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lunes, 15 de septiembre de 2025

La organización de la CROM




 La organización


Desde el punto de vista formal, la CROM [Confederación Regional Obrera Mexicana] representaba todas las características de una organización democráticamente constituida. Su unidad básica era el sindicato de oficio, es el que se agrupaba los trabajadores de un ramo o de una fábrica. En el segundo nivel se hallaban las federaciones locales de una ciudad o de una región en que se producía principalmente una cosa. Estas federaciones integraban una federación estatal en cada entidad de la República. Por otra parte, la CROM emprendió la creación de federaciones industriales nacionales por oficios, logrando formar cuatro de éstas: Artes Gráficas, Obreros Portuarios, Ferrocarriles y Trabajadores de los Teatros

En teoría el ejecutivo de la CROM; es decir: su comité central, no debía ocuparse de otra cosa que de llevar a la práctica las decisiones de los congresos anuales. El párrafo que sigue es típico de la opinión que oficialmente representaban tanto Los líderes de la organización como sus propagandistas: 

Las bases de organización que se dio la CROM durante su primer año de vida resultaron ser psicológicamente sólidas, porque el carácter individualista del mexicano no admite mucho control desde arriba. Desde el punto de vista de su estructura interna, la CROM está armada internamente en forma menos compacta que, por ejemplo, el Trades Union Congress de La Gran Bretaña. Los sindicatos afiliados gozan de completa libertad para organizarse como mejor les parezca, con la única condición de que acepten las teorías generales del movimiento obrero

En la realidad las cosas eran muy distintas, como lo advirtieron algunos observadores extranjeros. En razón de su profunda participación en la política, las decisiones importantes de la CROM permanecían por lo general en secreto casi nunca eran reveladas ni siquiera a sus más altos funcionarios. 

El organismo interno que en la práctica tomaba las decisiones importantes era el conjunto de personas conocidos como Grupo Acción. Era encabezado por [Luis N.] Morones y lo integraban los socios de confianza del líder. No todos los dirigentes de la CROM formaban parte del Grupo Acción, que sólo en raras ocasiones tuvo más de veinte miembros; algunas figuras de gran influencia, como por ejemplo, Vicente Lombardo Toledano, nunca fueron miembros de este grupo, lo cual dio origen a muchos rencores y resentimientos contra Morones. La función del Grupo Acción era

…controlar todas las comisiones en los sindicatos y los puestos de elección popular, y para conseguirlo se dieron a la tarea de formar localmente y en cada sindicato un grupo con la misma denominación. 

Organizados en esa forma, los más listos y preparados se adueñaron de los puestos más jugosos que les rindieran mejor utilidad, y a los incondicionales, a cambio de un puesto inferior... se les comisionó para hacer escándalos, discutir y oponerse a todas las proposiciones que en los sindicatos se hicieron en contra del llamado grupo. La circulación de panfletos, libros y periódicos en que se atacaba a los líderes fue prohibida, y a todos los "enemigos" se les calificaron de "católicos" o de "rojos”.

En Puebla, por ejemplo, el Grupo Alpha procuró desde el principio ser la imagen fiel del Grupo Acción de la Ciudad de México.

Es evidente que la mayor parte de las maniobras políticas delicadas que hizo la CROM durante el gobierno de Calles fueron planeadas y discutidas por el Grupo Acción. El corolario de esta política fue la casi absoluta falta de información concreta sobre asuntos tales como la actitud de la organización hacia la táctica reeleccionista de Obregón. Cuando en 1928 se derrumbó la influencia política de la agrupación, en medio de la confusión surgida por el asesinato de Obregón, Lombardo Toledano y otros se apresuraron a acusar a Morones de realizar una especie de "diplomacia secreta" por encima de los dirigentes de la organización, diplomacia que consistía en el sacrificio de los mayores intereses de la clase obrera del país en aras de las egoístas luchas de facción. Morones fue obligado a presentar un informe que puso en evidencia la eficacia con que había logrado ocultar el curso y los resultados de su negociaciones con el gobierno.


(Tomado de Carr, Barry - El movimiento obrero y la política en México 1910-1929 ll. Secretaría de Educación Pública, Colección SepSetentas, #257, México, Distrito Federal, 1976)

jueves, 4 de septiembre de 2025

Katy Jurado

 


Katy Jurado

(Actriz) 

(1924-[2002], México, Distrito Federal) en María Cristina Estela Jurado García se conjuntaron factores que le ayudaron a ser una gran estrella: belleza, calidad, temperamento, suerte, etc. A pesar de la oposición de sus padres a que Katy se convirtiera en actriz, debutó en 1943 en Internado para señoritas, de Gilberto Martínez Solares, y no sólo eso, sino también realizó tres cintas más ese mismo año. El prestigio que la Jurado ganó en México con filmes como Guadalajara pues (1945), Nosotros los pobres (1947), ¡Hay lugar para... dos! (1948) o El seminarista (1949), permitió que la llamaran para la producción hollywoodense Tarde de toros (1950) y así se abrió paso en la Meca del Cine. Por su siguiente producción estadounidense, A la hora señalada (1952) recibió el Globo de Oro y ese mismo año también el Ariel por su actuación en la cinta de Luis Buñuel El bruto (1952). Sólo ella puede presumir de ser la única mexicana que ha sido nominada al Oscar, distinción que recibió por su soberbia actuación en Lo que la tierra hereda (1954), de Edward Dmytryk,  La Jurado realizó una sólida carrera como actriz en Hollywood, donde compartió créditos con Grace Kelly, Gary Cooper, Elvis Presley, Charlton Heston, Kirck Douglas, Burt Lancaster, Gina Lollobrigida y Marlon Brando, entre otros. En México también compartió el escenario con grandes actores como Pedro Infante, Pedro Armendáriz y David Silva. Ha realizado más de 70 películas y diversos premios nacionales e internacionales: en 1999 recibió el Ariel por la cinta El evangelio de las maravillas (1998), de Arturo Ripstein (SOMOS 185, año 1999). 

