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viernes, 31 de julio de 2020

Quiénes fueron los liberales y los conservadores

(Mural "Juárez Redivivo" José Clemente Orozco)

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¿Quiénes fueron los liberales y los conservadores?


Con estos nombres nos referimos a los dos principales grupos con posiciones ideológicas, bases sociales y proyectos nacionales definidos que protagonizaron la historia política de buena parte del siglo XIX.
Los conservadores nutrían sus filas con miembros del alto clero, los altos jefes militares, los poderosos terratenientes y comerciantes. Pugnaban por un sistema de privilegios, por un poder centralizado, monárquico en el mejor de los casos, una sociedad corporativa e instituciones fuertes, principalmente la Iglesia y el Ejército. Pueden considerarse como una prolongación de los grupos dominantes de la última etapa de la Colonia que no lograron mantenerse en el poder de manera definitiva a través de la contrarrevolución independentista. En los primeros años de la república, cuando las primeras formas de organización política adquirieron forma a través de las logias masónicas, los conservadores alimentaron la logia escosesa que respaldó el proyecto centralista por medio del cual procuraron restablecer su dominio sobre la economía desde la ciudad de México.
Los liberales por su parte concebían que el país debía organizarse de acuerdo con el modelo estadounidense en una república federal con gran autonomía de las regiones, donde tuvieran preponderancia los pequeños y medianos propietarios, quienes se convertirían en la base del desarrollo económico. Para conseguir tales objetivos era necesario desaparecer el sistema de privilegios y las corporaciones de origen colonial, desamortizar los bienes de la Iglesia y las propiedades comunales. Al igual que los conservadores, los liberales tienen su origen en la parte final del virreinato, cuando los criollos y dentro de ellos las clases medias entraron en contacto con las ideas ilustradas y con el pensamiento político que inspiró la independencia estadounidense, la Revolución francesa y la Constitución de Cádiz. Tras el nacimiento de la república se organizaron en torno a la logia yorkina, estimulada interesadamente por el representante estadounidense en México, Joel R. Poinsett, y a través de ella respaldaron el proyecto federal y los planes de modernización económica. A mediados de siglo, el grupo liberal estaba dividido entre moderados, que pensaban que la transformación del país requería reformas lentas para evitar resistencias y por ello defendían el restablecimiento de la Constitución de 1824, y los puros o radicales que se inclinaban por un giro radical que exigía un nuevo ordenamiento político.

(Tomado de: Silva, Carlos - 101 preguntas de historia de México. Todo lo que un mexicano debería saber. Random House Mondadori, S. A. de C. V., México, D. F., 2008)

lunes, 6 de julio de 2020

Qué es el nacionalismo criollo

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¿Qué es el nacionalismo criollo?

Como nacionalismo criollo llamamos a la toma de conciencia por parte de los españoles americanos de pertenecer a una sociedad distinta de la española y con características específicas americanas y particularmente novohispanas.
Esta toma de conciencia fue producto de la larga convivencia de los criollos a lo largo de generaciones con esta tierra, pero también respondió a la racionalización de dicho sentimiento gracias a la educación que recibieron y que se vio perfeccionada precisamente en la parte final del periodo gracias a la introducción de instituciones modernas entre las que destacan los mencionados Tribunal y Colegio de Minería, pero también la Academia de Bellas Artes de San Carlos, fundada en 1785. Las grandes creaciones del barroco americano durante el siglo XVIII constituyen ejemplos notables de lo que podía ser realizado en América; los criollos se dieron cuenta de ello y comenzaron a elogiar las bondades de su tierra y sus habitantes. SorJuana lo hizo de manera magistral, pero también otros coterráneos que además comenzaron a ver con interés el pasado prehispánico para explicar su propia realidad: la conciencia criolla, como toda conciencia, comenzó por una conciencia histórica. Tuvo un lugar destacado en este proceso la labor educativa de los jesuitas que consiguieron hacer de sus alumnos estudiosos críticos y eruditos, de entre los cuales surgieron los más connotados intelectuales de la Colonia como Rafael Campoy, Francisco Javier Alegre, Diego de Abad y Francisco Javier Clavijero, autor de la Historia antigua de México, escrita en 1780 y ejemplo notable de la defensa de lo americano.
Los criollos educados fueron conformando un conjunto de ideas de unidad novohispana. El culto a la virgen de Guadalupe, extendido entre todos los grupos sociales, fue un factor importante de identidad. Junto a las ambiciones de identidad creció un sentimiento de desconfianza y separación ante lo español peninsular, más aún cuando fueron desplazados por funcionarios metropolitanos como consecuencia de las reformas borbónicas o cuando los jesuitas fueron expulsados. Contribuía a ese sentimiento la ineficiencia de la Corona para mantenerse ella misma firme ante los ataques de las otras potencias europeas y al convertir a sus colonias en meras fuentes de tributos. Así también alimentaban al pensamiento criollo las nuevas corrientes intelectuales representadas en los ideales ilustrados y después en el liberalismo, con lo que a los sentimientos de unidad se sumaban también aspiraciones de igualdad con la metrópoli y en algunos casos de libertad.

