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lunes, 4 de agosto de 2025

Marta Alicia Camacho Loaiza


 

Intervención de Marta Alicia Camacho Loaiza 


Fue secuestrada por el ejército y la Federal de Seguridad en el estado de Sinaloa, es integrante de la Unión de Madres con Hijos Desaparecidos de Sinaloa, actualmente es profesora e investigadora de tiempo completo en la Universidad Autónoma de Sinaloa, en el área de Historia.


Agradezco a las compañeras "Tita" y Rosa María por haberme invitado a participar en este evento. No tenía la certeza de asistir porque mi madre está hospitalizada gravemente. 

En el año de 1977, en la Universidad Autónoma de Sinaloa, al igual que en otras universidades del país, se estaban manifestando grupos como lo mencionaba "Tita" y Rosa María, grupos antagónicos dentro de la Universidad, grupos de porros y los grupos de personas que tl en la tesis de Maestría en Historia. 

El 12 de febrero de 1976, contraje matrimonio con José Manuel Alapisco Lizárraga, quien laboraba como maestro en la UAS en la preparatoria Flores Magón y en la Escuela de Ingeniería Civil en Culiacán, fuimos estudiantes de la escuela de Economía. 

El 19 de agosto de 1977, aproximadamente a las 19 horas, estaba en nuestro domicilio en compañía de la señora Josefina Machado Torres y justo cuando nos disponíamos a cenar irrumpieron violentamente un grupo de personas fuertemente armados, por su vestimenta pude saber que se trataba de miembros del ejército, elementos de la Dirección Federal de Seguridad y policías de la judicial del Estado. 

Apuntándonos con sus armas nos preguntaron: ¿Quién es Martha? A lo que le respondí: soy yo, de inmediato a la señora la vendan de los ojos y se la llevan en un vehículo, enseguida empiezan a golpearme en el rostro y el cuerpo al mismo tiempo que me preguntaban: ¿Dónde está tu marido? Dando por respuesta que él se encontraba trabajando, luego me arrastraron de los cabellos unos ocho metros hacia donde estaba la sala de la casa. 

Seguían golpeándome, le suplicaba que por favor no me golpearan en el vientre, a lo que me respondían, que lo que querían era dañarme a mí y al hijo que esperaba, me ubicaron en la sala de la casa de tal forma que desde la calle fuese visible, enseguida todos los vehículos se retiraron de nuestro domicilio, algunos individuos se escondieron detrás de los muebles, otros en el techo de la casa, transcurrieron varios minutos, creo que dos horas, en ese momento llovía, veo que llegan a casa José Manuel y un jovencito de nombre Juan Germán Flores Carrasco, escucho gritos al mismo tiempo que se inicia una balacera un individuo que estaba detrás de un mueble, me tira al piso y trata de cubrirme de las balas, inmediatamente que termina la balacera me levantan y me ponen una venda en mis ojos al mismo tiempo me atan las manos, de nuevo  soy arrastrada de los cabellos hacia un vehículo tipo combi, me tiran al piso y caigo sobre Francisco Javier Manríquez Pérez. 

Somos trasladados a la novena zona militar de Culiacán, lo sé porque me quitaron la venda de los ojos para tomar fotos y huellas dactilares, en esos momentos observo gente con uniforme de militares y sus armas tenían las siglas del ejército mexicano, enseguida me sientan en una silla para interrogarme, pasaron las horas y de manera violenta escucho que se abre una puerta y escucho que arrastran algo y lo dejan caer, enseguida me bajan la venda de los ojos y me dicen: "mira cómo quedó el perro de tu marido" y me arrojan sobre su ensangrentado cuerpo la sangre salía a borbotones de su pecho, intento levantarme pero una patada en mi espalda me hace caer nuevamente sobre mi esposo, un tipo me dice: "Se cree muy güevudo el cabrón, pues mira, ya no tendrá más güevos" entonces lo castran delante de mí. 