Adelfo Fernández 


(Tomado de: Dueñas, Pablo, y Flores, Jesús. La época de oro del cine mexicano, de la A a la Z. Somos uno, 10 aniversario. Abril de 2000, año 11 núm. 194. Editorial Televisa, S. A. de C. V. México, D. F., 2000) 

lunes, 1 de septiembre de 2025

Caudillos de la nueva oposición: I Vicente Fox




 Los caudillos de la nueva oposición 


Sección: Señoras y Señores


Por Pedro Baca y María Julia Guerra 


I: Vicente Fox 


Nacido en la Ciudad de México y radicado en León, Gto., desde el tercer día de su vida, Vicente Fox Quesada -el segundo de los nueve hijos de un agricultor agricultor leonés y una inmigrante española, de 49 años de edad, casado y padre de 4 hijos adoptivos-, pasó la primera mitad de su vida cultivando 2 errores, y la segunda mitad, tratando de rectificarlos. Primorosamente educado por los jesuitas, en la niñez y adolescencia que creyó estar destinado al sacerdocio y sólo cuando sus padres lo obligaron a estudiar administración de empresas (en la universidad Iberoamericana en el D.F.) descubrió el sabor de afanes más terrenales, como la mercadotecnia y la programación por el camino crítico. Segundo, pensaba que la política era un juego indigno de gente bien nacida ahora lleva tres años actuando en ese campo, y cree que en política también pueden ganar los buenos, cuando son más que los malos. 

Apenas salido de la universidad, Fox Quesada se lanzó en desenfrenada carrera: en menos de 10 años avanzó de simple empleado a presidente de Coca-Cola para México y Centroamérica, no tanto por su excepcional talento, cree él, sino porque durante ese lapso nunca trabajó menos de 10 horas por día. En una de sus giras de trabajo por Centroamérica, le tocó ver unas elecciones en Costa Rica. Le impresionó el clima de festividad en las calles de San José, la capital del pequeño país. Después de votar, los costarricenses se veían tan contentos como si hubieran ganado la copa mundial de fútbol. A Fox le dio envidia y tristeza, pero, preocupado como andaba por los enredos dupolísticos (Coca-Cola y Pepsi) de la industria refresquera, ni le pasó por la cabeza la idea de regresar a México en el primer vuelo y encabezar una revolución.

Regreso al terruño: A principios de los 80, le sobrevino la crisis de los 40. La parda atmósfera del D.F. se le volvió irrespirable. Añoraba el calor del clan familiar. Extrañaba el ciclismo y la charrería, sus deportes preferidos, que aún practica. Las gaseosas empezaron a provocarle acidez. Una mañana se miró al espejo, enfundado en un traje de impecable corte inglés, y se vio ridículo. Ese día fue a la oficina en pantalón de mezclilla, botas de pico y sombrero tipo Stetson, y le dio gusto la mirada estandarizada de los yuppies. Al fin renunció graciosamente, y emprendió, tarareando por lo bajo, el camino de Guanajuato

Los siguientes 9 años los dedicó a sembrar fresas en el rancho de su familia, el San Cristóbal, cerca de León, y a organizar con computadoras el Grupo Fox, dedicado a la agroindustria, exportación de verduras congeladas, elaboración de alimentos para ganado y fabricación de calzado y botas vaqueras para la exportación (utilidades de 1989: 1.1 millones de dólares).

Podría haber seguido así por tiempo indefinido, respirando oxígeno campirano y ganando cada año su millón de dólares, de no haber surgido en 1987 el sinaloense Manuel Clouthier como candidato del PAN a la presidencia. Fox conocía y respetaba a Clouthier de años atrás. ¿Cómo podía un hombre así, meterse en un juego tan sucio? El de Guanajuato fue a preguntarle, y el de Sinaloa contestó que lo hacía para ser libre: -¿Cómo vas a ser empresario, es decir, emprendedor, si no eres libre? -dice Fox que dijo Clouthier-. ¿Y si no luchas para ser libre, de que te quejas? 

Las palabras de Clouthier trajeron a la mente de Fox el recuerdo de aquel día de elecciones en Costa Rica. Sólo la gente libre, pensó el ranchero de Guanajuato, anda por la calle tan contenta después de ir a votar. Empezó a concurrir a mítines opositores. 

Sin almidón: Los panistas de León dicen que Fox destacó desde el primer día, por sus casi dos metros de estatura y porque llegaba a las reuniones a caballo o en bicicleta. En la tribuna, el ranchero no se andaba con rodeos: -La oposición pierde no sólo por las marranadas del PRI -repetía machaconamente-, sino por bruta, por no saber defenderse. 

Tanta franqueza le granjeó la simpatía de miles de leoneses hartos del almidón de los políticos, y la candidatura del PAN a una diputación federal. En las elecciones de 1988 ganó por holgada mayoría. En el Congreso de la Unión se convirtió con facilidad en el especialista en temas agropecuarios de la diputación panista.

En 3 años como legislador Fox no logró gran cosa, ya que su partido, a pesar de contar en ese lapso con un centenar de diputados, no destacó por lo emprendedor y agresivo; pero se desprestigió menos que algunos de sus compañeros de bloque, gracias a la torpeza del gobierno de Guanajuato, que con actos intimidatorios hinchó las velas políticas del opositor: primero, se ordenó el cierre de una congeladora de los Fox; después, hordas de invasores se lanzaron sobre el rancho San Cristóbal; enseguida, los auditores de Hacienda se abatieron sobre el Grupo Fox; y con ese talante seudoamistoso que enchina la piel, diferentes emisarios empezaron a hostigar al priísta José Luis Fox, líder regional de los pequeños propietarios y hermano del diputado, para convencer a Vicente de la conveniencia de abandonar el PAN. La presión fue tan ominosa, dicen los Fox, que muchos antiguos amigos, empresarios obligados a andar de buenas con el gobierno, comenzaron a negarles el saludo.

