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sábado, 23 de junio de 2018

Gerardo Murillo (Dr. Atl)

Gerardo Murillo (Dr. Atl)



Nació en Guadalajara, Jal. En 1875; murió en la Ciudad de México en 1964. En su ciudad natal estudió pintura con Felipe Castro (hacia 1890); pasó a la de México y fue alumno de las escuelas de Bellas Artes y Preparatoria. Cuando terminó ésta, el presidente Porfirio Díaz lo pensionó para estudiar pintura en Europa, pero en lugar de esa especialidad tomó clases en la Universidad de Roma con el filósofo Antonio Labriola y el sociólogo y penalista Enrico Ferri. Colaboró con el Partido Socialista italiano y escribió en su órgano periodístico, el diario L’Avanti. Viajó a pie de Roma a París y asistió como oyente a las cátedras de sociología de Emilio Durkheim y de psicología y teoría del arte de Henri Bergson, en la Facultad de Altos Estudios. En 1902, en París, Leopoldo Lugones lo bautizó con el nombre de Dr. Atl (agua, en náhuatl). Hizo otra caminata de París a Madrid con fines deportivos.

 Regresó a México en 1904 y en 1906 organizó la exposición de pintura Savia Moderna, exhibiendo por vez primera la obra de Ponce de León, Francisco de la Torre y Diego Rivera, provocando el interés por el impresionismo y la muerte del estilo pompier. En 1910 promovió el Centro Artístico, cuyo objeto era conseguir muros en los edificios públicos para pintar en ellos. Esta iniciativa no prosperó porque sobrevino la Revolución armada.



Volvió a Europa en 1911. En París fundó el periódico Action d’Art, en el que difundió sus teorías pictóricas y el sentido social de la Revolución Mexicana. En sus libros autobiográficos Gentes profanas en el convento y Apuntes inéditos para un diario habla de sus colaboraciones para L’Humanité, bajo la égida de Jean Jaurés. El poeta Carlos Barrera, diplomático mexicano en Francia, cuenta que el pintor publicó durante varios meses el periódico La Revolution au Mexiqué y que realizó varias gestiones en favor de la facción constitucionalista, aprovechando la asistencia de Clemanceau y del ministro de Finanzas Dumont a las exposiciones de pintura. En esta empresa fue apoyado por el ministro de México Miguel Díaz Lombardo.




Reintegrado a México en 1914, Venustiano Carranza lo comisionó para tratar con Zapata la unificación de las fuerzas revolucionarias; pero fracasó en su gestión y estuvo a punto de ser fusilado (existe la correspondencia entre Zapata y el Dr. Atl relativa a sus conferencias y disputas). Durante la permanencia del Primer Jefe en Veracruz, el Dr. Atl fundó La Vanguardia, en cuyas páginas se publicaron caricaturas e ilustraciones de José Clemente Orozco. Organizó la confederación Revolucionaria, integrada por 10 militares y 10 civiles, entre ellos los generales Álvaro Obregón y Benjamín Hill, Jesús Urueta y Rafael Zubarán Campany, al fin disuelta por la notable preponderancia que llegó a tener. De esa agrupación surgió más tarde el Bloque de Obreros Intelectuales, presidido por Juan de Dios Bojórquez. Parece que también intervino en el pacto que suscribieron, el 17 de febrero de 1915, el secretario de Gobernación de Carranza y la Casa del Obrero Mundial, aunque no firmó el documento. Fue en esa época director de la Academia de San Carlos, tesorero general de las Fuerzas Constitucionalistas y jefe del Departamento de Bellas Artes.


Terminado el movimiento armado, se dedicó de lleno a pintar, a promover el conocimiento del arte popular, a estudiar vulcanología y a escribir.



En el período de 1920 a 1964 destacan su lucha en favor de las potencias del Eje, su controversia con Lázaro Cárdenas y su gran amistad con Adolfo López Mateos, a quien le debe estar sepultado en la Rotonda de los Hombres Ilustres. Designado miembro del Colegio Nacional, renunció a la distinción porque se le había otorgado a Gerado Murillo y no al Dr. Atl.




