Mostrando las entradas con la etiqueta expropiación petrolera. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta expropiación petrolera. Mostrar todas las entradas

lunes, 3 de julio de 2023

Jesús Silva Herzog

 


Jesús Silva Herzog

(1892-1985)


En la ciudad mexicana de San Luis Potosí, capital del Estado del mismo nombre, ciudad de tradición histórica situada en el valle de San Luis, nació, en 1892, el economista Jesús Silva Herzog. 

Empezó sus estudios en el Seminario de San Luis, pero una grave enfermedad ocular lo obligó a abandonar la secundaria. En 1910, cuando Silva Herzog tenía dieciocho años, la Revolución estalló en México, y en pleno desarrollo de este agitado capítulo de la historia del país, su familia lo envió a Estados Unidos tras inscribirlo en la Pain up Town Business School de Nueva York, a la que asistió entre 1912 y 1914.

Al regresar a su ciudad natal, en 1914, escribió en los periódicos El Demócrata y Redención y, tras el triunfo del constitucionalismo carrancista, estuvo a punto de ser fusilado, pero se salvó gracias a su propia defensa realizada ante un consejo de guerra, que lo condenó a prisión. En 1917 fundó en San Luis la revista Proteo y, a finales de este mismo año, decidió mudarse a Ciudad de México, donde se inscribió en la Escuela de Altos Estudios de la Universidad Nacional de México, para graduarse en economía, disciplina de la que habría de ser con el tiempo uno de los especialistas más notables de su generación.


La generación constructiva


La violencia de su espíritu, la claridad de su análisis y su sensibilidad para comprender la realidad de un país dominado por la violencia y las desigualdades sociales, fueron las bases de las que se sirvió Jesús Silva Herzog para sustentar una corriente de pensamiento humanista dentro del país.

La generación de Silva Herzog, denominada constructiva, tuvo gran peso en la vida pública de México, entre los años treinta y cuarenta, y permitió consolidar muchos de los logros revolucionarios, como una expresión de esa generación, el pensamiento de Silva Herzog y la rigurosidad de sus investigaciones pudieron manifestarse en 1928, cuando fundó el Instituto Mexicano de Investigaciones Económicas y la Revista Mexicana de Economía.

Para un hombre de altas miras como Jesús Silva Herzog, la fundación de un instituto de investigación y de una revista no bastaron para crear una corriente de pensamiento capaz de influir en los círculos de decisión. Fue ésta la razón que lo llevó, en 1929, a intervenir en el primer proyecto del plan de estudios de una licenciatura en Economía, que permitiría crear cuadros para la gestión pública y privada.

Por ese entonces, la continuidad del poder había dado lugar a que el grupo gobernante fraguara distintas formas de dominio social, y tomara las medidas necesarias para la transformación de la economía agraria, de las viejas estructuras de la administración y la enseñanza públicas, de la salubridad y los servicios, que permitieron el resurgimiento de una burguesía nacional económicamente fuerte.

En este contexto, Jesús Silva Herzog desarrolló una intensa actividad docente, desde 1931 hasta 1963, como profesor de historia de las doctrinas económicas en la Escuela Nacional de Economía, institución que dirigió entre los años 1940 y 1942. En esta disciplina Silva Herzog publicó, en 1936, Antología del pensamiento económico desde el siglo XVI hasta David Ricardo y, en 1939, Historia y antología del pensamiento económico. Entre 1933 y 1934, durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, ocupó la Subsecretaría de Instrucción Pública.

Como profesor influyente de la Escuela Nacional de Economía, Silva Herzog fundó una nueva revista, Investigación Económica, en la que formuló los lineamientos básicos de su pensamiento económico. En 1942, tras abandonar la dirección de la escuela, creó y dirigió hasta su muerte la prestigiosa revista Cuadernos Americanos, donde analizó aspectos relevantes de la industria petrolera, que ya era por entonces generadora de importantes riquezas, y cuyo control, junto con el del ferrocarril, México había logrado recuperar a través de la gestión del insigne presidente Lázaro Cárdenas. El análisis de la cuestión petrolera fue expuesta fue expuesto más a fondo por Silva Herzog en Petróleo mexicano. Historia de un problema (1941), México y su petróleo: una lección para América (1959) e Historia de la expropiación de las empresas petroleras (1964).

