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lunes, 27 de mayo de 2024

Reies López Tijerina

 


Reies López Tijerina


Fue para muchos un símbolo desafiante de la estructura norteamericana. Nació en Fall City, Texas, en 1926, en el seno de una familia de trabajadores agrícolas migrantes. Ministro protestante, fundamentalista, apodado el "Tigre" por su carácter combativo, encabezó en Nuevo México la lucha más grande de los tiempos modernos por el derecho a las tierras perdidas.

En un principio su activismo proponía la devolución de la propiedad de Tierra Amarilla, Nuevo México, a sus legítimos dueños por la vía constitucional, sustentando su demanda en los derechos que otorgaba el Tratado de Guadalupe-Hidalgo. Tras varios rechazos de los tribunales, Tijerina cambió de estrategia, reorganizó la Alianza Federal de Pueblos Libres y, emulando el movimiento civil de los negros, logró atraer a su causa a activistas del movimiento chicano y grupos pro derechos civiles. Sus métodos de lucha, que mostraron que los chicanos eran capaces de usar la violencia como acto político, lo llevaron a innumerables conflictos no sólo con las autoridades anglosajonas sino con los propios mexicano-americanos; conflictos que lo condujeron a la cárcel y el debilitamiento de su movimiento. Para Tijerina la lucha por la tierra era la lucha por la dignificación de la comunidad mexicano-americana oprimida y sojuzgada.

[Falleció en El Paso, Texas, en 2015]


(Tomado de: Diaz de Cossío, Roger; et al. Los mexicanos en Estados Unidos. Sistemas Técnicos de Edición, S.A. de C. V. México, D. F., 1997)

miércoles, 27 de marzo de 2024

Juan Gómez-Quiñones

 


Juan Gómez-Quiñones

[1940-2020]


Profesor de historia en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Originario de Parral, Chihuahua, creció y se educó en el Este de Los Ángeles. Con estudios de licenciatura en literatura, maestría en estudios latinoamericanos y doctorado en historia por la UCLA, se ha dedicado por 27 años a la docencia e investigación en historia política, laboral, intelectual y cultural. Entre sus publicaciones cabe mencionar: Chicano Politics: Reality and Promise, 1940-1990; Mexican American Labor, 1970-1990; The Roots of Chicano Politics 1600-1940 y Sembradores: Ricardo Flores Magón y El Partido Liberal Mexicano. Gómez Quiñones ha sido un incansable promotor de la cultura y de los estudios chicanos. Fue Director del Centro de Estudios Chicanos de la UCLA, fundador de la renombrada revista Aztlán: International Journal of Chicano Studies y co-editor del Plan de Santa Bárbara. Su labor académica ha estado siempre acompañada por reconocido liderazgo comunitario que se ha hecho patente en su activismo en movimientos de derechos civiles, política electoral, trabajo, migración y programas con jóvenes.


(Tomado de: Diaz de Cossío, Roger; et al. Los mexicanos en Estados Unidos. Sistemas Técnicos de Edición, S.A. de C. V. México, D. F., 1997)

