viernes, 6 de diciembre de 2019

Las primeras huelgas, 1865

(En el arsenal; mural por diego Rivera)

II

Las primeras huelgas. Las organizaciones que tomaron parte.

En mayo de 1865, ya bajo el efímero Imperio de Maximiliano, los obreros textiles de las fábricas de San Ildefonso y La Colmena iniciaron sus actividades para defenderse de la rapiña patronal, organizando al efecto un baile con pretexto de festejar el aniversario de la fundación de la Sociedad Mutua del Ramo de Hilados y Tejidos del Valle de México.
Como consecuencia de estos preparativos estalló la primera huelga organizada en el país, por los obreros textiles de las fábricas de San Ildefonso y La Colmena, los días 10 y 11 de junio del propio año y por las siguientes demandas:

Contra la reducción en sus jornales a razón de medio real (5 centavos aproximadamente), en cada vara de manta, contra la desocupación de más de 50 obreros y los embargos de sus miserables salarios semanales por la tienda de raya y finalmente, contra el nuevo horario fijado para las labores, que era de “5 de la mañana a las 6:45 de la tarde, para las mujeres, y de las 5 de la mañana a las 7:45 de la tarde para los hombres.

La huelga constituyó un fracaso porque los obreros cometieron el error de confiar el arreglo de su conflicto a las autoridades. Los resultados no se hicieron esperar, la fuerza pública sembró el terror entre los ingenuos huelguistas, atropellando, hiriendo, encarcelando y desterrando a muchos de ellos.
El revés sufrido con la huelga de la fábrica de San Ildefonso llevó el mayor desaliento a las filas de la naciente organización obrera. En este periodo de prueba se significó por su prudente retirada. Rhodakanaty y Zalacosta quienes pusieron todo su empeño en organizar una colonia agrícola, con cuyo propósito se fueron a Chalco, estado de México. Resultó una escuela en vez de la colonia, la cual funcionó por los años de 1866 a 68 bajo la dirección de Rhodakanaty, quien la dejaba de vez en cuando al cuidado de Zalacosta que había cesado de ser estudiante convirtiéndose en un obrero ebanista y sombrerero después.
El Club Socialista de Estudiantes, aunque separados sus miembros no había desaparecido: Zalacosta hacía propaganda entre los campesinos, en tanto que Villanueva y Villavicencio creaban o reorganizaban un nuevo grupo, la Sociedad Artístico-Industrial, que había existido ya anteriormente fundada por Epifanio Romero. Esta agrupación tenía como propósito en el fondo, la idea de la organización obrera, por más que la mayoría de sus dirigentes eran artistas, como Evaristo Meza, Rafael Pérez de León, pintores; Miguel Ibarra y Juan Fregoso, escultores. En este círculo se discutían las ideas y doctrinas de Fourier y Proudhon.

Choque de tendencias ideológicas

Con la caída del imperio volvió a México Epifanio Romero, quien disgustado porque Villanueva se negó a que la Sociedad Artístico-Industrial, se pusiera bajo la protección de Juárez, fundó en diciembre de 1867 el Conservatorio Artístico Industrial, nombrando al presidente Juárez, presidente honorario y vicepresidente a don Francisco Mejía, al mismo tiempo que recibía del coronel Miguel Rodríguez, un donativo de $1,000.00 para establecer una escuela.
El Congreso de la Unión votaba algunos meses después un subsidio de $1,200.00 anuales para el Conservatorio Artístico Industrial. ¡Parece que la idea de los subsidios y protección a las organizaciones han tenido partidarios mucho antes que durante los buenos días del reformismo obrero contemporáneo en el país! ¡Los Epifanio Romero se han reproducido maravillosamente en México!

