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miércoles, 7 de mayo de 2025

Animales en la lengua mexicana actual II

 


Nombres de animales II


Aquí algunas de las frases que se componen de nombres de animales:


Le hicieron de chivo los tamales 

tiene corazón de pollo 

es chiva 

ahí te viene el Oso Barías 

se le brincan las cabras


Se le van las cabras al monte 

le rechinga la marrana 

póngase víbora 

chivateó 

lo agarraron de su marranito 

El borrego 

según el sapo es la pedrada 

está caballón


No seas mula 

móchate con las guajolotas 

es grillo 

el gusano que se aloja en el anochecer del amor 

es tiburón 

la pura borregada 

es delfín


Es mariposa 

huele a chivo 

no te empiojes 

ese güey es mariposón 

hay que agarrar al toro por los cuernos


Muévete o te empiojas 

los ostiones que habían Torreón 

te hizo mosca 

iba hecho la cochinilla 

saca la mosca 

los ostiones que había en Tokio con crema de Osaka 

es conejo 

saca las tortugas 

es mapache


Se las da de muy gallito 

te pesan las tortugas 

salto de otro corral 

se engalló 

ya tienes pelícanos en el embarcadero 

Se aleonó


Gateo en la noche 

nomás no te pongas muy león, eh güey?

se sacó la rifa del tigre 

órale güey entuza el varo! 

es un mono muy cagado


Anda como gallina culeca 

está pollo 

le jala el pescuezo al ganso 

le ruge la pantera 

me canso ganso 

ni para enyerbar un perro sirve 

a la ver gatos, no hay ratones 

lo cuatrearon como coyote 

ese güey es muy cotorro 

no des brincos de chapulín 

al haber garrapatas 

le arrimó el camarón 

se cree muy pantera 

Trae el puro camarón 

si no leo me aburro 

nomás te andas paveando 

hueles a león



Quedó bien ardilla 

le corretean las lombrices 

hijo de perra 

no sé si le funciona la ardilla!

parece burro manadero 

se quedó como el perro de las dos tortas 

estaba como burro en primavera 

es puro pájaro nalgón 

nalgas de víbora 

me dicen el burro espacial: porque soy el burro que fue a Marte 

chichis de gallina 

corazón de pollo


El papá de los pollitos 

es gallina ponedora 

No más andas de grillo 

Le aventó los perros 

lo coyoteó 

ese güey nomás es piojo 

qué oso 

nomás no pela un chango a cachetadas 

La oveja negra 

vamos a bailar el oso 

No seas culebra 

darle de puñaladas al oso 

el pavo roso 

los zorrearon 

qué oso hiciste

Se azorrilló

tu amiga... la araña esa 

rata de dos patas 


hijo de loba 

está perro 

¿Qué pez?

se pone flamenco


Le dio pajarilla 

Cenó chango en adobo 

la vaca es muy tetona 

la perica 

te relleno el pavo roso 

le chilla la ardilla 

la guajolota 


le tiró los canes 

andas en la grilla 

viejo zorro 

se engoriló 

es un chango culero 


El coyote cojo 

La res tirada 

ave de mal ágüero 

le ruge la pantera


El pato ano 

tirar la nutria al río 

le hicieron de chivo los tamales 

No le busques tres pies al gato 

el pato ancho 

mejor pájaro en mano que ciento volando... me agarras cansado 

el pato Culiacán 


échate una manita de gato 

tú qué sabes de puercas a medias 

a otro perro con ese hueso 

al pato chimuelo 

tú qué sabes del amor si nunca te ha besado un burro 

el pato mil arrugas 

al tiro que ese güey es conejo



Ves burro y se te ofrece viaje 

lo agarraron como al tigre de Santa Julia 

el pato apestoso 

te huele el osito Bimbo 

ahí te lo laballenas que luego te apescaditos 

Qué bonitos ojitos pajaritos!

el pato madre 

camarón que se duerme... amanece en ceviche 

el pato anodino 

nos vemos al ratón 

ese güey es la mera rata 

el pato Aniceto 

toma chango tu banana 

terco como mula 

según el sapo es la pedrada


El pato Anacleto 

se te ve el pajarito 

ponte trucha 

el pato culei 

vas como el cangrejo 

se hizo ojo de hormiga 

el pato chupatruzas 

al ratón nos vemos 

el pato llamamoscas 

hay que hacer la vaca 


gato madre 

de noche todos los gatos son pardos 

me aburrí 

se engoriló


Tu di rana y yo salto 

le dicen el pájaro quema Marías 

No seas borrego 

es una vieja lagartona 

es el pájaro mea garras 

es el caimán 


me duele el puerquecito 

préstame tu perro Rito ó

pásame a tu perro Rón


No seas cabrón 

mío dijo el gato 

se le va la cochina al monte 

chivo brincado chivo pagado 

ya se me cansó el caballo




(Tomado de: Amman, Guya (Autor), Luter Meza Bernal (investigación) y Bernardo Martínez Torres (ilustraciones) - Enciclopedia de los legoritmos mexicanos. Tercera Edición, S. A. de C. V. México, 2020).