Su obra escrita comprende:


1.- Folletos: Palabras de un hombre al pueblo americano (traducido al inglés), Paz germana o paz judáico-británica, ¿La victoria de Alemania y la situación de la América Latina?, Paz, neutralidad o guerra, El futuro del mundo y La carroña de Ginebra.


2.- Libros de arte: La sinfonía del Popocatépetl, Artes Populares (2 vols.; 1921, 2ª. Ed., 1922), Las iglesias de México (6 vols.), Cómo nace y muere un volcán (sobre el Paricutín), Historia del paisaje y Los volcanes de México.


3.- Crítica de arte; el catálogo de la colección Pani y un articulo contra el capítulo “Las artes plásticas” de Antonio Luna Arroyo, en México, 50 años de Revolución (t.IV, 1962).


4.- Literatura: Cuentos bárbaros, Cuentos de todos colores, Carmen (versos) y De la vida alegre y peligrosa y Gentes profanas en el convento (novelas).


5.- Ciencia: Petróleo en el valle de México, Oro más oro, Un hombre más allá del universo y El grito en la Atlántida.


6.- Política: La Revolución Mexicana defiende derechos humanos y Los judíos sobre México.


Inventó, además, las modificaciones a la encáustica, el fresco al óleo y los atlcolors. Estos son secos, a la resina, y se trabajan como el pastel, sin la fragilidad de éste, e igual sirven, al decir de su creador, para pintar sobre papel, tela o roca.




Explorador y caminante, instalado en el ex convento de La Merced, pintó ahí buena parte de su obra, sobre todo los grandes cuadros del valle de México. En 1943 asistió al nacimiento del volcán Paricutín, de cuyo fenómeno tomó apuntes y realizó cuadros que exhibió en el Palacio de Bellas Artes en 1944. Hizo algunos retratos, dibujos de arquitectura y bocetos para murales, pero sobre todo cientos de dibujos y gran número de pinturas de paisaje. Adoptó la perspectiva curvilínea propuesta por Luis G. Serrano, circunstancia que añadió a su obra una constante de monumentalidad. En sus últimos años pasó largas temporadas en Pihuamo, Tepoztlán y la barranca del río Santiago, recreando el paisaje y proyectando Olinca, la ciudad mundial de la cultura, una de sus mayores ilusiones que nunca vio realizada; e inició el género del aeropaisaje, o sean las grandes visiones de conjuntos geográficos desde la perspectiva de los aviones. Entre las decenas de autorretratos,  pintados a menudo en el primer término de sus apuntes o cuadros destaca el que lo muestra entre las nieves, hecho en 1938. En Dr. Atl donó a las galerías del Instituto de Bellas Artes una rica colección de su obra.




Tomado de: Enciclopedia de México, Tomo 1)


 
 


miércoles, 18 de abril de 2018

Salvador Alvarado



Nació en Sinaloa en 1880; murió en la hacienda de La Hormiga, Chiapas, en 1924. Pasó muy joven a Sonora: trabajó en una farmacia en Guaymas, abrió después un comercio en Pótam, en 1910 se afilió al Partido Antireeleccionista y en 1911 se alistó en las fuerzas del general Juan G. Cabral. Al triunfo de la revolución maderista, se le otorgó el grado de mayor. En 1912, al frente del Cuerpo Auxiliar Federal, formó parte de la columna que marchó de Sonora a Chihuahua, a través de la Sierra, para combatir a Pascual Orozco. En 1913 desconoció al gobierno de Victoriano Huerta, ascendió a coronel y se le nombró jefe de la zona militar del centro de Sonora; subordinado a Álvaro Obregón, tomó parte en los combates de Naco (marzo), Santa Rosa (13 mayo) y Santa María (27 junio), y sostuvo durante un año el sitio puesto a Guaymas a cuya plaza entró en julio de 1914. En agosto siguiente fue detenido por sus propias tropas, seducidas por el gobernador Masytorena, pero en octubre fue puesto en libertad por órdenes de la Convención de Gobernadores y Generales Revolucionarios. Reincorporado al constitucionalismo, fue comandante militar de la plaza de México (fines de 1914), lanzó un manifiesto contra la infidencia de Francisco Villa, recuperó Puebla y el 18 de febrero de 1915 fue nombrado gobernador y comandante militar de Yucatán. Desembarcó en Campeche al mando de7 mil hombres, entre ellos la Brigada Ocampo del general Heriberto Jara. Derrotó a las fuerzas del coronel Abel Ortiz Argumedo en los combates de Pocboc, Blanca Flor y Halachó, y el 19 de marzo entró a Mérida.