Amigos de Fox: Dicen que tras la muerte de Clouthier en septiembre de 1989, el de Guanajuato sintió que tenía el deber moral de recoger la estafeta. No confiando plenamente en su partido, Fox optó por crear su propia organización para iniciar la lucha para conquistar el gobierno de su entidad. Fundó la OLE, Organización para la Liberación del Estado, encargada de reunir (por medio de rifas, boteos y eventos especiales) los 5,000 millones de pesos que requeriría la campaña, y reclutar a los 25,000 simpatizantes (porcicultores, los llamaban) que vigilarían a los priistas el día de la elección.

La campaña de Fox duró 250 días. Mientras los candidatos del PRI, Ramón Aguirre Velázquez, y del PRD, Porfirio Muñoz Ledo, se encarnizaban uno contra el otro como gallos furiosos, el panista se esforzaba por sobrevolarlos, apelando inclusive a las potencias celestiales (solía insistir en que la religión es uno de los ejes del proyecto nacional). No trató de nadar contra la corriente neoliberal del gobierno federal: más bien, subrayó a cada paso que, con tanta marranada, no hay modelo que valga, y que para salvar no sólo la economía sino también el alma, primero hay que limpiar a fondo los establos. Según se vio en agosto en las urnas, a un alto porcentaje de guanajuatenses les encantó escucharlo. 


Tomado de: Baca, Pedro, y Guerra, María Julia: Los caudillos de la nueva oposición. I Vicente Fox. Contenido, noviembre de 1991, número 341. Editorial Contenido, S. A. de C. V., México, Distrito Federal, 1991)

lunes, 25 de agosto de 2025

Mexicanos y latinos en las guerras de Estados Unidos


 

Mexicanos y latinos en las guerras de Estados Unidos 


A lo largo de las décadas los mexicanos y los latinos han servido con honor en las guerras de Estados Unidos, aunque éstas se hagan impopulares entre la población norteamericana, como sucedió con las de Corea y Vietnam

Los mexicano-americanos y los latinos han sido siempre ciudadanos leales al país donde nacieron y trabajan, a pesar de que defienden con fiereza sus derechos, que combaten la discriminación y tienen un amor profundo por sus raíces culturales.

El Departamento de la Defensa (USDD, 1990) estima que de 1941 a 1945 entre un cuarto de millón y medio millón de latinos sirvieron en todos los frentes de la Segunda Guerra Mundial; en otras palabras, de 2.5 a por ciento del total de las fuerzas. Las cifras son imprecisas porque no se mantenían archivos diferenciados para los latinos, salvo para un regimiento especial de puertorriqueños. Si la cifra fuera la más alta, sería una proporción mayor que la de la población latina de entonces. 

Para aprovechar la extraordinaria habilidad hípica de los mexicano-americanos de California, durante la Guerra Civil, en 1863, se autorizó la formación de un batallón latino, el Primer Batallón de Caballería Nativa bajo el mando del mayor Salvador Vallejo. En total 469 mexicanos sirvieron en las cuatro compañías del Batallón en California y Arizona. 

Diego Archuleta (1814-1884) fue el primer Brigadier General del Ejército norteamericano, a cargo de la milicia nuevomexicana durante la Guerra Civil. Hijo de una familia acomodada, fue educado en Durango y diputado en el Congreso de México. Después de la Guerra con México, trató sin éxito de encabezar dos rebeliones en 1846 y 1847. Más tarde, juró lealtad al gobierno americano e ingresó al ejército. Fue nombrado agente indio de los Estados Unidos, puesto al que lo ratificó Lincoln después de la Guerra Civil. 

Se han entregado a latinos 38 medallas de honor, la mayor distinción que otorga el presidente a nombre del Congreso, por su heroísmo en el campo de batalla. Los mexicano-americanos han recibido el mayor número de estas medallas. La primera fue para David Barkley Cantú por sus actos durante la Primera Guerra Mundial. Fue reconocido oficialmente hasta 1989, porque al registrarse en el ejército ocultó su origen mexicano. En esos tiempos no lo hubieran aceptado para combatir. 

El 7 de diciembre de 1941 los japoneses comenzaron a bombardear Pearl Harbor. Al día siguiente las primeras muertes registradas fueron de dos mexicanos, Felipe Trejo, de Santa Fe, Nuevo México, y Epimenio Rubí, de Winslow, Arizona.

Guy Gabaldón, del cuerpo de marinos, tiene la distinción de haber ayudado a capturar mil japoneses en 1944, el mayor número que ningún soldado en todas las guerras de Estados Unidos. Gabaldón nació en Los Ángeles y fue adoptado por padres japoneses-americanos que le enseñaron japonés desde pequeño. Sus dos hermanos pelearon en Europa, mientras sus padres y hermana fueron enviados a un centro de concentración durante la guerra. Con su conocimiento de la lengua, Gabaldón convenció a los soldados japoneses de que se rindieran, a pesar de que tenían órdenes de pelear hasta el último hombre. Luego, los trató con gentileza. 

Durante la guerra de Corea participaron muchos mexicanos de los barrios de Laredo, San Antonio, Los Ángeles y Chicago en todas las unidades armadas entre 1950 y 1953. Nueve latinos recibieron la Medalla de Honor. Durante esa guerra se usaron por primera vez en los combates aviones de turborreactor. Uno de los "ases" (término usado desde la Primera Guerra Mundial para señalar a los pilotos que derribaban más de cinco aviones enemigos) fue el capitán Manuel J. Fernández. Voló en 125 misiones de combate y derribó quince aviones enemigos. Esto lo colocó en el lugar 60 de todos los ases sumados desde 1916. 

Los latinos participaron en la guerra de Vietnam en una proporción bastante mayor que la que tenían en la población, un 19 por ciento. Seis mil nombres están grabados en el muro que rememora en Washington a los muertos en Vietnam. 