(Tomado de: Silva, Carlos - 101 preguntas de historia de México. Todo lo que un mexicano debería saber. Random House Mondadori, S. A. de C. V., México, D. F., 2008)

viernes, 12 de junio de 2020

Consecuencias de las reformas borbónicas

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¿Cuáles fueron las consecuencias de las reformas borbónicas en la Nueva España?

Cómo las reformas atacaron muchos aspectos de la sociedad fueron también múltiples sus consecuencias, algunas de corta y otras de larga duración, y de impacto diferenciado de región a región. En general lograron lo que en principio se proponían: debilitar el poder de los sectores coloniales en beneficio de la Corona. Las nuevas autoridades españolas parecían garantizar eficiencia y lealtad al rey, en esa transformación muchos criollos fueron relegados a un segundo término, lo que produjo un constante y creciente malestar entre el sector colonial más educado y organizado. Las reformas también combatieron las formas tradicionales de pactar entre los distintos grupos sociales en el virreinato pues los funcionarios reales, con quienes se podía llegar a componendas, habían sido tradicionalmente intermediarios entre las corporaciones y la Corona, mientras que la nueva relación suponía un trato directo sin lugar a negociaciones.
En términos económicos las consecuencias fueron dispares también. En general la economía novohispana de la segunda mitad del siglo XVIII ofrecía una aparente bonanza, sin embargo, el hecho de que la Corona ejerciera un mayor control sobre la Iglesia, la mayor proveedora de crédito, puso en riesgo la disponibilidad de circulante. Por su parte, la apertura comercial terminó con el monopolio de los comerciantes de Sevilla y de sus socios de la Ciudad de México, con lo que se rompió el equilibrio de las cadenas de producción e intercambio dentro del virreinato y hacia el exterior; inmediatamente el poder económico y político de los miembros del consulado de comerciantes de la Ciudad de México se vio afectado, a lo que se sumó la creación de nuevos consulados independientes como los de Veracruz, Guadalajara y Mérida. El fomento de cultivos comerciales ya existentes, como la caña de azúcar, y la introducción de otros nuevos como el cacao, el tabaco o el café, impulsaron la creación de enclaves de economía de plantación, sobre todo en las regiones tropicales, vinculadas al mercado exterior lo que a la larga las haría dependientes de su producción especializada, además de crear una competencia por la tierra con las comunidades indígenas. La exploración del norte y el desarrollo de una minería que privilegiaba la extracción de plata pero también de nuevos minerales para la industria, favoreció el establecimiento de una forma novedosa de poblamiento con mano de obra libre y cotizada debido a su poca abundancia. Este último par de circunstancias terminó por definir los modelos de desarrollo de las distintas regiones del país hasta el presente.

(Tomado de: Silva, Carlos - 101 preguntas de historia de México. Todo lo que un mexicano debería saber. Random House Mondadori, S. A. de C. V., México, D. F., 2008)

miércoles, 27 de noviembre de 2019

¿Qué fueron las reformas borbónicas?