lunes, 17 de mayo de 2021

Jesús Galindo y Villa


Ingeniero, historiador y maestro, nació y murió en la ciudad de México (1867-1937). Ejerció la cátedra durante cincuenta años, fue director del Museo Nacional de Arquitectura, de la Academia de Bellas Artes, del Conservatorio de Música, regidor de la ciudad de México (1899-1903 y 1908-1911), director del Archivo de la Secretaría de Relaciones Exteriores (1912), presidente de la Sociedad de Geografía y Estadística (1891), de la Sociedad Astronómica de México (1903), de la Academia Mexicana de la Historia, de la"Antonio Alzate" y de no pocas extranjeras. En febrero de 1937 fue objeto de un homenaje nacional por su magisterio en la Universidad Nacional y otras instituciones docentes. Autor de numerosas obras, algunas de las principales son las siguientes: Geografía de la República Mexicana, 1926, dos tomos; Geografía de México, Barcelona, 1930; Geografía del Distrito Federal y del Valle de México, 1932; Historia sumaria de la ciudad de México, 1925; México, la ciudad capital, Boletín de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, t. XLIII, 1932; Reseña histórico-descriptiva de la ciudad de México, 1901; Elementos de historia nacional, 1930; El Panteón de San Fernando y el futuro Panteón Nacional. Notas históricas, geográficas y descriptivas, 1908; El Códice Troano. El templo de los guerreros en Chichén-Itzá, en Memorias de la Academia "Antonio Alzate", t. 53 (161-169); Algo sobre los zapotecas y los edificios de Mitla (Conferencia de divulgación), 1905; El Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología. Breve reseña. 1922; Las ruinas de Cempoala y el templo del Tajín, 1912; La fundación de Villa Rica y su autor. La obra de la Conquista española en México, 1920; La plaza mayor de la Ciudad de México, 1914; Códice Mendocino, 1925, colección de Mendoza O., documento del siglo XVI que se conserva en la Biblioteca Bodleiana de Oxford, Inglaterra; Elementos de historia general, 2a ed., 1926; La Orden de Caballeros de Colón y su establecimiento en México. Nota sobre su origen, su desarrollo y fines principales, 1914 (contiene, además, noticias sobre la Orden en los Estados Unidos y Cuba); Polvo de la historia, 1923 (la segunda edición, editorial Patria, 1954, tiene un breve prólogo de Dolores Galindo y Villa con noticias y anécdotas de Galindo y Villa); Don Francisco del Paso y Troncoso. Su vida y sus obras, 1923. v. Noticia de diversos escritos de Jesús Galindo y Villa, director de la Academia Nacional de Bellas Artes, profesor del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología, publicados de 1887 a 1912, México, 1913.

(Tomado de: Enciclopedia de México, Enciclopedia de México, S. A. México D.F. 1977, volumen V, - Gabinetes - Guadalajara). 

viernes, 20 de diciembre de 2019

Alfredo Chavero


Nació y murió en la Ciudad de México (1841-1906). Estudió en el Colegio de San Juan de Letrán y se recibió de licenciado en derecho. Fue diputado federal por un distrito de Guerrero. Durante la Intervención Francesa, siguió al presidente Juárez, y más tarde cayó prisionero cuando regresaba de Mazatlán. Al triunfo de la República, se hizo cargo de la dirección de El Siglo XIX. A la caída del presidente Lerdo de Tejada, fue oficial mayor del Ministerio de Relaciones y, más tarde, magistrado del Tribunal Superior y gobernador del distrito Federal; síndico, regidor y presidente del Ayuntamiento de México; catedrático de derecho administrativo y director de la Escuela de Comercio y del Colegio de las Vizcaínas. Escribió obras de teatro, entre ellas Xóchitl y Quetzalcóatl; óperas cómicas (El duquesito y La gitana) y zarzuelas (El paje de la virreina). Aunque tuvo mucho éxito como dramaturgo de estilo romántico y nacionalista, se distinguió especialmente como historiador. Es autor de “Historia antigua y de la conquista”, primer tomo de México a través de los siglos, y de varios estudios: Calendario azteca (1876), Calendario de Palemke (1902) y El monolito de Coatlinchan (1904), entre otros.

(Tomado de: Enciclopedia de México, Enciclopedia de México, S. A. México D.F. 1977, volumen III, Colima - Familia)

martes, 3 de diciembre de 2019

José Mancisidor



Nacido en Veracruz en 1894, participa de la reacción popular de los habitantes del puerto de Veracruz ante la invasión norteamericana en 1914 e interviene a partir de ese momento en el movimiento revolucionario contra Huerta dentro de la División de Oriente. Participa más tarde en los frustrados movimientos revolucionarios de 1924 y 1927. Maestro de escuela, promotor de la corriente “proletaria” en la novela mexicana en la década de los años 30, editor de la revista Ruta y autor de varias novelas entre las que destacan: La asonada, Ciudad Roja y Frontera junto al mar. Historiador, ha publicado varios títulos del cual, su Historia de la Revolución Mexicana es sin duda el más importante. Muere en Monterrey en 1956.