miércoles, 9 de abril de 2025

Animales en la lengua mexicana actual I

 


Animales en la lengua mexicana (I)


Lo mismo que con casi todas las voces mexicanas los animales de los que se habla en el diario vivir, casi nunca son animales, casi siempre son otra cosa, pónganse truchas no se los vayan a coyotear o los vayan a agarrar de sus puerquitos.


Trucha: estado de alerta: ¡Póngase bien trucha!!!

Nutria: excremento.

Perro: ferocidad, herramienta, fealdad. 

Zorra: tonto, promiscuidad.

Zorro: viejo colmilludo, acto de buscar algo intensamente. 

Zorrillo: hombrecillo desaseado.

Ratón: hombre cobarde y pequeño. 

Venado: meneado activo. 

Dragón: pobre higiene bucal. 

Caracol: insulto, lento baboso y carga con una casa que no es suya...

Caballo: tu cuerpo, toalla femenina, auto. 

Gaviota: ladrón oportunista. 

Rata: ladrón. 

Gato: empleado, herramienta. 

Pájaro: pene, espía, ojos... ojitos pajaritos. 

Camello: trabajo. 

Burro: transportador, lerdo, tonto, defensa de auto, taco. 

Güey: pareja 

Buey: pendejo. 

Wey: cuate milenial. 

Vaca: conjunto de ahorro. 

Borrego: seguidor, cabello rizado. 

Mosca: mal tercio, dinero, símbolo de distracción, símbolo de adversidades y prevención. 

Cocodrilo: adicto, auto. 

Víbora: chismoso, criticón. 

Coyote: siesta, defraudador, astuto, mañosos. 

Chivo: mal olor símbolo de infidelidad o engaño, despensa familiar. 

Cuino: persona gorda. 

Piraña: persona cruel. 

Pantera: muy capaz, falta de higiene bucal, amenazante. 

Ardilla: falta de aseo corporal, rapidez mental. 

Oso: ridículo, pelea, vagina. 

León: líder, poseedor de grandes huevos, símbolo de arrogancia. 

Tigre, arrogancia, peligrosidad. 

Perico: enervante, persona que habla mucho. 

Iguana: igual. 

Rana: amiga de la iguana. 

Cotorro: gracioso, platicador, ameno. 

Cotorra: mujer de cierta edad, desagradable y hablantina. 

Cacatúa: derivación de cotorra, pero con más cierta edad. 

Cucaracha: personas deleznable, rastrera y de múltiples faltas. 

Mula: persona hosca y déspota, con muy mala cara y mala actitud, transportador. 

Grillo: político, persona que habla mucho. 

Tiburón: negociador temible. 

Delfín: mensajero, antiguo transporte colectivo de los 80's. 

Ballena: antiguo transporte de los 80's. 

Mariposa: persona mariposona. 

Piojo: hombrecillo mezquino. 

Libélula, mariposón. 

Conejo: ladrón, vagina. 

Mapache: político. 

Gallina ponedora: mujer liberal...

Pollo: débil, inmaduro, ingenuo, frágil, suave. 

Ganso: pene. 

Chapulín: traidor, irrespetuoso de las normas. 

Oveja: con su pareja. 

Loba: chava chida. 

Perra: chava no tan chida, asunto difícil. 

Culebra: culero. 

Chinicuil: persona menuda y servil. 

Coyol: persona pequeña y curiosa. 

Buitre: oportunista, despiadado. 

Gorila: hombre grande, tosco, guardaespaldas. 

Guajolote: alimento reiterativo y confuso, hablar sin estilo. 

Paloma: vagina, mujer. 

Gallo: serenata, llanta usada, actitud bravía, escupitajo, tono vocal fallido. 

Gallito: intento de valentía, llanta muy gastada. 

Gallina: accesorio para cargar tambos, cobarde. 

Aguilita: posición fecal preventiva. 

Guila: presenta no? 

Gatazo: apariencia de pulcritud 

Alacrán: persona con otros gustos. 

Tuza: tesoro escondido, escondite. 

