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jueves, 28 de noviembre de 2024

Mexicanos en Estados Unidos, historia de una minoría IV Arizona


Mexicanos en Estados Unidos, historia de una minoría IV 

Arizona 

La colonización de Arizona provino del norte del estado mexicano de Sonora y comenzó en los siglos XVII y XVIII, por una serie de misiones que abrieron los valles de los ríos de San Miguel, Altar, Santa Cruz y San Pedro. Continuó el proceso de colonización más que nada en forma de latifundios, sujetos a continuas invasiones de los indios. Cuando en 1751 se retiraron temporalmente las tropas mexicanas, las incursiones de los apaches arrasaron casi toda la provincia, cuya extensión cubría casi todo lo que ahora es Arizona. Un precario equilibrio de fuerzas militares se logró después, y entonces lentamente, en los años posteriores, los indios lograron otra vez la superioridad, al grado de que, en 1856, casi todos los colonos de Arizona vivían en la ciudad fortificada de Tucson, para protegerse.

En Arizona el cambio a la supremacía anglo fue menos doloroso que en otras partes, porque había muy pocos residentes mexicanos. En la década de 1880 el colapso final de la resistencia de los indios coincidió muy estrechamente con el principio de la minería a gran escala y la construcción de ferrocarriles. Los pocos mexicanos que vivían en Arizona no fueron lo suficientemente numerosos para alimentar el apetito insaciable de mano de obra barata. Se importaron miles de brazos más por medio de los mercados de trabajo de Laredo y de El Paso. En esta forma el modelo texano de transición al trabajo asalariado apareció muy pronto en Arizona, y con él la lúgubre sucesión de linchamientos, asesinatos impunes y actos de cuerpos de vigilantes, contra una población de clase trabajadora a la que se consideraba de raza diferente.

Los lineamientos de la colonización de Arizona se caracterizan por el gran número de poblaciones mineras aisladas, casi todas ellas formadas por una gran mayoría de mexicanos. Algunos eran nativos, otros fueron importados. Otros más probablemente llegaron a las minas cuando estas abrieron o se cerraron por la misma compañía, que tenía pertenencias en diferentes partes.

Estas poblaciones formadas por empresas mineras empezaron a aparecer en gran número allá por 1880, casi siempre en lugares sumamente aislados como eran Tubac, Miami, San Manuel, Mamooth, Walker, Dewey, Morenci, Duquesne, Metcalf, Ajo, Bluebell y muchos otros. Algunas todavía existen, otras se han convertido en poblaciones fantasmas. Los puestos mineros avanzados también dieron ímpetu a la creación de numerosas poblaciones mayores de Arizona como Bisbee, Prescott y Douglas. Generalmente las poblaciones mineras estaban totalmente aisladas de la sociedad normal americana de la época. Algunos de estos pueblos o eran muy pequeños o estaban por entero bajo la férula de un solo patrono, que no proveía sino los más rudimentarios servicios públicos. Desde el principio hubo una separación rígida por ocupaciones, que implicaba la segregación de los mexicanos de los anglos, con caracteres discriminatorios adicionales, como la implantación de un horario especial para mexicanos en las tiendas de las compañías.

El cobre fue el producto mineral más importante de Arizona y su explotación aumentó rápidamente debido a la gran demanda nacional de equipo eléctrico. En pequeña escala existía también la ganadería y el cultivo de algodón, pero a causa de la aridez de las tierras, estas actividades eran arriesgadas e implicaban costos muy altos. Los mismos intereses que controlaban la economía, controlaban políticamente el gobierno del territorio. En estas regiones del oeste de los Estados Unidos, tan aislados del resto del país, no podía ser de otra forma. Los gobiernos territoriales eran brevemente definidos como "malos gobiernos" por un Congreso lejano, que no tenía responsabilidad alguna para con los habitantes; se disponía apenas de presupuestos limitados para destacamentos militares, servicio indígena, construcción de carreteras y rutas postales, y de una administración pública frecuentemente inadecuada y corrupta.