Me vendan nuevamente y escucho que es arrastrado hacia el baño y abren la llave de la regadera creo que para que se desangrara, me llevan a otra habitación y allí estaba la señora Josefina, nos tiramos al suelo a dormitar, ambas muy golpeadas, los días transcurrieron en medio de tortura, interrogatorios, muertes, etc., pues además de nosotras, también estaban casi todos los jóvenes que hasta la fecha se encuentran desaparecidos de Sinaloa. 

Una noche nos trasladan a una casa de seguridad a todos, cada noche llevaban detenidos diferentes, algunos salieron en libertad, otros murieron durante interrogatorio y otros siguen desaparecidos. 

El 29 de septiembre, nace mi hijo en condiciones infrahumanas, el momento de parir había llegado, sin el mas mínimo aseo rasgaron mi cuerpo para introducir unos forceps y sacar al bebé en todo momento golpeándome e insultándome, pero aún así mi hijo logra nacer bien. 

De tanto maltrato que se me dio cuando iba a nacer mi hijo, afortunadamente pues nace: actualmente tiene 26 años, es licenciado en letras y literatura hispana y algunas de las compañeras lo conocen y lo más dramático lo más patético de esto es que en ese momento cuando él nace me levantan la venda y veo a mi bebé todavía con sangre pero con una metralleta en su cabeza, y me dicen: "obsérvalo, míralo por única vez, esto es lo que pariste y nosotros lo bautizamos con el nombre de Thompson porque es lo primero que él siente al nacer una metralleta Thompson". 

Lo que viene después obviamente, no, no hubo ni la más mínima atención de aseo, al menos, imagínense tantos días secuestrada con la misma ropa y por consecuencia vienen infecciones ya con altas temperaturas, cómo transcurren aproximadamente unas semanas después de que nace el bebé, te viene temperaturas, creí que me iba a morir, y me sueltan así de simple, yo tenía la mitad de mi cuerpo paralizado, después me integro a casa de mis padres nuevamente como hija de familia pero ahora con un bebé. 

Aquí viene también un proceso que muchas de nosotras quizá no hemos podido superar; viene la cuestión social, cómo la cultura que se tiene hasta la fecha nos afectó desde el punto de vista emocional psicológico, social, laboral, en todos los aspectos nos viene a dañar. ¿Por qué? En primera instancia, yo vengo de una familia media acomodada. Si bien es cierto tuve todas las comodidades materiales sin embargo tuve el rechazo completo de la familia; rechazo que hasta la fecha continúa, siendo etiquetada de comunista, "la guerrillera", "la asesina", en fin, un montón de consignas que nos cuelgan, que nos ponen ahí, que nos bautizan. Sin embargo, creo yo que surge ahí esa fuerza interna que a todas nos identifica, por eso estamos aquí. 

Disculpen la palabra pero allá en Sinaloa somos muy malhablados, ni madre, esa pinche chingadera que me pasó no me hunde más que pura madre. Eso da pie a que yo siga y continúe mi carrera, termine, forme un nuevo hogar, me casé nuevamente. Tengo otras hijas casi profesionistas también; actualmente me acompaña la más pequeña. Nosotros la llamamos la bebé Marisol, ponte de pie bebé. Me preguntaban anoche las compañeras ¿Cómo le haces para llevarte tan bien con tus hijos? Bueno les digo yo he tratado de ser amiga de ellos, y no he puesto ese abismo generacional, ese abismo de cultura. Yo siempre he tratado de hacer como ellos de apoyarlos, trato de ser su amiga. 

Les mencionaba, creo que tuve el coraje y la fuerza suficiente tanto para superar la parálisis como la atención psicológica profesional, pues ya mi hijo es Licenciado en Letras, el miércoles se recibió otra de mis niñas en la Licenciatura de Estudios Internacionales y Políticas Públicas y en junio junio otra de mis niñas en Licenciada en Psicología. Yo invito a las compañeras que tuvimos el coraje, que estamos aquí, la mayoría de nosotras profesionistas de una u otra forma proyectadas no sólo como personas, como mujeres sino como profesionistas a que integremos a este tipo de movimientos a aquellas compañeras que no pudieron superarlo, que todavía viven como dicen los jóvenes que se quedaron allá arriba, que no ven el cambio que hoy tenemos en todos los aspectos, pues yo las invito a que continúen una vida normal, pero eso sí siempre con la fuerza que todas traemos interna de espíritu de lucha y que nos apoyemos como mujeres que somos. Pues adelante y felicidades por impulsar este tipo de encuentros.