Sapo: magnitud pecunaria conjunto de billetes. 

Grifo: que se engripa. 

Chango: cualquier otra persona, persona vulgar. 

Mono: chango, despectivo. 

Pulpo: novio fogoso. 

Cabra: magnitud psicológica que se nos salta a cada ratito. 

Viborón: pene. 

Flamenco: exquisito. 

Cochinilla: rapidez y eficiencia. 

Hormiga: acto de desaparecer. 

Camarón: de acuerdo. 

Tortuga: alimentos chidos, lentitud. 

Toro: asunto desafiante, hay que agarrar el toro por los cuernos…

Bestia: petición de observancia: ¿Qué no ves...tia? 

Pinacate: posición sexual, ponte listo. 

Pajarilla: vagina. 

Marranito: pan. 

Puerquito: bullying a la antigüita, que te agarren de su puerquito de barco o de bajada. 

Tordo: medidas femeninas. 

Ostra: escondida, otra cosa, desaparición. 

Cochinito: cuenta de ahorros, puerquito, de barco o de bajada. 

Chacál: persona despiadada, criminal, oportunista. 

Pelícanos, derivación de pelos. 

Camarón: dinero, pene. 

Langosta: mucho cuidado cuando escuche esto, no sea que le den chorizo por langosta, tenga cuidado. 

Burro: no seas burro. 

Pato: sinónimo de holgazanería, sinónimo de baja calidad. 

Palomilla: grupo de amigos. 

Luciérnaga: la luz, el dinero. 

Víbora: vivo, póngase vivo. 

Pantera: pobre higiene bucal, cuando alguien hace presunción de sus capacidades. 

Pez: asunto: (¿Qué pez?).

Codorniz: pene. 

Lombriz: alguien que se mueve mucho. 

Araña: mujer poco agraciada y de malos sentimientos, cualquier objeto en mal estado. 

Pavo: símbolo de lentitud y pereza. 

Mula: persona con malos modales y mala cara. 

Ostiones: semen, potenciador sexual.



(Tomado de: Amman, Guya (Autor), Luter Meza Bernal (investigación) y Bernardo Martínez Torres (ilustraciones) - Enciclopedia de los legoritmos mexicanos. Tercera Edición, S. A. de C. V. México, 2020).

lunes, 10 de marzo de 2025

El origen de la lengua mexicana actual


 
El origen de la lengua mexicana 

En el ombligo de la luna, a la tierra del colibrí azul; Mexitl Tenochtitlan un día llegaron los intrépidos y osados, los exploradores, suavemente mecidos por las olas, traídos por las mareas. 

Sus lejanos navíos traían consigo el presagio secreto, sus palos mayores, sus grandes velas elevadas casi hasta el cielo anunciaban un nuevo mundo. 

Desde el otro lado del mundo llegaron, con sus observadores trepados en el carajo, con sus carabelas y bergantines anunciando la nueva era. 

Llegaron e hicieron suya la Tierra y esta tierra tuvo hijos; hijos de la verga, también de la chingada, del Sancho, pero hijos al fin y al cabo. 

Los siguientes diálogos, los actos que prosiguieron fueron violentos y crudos, hijos de la confrontación, hijos de la vida, del destino. 

Nadie se culió todos fueron cabrones.

Los conquistadores conquistaron, los conquistados sobrevivieron, sobrevivieron a todo. 

Y por el momento valió madre, harta corneta, así parecía, pero no hay mal que por bien no venga (refrán chingón de mi abuelita) y esto lo único que trajo fue un pueblo chingón: 

el pueblo mexicano descendiente de los más valientes y los más nobles Y ¿qué fue lo que hicieron los sobrevivientes los nuevos mexicanos? 
es quizá aquí donde comienza la historia de nuestro lenguaje. 

Quizá...

El lenguaje secreto comenzó con los vocablos aztecas, prohibidos en su momento, los corazones de los vencidos jamás fueron vencidos y las siguientes generaciones no pudieron acallar estas voces. 

Estos sincretismos no premeditados, lograron que también en las palabras comenzaran a ocultarse significados que las nuevas autoridades no comprendían. 

Así nació la lengua mexicana en el crisol de todas las razas del mundo; el crisol de nuestra Raza Cósmica. 

Es aquí en este momento cuando el lenguaje comenzó a volverse mexicano dejando de ser sólo español y aún menos castellano. 

Establecido el nuevo reino siendo ya formalmente una colonia, las nuevas normas sociales establecieron así también sus leyes y jerarquías. 

