Mostrando las entradas con la etiqueta urss. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta urss. Mostrar todas las entradas

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Xavier Guerrero



(1896-1966) Nació en San Pedro de las Colonias, Coahuila, durante la travesía que su familia realizó del sur al norte del país para instalarse en Chihuahua. Desde niño inició el aprendizaje de la pintura en el taller de su padre, artesano y decorador de casas. En 1910, siendo un joven pintor desconocido, interviene en la decoración mural del llamado Palacio de las Vacas, casona de estilo mudéjar en la calle de San Felipe, en Guadalajara. La decoración, realizada al óleo, abarcó todas las habitaciones, paredes, techos, corredores y escaleras con escenas campestres, temas bíblicos, bodegones, escenas románticas, alegorías, cenefas y paisajes: todo dentro del gusto de la época. En 1916 se hace miembro del "Centro Bohemio", taller colectivo integrado por artistas jaliscienses de vanguardia. Presenta sus primeras exposiciones en Guadalajara en 1921. Roberto Montenegro lo nombra jefe del equipo que realiza los murales del antiguo Colegio de San Pedro y San Pablo. Suyo es el mural de la cúpula con los signos del zodiaco.
Junto con Rivera y Siqueiros es elegido miembro (1923) del Comité del Partido Comunista de México. Ya antes había sido miembro fundador del Sindicato de Obreros Técnicos, Pintores, Escultores y Grabadores. En 1924, también con Rivera y Siqueiros, integra el comité ejecutivo del periódico El Machete, órgano del sindicato. Colabora con Rivera en la decoración de los muros de la Secretaría de Educación Pública. En 1928-32 recibió una beca para estudiar en la escuela Lenin de la URSS. Recorre varios países de Europa. En 1933 es miembro fundador de la LEAR. En su obra mural destacan: Los elementos de la naturaleza (1935). La apropiación capitalista de la riqueza; Las luchas sociales; Precursores revolucionarios mexicanos; La revolución y la ciencia dueña de los elementos al servicio del hombre. Todos ellos cubriendo una superficie de 60 M2 al fresco en Sutas, Guadalajara, Jalisco. Entre 1941-43 realiza el mural al fresco Amistad entre México y Chile, en el Tablero del Club Social Aguirre, cerca de los Trabajadores del Hipódromo , Santiago de Chile. En 1941-53, ejecuta un fresco en el vestíbulo de la Escuela México en Chillán, Chile. Quizá su obra mural más lograda sea la que ejecutó en el cine Ermita en 1930, con el tema El Día y la Noche, en la que empleó óleo sobre aplanado con incisiones rellenas con fósforo.

(Tomado de: Delmari Romero Keith – Otras figuras del muralismo. Historia del arte mexicano, fasc. #100, Arte de la afirmación nacional; Salvat Mexicana de Ediciones, S.A. de C.V., México, D.F., 1982)

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Sergei Eisenstein

Fotograma de la película "¡Que viva México!"

Nació en Riga, Letonia (URSS), en 1898; murió en Moscú en 1948. Cineasta soviético, autor, entre otras películas, de El Acorazado Potemkim (1925). En 1930 el escritor Upton Sinclair lo invitó a filmar en México una película con temas de la Revolución que debería llamarse "¡Que viva México!". Llegó a la capital de la República ese mismo año, junto con el camarógrafo sueco Eduardo Tissé y su ayudante Alexandrov, y permaneció en el país poco más de un año. Antes de emprender su recorrido por el interior, sufrió breve prisión por "razones de seguridad". Hizo amistad con los pintores Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Roberto Montenegro, y le sirvió de guía, durante su gira, Agustín Aragón Leyva. Le sorprendieron el paisaje y los habitantes. Escribió: "La gran sabiduría de México es el pensamiento de la muerte. La unidad de la muerte y la vida. El Día de Muertos en México es un día de inaudita alegría". Concibió la película con un prólogo y 4 episodios: Sandunga, Maguey, Soldadera y Fiesta. A fines de 1931 llevaba filmados 30 mil pies e iba apenas a mitad del programa. Sinclair ya no quiso invertir en el proyecto y los trabajos se suspendieron el 14 de marzo de 1932. El material filmado se quedó en Estados Unidos y con él Sol Lesser editó Tormenta sobre México (1933) y Mary Seaton, Time in the Sun (1939). v. El Sol de México, 12 de marzo de 1977.

(Tomado de: Enciclopedia de México, Enciclopedia de México, S. A. México D.F. 1977, volumen III, Colima - Familia)

jueves, 12 de diciembre de 2019

Breve historia de la guerrilla mexicana


La guerrilla mexicana surgió como consecuencia de la matanza de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968 y tuvo 2 focos principales: el primero apareció en la Universidad Patricio Lumumba, de Moscú, donde era becario el maestro de escuela Fabricio Gómez Souza, originario de Nanchital, Ver., quien al escuchar por radio lo ocurrido en Tlatelolco, llegó a la conclusión de que el régimen priista iba a derrumbarse y creyó ver la oportunidad de acelerar su caída. Con este fin reunió a una docena de estudiantes mexicanos y entre todos formaron el Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), con Gómez Souza como jefe.

