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lunes, 27 de noviembre de 2023

El España y el Asturias

 


El España y el Asturias 


El Club España, que formaba parte del fútbol mexicano desde 1912, continuó como uno de sus máximos exponentes durante las décadas de los treinta y cuarenta. El Asturias, su acérrimo rival, vivió momentos estelares en los años treinta.

Los duelos entre estos equipos se iniciaban mucho antes de saltar a la cancha. Apenas anunciado el partido, los dirigentes empezaban a discutir acaloradamente sobre las condiciones en que debía jugarse: horario, árbitro, cancha... Los jugadores de cada conjunto intercambiaban desafíos y los simpatizantes de ambos bandos, como preludio de las trifulcas que el día del partido se organizaban en las gradas, debatían en las cantinas y los cafés, según corresponde a la rivalidad en torno a un verdadero clásico.

El España, que por lo general ocupaba las primeras posiciones del torneo, sufría para vencer al "cuadro de la Casona", como llamaban al Asturias, un equipo con mala fortuna que con frecuencia perdía juegos, y hasta campeonatos, en el último minuto.

Ambas oncenas llegaron a contar con jugadores excepcionales, algunos de ellos mexicanos, pero sobre todo extranjeros. Entre los nacionales hay que mencionar a Fernando Marcos, Luis "Pirata" Fuente, "Tití" García, Carlos Laviada y Carlos Septién. Entre los importados destacaron Isidro Lángara, "El Charro" Moreno, Luis Regueiro, Aballay, "Butch" y Fernando García.

La verdad es que estos clubes preferían a los extranjeros sobre los locales, a tal grado que alguna vez el España llegó a alinear a nueve españoles, un argentino y ¡un mexicano!

La década de los cuarenta fue difícil para las dos oncenas. La Guerra civil española había dividido las opiniones también en México. En 1939, el parque de los asturianos sufrió un incendio. Nadie pudo convencer a los españoles de que los motivos del atentado no eran políticos. Días más tarde, consumada la derrota de los republicanos, el Casino Español fue atacado por un grupo de personas que, dijeron, rechazaban la presencia de un club en cuyas instalaciones colgaba la fotografía de Franco. En 1949, el Asturias replanteó la posibilidad de retirarse de la liga, luego de que durante una reunión su directiva fue conminada a guardar silencio: "En el ámbito nacional no tienen por qué opinar los gachupines", se le dijo.

Por razones similares, en junio de 1950 el España confirmó su adiós al fútbol profesional. Dos meses después, el 27 de agosto, en una sesión a la que asistieron todos los socios del club, se acordó por mayoría la desaparición de las Asturias. Terminaba un trascendente capítulo en la historia del fútbol mexicano.


(Tomado de: Calderón Cardoso, Carlos - Por el amor a la camiseta. (1933-1950). Editorial Clío, Libros y Videos, S.A. de C.V., México, 1998)

miércoles, 12 de febrero de 2020

Lupe Rivas Cacho


Nacida en la ciudad de México en 1894, desde los 13 años de edad asistió al Teatro Apolo donde participó en zarzuelas y operetas. Meses después huyó de su casa para incorporarse a la compañía de Manuel Castro, padre del empresario y músico del mismo nombre.
Realizó giras por Guadalajara, Monterrey y Mérida, y el 19 de julio de 1916 debutó en el Principal de la ciudad de México, interpretando un personaje cómico en la pieza española El bueno de Guzmán.
El repentino éxito explica su ingreso al cine mudo, vía el "hermoso" cinedrama La muerte civil (1917), de Domingo de Mezzi, y su ascenso a primera figura en el Teatro Lírico (1920), donde, al frente de su propia compañía, fue iniciadora de la revista mexicana de la sátira política.
Recorrió varios países del continente, así como barrios bajos de la ciudad de México: La Candelaria, Tepito, la calle de Manzanares y La Merced, de donde se inspiró para crear personajes populares e, incluso, adquirir su vestimenta, la cual -previa desinfección-, empleaba en el escenario.
En La ciudad de los camiones, La República lírica, La tierra de los volcanes y La rifa galante encarnó a la borracha Petronila y a doña Grifa, quien alegremente cantaba la popular copla: 

"Por aquí pasó
por aquí pasaba
la mariguanita
y se las aventaba
con doña Juanita
que era su hermanita..."