El lenguaje naciente se nutrió de indigenismos y europeísmos, así como la raza; voces aztecas, mayas, olmecas, totonacas, zapotecas, ñañus, rarámuris, chichimecas, apaches y toltecas se mezclaron con sus hermanas hispanas, anglosajonas, árabes, gitanas, griegas, judías, italianas, africanas y asiáticas. 



El mexicano: valiente, avezado, osado; el sobreviviente a toda prueba, humilde a veces, pero siempre digno y firme, descendiente de reyes y princesas, de guerreros y poetas, de piratas y de sabios se ha mantenido así,

 siempre de pie, de frente. 

La intensidad de sus expresiones refleja su fuerza y el largo camino que tuvo que andar para llegar a ser lo que somos: un pueblo chingón, bien verga. 

Pero por qué habla el mexicano así? 

Porque tiene pasión, porque tiene tantos huevos que el lenguaje le queda pequeño y necesita moldearlo, modelarlo, reformarlo, incluso transfigurarlo para ver si así puede expresar aunque sea un poco lo que le inunda el alma, lo que le desborda el corazón. 

Para defenderse, 

para identificarse,

y por sus huevos, así nomás.




Las lenguas nativas:

¿Qué se habla en México?

Hace mucho se dejó de hablar sólo español y casi nunca se habló castellano. 

Se habla español mexicano, pero no sólo eso también se habla: 

Slang 
albur 
albur fino 
calambur 
piropo 
chiste 
refrán 
dicho 
leperada 
doble sentido 
cantadito 
caló 
frases 
ñierismos 
fresismos 
chiflidito 
acá 



Y no solo eso, además se habla en jarocho, yucaterco, chilango, norteño, tapatío, chiapaneco, defeño, toluco, poblano pipope, tuso, regio, oaxacacaliforniano, tabajqueño, campechano, mochi, costeño, sonorita y muchos más. 

En México se habla español mexicano, casi nunca, casi nadie habla español formal. Aquí en el Ombligo de la Luna a nivel de piso a ras de lona; la neta se habla al chile. 

Y ya hablando al chile; nadie habla formal; ni el gobernante ni el sabio, ni siquiera la dama y mucho menos el pelado. 

Todos y cada uno de nosotros hablamos en código, cada sector, cada tribu tiene los suyos propios: si no los entiendes si no los atiendes no entras, te sacan. 

Con la banda maciza cágala tantito y te dan patrás, te quiebran, de menos una madriza culera. 

Varía el tono padre y no entras, cáaamara. 

Si no te la sabes no la haces.




(Tomado de: Amman, Guya (Autor), Luter Meza Bernal (investigación) y Bernardo Martínez Torres (ilustraciones) - Enciclopedia de los legoritmos mexicanos. Tercera Edición, S. A. de C. V. México, 2020).



lunes, 7 de octubre de 2024

La lengua mexicana



Las lenguas de América, dice Paw, son tan estrechas y escasas de palabras, que no es posible explicar en ellas ningún concepto metafísico. “No hay ninguna de estas lenguas en que se pueda contar arriba de tres. No es posible traducir un libro, no digo en las lenguas de los algonquines y de los guaranís o paraguayos, pero ni aun en las de México o del Perú, por no tener un número suficiente de términos propios para enunciar las nociones generales."
Cualquiera que lea estas decisiones magistrales de Paw, se persuadirá sin duda que decide así después de haber viajado por toda la América, de haber tratado con todas aquellas naciones y haber examinado todas sus lenguas. Pero no es así. Paw sin salir de su gabinete de Berlín, sabe las cosas de América mejor que los mismos americanos, y en el conocimiento de aquellas lenguas excede a los que las hablan.


Yo aprendí la lengua mexicana y la oí hablar a los mexicanos muchos años, y sin embargo, no sabía que fuera tan escasa de voces numerales y de términos significativos de ideas universales, hasta que vino Paw a ilustrarme. Yo sabía que los mexicanos pusieron el nombre centzontli (400), o más bien el de centzontlatale (el que tiene 400 voces) a aquél pájaro tan celebrado por su singular dulzura y por la incomparable variedad de su canto. Yo sabía también que los mexicanos contaban antiguamente por xiquipili, así las almendras de cacao en su comercio como sus tropas en la guerra; que xiquipili valía ocho mil, y así para decir que un ejército se componía, por ejemplo, de cuarenta mil hombres, decían que tenía cinco xiquipili.


