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lunes, 5 de junio de 2023

Nuevo impulso a la organización obrera mexicana, 1871


 IV

Nuevo impulso a la organización obrera mexicana


Un grupo de los que se consideraban a sí mismos como portaestandartes de la extrema izquierda en el movimiento obrero fundó el 20 de marzo de 1871 La Social. Dicho grupo lo constituyeron Rhodakanaty, Zalacosta, Velatti, Castro, Ordóñez y otros. Pero veamos en qué consistía su "izquierdismo". Las finalidades contenidas en el programa de La Social se expresaba así: "Reuniremos a todos aquellos elementos adictos a la clase socialista, que sean perseverantes que tengan un principio de moral y fines altruistas y elevados, que amen el sentimiento de caridad y siempre socorran al pobre y al oprimido como si se tratara de sí mismos".

En su manifiesto de abril 15 de 1871, decía: "no es posible poder presentar, desde luego, ante la cultura del pueblo nuestro programa último; pero ténganse entendido que nuestra misión es más de ideales que de posibilidades. Sin embargo, aunando nuestras miras, queremos la abolición de todo sistema de gobierno y la libertad de los obreros manuales e intelectuales del Universo". 


¡Una mezcla informe de anarquismo filosófico, místico, cristiano!

Debemos hacer hacer notar que, de este grupo de La Social, también pertenecían al Gran Círculo, Valatti, Ordóñez y Castro.

Fue por este tiempo cuando llegaron a México las primeras noticias sobre la proclamación de la Comuna en  París. Circulando entonces El Socialista; el 9 de julio de 1871, apareció en la ciudad de México el primer número de este periódico semanario destinado a defender los derechos e intereses de la clase trabajadora. Más adelante veremos cómo desempeño su cometido. 

Eran director y redactores: Francisco de P. González, Mariano García, Luis G. Miranda, Francisco J. Acosta, Manuel Chibrás, Manuel Escudero, José López, Carlos G. Rodríguez, Felipe Acosta, Enrique Trear, Fidencio Lara y Luis Sánchez. El Socialista, como era natural, defendía el socialismo, La Internacional y la Comuna; las proclamas impresas de ésta circulaban profusamente en los círculos obreros.

La Comuna de París

El Monitor Republicano, periódico liberal de la época pidió, al saberse el fracaso de la Comuna de París, que se proporcionara asilo en el país a los comunistas que así lo desearan; lo que hizo expresar a la prensa norteamericana que la entrada de éstos a México constituía un grave peligro para el gobierno de Washington. The World (El mundo) de Nueva York, aseguraba en enero 21 de 1872 "que el famoso comunalista Clusuret estaba en México y que Juárez lo había nombrado general en jefe del ejército para combatir a los rebeldes porfiristas"...

A este grado alarmaba a la burguesía yanqui y a su prensa la repercusión de los acontecimientos en La inolvidable Comuna de París. ¡Primer intento del proletariado para establecer un gobierno propio!

la guerra franco-alemana provocada por la política francesa cuyo objetivo era impedir la unidad de Alemania y las enseñanzas y tradiciones de la revolución francesa (en la que había tenido tan importante papel el municipio de París), así como la influencia adquirida y progresos realizados por la Primera Internacional en París y en algunas de las grandes ciudades provinciales francesas, y el no menos importante factor de la situación paupérrima entre las masas populares y la pequeña burguesía arruinadas por la guerra; fueron elementos que determinaron la guerra con Prusia, lazo que Bismark tendió a Francia y en el que ésta cayó sin estar preparada para ello, con el resultado de la catastrófica derrota de Sedán. París se sublevó derrocando al imperio de Napoleón, El Pequeño, proclamó la República y constituyó un gobierno para la defensa nacional. Pero este gobierno, burgués, que odiaba tanto al enemigo exterior como el interior (o quizás más al interior) produjo una reacción inmediata en el pueblo que, prematuramente, guiado por el viejo revolucionario Blanqui, intentó apoderarse del poder sustituyendo al gobierno republicano-burgués por el socialista proletario. La intentona fracasó, en tanto que los ejércitos franceses organizados por Gambetta sufrían derrota tras derrota a manos de los prusianos hasta que se concertó un armisticio en enero de 1871.

En febrero se efectuaban las elecciones para la constitución de la asamblea general. Sin embargo, la mayoría revolucionaria, novel en estos asuntos, fue derrotada al resultar un gobierno reaccionario. Thiers estableció su cuartel general en Versalles, desde dónde atacó al proletariado parisiense; el gobierno de Thiers después de tratar de apoderarse de la artillería de la Guardia Nacional en las alturas de Montmartre, fue desconocido por el pueblo de París que proclamó la Comuna el 18 de marzo de 1871.

Se ha dicho que la Comuna de París fue una dictadura, nada más falso y calumnioso. ¡Ojalá lo hubiera sido! La Comuna surgió legalmente de las elecciones de marzo, instituyendo un gobierno de coalición, en el que había miembros de la Primera Internacional, es cierto, como también los había blanquistas, proudhonianos, republicanos, burgueses y patriotas desesperados. 

