Mostrando las entradas con la etiqueta dioses mayas. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta dioses mayas. Mostrar todas las entradas

lunes, 28 de julio de 2025

La luz que hace al dios: Yucatán

 


La luz que hace al dios: Yucatán 


Dios hizo la luz, dice la Biblia... pero en el mundo maya la luz hace al dios…

En este día se hace la luz, Chilam preside la ceremonia…

El fenómeno sucede cada 21 de marzo y 23 de septiembre. Inciensos, cascabeles, flautas y tambores purifican el recinto para su dios, el que está por traer la luz, un dios de 34 metros de largo, acéfalo... un dios que ansioso busca su cabeza para reunirse con ella... la tiene que encontrar... tiene que llegar a reunirse con ella para que el ciclo de la vida continúe…

El futuro de todos está en manos del dios Kukulkán, en su voluntad, en su capricho. Si decide hacerse presente, si llega a la escalinata de su máximo templo, la vida seguirá, las aguas llegarán, la siembra crecerá, el sol se hará presente durante todo el siglo…

Pero si opta por esconderse tras las nubes, por no entroncar con su cabeza, el ciclo se detiene... y la vida también. No hay mañana. Sin la aparición de Kukulkán no hay esperanza, no hay nada…

A partir del mediodía cada minuto, cada segundo aumenta la expectación. Es el equinoccio: cientos de personas cubren el suelo del recinto sagrado: al igual que hace siglos, va a suceder un fenómeno único en el mundo… si Kukulkán  lo quiere, desciende para asombrarnos otra vez con los adelantos del maya, su ciencia, su astronomía y astrología… y con su cálculo. Si llega, siempre es puntual. 

El fenómeno se inicia poco a poco y va cobrando fuerza. Si Kukulkán quiere, la luz solar se proyecta y forma una ondulación y otra y otra y otra conforme sigue el Sol su curso... el sol desciende sobre su escalinata... poco a poco se hace visible el largo y poderoso dios maya. 

Y sigue bajando, bajará por las nueve gradas que abarcan los 365 escalones de su templo... (364 escalones y una plataforma).

365 días de su año que es todavía el nuestro. Sigue bajando, le falta entroncar con su cabeza... debe unir cada triángulo con otro y otro, para integrarse a su nueva vida. Lo hará al bajar los 52 entrepaños... 52 entrepaños, 52 entrepaños... un siglo maya…

Baja por los 23 metros de altura de la pirámide del Sol, que es su castillo, y así el centro ceremonial cobra vida. 

La mayoría se asombra, algunos se asustan, otros se felicitan por haber tenido la suerte de atestiguar esta maravilla, porque esta vez decidió bajar... permitir una vez más que el ciclo continúe, que la tierra se cultive, que el agua caiga, que los seres se reproduzcan, que la vida siga…

Tardó varias horas en descender pero lo hizo cual debe ser con sus siete triángulos isósceles de luz y de sombra y durante 10 minutos permaneció completo. Hizo gala de su poder, de su magia, una que le permite ser sin haber sido…

Diez minutos en los cuales inspeccionó la belleza y magnificencia de la arquitectura maya... en los que recordó los juegos de pelota…

Minutos en los que desde los observatorios supervisó lo que queda de la ciudad sagrada de los mayas... y el cenote en donde le ofrecían doncellas y su casa de mil columnas…

Diez minutos... de toda su magia... una magia que por cierto perdió México durante un tiempo porque fue comprada por Edward Thomson, un cónsul norteamericano, en el año 1890 y por la cantidad de 75 dólares... 250 kilómetros cuadrados de nuestro Chichén Itzá a un extranjero, pero por fortuna fueron recuperados 20 años después a cambio de un millón de pesos…

Y fue así que nos quedamos con Chichén, con Kukulkán y su cita eterna con la magia, la que se da en Yucatán, la tierra de los papatzules, los quesos rellenos y la cochinita pibil... de los trovadores, compositores y músicos. 

Aquí se quedó la magia del dios maya y aquí seguirá ciclo por ciclo hasta que Kukulkán así lo disponga.


(Tomado de: Sendel, Virginia - México Mágico. Editorial Diana, S.A. de C.V., México, D.F., 1991)

jueves, 30 de junio de 2022

Chaak, el Dios del Agua (Dios B)

 


El culto a esta deidad del agua, documentada desde el Preclásico, está vigente entre los campesinos de la península de Yucatán. Sus acciones, relacionadas con la producción agrícola, la lluvia, el relámpago y el trueno, se manifestaban en todos los rumbos del cosmos, razón por la cual es uno (Yaxal Chaak) en el centro, y cuatro al mismo tiempo, asociados con cada rumbo y color de los cuadrantes del universo.

Los documentos coloniales registran el nombre de esos cuatro con el prefijo xib' (varón). El más conocido es el Chaak Rojo del Este, denominado Chak Xib' Chaak, nombre con el que aparece en vasijas polícromas. Se le ha relacionado con el dios GI y en los textos del Templo de la Cruz de Palenque se registra que de la tríada divina fue el primero en nacer. Se trata de una de las manifestaciones de Itzamnaaj asociada con la fertilidad, razón por la que varios gobernantes usaron al dios Chaak como parte de su nombre o de su atuendo.

En los códices se le representa con cuerpo humano o de serpiente y un rostro fantástico en el que destaca su larga trompa con atributos de serpiente, lagarto y tapir. Su color por excelencia es el azul (yacx azul y verde); puede portar una vasija para derramar agua (de su cuerpo también puede manar agua); un hacha con la que produce truenos y relámpagos, o antorchas que aluden a las sequías de los tiempos calurosos.

