezclados con un poco de cal, y de la misma forma y tamaño de nuestros scones, las encuentro bastante buenas cuando se sirven muy calientes y acabadas de hacer, pero insípidas en sí mismas. Su consumo en todo el país se remonta a los primeros tiempos de su historia, sin cambio alguno en su preparación, excepto con las que consumían los antiguos nobles mexicanos, que se amasaban con varias plantas medicinales, que se suponía las hacía más saludables. Se las considera particularmente sabrosas con chile, el cual para soportarlo en las cantidades en que aquí lo comen, me parece que sería necesario tener la garganta forrada de hojalata.


(Tomado de: Madame Calderón de la Barca: La vida en México)



De las comidas que usaban los señores

1.- Las tortillas que cada día comían los señores se llamaban totonqui tlaxcalli tlacuelpacholli, quiere decir tortillas blancas y calientes, y dobladas, compuestas en un chiquíhuitl, y cubiertas con un paño blanco.

2.- Otras tortillas comían también cada día que se llamaban ueitlaxcalli, quiere decir tortillas grandes; éstas son muy blancas y muy delgadas, y anchas y muy blandas.

3.- Comían también otras tortillas que llaman quauhtlaqualli; son muy blancas, y gruesas y grandes y ásperas;

4.- otra manera de tortillas comían que eran muy blancas, y otras algo pardillas, de muy buen comer, que llaman tlaxcalpacholi;

5.- también comían unos panecillos no redondos, sino largos, que llaman tlaxcalmimilli; son rollizos y blancos y del largor de un palmo o poco menos.

6.- Otra manera de tortillas comían, que llamaban tlacepoalli ilaxcalli, que eran ahojaldradas, eran de delicado comer.

La que vende tortillas

2.- La que vende solamente tortillas vende tortillas de muchas maneras como se dijo en el libro octavo, capítulo XIII, y otras tortillas que tienen dentro ají molido o carne, y las que son untadas con ají, y hechas pella entre las manos, y las que están untadas con chilmolli; y las tortillas de huevos, y las de masa mezclada con miel, que son como guantes, y tortillas cocidas debajo del rescoldo, y otras muchas maneras de tortillas.

(Tomado de: Sahagún, fray Bernardino de - Historia General de cosas de Nueva España. Numeración, anotaciones y apéndices de Ángel María Garibay K. Editorial Porrúa, S. A. Colección “Sepan Cuantos…” #300. México, D.F. 1982)




jueves, 1 de noviembre de 2018

De las diversas maneras de borrachos


Más decían: que el vino se llama centzontotochtin, que quiere decir “400 conejos”, porque tiene muchas y diversas maneras de borrachería.

(A) algunos borrachos, por razón del signo en que nacieron, el vino no les es perjudicial o contrario: en emborrachándose luego cáense dormidos o pónense cabizbajos, asentados y recogidos, ninguna travesura hacen ni dicen;


y otros borrachos comienzan a llorar tristemente y a sollozar, y córrenles las lágrimas por los ojos,. Como arroyos de agua; y otros borrachos luego comienzan a cantar, y no quieren parlar ni oír cosas de burlas, mas solamente reciben consolación en cantar;


Y otros borrachos no cantan, sino luego comienzan a parlar y a hablar consigo mismos, o a infamar a otros y decir algunas desvergüenzas contra otros; y a entonarse, y decirse ser unos de los principales, honrados, y menosprecian a otros, y dicen afrentosas palabras, y álzanse, y mueven la cabeza diciendo ser ricos y reprendiendo a otros de pobreza, y estimándose mucho, como soberbios y rebeldes en sus palabras, y hablando recia y ásperamente moviendo las piernas y dando coces; y cuando están en su juicio, son como mudos y temen a todos, y son temerosos, y excúsanse con decir, “estaba borracho, y no sé lo que me dije, estaba tomado del vino”.


[Mural en Restaurante Mayahuel, Sacramento, California]

Y otros borrachos sospechan mal, hácense sospechosos y mal acondicionados y entienden las cosas al revés y levantan falsos testimonios a sus mujeres, diciendo que son malas mujeres, y luego comienzan a enojarse con cualquiera que habla a su mujer, etc.; y si alguno habla, piensa que murmura de él, y si alguno ríe, piensa que se ríe de él, y así riñe con todos y sin porqué. Esto hacen por estar trastornados del vino.


Y si es mujer la que se emborracha, luego se cae sentada en el suelo, encogidas las piernas, y algunas veces extiende las piernas en el suelo; y si está muy borracha desgréñase los cabellos, y así está toda descabellada y duérmese, revueltos todos los cabellos, etc.