Cerca del 4.5 por ciento de las fuerzas armadas norteamericanas son de origen latino y otro tanto son empleados civiles en todas las categorías. La partición va aumentando con lentitud.


(Tomado de: Diaz de Cossío, Roger; et al. Los mexicanos en Estados Unidos. Sistemas Técnicos de Edición, S.A. de C. V. México, D. F., 1997)

jueves, 21 de agosto de 2025

Sandra Cisneros

 

Sandra Cisneros 


Poeta, cuentista y ensayista chicana de fama internacional. Hija de padre mexicano y madre norteamericana, nació en 1954 en Chicago. Además de escritora, ha trabajado como maestra de adolescentes con problemas, maestra de poesía y como profesora visitante en varias universidades de Estados Unidos. Esta escritora, que escribe en inglés incorporando muchas frases en español, ha sido invitada a leer su obra en México, Alemania y Suecia. Su obra The house of Mango Street, publicada en 1983, ha recibido muchos premios literarios como el "American Book Award"; en 1994 fue traducida al español por Elena Poniatowska. Su última colección de cuentos Woman Hollering Creeck and Other Stories (1991) ha sido traducida al español y otras lenguas. Sus cuentos son recreaciones llenas de humor de la realidad de ambos lados de la frontera. Reside en San Antonio, Texas y actualmente está escribiendo una novela. Es una de las escritoras chicanas que vive de sus regalías. En 1995 recibió el premio "Genius Grant", de la Fundación MacArthur, por 250 mil dólares.


(Tomado de: Diaz de Cossío, Roger; et al. Los mexicanos en Estados Unidos. Sistemas Técnicos de Edición, S.A. de C. V. México, D. F., 1997)

jueves, 14 de agosto de 2025

Consuelo Guerrero de Luna

 


Consuelo Guerrero de Luna 

(actriz)

(1905-1972, Madrid, España). Actriz cómica de procedencia escénica, encontró eco en nuestro país luego de salir exiliada a raíz de la guerra civil en su patria. Supo imponer inteligencia, humor elegante y estupendas caracterizaciones como mujer de clase alta, envuelta en situaciones comprometedoras a partir de ¡Ay qué tiempos señor don Simón! (1941) y El gendarme desconocido (1941). De hecho, Consuelo Guerrero de Luna fue una notable actriz de apoyo en cintas de la belle epoque como Yo bailé con Don Porfirio (1942) y El globo de Cantolla (1943) o curiosas zarzuelas como La corte del faraón (1943). Fue nominada al Ariel como mejor actriz de cuadro por Su última aventura (1946) con Arturo de Córdoba y resulta memorable en la farsa feminista Arriba las mujeres (1943), al igual que en La liga de las muchachas (1949) y como una de las tantas señoras ricas engañadas por De Córdoba en la cinta En la palma de tu mano (1950) y también destacó como la mujer del boticario seduciendo a Tin Tan en Las aventuras de Pito Pérez (1956). 

Rafael Aviña


(Tomado de: Dueñas, Pablo, y Flores, Jesús. La época de oro del cine mexicano, de la A a la Z. Somos uno, 10 aniversario. Abril de 2000, año 11 núm. 194. Editorial Televisa, S. A. de C. V. México, D. F., 2000)

jueves, 7 de agosto de 2025

Eulalio González “Piporro”



Eulalio González “Piporro


(1921-[2003], Nuevo León, México). Lejos de ejercer su carrera de contador privado, el actor primero fue reportero de El Porvenir, locutor en la XEMR de Monterrey, maestro de ceremonias en centros nocturnos, incluso en las arenas de la lucha libre. Su principal campo de batalla fue en las calles de Ayuntamiento donde se ubicaba la XEW y de ahí se presentó la oportunidad para participar en la industria del celuloide con la cinta La muerte enamorada (1950), a partir de la cual interpretaría papeles secundarios hasta que llegó su gran oportunidad al lado de Pedro Infante al participar en la serie ¡Ahí viene Martín Corona!, la cual se transmitía por la XEQ y dónde interpretaba a Piporro. Esta serie fue llevada al cine y en ella también representó a dicho personaje, de ahí su sobrenombre. Durante su carrera participó en 67 películas, entre ellas Espaldas mojadas (1953) y la más reciente es Ni parientes somos (1989). 

Lorena Ríos


(Tomado de: Dueñas, Pablo, y Flores, Jesús. La época de oro del cine mexicano, de la A a la Z. Somos uno, 10 aniversario. Abril de 2000, año 11 núm. 194. Editorial Televisa, S. A. de C. V. México, D. F., 2000) 

lunes, 4 de agosto de 2025

Marta Alicia Camacho Loaiza


 

Intervención de Marta Alicia Camacho Loaiza 


Fue secuestrada por el ejército y la Federal de Seguridad en el estado de Sinaloa, es integrante de la Unión de Madres con Hijos Desaparecidos de Sinaloa, actualmente es profesora e investigadora de tiempo completo en la Universidad Autónoma de Sinaloa, en el área de Historia.


Agradezco a las compañeras "Tita" y Rosa María por haberme invitado a participar en este evento. No tenía la certeza de asistir porque mi madre está hospitalizada gravemente. 

En el año de 1977, en la Universidad Autónoma de Sinaloa, al igual que en otras universidades del país, se estaban manifestando grupos como lo mencionaba "Tita" y Rosa María, grupos antagónicos dentro de la Universidad, grupos de porros y los grupos de personas que tl en la tesis de Maestría en Historia. 

El 12 de febrero de 1976, contraje matrimonio con José Manuel Alapisco Lizárraga, quien laboraba como maestro en la UAS en la preparatoria Flores Magón y en la Escuela de Ingeniería Civil en Culiacán, fuimos estudiantes de la escuela de Economía. 

El 19 de agosto de 1977, aproximadamente a las 19 horas, estaba en nuestro domicilio en compañía de la señora Josefina Machado Torres y justo cuando nos disponíamos a cenar irrumpieron violentamente un grupo de personas fuertemente armados, por su vestimenta pude saber que se trataba de miembros del ejército, elementos de la Dirección Federal de Seguridad y policías de la judicial del Estado. 

