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jueves, 9 de febrero de 2023

Brígida Alexander


Un motivo de tristeza para la comunidad artística fue el deceso de Brígida Alexander, actriz de una gran trayectoria que, además, destacó por su enorme interés en la defensa de los derechos humanos.

Brígida Kaufman nació en Stuttgart, Alemania, el 9 de octubre de 1911. Sus padres eran judíos. Su tema de tesis fue Hölderlin, nombre del poeta en cuya calle transcurrió su niñez. Durante su adolescencia en Alemania fue actriz, militó en las juventudes socialdemócratas y, posteriormente, estudió derecho. Durante la segunda guerra mundial contrajo matrimonio con Alfredo Alexander, también de origen judío, quien formó parte de la Legión Extranjera francesa. La pareja Alexander tuvo tres hijos: Didier, Roberto y Susana, esta última heredera de la vocación artística materna. El exilio de Brígida Alexander comenzó en Suiza, y continuó en Francia hasta que, finalmente, se estableció desde 1942 en México.

Al enviudar, desempeñó diversas ocupaciones para poder sobrevivir, como mesera, vendedora, criadora de puercos, traductora, escritora, actriz, pionera de la televisión mexicana y productora de televisión.

En una obra de teatro conoció a Rodolfo Usigli, y a partir de entonces reinició en México su carrera como actriz. Desde entonces siempre trabajó con los grandes del teatro, como Luis de Tavira e Ignacio Retes. Tavira la consideraba como una actríz que jamás renunció a la postura crítica que era el sustento de su búsqueda y la garantía de su generosa disponibilidad. Sus principales papeles los escenificó en Noche de paz, Amor y crímenes en la casa de Dios, Los últimos, Las máquinas de coser, Nadie sabe nada y Jubileo, entre otras.

Su dominio de cinco lenguas y su vida llena de inquietudes le permitieron trabajar durante muchos años en la organización defensora de los derechos humanos Amnistía internacional, de la que fundó la Sección Mexicana. En 1984 publicó un libro con 16 cuentos, Breve episodio de la vida de una mujer gorda. En 1985 se incorporó al Centro de Experimentación Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes, dirigido por Luis de Tavira.

Después de haber interpretado su última obra, El 75avo. de Israel Horovitz, sobre dos personajes nonagenarios en el naufragio de la memoria, Brígida Alexander murió el 10 de mayo de 1995.


(Tomado de: Todo México 1996. Resumen ilustrado de los acontecimientos más importantes registrados en México en 1995 para la actualización de la Enciclopedia de México. Kentucky, EUA, 1996)

lunes, 1 de marzo de 2021

Mexicanos, espías de los nazis

(Oficinas de simpatizantes del Partido Nazi, ubicadas en la calle de López 23, Cd. de México)
 

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¿HUBO MEXICANOS QUE FUERON ESPÍAS DE LOS NAZIS?

Durante la Segunda Guerra Mundial reconoció la importancia que tenía para ellos contar con México como uno de sus aliados. No sólo necesitaban el petróleo de nuestro territorio para la Blitzkrieg (guerra relámpago), sino que también les resultaban imprescindibles otros recursos minerales utilizados en la fabricación de armas. Además, por la ubicación geográfica de nuestro país, haber tenido bases militares aquí les hubiera sido de tanta ayuda que el final de la guerra podría haber sido muy distinto.

Fue por esto que los alemanes llevaron a cabo diversas operaciones en nuestro territorio -todas las cuales han sido negadas por la historia oficial y vueltas uno de los secretos mejor guardados de México-, desde la Operación del Opio, con la que buscaban inundar de narcóticos -fundamentalmente marihuana, heroína y opio- las bases norteamericanas de California, hasta diversas operaciones de propaganda -los nazis utilizaron a Telesistema mexicano como la puerta principal de entrada de sus mensajes hacia América Latina-, de apoyo a los movimientos de ultraderecha contrarios al gobierno mexicano y de cooptación de altos funcionarios, gracias a quienes podrían evitar las prohibiciones de comercio que se les habían impuesto desde Estados Unidos.

