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martes, 4 de junio de 2019

Ramón Corona



Nació en Tuxcueca y murió asesinado en Guadalajara, ambas del Estado de Jalisco (1837-1889). En 1858, cuando trabajaba en el mineral de Montaje, entonces del cantón jaliscience de Tepic, decidió afiliarse al partido liberal y hacer armas contra el cacique Manuel Lozada, aliado de los conservadores. Al frente de algunos hombres, se apoderó de Acaponeta en diciembre; se incorporó al coronel Bonifacio Peña en Escuinapa; juntos libraron el combate de El Espino, donde éste perdió la vida; asumió el mando de la tropa (a los 22 años de edad), tomó Tepic el 11 de junio de 1859, pero tuvo que abandonar la plaza ante la proximidad del general Leonado Márquez. En mayo de 1860 participó en la batalla de Santiago Ixcuintla, viajó con su cuerpo de ejército hasta Sayula, para reunirse con el gobernador Ogazón, y en enero de 1861, ganada ya la Guerra de Tres Años, volvió a territorio nayarita para continuar la campaña contra Lozada. Jefaturó sucesivamente el Batallón Degollado y la Brigada de Tepic. Organizó tres ofensivas contra el caudillo serrano, pero sólo obtuvo triunfos parciales. En 1863, invadido ya el país por los franceses, careció de recursos oficiales para mantener a sus soldados; organizó la Guardia Nacional en los pueblos que controlaba y dos veces fue a entrevistar al presidente Juárez, en San Luis Potosí, haciendo penosos recorridos por mar y tierra, para solicitar auxilios que no obtuvo. Mientras el cantón de Tepic quedaba en manos de Lozada, apoyado por los intervencionistas, Corona se incorporó en Jalisco a las fuerzas de Arteaga y Lopez Uraga. A partir de 1863 promovió y dirigió guerrillas y hostilizó al enemigo. El 15 de mayo de 1866 el presidente Juárez lo nombró general en jefe del Ejército de Occidente, formado a ritmo de la larga lucha contra los imperiales. Brigadas de este ejército derrotaron a los franceses en Palos Prietos (12 de septiembre de 1866), Mazatlán (ocupado el 13 de noviembre, tras un estrecho sitio) y la Coronilla (18 de diciembre), de modo que pudieron entrar a Guadalajara (día 21), limpiar de enemigos toda la entidad, hasta Colima (enero y febrero de 1867), avanzar sobre Querétaro (6 de marzo) y participar en el sitio y toma de la plaza que puso fin al imperio.


A principios de 1871 Corona se hizo cargo de la comandancia militar de Jalisco y el 28 de enero de 1873, al mando de 2,200 hombres, derrotó en La Mojonera, a 5 kilómetros de Chapala, a los 8 mil indígenas guerreros de Lozada, que habían proclamado un Plan libertador e invadido el Estado desde la Sierra de Alica. Luego persiguió al caudillo nayarita, durante 6 meses, en lo más intrincado de la tierra, hasta que al fin éste cayó prisionero y fue fusilado en Tepic el 19 de julio. En 1874 Corona fue nombrado ministro plenipotenciario en España y Portugal. Regresó a México el 10 de abril de 1885 y el 28 de enero del año siguiente fue postulado candidato al gobierno de Jalisco. Triunfante en los comicios, asumió el poder el 1° de marzo de 1887. Durante su administración fundó el Monte de Piedad y Caja de Ahorros; promulgó el Reglamento de Instrucción Primaria, según el cual las escuelas serían pagadas por el Estado; aumentó el número de planteles de 200 a 423; inició la práctica de visitar las poblaciones para conocer y resolver sus necesidades; expidió la Ley del Notariado; abolió las alcábalas (10 de octubre de 1887); impulsó la construcción del ferrocarril México-Guadalajara, inaugurado el 15 de mayo de 1888; reformó la Escuela de Medicina; gestionó el establecimiento de una sucursal del Banco de Londres y México; construyó el mercado que llevó su nombre, organizó la administración y equilibró las finanzas públicas. El 10 de noviembre de 1889, cuando se dirigía al Teatro Principal en compañía de su esposa, para concurrir a la representación de Los Mártires de Tacubaya, fue agredido a puñaladas por Primitivo Ron, un joven normalista de 22 años de edad que luego se quitó la vida. Corona murió al día siguiente y el Congreso lo declaró Benemérito del Estado en grado heroico.