Apuntándonos con sus armas nos preguntaron: ¿Quién es Martha? A lo que le respondí: soy yo, de inmediato a la señora la vendan de los ojos y se la llevan en un vehículo, enseguida empiezan a golpearme en el rostro y el cuerpo al mismo tiempo que me preguntaban: ¿Dónde está tu marido? Dando por respuesta que él se encontraba trabajando, luego me arrastraron de los cabellos unos ocho metros hacia donde estaba la sala de la casa. 

Seguían golpeándome, le suplicaba que por favor no me golpearan en el vientre, a lo que me respondían, que lo que querían era dañarme a mí y al hijo que esperaba, me ubicaron en la sala de la casa de tal forma que desde la calle fuese visible, enseguida todos los vehículos se retiraron de nuestro domicilio, algunos individuos se escondieron detrás de los muebles, otros en el techo de la casa, transcurrieron varios minutos, creo que dos horas, en ese momento llovía, veo que llegan a casa José Manuel y un jovencito de nombre Juan Germán Flores Carrasco, escucho gritos al mismo tiempo que se inicia una balacera un individuo que estaba detrás de un mueble, me tira al piso y trata de cubrirme de las balas, inmediatamente que termina la balacera me levantan y me ponen una venda en mis ojos al mismo tiempo me atan las manos, de nuevo  soy arrastrada de los cabellos hacia un vehículo tipo combi, me tiran al piso y caigo sobre Francisco Javier Manríquez Pérez. 

Somos trasladados a la novena zona militar de Culiacán, lo sé porque me quitaron la venda de los ojos para tomar fotos y huellas dactilares, en esos momentos observo gente con uniforme de militares y sus armas tenían las siglas del ejército mexicano, enseguida me sientan en una silla para interrogarme, pasaron las horas y de manera violenta escucho que se abre una puerta y escucho que arrastran algo y lo dejan caer, enseguida me bajan la venda de los ojos y me dicen: "mira cómo quedó el perro de tu marido" y me arrojan sobre su ensangrentado cuerpo la sangre salía a borbotones de su pecho, intento levantarme pero una patada en mi espalda me hace caer nuevamente sobre mi esposo, un tipo me dice: "Se cree muy güevudo el cabrón, pues mira, ya no tendrá más güevos" entonces lo castran delante de mí. 

Me vendan nuevamente y escucho que es arrastrado hacia el baño y abren la llave de la regadera creo que para que se desangrara, me llevan a otra habitación y allí estaba la señora Josefina, nos tiramos al suelo a dormitar, ambas muy golpeadas, los días transcurrieron en medio de tortura, interrogatorios, muertes, etc., pues además de nosotras, también estaban casi todos los jóvenes que hasta la fecha se encuentran desaparecidos de Sinaloa. 

Una noche nos trasladan a una casa de seguridad a todos, cada noche llevaban detenidos diferentes, algunos salieron en libertad, otros murieron durante interrogatorio y otros siguen desaparecidos. 

El 29 de septiembre, nace mi hijo en condiciones infrahumanas, el momento de parir había llegado, sin el mas mínimo aseo rasgaron mi cuerpo para introducir unos forceps y sacar al bebé en todo momento golpeándome e insultándome, pero aún así mi hijo logra nacer bien. 

De tanto maltrato que se me dio cuando iba a nacer mi hijo, afortunadamente pues nace: actualmente tiene 26 años, es licenciado en letras y literatura hispana y algunas de las compañeras lo conocen y lo más dramático lo más patético de esto es que en ese momento cuando él nace me levantan la venda y veo a mi bebé todavía con sangre pero con una metralleta en su cabeza, y me dicen: "obsérvalo, míralo por única vez, esto es lo que pariste y nosotros lo bautizamos con el nombre de Thompson porque es lo primero que él siente al nacer una metralleta Thompson". 

Lo que viene después obviamente, no, no hubo ni la más mínima atención de aseo, al menos, imagínense tantos días secuestrada con la misma ropa y por consecuencia vienen infecciones ya con altas temperaturas, cómo transcurren aproximadamente unas semanas después de que nace el bebé, te viene temperaturas, creí que me iba a morir, y me sueltan así de simple, yo tenía la mitad de mi cuerpo paralizado, después me integro a casa de mis padres nuevamente como hija de familia pero ahora con un bebé. 

Aquí viene también un proceso que muchas de nosotras quizá no hemos podido superar; viene la cuestión social, cómo la cultura que se tiene hasta la fecha nos afectó desde el punto de vista emocional psicológico, social, laboral, en todos los aspectos nos viene a dañar. ¿Por qué? En primera instancia, yo vengo de una familia media acomodada. Si bien es cierto tuve todas las comodidades materiales sin embargo tuve el rechazo completo de la familia; rechazo que hasta la fecha continúa, siendo etiquetada de comunista, "la guerrillera", "la asesina", en fin, un montón de consignas que nos cuelgan, que nos ponen ahí, que nos bautizan. Sin embargo, creo yo que surge ahí esa fuerza interna que a todas nos identifica, por eso estamos aquí. 

Disculpen la palabra pero allá en Sinaloa somos muy malhablados, ni madre, esa pinche chingadera que me pasó no me hunde más que pura madre. Eso da pie a que yo siga y continúe mi carrera, termine, forme un nuevo hogar, me casé nuevamente. Tengo otras hijas casi profesionistas también; actualmente me acompaña la más pequeña. Nosotros la llamamos la bebé Marisol, ponte de pie bebé. Me preguntaban anoche las compañeras ¿Cómo le haces para llevarte tan bien con tus hijos? Bueno les digo yo he tratado de ser amiga de ellos, y no he puesto ese abismo generacional, ese abismo de cultura. Yo siempre he tratado de hacer como ellos de apoyarlos, trato de ser su amiga. 