(Felipe V, rey de España)
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¿Qué fueron las reformas borbónicas?

Poco antes de morir en 1700, el rey español Carlos II, quien llegaba a ese punto sin descendencia, fue convencido de heredar el trono a un miembro de la casa reinante en ese momento en Francia, los Borbones. Tras una guerra (Guerra de Sucesión) dentro de España, que involucró también a las potencias europeas, entre quienes apoyaban la decisión de Carlos II y quienes pretendían que el trono español fuera ocupado por otro miembro de la dinastía de los Austrias, Felipe de Anjou fue finalmente confirmado como Felipe V, rey de España (1713). Con él llegaba a la península una nueva manera de concebir el Estado y la sociedad.
desde finales del siglo XVII, los borbones franceses habían llevado a cabo una serie de transformaciones modernizadoras en la administración pública y en las actividades de la sociedad, las cuales profundizaron en el siglo XVIII. El resultado fue la implantación de un sistema político que conocemos como despotismo ilustrado. Estas ideas renovadoras fueron llevadas a España, donde el crítico escenario administrativo, económico y social las hacía necesarias y urgentes. El conjunto de iniciativas que se echaron a andar para modernizar a España en el siglo XVIII son llamadas en la historia española reformas borbónicas. sus principales objetivos fueron centralizar el poder y hacer verdaderamente eficiente la administración con el fin de sacar a la península de su marasmo. Se reorganizó la corte y los órganos de gobierno, se redujo y profesionalizó la burocracia, se reorganizaron los impuestos, se creó un ejército regular y permanente. En un segundo momento, y como parte de los intentos centralizadores, se redujeron los privilegios de la Iglesia para disminuir su influencia, considerada negativa, en la sociedad; la Corona hizo efectiva su autoridad sobre la Inquisición para tener así un órgano de control efectivo y servicial; asimismo en 1767 los jesuitas fueron expulsados de los territorios españoles, tanto metropolitanos como coloniales. Por otra parte, se estimuló la educación pública, se reformaron las universidades y se crearon instituciones nuevas para fomentar el estudio y la difusión de las artes y la ciencia, de donde surgieron las modernas academias. Paralelamente se fomentó la industria y se intentó modernizar el campo a través de una reforma agraria limitada, al tiempo que se favoreció el desarrollo del comercio al interior y fuera de la península. Dentro de ese plan general tenía un papel especial la relación con las colonias americanas.

(Tomado de: Silva, Carlos - 101 preguntas de historia de México. Todo lo que un mexicano debería saber. Random House Mondadori, S. A. de C. V., México, D. F., 2008)









martes, 22 de octubre de 2019

¿Por qué fue tan importante la minería en la Nueva España?

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¿Por qué fue tan importante la minería en la Nueva España?