Carlos Marx al hacer el análisis de los hechos decía: "en vez de marchar contra los versalleses desamparados entonces, se permitió al Partido del Orden que mostrara sus fuerzas convocando el 26 a las elecciones de la Comuna. Aquel día, los hombres del Partido del Orden cambiaron palabras benévolas de reconciliación en los locales electorales con sus harto magnánimos vencedores; al mismo tiempo que en su fuero interno se enciende el juramento solemne de ejercer una venganza resonante tan pronto llegará el momento. La Comuna de París ingenuamente respetó el Banco de Francia, no confiscándolo, lo que constituyó un grave error y que destruye el argumento de que fue una dictadura."

Por todas estas graves equivocaciones tácticas y políticas cayó en mayo, derrotada por las fallas de sus directores (a las que se sumaba la traidora alianza de los políticos y de la burguesía francesa) después de ejercer el poder durante 62 días el proletariado de París.

El proletariado parisiense murió heroicamente bajo los pliegues y su amada bandera roja de la Comuna. Thiers, Gallifet "el Chacal" (que había estado en México) se hartaron de sangre obrera. Cayeron bajo sus balas asesinas 30,000 revolucionarios, hombres mujeres y niños; fueron sacrificados en el altar de la burguesía y su régimen un total de 100,000 luchadores franceses por la libertad.

Ese fue el epílogo sangriento del primer noble esfuerzo del proletariado de París para darse un gobierno propio; su sacrificio no fue estéril, sus enseñanzas no fueron olvidadas ni en Francia ni en el resto del mundo, como lo comprueba la existencia de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, producto de esa enorme experiencia aplicada por la gloriosa revolución rusa de 1917.

La organización obrera y sus relaciones con los patrones 

El 15 de agosto de 1871 se organizaba la sociedad de Tipógrafos Mexicanos en la Ciudad de México. Simultáneamente quedaban establecidas las primeras sociedades obreras en el interior del país, al constituirse las de San Luis Potosí, donde comenzó a publicarse el vocero Las Clases Productoras, viendo la luz pública el primer número el 16 de septiembre de 1876, eran sus redactores Genaro Vergara y Silverio M. Vélez.

El Circulo de Obreros de México quedó formado finalmente, después de muchos esfuerzos de sus organizadores; tomando parte en su constitución con 3 delegados cada una de las sociedades siguientes:

"Unionistas de tejedores del distrito de Tlalpan"; mutualistas de las fábricas La Colmena y San Ildefonso; Unionistas de Canteros, Mutua del Ramo de Sombrerería, Unionista y de Resistencia de Carpinteros, Mutua del Ramo de Sastrería, Artístico Industrial de Tipógrafos Mexicanos, Cuerpo de Redacción de El Socialista y la Sociedad Unionista de Sombrereros que se adhirió por el momento al acto.

Se admitió que podían ingresar individualmente al Gran Círculo todos los obreros y simpatizantes que lo desearen; la asociación debía extenderse por toda la nación, convocando tan pronto como las circunstancias lo permitieran a un congreso general, organizándose mientras tanto, sucursales en las poblaciones principales. Para ser miembro del Gran Círculo había que ser obrero manual o intelectual; ningún socio podía ser miembro de un partido político, pero sí se le dejaba en libertad de ejercer el derecho de ciudadanía. Se admitía que los patrones que hubiesen tenido buen comportamiento con sus trabajadores fuesen socios honorarios del Gran Círculo (subraya el autor). Se lucharía por la ampliación del espíritu de ayuda mutua, cajas de ahorros, seguros de vejez, casas de asilo, escuelas primarias y de oficios. Las sociedades adheridas al Gran Círculo serían de resistencia (con el objeto de proteger el trabajo) para lo cual se declaraba apoyo ilimitado a las huelgas; a la lucha por el mejoramiento inmediato de salarios y disminución de las horas de trabajo, protección a las mujeres y niños; castigo por medio de multas a los patrones que no accedieran a las justas peticiones de los obreros (subraya el autor). Se solicitaba del Gobierno una ley que garantizara el bienestar del proletariado y se asentaba como finalidad del Gran Círculo, lo siguiente: "se lucha por la total emancipación de los trabajadores, que ha de ser obra de los trabajadores mismos, usando como medio final la revolución social que abre el camino de esplendor, de justicia y de verdad al socialismo…"

La mesa directiva elegida fue la siguiente: presidente, Santiago Villanueva; vicepresidente, Epifanio Romero; primer secretario, Juan de Mata Rivera; segundo secretario, Benito Castro; tercer secretario, Alejandro Herrera; cuarto secretario, Rafael Pérez de León y tesorero, Francisco de P. González. Los dos primeros ya conocidos por nosotros en sus equilibrios obreristas, los demás, pronto los conoceremos mejor.

El 1° de octubre de 1871 se constituye en San Luis Potosí la Asociación Potosina de Obreros con tres sociedades diversas: el número 2 de Las Clases Productoras, incitaba a los obreros de la metrópoli para asistir a un congreso que debía celebrarse en León o Aguascalientes para enero de 1872. En Toluca se organizaba la Sociedad Progresista de Artesanos el 8 de noviembre, la que se adhiere al Gran Círculo. En este periodo de organización ascendente, con las imperfecciones ajenas a la incomprensión de su verdadero papel, sorprende al artesanado y al naciente proletariado la efervescencia política de las elecciones presidenciales, a la vez que el levantamiento de Porfirio Díaz con su Plan de La Noria contra Juárez en noviembre 8 de 1971.