Les mencionaba, creo que tuve el coraje y la fuerza suficiente tanto para superar la parálisis como la atención psicológica profesional, pues ya mi hijo es Licenciado en Letras, el miércoles se recibió otra de mis niñas en la Licenciatura de Estudios Internacionales y Políticas Públicas y en junio junio otra de mis niñas en Licenciada en Psicología. Yo invito a las compañeras que tuvimos el coraje, que estamos aquí, la mayoría de nosotras profesionistas de una u otra forma proyectadas no sólo como personas, como mujeres sino como profesionistas a que integremos a este tipo de movimientos a aquellas compañeras que no pudieron superarlo, que todavía viven como dicen los jóvenes que se quedaron allá arriba, que no ven el cambio que hoy tenemos en todos los aspectos, pues yo las invito a que continúen una vida normal, pero eso sí siempre con la fuerza que todas traemos interna de espíritu de lucha y que nos apoyemos como mujeres que somos. Pues adelante y felicidades por impulsar este tipo de encuentros.


(Tomado de: Aguilar Terrés, María de la Luz (compiladora) - Guerrilleras. Antología de testimonios y textos sobre la participación de las mujeres en los movimientos armados socialistas en México, segunda mitad del siglo XX. Ciudad de México, 2014).

jueves, 24 de julio de 2025

Luis Leal

Luis Leal


Es uno de los ejes alrededor del cual gira la historia de la crítica literaria latinoamericana y en particular de la literatura chicana. Nació en Linares, Nuevo León, en 1907 y emigró a Estados Unidos a la edad de 19 años; obtuvo la ciudadanía norteamericana después de haber participado en la Segunda Guerra Mundial. Su visión de ambos países le ha permitido anular fronteras y enlazar y conjugar tradiciones, folclore e historia en estudios que reafirman las raíces y la identidad de los mexicanos-americanos y que muestran sus contribuciones a la historia y la cultura americanas. Incansable promotor de la literatura mexicana y mexicano-americana, cuya prolífica labor como investigador y profesor universitario se ve reflejada en una veintena de libros y unos 300 artículos de crítica especializada y en la dirección de unas cincuenta tesis doctorales. A esta labor, hay que añadir su trabajo editorial en varias revistas literarias especializadas, así como en el National Chicago Council of Higher Education y su participación en la Comisión de la Literatura de las Américas de la Modern Language Association. Luis Leal, profesor emérito de la Universidad de Illinois, desde varios años ha escogido como su casa al Centro de Estudios Chicanos de la Universidad de California, en Santa Bárbara donde a sus casi 79 años de edad sigue contribuyendo al conocimiento de la literatura. Su obra ha enriquecido la trayectoria de la literatura mexicana de este siglo y ha elevado a la literatura chicana a la posición que hoy ocupa en el mundo de la academia. En 1991 recibió la orden mexicana del Águila Azteca. [Falleció en Santa Bárbara, California, en 2010]



(Tomado de: Diaz de Cossío, Roger; et al. Los mexicanos en Estados Unidos. Sistemas Técnicos de Edición, S.A. de C. V. México, D. F., 1997)

lunes, 21 de julio de 2025

Telenovelas IX El laboratorio del infortunio, las argumentistas


 El laboratorio del infortunio: las argumentistas 


Caridad Bravo Adams y Yolanda Vargas Dulché incursionaron en la telenovela como un sello de fábrica, casi como una marca registrada del melodrama. Pero por prolíficas que fueran, no podían mantener sobre sus espaldas o desde sus mentes una industria que crecía sin mesura y que pasaba de la radio a la televisión reclamando tratamientos nuevos. Las obras de Estella Calderón (Gutierritos, Cadenas de amor), Fernanda Villeli (Senda prohibida, La actriz, San Martín de Porres, El precio del cielo Un rostro en mi pasado, Muchacha italiana viene a casarse, El maleficio), Mimi Bechelani (Teresa, Madres egoístas, El dolor de vivir) y Marisa Garrido (La leona, Vida robada, En busca del paraíso, Barata de primavera, Paloma) son formas muy especiales y poco valoradas de la literatura femenina mexicana. 

No es sólo el talento de los actores o la pericia del director lo que hace que el "Gutierritos" de Estella Calderón encarne al burócrata mexicano como no lo hizo ningún otro literato, y el brujo satánico "Enrique de Martino" de El maleficio, tiene complejidades psicológicas que denuncian una mente literaria de primera línea. 

¿De dónde salía tanto personaje, tanta desventura, tanta peripecia? Primero, de una vocación literaria a toda prueba: las guionistas de la primera década telenovelera no sólo se habían fogueado en la radionovela sino que venían de una infancia o adolescencia literaria, de escritura de poemas o cuentos no necesariamente inéditos, pero por lo general de poca difusión. Se diría que al ganarse fama y sustento en la radio y la telenovela traicionaron a la República de las Letras, pero también salvaron el pozo de la obra perdida, apta para arqueólogos de la cultura, a que esa misma República condenaba a la mayor parte de las literatas en los años treinta, cuarenta y cincuenta.

Después estaba el laboratorio, el trato directo, cotidiano, entre ellas, la amistad divertida de donde salían anécdotas, se intercambiaban personajes: -Tengo una villana terrible, pero no me funciona con mis héroes, que también tienen lo suyo. -¡Ay, préstamela! Mi villano nomás no me funciona, y mira que ya hasta situé la historia en la Edad Media y ni así. A cambio, te dejo usar mi sirvienta: si la haces amiga del muchacho, vas a ver cómo te levanta al personaje. 

De ese intercambio muy poco se reconocia oficialmente en los créditos en las telenovelas: hasta los años setenta, se admitieron varias firmas para la misma historia, como en Muchacha italiana viene a casarse (Fernanda Villeli, Marisa Garrido y Luis Reyes de la Maza), Ana del aire (Elsa Martínez, María Zarattini y Fernanda Villeli) y Mundos opuestos (Marisa Garrido y Fernanda Villeli).