Yo sabía, finalmente, que los mexicanos tenían voces numerales para significar cuantos millares y millones querían; pero Paw sabe todo lo contrario y no hay duda que lo sabrá mejor que yo, porque tuve la desgracia de nacer bajo un clima menos favorable a las operaciones intelectuales. Sin embargo, quiero, por complacer la curiosidad de mis lectores, poner abajo la serie de los nombres numerales de que se ha valido siempre los mexicanos, en la cual se ve que los que, según dice Paw, no tenían voces para contar más que tres, a pesar suyo las tienen para contar por lo menos cuarenta y ocho millones. Del mismo modo podemos convencer el error de [Charles-Marie de] La Condamine y Paw en otras muchas lenguas de América, aun de aquellas que se han reputado las más rudas, pues se hallan actualmente en Italia personas experimentadas de aquel Nuevo Mundo y capaces de dar plena noticia de más de sesenta lenguas americanas; pero no queremos cansar la paciencia de los lectores. Entre los materiales recogidos para esta mi obra, tengo los nombres numerales de la lengua araucana, que a pesar de de ser la lengua de una nación más guerrera que civil, tiene voces para explicar aun millones.


No es menor el error de Paw en afirmar que son tan escasas las lenguas americanas, que no son capaces de explicar un concepto metafísico, lección que aprendió de La Condamine. “Tiempo, dice este filósofo hablando de las lenguas de los americanos, duración, espacio, ser, sustancia, materia, cuerpo. Todas estas palabras y otras muchas no tienen voces equivalentes en sus lenguas, y no sólo los nombres de los seres metafísicos, pero ni aun de los seres morales, pueden explicarse por ellos sino impropiamente y por largos circunloquios”. Pero La Condamine sabía tanto de las lenguas americanas como Paw, y tomó sin duda este informe de algún hombre ignorante, como sucede frecuentemente a los viajeros. Estamos seguros de que muchas lenguas americanas no tienen la escasez de voces que piensa La Condamine; pero omitiendo por ahora lo que mira a las otras, discurramos sobre la mexicana, principal asunto de nuestra contienda.


Es verdad que los mexicanos no tenían voces para explicar los conceptos de la materia, sustancia, accidente y semejantes; pero es igualmente cierto que ninguna lengua, de Asia o de Europa, tenía tales voces antes que los griegos comenzasen a adelgazar, abstraer sus ideas y crear nuevos términos para explicarlas. El gran Cicerón, que sabía tan bien la lengua latina y floreció en los tiempos en que estaba en su mayor perfección, a pesar de estimarla más abundante que la griega, lucha muchas veces en sus obras filosóficas para encontrar voces correspondientes a las ideas metafísicas de los griegos. ¿Cuántas veces se vio precisado a crear nuevas voces equivalentes en algún modo a las griegas, porque no las encontraba entre las voces usadas por los romanos? Pero aun hoy día, después de que aquella lengua fue enriquecida por muchas palabras inventadas por Cicerón y otros doctos romanos, que a ejemplo suyo se dedicaron al estudio de la filosofía, le faltan términos para explicar muchos conceptos metafísicos, si no se recurre al bárbaro lenguaje de las escuelas.


Ninguna de aquellas lenguas que hablan los filósofos de Europa, tenía palabras significativas de la materia, la sustancia, el accidente y otros semejantes conceptos, y por lo tanto fue necesario que los que filosofaban adoptasen las voces latinas o las griegas. Los mexicanos antiguos, porque no se ocupaban en el estudio de la metafísica, son excusables por no haber inventado voces para explicar aquellas ideas; pero no por esto es tan escasa su lengua en términos significativos de cosas metafísicas y morales, como afirma La Condamine que son las de la América meridional; antes aseguro que no es tan fácil encontrar una lengua más apta que la mexicana para tratar las materias de la metafísica, pues es difícil de encontrar otra que abunde tanto en nombres abstractos, pues pocos son en ella los verbos de los cuales no se formen verbales correspondientes a los en io de los latinos, y pocos son también los nombres sustantivos o adjetivos de los cuales no se formen nombres abstractos que significan el ser o, como dicen en las escuelas, la quiditad de las cosas, cuyos equivalentes no puedo encontrar en hebreo, ni en griego, ni en latín, ni en francés, ni en italiano, ni en inglés, ni en español, ni en portugués, de las cuales lenguas me parece tener el conocimiento que se requiere para hacer el cotejo. Pues para dar alguna muestra de esta lengua y por complacer a la curiosidad de los lectores, pondré aquí a su vista algunas voces que significan conceptos metafísicos y morales, y que las entienden aun los indios más rudos.