Dos décadas del movimiento obrero: un resumen

En resumen, después de casi dos décadas de 1853 a 1871, nos encontramos con un desarrollo apenas iniciado del movimiento social, obrero y campesino en el sentido de organización; lleno de confusiones ya mutualistas, ya cooperativistas, pero que iba abriendo brecha más que por una percepción clasista del papel histórico del proletariado, por la necesidad económica y social de mejoramiento que reclamaba el paso del estado feudal al de la asaz lenta industrialización del país; pero que de todos modos, iba formando grupos obreros cada vez más numerosos.

Es necesario, sin embargo, hacer notar que ya desde entonces, se perfilaban inciertas, vagamente, dos tendencias: revolucionaria y reformista, de las que eran exponentes los grupos de La Social (con su anarquismo místico filosófico, filantrópico e intelectualizante) y el de el Gran Círculo y El Socialista (con su "socialismo" legal, apolítico que al mismo tiempo que planteaba las demandas obreras, admitía como socios honorarios a los patrones que hubiesen tenido buen comportamiento con sus obreros) en la primera en tanto que en la otra la reformista a todas luces, era representada por Cano y sus seguidores de los que no pocos -como Epifanio Romero- se habían colado y militaban en el Gran Círculo dando a este su mentalidad oportunista inveterada.

A partir del 1° de enero de 1872 apareció El Socialista como órgano oficial del Gran Círculo de Obreros de México.

Rhodakanaty sigue consagrado a La Social donde predica el socialismo, alejado del Gran Círculo y de El Socialista en el que no colabora. En el mes de junio publica su folleto Apuntes biográficos de los más célebres comunistas franceses (Imprenta El Socialista, México 1872).

El 14 de Julio se constituyó la Sociedad de Obreros del Porvenir del Ramo de Carrocería, el 29 del propio mes se organiza la del Ramo de Curtiduría, el 1° de agosto la Sociedad Fraternal de Costureras, el 24 de septiembre la Sociedad Filarmónica de Auxilios Mutuos y el 26 del mismo mes la Asociación Mutualista y de Resistencia del Ramo del Tabaco, la que fue disuelta violentamente por el patronaje sin que la naciente agrupación ni el Gran Círculo hubieran sido capaces de impedirlo.

Los obreros y la política, maniobras de sus dirigentes

Al fallecer el presidente Juárez el 18 de julio concurrieron a sus funerales todas las sociedades con sus respectivos estandartes, hablando ante sus restos a nombre del Gran Círculo, Francisco de P. González; quien hizo el elogio de las virtudes ciudadanas del patricio. Poco después ocurriría la muerte de Santiago Villanueva; con su desaparición se inauguró un cambio en la "política" del Gran Círculo; sus estatutos fueron reformados y se aceptó un subsidio de $200.00 mensuales del Poder Ejecutivo que ocupaba el licenciado Sebastián Lerdo de Tejada.

Los nuevos estatutos aprobados el 16 de septiembre dicen:

"1°. Mejorar por todos los medios legales la situación de la clase obrera, ya en su condición social, ya en la moral y ya en la económica. 2o. Protección a la misma clase contra los abusos del capitalismo y los maestros de taller. 3o. Relacionar entre sí a toda la familia obrera de la República. 4o. Aliviar sus necesidades a los obreros. 6o. Propagar entre la clase obrera la instrucción correspondiente en sus derechos y obligaciones sociales y en lo relativo a las artes y oficios. 7o. Establecer todos los círculos necesarios en la República a fin de estar en contacto los obreros de los estados con los obreros de la capital".

La sede quedó instalada en la primera calle del Reloj núm. 3, salón de actos de la Sociedad Unionista de Sombrereros; es decir, bajo los auspicios de Juan Cano y Epifanio Romero. El 1° de octubre se expidió una circular a todas las sociedades que decía: "haber quedado definitivamente instalado ese día, el Gran Círculo de Obreros de México".

el 1o. de agosto estallaba la huelga de los barreteros de Real del Monte, Pachuca, Hgo., originada por la violación del contrato de 1869 por parte de los patrones; el cual estipulaba que estos "pagarían $2.00 diarios por 36 horas de trabajo consecutivo y 12 de descanso", y ahora reducían a $1.00 este salario desde el 15 de julio. Los obreros no sólo pedían el cumplimiento del contrato sino la disminución de horas de trabajo a 16 por el mismo salario.

El conflicto se resolvió favorablemente para los mineros obteniendo una victoria completa; lo que levantó gran polvareda en la prensa diaria que pedía al gobierno "adoptase una actitud enérgica, antes de que se propagara este sistema de defensa obrera". El Socialista, el periódico defensor de los obreros se guardó su opinión prudentemente.

Los obreros de La Fama Montañesa habían declarado la huelga el 9 de septiembre y hubieron de volver derrotados al trabajo el 22, bajo la presión de la fuerza armada. El Socialista, bajo la dirección de Juan de Mata Rivera, uno de los más destacados líderes obreros, lo era sólo de nombre, pues más parecía un órgano político liberal ya que apoyaba veladamente a Lerdo de Tejada para presidente, y en forma abierta a Vicente Riva Palacio para presidente de la Suprema Corte de Justicia.