(Tomado de: Enciclopedia de México, Enciclopedia de México, S. A. de C. V. D. F., 1977 tomo III, Colima - Familia)

viernes, 16 de marzo de 2018

Manuel Lozada, el Tigre de Alica



General Manuel Lozada



Nació en San Luis (hoy San Luis de Lozada) en 1828; fusilado en la Loma de los Metates, cerca de Tepic, Nay., en 1873. Hijo de Norberto García y Cecilia González, adoptó el apellido de su tío José María Lozada, con quién vivió desde temprana edad. Fue becerrero en la hacienda de Las Mojarras, de Joaquín Vega, y vaquero en la de Cerro Blanco, de Pantaleón González, a cuya esposa, Ricarda Torres, sirvió de caballerango a la muerte de aquél. Enamorado de María Dolores, hija de Ricarda, se fugó con ella, por lo cual estuvo preso en la cárcel de Tepic. Puesto en libertad, de nuevo fue detenido cuando trató de ver a su amada, y esta vez confinado al presidio de la isla de Mezcala. Otra vez libre, gracias a las gestiones de su madre, partió en busca de la Sierra de Alica. Todas las haciendas de la región le cerraron las puertas por instigaciones de Ricarda Torres, que se sentía ofendida.

Aguijoneado por tenaz persecución, y esquivándola, recorrió varios centros rurales hasta que logró reunir un grupo armado. Un militar de nombre Simón Mariles salió a batirlo, pero al no encontrarlo mandó azotar a la madre de Lozada en la plaza pública. Éste cayó a poco sobre Mariles, lo mandó fusilar después de haberle dado tormento y libertó a sus soldados. A partir de entonces comenzó a tener gran popularidad entre campesinos y vaqueros.

La casa comercial Barrón, Forbes y Cía., de capital inglés, establecida en Tepic, logró conquistar al guerrillero, por mediación de Carlos Rivas, prominente vecino, proporcionándole dinero, armas y parque, con lo cual desde 1857 hostilizó a las tropas del gobierno. El 25 de octubre de ese año tomó Ixtlán, y derrotó más tarde, en el rancho El Ocotillo, al teniente coronel José María Sánchez Román. En septiembre de 1859 dispersó a la tropa del coronel Valenzuela en San Leonel; el 2 de noviembre sitió y asaltó Tepic después de siete días de combates, dominando gran parte de Jalisco, Sinaloa y lo que hoy es el estado de Nayarit. El 7 de abril de 1860 fue vencido por el general liberal Antonio Rojas en barranca Blanca, y en mayo por éste y por Ramón Corona. El gobernador de Jalisco, general Pedro Ogazón, mandó arrasar los pueblos de San Luis, Tequepexpan y Pochotitlán por considerarlos centros principales de la rebelión. Tanto éste como el presidente Benito Juárez expidieron decretos poniendo fuera de la ley a Manuel Lozada y a sus segundos Carlos Rivas, Fernando García de la Cadena Lindoro Cajiga. Pero apenas había transcurrido un mes desde el combate de Golondrinas, cuando los lozadistas amenazaban ocupar nuevamente sus anteriores posiciones.
 
En 1861 una fuerza de 3 mil hombres salió a perseguirlo: la Sección de Tepic y los batallones de “Mina”, “Morelos”, “Guerrero” y “Lanceros de Jalisco”, a las órdenes de los coroneles Rojas, Corona y Anacleto Herrera y Cairo. Mientras penetraban a las montañas en tres columnas, el gobierno pidió a los gobernadores de Sinaloa, Durango y Zacatecas que detuvieran a los sublevados en el límite de sus entidades o se internaran en la sierra para combatirlos. Duros combates se sucedieron durante nueve días en el Paso de Alica, quedando dispersos los lozadeños; pero reorganizados tomaron Tepic, y en mayo de 1861 entró Lozada a San Pedro Lagunillas, donde cometió toda índole de excesos. Ogazón salió a su encuentro, teniendo recios y comprometidos combates en Aguacapan, donde después de vencerlo le ofreció un convenio, pues acababan de llegar a Veracruz las escuadras francesa, española e inglesa, y era imperioso concertar la paz en el interior del país. El 20 de enero de 1862, Carlos Rivas, a nombre de Lozada, y Rafael Valle, representante de Ogazón, firmaron los Tratados de Pochotitlán, por los cuales se acordó disolver los contingentes de Lozada y derogar todas las posiciones las posiciones dictadas en su contra; no perseguir a nadie por cuestiones políticas, nombrar autoridades neutrales en el cantón de Tepic y asumir oficialmente la defensa de los indígenas en las cuestiones de tierras con las haciendas colindantes. Pero como pasaron los meses sin que esas condiciones se cumplieran y Corona tuvo tres encuentros con los lozadeños (en las faldas del Ceboruco, el 30 de mayo, y en otros sitios, el 2 de julio y el 1° de agosto), Lozada recuperó Tepic y volvió a imponerse en todo el cantón.
 