La excesiva abundancia de semejantes voces ha sido causa de haberse expuesto sin gran dificultad en la lengua mexicana los más altos misterios de la religión cristiana y haberse traducido en ella algunos libros de la Sagrada Escritura, y entre otros los de los Proverbios de Salomón y los Evangelios, los cuales, así como la Imitación de Cristo, de Tomás Kempis, y otros semejantes trasladados también al mexicano, no pueden ciertamente traducirse a aquellas lenguas que son escasas de términos significativos de cosas morales y metafísicas. Son tantos los libros publicados en mexicano sobre la religión y la moral cristiana, que de ellos solos se podría formar una buena biblioteca. Después de esta disertación pondremos un breve catálogo de los principales autores de que nos acordamos, así para confirmar cuanto decimos como para manifestar nuestra gratitud a sus fatigas. Unos han publicado un gran número de obras que hemos visto. Otros, para facilitar a los españoles la inteligencia de la lengua mexicana, han compuesto gramáticas y diccionarios.


Lo que decimos del mexicano podemos en gran parte afirmarlo de otras lenguas que se hablaban en los dominios de los mexicanos, como la otomí, matlatzinca, mixteca, zapoteca, totonaca y popoluca, pues igualmente se han compuesto gramáticas y diccionarios de todas estas lenguas y en todas se han publicado tratados de religión, como haremos ver en el catálogo prometido.


Los europeos que han aprendido el mexicano, entre los cuales hay italianos, franceses, flamencos, alemanes y españoles, han celebrado con grandes elogios aquella lengua, ponderándola al grado de que algunos la han estimado superior a la latín y la griega,como hemos dicho en otra parte. Boturini afirma que “en la urbanidad, elegancia y sublimidad de las expresiones, no hay ninguna lengua que pueda compararse con la mexicana”. Este autor no era español sino milanés; no era hombre vulgar sino erudito y crítico; sabía muy bien, por lo menos, el latín, el italiano, el francés y el español, y del mexicano supo cuanto bastaba para hacer un juicio comparativo. Reconozca, pues, Paw su error y aprenda a no decidir en las materias que ignora.


Entre las pruebas en que quiere apoyar [Georges Louis Leclerc, conde de] Buffon su sistema de la reciente organización de la materia en el Nuevo Mundo, dice que los órganos de los americanos eran toscos y su lengua bárbara. “Véase -añade- la lista de sus animales, y sus nombres son tan difíciles de pronunciar que es de admirar haya habido europeos que se hayan tomado el trabajo de escribirlos.” No me admira tanto de su fatiga en escribirlos como de su descuido en copiarlos. Entre tantos autores europeos que han escrito en Europa, la historia civil o natural de México, no he encontrado ni uno que no haya alterado y desfigurado los nombres de las personas, animales y ciudades mexicanas, y algunos lo han hecho en tal grado, que no es posible adivinar lo que quisieron escribir. La historia de los animales de México pasó de las manos de su autor el Dr. Hernández, a las de Nardo Antonio Recchi, el cual nada sabía de mexicano; de las manos de Recchi pasó a las de los académicos Linces de Roma, los cuales la publicaron con notas y disertaciones y de esta edición se sirvió Buffon. Entre tantas manos de europeos ignorantes de la lengua mexicana, tenían que alterarse los nombres de los animales. Para convencerse de la alteración que sufrieron en las manos de Buffon, basta confrontar los nombres mexicanos que se leen en su Historia Natural, con los de la edición romana del Dr. Hernández.


Por lo demás, es cierto que la dificultad en pronunciar una lengua a la que no estamos acostumbrados, y principalmente si la articulación de ella es muy diversa de la de nuestra propia lengua, nos convence que sea bárbara. La misma dificultad que experimenta Buffon para pronunciar los nombres mexicanos, experimentarían los mexicanos para pronunciar los nombres franceses. Los que están acostumbrados a la lengua española, tienen gran dificultad para pronunciar la alemana y la polaca, y les parecen las más ásperas y duras de todas. La lengua mexicana no ha sido la de mis padres ni la aprendí de niño y, sin embargo, todos los nombres mexicanos de animales que cita Buffon como prueba de la barbarie de aquella lengua, me parecen más fáciles de pronunciar que muchos otros tomados de algunas lenguas europeas, de las cuales usa en su Historia Natural. Tal vez parecerá lo mismo a los europeos que no están acostumbrados ni a una ni a otras lenguas; y no faltará quien se admire de que Buffon se haya tomado el trabajo de escribir aquellos nombres, capaces de causar miedo a los más valientes escritores. Finalmente, en lo que respecta a las lenguas americanas, debe estarse al juicio de los europeos que las supieron, más bien que a la opinión de los que nada saben.