(Tomado de: W. Moore, Joan - Mexicanos en Estados Unidos (historia de una minoría). Cuadernos Mexicanos, año II, número 92. Coedición SEP/Conasupo. México, D.F., s/f)

lunes, 24 de abril de 2023

Mexicanos en Estados Unidos, historia de una minoría I

 


Mexicanos en Estados Unidos, historia de una minoría I

La historia de la minoría mexicana es distinta a la de cualquier otro grupo minoritario norteamericano. El único paralelo cercano es el de los indios americanos, y aún ahí, encontramos pocas semejanzas. Los mexicanonorteamericanos se convirtieron en minoría por conquista, no mediante la inmigración a este país como gente subordinada. El comienzo de la historia de los mexicanonorteamericanos que data del siglo XIX, es la relación de cómo se convirtieron en pueblo subordinado. Como veremos, el proceso varió ligeramente en cada uno de los estados fronterizos: Texas, Nuevo México, Arizona y California. El comienzo de esta historia, con sus importantes variaciones de estado a estado, sentó las bases de la inmigración que vino de México, en mayor escala, en el siglo XX, e influyó en el papel económico, político y social que podían desempeñar los mexicanonorteamericanos.

Es casi imposible escribir una historia coherente relativo a cualquier minoría norteamericana. La historia se nutre normalmente de documentos, en los que los mexicanos aparecen sólo ocasionalmente y por casualidad, cuando reaccionan o actúan frente a un interés o acción de la sociedad en sentido más amplio. Con la excepción de Nuevo México, no hay ningún registro de los actos de la minoría mexicana en el desarrollo de los eventos económicos y sociales de la historia de los Estados Unidos. Aun los estados fronterizos, hasta hace poco tiempo, estuvieron aislados y alejados de los principales acontecimientos de la historia de los Estados Unidos. Se puede decir que la repentina aparición de los mexicanonorteamericanos en la conciencia americana es sólo un aspecto de la repentina aparición de la región entera en un panorama nacional con estrecha interdependencia.

Principio de la historia de los mexicanos: hasta 1900

La historia de esta minoría comienza cuando los estados fronterizos pasaron a los Estados Unidos. Esto ocurrió por medio de rebelión (en Texas), después de una guerra entre México y los Estados Unidos (Texas, [California] y Nuevo México), y por adquisición (Arizona y Nuevo México). En el período transcurrido entre la Batalla de San Jacinto, en 1836, y la compra Gadsden de 1853, los Estados Unidos adquirieron los actuales estados de Texas y Nuevo México y parte de Colorado, Arizona, Utah, Nevada y California.

En este enorme escenario, en esa época, no había más que un puñado de actores. Si observamos el número aproximado de mexicanos que había en cada uno de esos estados, cuando pasaron a depender de los Estados Unidos, comenzaremos a entender la experiencia diversa de los mexicanos en cada zona. Había quizás 5,000 mexicanos en Texas, 60,000 en Nuevo México, no más de 1,000 en Arizona y tal vez 7,500 a lo largo de California. Existían también algunos poblados en lo que es ahora Colorado, pero muy pequeños, y estaban demasiado aislados para que los tomemos en cuenta.

Generalmente, los pobladores mexicanos se establecieron en forma semejante a las varillas de un gran abanico: penetraron al sudoeste a través de los pasos montañosos y los valles de los ríos. El "abanico" que formaron sus poblaciones abarcó más de 3,200 kilómetros en su extremo norte, pero en muy pocos lugares se extendió más de 240 kilómetros al norte de la frontera mexicana. Estos primeros pobladores españoles establecieron pequeños núcleos cerrados, fáciles de defender, en valles estratégicos en las riberas fértiles y en otras típicas ubicaciones fronterizas. Tres factores casi siempre determinaron la elección del sitio: la existencia de agua, medios de transporte y protección contra los indios merodeadores.

