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jueves, 8 de agosto de 2024

Cara e'foca y otros demonios

 


Cara e'foca y otros demonios 

Por Ana María Cortés


Si el compositor alemán Ludwig van Beethoven trascendió con su sinfonías número Cinco y Nueve, Dámaso Pérez Prado provocó escándalo y dio la vuelta al mundo con sus mambos número Cinco y Ocho. 


¡Aaaaaggghh! ¡Uuugg!... Era el sonido gutural que brotaba de la boca de Dámaso Pérez Prado "El Cara e'foca" -como lo apodó su paisano Benny Moré por su piel morena, largos bigotes y prominente cuello- para indicar a sus músicos irrumpir el ambiente de cualquier teatro, cabaret o salón de baile, con saxofones roncos, apagados, que explotaban en un sonido agudo sostenido por la trompeta de Cecilio "Chilo" Morán para dar la tonalidad del mambo "José", rúbrica de la Orquesta de Pérez Prado. 

Pablo Dámaso Jesús "Pipo" fue hijo de la directora de una escuela primaria, Sara Prado, y del periodista Pablo Pérez. Nació en Matanzas, Cuba, el 11 de diciembre de 1917 -según sus declaraciones ante las autoridades autoridades mexicanas de migración- y estudió música en su ciudad natal, especializándose en piano. 

En la capital cubana, La Habana, el músico matancero empezó "hueseando", es decir, trabajó como pianista en varias agrupaciones. Al pertenecer a la del cabaret Kursaal, conoce a Orlando Guerra "Cascarita", cantante de la orquesta más famosa de ese momento en Cuba: La Casino de la Playa, y comienza a hacer arreglo musicales para él. Con la agrupación de Paulina Álvarez conoce todo lo relacionado al danzón; después formó una orquesta propia, de las llamadas "charangas”.

Patadas y gritos 

Como su música no gustaba a los dueños de las disqueras cubanas, Prado decide viajar a nuestro país, animado por la actriz y bailarina Ninón Sevilla, aunque él aseguraba que lo invitó Kiko Mendive, cantante de la orquesta del también cubano Arturo Núñez, a quien Dámaso ya le había hecho algunos arreglos musicales. 

Durante los años 40, México estaba en pleno crecimiento industrial y las clases media y alta de la capital asistían a los espectáculos de los centros nocturnos, como el Ciro's del Hotel Reforma, el salón Candiles del hotel Del Prado o El Patio, donde la música norteamericana de las grandes bandas (Glenn Miller, Harry James, Tommy Dorsey, Benny Goodman, Louis Armstrong) era interpretada por Luis Alcaraz, Gonzalo Curiel, Ernesto Mesta Chaires, entre otros. 

Prado encuentra este panorama al llegar a nuestro país en octubre de 1948 y se dedica a elaborar arreglos para Kiko Mendive; luego graba con la compañía discográfica RCA Víctor. Sin éxito aparente, debuta el domingo de resurrección (2 de abril) de 1950 en el salón de baile Brasil, al cual asistió el presidente de la República Mexicana Miguel Alemán Velasco, y el actor Mario Moreno "Cantinflas", entre otros. Se improvisó entonces una nueva forma de bailar: la gente se juntaba por equipos y no por parejas, y como en los minuetos de antaño surgieron los movimientos coreográficos masivos. 

Tras el éxito del Brasil las ofertas pulularon. No sólo los salones de baile lo requerían, sino también los centros nocturnos y los teatros, como El Margo (hoy Blanquita), donde tuvo temporadas exitosas, incluso una de ellas duró un año y siete meses.

A partir de 1949, El Cara e'foca ingresa al cine como arreglista: ya consagrado, le piden que toque sus temas más conocidos en las cintas; las primeras donde participa como arreglista son Coqueta (Fernando A. Rivero, 1949) y Aventurera (Alberto Gout, 1949). En Perdida (Fernando A. Rivero, 1949), aparece una de sus canciones: "Maravillosa", la cual baila Ninón Sevilla. El mambo permitió el lucimiento de actores y actrices como auténticos bailarines, entre ellos Joaquín Pardavé, Adalberto Martínez "Resortes", Rafael Baledón, Niní Marshal, Famie Kaufman "Vitola", Germán Valdés "Tin Tán", que se movían de manera chusca. En cambio, las Dolly Sisters, Ninón Sevilla, Gloria Mestre, María Antonieta Pons, Amalia Aguilar o Rosa Carmina, mostraban sus exuberantes cuerpos y trajes rumberos, provocando suspiros de los espectadores y la ira de los representantes de la iglesia católica: en la ciudad mexicana de Culiacán, Sinaloa, prohibieron a los fieles cualquier contacto con el ritmo, mientras que en Colombia les negaban el perdón divino, y en Venezuela, tanto Pérez Prado como María Antonieta Pons eran considerados "la verdadera encarnación del diablo”.