Aunque inicialmente los conquistadores esperaron encontrar abundante oro y plata de forma accesible, los primeros resultados fueron más bien pobres. Fue hasta mediados del siglo XVI que colonizadores del norte descubrieron y explotaron los primeros yacimientos importantes de plata en Zacatecas. La búsqueda de nuevos yacimientos pronto se intensificó con buenos resultados pues ya para finales de dicho siglo se habían establecido destacadas exploraciones mineras, fundamentalmente de plata, en Guanajuato, Pachuca y otros enclaves. A ello se sumó la invención de un procedimiento novedoso de “beneficio”, es decir, de separación del mineral de los otros materiales que lo acompañan, por medio de la utilización del mercurio o azogue, como se le nombraba con más frecuencia en aquella época. Inició entonces un primer período de auge minero que concluyó hacia 1630, se recuperó lentamente a partir de 1665 y que volvió a despuntar a finales del periodo colonial, gracias a nuevas e importantes inversiones.
A pesar de que en un principio la producción de plata novohispana era modesta comparada con la de Perú (“la mesa con patas de plata”), a la postre resultó ser mucho más constante y creciente a pesar de sus altibajos, al punto que llegó a convertirse en la principal fuente de ingresos de la Corona. Ésta es una de las primeras razones de su importancia, puesto que, debido al constante estado de guerra de España con las demás potencias europeas, el rey dependió para mantener la administración y sus ejércitos de los impuestos que recababa por la explotación y comercio de los metales americanos. Este dinero no se quedaba en la metrópoli ya que la Corona se encontraba casi siempre endeudada con los banqueros de los países a los que combatía, quienes invertían sus ganancias en la naciente industria, de modo destacado, la de producción de telas de lana. Así las cosas, la plata de las colonias fue imprescindible en la formación de una burguesía financiera y, como consecuencia, en la primera etapa de industrialización europea. Además, debido a que en fechas tempranas se estableció en la Nueva España la primera Casa de Moneda en América (1537), la plata novohispana, convertida en moneda acuñada, también sirvió como instrumento de comercio prácticamente en todo el mundo durante muchas décadas.
Al interior del virreinato la minería también fue trascendental pues dio lugar a la formación de una poderosa clase social distinta a la de los conquistadores y encomenderos que diversificó sus inversiones y favoreció nuevas empresas. Esta clase contribuyó a la exploración de los territorios del norte y a su colonización, con gran éxito ahí donde se encontraron yacimientos mineros. Estos nuevos establecimientos, al igual que los otros centros mineros, produjeron a su vez un complejo económico en el que, alrededor de la mina y para satisfacer sus necesidades de abasto tanto de alimento como de bestias de carga, de insumos varios, etc., se fueron creando haciendas agrícolas y ganaderas que terminaron por abastecer no sólo a las propias minas, sino a las ciudades cercanas. De este modo se dibujó el escenario predominante del campo novohispano.


(Tomado de: Silva, Carlos - 101 preguntas de historia de México. Todo lo que un mexicano debería saber. Random House Mondadori, S. A. de C. V., México, D. F., 2008)

viernes, 26 de julio de 2019

Qué era la Triple Alianza?


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¿Qué era la Triple Alianza?

La Triple Alianza fue una confederación de estados indígenas del valle de México, conformada por Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan. Esta confederación sustituyó una anterior sobre la que se basaba el equilibrio político-militar hasta ese momento con la supremacía de los tepanecas y que estaba constituida por Azcapotzalco, Culhuacán y Coatlinchan.

Tlacaelel, hábil noble mexica, convenció a los gobernantes y clase político-militar y religiosa de los pueblos sojuzgados por los tepanecas para aliarse en su contra. Así, Tenochtitlan, Tlacopan y Texcoco formaron la Triple Alianza, dirigida por Itzcóatl, Tlacaelel y su hermano Moctezuma I, y el príncipe Nezahualcóyotl de Texcoco. Juntos lograron infringir graves derrotas a los tepanecas hasta que cayó Azcapotzalco en 1428. A partir de entonces la Triple Alianza se adueñó primero del valle de México, posteriormente de prácticamente todo el Altiplano central y casi un siglo después de buena parte de Mesoamérica. Pronto la supremacía recayó en manos de los mexicas de modo que Tlacopan y Texcoco quedaron como aliados subordinados a aquéllos.





(Tomado de: Silva, Carlos - 101 preguntas de historia de México. Todo lo que un mexicano debería saber. Random House Mondadori, S. A. de C. V., México, D. F., 2008)

viernes, 24 de mayo de 2019

Qué era el juego de pelota?

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¿Qué era el juego de pelota?

Originalmente era una actividad sagrada en las culturas prehispánicas, pero con el tiempo el juego se volvió profano, sin que por ello desapareciera su significación religiosa. Las canchas para su práctica siempre se construyeron dentro de los centros ceremoniales, en la proximidad de los templos más importantes como en Chichén Itzá, Xochicalco, Tula, Monte Albán y El Tajín. El espacio de juego tenía planta en forma de doble T o de I, limitado a los lados por muros verticales o en talud, en los cuales se encontraban unos marcadores, por los que debía pasar una pelota, y que servían también para dividir la cancha.