En quiebra total
En 1922 Diego Rivera la tomó como modelo para representar a "la comedia", en un mural ubicado en el anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria. La actriz aparece caracterizada como una mujer de pueblo, con rebozo rojo, blusa deshilada y falda azul. Luce largas trenzas, enorme sonrisa y brillantes ojos.
A juicio de muralista, la Rivas Cacho resultaba en escena "el equivalente exacto, en belleza siniestra y en alta calidad estética, de los mejores dibujos de Orozco". De su actuación, dijo, "era decididamente genial".
De 1923 a 1926 realizó gira con su compañía por España, Brasil, Uruguay, Argentina y Colombia. En un teatro de Armería, ciudad colombiana, fue asesinado su esposo Juan Arozamena, hijo mayor de Eduardo "El Nanche" Arozamena y autor, entre otras canciones, de "Las chiapanecas", casi himno de aquel estado del sureste.
A su regreso a la ciudad de México -eclipsada por Celia Montalván, Lupe Vélez y la nueva estrella Delia Magaña-, se presentó en foros como el Principal (1928), y María Guerrero (1929). En este último escenificó Otro que se va a La...redo, Miss Mexico, Miss chilena, La peseta del Tepache, The Pingüica Follies, Se necesitan cueros, Tostón dejada, En la boca no, Nos viene Wilson, Chico, chicote; Al Tepache, manito; El fresco de Goya, Adiós Lupe y otras piezas ligeras.
Luego de una gira artística por América Latina, Europa y norte de África, quedó sin dinero en Londres, donde liquidó a su compañía y viajó a España.

Atrapada en la guerra
Sobre su estancia en Madrid, el franquista y libertino Álvaro Retana comenta en su Historia del arte frívolo (1964) que Lupe Ricas Cacho presentó un atrayente espectáculo de folclor mexicano, con atuendos típicos, "sin sofisticaciones". Después retornó, sufriendo la contrariedad de que la "sorprende en Madrid la subversión marxista".
Acompañada sólo por Conchita, su fiel ama de llaves, comenzó a sufrir los embates de la Guerra Civil Española.
El 2 de abril de 1937 se publicó una nota en el picante semanario Vea, donde se informó sobre el destino de la reina del teatro de revista y de su sobrina: "Al fin parece un hecho el regreso de Lupe Ricas Cacho. La célebre tiple cómica mexicana vivía hasta hace unos días en Madrid, en la casa que había comprado en una de sus calles céntricas, pero una bomba rebelde la destruyó, y [...] tuvo que cambiar de domicilio, teniéndose que refugiar en "La Casa de Villanueva" (,) a donde ha estado hasta últimas fechas en que se trasladó a Barcelona, para preparar su vuelta al patrio solar. Su sobrina estaba en Sevilla y también está haciendo gestiones para ir a Barcelona y regresarse a México con su tía".

Grandeza escénica
Antes de comenzar la Segunda Guerra Mundial, regresó a México para reaparecer en diciembre de 1939 en el Lírico. Después se retiró de los escenarios pero, en una temporada del recuerdo -de julio a septiembre de 1948-, se presentó al lado de María Conesa en el Teatro Arbeu y luego en el Fábregas, donde meses más tarde escenificó Lupelele.
En octubre de ese mismo año irrumpió en el cine sonoro con Comisario en turno, donde, bajo la dirección de Raúl de Anda, interpretó a una teporocha chillona. En tan sólo unos minutos se advertía la grandeza escénica de la recordable "Pingüica".
También actuó en Mariachis, de Adolfo Fernández Bustamante; El charro y la dama (ambas de 1949), de Fernando Cortés; Qué bravas son las costeñas y La culpa es de los hombres (las dos de 1954), y dirigidas por Roberto Rodríguez; Club de señoritas, de Gilberto Martínez Solares; ¡Viva la juventud!, de Fernando Cortés, y Mi canción eres tú (las tres de 1955), de Roberto Rodríguez.
En agosto de 1957 actuó en el teatro Gante en la obra Se solicita amante con referencias, de Maurice Dekobra. Después de largo receso, reapareció en los sets en 1964 para intervenir en la película Los hermanos muerte, de Rafael Baledón.
La Asociación Nacional de Actores (ANDA), le otorgó la medalla "Eduardo Arozamena" en 1970, y cinco años después falleció. Sus restos fueron inhumados en el panteón civil de Dolores.