Silva Herzog analizó y mostró también su preocupación por los problemas sociales derivados de la reforma agraria, lo que reflejó en artículos y en libros de gran rigor científico, entre ellos El agrarismo mexicano y la reforma agraria (1959) y Breve historia de la Revolución Mexicana (1960). Los mecanismos aplicados en la reforma agraria, si bien paliaron momentáneamente la situación del campesinado mexicano, según Silva Herzog dejaron sin solución antiguos problemas al tiempo que originaron otros.


Un pensamiento global


Otro de los soportes más interesantes del pensamiento de Jesús Silva Herzog fue la globalidad que daba a sus análisis. Para él, la economía mexicana es una compleja tela de araña en la que se entretejen distintas fuerzas sociales, políticas y económicas en cuyo núcleo se halla el poder institucional, al margen de quien lo ocupe. En este sentido son reveladoras sus obras sobre la historia mexicana, entre las cuales destacan El pensamiento económico en México (1947), Trayectoria ideológica de la Revolución Mexicana (1963), El pensamiento económico, social y político de México: 1810-1964 (1967) y La economía política en México: 1910-1974 (1975).

Los méritos intelectuales de Jesús Silva Herzog y sus aportaciones al progreso económico y cultural del país le abrieron las puertas, en 1948, de El Colegio Nacional y, en 1956, de la Academia Mexicana de la Lengua. Aunque en los últimos años de su vida redujo considerablemente el volumen de trabajo, continuó siendo consultado por altos cargos del gobierno y ejecutivos de grandes empresas nacionales e internacionales, hasta poco antes de su fallecimiento, ocurrido en su casa de Ciudad de México, a los noventa y tres años, en 1985.


1892 Nace en San Luis Potosí, el 14 de noviembre, Jesús Silva Herzog.

1922 Se gradúa en economía en la Escuela de Altos Estudios de la UNAM.

1928 Funda el Instituto Mexicano de Investigaciones Económicas y la Revista Mexicana de Economía.

1933-1934 Ocupa la Subsecretaría de Instrucción Pública durante el gobierno de Lázaro Cárdenas

1936 Publica Antología del pensamiento económico desde el siglo XVI hasta David Ricardo.

1942 Crea y dirige la revista Cuadernos americanos.

1959 Publica México y su petróleo: una lección para América.

1975 Se publica La economía política en México: 1910-1974.

1985 Muere el 13 de marzo en su domicilio de Ciudad de México.


(Tomado de: Grandes personajes universales y de México. Océano Grupo Editorial, S. A. Barcelona, España, 1998)

jueves, 16 de marzo de 2023

Comenzó la huelga petrolera, 1937


Comenzó la huelga petrolera

*No se logró un arreglo 

*El sindicato de trabajadores presentó a las empresas sus últimas proposiciones ayer por la noche, pero no fueron aceptadas 

*La bandera rojinegra fue puesta en las oficinas de las compañías.- Hoy se dará a conocer al señor presidente el estado del conflicto


(28 de mayo de 1937)


Hasta las 24 horas de ayer, término fijado para la iniciación de la huelga emplazada por el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, a las empresas cuyos trabajadores pertenecen a dicho sindicato, no se había llegado a ningún arreglo definitivo de los puntos generales que servirían de base para el arreglo del conflicto.

Supimos que ayer, a las once de la noche, los obreros habían presentado unas últimas proposiciones, mismas que no fueron aceptadas por la parte patronal, por lo que a la medianoche dio principio el movimiento, dando comienzo los obreros, desde luego, a la colocación de las banderas rojinegras en todos los establecimientos y oficinas de las compañías petroleras afectadas por la huelga.

En las primeras horas de hoy, el jefe del Departamento del Trabajo informará al señor Presidente de la República sobre el estado que guarda este conflicto, y posteriormente se citará a las partes para ver de llegar a una solución satisfactoria.

Los servicios fijados por la Junta de Conciliación y Arbitraje quedaron, cubiertos debidamente en el momento de estallar la huelga, y los inspectores del trabajo se encontraron en los lugares fijados de antemano para levantar las actas de rigor.