En cada una de las operaciones mencionadas, así como en las referentes al mero tráfico de información clasificada, los servicios secretos nazis, la Gestapo y la Abwher, tuvieron cómplices, aliados y sirvientes mexicanos. Al final, el entramado tendido por Hitler llegaba a todos los rincones del país, a todos los sectores políticos y a todas las clases sociales. Hilda Kruger, la bellísima actriz alemana elegida por Goebbels y el Führer para iniciar la red, había cumplido su cometido. Enamorados de ella estuvieron Ramón Beteta y Miguel Alemán; el entonces secretario de Gobernación incluso le puso un departamento en la otrora lujosa colonia Roma. Las puertas del gobierno y de la sociedad mexicana se les habían abierto.

Junto con Hilda Kruger, quien se ocupó de los hombres del poder político, llegaron a México el entonces hombre más rico del mundo, el suizo Hans Werner, quien tendió la red con los millonarios locales; el multimillonario petrolero Jean Paul Getty, quien se relacionó con los responsables del hidrocarburo y con los movimientos contrarios al régimen, y el actor estadounidense Errol Flynn, quien tendió el manto sobre la alta sociedad nacional y transportaba droga y armas a bordo del Sirocco, su lujoso yate.

Entre los hombres con quienes mayores relaciones sostuvieron, y quienes más apoyaron a la Alemania nazi, los que fungiendo no sólo como espías sino también como aliados del Führer, se pueden mencionar a: Maximino Ávila Camacho, el hermano del presidente Manuel era el encargado de la red de suministro de petróleo; Ramón Beteta y Miguel Alemán, los amantes de Hilda que facilitaron la entrada y la salida de los agentes de la Abwher y que fomentaban la comunicación entre los gobiernos de México y Alemania; Francisco Javier Aguilar González, el general que creara y liderara el cártel del opio; el general Juan Andrew Almazán, a quien los nazis apoyaran durante su campaña por el poder y durante su posterior intentona de rebelión -cabe señalar aquí que este apoyo se transfirió después al movimiento sinarquista, entre cuyos líderes estaba Salvador Abascal-; Donato Bravo Izquierdo, quien fuera gobernador de Puebla; Gonzalo N. Santos, ex gobernador de San Luis Potosí, y, entre los empresarios, vale la pena señalar a Azcárraga Vidaurreta, quien apoyó a los nazis transmitiendo su propaganda a través de la estación de radio W.

(Tomado de: Marcelo Yarza - 101 Rumores y secretos en la historia de México, Editorial Grijalbo, Random House Mondadori, S.A. de C.V., México, D.F., 2008)


sábado, 14 de noviembre de 2020

El telegrama Zimmermann, 1917


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El telegrama Zimmermann

En 1917, el gobierno alemán reconoce que la Primera Guerra Mundial está a punto de dar un giro de 180 grados. Por error, uno de sus submarinos ha torpedeado y hundido el RMS Lusitania, un barco de pasajeros con bandera inglesa en el que viajaba un enorme número de norteamericanos. La entrada de Estados Unidos en la Gran Guerra es cuestión de tiempo, a pesar de los intentos pacifistas del presidente Woodrow Wilson.

En los pasillos del lobby político-militar alemán se discuten enardecidamente las opciones que se tienen para impedir que Estados Unidos combata en territorio europeo. Después de dos largos y tensos días, el único camino que se reconoce como viable es llevar la guerra hasta América. El problema es que, para lograrlo, los alemanes necesitan un aliado del otro lado del Atlántico, un país capaz de enfrentar, con el apoyo alemán y en su propio continente, a los norteamericanos. Es así como el nombre de México se baraja y, finalmente, se opta por tender un puente con el gobierno revolucionario de Venustiano Carranza. La propuesta cruza el océano encriptada en el famoso telegrama Zimmermann, cuyo contenido fue cifrado en series de cuatro y cinco números.