Todas esta maneras de borrachos ya dichas decían que aquel  borracho era su conejo, o la condición de su borrachez, o el demonio que en él entraba.


Si algún borracho se despeñó, o se mató, decían “aconejóse”; y porque el vino es de diversas maneras y hace borrachos de diversas maneras le llaman centzontotochtin, que son “400 conejos”, como si dijesen que hacen infinitas maneras de borrachos; y más decían, que cuando entraba el signo ome tochtli, cuando hacían fiesta al dios principal de los dioses del vino, que se llamaba Izquitécatl.



También hacían fiesta a todos los dioses del vino, y poníanles una estatua en el cu y dábanles ofrendas, y bailaban y tañíanles flautas, y delante de la estatua una tinaja hecha de piedra que se llamaba ometochtecómatl, llena de vino, con unas cañas con que bebían el vino los que venían a la fiesta,y aquellos eran viejos y viejas, y hombres valientes y soldados y hombres de guerra, bebían vino de aquella tinaja, por razón de que algún día serían cautivos de los enemigos, o ellos, estando en lugar de la pelea, tomarían cautivos de los enemigos; y así andaban holgándose, bebiendo vino, y el vino que bebían nunca se acababa, porque los taberneros cada rato echaban vino en la tinaja.

Los que llegaban al tianquez, donde estaba la estatua del dios Izquitécatl y también los que nuevamente horadaban los magueyes y hacían vino nuevo, que se llamaba uitztli, traían vino con cántaros y echábanlo en la tinaja de piedra, y no solamente hacían esto los taberneros en la fiesta sino cada día lo hacían así, porque era tal costumbre de los taberneros.

(Tomado de: Sahagún, fray Bernardino de - Historia General de cosas de Nueva España. Numeración, anotaciones y apéndices de Ángel María Garibay K. Editorial Porrúa, S. A. Colección “Sepan Cuantos…” #300. México, D.F. 1982)


jueves, 25 de octubre de 2018

Acuetzpalin, Caimán

Acuetzpalin, Caimán



Hay en esta tierra unos grandísimos lagartos que ellos llaman acuetzpalin, los españoles los llaman caimanes; son largos y gruesos, tienen pies y manos, y colas largas y dividida la punta en tres o cuatro; tienen la boca muy ancha, y muy ancho tragadero; los grandes de ellos tráganse un hombre entero. Tienen el pellejo negro, tienen conchas en el lomo muy duras, sale de ellas mal hedor, atraen con el anhélito lo que quieren comer. Estos no andan en la mar, sino en las orillas de los ríos grandes.

(Tomado de: Sahagún, fray Bernardino de - Historia General de cosas de Nueva España. Numeración, anotaciones y apéndices de Ángel María Garibay K. Editorial Porrúa, S. A. Colección “Sepan Cuantos…” #300. México, D.F. 1982)

viernes, 12 de octubre de 2018

Tláquatl, Zarigüeya

Tláquatl (Tlacuache) Zarigüeya [Diaelphis virginiana].


Hay un animalejo que se llama Tláquatl o tlaquatzin, del tamaño de un gato, poco más o menos, y es pardillo oscuro; tiene el pelo largo y muy blando, y cuando son viejos cáensele los pelos; tiene el hocico largo y delgado, tiene la cara pintada, las orejas pequeñas, la cola larga y peluda, ningunos pelos tiene en ella; vive entre los maizales, entre las piedras hace cueva donde mora y donde cría sus hijos; tiene una bolsa entre los pechos y la barriga donde mete sus hijuelos, y allí los lleva a donde los quiere llevar, y allí maman.

Este animalejo ni sabe morder ni arañar, ni hacer algún daño aunque le tomen, y cuando le toman chilla y llora, y sálenle las lágrimas de los ojos como a persona; cuando le toman los hijos chilla mucho, y llora por ellos.


Este animalejo come maíz y frijoles, y raeduras de los magueyes que sacan de ellos cuando los agujeran para sacar la miel, y también come miel; y la carne de éste es comestible y sabrosa como la del conejo, ni los huesos de este animalejo, ni la cola son de comer; si alguno los come, aunque sea perro o gato, luego echa fuera todos los intestinos.


(Tomado de Sahagún, fray Bernardino de - Historia General de cosas de Nueva España. Numeración, anotaciones y apéndices de Ángel María Garibay K. Editorial Porrúa, S. A. Colección “Sepan Cuantos…” #300. México, D.F. 1982)