Las informaciones que damos a continuación se refieren a los acontecimientos registrados durante el día de ayer, antes de las 20 horas.

SE DESIGNA AL PERSONAL DE EMERGENCIA 

A las 10 horas de ayer se efectuó, en el grupo número 7 de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, la audiencia a que se había citado a los representantes de las empresas petroleras y a los de los trabajadores, con el objeto de proceder a designar el personal de emergencia, para el caso de que estallara la huelga.

Ya tres de las principales empresas, como son la Compañía Mexicana de Petróleo "El Águila", la Huasteca Petroleum Co. y la Pierce Oil, habían llegado a un acuerdo con los trabajadores para la designación del personal, a fin de que cubra los servicios indispensables. Por esta razón, sólo tuvo que sancionarse lo convenido.

En cuanto a las demás empresas, también llegaron a un acuerdo para la fijación del personal, que es el que tiene que cuidar del movimiento de las bombas, de la seguridad en los edificios destinados a las refinerías, del cuidado de las máquinas y de los tanques, del cierre de los pozos, hasta que puedan ser puestos en explotación de nuevo, y de la conservación de todo lo que representa los bienes de las empresas.

Ya para las trece horas, se había hecho la designación del personal, de acuerdo con el Sindicato de Trabajadores Petroleros, y se corrieron todas las órdenes del caso, para que se hiciera la distribución de los obreros, llegado el momento de la huelga, si estallaba ésta.


(Tomado de: Hemeroteca El Universal, tomo 3, 1936-1945. Editorial Cumbre, S.A. México, 1987)

lunes, 28 de febrero de 2022

Último pago a compañías petroleras, 1943

 

Último pago a las compañías [petroleras norteamericanas]

* Con la entrega de millón y medio de dólares, hecha a la Sinclair Oil Corp., quedó arreglada la transacción.

United Press 

NUEVA YORK, 1° de octubre.- El embajador de México, general Castillo Nájera, hizo entrega hoy a Harry F. Sinclair, presidente de la Sinclair Oil Corp., de un cheque por la suma de 1.500,000 dólares que México se comprometió a pagar en partidas a todas las corporaciones subsidiarias que dicha empresa tenía en México.

El embajador Castillo Nájera estaba acompañado por el secretario de Hacienda, licenciado Eduardo Suárez, y por Salvador Martínez Duhart primer secretario de la embajada, con quienes hizo el viaje desde Washington habiendo llegado a las 3 de la tarde, yendo directamente al Hotel Waldorf-Astoria, de donde posteriormente se dirigieron a las oficinas de Sinclair, en el piso 28 de un edificio de la Quinta Avenida.

ANTE EL RETRATO DE WASHINGTON

La entrega del cheque ocurrió ante el famoso cuadro de Washington obra de Gilbert Stuart, en tanto que los fotógrafos de la prensa imprimían en sus cámaras el momento. Después de la ceremonia, el embajador declaró: "Con esta entrega, queda arreglado el asunto de la transacción petrolera acordada en mayo de 1940 en Washington. Este pacto sirvió para que se supiera que México podía pactar directamente con las compañías, lo cual implica un hecho político de innegable trascendencia".

Al acusar recibo de la última entrega de dinero, de acuerdo con los términos del pacto, Sinclair dijo que él había dicho, desde un principio, que el arreglo era satisfactorio y que tenía la seguridad de que sería cumplido de la mejor manera para ambas partes.

También recordó que la compañía había asumido una postura definida en el sentido de que aun cuando el arreglo era privado, se hallaba de acuerdo con el principio de que México tiene derecho soberano de expropiar cuando haga el ofrecimiento de hacer una justa compensación.

Dijo:

"Este compromiso ha sido ampliamente cumplido y es para mí una satisfacción, como un deber, señor embajador, reconocer esto tras darle las gracias a usted, al Presidente Ávila Camacho y a su gobierno por el exacto cumplimiento de las obligaciones fijadas en el acuerdo de 1940".

Aun cuando el embajador hizo entrega del cheque a Sinclair, la Standard Oil Co., de New Jersey, anunció igualmente la aceptación del arreglo y por lo tanto, recibirá la cantidad de 18.392,651 dólares, más los intereses, que ascienden a 3.940,843 dólares.