(Tomado de: Díaz Ramírez, Manuel - Orígenes del Movimiento Obrero. Cuadernos Mexicanos, año II, número 75. Coedición SEP/Conasupo. México, D.F., s/f)

lunes, 26 de diciembre de 2022

Un precursor de Zapata, 1869

 

III

los campesinos y sus ansias de liberación, un precursor de Zapata.


Nuestros antiguos conocidos Rhodakanaty y Zalacosta habían seguido mientras tanto con su escuela de Chalco, de donde surgió un campesino, Julio Chávez López , quien se haría notar más adelante en las luchas de los campesinos.

Las prédicas "socialistas" de Rhodakanaty y Zalacosta prendieron en terreno fértil entre aquellos humildes y explotados labriegos. La Escuela Moderna y Libre se convirtió en la tribuna y centro de propaganda de la futura rebelión. Julio Chávez se llamaba a sí mismo "socialista-comunista" explicando su concepción así: "Soy socialista porque soy enemigo de todos los gobiernos, y comunista porque mis hermanos quiere trabajar las tierras en común".

Chávez era un discípulo aprovechado, su maestro Rhodakanaty había escrito en su libro Garantismo Social estas palabras: "¡Pueblo, no más gobiernos: abajo las tiranías! ¡Paso al garantismo social!".

Párrafo en el que explica el que explicaba la vida de un pueblo sin gobierno, forma que llamaba el falansterio o comunidad; todo su pensamiento, un tanto confuso, estaba saturado de fourierismo.

Chávez, ávido de ir adelante, reorganizó en Chalco el Club Socialista, donde se hacía una propaganda más amplia que en la escuela. En enero de 1869 escribía a Zalacosta una carta desde Puebla donde decía: "He llegado hasta acá. Hay mucho descontento entre los hermanos, porque todos los generales quieren apoderarse de sus tierras. ¿Qué le parecería usted que hiciéramos la revolución socialista?".

Por este tiempo, el 3 de febrero de 1869, encabezó el General Miguel Negrete un motín en Puebla contra Juárez; ahí había armas que fueron repartidas al pueblo, de esto se aprovechó seguramente Chávez. Tan grande era el descontento entre el campesinado, que un grupo de labradores había entrado entre el 30 de enero y el 2 de febrero al grito de "¡Abajo los hacendados!" en una hacienda cercana a Alfajayucan, desarmando al destacamento de soldados ahí estacionado.

Chávez regreso a Chalco para la preparación de su plan, pero sus actividades deben haber inspirado sospechas al gobierno porque escribió el 18 de abril a Zalacosta: "Estamos rodeados por un batallón, nada importa. "¡Viva la libertad!" Llevó a cabo su propósito y al rebelarse, escribió el manifiesto del cual tomamos el primero y último párrafos.

"Manifiesto a todos los oprimidos y pobres de México y del Universo. Ciudadanos mexicanos:

Ha llegado la hora de conocer a los hombres con el corazón bien puesto, ha llegado el día en que los esclavos se levanten como un solo hombre aclamando sus derechos pisoteados por los poderosos.

Hermanos: ha llegado el momento de despejar el campo, de pedir cuentas a los que siempre nos las han exigido; es el día de imponer deberes a quienes sólo han creído tener derechos. Vamos a una contienda de sangre. ¿Pero, qué importa si esta sangre será generosa, fertilizará nuestros campos, dará exuberancia a las plantas y dejara un rastro a la humanidad del futuro?".

El largo manifiesto llamando a las armas a los campesinos termina así:

"Queremos tierras, queremos trabajo, queremos libertad, necesitamos salvar el orden; en fin, lo que necesitamos es el establecimiento de un pacto social entre los hombres, a base de respeto mutuo. !Viva el socialismo! ¡Viva la libertad! Dado en Chalco en el día 20 del mes de abril del año de 1869.- Julio Chávez."

El levantamiento se realizó la noche del primero de mayo de 1869, al pretender un grupo de soldados la detención de Chávez en Chalco; después de un ligero tiroteo, éste abandonó la población dirigiéndose al monte donde pronto se reunieron campesinos en gran número. Seguido de éstos asaltó a San Martín Texmelucan, que tomó después de derrotar a las tropas quitándole las armas que era lo que necesitaba; quemó los archivos del municipio, recogió algún dinero y se dirigió rumbo a Apizaco donde hizo lo mismo.

Comprendiendo que el movimiento debía tener un carácter nacional para triunfar, envío a Anselmo Gómez con 50 hombres rumbo a Veracruz, mientras él se dirigía al Estado de Hidalgo; a su paso por las haciendas recogía dinero, armas y propagaba entre los campesinos la toma de la tierra. Anselmo Gómez llegó con gran rapidez a Chicontepec, Ver., que tomó el 11 de junio. El jefe político del lugar informaba poseído de terror al Ministerio de la Guerra que "el bandido Anselmo Gómez, al frente de 150 bandidos había capturado la villa, cometiendo toda clase de atentados contra la propiedad y proclamando que desconocía a todo el personal de los gobiernos de los estados".