El 15 de agosto de 1863 Lozada firmó en su cuartel de San Luis el Acta de Adhesión al Imperio, porque todos sus enemigos pertenecían l partido liberal y por los compromisos políticos que había contraído con los conservadores. Más tarde Maximiliano expidió las leyes agrarias, del 1° de noviembre de 1865 y del 16 de septiembre de 1866, le mandó regalar su espada de general y un retrato suyo (1864) e hizo que Napoleón III lo nombrara miembro de la “Legión de Honor” (1865), con todo lo cual se ganó sus simpatías personales. Fue así como Lozada coadyuvó en la toma de Mazatlán (noviembre d13 de 1864), al lado del comandante francés L. Kergrist, derrotando a Corona en Espinazo del Diablo (1° de enero de 1865), Concordia (1° de abril) y Cacolotan (18 de abril) y entrando triunfalmente de nuevo a Mazatlán. Mantuvo expedito el camino de Magdalena a Tepic y a San Blas, para que las comunicaciones con aquel puerto no se interrumpieran. El 24 de marzo de 1866 Lozada sorprendió en Guapicori al coronel Perfecto Guzmán, dispersando sus fuerzas, entró a Sinaloa y llegó a Concordia, donde fue atacado por Corona, quien tuvo que retirarse; pero como los imperiales no lo auxiliaron, volvió a Tepic (11 de abril).

Advertido, sin embargo, de que Maximiliano había perdido el apoyo de los franceses, el 11 de julio de 1866 Lozada se declaró neutral, abandonando la Comandancia Superior del Departamento de Tepic, o sea la jefatura de la campaña militar. Convertido en cacique de una inmensa región, organizó la administración pública y trató de resolver los problemas de los indios en materia de propiedad, pero el clero local atenuó sus intervenciones.

Restaurada la República, el presidente Juárez decretó el 7 de agosto de 1867 la erección de un Distrito Militar, dependiente del Gobierno Federal, en lugar del Cantón de Tepic, 7° del Estado de Jalisco, en contra de lo ordenado por la Constitución de 1857 y la local de Jalisco, nombrando jefe político a Juan San Román, quien había presidido una comisión enviada por Lozada a Juárez, reiterándole su reconocimiento como presidente de la República. Poco más tarde, la Casa Barrón, Forbes y Cía. Retiró su apoyo al cacique nayarita. En octubre de 1872 los coroneles Praxedis Núñez y Andrés Rosales, con mil hombres a su mando, desconocieron a su jefe Lozada y fueron a Guadalajara a unirse a Corona. Con este motivo la Presidencia acerca de estos sucesos a Manuel Rivas, jefe político del Distrito por licencia de San Román, quien envió una delegación ante Lerdo de Tejada. Éste les comunicó (11 de diciembre de 1872) que los fallos sobre tierras que había pronunciado el Comité de Estudios y Deslindes, organizado por las autoridades del Distrito Militar, no podían reconocerse, y que debía cesar la protección a los enemigos del gobierno, principalmente a Porfirio Díaz. Lozada convocó entonces a una asamblea popular en San Luis, ya reconstruído, de donde resultó el Plan Libertador de los pueblos de la Sierra de Alica (17 de enero de 1873), desconociendo a los poderes de la Unión. Es probable que en su texto haya tenido injerencia Porfirio Díaz, pues se reprodujeron algunos postulados del Plan de la Noria. Marchó Lozada sobre Guadalajara al mando del Ejército Mexicano Popular Restaurador, según designó a sus fuerzas armadas (6,000 hombres), atacó Tequila (25 de enero) y combatió contra Corona (2,240 hombres) en el rancho de la Mojonera, retirándose derrotado hacia Tepic. Perseguido por el general José Ceballos, con la Brigada Sinaloa, y conociéndose su escondite por testimonio de Rosales y un soldado anónimo, fu aprehendido el 15 de julio de 1873. Se le llevó a San Luis y luego a Tepic, donde fue condenado a muerte. Se le ejecutó en la Loma de los Metates el 19 de julio siguiente. Sus enemigos lo llamaron El Tigre de Alica por sus arbitrariedades, venganzas y crueldades; los indígenas lo tuvieron por caudillo y protector; los nayaritas lo consideran el autor de su independencia local, y no son pocos los autores que le atribuyen haber sido precursor del agrarismo.

(Tomado de: Enciclopedia de México)