(Tomado de: Ceballos, Edgar - Somos Uno, especial de colección, Las reinas de la risa. Año 12, núm. 216. Editorial Eres, S.A. de C.V., México, D.F., 2002)

sábado, 10 de agosto de 2019

Pedro Garfias


Pedro Garfias Zurita nace en Salamanca el 20 de mayo de 1901. Fueron sus padres Antonio Garfias y Dolores Zurita. Aunque salmantino por nacimiento, se considera generalmente como poeta andaluz, y razones no faltan. Su madre era de la sevillana Villa Manrique y su padre, aunque ignoremos a ciencia cierta dónde nació, era andaluz, radicado en la provincia de Córdoba y con apellido de origen onubense. Además, y ello es lo que cuenta, Garfias se sintió siempre andaluz y amó a su "blanca Andalucía" por encima de todo.
Cursa sus primeros estudios en Osuna y la escuela preparatoria en Sevilla, a la que llega en 1910. Después, dos años en Cabra cursando el bachillerato de letras para preparar su ingreso a la carrera de leyes, cosa que no llegaría a hacer aunque se traslada a Madrid con ese propósito.
En vez de ello se sumerge en el mundo literario y al poco tiempo funda, junto con Xavier Bóveda, César A. Comet, Guillermo de Torre, Fernando Iglesias Caballero, J. Rivas Panedas y J. Aroca, el movimiento ultraísta cuyos voceros serán las revistas Tableros y Horizonte. Posteriormente, se unirán a este movimiento otros poetas como Juan Larrea y Gerardo Diego.
Publica su primer libro, El ala del sur, en 1926, en el que se recoge poesía escrita entre 1918 y 1923 en Madrid y Sevilla. Otros de la misma época, como Ritmos cóncavos, Romances y canciones, Tres poemas de Toledo y Motivos del mar, se publicarán mucho después, ya en México; después, un largo silencio de trece años de los que sólo sabemos que vive en Osuna y Écija.
La guerra "española", a la que se incorpora en defensa de la República como comisario político en el frente de Córdoba, devuelve la palabra al poeta y publica Héroes del sur, Consignas del frente y de la retaguardia y Consignas para comisarios, tres opúsculos que se reunirán posteriormente en Poesía de la guerra española, publicado en México en 1941. Estos poemas le valen a Garfias el premio Nacional de Literatura, otorgado por la España republicana, en 1938.
En marzo o abril de 1939, ya perfilada la derrota de la causa de la República, marcha el poeta al exilio como tantos otros miles de sus compatriotas, y pasa primero las fronteras de Francia y posteriormente las de Inglaterra, donde habrá de escribir la considerada por muchos su obra mayor: Primavera en Eaton Hastings, cuya primera edición debemos al FCE en 1939. Después, México, al que llega a bordo del vapor Sinaia, y en el cual compone su conocido poema "Entre España y México".
Viviendo en Monterrey (de 1943 a 1948), publica De soledad y otros pesares, recopilación de poemas escritos en diversas épocas en España, y algunos en México. En el año de 1943 se conoce su Elegía a la presa de Dnieperstroi. Años después, en 1951, saldrá a la luz Viejos y nuevos poemas.
Viajero incansable recorre casi toda la República Mexicana y es acogido por sus amigos lo mismo en Torreón que en Chihuahua, Sonora, Jalisco, Puebla, Campeche, Yucatán, Guanajuato, Veracruz o el Distrito Federal. Dicta conferencias, da recitales, y en 1953 publica en Guadalajara el que será su último libro en vida: Río de aguas amargas.