Dice la declaración: "Después de que agotamos todos los recursos legales para llegar a un arreglo satisfactorio, el Gobierno de Estados Unidos inició las negociaciones con el de México, con el fin de resolver todas las reclamaciones por las propiedades americanas afectadas por la expropiación".

CONFIANZA EN NUESTRO GOBIERNO

Habiendo aceptado ya la Standard Oil, es de esperarse que las demás compañías americanas hagan lo mismo. Posteriormente, el embajador y Sinclair manifestaron: "Esta ocasión es por demás afortunada para México y para la empresa que represento. Como muchas veces lo dije, siempre tuve confianza implícita en el Gobierno de México, confianza que se ha visto confirmada por la realidad". Después de la entrega del cheque, los tres funcionarios mexicanos permanecieron charlando con Sinclair y los otros altos funcionarios de la empresa. El embajador dijo que regresará mañana a Washington. Duhart permanecerá durante algunos días para completar todos los detalles del pago final.


(Tomado de: Hemeroteca El Universal, tomo 3, 1936-1945. Editorial Cumbre, S.A. México, 1987)


martes, 4 de diciembre de 2018

Narciso Bassols

 
 
Nació en Tenango del Valle, Estado de México, en 1897; murió en la Ciudad de México en 1959. En 1907 entró al Colegio de San José, en la capital de la república, cuando su padre era juez de Chalco; en 1911 a la Escuela Nacional de jurisprudencia. Antonio Caso expidió esta constancia: "En el año académico de 1916 Narciso Bassols fue el más distinguido de mis alumnos, por su clara inteligencia y su dedicación ejemplar". Dio clases de lógica y teoría del conocimiento en la Preparatoria y en 1919 se recibió de abogado. Ese año abrió un bufete junto con Joaquín Álvarez Icaza y fundó y se hizo cargo de la cátedra de Garantías y Amparos en Jurisprudencia. A partir de 1921 litigó ya solo y en 1925 se le nombró consultor del Departamento de Salubridad, primero, y luego secretario general del gobierno del Estado de México, al lado de Carlos Riva Palacio, por cuya causa dejó su despacho en manos de Ricardo J. Zevada, hasta junio de 1926 en que renunció a éste último cargo y volvió al ejercicio de su profesión y a sus clases. Por encargo del secretario de Agricultura y Fomento, redactó la Ley de Dotaciones y Restituciones de Tierras y Aguas, reglamentaria del art. 27 constitucional (27 de abril de 1927) y publicó la Nueva Ley Agraria. En febrero de 1929 fue nombrado director de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional, donde creó la clase de derecho agrario y la Sección de Economía (antecedente de la Escuela de esa especialidad) e implantó los exámenes trimestrales. Esta última disposición provocó la huelga estudiantil que habría de conducir a la autonomía universitaria. En 1930-1931 intervino en la redacción de la Ley sobre la Liquidación de los Antiguos Bancos de Emisión, sosteniendo la tesis de que los billetes de esas instituciones que no se canjearan por bonos de la deuda bancaria, prescribirían en favor de la Nación, y presidió el comité liquidador.

