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lunes, 21 de octubre de 2024

Panteón de San Fernando

 



Panteón de San Fernando 

Gerardo Díaz | Historiador

Un espacio difícil de imaginar como museo es un panteón, lugar que, independientemente de la religión que se adopte, es interpretado como un recinto de descanso para los restos de las personas y, por ende, digno de respeto. 

A unos pasos de la Alameda Central de Ciudad de México se encuentra el panteón de la iglesia de San Fernando. Este sitio alberga a importantes figuras de la historia mexicana. El más destacado de ellos es sin duda Benito Juárez, junto a él, tumbas y mausoleos de virreyes, militares y artistas pasan desapercibidos debido a las vialidades aledañas y por la búsqueda prioritaria de la estación Hidalgo del metro, que está a unos cuantos pasos. 

Este recinto llegó a ser la última morada más importante de México y una de las más caras y exclusivas. Ha sido refugio de las tumbas originales de otros constructores de la patria como Vicente Guerrero e Ignacio Zaragoza, quienes posteriormente fueron exhumados y trasladados a recintos distintos. La tumba del general conservador Miguel Miramón también se encuentra ahí, aunque vacía, pues al morir don Benito la viuda de Miguel, Concepción Lombardo, decidió que su esposo no podría descansar junto a su eterno enemigo y lo trasladó a Puebla. 

Dada su importancia histórica, el panteón fue declarado monumento histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia y con el paso de los años fue reconocido como un sitio que merece la pena ser visitado, entre otras cosas, para concientizarnos de lo efímero que es el ser humano.


(Tomado de: Díaz, Gerardo. Panteón de San Fernando. Relatos e historias en México. Año XII, número 137. Ciudad de México, 2020)








jueves, 10 de noviembre de 2022

Chava Reyes

 


Tenía 71 años cuando aquella tarde del 19 de enero de 2008 Salvador saltó a la cancha. No sólo se tomó la foto con el equipo de sus amores, las Chivas del Guadalajara, sino que arrancaría como titular en el cuadro que enfrentaría a los Pumas de la UNAM. Bastaron tres toques al balón para que el estadio Jalisco se le entregara completamente. Cerca de cincuenta segundos después, el número 57 salía de cambio y, a juzgar por el trote con el que lo hacía, parecía que había rejuvenecido con el andar de sus botines sobre el césped. Como parte del homenaje, Chava Reyes imponía el récord del jugador más longevo que había alineado profesionalmente en México.

Los niños tal vez preguntaron a sus padres: "¿Por qué 57?, ¿Quién es?". Bueno, 1957 marcó el inicio de la época dorada del club de futbol Guadalajara. Aquel equipo llamado "Campeonísimo" con el pasar de los años, logró su primera estrella profesional -con gol de Chava, por cierto - ese año y resultó prácticamente imparable los siguientes. Con Reyes Monteón en la cancha, cosecharon siete títulos de la liga mexicana en menos de diez años. ¡Una locura!

El también apodado Melón nació en 1936 en Guadalajara y debutó a los dieciséis años. "Soy chiva de nacimiento", decía. En cuanto a su talento como anotador, los números hablan por sí solos: 122 goles en la liga nacional con la playera de los tapatíos. Tuvo que llegar un nuevo milenio y varios cambios generacionales para que su marca fuera batida.

También fue pilar fundamental en la selección tricolor, a la que se entregó con pundonor en tres copas del mundo (Suecia 1958, Chile 1962 e Inglaterra 1966), en las que jugó cada uno de los partidos, así como en una gran cantidad de contiendas internacionales. De hecho, un pequeño secreto que tenía con su novia era su profesión. Se la comunicó pocos días antes del mundial de futbol de Suecia en 1952... Total, se iba a enterar. Tiempo después se casaron.

El campeonísimo Chava Reyes nos dejó un 29 de diciembre de 2012, víctima de cáncer de colon. Muchos rememoraron entonces sus palabras tras aquel partido de homenaje con el 57 en su espalda: "Es una sensación muy especial después de tantos años de jugar y volver a pisar la cancha del Jalisco oficialmente, me trajo un gran recuerdo de aquellos tiempos. Sentí una gran emoción, más por toda la gente que todavía se acuerda de mí, a la cual le doy gracias por estos aplausos. Después de esto, para mí ya no puede haber más".

Pero hubo más. Dejó su recuerdo en todos los que, sin verlo jugar, lo reconocieron como un grande. Como una leyenda.


(Tomado de: Díaz, Gerardo - Chava Reyes. Relatos e historias en México. Año VIII, número 95, Editorial Raíces, S.A. de C. V., México, D. F., 2016)