La propuesta de los alemanes no dejaba lugar a dudas, como demuestra la traducción del telegrama enviado por el gobierno teutón a Von Eckardt, quien debería entregarlo al presidente de México:

"Nos proponemos comenzar el primero de febrero la guerra submarina, sin ningún tipo de restricción. Sin embargo, nos esforzaremos por hacer lo suficiente para mantener la neutralidad de Estados Unidos de América. En caso de no alcanzar este objetivo, proponemos a México una alianza basada en los siguientes puntos: hacer la guerra de manera conjunta y declarar juntos la paz. Nosotros [Alemania] aportaremos la ayuda financiera que sea necesaria y nos comprometemos a la reconquista de México de los territorios perdidos de Nuevo México, Texas y Arizona. Los detalles del acuerdo quedan a su discreción [la de Von Eckardt]. Usted será el encargado de discutir con el presidente mexicano lo dicho, tan pronto como el estallido de la guerra con Estados Unidos de América sea un hecho seguro. Debe, además, sugerirle que invite a Japón a adherirse a este plan, ofreciéndose como mediador entre Japón y nosotros. Hágale notar [al presidente de México] que el uso despiadado de nuestros submarinos hace previsible que Inglaterra pida la paz durante los próximos meses."

Para los germanos su plan no podía fallar, sin embargo, no contaban con dos cuestiones fundamentales que, a la postre, serían las determinantes. La primera, que México no bien había terminado con la violencia revolucionaria, por lo que el gobierno de Carranza estaba más preocupado por los conflictos nacionales que por los internacionales. La segunda, que el medio utilizado para enviar el telegrama Zimmermann no fue del todo seguro, de modo que los ingleses y los norteamericanos conocieron su contenido aun antes que el gobierno de nuestro país.

El telegrama, que incluso fue interceptado en dos ocasiones -por los criptógrafos Nigel de Grey y William Montgomery, miembros de la inteligencia inglesa Room 40, y por un espía denominado Señor H, quien lo obtuvo en la oficina de telégrafos de la ciudad de México-, podía haber cambiado la historia del mundo si hubiera alcanzado su cometido. Pero México no hizo caso a la propuesta de los alemanes, quienes además hubieron de enfrentar las consecuencias de sus intenciones, más cuando el telegrama, que había sido entregado por el almirante Hall al ministro de Relaciones Exteriores inglés, Arthur J. Balfour, quien se lo envió al embajador estadounidense en Inglaterra, Walter Page, llegó a las manos de Woodrow Wilson, precipitando la entrada de los norteamericanos en la guerra hasta entonces continental.

(Tomado de: Marcelo Yarza - 101 Rumores y secretos en la historia de México, Editorial Grijalbo, Random House Mondadori, S.A. de C.V., México, D.F., 2008)

miércoles, 14 de octubre de 2020

Hugo Brehme


(1882-1954) Fotógrafo alemán. Se estableció en el país en 1906, donde se dedicó a la venta de cámaras y equipo fotográfico. Colaborador de publicaciones como Revista de Revistas o National Geographic, sus imágenes ayudaron a proyectar una visión idílica de la diversidad cultural y la naturaleza mexicanas, así como retratos de la identidad nacional.
Produjo gran cantidad de postales, y se dice, fue quien introdujo la venta de folletos turísticos de recuerdo y las tarjetas fotográficas de Navidad. Su colección forma parte de la Memoria de América Latina y el Caribe dentro del Programa Memoria del Mundo de la Unesco.


 (Tomado de: 100 extranjeros que amaron México. Muy interesante, septiembre de 2018, no. 09)

miércoles, 1 de julio de 2020

Magda Donato

(Carmen Nelken Masberger), nació en Madrid, España, en 1902; murió en la Ciudad de México en 1966. Hija de alemán y francesa, se hizo famosa por sus reportajes, pues llegó a introducirse a la cárcel de mujeres y al manicomio para dar cuenta de la situación que ahí privaba. Escribió también cuentos e historietas infantiles, junto con su esposo el dibujante Salvador Bartolozzi. Se inició como actriz bajo la dirección de Azorín. En 1940 llegó a México, donde organizó un teatro para niños. Después, unida al grupo de la Maison de France, se dedicó a la escena, actuando en idioma francés. Tradujo al español, entre otras obras, Las sillas, de Ionesco, que representó, interpretando el papel de La Vieja, lo cual le valió ser designada la mejor actriz de 1960. Actuó también en la televisión. Poco antes de morir, instituyó el Premio Magda Donato con el que quiso estimular el quehacer artístico.