(Tomado de: Mancisidor, José - El fin del Porfiriato. Cuadernos Mexicanos, año I, número 41. Coedición SEP/Conasupo. México, D.F., s/f)


***
José Mancisidor (1894-1956), nacido en el puerto de Veracruz y muerto en Monterrey cuando impartía unos cursos de verano, fue un revolucionario activo toda su vida, y uno de los más importantes animadores de la literatura de contenido social. Su mayor significación está en el campo de la novela, pero cultivó también el cuento, del que hizo dos útiles antologías: Cuentos mexicanos del siglo XIX y Cuentos mexicanos de autores contemporáneos (1946). Su filiación revolucionaria se manifiesta en sus ensayos sobre Zolá, Marx, Lenin, Juárez, Hidalgo, Morelos, Guerrero, etc. Su primera novela, La asonada (1931), lo presenta como narrador áspero aunque vigoroso, carácter que se afirma en la segunda: La ciudad roja (1932). Una de sus obras más significativas es Frontera junto al mar (1953), sobre la heroica lucha del pueblo veracruzano contra los marinos de Norteamérica. El alba en las simas (1953) describe la lucha por la recuperación nacional del petróleo mexicano. Además de las obras anteriores, Mancisidor dejó un volumen de cuentos: La primera piedra (1950) y tres novelas inconclusas.

(Tomado de: González Peña, Carlos - Historia de la literatura mexicana. Desde los orígenes hasta nuestros días. Editorial Porrúa, Colección "Sepan cuantos..." #44, México, D.F., 1990)

lunes, 25 de febrero de 2019

Andanzas de Lorenzo Boturini




La historia de las andanzas de Lorenzo Boturini Benaduci en Nueva España parece ser el resultado del modo de sentir de muchos novohispanos de las clases altas y de los patrones de gobierno de las autoridades virreinales. Este caballero Boturini, nacido en Italia, vivió en Viena por algún tiempo y, debido a que la corte de España ordenó, por guerra entre España y Austria, que todos los italianos saliesen de los dominios austríacos, pasó por Portugal y luego a España. Sin arraigo en ésta, aceptó venir a Nueva España, en 1735, a gestionar el pago que la condesa de Santibáñez cobraba en México como descendiente del emperador Moctezuma.

No se sabe por que razones el pasaporte y la licencia para viajar al virreinato no cumplían todos los requisitos que exigían las autoridades metropolitanas. Para salir de España no tuvo mayores dificultades; éstas vendrían después. Llegó a México en febrero de 1736.

Como se recordará, en 1737 la Virgen de Guadalupe fue proclamada patrona de la Ciudad de México, y la curiosidad de Boturini se despertaría ante esta manifestación de fe popular. Se interesó por averiguar el origen del culto a la imagen conservada en el Tepeyac. Dicen sus biógrafos que anduvo buscando testimonios que documentaran la aparición a Juan Diego. Durante ese tiempo no sólo recogió la tradición oral de la historia prehispánica, sino también muchos otros documentos que han sido considerados muy valiosos para conocer el pasado de México.