Chávez, con 1,500 insurrectos quiso tomar por asalto a Actopan; pero sorprendido por las fuerzas del gobierno fue derrotado, hecho prisionero y conducido a Actopan, de donde fue remitido a Chalco y su y juzgado ahí militarmente. Fue fusilado en la madrugada del 1° de septiembre de 1869 en el interior de la casa que ocupó la Escuela Moderna y Libre.

Al ser inmolado por los soldados que lo fusilaron grito con voz estentórea: "¡Viva el socialismo!" Así terminó este noble paladín su corta pero brillante actitud en defensa de los oprimidos.


Constitución del gran círculo de obreros de México.

En los últimos días de 1869, circulaban en una hoja impresa los estatutos de la Asociación Internacional de los Trabajadores, aprobados en el Congreso de Ginebra en septiembre de 1866.

Esto despertó un gran entusiasmo y originó la invitación a todas las sociedades obreras para constituir un centro general de los trabajadores organizados, con objeto de que al estar reunidos todos formaran un consejo que "sea capaz de defender con más eficacia los intereses del trabajo"; la iniciativa fue lanzada el 10 de enero de 1870 y firmada por Villanueva, González Herrera , Mata Rivera, Meza y Pérez de León. No fue, sin embargo, sino hasta el 16 de septiembre de 1870 cuándo quedó constituido el Gran Círculo de Obreros de México.

Con motivo de la renuncia de Cano y del grupo de la Sociedad Artístico Industrial por un discurso de Zalacosta, Villanueva y su grupo socialista se apresuraron a tomar en sus manos la dirección.


Una opinión de Juárez sobre el papel de la organización obrera

Juan Cano, buscando el apoyo oficial, pidió su opinión a Juárez sobre el papel de la organización obrera. He aquí la contestación:

"Palacio Nacional, México, octubre 12 de 1870. señor Don Juan Cano. Muy estimado señor: contestó la muy apreciable de usted, fecha de ayer, manifestándole que, en mi concepto, los artesanos pueden arreglar su asociación a la manera que estimen conveniente para el perfeccionamiento en sus respectivos artes y oficios. Soy de usted affmo. y atto. y s. s.-q. b. s. m. Benito Juárez."

¡Menguada función le asignaba a la organización obrera el benemérito de las Américas!

En diciembre 20 de 1870 apareció un manifiesto agrario en San Luis Potosí, en el cual se pedía la distribución de la tierra mediante la expedición de leyes agrarias. No tuvo más resultado que la persecución de sus autores por el Gobierno.

La organización obrera entretanto, no obstante la labor escisionista comenzada por Cano, despechado ante la pérdida de la dirección en la Artístico Industrial, seguía adelante y se fortalecía.


(Tomado de: Díaz Ramírez, Manuel - Orígenes del Movimiento Obrero. Cuadernos Mexicanos, año II, número 75. Coedición SEP/Conasupo. México, D.F., s/f)

viernes, 6 de diciembre de 2019

Las primeras huelgas, 1865

(En el arsenal; mural por diego Rivera)

II

Las primeras huelgas. Las organizaciones que tomaron parte.

En mayo de 1865, ya bajo el efímero Imperio de Maximiliano, los obreros textiles de las fábricas de San Ildefonso y La Colmena iniciaron sus actividades para defenderse de la rapiña patronal, organizando al efecto un baile con pretexto de festejar el aniversario de la fundación de la Sociedad Mutua del Ramo de Hilados y Tejidos del Valle de México.
Como consecuencia de estos preparativos estalló la primera huelga organizada en el país, por los obreros textiles de las fábricas de San Ildefonso y La Colmena, los días 10 y 11 de junio del propio año y por las siguientes demandas:

Contra la reducción en sus jornales a razón de medio real (5 centavos aproximadamente), en cada vara de manta, contra la desocupación de más de 50 obreros y los embargos de sus miserables salarios semanales por la tienda de raya y finalmente, contra el nuevo horario fijado para las labores, que era de “5 de la mañana a las 6:45 de la tarde, para las mujeres, y de las 5 de la mañana a las 7:45 de la tarde para los hombres.

La huelga constituyó un fracaso porque los obreros cometieron el error de confiar el arreglo de su conflicto a las autoridades. Los resultados no se hicieron esperar, la fuerza pública sembró el terror entre los ingenuos huelguistas, atropellando, hiriendo, encarcelando y desterrando a muchos de ellos.
El revés sufrido con la huelga de la fábrica de San Ildefonso llevó el mayor desaliento a las filas de la naciente organización obrera. En este periodo de prueba se significó por su prudente retirada. Rhodakanaty y Zalacosta quienes pusieron todo su empeño en organizar una colonia agrícola, con cuyo propósito se fueron a Chalco, estado de México. Resultó una escuela en vez de la colonia, la cual funcionó por los años de 1866 a 68 bajo la dirección de Rhodakanaty, quien la dejaba de vez en cuando al cuidado de Zalacosta que había cesado de ser estudiante convirtiéndose en un obrero ebanista y sombrerero después.
El Club Socialista de Estudiantes, aunque separados sus miembros no había desaparecido: Zalacosta hacía propaganda entre los campesinos, en tanto que Villanueva y Villavicencio creaban o reorganizaban un nuevo grupo, la Sociedad Artístico-Industrial, que había existido ya anteriormente fundada por Epifanio Romero. Esta agrupación tenía como propósito en el fondo, la idea de la organización obrera, por más que la mayoría de sus dirigentes eran artistas, como Evaristo Meza, Rafael Pérez de León, pintores; Miguel Ibarra y Juan Fregoso, escultores. En este círculo se discutían las ideas y doctrinas de Fourier y Proudhon.