(Tomado de: Enciclopedia de México, Enciclopedia de México, S.A. México, D.F. 1977, volumen III, Colima-Familia)

miércoles, 4 de diciembre de 2019

Hundimiento del Potrero del Llano, 1942


Enérgica protesta de México, en defensa del honor nacional

*Plazo que expira el día 21 para que se le dé la debida satisfacción
*El hundimiento del “Potrero del Llano”
*Un sumergible lo echó a pique no obstante que llevaba todos los signos de su nacionalidad y viajaba con luces encendidas. *De los 35 tripulantes del barco sólo han sido salvados 22. 
*El capitán y los oficiales perecieron

(15 de mayo de 1942)

Nuestro gobierno envió ayer una nota cablegráfica al encargado de Negocios de México en Estocolmo, con instrucciones de que se sirva entregarla al Ministerio de Negocios Extranjeros de Suecia, rogándole tenga la amabilidad de transmitirla a las autoridades correspondientes del Tercer Reich, del reino de Italia y del imperio de Japón. También se envió copia de ella, ayer mismo, a todas las cancillerías de los países de América.
La nota dice así:

El Gobierno de México ha recibido informes, por conducto de su consulado en Miami, Florida, de que ayer, 13 de mayo de 1942, a las 23:55 horas fue torpedeado y hundido frente a las costas de Estados Unidos de América, en las inmediaciones de dicha ciudad, el barco-tanque petrolero mexicano “Potrero del Llano”, de 6,132 toneladas, por un submarino perteneciente a una de las naciones del Eje y no obstante que el barco mexicano de referencia llevaba todos los signos exteriores de su nacionalidad y navegaba con las luces encendidas de manera de hacer claramente visibles los colores de la bandera mexicana.
De los 35 miembros de la tripulación -todos ellos de nacionalidad mexicana- sólo han sido salvados hasta estos momentos 22 marinos y existen razones poderosas para temer la lamentable pérdida de los 13 restantes, entre los cuales se encontraba la mayoría de la oficialidad.
Ante tan incalificable atentado -que pone de relieve, una vez más, los procedimientos de que las potencias del Eje no han vacilado en adoptar para conducir las hostilidades en el presente conflicto- el Gobierno de México eleva desde luego su más enérgica y formal protesta. 
En el presente caso no sólo se trata de una agresión contraria a los principios humanitarios más elementales, sino un hecho que constituye una flagrante violación del Derecho Internacional y de las reglas relativas a la acción de los submarinos respecto de los buques mercantes en tiempo de guerra, de acuerdo con el acta firmada en Londres el 6 de noviembre de 1936.
El atropello cometido en contra de México resulta tanto más injustificado cuanto que nuestro país, a pesar de las constantes violaciones de las normas del Derecho de Gentes llevadas a cabo por las potencias del Eje, ha ajustado invariablemente sus actos a los postulados jurídicos que sirven de base a la convivencia de los pueblos civilizados.
La dificultad de determinar con precisión la nacionalidad del submarino que torpedeó al “Potrero del Llano” no significa en concepto del Gobierno de México, un obstáculo a su facultad de protestar con máxima decisión y de reclamar las satisfacciones e indemnizaciones a que tiene derecho. En efecto, la unión que existe entre las potencias del Eje y la alianza que en tantas ocasiones han reafirmado, las hace en la práctica solidariamente responsables de los atentados cometidos por unidades pertenecientes a una de ellas en particular. De ahí que el Gobierno de México haya considerado indispensable dirigirse al de Suecia -a cuyo cuidado se encuentran los intereses mexicanos en Alemania, Italia y Japón- rogándole que, por los conductos que estime pertinentes, se sirva hacer llegar a las cancillerías de los referidos gobiernos el texto de la presente declaración.
Si para el próximo jueves 21 del corriente, México no ha recibido del país responsable de la agresión una satisfacción completa, así como las garantías de que le serán debidamente cubiertas las indemnizaciones por los daños y perjuicios sufridos, el Gobierno de la República adoptará inmediatamente las medidas que exija el honor nacional.
De acuerdo con el espíritu de la solidaridad continental, la Secretaría de Relaciones Exteriores pondrá hoy mismo esta manifestación en conocimiento de las cancillerías de las demás repúblicas americanas”.  