En busca de ayuda, los del MAR acudieron a la embajada cubana, pero Fidel Castro le tenía pavor a Gustavo Díaz Ordaz y nada consiguieron. En seguida presentaron su solicitud a las autoridades soviéticas, las cuales no podían arriesgar la suerte del gran aparato de espionaje contra Estados Unidos que mantenían en México y tampoco les dieron nada, aunque se les sugirió ponerse en contacto con la embajada de Corea del Norte. en este país imperaba el generalísimo Kim II Sung, un megalómano famoso por sus extravagancias y delirio de grandeza, que aspiraba a convertirse en líder de todo el Tercer Mundo y, por lo tanto, aprobó entusiastamente la petición de los mexicanos.


Peregrinación al lejano Oriente

Apenas un mes después del “Tlatelolcazo”, Gómez Souza viajó a Pyongyang, capital de Corea del Norte, donde se le pidió reunir por lo menos medio centenar de revolucionarios fanáticos que recibirían entrenamiento especial en Corea del Norte y volverían a México para encargarse de entrenar a otros revolucionarios. A fin de no llamar la atención, los futuros guerrilleros deberían llegar en 3 contingentes sucesivos. De vuelta en Moscú, Gómez Souza recibió de la embajada norcoreana 25,000 dólares para que él y 4 de sus compañeros fuesen a México a efectuar el reclutamiento inicial. Los 5 llegaron al país por rutas separadas en los primeros meses de 1969.

A principios de 1970, el medio centenar de guerrilleros ya había llegado a Pyongyang, en 3 contingentes. Por la vía de París viajaron a Berlín oriental y de allí tomaron el tren a Moscú. Luego, amparados por pasaportes norcoreanos con nombres supuestos, tomaron el Transiberiano hasta llegar a su destino. (Los soviéticos argumentaron que su implacable policía para nada sospechó de tantos norcoreanos que hablaban español; y el gobierno mexicano, entonces simpatizante del “socialismo” aceptó la explicación.)

Los guerrilleros fueron llevados a un campo de entrenamiento situado a 50 kilómetros al noroeste de Pyongyang, donde fueron sometidos a un régimen castrense-monacal, de largos y constantes ejercicios, sin ninguna diversión, hacinados en barracas de madera y bajo la prohibición de beber alcohol o tener relaciones sexuales. Se les enseño manejo de armas, karate, técnicas para dinamitar y de asalto a bancos e instalaciones militares, métodos para disfrazarse y organizarse, manejo de claves y aparatos de telecomunicación, etc. Sobre todo, se les impartió un fuerte adoctrinamiento para que perdieran el miedo a morir y matar.

El fracaso de los coreanos


En septiembre de 1970 todos estaban ya de regreso en México. No se les proporcionaron armas ni dinero en escala importante, pues las armas debían obtenerlas asesinando soldados y policías y el dinero lo conseguirían por medio de asaltos a bancos y secuestro de personajes acaudalados. Cada guerrillero debía reclutar y entrenar a 10 más y así sucesivamente, hasta disponer de varios millares y quedar en condiciones de tomar el poder. Con rapidez pasmosa instalaron centros de entrenamiento en México, D.F., Zamora, Mich., San Miguel Allende y Salamanca, Gto., Querétaro, Qro., Puebla, Pue., Chapala, Jal., y Acapulco, Gro.

En febrero de 1971, 4 guerrilleros alquilaron una casa en Jalapa, Ver., donde se establecería un centro de entrenamiento para manejo de explosivos. Por el aspecto estrafalario de los jóvenes, un vecino supuso que eran hippies marihuanos y los denunció a la policía local, que como medida precautoria dio aviso a la Dirección Federal de Seguridad.

El subdirector de la DFS, Miguel Nazar Haro, viajó a Jalapa para ver qué sucedía. Al entrar a la casa se llevó la primera sorpresa: se topó con un pizarrón tapizado de diagramas de torres de transmisión eléctrica, con indicaciones sobre los puntos donde se debe colocar los explosivos para derribarlas. Los hombres de Nazar no tuvieron más que permanecer en el domicilio para ir deteniendo uno por uno a los guerrilleros que fueron llegando. En los interrogatorios confesaron lo que planeaban hacer y dijeron que esperaban la llegada de otros “estudiantes”. El jefe del centro tenía instrucciones de reportarse a Gómez Souza cada cierto tiempo y, cuando faltaron los reportes, el propio cabecilla se trasladó a Jalapa para investigar. En total cayeron así 19 “coreanos” -entre ellos Gómez Souza- y 21 reclutas nuevos. Ese golpe y otros que vinieron en rápida sucesión determinaron la muerte del MAR. A fines de 1976 se supo que sólo quedaban en libertad 11 “coreanos”, pues los demás habían sido muertos o estaban en la cárcel. Pero la actividad subversiva no desapareció, sino que fue heredada por un segundo foco guerrillero.