La primera huelga victoriosa

Hasta la desaparición del gobierno oropelesco del intruso Maximiliano, llegaron a México informes sobre la constitución de la Primera Internacional (septiembre de 1864), produciendo un revuelo y renovación de actividades entre los obreros mexicanos, estimulados seguramente por este acontecimiento en Europa.
Se inicia por Villanueva, Villavicencio y Rafael Pérez de León, en enero de 1858, la organización de la fábrica textil La Fama Montañesa y poco después se constituye la Unión Mutua de Tejedores del distrito de Tlalpan, con la antes mencionada y además las fábricas textiles Contreras, La Abeja y Tizapán. En el mes de febrero del mismo año se organizan por segunda vez las sociedades del ramo de sastres y sombrereros.
Juan Cano, que había formado con Romero y Botello el llamado Conservatorio Artístico Industrial en diciembre de 1867, se apoderó con ayuda de algunos elementos del grupo de Villanueva, de las actas de la Sociedad Artístico Industrial y tomando el nombre de ésta se erigió en presidente, ocupando el edificio de San Pedro y San Pablo que Juárez había donado de acuerdo con Cano y sus miras de control.
Villanueva intentó acercarse a Cano para arrebatarle tal vez la dirección de la Sociedad Artístico Industrial, temiendo con razón que el nombre y prestigio de ésta fueran usados por Cano con éxito entre los obreros.
Rhodakanaty se opuso e hizo desistir a Villanueva. Pero Cano fracasó en sus propósitos, si es que los tuvo.
La Fama Montañesa inició la huelga textil en el distrito de Tlalpan el 8 de julio, presentando las siguientes peticiones:

Primera: Se pide respetuosamente a los señores propietarios de las fábricas de hilados y tejidos, que ordenen a los señores capataces un mejor tratamiento en las secciones del tejido y que se abstengan de abusar de su autoridad con las obreras.
Segunda: Es de pedir, y se pide, que en lo sucesivo se use mejor material que el hasta ahora empleado, ya que esto redunda actualmente en perjuicio de los bajos salarios que los artesanos obtienen.

Tercera: Se pide que en el pueblo de Contreras se deje establecer el comercio libre, pues siendo este pueblo de categoría dentro de la República, no es posible admitir que se mantenga dicho comercio en calidad de propiedad particular.

Cuarta: Se pide que las mujeres solamente trabajen doce horas, para que atiendan los deberes de su hogar.

Quinta: Se pide que los menores de edad sean pagados por los propietarios de las fábricas.

Sexta: Se pide que en lo sucesivo los operarios y los empleados cubran sus cuentas de índole privada libremente, y

Séptima: Se pide que se respete el libre derecho de los artesanos, haciendo ver “Que el respeto al derecho ajeno es la paz”.

Los obreros alcanzaron un triunfo completo. Alentados por la victoria de los textiles del distrito de Tlalpan, se organizan en los meses de julio y agosto (1868), la Sociedad Mutua del Ramo de Carpintería, la Asociación Socialista de Tipógrafos Mexicanos, la Unión Mutua de Canteros, la Unión de Tejedores de Miraflores y se reorganizan las sociedades mutualistas de las fábricas de San Ildefonso y La Colmena.
Mientras tanto, se agrupaban nuevos adeptos en torno de Villanueva: Benito Castro, Pedro Ordóñez, Agapito Silva, Ricardo Velatti y otros que, como veremos después, desempeñaron papel importantísimo en el movimiento obrero y social del país con posterioridad. Con el objeto de dar una mayor importancia y solidez al movimiento obrero que se organizaba. así como buscar una táctica uniforme de unión y de lucha; fue lanzada la iniciativa para celebrar un congreso obrero, la que hubo de ser desechada por falta de recursos económicos. Sin embargo, se propuso en su defecto la integración de una asamblea permanente, compuesta por tres delegados de cada sociedad, idea que también fracasó en diciembre de 1868. El destacado dirigente Villanueva, formó entonces un grupo de militantes, que fue constituido en enero de 1869 bajo la denominación de Círculo Proletario.

  
(Tomado de: Díaz Ramírez, Manuel - Orígenes del Movimiento Obrero. Cuadernos Mexicanos, año II, número 75. Coedición SEP/Conasupo. México, D.F., s/f)

2 comentarios:

  1. El autor es el mismo que el que escribió "Apuntes sobres el movimiento obrero y campesino de México"?

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    1. En efecto, esta entrada y algunas otras del blog, corresponden a selecciones de ese libro, publicado en 1936. Yo a mi vez lo tomé de una selección y montaje del equipo de Cuadernos Mexicanos, de los años 80s.

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