(Tomado de: Aguilar Terrés, María de la Luz (compiladora) - Guerrilleras. Antología de testimonios y textos sobre la participación de las mujeres en los movimientos armados socialistas en México, segunda mitad del siglo XX. Ciudad de México, 2014).

sábado, 5 de abril de 2025

Hortensia García Zavala

 


Semblanza de Hortensia García Zavala 


Por Reyna García Zavala


Hortensia se casó en 1976 con Ramón Cardona Medel, quien estaba preso desde septiembre de 1971. Había sido detenido en el Campo Militar Número 1 y luego en Lecumberri, Hortensia como parte de los Comandos Armados del Pueblo. Su esposo había sido militante del MAR y más tarde pasaría a integrarse a la Liga comunista 23 de Septiembre. En 1977 fue amnistiado, entonces vivieron juntos procreando un hijo de nombre Ramón.

En 1978, entre el 6 y el 9 de junio, fueron detenidos por la Brigada Blanca en la colonia Maravillas en Ciudad Nezahualcóyotl. Después de que fue detenida Hortensia nosotros no sabíamos si su hijo Ramón había sido desaparecido también. Nos dimos a la tarea de investigar su paradero y el de Hortensia y Ramón. El niño tenía 7 meses. Para nosotros era muy doloroso imaginarnos las torturas que estaría sufriendo, junto con sus padres. 

Afortunadamente un año después logramos su localización. Mi hermana había tenido la precaución de encargarlo poco antes de ser detenida. Durante veinticinco años he luchado con la esperanza de encontrar a mi hermana y a mi cuñado con vida. Fue hasta este año que localicé en los archivos de la Dirección Federal de Seguridad, recién abiertos, las fotografías de mi hermana y cuñado ya asesinados, en la que se observa, claramente, la tortura a la que fueron sometidos. Esas fotografías mataron mi esperanza de encontrarla viva, pero no mataron mi determinación de seguir luchando porque estos crímenes se aclaren y los responsables sean castigados y esos hechos no se repitan nunca más. 

Gracias.


(Tomado de: Aguilar Terrés, María de la Luz (compiladora) - Guerrilleras. Antología de testimonios y textos sobre la participación de las mujeres en los movimientos armados socialistas en México, segunda mitad del siglo XX. Ciudad de México, 2014).

sábado, 1 de marzo de 2025

Elisa Irina Sáenz Garza



Elisa Irina Sáenz Garza 

Por Adela Cedillo 


Bueno Elisa, como ya les había comentado, era una maestra regiomontana. Su hermano era el tercer responsable regional de las Fuerzas de Liberación Nacional. Elisa se incorporó a la guerrilla desde el 69. Fue la primera mujer de las Fuerzas de Liberación Nacional. Ella se casó con Raúl Sergio Morales Villarreal, quien también fue esposo de Dení, ella también fue la primera mujer que llegó a Chiapas al núcleo Emiliano Zapata, y bueno les voy a leer algo que escribió el compañero Alberto López Limón sobre ella. 

Elisa Irina Sáenz Garza, originaria de Monterrey, Nuevo León, y miembro de la Dirección Nacional de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, fue detenida-desaparecida junto con su esposo Raúl Enrique Pérez Gazque el 21 de marzo de 1974 en Ocosingo, Chiapas, por soldados pertenecientes al 46° Batallón de Infantería del Ejército Mexicano. 