Mientras todo fue afán de satisfacer su curiosidad de anticuario parece que no tuvo dificultades. Según los catálogos o inventarios que existe de su colección, pudo reunir una considerable cantidad de manuscritos y pinturas antiguas. Pero no paró allí su interés por las cosas de Nueva España. Poseído de fervor guadalupano, quiso contribuir al mayor esplendor de la Virgen, gestionando su coronación, para lo cual se acogía a la gracia que concedía la basílica vaticana de Roma de que fueran coronadas públicamente las imágenes "taumaturgas". Aquí ya entraba en terrenos ajenos y no iba a poder actuar con independencia de los órganos de gobierno colonial. La Audiencia de México pasó por alto la licencia que debía expedir el Consejo de Indias para llevar a cabo la coronación, se mostró anuente a los deseos de Boturini y le permitió seguir adelante con los preparativos. Estaba Boturini recogiendo limosnas o donativos para costear la ceremonia cuando llegó a Nueva España el virrey Fuenclara. Antes de llegar a la capital, en Jalapa se enteró de lo que se proponía don Lorenzo. La desconfianza con que se miraba a los extranjeros hizo que el virrey pidiera un amplio informe sobre la estancia del italo-español. Inmediatamente fue llamado a comparecer ante el alcalde del crimen y se le procesó. Fue acusado de ser extranjero y hallarse en el país sin la debida licencia, de haber recogido donativos sin permiso, de haberse atrevido a promover el culto de Nuestra Señora de Guadalupe siendo extranjero y de haber tratado de poner en la corona de la Virgen otras armas que las del rey. Fue puesto en prisión en febrero de 1743. Papeles, ropa y dinero le fueron embargados y de todo el asunto se dio cuenta al rey.

Boturini se defendió enérgicamente durante su proceso y logró demostrar su inocencia, pero el virrey juzgó que era mejor alejarlo de Nueva España y dio orden para que saliera hacia España a principios de 1744. Con trabajos llegó a Madrid, pues unos corsarios ingleses apresaron el navío en que viajaba, le quitaron su equipaje y lo desembarcaron en Gibraltar. De allí, a pie, se fue a España. Se presentó ante el Consejo de Indias pidiendo que se le hiciera justicia y reclamando sus papeles. El rey había mandado amonestar a los oidores de México por no cumplir con todos los trámites en los negocios de Boturini, pero no encontró reprensible su interés de anticuario. Accedió a recompensarlo por el trabajo que había realizado al juntar los documentos y aprovechar sus conocimientos para que escribiera una historia de los indios. Le concedió licencia de volver a México y le nombró historiógrafo de Indias. Pero Boturini no vivió lo suficiente para gozar del favor del rey. Se quedó en España y allá murió en 1751. Su famosa colección, llamada Museo, quedó depositada en la secretaría de Cámara del virreinato.

Esos papeles, a los que se refieren posteriores historiadores lamentándose de su pérdida, fueron utilizados por don Mariano Veytia (Mariano José Fernández de Echevarría y Orcolaga, Alonso Linage Veytia), criollo distinguido, abogado e historiador, nacido en Puebla de los Ángeles en 1720. Su padre fue José de Veytia, oidor decano de la Real Audiencia y primer superintendente de la Casa de la Moneda, y un tío abuelo, don José Veytia Linage, autor de la célebre obra Norte de la Contratación de Indias. Estudió en México, en donde obtuvo los grados de bachiller en artes, en 1733, y en leyes, en 1736, y el título de abogado en 1737. Viajó extensamente por Europa y visitó Jerusalém y Marruecos. Después de servir al rey en la península, volvió a su patria, a la muerte de su padre, para ponerse al frente de los negocios de la familia.

En Madrid tuvo estrecha amistad con Boturini, a quien alojó en su casa. Allí escribió Lorenzo su libro Idea de una nueva historia de la América septentrional y también allí fue donde Veytia recibió las primeras ideas de las antigüedades mexicanas, que más tarde habían de servirle para redactar su libro Historia Antigua de México.

Veytia dejó varios escritos inéditos, entre otros una pequeña obra llamada Baluartes de México, en la que da noticia de cuatro santas imágenes de Nuestra Señora, que se veneraban en cuatro santuarios, a los cuatro vientos de México. De las cuatro, " la más prodigiosa y que verdaderamente se lleva la admiración y asombro... es la de Guadalupe ". Si se desconociera el lugar y la fecha de su nacimiento, leyendo sus obras advertiríamos su amor y preferencia por la historia de los indios, y podríamos determinar la época en que vivió y su nacionalidad.