Desde los primeros años fue esencial protegerse de los indios. Bien pudieron haber existido alrededor de 120,000 indios nómadas en estos territorios. Casi todos los indios del siglo XIX, especialmente las tribus más prósperas de apaches, controlaban por la fuerza casi toda esta región, lo que contribuyó a que se aislaran y mantuvieran intactas las poblaciones e instituciones mexicanoespañolas. Carey McWilliams escribe: "De 1848 a 1887 los angloamericanos estuvieron tan preocupados con los indios que disponían de poco tiempo para dedicarse a la colonización de la región o a la explotación de sus recursos." Sobre todo, las interminables emboscadas, batallas y matanzas acaecidas en los territorios de Nuevo México y Arizona hicieron que a los mexicanos les conviniera la protección de tropas norteamericanas. En 1886, el último de los grupos invasores de apaches cruzó la frontera con México o cayó bajo el dominio de los Estados Unidos. Fue entonces cuando pudo empezar la colonización del sudoeste por los angloamericanos.


I Introducción 

II Texas

III Nuevo México 


(Tomado de: W. Moore, Joan - Mexicanos en Estados Unidos (historia de una minoría). Cuadernos Mexicanos, año II, número 92. Coedición SEP/Conasupo. México, D.F., s/f)

jueves, 28 de abril de 2022

Nueva España: mosaico social

 


La sociedad novohispana estaba compuesta por una amplia variedad de grupos étnicos, entre los que destacaban seis: europeos, criollos, indios, africanos, mestizos y mulatos. Las Leyes de Indias redujeron esa clasificación a cuatro grandes componentes: los blancos españoles, los indios mexicanos, los negros africanos y las diversas mezclas raciales comprendidas bajo la denominación de castas. Según Humboldt, a fines del siglo XVIII había cerca de cinco millones de habitantes en la Nueva España. De éstos, 2 500 000 eran indios, 1 025 000 criollos, 70 000 europeos, 6 100 africanos, y los restantes, más de un millón, conformaban las castas. A fines del siglo XVIII, el 98 por ciento de la población había nacido en el virreinato. 

La legislación colonial asignaba derechos y deberes específicos a cada uno de esos grupos. Desde el siglo XVI, se había impuesto una distinción jurídica y política entre la república de los españoles y la de los indios. Esta legalidad segregacionista prohibía el asentamiento de españoles en los pueblos indígenas y el de los indios en las ciudades españolas. En términos generales, la división tripartita de la sociedad feudal (nobles, plebeyos y esclavos) fue trasladada a la Nueva España, por medio de la distinción racial entre blancos, indios y negros.

No todos los peninsulares alcanzaban una alta posición social, pero todos los blancos, europeos o criollos, eran súbditos privilegiados del reino, y gozaban plenamente de sus derechos y deberes. Los indios, según la legislación colonial, eran rústicos o menores de edad, por tanto, gozaban de derechos y protecciones especiales. Por ejemplo, estaban exentos del servicio militar, de la jurisdicción del Tribunal de la Inquisición, del pago de alcabalas y de otros impuestos. A cambio de ello, como vasallos del rey de España, estaban obligados a dar un tributo personal.

Aunque el matrimonio entre individuos de diferente grupo étnico era socialmente mal visto, y en algunos casos ilegal, el mestizaje creció a través de uniones ilegítimas. A finales del siglo XVIII las castas representaban el 25 por ciento de la población total. Sin embargo, estos grupos fueron declarados "infames de derecho" por las Leyes de Indias: los mestizos por "defecto natal" y los mulatos por la marca indeleble de la esclavitud que les transmitía su ascendencia africana. En ambos casos, esa marca infamante les impedía acceder a los trabajos, oficios y puestos administrativos abiertos a los españoles y a los criollos. No podían -mestizos y mulatos- ser maestros en los talleres llamados obrajes y tenían prohibido portar armas, usar joyas y algunas otras prendas.


(Tomado de: Florescano, Enrique y Rojas, Rafael - El ocaso de la Nueva España. Serie La antorcha encendida. Editorial Clío Libros y Videos, S.A. de C.V. 1a. edición, México, 1996)