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martes, 25 de junio de 2019

Pedro Santacilia

Nació en Santiago de Cuba, el 24 de junio de 1826. Su primaria la realizó en Cuba y al ser trasladado su padre a España, hizo en la Península la segunda enseñanza, regresando a la Isla en 1845, donde completó su educación, dedicándose al profesorado y a las letras. Se interesó en el periodismo y se acreditó como historiador erudito y poeta inspirado. Radicado en Santiago, participó activamente en la vida cultural de su ciudad natal y a partir de 1851 se hizo notoria su participación en los grupos insurgentes; aprehendido, se le envió con un grupo de personas a La Habana, acusándolo de actos de infidencia; se le confinó a España; en 1853 se escapó por Gibraltar y se trasladó a Estados Unidos. Se radicó en Nueva York donde publicó la primera edición de su obra poética El arpa del proscrito. Fue muy activa su participación dentro de los grupos revolucionarios y bien conocido como poeta.


En Nueva Orleáns, se asoció con otro exiliado cubano, Domingo Goicuría en una negociación comercial; Benito Juárez llegó a Nueva Orleáns también desterrado y se estableció entre ellos una firme amistad, no obstante la diferencia de edades.


Al regresar Juárez a México para incorporarse a los sublevados de Guerrero, al amparo del Plan de Ayutla, Pedro Santacilia lo va a despedir al muelle y le pregunta: “¿Dónde nos volveremos a encontrar?” Juárez en rápida respuesta le dijo: “En México libre o en la eternidad”.


Al establecerse el gobierno en Veracruz durante la Guerra de Reforma, Juárez solicitó frecuentes servicios de la Casa “Goicuría y Santacilia”; la que fue su agente comprador de armas, parque, embarcaciones, etcétera, en muchas ocasiones a crédito.


Santacilia visitó México en 1861, casó con Manuela, hija mayor de Juárez; en 1863, acompañó a la familia en la peregrinación hacia el norte y el 12 de agosto de 1864, en Monterrey, recibió de Juárez el encargo de llevar a la familia a Nueva York para quedar a salvo de posibles contingencias.


En 1867, al volver, asumió la Secretaría Particular del presidente Juárez, hasta su muerte en julio de 1872.


Varias veces fue diputado federal y durante el régimen de Lerdo de Tejada tuvo esa representación. Al triunfar el Plan de Tuxtepec se retiró a la vida privada, dedicándose a su familia y a cultivar la memoria de Juárez.


Afortunadamente recogió del Palacio Nacional el archivo del presidente, le cuidó celosamente y sus descendientes lo entregaron a la nación, depositándolo en la Biblioteca Nacional en el año de 1925. Tuvo una larga vida; alcanzó los 84 años de edad, muriendo en la ciudad de México el 1° de marzo de 1910 por trombosis.


(Tomado de: Tamayo, Jorge L. (Introducción, selección y notas) - Antología de Benito Juárez. Biblioteca del Estudiante Universitario #99. Dirección General de Publicaciones, UNAM, México, D. F. 1993)

lunes, 23 de julio de 2018

Margarita Maza de Juárez

Margarita Maza de Juárez



Nació en Oaxaca el 29 de marzo de 1826, habiendo sido adoptada por Antonio Maza y Petra Parada. Recibió la educación común a las jóvenes de su época y casó el 31 de julio de 1843 con Benito Juárez, ya abogado de prestigio y definida posición liberal. Su unión fue muy prolífera, habiendo tenido doce hijos a los que sobrevivieron siete. Con gran entereza sorteó los problemas derivados de las persecuciones a su esposo en 1853 y 1854; más tarde cruzó la Sierra Madre de Oaxaca para unirse a su esposo en 1859 durante la Guerra de Reforma. Radicada en la ciudad de México de 1861 a 1863, a fines de este año siguió a su esposo a San Luis Potosí y Monterrey, donde nació su último hijo llamado Antonio.

Habiendo fracasado un intento de plagio de la familia entre Saltillo y Monterrey, Juárez decidió enviar a su esposa  e hijos a Nueva York a fines de 1864, al cuidado de su yerno Pedro Santacilia donde hicieron vida modesta con grandes estrecheces económicas en una humilde casa de 210 East 13th st. Murió en 1864 su hijo José y al año siguiente Antonio. El presidente Lincoln la ignoró y lo mismo ocurrió con su sucesor Johnson, quien hasta 1866 en que, con motivo de un viaje de Margarita a Washington, le ofreció una recepción y el gobierno en general, diversas atenciones.

Volvió al país en agosto de 1867, haciendo una vida sencilla, discreta, acompañando a su esposo en su vida oficial. Víctima del cáncer, los dos años finales de su vida fueron muy dolorosos, muriendo el 2 de enero de 1871. Está enterrada en el mismo mausoleo de Juárez en el Panteón de San Fernando. Su nombre se ha inscrito en el Congreso de la Unión, como homenaje nacional, por resolución del Poder Legislativo de diciembre de 1966.


(Tomado de: Jorge L. Tamayo - Antología de Benito Juárez. Biblioteca del estudiante universitario #99. Dirección General de Publicaciones, UNAM, México, D. F. 1993)