Puso en vigor los decretos de su antecesor Eleuterio Ávila (1914) extinguiendo para siempre las deudas de los campesinos con los hacendados y prohibiendo que los préstamos futuros que éstos hicieran a aquéllos fueran pagados con trabajo personal; y consagró la libertad de los siervos con otras disposiciones: suprimió los azotes, abolió las tutelas, y curatelas (que se prestaban a sujetar a los indios mediante la retención de sus hijos), permitió a los peones cambiar de domicilio sin previo aviso o permiso y casarse sin el consentimiento del amo, declaró libre la asistencia a la iglesia y acabó con la obligación de besar la mano a los patrones.



El 24 de abril prohibió también la servidumbre doméstica sin retribución, sin contrato y por tiempo indefinido; en junio dispuso que se asignara un salario a los sirvientes y que se indemnizara a las domésticas cuando hubieran sido seducidas por el amo. Procuró persuadir a las mujeres de que ejercieran con plenitud sus derechos y convocó a un Congreso Feminista. El 26 de mayo expidió la ley que creó la escuela rural, cuya enseñanza debía ser “gratuita, laica, obligatoria y hasta donde sea posible integral”; creó colegios civiles en las cabeceras de partido para formar a los maestros, fundó las escuelas Vocacional, de Agricultura y de Bellas Artes; las cajas de ahorro, las huertas y los almacenes escolares; la Ciudad Escolar de los Mayas y las juntas de Educación; bajo la presidencia del profesor Rodolfo Menéndez de la Peña, convocó al Congreso Pedagógico que se celebró en el Teatro Peón Contreras; y durante su mandato, instaló más de mil escuelas. El 11 de diciembre de 1915 expidió la Ley del Trabajo, creando las juntas de conciliación y el tribunal de arbitraje, y reglamentando la actividad de los menores. Fundó en Mérida, además, la Casa del Obrero Mundial. Reglamentó la Ley del 6 de enero de 1915, pero poco pudo hacer en materia agraria porque el presidente Carranza lo obligó a derogar aquella disposición. Paralelamente a estas acciones, cerró prostíbulos, cantinas e iglesias. Sancionada la Constitución Política de 1917, convocó a elecciones y entregó el poder el 1° de enero de 1918. Previamente, en junio anterior, se había formado el Partido Socialista del Sureste. Siendo ya general de División, se sumó  se sumó a la Rebelión de Agua Prieta y fue secretario de Hacienda del 3 de junio al 20 de noviembre de 1920, en el gabinete del presidente Adolfo de la Huerta. En diciembre de 1923 se sublevó en Jalisco, en apoyo de éste, y sostuvo la línea de trincheras de Ocotlán hasta el 9 de febrero de 1924, en que el ejército de Obregón venció su resistencia. Poco después fue aprehendido en Colima, pero gracias a la intervención solidaria de algunos masones (agradecidos con él por haber respetado la vida del general Lázaro Cárdenas) logró huir por Manzanillo y presentarse en Nueva York a De la Huerta, quien lo nombró jefe de la rebelión que ya estaba militarmente derrotada. Reapareció en Tabasco en marzo de ese año y el 10 de junio cayó en una emboscada, cerca del lugar llamado El Hormiguero, en la selva contigua a Palenque. Lo asesinó el teniente coronel Diego Zubiaur, segundo de Federico Aparicio, un general de 27 años.



Alvarado es autor de: Mi actuación revolucionaria en Yucatán (1918), La reconstrucción de México, Un mensaje a los pueblos de América (2 tomos, 1919), Carta al pueblo de Yucatán y Mi sueño. Estos dos últimos textos fueron escritos el 5 de mayo de 1916 y publicados, con prólogo de Antonio Mediz Bolio, en 1955.


(Tomado de: Enciclopedia de México)