En el Clásico, con trompa menos pronunciada, se le reconoce por sus barbas semejantes al del pez bagre, orejeras de concha y una diadema de concha recortada como atributo de fecundidad.


(Tomado de: Pérez Suárez, Tomás - Dioses mayas. - Los dioses mayas. Arqueología Mexicana, vol. XV, núm. 88. Noviembre/diciembre 2007. Editorial Raíces/Instituto Nacional de Antropología e Historia. México, D.F.)


jueves, 5 de mayo de 2022

Pawahtún, Cargador del Cosmos (Dios N)


Se creía que eran uno y cuatro a la vez, cada uno sosteniendo una esquina del cosmos, razón por la que frecuentemente se muestran con los brazos en alto, en actitud de cargar. Sus rasgos son los de un viejo desdentado con el rostro arrugado y el cabello envuelto en una red. En ocasiones sostiene una planta de lirio acuático o la flor de ésta puede aparecer como parte de su tocado. También se le representó con un caparazón de tortuga en la espalda, y su nombre en los códices, además del número 4, incluye un signo que representa a esa concha. 

Puede emerger de una flor, lo que es más común, de una concha de caracol. Reside en el cielo, la tierra y el inframundo, es decir, sostiene tanto la bóveda celeste como la superficie de la tierra. Es de naturaleza pétrea, por eso en muchas imágenes del Clásico porta en el cuerpo elementos del glifo tun (piedra). Este signo es un reforzador fonético, que junto con el prefijo en forma de red (pa) y el afijo (wah, "tamal"), que en los códices aparece como parte de su tocado, forman la palabra Pawahtún.

Su cabeza se utilizó para representar el número 5 (jo) y se cree que era la deidad que presidía los cinco días nefastos o sin nombre (wayeb') del calendario solar. Se le ha identificado con el dios Mam (abuelo) de las tierras altas de Guatemala y con los cuatro B'acab' (El Primero de la Tierra) de los yucatecos. Era además patrono de escribas y pintores.


(Tomado de: Pérez Suárez, Tomás - Dioses mayas. - Los dioses mayas. Arqueología Mexicana, vol. XV, núm. 88. Noviembre/diciembre 2007. Editorial Raíces/Instituto Nacional de Antropología e Historia. México, D.F.)

jueves, 31 de marzo de 2022

Dios L

 

Aunque desconocemos el nombre de esta deidad, podemos decir que se trata de un ser vinculado con la noche, el inframundo, Venus cuando no es visible, la muerte, el comercio, la destrucción, así como con el instante de la creación del cosmos. Sus rasgos son los de un anciano con ojos de deidad (vírgula por pupila) u ojos humanos, orejas de jaguar y, en ocasiones, presenta parte del cuerpo pintado de negro.

Ostenta varios atuendos, pero el elemento más distintivo es el sombrero decorado con plumas de búho cornudo (ave muwaan) o la misma ave mítica posada sobre éste. En la espalda puede portar una capa de textil o una piel de jaguar. Pero también puede aparecer desnudo mostrando la flacidez de su vientre.

Se le representó realizando varias actividades rituales, ya sea presidiendo desde un trono a dioses del inframundo, rodeado de mujeres jóvenes que lo atienden, cortejando o abrazando a la joven diosa lunar, fumando un gran cigarro o apoyado en una sonaja tipo bastón, instrumento musical asociado con las ceremonias de petición de lluvias.

(Tomado de: Pérez Suárez, Tomás - Dioses mayas. - Los dioses mayas. Arqueología Mexicana, vol. XV, núm. 88. Noviembre/diciembre 2007. Editorial Raíces/Instituto Nacional de Antropología e Historia. México, D.F.)

lunes, 21 de febrero de 2022

Ix Chel, la diosa lunar (diosa I; diosa O)

 


Esta deidad femenina, igual que la Luna (u' o ub), a la cual estaba íntimamente asociada, era un ser multifacético. Sus imágenes la muestran como una mujer joven  (Luna creciente) o como una anciana (Luna menguante). Era patrona de los oficios característicos de su género, especialmente los relacionados con la concepción, el embarazo y el parto, pero igualmente era deidad de la medicina, los textiles, la pintura, las aguas, el arco iris, la fertilidad de la tierra y la noche. Como diosa vieja también tenía un aspecto destructivo que provocaba catástrofes e inundaciones.

Fue esposa de Itzamnaaj (así se muestra en las vasijas policromas), por lo que se le identifica como una diosa madre. Con estos atributos, pero sin relación lunar, en los textos del Templo de la Cruz en Palenque se menciona a Muwaan Mat como progenitora de los tres dioses (GI, GIII y K'awiil).

En el Clásico se representó como una mujer joven dentro de un signo lunar y, en algunos casos, cargando un conejo, símbolo por excelencia de la Luna. Su importancia es evidente en las imágenes pintadas en vasijas, en las que aparece participando en varios acontecimientos míticos. Además, se considera que muchas de las numerosas figurillas femeninas estilo Jaina y Jonura son expresión de su culto.

Sin embargo, es en los códices del Posclásico donde encontramos la mayor diversidad de sus imágenes, acciones y atributos. Conocemos varios nombres, acordes con sus advocaciones: Sak U'Ixik (Señora Luna Blanca); Chak Chel (Arco Iris Grande); Ix Chebel Yax (Señora del Primer Pincel), e Ix Chel (Señora Resplandeciente o Señora del Arco Iris).


(Tomado de: Pérez Suárez, Tomás - Dioses mayas. - Los dioses mayas. Arqueología Mexicana, vol. XV, núm. 88. Noviembre/diciembre 2007. Editorial Raíces/Instituto Nacional de Antropología e Historia. México, D.F.)