Se habla de tres inéditos: Sonetos a mi padre, La balada de la cárcel del mundo y La ronda de los toreros muertos, que presumiblemente se llevó Garfias a la tumba impresos en su portentosa memoria en la que escribía y pulía cada palabra, cada verso.
Escribió una obra teatral, Las vidas paralelas y una comedia llamada Los hijos de la luna que ignoramos si fueron representadas y publicadas. Se sabe también de un guión para cine y de algunos cuentos, pero tampoco podemos dar noticia de ellos.
A la edad de 66 años, cansado, enfermo y lleno de nostalgia, muere el poeta en Monterrey en el año de 1967.

Entre España y México
A bordo del Sinaia

Qué hilo tan fino, qué delgado junco
—de acero fiel —nos une y nos separa
con España presente en el recuerdo,
con México presente en la esperanza.
Repite el mar sus cóncavos azules,
repite el cielo sus tranquilas aguas
y entre el cielo y el mar ensayan vuelos
de análoga ambición, nuestras miradas.

España que perdimos, no nos pierdas;
guárdanos en tu frente derrumbada,
conserva a tu costado el hueco vivo
de nuestra ausencia amarga
que un día volveremos, más veloces,
sobre la densa y poderosa espalda
de este mar, con los brazos ondeantes
y el latido del mar en la garganta.

Y tú, México libre, pueblo abierto
al ágil viento y a la luz del alba,
indios de clara estirpe, campesinos
con tierras, con simientes y con máquinas;
proletarios gigantes de anchas manos
que forjan el destino de la Patria;
pueblo libre de México:
como otro tiempo por la mar salada
te va un río español de sangre roja,
de generosa sangre desbordada.
Pero eres tú esta vez quien nos conquistas,
y para siempre, ¡oh vieja y nueva España!



(Tomado de Pedroche, Aurora (Selección y nota) - Pedro Garfias, antología. Material de Lectura #88. Serie Poesía Moderna. Dirección General de Difusión Cultural/UNAM. México, D.F., s/f)

jueves, 18 de julio de 2019

Los primeros refugiados, 1939


Los primeros refugiados


  • Vienen a Veracruz
  • Embarcaron ayer en Saint Nazaire, a bordo del "Flandre". Hay más de 80,000 que desean vivir aquí.


Por Francisco Díaz Roncero,
Representante Exclusivo de los Servicios Havas-A.N.T.A.
(Prohibida la reproducción)


Saint Nazaire, Francia, 4 de abril.- A las 15 horas de hoy zarpó el "Flandre" rumbo a Veracruz y lleva a bordo varios centenares de refugiados españoles que van a buscar a la República Mexicana, que generosa les abre los brazos, nuevos medios de vida, horizontes benévolos y un ambiente cordial que les haga olvidar siquiera en parte el horror de la guerra que destruyó sus hogares y los dejó sin recursos, heridos y maltrechos a mitad del arroyo.
Se calcula que 250,000 personas han enviado sus fichas al servicio de evacuación a los refugiados españoles, pidiendo más de 80,000 ser enviados a la América Latina y de preferencia a México.
Entre los que acaban de salir en el "Flandre" reinaba una mezcla de tristeza y de alegría; tristeza y mucha me la manifestaron varios de los que entrevisté en nombre de los servicios Havas-A.N.T.A., al recordar su territorio devastado por la guerra civil, sus familiares los unos muertos, otros desaparecidos, algunos encarcelados por órdenes de las autoridades franquistas. Alegría también pude comprobar entre otros elementos ansiosos de buscar un horizonte amplio, seguros de triunfar en la nueva "lucha por la vida", tranquilos ante la visión de un país hospitalario, en donde se habla su idioma y que les brinda la oportunidad de reconstruir el hogar, de rehacer su familia, en una palabra: su vida.
Cuando el " Flandre" levó anclas, un gigantesco grito se escapó de cubierta: "¡Viva la República Española!", prorrumpieron a una voz en un solo instante los centenares de hombres, mujeres y niños que se aprestaban a la travesía del Atlántico teniendo sus ojos puestos en México, como tierra de promisión.
Pude tener datos interesantes acerca de cómo funciona el servicio de su evacuación y del manejo de las " fichas" que acabo de citar. Toda persona salida de España y refugiada en territorio francés, tiene una ficha, así se encuentren en los campos de concentración de las ciudades importantes o en las aldeas más pequeñas y lejanas del centro del país. Los agentes especiales nombrados por la oficina de evacuación creada especialmente para el objeto, recogen las tarjetas en donde el refugiado anota su filiación política, el lugar donde desea trasladarse juntamente con sus familiares, así como la profesión, oficio u ocupación que le son habituales.
Las actividades de los refugiados se clasifican en 38 grupos distintos, como campesinos, obreros especializados, profesionales, empleados, burócratas, etc.
En cuanto a la estadística estructurada acerca del lugar a donde desean ir los refugiados, establece que su inmensa mayoría escribe la palabra "México" en su ficha y poquísimos son los que desean regresar a España o dirigirse a otros países.
El servicio de evacuación, vigilado por las autoridades francesas, funciona bajo la férula del ex gobierno de [Juan] Negrín [López] que activamente se encarga de todos los trámites y de pagar a nombre del propio Gobierno hoy desaparecido "de facto", los pasajes de los españoles que se trasladan a América. Además, cada refugiado que se embarca recibe dos mil francos para sus primeras actividades en otras tierras.
El grupo de Negrín afirma contar con los medios pecuniarios bastantes para lograr la evacuación de todos los refugiados así como con el apoyo de varias organizaciones y sociedades de otros países a donde se dirigirán esos miles de hombres y mujeres. La Federación de Sociedades Españolas de Norteamérica ha enviado a París una comisión con importante suma de dinero que pone a disposición de los nuevos emigrantes.