Al Mambo le salen alas 

Desde su llegada a México y hasta su deportación (6-octubre-1953), el músico matancero participó en 30, cintas la última de este periodo fue Sindicato de telemirones (René Cardona, 1953). El maestro afirmaba que inventó el mambo sin saber el porqué; sacó el nombre de una expresión cubana "cuando no nos gustan las noticias de algún político". Sin embargo, algunos críticos aseguran que fue el músico Orestes López quien escribió el primer danzón-mambo, cuando trabajaba en la charanga de Antonio Arcaño en Cuba, el cual utilizaba la palabra "mambear" como sinónimo de "improvisar". El mambo conquistó al mundo con una orquesta formada por músicos mexicanos, dirigida por el Cara e'foca, quien afirmaba con orgullo: "A Japón he ido a trabajar más de 20 veces. En Alemania llevo más de 110 millones de discos vendidos”.

Además de deleitar el oído del emperador Hirohito, los reyes Hussein de Arabia Saudita y Juan Carlos de España también dieron patadas, movieron los hombros y la cadera frenéticamente, incluso cuando la agrupación de Dámaso fue a Marruecos, el rey Kassam "regaló mil dólares a cada uno de nosotros, los músicos de la orquesta", aseguró en una entrevista Filiberto Meléndez. Prado trabajó en la RCA Víctor hasta que lo expulsan del país. Armando Cárdenas, locutor y conocedor del mambo, aclaró: "se piensa que lo deportaron por tratar de ponerle ritmo al Himno Nacional. Sólo sucedió que se fue al Margo cuando tenía un contrato firmado con el teatro Cervantes y lo reportaron". Se refugió en Estados Unidos de 1953 a 1958 y ahí crea "La suite de las Américas", "El concierto para bongó" y "Vudú Mambo". Al regresar a México, en 1964, el maestro trae otros ritmos como el suby, la chunga, y el dengue, pero el público sigue fiel al mambo. Su última cinta como actor fue El dengue del amor (Roberto Rodríguez, 1965); además se presentó en televisión, centros nocturnos y teatros de revista. 

Prado tuvo muchas mujeres en su vida, pero se sabe que sólo con dos se casó. La primera fue Engracia Salinas (con la cual vivió durante los últimos días de su vida) y junto a ella procreó un hijo: Gerardo Dámaso. Su matrimonio se efectuó en 1951 y se divorció en 1976 para contraer nupcias en 1979 con María del Carmen Josefina Linares. También se sabe que con una italiana mantuvo una relación, de la cual nació su hija O'dalia. 

Durante una gira Japón en 1988 el Cara e'foca había decaído; su salud minaba a causa de la diabetes. Los músicos disidentes del Sindicato Único de Trabajadores de la Música (SUTM), dirigido por Venustiano Reyes "Venus Rey", rindieron homenaje en vida al maestro; además, actores y cantantes, como Blanca Guerra, Ofelia Medina, María Victoria, Yolanda Montes "Tongolele", Tania Libertad y Eugenia León, entre otros, montaron un espectáculo en el teatro Blanquita del 7 de septiembre al 4 de octubre de 1989, con el fin de recaudar fondos para el músico matancero. Sin embargo, luego de amputársele una pierna, sufrió una hemorragia cerebral y sin contar con el apoyo del SUTM, ni de la ANDA (Asociación Nacional de Actores) para ser atendido por especialistas, el Rey del Mambo falleció el 14 de septiembre de 1989 a los 72 años de edad; su cuerpo fue velado en la agencia funeraria de Gayosso Félix Cuevas, en la ciudad de México. Han pasado ya 10 años desde su muerte y todo parece indicar que el mambo nos acompañará en el próximo milenio. 


(Tomado de: Cortés, Ana María - Somos Uno, especial de colección, Las rumberas del cine mexicano. Cara e'foca y otros demonios. Año 10, núm. 189. Editorial Televisa, S.A. de C.V., México, D.F., 1999)

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Elisa Berumen


Enrique Alonso "Cachirulo", quien la vio actuar en escena, dice que de excelente cancionera y creadora de temas mexicanos y de tangos, "se convirtió en notable cantante cómica como no ha habido otra en nuestro país. Ella podía estar una hora en el escenario sin que las carcajadas del público decrecieran un solo minuto".

La tiple, compositora festiva y empresaria teatral nació en Chihuahua, tal vez en 1910. A los seis años de edad sus padres la llevaron al sur de Estados Unidos donde desempeñaron varios oficios.