El 21 de octubre de ese año el presidente Ortiz Rubio lo nombró secretario de Educación Pública, y el 4 de septiembre de 1932 lo ratificó en su puesto el presidente Rodríguez. Durante su gestión, se trató de introducir en los planes de estudios ciertas nociones sexuales para orientación de la juventud, se clausuraron las escuelas primarias que violaban el presentó de la enseñanza laica y se presentó al Congreso la iniciativa del nuevo art. 3° de la Constitución, todo lo cual le acarreó la animosidad de los organismos confesionales y de buena parte de la prensa. Aun siendo ministro, siguió auxiliando al Ejecutivo en materias de legislación, pues redactó en esa época la ley que creó Petromex. En un clima de grave agitación, renunció el 9 de mayo de 1934, pero ese mismo día fue designado secretario de Gobernación, cargo del que separó el 30 de septiembre siguiente (un día después de las elecciones generales) para no firmar el decreto que autorizaba el funcionamiento de garitos en los límites del Distrito Federal. Tras un viaje a Estados Unidos, el presidente Cárdenas lo nombró secretario de Hacienda el 1° de diciembre de 1934. En el curso de 7 meses hizo la reforma monetaria, modificó las leyes de impuestos y de crédito y las relativas al Banco de México, Pipsa, Seguros de México, Crédito Popular y Ferromex; preparó las leyes de seguros que después se promulgaron, obligó a la Compañía de Petróleo El Águila a cumplir con sus obligaciones fiscales, e impidió que los generales y políticos influyentes siguieran haciendo negocios. El 15 de junio de 1935, sin embargo, renunció "por lealtad al general Calles". En noviembre siguiente, el presidente Cárdenas lo nombró ministro en Londres y representante ante la Sociedad de Naciones, desde cuya tribuna defendió con tenacidad a Etiopía y a España, víctimas de la agresión fascista. A su regreso (principios de 1937), fundó la Editorial Revolucionaria, que publicó Bajo el hacha del fascismo de G. Salvemini, El dinero de Emile Burns, Geografía del capitalismo de W. G. Moore, ¿Puede durar el capitalismo? De Frederick Allen y otros títulos. Vinculado a Lombardo Toledano en la Universidad Obrera, marchó a España representando a la CTM ante la UGT y la CNT, para estar más cerca de las fuerzas republicanas durante la guerra civil; y luego a Oslo, en 1938, en compañía del propio Lombardo Toledano, para solicitar la solidaridad de la Federación Sindical Mundial en ocasión de la expropiación petrolera. En el otoño de ese año fue nombrado ministro de México en Francia, en cuyo carácter organizó el rescate de poco más de 10 mil republicanos españoles, detenidos en campos de concentración, y su envío a México en calidad de asilados. Vuelto al país a fines de 1940, el presidente Ávila Camacho le propuso ser Ministro de la Suprema Corte de Justicia. "Mutilaría mi pensamiento -le contestó Bassols- si no le dijera que pesa en mi ánimo la convicción de que no debo aparentar una identificación política, que no siento, con las directrices que ha marcado usted a su gobierno... Más que una obra administrativa o judicial, creo estar obligado a desplegar enérgica acción de combate". Y en efecto, pronto fundó la Liga de Acción Política y su órgano Combate, semanario que hizo la crítica del revisionismo hasta agosto de 1941, en que las condiciones creadas por la Segunda Guerra Mundial lo obligaron a suspenderlo. La Liga, sin embargo, se mantuvo activa, y en 1943 lanzó como candidatos a diputados por el Distrito Federal al propio Bassols, a Víctor Manuel Villaseñor y a José E. Iturriaga, cuya elección popular fue escamoteada. A principios de 1944 hizo un viaje particular a Suramérica y en noviembre siguiente fue nombrado embajador en Moscú, hasta el 10 de mayo de 1946, en que regresó a México. En 1947 ayudó a crear el Partido Popular, del que fue vicepresidente, pero del cual se separó el 11 de octubre de 1949 al advertir que ese organismo estaría representado en el Congreso sin que hubiera mediado una verdadera reforma electoral. El propio año de 1949 concurrió en París, representando al general Lázaro Cárdenas, a la reunión que creó el Consejo Mundial de la Paz. En 1950 tradujo Keynes, economista vulgar. Cinco ensayos de autores extranjeros. Fue consejero del presidente Ruiz Cortines, pero dimitió al ocurrir la devaluación monetaria de 1954. En los años siguientes y hasta su muerte promovió la participación de distinguidos mexicanos en reuniones tales como el Congreso por el Desarme y la Cooperación Internacional, o bien en organismos como el Comité Mexicano Impulsor de la Lucha por la Paz, antecedente del Movimiento de Liberación Nacional. Murió en un accidente el 24 de julio de 1959. A lo largo de su vida escribió discursos, dictámenes, fundamentaciones, iniciativas, alegatos, ensayos y artículos que fueron recogidos en 1964 en Narciso Bassols: Obras, con introducción de Jesús Silva Herzog y preámbulo de Alonso Aguilar y Manuel Mesa.

(Tomado de: Enciclopedia de: Enciclopedia de México, tomo 2)