(Tomado de: Hemeroteca El Universal, tomo 3, 1936-1945. Editorial Cumbre, S.A. México, 1987)

viernes, 14 de diciembre de 2018

José Bergamín



 
Nació en Madrid, España, en 1895; murió en Fuenterrabía, el 28 de agosto de 1983. Licenciado en derecho, dirigió la revista Cruz y Raya (1933-1936). Fue una de las personalidades católicas que estuvieron del lado de la República y presidió la Alianza de Intelectuales Antifascistas. Llegó a México en 1940, como refugiado político. Aquí fue catedrático en la UNAM, dirigió la Editorial Séneca y publicó parte de su obra literaria. Regresó a España en 1959, pero tuvo que abandonarla de nuevo en 1964, por haber protestado contra actos represivos del régimen franquista. Entre sus numerosas obras están: El cohete y la estrella (Madrid, 1923), Tres escenas en ángulo recto (Madrid, 1924), Caracteres (Málaga, 1926), El arte del birlibirloque (Madrid, 1931), Mangas y capirotes (Madrid, 1933), Laberinto de la novela (Madrid, 1935), La estatua de don Tancredo (Madrid, 1935), Disparadero español (Madrid, 1936), Detrás de la cruz (1941), El pozo de la angustia (1941), Caballito del diablo (1942), El pasajero, peregrino español en América (1943), La hija de Dios y la niña guerrillera (1945), Fronteras infernales de la poesía (Madrid, 1959), y Rimas y sonetos rezagados (Madrid, 1962). Tradujo al español obras de importantes escritores católicos de otras lenguas. Su último libro de poesía, La claridad desierta, fue publicado en 1973 por la revista española Litoral, con texto e ilustraciones de homenaje de escritores y artistas de España e Hispanoamérica.

(Tomado de: Enciclopedia de México, volumen II, Bajos-Colima)


martes, 4 de diciembre de 2018

Narciso Bassols

 
 