Empleada en un restaurante, comenzó a escribir canciones y corridos nacionalistas. Su vena creativa fue tan buena que, a mediados de 1926, la llevó a grabar en Los Ángeles el tango habanero "Mal hombre".

Ese mismo año llegó a la ciudad de México para actuar en la pieza Éntrenle al toro, estrenada en el Teatro María Guerrero, donde alternó con Leopoldo Beristáin y Valentín Asperó.

En septiembre de 1927, entrevistada por una revista capitalina, la corpulenta y simpática tiple confesó pretender "mexicanizar" el teatro de revista, rescatarlo de la "pornografía" y de la imitación estadounidense y francesa. De ahí su afán por interpretar tipos populares como la china poblana o mujeres enrebozadas.

Al parecer fue en 1928 cuando contrajo matrimonio con el popular cómico Leopoldo Beristáin. Ambos recorrieron con su compañía todos los rincones de México.

Canciones y recuerdos

El domingo 9 de agosto de 1942 se presentó en la ciudad de México. Entonces ya estaba al frente del teatro-salón Modelo, que formaba parte del Circo Carnaval Beas-Modelo del afamado cirquero Francisco Beas. 

Mientras el tradicional espectáculo instalaba su enorme carpa en la primera calle de Niño Perdido, Elisa Berumen erigía su teatrillo en un predio de la esquina de Arcos de Belén y San Juan de Letrán. Adjunto al modesto salón se instalaron carros locos, volantines, la casa de Mamerto y aeroplanitos para niños de tres a siete años de edad.

En octubre de 1943 intervino en la fallida cinta taurina Palillo Vargas Heredia que, protagonizada por el actor cómico Jesús Martínez "Palillo" y el español Florencio Castelló, dirigió Carlos Béjar, hijo.

Mientras realizaba una gira por el noroeste de México, su esposo falleció a principios de 1948 en Tijuana. Al decidir enterrarlo en la ciudad de México, logró que sus restos fueran trasladados en un avión del heroico Escuadrón 201.

Al iniciar los años cincuenta participó en La reina del mambo (1950), cinta de Ramón Pereda, donde interpretó a una rijosa detenida en los separos del Ministerio Público. También encarnó a la madre del personaje de Amparo Arozamena en Ahí vienen los gorrones (1952), de Gilberto Martínez Solares.

Como intérprete de sus propios temas y cuplés tuvo largas temporadas en el Teatro Blanquita antes de ingresar a la Casa del actor. Condescendiente y hasta risueña, alguna vez cantó ahí sus chispeantes canciones, algunas de las cuales tenía escritas en un cuaderno escolar de forma italiana.

Así, entre canciones y recuerdos, pasó los últimos días, antes de morir en 1993.

(Tomado de: Ceballos, Edgar - Somos Uno, especial de colección, Las reinas de la risa. Año 12, núm. 216. Editorial Eres, S.A. de C.V., México, D.F., 2002)

jueves, 6 de septiembre de 2018

Álvaro Carrillo


Álvaro Carrillo (1921-1969)



Nació en Cacahuatepec, Oaxaca, en el año 1921. A los 19 años ingresó en la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo para seguir la carrera de Ingeniero Agrónomo. Una vez recibido trabajó en la Comisión del Maíz. Aunque le gustaba su carrera terminó por abandonarla para dedicarse por completo a la música. Su primera canción fue Celia que una y otra vez fue cantada a las novias de sus amigos. Luego vinieron Sabor a mí, 



La señal, Sabor a nada, Sabrá Dios, Ése, Luz de luna, Amor mío, El andariego, 



El bravero, Un poco más, Se te olvida, La puerta se cerró detrás de ti, La mentira. Frank Sinatra grabó una versión en inglés de La mentira, canción que fue utilizada como fondo musical en una película y en una novela tituladas de igual forma. Otra de sus composiciones, Sabor a mí, fue grabada en Francia, Bélgica, Austria, Italia, Holanda, Inglaterra, España y Estados Unidos. Él mismo interpretaba sus composiciones acompañándose con su guitarra. Trabajó en el Teatro Blanquita, y en decenas de centros nocturnos y teatros de revista. Hizo numerosas presentaciones en radio y televisión. Recibió los trofeos El Pípila y El Disco de Oro en reconocimiento a su intensa labor musical. Falleció en el año 1969 en un accidente automovilístico cuando viajaba de Cuernavaca a México.

(Tomado de: Moreno Rivas, Yolanda - Historia de la Música Popular Mexicana. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Alianza Editorial Mexicana. México, D.F., 1989)