(Tomado de: María del Carmen Velázquez - El despertar Ilustrado. Historia de México, tomo 7, El despertar Ilustrado, Salvat Mexicana de ediciones, S.A. de C.V., México,D.F., 1978)

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Victoriano Salado Álvarez




Nacido en Teocaltiche (Jalisco) en 1867, es autor de una serie fundamental en las letras mexicanas: los Episodios Nacionales. Es ésta una novelización de la historia de México del siglo XIX que va de 1851 a 1867, y se abarca desde los últimos años de la dictadura de Santa Anna hasta el fusilamiento de Maximiliano en el Cerro de las Campanas.

Esta obra monumental (reeditada por Colección Málaga en 1945 en 14 tomos) es una de las pocas obras de novelización histórica que, además de transmitir información sobre los principales acontecimientos político-militares, recrea las costumbres y la vida cotidiana de la época con singular maestría.

Salado Álvarez es además autor de Memorias y De autos (cuentos). Murió en México en 1931.
 
(Tomado de: Victoriano Salado Álvarez - La victoria de los liberales. Cuadernos Mexicanos, año II, número 85, México, D.F., coedición SEP/Conasupo, s/f)

miércoles, 30 de mayo de 2018

Eligio Ancona

Eligio Ancona



Nació en Mérida, Yucatán, en 1836; murió en la ciudad de México en 1893. Recibió el título de abogado en la Universidad Literaria del Estado en 1862. Luchó como periodista contra el golpe de estado de Comonfort y contra la Intervención Francesa; para ello fundó tres periódicos, La Sombra de Morelos, La Píldora y Yucatán, los cuales fueron suprimidos. Los imperialistas lo desterraron a la isla de Cozumel, de donde volvió al ser restaurada la República, para ocupar la secretaría general del gobierno del Estado. Luego fue gobernador y comandante militar de Yucatán, diputado federal, magistrado de circuito y, por último, en 1891, ministro de la Suprema Corte de Justicia. Fue enterrado en la Rotonda de los Hombres Ilustres.

Además de periodista de combate, Ancona  fue historiador, novelista y dramaturgo. Como escritor, fue precursor de quienes, como Ignacio Manuel Altamirano, se propusieron crear una literatura nacional, tratando temas de la vida y la historia del país.


Su principal obra de investigación es la Historia de Yucatán desde los tiempos más remotos hasta nuestros días, publicada en 4 volúmenes en Mérida, entre 1878 y 1881. Una tercera edición, hecha en Mérida en 1917, agrega un tomo que estaba inédito. Sus primeras novelas, La mestiza (1861) y El filibustero (1864) tienen carácter costumbrista. Las que siguieron son de tema histórico y de tipo romántico: La cruz y la espada (1864), Los mártires del Anáhuac (1870), El conde de Peñalba (1879) y Memorias de un Alférez (edición póstuma, 1904). Sus obras de teatro conocidas son: Nuevo método de casar a una joven (estrenada en 1862), La caja de hierro y Las alas de Ícaro (estrenada en 1880).


Francisco Sosa, que escribió una biografía de Ancona, le atribuye una comedia en verso llamada Rica heredera, y Altamirano menciona otra obra titulada Trabajos electorales.

(Tomado de: Enciclopedia de México)

miércoles, 16 de mayo de 2018

Rafael Altamirano y Crevea


Rafael Altamirano y Crevea



Nació en Alicante, España, en 1866; murió en la ciudad de México en 1951. Cursó la licenciatura en la Universidad de Valencia (1881-1886) y el doctorado en derecho en la Universidad de Madrid (1887). Trabajó en el Museo Pedagógico Nacional (1888-1917) y en la Facultad de Derecho, como profesor auxiliar de Francisco Giner de los Ríos. En el Museo de Historia de España realizó trabajos de investigación documental y epigrafía. A iniciativa suya se creó en Oviedo la Extensión Universitaria (1892-1912), imitada por otras universidades.