(Tomado de: Clavijero, Francisco Javier - Historia Antigua de México. Prólogo de Mariano Cuevas. Editorial Porrúa, S. A, Colección “Sepan Cuántos…” #29, México, D. F., 1982)

lunes, 18 de julio de 2022

El albur

 


El albur o calambur es un juego de palabras con alusiones sexuales para ofender al oyente. El calambur casi siempre es un diálogo que sostienen dos amigos, pues más bien se considera un modo afectuoso de insultar al compañero. 

Es común que dos amigos sostengan un diálogo misterioso para los no iniciados, un duelo de ingenio como el siguiente:

-Te cortaron el tupé.

-Melón se comió las plumas, y Melambes el pajarito.

-El diablo te coja confesado.

-¿Conoces al perro cojo de las nalgas negras?

-No te canses, siéntate.

-¿Te gusta el zumo de verdolaga?

-Me torcí un pie.

-A flojo nadie me gana.

-Ah, viento el de México.

-¿Es cierto que afuera de tu casa hay un letrero que dice: "Frío con gas"?

-Dame las buenas noches.

-San Buto te favorezca.

-Puedes hacerme una chaqueta, aunque no seas sastre.

-Quítame el sebo, por lo que te debo.

-Con estos terregales no se puede vivir.

-Ta'lloviendo y no es abril.

-Sacudo por no barrer.

-Zacualco le dijo a Torres.

-Eh chocante.

-Hazme una valona.

-Sí tienes calentura, yo te la curo.

-Bonito tu saco amarillo.

-¿Te gustó ver gotas y no mojarte?

-Rompo la amistad por menos.

-Sóbame la mano, que me la torcí ayer.

-El pico de gallo es muy bueno.

-Eres un echador como no hay otro.

-Agárrame la palabra, ahora que estoy de buenas.

-Mejor te cojo lo que tú ya sabes.

-¿Cuánto me cobras por darme las buenas noticias?

-No sé por qué lo dirá, pero su razón tendrá.

Este duelo verbal podría durar varios días y ninguno de los rivales se rendiría.

Otra técnica del calambur consiste en hacer una pregunta a un amigo, para que éste responda lo que deseamos y después darle una réplica ingeniosa:

-¿Ya viste a Homero?

-¿Cuál Homero?

-El que dio en el mero mero.

También se puede preguntar:

-¿Ya viste a Juan?

-¿Cuál Juan?

-El que te fornicó en San Juan.

A un amigo que busca empleo se le puede engañar contándole:

-Yo sé de un empleo muy bien pagado, y sólo tienes que llevar las listas.

-¿Las de raya?

-Listas las nalgas.

Si sabemos que un compañero de oficina tiene varias hermanas, le podemos decir:

-Te habló por teléfono tu hermana.

-¿Cuál hermana?

-La que traigo de campana.

Otra manera de engañar a un amigo es pedirle:

-Di un color en voz alta, a ver si adivinas el que yo estoy pensando.

Si él ingenuo cae en nuestra trampa, dirá:

-Azul... Morado... Verde...

-Tienes las nalgas -se le contestará en cualquier caso.

Si un amigo llega de la calle con la ropa mojada por la lluvia, se le preguntará:

-¿Te cogió el chaparrón?

Otra broma es contarle a un amigo que se encontraba ausente:

-Te buscó el pelón.

-¿Cuál?

-El Pelón Sobabas.

La técnica del albur es más o menos fácil de descifrar. La persona que ignora algo, le basta suponer lo peor: "Piensa mal y no errarás", es la regla de oro del calambur.

La mayoría de los albures son expresiones fabricadas de antemano, y sus respuestas también son hechas de antemano. Cuando una persona desea ir al excusado anuncia:

-Voy a mi arbolito... voy a hacer del uno... voy a descargar... voy a poner un telegrama.

A lo último se puede contestar:

-Recuerdos a la familia.

Y así hasta el infinito, como en el cuento de nunca acabar. La gente usa expresiones adecuadas a su condición social. La pueblerina que presumía de culta les comunicaba a sus invitados:

-Con permiso del cabildo, mi sobrina va a la mea y también a la caga...

En cambio una señora elegante de verdad afirma:

-Voy al pipis room... al inodoro... a cortar margaritas...

Cuando afirma esto último corre el peligro de que le contesten:

-Aproveche el viaje y haga caca de una vez.

Otra manera de hacer un albur es preguntar inocentemente:

-¿Cuál es el colmo de un albañil?

-No sé.

-Que ponga techo en el excusado de su casa.

Otro:

-¿Sabes cuál es el ave más rara?