(Tomado de: Reyes de la Maza, Luis - Crónica de la Telenovela I. México sentimental. Editorial Clío, Libros y Videos, S.A. de C.V., México, 1999)

lunes, 14 de julio de 2025

Diego, caníbal de salón

 


Diego, caníbal de salón 


En ciertos periodos de su vida, Diego Rivera ponderó las virtudes alimenticias de la carne humana y relató con fruición los detalles de la primera vez que se llevó a la boca tan delicado manjar 

Aunque solía hacer estos alardes de antropofagia, la verdad es que su canibalismo nació frente a un gran plato de fresas con azúcar, en su pequeño departamento de París, inspirado en una de las muchas anécdotas de la Revolución Mexicana que le contaba Siqueiros. Diego -cuándo no- llevaba los juegos de su imaginación más allá de su mundo fantasioso e inofensivo y los mezclaba con historias que la realidad había conformado con lujo de crueldad. 

Por órdenes superiores -le contaba David a Rivera- fue creado un cuerpo especial de caballería para contrarrestar las acciones de los famosos Dorados de Francisco Villa. Esta unidad dependía de las fuerzas del general Manuel M. Diéguez y estaba formada sobre todo por individuos de dura entraña, de alma torva, hombres de sangre sucia, mandados por el general Abascal. Entre los oficiales de éste, el preferido era un capitán de apellido Isunza, sujeto bien parecido que había abandonado su pupitre en el salón de clases del quinto año de Leyes para incorporarse al ejército. Nacido en Tepic Isunza pasó su infancia y juventud en Guadalajara, hablaba como tapatío y nadie que lo viera o escuchara sospecharía qué clase de alma habitaba detrás de su rostro de estudiantes delicado, casi espiritual 

El capitán Isunza se hizo célebre por su valor temerario en los combates y por las bromas que prodigaba en sus ratos de buen humor, que eran temibles, pues no solían sorprenderlo sino en franco estado de embriaguez. 

En cierta ocasión hizo que los muchachos de las familias ricas de Guadalajara lo invitaran a un banquete en el lugar más caro de la ciudad, que le sirvieran vinos europeos, que pronunciaran discursos y luego, como fin de fiesta, que lo acompañaran hasta el cuartel "Colorado Chico", donde se alojaba la caballería de Abascal. Al llegar, pidió que lo esperaran "tantito" y se alejó solo. Ya no regresó. Pero aparecieron en su lugar quince o veinte soldados que con fiereza empezaron a golpear a "los malditos rotos", mientras él desde un balcón, se reía hasta ahogarse. 

Es la primera parte de la historia y la que menos importa. Lo que sigue ocurrió así: 

El pueblo se llama Santa Ana y pertenece al Estado de Jalisco. El día aquel era uno más entre muchos perdidos en el calendario. Hacía calor excesivo, en el cielo empezaban acumularse nubes negras. Los soldados, agobiados por la temperatura permanecían inactivos. Isunza, como era usual, bebía.

Dos prisioneros villistas fueron conducidos hasta él.

-¿Qué hacemos con éstos, jefe?- preguntó un sargento. Isunza, perdida la conciencia, contestó entre dengues:

-¡Fu...sílenlos!

Uno de los prisioneros, el de mayor edad, empezó a suplicar:

-Capitán, ordene que nos corten cualquier cosa, lo que usted disponga, pero que no nos maten, por favor, que no nos maten, capitán…

Isunza levantó la cabeza hacia el implorante. Una luz filosa como vidrio quebrado cruzó sus ojos verdes. 

-Está bien. ¡Córtenles las orejas! Y que me traigan tortillas y chile, mucho chile…

"La repugnancia me venció", decía Siqueiros. 


Diego lo observaba con los mismos ojos que el prisionero al capitán Isunza. No cabía en sí de asombro. Y días después en casa de una francesita de gran talento literario, pero con más ganas de vivir desordenadamente que de escribir, contaba la historia pero poniéndose en el lugar del capitán Isunza y diciendo que le dominó aquel extraño apetito debido a "un pulque especial de cierta región de México que nadie sabe por qué, produce anhelos antropofágicos”.

Naturalmente, Diego elaboró más tarde toda una teoría sobre el canibalismo y el error cometido por la humanidad al abandonar tan sana y saludable costumbre, pues, decía, en tal abandono está el origen de las caries de los dientes, de la calvicie, de las nubes de los ojos, la sordera, las afecciones cardíacas y prácticamente de todos los males de la arteriosclerosis. 

Sabedor que sería mal vista la reivindicación del antropofagia, Diego aseguraba haberse limitado a alimentarse con leche de mujer desde el día -ya remoto- en que los encargados de levantar el censo en la República Mexicana habían encontrado en Aporo, Michoacán, a un anciano de 130 años.

Al preguntarle al longevo el misterio de su vida, respondió que desde los 75 años había empezado a tomar leche de sus sobrinas tiernas y de amables muchachitas que le ofrecían la dulce savia de sus pechos. 

Juraba Diego que en cuanto los ancianos de la ciudad de México supieron de tan maravillosa medicina para alcanzar la longevidad, empezaron a seguir a las jovencitas por las calles, sobre todo a las de bustos desarrollados y cuando éstas, sospechando intenciones indebidas protestaban por el acoso, los viejitos, disculpándose dulcemente, decían: 

"No, señora, yo no quiero lo que usted supone, yo sólo le suplico que me permita vivir un poquito, un poquito más..."


(Tomado de: Scherer García, Julio – Siqueiros, la piel y la entraña. Ediciones Era, S.A. México, D.F., 1974)

domingo, 13 de julio de 2025

Convenio privado entre Álvaro Obregón y la CROM, 1919


Pacto secreto o convenio privado 


Puntos que, con el carácter de convenio privado, se presentan al C. Álvaro Obregón, como candidato de la clase obrera para ocupar la presidencia de la república. 


