La Historia de Mexico y de los mexicanos como se ha escrito: a través de diarios, de proclamas, de actas, de folletos, de libros. Los testimonios, los datos fríos, los análisis, las letras espontáneas de los corridos. Finalmente, nuestra historia. ¡No nos pierdas la pista!
Parecía que se dedicaría a los negocios de su familia, pero este artista de ascendencia libanesa prefirió primero el canto y luego la actuación con mucho éxito. Dueño de un estilo original fue ídolo de la radio antes de entrar al cine. Su primera película estelar fue La feria de las flores, en 1942, dirigida por José Benavides. Interpretó a uno de los enamorados de María Félix en La mujer sin alma (1943). Entre los melodramas de mayor éxito en su carrera, se encuentra Hipócrita, con Leticia Palma, en 1949. También fue figura importante en teatros de revista y conductor de televisión. Estuvo casado con la desaparecida actriz Esther Fernández.
Mauricio Peña.
(Tomado de: Peña, Mauricio. La época de oro del cine mexicano, de la A a la Z. Somos uno, 10 aniversario. Abril de 2000, año 11 núm. 194. Editorial Televisa, S. A. de C. V. México, D. F., 2000)
Desde joven llegó a México con una compañía teatral y se incorporó al cine nacional especializándose en papeles de cantinero, cura o mayordomo, en los cuales lo vimos en películas como Amor Perdido (1950) con Amalia Aguilar; La mujer sin lágrimas (1951), al lado de Libertad Lamarque; Los enredos de una gallega (1951), cuya protagonista era Niní Marshall, entre otras. Fue uno de los actores secundarios con mayor demanda. Es recordado por su creación del mayordomo que pretende seguir los pasos de Pedro Infante en Escuela de vagabundos (1954). Su aspecto cordial le aseguraba trabajo constante. Sus conocimientos en arte dramático lo llevaron a montar una escuela para actores al retirarse del cine.
Mauricio Peña.
(Tomado de: Peña , Mauricio. La época de oro del cine mexicano, de la A a la Z. Somos uno, 10 aniversario. Abril de 2000, año 11 núm. 194. Editorial Televisa, S. A. de C. V. México, D. F., 2000)
Actriz pionera del cine mexicano. Estudió canto y pudo haber sido una figura en la ópera, pero probó suerte en las películas; su debut sería como "extra" en Santa (1931). En 1940, el director Juan J. Ortega le ofreció su primer estelar en Flor de fango. Fue el cineasta Juan Bustillo Oro quien descubrió sus capacidades para la comedia en El sombrero de tres picos (1943), la cual filmó al lado de Joaquín Pardavé. Con ese mismo actor y con Fernando Soler protagonizó México de mis recuerdos, dirigida por Bustillo Oro, en 1943. Fue así que empezó la corriente fílmica denominada "la nostalgia porfiriana", pues sus historias se desarrollan a principios de siglo. En esas películas, la actriz se dedicaba a interpretar las canciones más famosas de la zarzuela. La cinta más representativa de su trayectoria -la cual incluyó más de 100 títulos- es La reina de la opereta (1945), de José Benavides. El título de este filme se convirtió en el sobrenombre con el cual fue conocida. Casada y con hijos, sólo tiene una heredera que lleva su nombre artístico, Sofía Álvarez, su nieta, quien es esposa de Héctor Bonilla.
Mauricio Peña.
(Tomado de: Peña, Mauricio. La época de oro del cine mexicano, de la A a la Z. Somos uno, 10 aniversario. Abril de 2000, año 11 núm. 194. Editorial Televisa, S. A. de C. V. México, D. F., 2000)
Siempre con gran porte, reflejo de su fuerte personalidad, y dueño de una mirada profunda, tenía todos los atributos del galán típico de los años cuarenta. El bigote recortado y el cabello cuidadosamente engomado fueron distintivos de su estilo en cada película. Siempre lució bien con el traje de charro, y en su etapa de catrín al estilo gángster se distinguió por su elegancia y el corte perfecto de su traje negro a rayas.
Una carrera llena de éxitos, con caracterizaciones en las que fue charro, caudillo, galán y hasta policía motorizado con Pedro Infante en las ya clásicas películas de Ismael Rodríguez, A toda máquina y ¿Qué te ha dado esa mujer? (1951), donde formaron una pareja que pasó a la historia, son una muestra de la versatilidad de uno de los actores que ha recorrido casi todos los géneros en el cine nacional. Incluso pasó por la comedia, al lado del gran Tin Tan, en las películas Locos peligrosos (1957) de Fernando Cortés, Detectives o ladrones (1966), de Miguel Morayta y Duelo en el Dorado (1968), de René Cardona.
También compartió créditos en 1952 con Jorge Negrete en Tal para cual, y fue precisamente Negrete quien le dio su primera credencial de la ANDA, por ello y por actuar junto a él al inicio de su carrera, Luis lo consideraba su hermano mayor.
Hombre solidario con el gremio, bondadoso y humilde, a pesar de que compartió créditos con las grandes estrellas de la época de oro del cine mexicano, Luis Aguilar es una leyenda viva de la cinematografía nacional.