Soldados dormidos

El 2 de octubre de 1968, el estudiante de filosofía y letras de la UNAM, David Jiménez Sarmiento, miembro de la Juventud Comunista, escapó sano y salvo de Tlatelolco y de inmediato se prometió luchar hasta el último aliento por vengar a sus compañeros caídos. Rápidamente reunió a varios camaradas para formar 3 comandos guerrilleros llamados “Lacandones”, “Arturo Gámiz” y “Patria o Muerte”, los cuales tomaron la vanguardia de la subversión cuando los “coreanos” fueron prácticamente liquidados.

Los de este segundo foco se inspiraban en el ejemplo de Arturo Gámiz, un maestro de escuela comunista radicado en el DF que, tratando de emular las hazañas de Fidel Castro, el 23 de septiembre del ya lejano 1963 y en compañía de una docena de compañeros atacó por sorpresa el pequeño cuartel militar de Madera, Chih., con la idea de establecer un foco guerrillero en la Sierra Madre. Varios soldados que dormían fueron muertos, pero otros tomaron las armas y en un santiamén mataron a Gámiz y 10 de sus acompañantes. Los fugitivos fueron ultimados por elementos del ejército el 11 de septiembre de 1968.

Los viejos comunistas tachaban de infantilismo la aventura de Gámiz, pero muchos jóvenes vieron en él a un héroe de epopeya, el revolucionario suicida que alcanza en el martirio la gloria suprema. Los distintos comandos actuaban con independencia unos de los otros y se ha dicho, aunque sin confirmarlo, que desde Moscú o La Habana les llegaron órdenes de formar un solo grupo, al que llamaron Liga 23 de Septiembre, en recuerdo de la fecha en que Gámiz llevó a cabo el ataque al cuartel de Madera. (Sólo los famosos Genaro Vázquez y Lucio Cabañas, así como algunos grupos menores, se mantuvieron ajenos a la Liga).

Los hijos de la decadencia

Entre los independientes destacaron 4 hermanos apellidados Campaña López y originarios de Cosalá, Sin., Dos de los hermanos, Carlos y Alfredo, estudiantes de la Universidad de Guadalajara y miembros de la Juventud Comunista, asaltaron varios bancos y empresas a fines de 1972 y principios de 1973. Poco después fueron aprehendidos y, para liberarlos, un tercer hermano, llamado Juventino y apodado “Ho Chi Minh”, fundó las FRAP (Fuerzas Revolucionarias Armadas del Pueblo). Los Campaña López llevaron a cabo varios secuestros muy sonados, como el del cónsul norteamericano de Guadalajara, Terrance Leonhardy, el del industrial Pedro Sarquis y el de José Guadalupe Zuno, suegro del presidente Echeverría; como pago por las liberaciones obtuvieron varios millones de pesos y la libertad de 30 guerrilleros, entre ellos los hermanos Carlos y Alfredo, quienes fueron enviados en avión especial a Cuba.

Las FRAP perdieron terreno poco a poco y el principal dolor de cabeza del gobierno pasó a ser la Liga 23 de Septiembre, que hasta en el título de su periódico clandestino -Madera- proclamaba su carácter suicida y, en sus páginas, remachaba las tesis de que no tiene nada de malo matar policías o soldados, ya que éstos son instrumentos de la burguesía, y llamaban “expropiaciones” a los secuestros y asaltos bancarios.

El primer golpe de la Liga tuvo lugar el 17 de septiembre de 1973, cuando asesinaron al industrial regiomontano Eugenio Garza Sada en un fallido intento por secuestrarlo. El gobierno anunció que no negociaría con delincuentes y después de 2 o 3 fracasos la Liga dejó de promover secuestros, para concentrarse en los asaltos bancarios. Todavía en 1976 trataron infructuosamente de secuestrar a Margarita López Portillo, hermana del presidente electo, y en este fallido intento murió el fundador, Jiménez Sarmiento.

Los de la 23 de Septiembre asesinaron -frecuentemente a sangre fría- a por lo menos 76 policías antiterroristas. Un día se metieron al Hospital Naval del DF y dieron muerte sorpresiva a 4 marineros de guardia para quitarles las armas. Además del odio que sentían ante los elementos policiacos, actuaban motivados por la esperanza de crear pánico entre los familiares, para que los instaran a buscar un trabajo menos peligroso. Inevitablemente, los policías respondían con el mismo odio y extraoficialmente se sabe que dieron muerte a centenar y medio de guerrilleros, además de que lograron encarcelar a cerca de 300.