I. Nuestro deseo es que exista un ministerio especialmente para resolver todo lo relacionado con los intereses de los trabajadores, que se titule Ministerio de Trabajo, y que éste esté a cargo de persona identificada con las necesidades morales y materiales de los mismos.

II. Que mientras se lleva a efecto la iniciativa del punto Primero, sea nombrada una persona que tenga la identificación que señala el mismo punto, para que ocupe la cartera de Industria, Comercio y Trabajo. 

III. Que en la Secretaría de Agricultura y Fomento se dé cabida a un elemento suficientemente apto en el ramo, y que ese elemento le sean atendidas todas las indicaciones razonadas que sobre tal respecto haga. 

IV. Que para el nombramiento de las personas que señalan los puntos I, II y III se tome en consideración la opinión de los representantes del Partido Político que se formó a iniciativa de los suscritos; siendo condición para aquellos que reúnan las facultades propias para el desempeño del empleo. 

V. Que tan luego como esté aprobada la Ley del Trabajo, su promulgación sea inmediata, poniendo el Poder Ejecutivo de la Unión todo lo que esté en su parte para el mejor cumplimiento de la misma.

VI. Que se reconozca la personalidad legal al Comité Central de la Confederación Regional Obrera Mexicana para tratar directamente con el Ministerio de Trabajo, o en su defecto con el Poder Ejecutivo de la Unión, todos los asuntos relacionados con las agrupaciones de la República. 

VII. Que designe por lo menos un día de cada semana para efecto del punto anterior, salvo casos excepcionales que de suyo indicarán aquella necesidad. 

VIII. Que se den la facilidades necesarias para que puedan llevarse a la práctica todos los acuerdos tendientes a labrar el bienestar y progreso cultural de los trabajadores, a que han llegado en los Congresos Obreros efectuados en las ciudades de Saltillo, Coah.,  y Zacatecas, Zac., así como para los que se tomen en Congresos futuros. 

IX. Que se tomen en consideración las opiniones de los representantes de la organización Obrera del país, cuando se trate de llevar a cabo, por parte del Ejecutivo, reformas o procedimientos de interés general. 

X. Que se den las facilidades necesarias para la propaganda y organización obreras en el país. 

XI. Que se dé las facilidades necesarias para la propaganda de unificación obrera en el exterior de la República, con objeto de estrechar las relaciones de pueblo a pueblo, y así poder conjugar cualquier peligro internacional que pueda surgir. 


México, agosto 6 de 1919 


Álvaro Obregón    José F Gutiérrez 

Samuel O. Yúdico Ezequiel Salcedo 

Salvador Álvarez      Celestino Gasca 

Luis N. Morones      Eduardo Moneda 

Juan B. Fonseca Reynaldo Cervantes Torres 

Adalberto Polo José López Cortés


(Tomado de Carr, Barry - El movimiento obrero y la política en México, 1910-1929, ll. Secretaría de Educación Pública, Colección SepSetentas, #257, México, Distrito Federal, 1976)

viernes, 4 de julio de 2025

Emiliano Zapata en Italia

 


CAPÍTULO PRIMERO

Aventuras de los aztecas en el Más Allá.

[…]

Las leyendas de los caudillos prodigiosamente longevos que viven ocultos y pueden volver para salvar a su pueblo o vengar las afrentas padecidas, son de todos los pueblos y de todas las épocas.


EMILIANO ZAPATA EN ITALIA


Aquí, en México, se repite el mito de Quetzalcóatl en pleno siglo xx. El caudillo que se va “por donde el sol sale” y debe regresar para restablecer la justicia, es Emiliano Zapata. El hombre asesinado en Chinameca el 10 de abril de 1919 no era el jefe agrarista, sino otra persona que se le parecía. Por una multitud de pormenores se ha comprobado que el individuo muerto por el coronel Guajardo se diferenciaba bastante de don Emiliano; me especificó varios de estos detalles doña Inés Alfaro Aguilar, que fue esposa del caudillo agrarista y le dio cinco hijos.

Hace algunos años asistía, el 8 de septiembre, a la fiesta del Tepozteco, en la plaza de Tepoztlán. Tres campesinos ancianos, de calzón blanco, me preguntaron de dónde venía. Cuando les dije que de Italia, se iluminaron sus rostros. ¡Italia, donde está viviendo don Emiliano Zapata! Me vieron como a un amigo y me abrazaron; más aún, quisieron que me enterara de los hechos de armas en que acompañaron a “mi general*’, hacía once lustros y más.

La versión de que Zapata vivía en Italia me la confirmaron otras personas en Anenecuilco; estaba difundida, por cierto, entre decenas de millares de campesinos, no sólo de Morelos, sino de Puebla, Guerrero y Oaxaca. Sin embargo, supe en Tlaltizapán, por doña Inés Alfaro, que en realidad don Emiliano se fue mucho más al oriente, hasta Arabia. Ahí se ocupó de distribuir tierras a los pobres.

—¿Todavía vive?

Doña Inés bajó la voz.

—Voy a confiarle un secreto —me contestó—. Ya murió. Fue hace seis años, en 1957. Me dio el dato doña Inés con gran sigilo, porque mucha gente cree que uno de estos días el general Zapata debe volver a México, donde tiene tantas cuentas que saldar. ¿Con quién?

Me lo explicó en Cuernavaca un anciano zapatista del sur de Morelos, que acompañó a su jefe a la toma de la Ciudad de México.

—¿Con quién tiene cuentas que saldar mi general Zapata? ¡Con los traidores de la revolución! ¡No hay bastantes árboles para colgarlos a todos!

No es aquí el lugar para comentar la ingenua virulencia de la invectiva; lo importante es comprobar la existencia, actualmente, del mito de Zapata y su singular analogía con el de Quetzalcóatl.


(Tomado de: Tibón, Gutierre - Historia del nombre y de la Fundación de México. Fondo de Cultura Económica, México, D.F., 1975)