Nació en Tenango del Valle, Estado de México, en 1897; murió en la Ciudad de México en 1959. En 1907 entró al Colegio de San José, en la capital de la república, cuando su padre era juez de Chalco; en 1911 a la Escuela Nacional de jurisprudencia. Antonio Caso expidió esta constancia: "En el año académico de 1916 Narciso Bassols fue el más distinguido de mis alumnos, por su clara inteligencia y su dedicación ejemplar". Dio clases de lógica y teoría del conocimiento en la Preparatoria y en 1919 se recibió de abogado. Ese año abrió un bufete junto con Joaquín Álvarez Icaza y fundó y se hizo cargo de la cátedra de Garantías y Amparos en Jurisprudencia. A partir de 1921 litigó ya solo y en 1925 se le nombró consultor del Departamento de Salubridad, primero, y luego secretario general del gobierno del Estado de México, al lado de Carlos Riva Palacio, por cuya causa dejó su despacho en manos de Ricardo J. Zevada, hasta junio de 1926 en que renunció a éste último cargo y volvió al ejercicio de su profesión y a sus clases. Por encargo del secretario de Agricultura y Fomento, redactó la Ley de Dotaciones y Restituciones de Tierras y Aguas, reglamentaria del art. 27 constitucional (27 de abril de 1927) y publicó la Nueva Ley Agraria. En febrero de 1929 fue nombrado director de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional, donde creó la clase de derecho agrario y la Sección de Economía (antecedente de la Escuela de esa especialidad) e implantó los exámenes trimestrales. Esta última disposición provocó la huelga estudiantil que habría de conducir a la autonomía universitaria. En 1930-1931 intervino en la redacción de la Ley sobre la Liquidación de los Antiguos Bancos de Emisión, sosteniendo la tesis de que los billetes de esas instituciones que no se canjearan por bonos de la deuda bancaria, prescribirían en favor de la Nación, y presidió el comité liquidador.

El 21 de octubre de ese año el presidente Ortiz Rubio lo nombró secretario de Educación Pública, y el 4 de septiembre de 1932 lo ratificó en su puesto el presidente Rodríguez. Durante su gestión, se trató de introducir en los planes de estudios ciertas nociones sexuales para orientación de la juventud, se clausuraron las escuelas primarias que violaban el presentó de la enseñanza laica y se presentó al Congreso la iniciativa del nuevo art. 3° de la Constitución, todo lo cual le acarreó la animosidad de los organismos confesionales y de buena parte de la prensa. Aun siendo ministro, siguió auxiliando al Ejecutivo en materias de legislación, pues redactó en esa época la ley que creó Petromex. En un clima de grave agitación, renunció el 9 de mayo de 1934, pero ese mismo día fue designado secretario de Gobernación, cargo del que separó el 30 de septiembre siguiente (un día después de las elecciones generales) para no firmar el decreto que autorizaba el funcionamiento de garitos en los límites del Distrito Federal. Tras un viaje a Estados Unidos, el presidente Cárdenas lo nombró secretario de Hacienda el 1° de diciembre de 1934. En el curso de 7 meses hizo la reforma monetaria, modificó las leyes de impuestos y de crédito y las relativas al Banco de México, Pipsa, Seguros de México, Crédito Popular y Ferromex; preparó las leyes de seguros que después se promulgaron, obligó a la Compañía de Petróleo El Águila a cumplir con sus obligaciones fiscales, e impidió que los generales y políticos influyentes siguieran haciendo negocios. El 15 de junio de 1935, sin embargo, renunció "por lealtad al general Calles". En noviembre siguiente, el presidente Cárdenas lo nombró ministro en Londres y representante ante la Sociedad de Naciones, desde cuya tribuna defendió con tenacidad a Etiopía y a España, víctimas de la agresión fascista. A su regreso (principios de 1937), fundó la Editorial Revolucionaria, que publicó Bajo el hacha del fascismo de G. Salvemini, El dinero de Emile Burns, Geografía del capitalismo de W. G. Moore, ¿Puede durar el capitalismo? De Frederick Allen y otros títulos. Vinculado a Lombardo Toledano en la Universidad Obrera, marchó a España representando a la CTM ante la UGT y la CNT, para estar más cerca de las fuerzas republicanas durante la guerra civil; y luego a Oslo, en 1938, en compañía del propio Lombardo Toledano, para solicitar la solidaridad de la Federación Sindical Mundial en ocasión de la expropiación petrolera. En el otoño de ese año fue nombrado ministro de México en Francia, en cuyo carácter organizó el rescate de poco más de 10 mil republicanos españoles, detenidos en campos de concentración, y su envío a México en calidad de asilados. Vuelto al país a fines de 1940, el presidente Ávila Camacho le propuso ser Ministro de la Suprema Corte de Justicia. "Mutilaría mi pensamiento -le contestó Bassols- si no le dijera que pesa en mi ánimo la convicción de que no debo aparentar una identificación política, que no siento, con las directrices que ha marcado usted a su gobierno... Más que una obra administrativa o judicial, creo estar obligado a desplegar enérgica acción de combate". Y en efecto, pronto fundó la Liga de Acción Política y su órgano Combate, semanario que hizo la crítica del revisionismo hasta agosto de 1941, en que las condiciones creadas por la Segunda Guerra Mundial lo obligaron a suspenderlo. La Liga, sin embargo, se mantuvo activa, y en 1943 lanzó como candidatos a diputados por el Distrito Federal al propio Bassols, a Víctor Manuel Villaseñor y a José E. Iturriaga, cuya elección popular fue escamoteada. A principios de 1944 hizo un viaje particular a Suramérica y en noviembre siguiente fue nombrado embajador en Moscú, hasta el 10 de mayo de 1946, en que regresó a México. En 1947 ayudó a crear el Partido Popular, del que fue vicepresidente, pero del cual se separó el 11 de octubre de 1949 al advertir que ese organismo estaría representado en el Congreso sin que hubiera mediado una verdadera reforma electoral. El propio año de 1949 concurrió en París, representando al general Lázaro Cárdenas, a la reunión que creó el Consejo Mundial de la Paz. En 1950 tradujo Keynes, economista vulgar. Cinco ensayos de autores extranjeros. Fue consejero del presidente Ruiz Cortines, pero dimitió al ocurrir la devaluación monetaria de 1954. En los años siguientes y hasta su muerte promovió la participación de distinguidos mexicanos en reuniones tales como el Congreso por el Desarme y la Cooperación Internacional, o bien en organismos como el Comité Mexicano Impulsor de la Lucha por la Paz, antecedente del Movimiento de Liberación Nacional. Murió en un accidente el 24 de julio de 1959. A lo largo de su vida escribió discursos, dictámenes, fundamentaciones, iniciativas, alegatos, ensayos y artículos que fueron recogidos en 1964 en Narciso Bassols: Obras, con introducción de Jesús Silva Herzog y preámbulo de Alonso Aguilar y Manuel Mesa.