Hasta 1976, fecha del último balance publicado, quedaban en libertad cerca de 200 guerrilleros cuyos descendientes o émulos -el más notable es el Subcomandante Marcos- siguen atizando la subversión en escala menor, aunque sus probabilidades de éxito se han reducido desde que a últimas fechas la sociedad mexicana dio pruebas de rechazar cada vez más firmemente las soluciones violentas.

(Tomado de: Acosta, Jaime - II Breve historia de la guerrilla mexicana. Contenido, #462, diciembre de 2001. México, D.F.)

martes, 30 de julio de 2019

Trotsky, herido de muerte, 1940


Trotsky, herido de muerte


  • Atentado a la sombra de la confianza


  • Fue un falso admirador y amigo suyo el que lo atacó, propinándole terribles golpes: uno de ellos gravísimo. Quién es el agresor


  • La guardia del líder ruso acudió en su auxilio, y uno de los que la forman derribó al atacante, pegándole con su pistola


Por JOSE PEREZ MORENO,
Reportero de Policía


(21 de agosto de 1940)


Ayer a las seis de la tarde fue herido gravemente por un periodista belga el ex comisario de la Guerra en Rusia, León Trotsky, en su casa en Coyoacán. El heridor, que también está lesionado, se llama Frank Jackson o Jacques Morton y ha confesado plenamente su delito, expresándose así al ser curado en la Cruz Verde: "¡Deben matarme o dejar que yo lo haga!... Mi vida no vale nada…!"
Por más que la comisión misma del delito se encuentra clara, en cambio no se ha podido todavía adelantar gran cosa en la investigación de la trama secreta. El heridor, que tiene a lo sumo unos 28 años de edad, llevaba escrita en tres hojas una declaración en forma de carta, en la que expresa sus motivos personales para atentar contra la vida del exiliado ruso.
Esto demuestra su premeditación absoluta, así como también el hecho de que iba provisto de un "piolet" de alpinista de mango corto, de un pequeño puñal y de una pistola calibre 45 "Star".
Según lo declarado por los mismos ayudantes de Trotsky, intentó suicidarse con el puñal, pero uno de ellos, Jack Cooper, se lo impidió a las voces que la esposa de Trotsky, Natalia Sedov, daba: "¡No lo maten, hay que entregarlo vivo!" y así fue como tan sólo recibió algunos golpes clasificados como aquellos que sanan en dos semanas a lo sumo, y sin necesidad de hospitalización.
Trotsky recibió tres heridas, causadas por el pico del "piolet", una en la cabeza,que es la grave, con fractura expuesta de los huesos del cráneo y pequeña hernia de la masa encefálica; otro en la clavícula derecha y una más en una pierna. Los doctores Rubén Leñero, Gustavo Baz, Jacinto Segovia y Joaquín Mass, solicitados por el mismo herido, procedieron a hacerle la trepanación, mostrándose los facultativos muy optimistas.


"ESTABA DECEPCIONADO DE TROTSKY, POR ESO LO HICE…"


El general José Manuel Núñez, jefe de la Policía, personalmente tomó conocimiento, minutos después del suceso, de lo acontecido, y más tarde el procurador de Justicia del Distrito, licenciado Luis G. García; con el licenciado Amezcua, delegado del Ministerio Público, en la Jefatura de Policía y el señor Francisco Russi, jefe de la Policía Judicial, estuvieron en las salas de la Cruz Verde a hacer levantar el acta correspondiente. Por su parte, el jefe del Servicio Secreto, coronel Leandro Sánchez Salazar, y el comandante de agentes Jesús Galindo, iniciaron con un centenar de agentes las investigaciones.
A las 22 horas el general Núñez permitió que los periodistas pasaran al patio del Puesto Central de Socorros, habiéndoles mostrado el "piolet" con que fue atacado Trotsky, y expresó que el heridor del líder ruso se llama Frank Jackson, y que éste le había dicho que desde hace cuatro meses se encuentra en el país y que siempre había tenido gran admiración por Trotsky, al que procuró por todos los medios posibles conocer, logrando ser recibido por él en distintas ocasiones; y que de sus conversaciones con el ex comisario de la Guerra de la URSS se había decepcionado completamente de él y resolvió matarlo para lo cual se proveyó de las armas ya descritas.
En esos momentos era operado Trotsky, que fue sometido a enérgica anestesia. También fue curado Jacques o Jackson, quien desde luego pudo rendir su declaración, como hemos dicho.


(Tomado de: Hemeroteca El Universal, tomo 3, 1936-1945. Editorial Cumbre, S.A. México, 1987)