Viajó por América (1909-1910) y asistió a las fiestas del Centenario de la independencia de México (1910). Vuelto a España, fue director del Seminario de Historia de América del Centro de Estudios Históricos de la Universidad de Madrid. Enseñó historia de las instituciones políticas y civiles de América en la Universidad de Madrid (1914-1920). Fue presidente del instituto de Derecho Comparado (1919) y miembro del Comité de Juristas que preparó para la Sociedad de Naciones el proyecto de Tribunal Permanente de Justicia Internacional, con sede en La Haya (1920), del que fue juez en 1921-1929 y 1930-1940.

A sus instancias, se creó la Conferencia Internacional de Enseñanza de la Historia, que presidió de 1932 a 1936. La Guerra Civil Española (1936-1940) y la invasión alemana de los Países Bajos (1939-1945) hicieron que se trasladara a Bayona, Francia (abril 1940-enero 1944), y de allí a Lisboa y Nueva York, pudiendo refugiarse en México a fines de 1945. Sustentó aquí conferencias en la Facultad de Filosofía y Letras (1946), siguió escribiendo y colaboró con la Comisión de Historia del Instituto Panamericano de Geografía e Historia. Dejó varias generaciones de alumnos españoles y latinoamericanos.

Autor fecundísimo, escribió para numerosos periódicos y revistas españolas y extranjeras a partir de 1886. Entre conferencias, artículos y libros, pasan de 430 sus títulos, que comprenden novela, crítica histórica, relatos, arte, biografías, crítica literaria, derecho comparado e internacional, pacifismo, historia de España y de América, bibliografía y pedagogía. Parte de su producción quedó resumida en: Obras Completas... (15 volúmenes). En México colaboró en las revistas Hoy, Universidad, Filosofía y Letras, Orbe, Mediterráneo, y Cuadernos Americanos y son de interés para la historia mexicana sus libros: España en América (Valencia, 1909), Interpretación histórica de dos hechos esenciales de la colonización española en América (Madrid, 1929), Técnica de la Investigación del Derecho (1934), Análisis de la Recopilación de las Leyes de Indias (Buenos Aires, 1941) y Los Cedularios como fuente del conocimiento del Derecho Indiano (1940-1945).


(Tomado de: Enciclopedia de México, tomo 1)

viernes, 23 de marzo de 2018

Francisco Javier Alegre





Jesuita, nació en el puerto de Veracruz en 1729; murió en Bolonia, Italia, en 1788. Estudió retórica y filosofía en la ciudad de Puebla, en el Real Seminario de San Ignacio, y a los 17 años de edad entró en la Compañía de Jesús haciendo su noviciado en Tepotztlán. Fue profesor de gramática en México y Veracruz, de retórica en la Habana y de cánones en Mérida. Más tarde fue llamado a México para que continuara la Historia de la Provincia, empezada por el padre Francisco de Florencia (1620-1695). Al ocurrir la expulsión de los jesuitas en 1767, partió desterrado a Italia. Consumado políglota, sabía hebreo, griego, latín, francés, inglés e italiano. Era, además, erudito en patrística, teología y filosofía escolástica y moderna, en matemáticas y en temas de la antigüedad clásica. Dejó escritas Alexandrías (1775), Homeri Ilias, latino carmine expressa (1776), institutionum Theologicarum libri XVIII (1789) y otras obras que permanecen inéditas. Poseedor de un estilo pleno de gallardía, facilidad y elegancia, sobresalió como prosista latino. Rehizo totalmente la historia de la Provincia de Jesús en Nueva España que había dejado Florencia, “dándonos la más hermosa crónica religiosa de cuantas se escribieron en Nueva España”, según dijera de ella Gabriel Méndez Plancarte. Obra de abundante documentación, excelente por el método y el estilo, fue escrita de 1764 a 1767. Constituye la fuente más completa acerca de la actividad misional y evangelizadora de los jesuitas en territorio mexicano.

(Tomado de: Enciclopedia de México, Tomo I)