Choque de tendencias ideológicas

Con la caída del imperio volvió a México Epifanio Romero, quien disgustado porque Villanueva se negó a que la Sociedad Artístico-Industrial, se pusiera bajo la protección de Juárez, fundó en diciembre de 1867 el Conservatorio Artístico Industrial, nombrando al presidente Juárez, presidente honorario y vicepresidente a don Francisco Mejía, al mismo tiempo que recibía del coronel Miguel Rodríguez, un donativo de $1,000.00 para establecer una escuela.
El Congreso de la Unión votaba algunos meses después un subsidio de $1,200.00 anuales para el Conservatorio Artístico Industrial. ¡Parece que la idea de los subsidios y protección a las organizaciones han tenido partidarios mucho antes que durante los buenos días del reformismo obrero contemporáneo en el país! ¡Los Epifanio Romero se han reproducido maravillosamente en México!

La primera huelga victoriosa

Hasta la desaparición del gobierno oropelesco del intruso Maximiliano, llegaron a México informes sobre la constitución de la Primera Internacional (septiembre de 1864), produciendo un revuelo y renovación de actividades entre los obreros mexicanos, estimulados seguramente por este acontecimiento en Europa.
Se inicia por Villanueva, Villavicencio y Rafael Pérez de León, en enero de 1858, la organización de la fábrica textil La Fama Montañesa y poco después se constituye la Unión Mutua de Tejedores del distrito de Tlalpan, con la antes mencionada y además las fábricas textiles Contreras, La Abeja y Tizapán. En el mes de febrero del mismo año se organizan por segunda vez las sociedades del ramo de sastres y sombrereros.
Juan Cano, que había formado con Romero y Botello el llamado Conservatorio Artístico Industrial en diciembre de 1867, se apoderó con ayuda de algunos elementos del grupo de Villanueva, de las actas de la Sociedad Artístico Industrial y tomando el nombre de ésta se erigió en presidente, ocupando el edificio de San Pedro y San Pablo que Juárez había donado de acuerdo con Cano y sus miras de control.
Villanueva intentó acercarse a Cano para arrebatarle tal vez la dirección de la Sociedad Artístico Industrial, temiendo con razón que el nombre y prestigio de ésta fueran usados por Cano con éxito entre los obreros.
Rhodakanaty se opuso e hizo desistir a Villanueva. Pero Cano fracasó en sus propósitos, si es que los tuvo.
La Fama Montañesa inició la huelga textil en el distrito de Tlalpan el 8 de julio, presentando las siguientes peticiones:

Primera: Se pide respetuosamente a los señores propietarios de las fábricas de hilados y tejidos, que ordenen a los señores capataces un mejor tratamiento en las secciones del tejido y que se abstengan de abusar de su autoridad con las obreras.
Segunda: Es de pedir, y se pide, que en lo sucesivo se use mejor material que el hasta ahora empleado, ya que esto redunda actualmente en perjuicio de los bajos salarios que los artesanos obtienen.

Tercera: Se pide que en el pueblo de Contreras se deje establecer el comercio libre, pues siendo este pueblo de categoría dentro de la República, no es posible admitir que se mantenga dicho comercio en calidad de propiedad particular.

Cuarta: Se pide que las mujeres solamente trabajen doce horas, para que atiendan los deberes de su hogar.

Quinta: Se pide que los menores de edad sean pagados por los propietarios de las fábricas.

Sexta: Se pide que en lo sucesivo los operarios y los empleados cubran sus cuentas de índole privada libremente, y

Séptima: Se pide que se respete el libre derecho de los artesanos, haciendo ver “Que el respeto al derecho ajeno es la paz”.

Los obreros alcanzaron un triunfo completo. Alentados por la victoria de los textiles del distrito de Tlalpan, se organizan en los meses de julio y agosto (1868), la Sociedad Mutua del Ramo de Carpintería, la Asociación Socialista de Tipógrafos Mexicanos, la Unión Mutua de Canteros, la Unión de Tejedores de Miraflores y se reorganizan las sociedades mutualistas de las fábricas de San Ildefonso y La Colmena.
Mientras tanto, se agrupaban nuevos adeptos en torno de Villanueva: Benito Castro, Pedro Ordóñez, Agapito Silva, Ricardo Velatti y otros que, como veremos después, desempeñaron papel importantísimo en el movimiento obrero y social del país con posterioridad. Con el objeto de dar una mayor importancia y solidez al movimiento obrero que se organizaba. así como buscar una táctica uniforme de unión y de lucha; fue lanzada la iniciativa para celebrar un congreso obrero, la que hubo de ser desechada por falta de recursos económicos. Sin embargo, se propuso en su defecto la integración de una asamblea permanente, compuesta por tres delegados de cada sociedad, idea que también fracasó en diciembre de 1868. El destacado dirigente Villanueva, formó entonces un grupo de militantes, que fue constituido en enero de 1869 bajo la denominación de Círculo Proletario.