(Tomado de: Hemeroteca El Universal, tomo 3, 1936-1945. Editorial Cumbre, S.A. México, 1987)


domingo, 3 de marzo de 2019

Franz Mayer




(1882-1975) Fotógrafo y coleccionista alemán. Llegó a suelo mexicano en 1905 y se nacionalizó en diciembre de 1933. Vino al país a trabajar con su compatriota, el banquero Hugo Scherer y posteriormente adquirió un lugar en la bolsa, participando como corredor independiente. Una de sus pasiones fue la naturaleza, por lo que instaló en su casa un invernadero dedicado al cultivo de orquídeas y claveles. La fotografía fue otra de sus predilecciones y se dedicó a ella cerca de 20 años, tomando imágenes de la diversidad cultural de México y de las naciones que visitó. Atesoró cientos de libros, textiles y cerámica conocida como talavera; actualmente más de 1400 azulejos antiguos forman parte de una colección en el museo que lleva su nombre en la CDMX. Antes de morir donó su repertorio de libros y arte decorativo al pueblo mexicano, este acervo es administrado por el Banco de México.

(Tomado de: Muy Interesante, septiembre de 2018, no. 09. 100 Extranjeros que amaron México)




sábado, 10 de noviembre de 2018

Bruno Traven




El 26 de marzo de 1969 B. Traven murió en su casa de la ciudad de México. El 19 de abril, en cumplimiento de su último deseo, su viuda, Elena Luján, esparció las cenizas del novelista sobre la selva próxima a Ocosingo, Chiapas, escenario de su libro La rebelión de los colgados. A fines de aquel año aparecieron sus Obras escogidas en dos tomos, con un prólogo de Luis Suárez. En 1966 Suárez había publicado en la revista Siempre! La única entrevista que concedió Traven.

A pesar del gran número de libros y artículos dedicados a aclarar el misterio de B. Traven, su identidad aún no lleva a establecerse con precisión. Él se empeñó en borrar a su persona para que sólo existieran sus obras, y dijo:

"Lo importante del escritor son sus libros, no su vida... Mi trabajo es lo importante,: yo no lo soy; solo soy un trabajador común y corriente."

Con base en las informaciones disponibles, podemos aventurarnos a intentar una nota biográfica. B. Traven nació en 1890, en Chicago, hijo de padres suecos y noruegos que lo llamaron Traven Torsvan Croves. A los 11 años se embarcó y recorrió el mundo como grumete y fogonero de barcos mercantes. Su experiencia marítima quedó en su primera novela, El barco de los muertos. En su casa mexicana muchos años después todos lo llamaban "Skipper" (capitán).

Había 1910 se presentó como actor en la ciudad alemana de Essen, asiento de las fábricas Krupp, que produjeron armas para los dos conflictos mundiales. Aunque no existen datos al respecto, es probable que Traven haya participado en la Guerra Mundial de 1914, cuando el futuro escritor tenía 24 años.

Reapareció en la Alemania de 1918, sacudida por la revolución de Rosa Luxemburgo. Fundó una revista política llamada El ladrillero y dio a conocer su primer libro, Cartas a la señorita X. Por entonces firmaba con el seudónimo de Ret Marut.