(Tomado de: Enciclopedia de: Enciclopedia de México, tomo 2)

martes, 3 de julio de 2018

Tina Modotti

Tina Modotti




(1896-1942) fotógrafa, activista y luchadora social de origen italiano. Estuvo casada con el poeta Roubaix de LÁbrie Richey; su temprana viudez permitió que se instalara, de manera permanente, en la Ciudad de México junto con el fotógrafo Edward Weston, de quien Tina aprende el arte de la fotografía. En 1930 es expulsada del país por haber sido acusada de conspiración. Regresó en 1939 como asilada de la Guerra Civil Española.


Emiliano Zapata

Mujer con bandera

Sombrero mexicano con hoz y martillo

Manos descansando en herramienta

Frida Kahlo y Chabela Vargas


Muy pronto desarrolla un estilo propio, conocido por sus controversiales fotos de desnudos y por la mirada particular de México. Documentó la lucha social de los menos privilegiados en escenas y composiciones bien cuidadas.


(Tomado de: Victoria García Jolly - Algarabía #138)






viernes, 29 de junio de 2018

Álvaro Araúz




Nació en Madrid en 1911; murió en la ciudad de México en 1970. Después de hacer estudios de medicina y pedagogía en universidades españolas, se consagró a las letras y en particular al teatro. Llegó a México en 1942 como refugiado político y aquí desarrolló una permanente actividad como divulgador de la literatura dramática, director de teatro y periodista. Editó 90 obras de teatro español y mexicano y de teatro francés que él mismo tradujo. Su obra poética la recogió en tres libros: Treinta y tres canciones (Madrid, 1935), voz y cuerda (Madrid, 1935) y Madrugada de cal (Barcelona, 1938). Para el teatro escribió y publicó en México: Castilla vuelve a Castilla (1959), La carroza del virrey (1959), Sota, caballo y rey (1960), Medias palabras (1965), Morir de pie (1966) y Los leales (1968). Editó además 5 volúmenes con crónicas sobre la Segunda Guerra Mundial y ensayos sobre Lope de Vega, Calderón y otros dramaturgos.