-...

-El pájaro quema maíz.

Otro más:

-¿Sabes cuál es el niño más bueno y trabajador de México?

-...

-El niño que teje hincado.

Otro:

-¿Sabes que le dijo el pinche a la cocinera?

-...

-No me arrimes el comal

que no soy tu enchiladera.

Otro:

-¿Sabes qué le dijo el marchante a la catrina?

-...

-No me apriete los limones

porque se llena de jugo.

Otro:

-¿Qué le dijo el jardinero a la viejita?

-...

-Su culantro está seco,

le hace falta su regadita.

Otro:

-¿Qué le dijo el elefante a la hormiguita?

-...

-Ya verás lo que hacemos

con un poco de paciencia y salivita.

Otro:

-¿Cuál es el colmo de una lesbiana?

-No sé.

-Hacer tortillas con máquina.

Otro:

-¿Cuál es el colmo de un pedorro?

-No sé.

-Arrancarse un pedazo del corazón.

Cuando a un amigo se le escapa un aire pestilente, se le puede pedir:

-Cuando se te acabe el perfume me regalas el frasquito.

O bien se le puede aconsejar:

-Licenciado, cuando coma zopilote, arránquele las plumas.

O si se trata de una muchacha hermosa, se le puede rogar con galantería exquisita:

-Señorita, no tenga pena, diga que fui yo.

Si varios caballeros le disputan el honor, y se le adelantan, usted puede decir:

-Señorita, el próximo corre de mi cuenta.

Si se trata de un anciano respetable, es posible dirigirle esta frase:

-Salud y larga vida, venerable anciano.

O esta otra menos formal:

-Saco, revoloteo y ataco

viejo bombo, hijo de chingada.

Si un amigo de mucha confianza perfuma el viento, se le puede invitar:

-El próximo me lo echas en las pelotas.

Invitaron a un ranchero a asistir como testigo a un matrimonio civil. El hombre se presentó puntualmente en el juzgado, pero cuando estaba comenzando la ceremonia, sintió ganas de peer. No encontró otro recurso que salir al corredor próximo a la sala del juzgado. Después de realizar su urgencia, regresó. Varias veces sintió idéntico deseo, y varias veces repitió la cautelosa operación. Llegó un momento en que el juez desesperado, que lo estaba observando, le ordenó:

-Amigo, la próxima vez me lo cambia. Se lo truena aquí, y sale a ventilárselo afuera.



Una manera ingeniosa de hacer calambures complicados es redactar anuncios como los siguientes:

Señorita secretaria, anda mal de la regla... tire la vieja, y cómprese un nuevo Reglatón. Aprobado por el Departamento de Pesas y Medidas.

Señorita, no le teja a su novio la chaqueta. Cómpresela hecha en el Palacio de Fierroduro.


Así el lector puede inventar otros anuncios para divertirse. Otro tipo de albures se llama:

No es lo mismo: "Frío con gas", que freír congas.

No es lo mismo: "Los puños de Enriqueta", que hazme una puñeta.

No es lo mismo: "Ledezma quiere limones y nabos", que le des mamones en el nabo.

No es lo mismo: "Voy a darle ahora que está chiquito", que voy a darle ahora por el chiquito.

No es lo mismo: "Consulado General de Chile", que un general con su chile de lado.

No es lo mismo: "A la cocinera se le pegan los huevos en el traste", que pegarle a la cocinera los huevos en el traste.

No es lo mismo: "Enterrar un ala de pájaro en la noche", que a la noche te entierro el pájaro.

No es lo mismo: "Enchílame esta gorda", que engórdame este chile.

No es lo mismo: "Tener un barco de buena envergadura", que tener una buena verga dura.


Una manera popular de hacer calambures, es formarlos con supuestos nombres propios de extranjeros. Se puede ofrecer una lista, por ejemplo, de los integrantes de una misión comercial japonesa: 

Kimono Oyito, Tezuda Tuchiko, Tekojo Tuyo, Michaira Tadura, Zummo Mipicha, Teiede Tubuche, Toko Tukulo, Chichi Takaida, Techo Jocoke, Jodde Todito, Teago Tuijito.

Casi cualquier tipo de adivinanza o chascarrillo se puede transformar en calambur. Por ejemplo:

-¿En qué se parece la mujer a la radio?

-En que la mujer primero se toca, y después se calienta, y la radio primero se calienta y después toca.


(Tomado de: Lomas, Juan (recopilador). Teoría y práctica del insulto mexicano. Colección Duda semanal. Editorial Posada, S. A. México, 1974)