  
(Tomado de: Díaz Ramírez, Manuel - Orígenes del Movimiento Obrero. Cuadernos Mexicanos, año II, número 75. Coedición SEP/Conasupo. México, D.F., s/f)

jueves, 14 de noviembre de 2019

Orígenes del movimiento obrero, 1853


Las sociedades Mutualistas y la Organización Obrera en la época de la Reforma

Es evidente que el movimiento de la Reforma, con sus leyes de desamortización de bienes de las corporaciones civiles y religiosas, así como de la nacionalización de bienes eclesiásticos tendía “a la libre circulación de una gran parte de la propiedad raíz, en sus manos (casas y terrenos), base fundamental de la riqueza pública; trasladando estos bienes a otras manos y creando más de 9,000 propietarios que pagaron a la nación por los bienes confiscados a la Iglesia, $2,319,280.72, afirma Miguel Lerdo de Tejada. Pero al mismo tiempo, el total de las adjudicaciones y relatos indica que la mayor parte de los nuevos propietarios eran ya antiguos propietarios…
Esto revela que algunos poseedores de bienes, ya ricos, se enriquecieron más todavía; que otros sectores de la población, pasaron de las capas medias no adineradas a las pudientes, apoderándose por todos los medios de las tierras comunales de los pueblos. Y convirtiendo a sus moradores campesinos, en una masa de peones explotados en las haciendas y latifundios.
De aquí, a primera vista, la paradójica e inverosímil alianza entre los hacendados y la pequeña burguesía urbana y rural (únicas capas sociales beneficiadas con las leyes de desamortización de la Reforma), alianza que hizo prolongarse (hasta hoy podemos decir y a pesar de la revolución de 1910) las formas semifeudales de explotación en nuestros campos y una economía industrial retrasada, característica inconfundible de los países de tipo semi-colonial como México.
Fue dentro de estas circunstancias históricas y económicas que se constituye en la ciudad de México el 5 de julio de 1853, por un grupo de obreros sombrereros, la Sociedad Particular de Socorros Mutuos; la cual establecía en una de sus bases constitutivas como motivo de esta actitud societaria, lo siguiente:
La esclavitud moderna, que nos arrebata las ganancias de nuestro trabajo.” La sociedad se organizó con 33 socios, pero un mes más tarde contaba con 120 miembros.
Durante algunos años ésta fue la forma predominante en la organización de los obreros y artesanos para poner un dique a la explotación patronal de que eran objeto así como a la de los maestros artesanos; no conocían otra más eficaz, lo raquítico del desarrollo industrial no podía tampoco sugerirles otra forma superior.
Más adelante, en los años subsecuentes se inició su desarrollo, sin que llegara a constituir una verdadera fuerza del movimiento cooperativo como medio de mejorar las condiciones económicas de los trabajadores.

La revolución burguesa en Europa

En poco más del decenio transcurrido de 1848 a 1861, se habían desarrollado importantes y trascendentales acontecimientos en Europa, los cuales sin lugar a duda, influyeron en el pensamiento revolucionario del mundo, alcanzando su repercusión hasta nuestro país y las tierras de América.
Los obreros de Alemania y Francia tomaban parte por primera vez en la lucha por el poder, (1848-49) pero la burguesía y pequeña burguesía, mejor preparadas por la experiencia, los traicionaron en su intento dejando burladas sus aspiraciones.
El liberalismo inglés tiene su periodo de actividades bajo la dirección de Stuart Mill y Gladstone. En los Estados Unidos estalla la guerra de Secesión, separación entre el norte y el sur, aparentemente por la liberación de los esclavos y decretada por el presidente Lincoln; en el fondo, en realidad, porque la libertad de los negros esclavizados constituía un verdadero ataque a los intereses de la burguesía rural e industrial del sur de la Unión Americana, como se llamaban entonces los Estados Unidos. La burguesía del norte vería colmados sus deseos obligando al sur a pagar salarios de “hombres libres” a sus esclavos, colocándose así en un plano de igualdad para competir “honestamente en el mercado y en el comercio”, lo que difícilmente podía hacer mientras la burguesía suriana tuviera esclavos.
En Francia se rehace la “oposición” burguesa-republicana, obligando a Napoleón III a otorgarle algunas concesiones.
En la rusia de los zares la burguesía liberal se enfrenta a la influencia de la Alemania de Bismarck y se inicia, en 1861, un largo largo periodo revolucionario al decretarse la libertad de los campesinos, aboliendo su régimen de servidumbre. El Japón hace su entrada en la vida occidental, la cual copia y asimila rápidamente, hasta nuestros días, convirtiéndose en peligroso competidor de las naciones imperialistas que le sirvieron de modelo.