(Tomado de: Enciclopedia de México)

miércoles, 16 de mayo de 2018

Rafael Altamirano y Crevea


Rafael Altamirano y Crevea



Nació en Alicante, España, en 1866; murió en la ciudad de México en 1951. Cursó la licenciatura en la Universidad de Valencia (1881-1886) y el doctorado en derecho en la Universidad de Madrid (1887). Trabajó en el Museo Pedagógico Nacional (1888-1917) y en la Facultad de Derecho, como profesor auxiliar de Francisco Giner de los Ríos. En el Museo de Historia de España realizó trabajos de investigación documental y epigrafía. A iniciativa suya se creó en Oviedo la Extensión Universitaria (1892-1912), imitada por otras universidades.

Viajó por América (1909-1910) y asistió a las fiestas del Centenario de la independencia de México (1910). Vuelto a España, fue director del Seminario de Historia de América del Centro de Estudios Históricos de la Universidad de Madrid. Enseñó historia de las instituciones políticas y civiles de América en la Universidad de Madrid (1914-1920). Fue presidente del instituto de Derecho Comparado (1919) y miembro del Comité de Juristas que preparó para la Sociedad de Naciones el proyecto de Tribunal Permanente de Justicia Internacional, con sede en La Haya (1920), del que fue juez en 1921-1929 y 1930-1940.

A sus instancias, se creó la Conferencia Internacional de Enseñanza de la Historia, que presidió de 1932 a 1936. La Guerra Civil Española (1936-1940) y la invasión alemana de los Países Bajos (1939-1945) hicieron que se trasladara a Bayona, Francia (abril 1940-enero 1944), y de allí a Lisboa y Nueva York, pudiendo refugiarse en México a fines de 1945. Sustentó aquí conferencias en la Facultad de Filosofía y Letras (1946), siguió escribiendo y colaboró con la Comisión de Historia del Instituto Panamericano de Geografía e Historia. Dejó varias generaciones de alumnos españoles y latinoamericanos.

Autor fecundísimo, escribió para numerosos periódicos y revistas españolas y extranjeras a partir de 1886. Entre conferencias, artículos y libros, pasan de 430 sus títulos, que comprenden novela, crítica histórica, relatos, arte, biografías, crítica literaria, derecho comparado e internacional, pacifismo, historia de España y de América, bibliografía y pedagogía. Parte de su producción quedó resumida en: Obras Completas... (15 volúmenes). En México colaboró en las revistas Hoy, Universidad, Filosofía y Letras, Orbe, Mediterráneo, y Cuadernos Americanos y son de interés para la historia mexicana sus libros: España en América (Valencia, 1909), Interpretación histórica de dos hechos esenciales de la colonización española en América (Madrid, 1929), Técnica de la Investigación del Derecho (1934), Análisis de la Recopilación de las Leyes de Indias (Buenos Aires, 1941) y Los Cedularios como fuente del conocimiento del Derecho Indiano (1940-1945).


(Tomado de: Enciclopedia de México, tomo 1)

sábado, 28 de abril de 2018

Jaume Aiguader i Miró

Jaume Aiguader i Miró



Nacido en Reus, España, en 1882; murió en la ciudad de México en 1943. Fue presidente del Ateneo Enciclopédico Popular de la Asociación de Funcionarios Municipales y alcalde de Barcelona, diputado a las Cortes de la Segunda República Española, subsecretario de Sanidad y Asistencia Social y ministro de Trabajo. Exiliado en México desde 1939, escribió La fatiga obrera, El nostre moviment cientificmedic, Els metges en el renaixement y Elogy dels metges en la medicina. En 1945 se publicó en México, como homenaje póstumo, su libro Miguel Serret, una biografía del descubridor de la circulación pulmonar de la sangre.

(Tomado de: Enciclopedia de México, Tomo 1)