Cayó prisionero y estuvo a punto de morir. Logró escapar a Bélgica y llegó a Tampico en 1922. Trabajó en los campos petroleros y recorrió los caminos de la Sierra Madre Oriental. Allí nació su amor hacia el país que escogió como suyo. Traven solía decir:

"Los mexicanos son los mejores hombres de la tierra. En ningún sitio del mundo hay seres iguales. Nunca me preocupé por el dinero que no tenía en esos tiempos. Porque cada choza era tan acogedora como mi propia casa."

Lo que vivió y observó como obrero del petróleo, pizcador de algodón, leñador y gambusino, fue el material de libros que se han leído en todo el mundo, como La Rosa Blanca, El tesoro de la Sierra Madre, Salario amargo.

En 1930 llegó a la ciudad de México un fotógrafo norteamericano llamado simplemente Torsvan, a quien nadie identificaba con el autor de la ya famosa novela El barco de los muertos. Torsvan se inscribió en la Universidad Nacional, viajó a Palenque y, apasionado por el mundo indígena, se internó en la selva chiapaneca y llegó al entonces inexplorado Bonampak.

El fruto de aquellos años en el sur de México es tan importante o más que el producto de la época que pasó en el norte: La rebelión de los colgados, La carreta, Traza, Gobierno, Macario, El general, Tierra y libertad, Hacia el imperio de la caoba. Traven tomó la defensa de los indígenas y campesinos contra todos sus explotadores. El crítico Manuel Pedro González fue el primero en pedir que se considerara a Traven un escritor mexicano por la ternura, la vehemencia, la indignación y comprensión con que penetró en el drama de los sectores más numerosos e importantes de nuestra sociedad.

En 1948 Luis Spota logró encontrar a Traven en Acapulco y dio a conocer en la revista Hoy fotos en que el novelista aparecía de espaldas. Traven se convirtió en Hal Croves, guionista cinematográfico y "representante" del autor de La Rosa Blanca. En 1951 se naturalizó mexicano y en 1957 se casó con su traductora, Elena Luján. Que Croves era el único y verdadero Traven no era un enigma para sus amigos más íntimos, aunque sí para el público lector.

Como en Alemania se publicó un libro en que se decía que Traven estaba muerto y un grupo de gente se beneficiaba ilegalmente con sus derechos de autor, él decidió conceder la entrevista de 1966 a Luis Suárez. Así demostró que Ret Marut, Torsvan, Hal Croves y B. Traven eran la misma persona.

Aunque no escribió en español, B. Traven tiene un lugar único en la literatura mexicana por los temas de sus libros y, sobre todo, porque no lo hizo parte de nuestra tierra el azar sino su libre y apasionada elección.
 
(Tomado de: Bruno Traven. Cuadernos Mexicanos, año I, número 17, México, D.F., coedición SEP/Conasupo, s/f)

miércoles, 11 de abril de 2018

Olga Costa

Olga Costa (1913-1993)
 
Por: Victoria García Jolly

 
(La vendedora de frutas, Óleo sobre tela 1951)


Hija del compositor y violinista ruso Jacobo Kostakovski, Olga nació en Leipzig, Alemania, y desembarcó, en 1925, en Veracruz. En 1933 se inscribió a la Academia de San Carlos, donde fue alumna de Carlos Mérida, quien la bautizó como "el Ángel Blanco de la pintura mexicana". En 1935 se casó con el renombrado pintor guanajuatense José Chávez Morado. Siguiendo la visión folklorista y exótica de México de Rivera, Anguiano y Chávez Morado, pinta Vendedora de frutas (1951), en la que realiza un delicioso homenaje a los sabores y colorido de nuestras frutas. En sus trabajos tardíos de paisaje Olga encuentra en la monotonía de los grandes espacios una sorpresiva tendencia a la abstracción. En 1990 recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes, por su destacada carrera.

(Tomado de: Algarabía #138, de mujeres, Editorial Otras Inquisiciones, S.A. de C.V., México D.F. 2016)