Los albores del obrerismo y el socialismo en México, sus iniciadores

Atraído por las leyes expedidas por Comonfort para la creación de colonias agrarias, llegaba de Europa en febrero de 1861, un hombre cuya educación ideas y actividades habrían de jugar un papel importante en la iniciación del estudio sobre las cuestiones sociales entre los artesanos, obreros y estudiantes del país.
Plotino C. Rhodakanaty, griego y educado en Viena y Berlín, había sido sin duda uno de tantos espíritus inquietos, imbuidos de la diversidad de teorías y doctrinas del socialismo utópico, entonces muy en boga en Europa. Por lo menos esto lo induce a crear su actividad como escritor y como mentor más tarde. Escribió un opúsculo que tituló “Cartilla socialista o sea el catecismo elemental de la escuela de Carlos Fourier: El Falansterio.” (Imprenta de V. G. Torres.-México, 1861 16 páginas en 8°).
Apareció una segunda edición de este folleto en 1879, bajo el nombre de Cartilla socialista o sea el catecismo elemental de la escuela societaria de Carlos Fourier, editada por Plotino C. Rhodakanaty, fundador de “La social”, quien la dedica al uso, instrucción y práctica de las clases obrera y agrícola de la República. Por ese tiempo también apareció el libro Las atracciones guardan proporción a los destinos, de Fourier. (Imprenta de El socialista.- México, 1879. 24 páginas en 8°). Intentó fundar en 1863 una escuela, y aunque no pudo lograrlo, sí reunió a un grupo de estudiantes en torno suyo. En 1864 publicaba otro libro Neo-panteísmo, consideraciones sobre el hombre y la naturaleza. (160 páginas en 8°), obra de la cual fue publicada una síntesis en 1855 bajo el nombre de Médula panteísta del sistema filosófico de Spinoza.
Del grupo formado en derredor de Rhodakanaty se distinguieron tres jóvenes, que fueron por así decirlo, el primer grupo socialista en México: Francisco Zalacosta, estudiante; Santiago Villanueva, obrero, y Hermenegildo Villavicencio, estudiante. Estos jóvenes entusiastas y generosos se echan a cuestas la tarea de organizar a los obreros en octubre de 1864, alentados y dirigidos por Rhodakanaty. Villanueva organiza la sociedad Mutualista del Ramo de Sombrerería y poco después la sociedad Mutua del Ramo de Sastrería que se reorganizó después de estar disuelta por más de diez años.
Comenzó entonces la pugna ideológica entre los mismos paladines de las nuevas ideas. Pues aunque todos hablaban de socialismo, Villanueva y Rhodakanaty, mostrándose más moderados, propugnaban por la organización a base de ayuda mutua, mientras Zalacosta hacia mayor propaganda socialista diferenciando su posición de la de sus compañeros. Años más tarde Zalacosta planteaba así el problema en su periódico La Internacional: ¿Qué es lo que debe animar a la asociación obrera? ¿Filantropía o solidaridad? Rhodakanaty, Villanueva y Villavicencio se inclinaban con espíritu conciliador al mutualismo, aunque no dejaban de propagar el socialismo, esto dio como resultado la fundación en enero de 1865 del Grupo Socialista de Estudiantes.
Un cenáculo de teorizantes quizá, pero útil hasta cierto punto entonces.
Mientras tanto, en Europa cristalizaba al fin en la historia del proletariado el anhelo de constituir la Primera Internacional Obrera, lo que se llevó a cabo el 25 de septiembre de 1864 bajo la dirección de Carlos Marx; no obstante la gran influencia ideológica de Proudhon hasta 1868, incluso en los Congresos de la Primera Internacional en Ginebra y Lausana en 1866 y 1867. Las ideas de Marx predominaron totalmente después, a pesar de la oposición de Bakunin, ruso que ingresó a la Primera Internacional hasta 1868.
 A partir de ese año se desarrolló una lucha intensa dentro del seno de la propia Internacional, entre los partidarios de Marx y los de la oposición encabezada por Bakunin; lucha que se agudizó y extendió por todo el mundo entre los sectores obreros, hasta 1872 en que fueron expulsados los bakunistas de la Internacional durante el congreso celebrado en La Haya, bajo el cargo de sus actividades contrarrevolucionarias que conducían a la división del proletariado.
Los bakunistas sostenían los siguientes puntos de vista: “Igualdad de clases, abolición del derecho hereditario como punto de partida del movimiento social [una sandez como las expresadas en el México contemporáneo, sobre economía sexual, etcétera], ateísmo, como un dogma impuesto de antemano a todos los afiliados y como cuestión fundamental (herencia de las teorías absurdas de Proudhon), abstencionismo político”, médula teórica del apoliticismo bakuninista adoptada por el anarquismo, etcétera.
Tales fueron los motivos de divergencia que separaban a los marxistas de la Primera Internacional de los bakuninistas, encabezados por el neohegeliano y anarquista Miguel Bakunin cuyo programa, como podrá apreciarse, era una mezcla informe de las teorías del filósofo y economista francés Saint Simón por una parte y por otra, de las del fundador del anarquismo francés, Pedro José Proudhon.
Es decir que, a la vez que se declaraban idealistas al hablar de “igualdad de clases”, al mismo tiempo, ellos, los “anti-autoritarios”, pedían la imposición del dogma ateísta a todos los obreros de la Internacional; sembrando así la división en los cuadros de la clase obrera frente a la lucha contra el enemigo común, el capitalismo, y negando la posibilidad de ser un militante en las filas de la revolución a todo obrero que no fuese ateo.


(Tomado de: Díaz Ramírez, Manuel - Orígenes del Movimiento Obrero. Cuadernos Mexicanos, año II, número 75. Coedición SEP/Conasupo. México, D.F., s/f)