Los jugadores portaban un cinturón de cuero de venado con prolongaciones para proteger las caderas, así como musleras, rodilleras y un guante en la mano izquierda. En algunas versiones aparecen con lujosos cascos y gruesos cinturones, lo cual ha hecho pensar a algunos investigadores que se trataba de yugos, mientras las palmas serían la exaltación en piedra de sus suntuosos broches. La pelota era de hule, extraído del látex de varias especies vegetales, y tenían un diámetro de diez a doce centímetros.

El juego consistía en que la pelota estuviera en constante movimiento, sin rebasar ciertas marcas, pegándole exclusivamente con el codo y la cadera o alguna otra parte del cuerpo según la variante local. Quien hacía que un adversario tocara la pelota con otra parte del cuerpo, o la lanzaba hasta la pared opuesta o por encima de la muralla, ganaba un punto; pero la única manera de conseguir un triunfo definitivo consistía en hacer pasar la pelota por el marcador. Su práctica debió estar muy extendida pues ya en el posclásico sólo los pueblos de Tochtepec y Otatitlán tributaban a Moctezuma 16,000 pelotas de hule.

(Tomado de: Silva, Carlos - 101 preguntas de historia de México. Todo lo que un mexicano debería saber. Random House Mondadori, S. A. de C. V., México, D. F., 2008)


sábado, 11 de mayo de 2019

Cuáles fueron las principales culturas mesoamericanas?


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¿Cuáles fueron las principales culturas mesoamericanas?

Para responder se debe establecer que el lapso que va de la aparición de las primeras comunidades agrícolas hasta la conquista por parte de los españoles se ha dividido en tres grandes períodos:

  1. Preclásico (2500 a.C. a 200 a.C.). Se caracteriza por la aparición de la vida sedentaria y, con ello, el establecimiento de comunidades agrícolas, así como por el desarrollo de la primera civilización mesoamericana: la olmeca.  
 (Cabeza olmeca)
El núcleo de la cultura olmeca se encuentra en la actual frontera de los estados de Veracruz y Tabasco, desde allí irradió un conjunto de características culturales compartidas por otros grupos contemporáneos suyos en diversas áreas de Mesoamérica ( el Altiplano, Oaxaca, las tierras bajas centrales del área Maya, etc.) pero que también pervivieron para constituir buena parte de los rasgos que Kirchhoff enumeró como la agricultura del maíz, la construcción de centros ceremoniales, la escultura monumental, la escritura y el calendario, entre los más importantes. Por ello, la olmeca es considerada la “cultura madre”.


  1. Clásico (200 a.C. a 800 d.C.). Este periodo se caracteriza por la organización gradual de asentamientos humanos en torno de complejos político-religiosos, por el desarrollo de la vida urbana a la cual se supeditaba la vida rural y por una clara diferenciación social de carácter teocrático.
 (Vista aérea de Teotihuacan)
En el Altiplano central dominó la cultura teotihuacana durante la mayor parte del período; Teotihuacan se convirtió en el núcleo religioso, político y económico más importante de Mesoamérica y de allí nacieron los modelos estéticos del arte indígena clásico.
 (Templo de las Inscripciones, Palenque, Chiapas)
La cultura maya vivió en estos momentos su mayor esplendor en ciudades como Uaxantún, Tikal, Palenque, Piedras Negras, Yaxchilán y Copán.
 (Monte Albán)
En los valles centrales de Oaxaca se desarrolló la cultura zapoteca que tuvo su capital en Monte Albán.
(Pirámide de los Nichos; Tajín, Veracruz)
En el  golfo de México tuvieron gran importancia hacia el final del período la cultura totonaca (Remojadas, Yohualinchan y El Tajín)  y la huasteca (El Ébano, Tancanhuitz y Tamuín).