[Falleció en 1997]
(Tomado de: Peña, Mauricio - Somos Uno, especial de colección, Las 100 estrellas del siglo XX. Año 7, núm. 1. Editorial Eres, S.A. de C.V., México, D.F., 1997)
Galán de fina presencia Siguiendo una tradición de las familias de abolengo, y él nació dentro de una de ellas, en Guadalajara, estudió la carrera de Diplomático y cuando entregó a su madre el título obtenido con honores, se siguió con lo que le interesaba profundamente: ser actor. Luchando contra la corriente de opiniones, por ser el hijo de María Félix, parecía tener al principio de su carrera poco futuro, no obstante que la primera vez que apareció frente a una cámara lo dirigió Luis Buñuel en Simón del desierto. Vino después el debut formal en Los cuervos están de luto, y otras cintas, hasta que dio el campanazo, como se dice, con Los Caifanes, al lado de Julissa, Ernesto Gómez Cruz, Óscar Chávez y Eduardo López Rojas. La popularidad que le dio el cine fue capitalizada al entrar en el universo de las telenovelas y allí suman muchos títulos de los que sobresale Rina, con Ofelia Medina, donde probó que aparte de ser un galán de fina presencia, también era muy buen actor. En el teatro sobresalen dos triunfos grandes para él, Culpables, y el musical El hombre de la Mancha.
(Tomado de: Peña, Mauricio - Somos Uno, especial de colección, Las 100 estrellas del siglo XX. Año 7, núm. 1. Editorial Eres, S.A. de C.V., México, D.F., 1997)
Rubia, sensual y buena actriz, así es como se le calificaba a partir de su primer triunfo estelar cinematográfico: Un extraño en la escalera. Le habían confeccionado una blusa que parecía más bien pintada sobre su cuerpo en el momento de un aguacero por las calles de La habana, cuando conoce a su compañero de historia, interpretado por Arturo de Córdoba.
Fue el momento en que ella se consolidó como un símbolo sexual en el cine. En otras películas era La sospechosa, La adúltera, en pocas palabras, una mujer que podía despertar una Locura pasional, se merece algo más que una simple nota en estas páginas, porque Silvia Pinal ha sido una de las estrellas más sólidas ¡y taquilleras!, que ha tenido el cine mexicano para dar al público de nuestro suelo y el extranjero.
Cuando había recorrido una gama muy amplia de personajes, situados casi siempre dentro de dos géneros: el melodrama y la comedia, ya estaba lista para la exportación. Primero vino una curiosa cinta que se filmó en Chile, Cabo de Hornos, y después saltó a España e Italia para alternar con los mejores de uno y otro país, ya fuese Fernando Rey, Francisco Rabal, Adolfo Marsillach o el mismo Vittorio de Sica, con el que filmó una comedia de la serie Pan, amor..., que llevó su nombre, pues no en vano era la protagonista: Pan, amor y Silvia.
Cuando su nombre se relaciona con el teatro no puede olvidarse, por supuesto, las obras musicales: Mame, ¡Annie es un tiro!, ¡Qué tal, Dolly! Su romance con la televisión ha corrido paralelo durante varias décadas con su actividad en el cine. La han dirigido verdaderos maestros en todos los terrenos, pero el más acertado, sin duda, fue Luis Buñuel, porque gracias a Viridiana, una de las tres películas que filmaron juntos, Silvia Pinal es conocida en todo el mundo.
(Tomado de: Peña, Mauricio - Somos Uno, especial de colección, Las 100 estrellas del siglo XX. Año 7, núm. 1. Editorial Eres, S.A. de C.V., México, D.F., 1997)
El genio del humorismo de raíces nacionales en nuestro cine. El primer gran ejemplo del artista que se convierte en multimillonario gracias a sus películas. Cuántas hazañas y triunfos logrados por un hombre de cuna humilde.
De las carpas a los foros fílmicos, Cantinflas encontró la clave exacta, precisa, para trasladar la picardía de los marginados y convertirla en estilo que nadie ha igualado, aunque hayan tratado de imitar.
Cada una de las etapas de su carrera satisfacen el gusto del público de diferentes clases sociales. La más auténtica es aquella clase de espectador que lo admiró en los escenarios polvorientos: las carpas, fueron ellos quienes lo hicieron ídolo primero.
El siguiente grupo social que siguió a Cantinflas era el mismo que se asombraba en la década de los treinta con el avance del cine mexicano, y que creía en los supuestos avances del país: la clase media; aquel público que lo veía en Águila o sol, o en El signo de la muerte. En ese momento, el cómico todavía tenía gran sabor popular, pues provocaba la carcajada para hacernos olvidar el hambre, recurriendo a esa parodia de la arenga política, que es la forma "cantinflesca" de hablar. Sus seguidores se multiplicaron por millones.
Las mejores décadas del cine de Cantinflas incluyen películas como Ni sangre ni arena, Puerta joven, un día con el Diablo, Ahí está el detalle. Luego viene la etapa en que debido a su fama internacional se atreve a hablar en inglés, e incluso le permiten repetir sus rutinas como ocurrió en La vuelta al mundo en 80 días o en Pepe. El "peladito" se transforma en un hombre de una pulcritud sospechosa y al servicio de un discurso demagógico que se alejaba de lo estrictamente cinematográfico. Después de su muerte se le ha sabido revalorar y reubicar, sobre todo entre los jóvenes. Eso es lo más fabuloso y lo que contribuye a aumentar el tamaño de su leyenda.
(Tomado de: Peña, Mauricio - Somos Uno, especial de colección, Las 100 estrellas del siglo XX. Año 7, núm. 1. Editorial Eres, S.A. de C.V., México, D.F., 1997)