Unidades del Ejército Mexicano y Dirección Federal de Seguridad detectaron en el Rancho "El Diamante", Municipio de Ocosingo, Chiapas, una base de entrenamiento del núcleo militar y dirigencia nacional de las Fuerzas de Liberación Nacional, integrada por César Germán Yáñez Muñoz (a) "Manuel" o "el hermano Pedro"; Juan Guichard Gutiérrez (a) "Calderón"; Carlos Arturo Vives Chapa (a) "Luis"; Raúl Enrique Pérez Gasque (a) "Alfonso", "Miguel" y Elisa Irina Sáenz Garza (a) "Carmen", "Blanca", "Murcia" y "María", quienes al ser descubiertos por elementos policiacos, huyeron hacia la sierra, pero posteriormente fueron detenidos Vives Chapa, Sáenz Garza y Pérez Gasque (bueno aquí solo quiero aclarar que fueron detenidos por separado).

Después del enfrentamiento sostenido con las fuerzas militares Elisa Irina y sus compañeros intentaron romper el cerco y escapar, a través de la sierra, sin embargo agotados por el esfuerzo y sin víveres decidieron hacer contacto con los habitantes del rancho de Santa Rita creyendo poder obtener las mercancías necesarias; no se percataron que los campesinos de esa zona eran simpatizantes y colaboradores de las fuerzas armadas. En un descuido fueron apresados por los habitantes quienes de inmediato se comunicaron con las tropas regulares a quienes los entregaron. 

Raúl Enrique Pérez Gazque, también miembro de la dirección nacional de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, esposo de Elisa Irina Sáenz Garza, en su declaración del 9 de abril de 1974 señaló que el 21 de marzo al ir a comprar una cajetilla de fósforos a la tienda fue detenido por la población civil de Santa Rita junto con su esposa Elisa Irina Sáenz Garza "Blanca" y amarrados los trasladaron a la cárcel, para que media hora más tarde lleguen elementos del Ejército para conducirlos a El Diamante, municipio de Ocosingo, Chiapas. Ya vendados en dicha población trasladaron al matrimonio a la zona militar de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

El 23 de marzo de 1974 fueron capturados por un grupo campesino campesinos que acompañaban a elementos del 46* Batallón de Infantería en el rancho de Santa Rita, municipio de Ocosingo, Chiapas. Los combatientes Elisa Irina Sáenz Garza y a Raúl Enrique Pérez Gázque miembros del grupo guerrillero Fuerzas Armadas de Liberación Nacional. De inmediato fueron trasladados al cuartel militar de Tuxtla Gutiérrez, donde comenzaron a ser torturados para obtener toda la información posible sobre las actividades y miembros de su organización revolucionaria. A las 07:00 hrs. del 1 de abril, procedente del Distrito Federal arribó Aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez el avión tipo C-47 matrícula 6006 de la Fuerza Aérea Mexicana para trasladar al Campo Militar No. 1 tanto a Elisa Irina Sáenz Garza como Raúl Enrique Pérez Gazque. Dicho avión despegó de Tuxtla Gutiérrez a las 18:05 horas y se estimó su arribo a la ciudad de México a las 21:00 horas de ese mismo día. 

Se ha intentado extraoficialmente que la opinión pública crea que murieron en la Sierra Lacandona de Chiapas, eludiendo la responsabilidad que tienen las fuerzas armadas en su detención-desaparición.

Elisa Irina Sáenz Garza y Raúl Enrique Pérez Gazque fueron llevados al Campo Militar No. 1, donde rindieron declaración bajo tortura. Desde el 9 de abril de 1974 no se sabe nada de ellos, pero en sus expedientes, fechados en 1980, la Dirección Federal de Seguridad anotó lacónicamente que ambos habían muerto ese año. Si estos sujetos cometieron la atrocidad de tener a Elisa seis años en un sótano, en una cárcel clandestina, en el Campo Militar No. 1, es algo que se nos debe aclarar y también dónde están sus cuerpos, qué hicieron con ellos. 


(Tomado de: Aguilar Terrés, María de la Luz (compiladora) - Guerrilleras. Antología de testimonios y textos sobre la participación de las mujeres en los movimientos armados socialistas en México, segunda mitad del siglo XX. Ciudad de México, 2014).