  1. Posclásico (siglos IX d.C. a XVI d.C.). La estabilidad política y económica con el consecuente florecimiento de las artes que vivió Mesoamérica durante el periodo clásico llegó a su fin alrededor del siglo IX de nuestra era. Son varias las hipótesis que se han adelantado para explicar este fenómeno, pero posiblemente haya sido la conjunción de un aumento demográfico combinado con una crisis de producción, así como la invasión de grupos venidos del norte. En la primera parte del posclásico se nota un dinamismo inusual en los movimientos migratorios que favorece la mezcla de rasgos culturales y étnicos; particularmente son significativas las migraciones de cazadores nómadas provenientes del norte (llamados genéricamente chichimecas) que penetran al territorio mesoamericano y producen ciertos modelos culturales caracterizados por la mezcla de tradiciones del clásico y prácticas militaristas propias de los invasores, al tiempo que se hace más complejo el catálogo de dioses y cultos. Se produce el establecimiento de pequeños señoríos independientes y emergen caudillos militares que favorecen la expansión de los grupos militarmente más poderosos.
(Tula, Hidalgo)
En el altiplano, la cultura tolteca, con su capital en Tula, se desarrolla en estas circunstancias al igual que la maya-tolteca itzáe en la península de Yucatán fundamentalmente en ciudades como Chichén Itzá y Mayapán, y la mixteca en Oaxaca con su capital en Mitla.
(Mayapán)



(Mitla, Oaxaca)
Conforme se acentúan tales características surgen otros grupos que las heredarán y las desarrollarán, tal es el caso de los mexicas o aztecas en el Altiplano en Tenochtitlan.
(Templo Mayor, Ciudad de México)
(Yácatas, Tzinzunzan, Michoacán)
En occidente, durante este período se consolida la cultura tarasca o purépecha en torno al lago de Pátzcuaro, mientras que en Oaxaca la mezcla de grupos nos permite hablar del desarrollo de la cultura mixteco-zapoteca. Este último será el escenario cultural que encontrarán los españoles a su llegada a estas tierras.


(Tomado de: Silva, Carlos - 101 preguntas de historia de México. Todo lo que un mexicano debería saber. Random House Mondadori, S. A. de C. V., México, D. F., 2008)


miércoles, 1 de mayo de 2019

Qué es Mesoamérica?

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¿Qué es Mesoamérica?

Literalmente Mesoamérica significa la América media o del centro. Con este nombre nos referimos a un espacio geográfico que incluye la parte central y sur de México así como los territorios actuales de Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua y una parte de Costa Rica, donde los españoles encontraron los núcleos indígenas más poblados y de mayor desarrollo cultural. El otro gran polo demográfico y cultural americano de ese momento se encontraba en los Andes.

Pero también Mesoamérica es una categoría de análisis histórico con que se define el territorio, los pueblos y la cultura que ahí se desarrollaron. En 1943 el antropólogo alemán Paul Kirchhoff propuso una serie de 82 elementos que, de acuerdo con él, eran comunes a los grupos humanos que vivieron en ese territorio. Así nació el concepto de “complejo mesoamericano” que fue aceptado en su tiempo y que con sus ajustes ha pervivido hasta hoy. Entre los elementos que enumeró Kirchhoff se pueden mencionar: el conocimiento y uso de numerosas técnicas de producción agrícola, entre ellas, la fabricación de terrazas y obras hidráulicas, el empleo del bastón plantador y el azadón de madera; el cultivo de maíz, frijol, calabaza, tomate, chile y chía; preparación de tortillas de maíz; elaboración de telas de algodón; edificios de complejos urbanos y pirámides escalonadas; patios en forma de I para el juego de pelota; el desarrollo de ciertas formas de organización social, política y económica; uso de dos calendarios, uno solar y otro ritual; etcétera. 

El área mesoamericana ha sido dividida para su mejor entendimiento en varias regiones: Occidente, Altiplano central, Costa del Golfo, Oaxaca y Maya.

Junto con el concepto de Mesoamérica nació el de Aridoamérica, también propuesto por Kirchhoff, que incluye el norte de México y el suroeste de los Estados Unidos, y el de Oasisamérica.


(Tomado de: Silva, Carlos - 101 preguntas de historia de México. Todo lo que un mexicano debería saber. Random House Mondadori, S. A. de C. V., México, D. F., 2008)