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miércoles, 7 de octubre de 2020

Francisco Liguori


Orizabeño de origen, abogado de profesión y humorista por destino manifiesto, Francisco Liguori [1917-2003] gusta de vivir con una sonrisa, un chiste, una anécdota o un epigrama a flor de labio.
Con su complexión atlética, su cara de niño atufado y su voz de trueno, Liguori desborda alegría y optimismo en una época en que el gesto ceñudo, la palabra airada y la agresión irracional parecen ser el signo de las nuevas generaciones, y esparce su inagotable ingenio en todos los lugares en donde se le conoce, se le estima y se le admira.
La obra humorística de Francisco Liguori, sin embargo, es difícil de espigar. Varias publicaciones del país y del extranjero han solicitado su colaboración literaria, pero aun que tales solicitudes han sido esporádicamente aceptadas, él prefiere escribir o improvisar -ésta es una costumbre suya desde sus buenos tiempos de estudiante- para los condiscípulos, para los amigos y frecuentemente para cualquier desconocido que se acerca a él en busca de un poco de regocijo.
Su producción, de eminente corte popular, es repetida y las más de las veces prohijada por el pueblo.
Algunos de los epigramas incluidos en esta selección nos fueron proporcionados por el mismo autor. Otros los hemos colectado en la calle, en la cantina, en la redacción de un periódico, en el corrillo universitario o en la antesala de una oficina pública, de boca de un bolero, de un mozo de barra, de un reportero guasón, de un estirado profesor de literatura o de un circunspecto personaje de la política.Por voluntad del propio autor, pues, ya que su calidad literaria está fuera de toda duda, la producción humorística de Liguori permanece inédita.
A instancias de sus amigos, sin embargo, piensa publicar en breve sus "Crónicas Rimadas", antología del risueño ejercicio a que se dedica el humorista, semana a semana, en el programa de la televisión "Sábados con Saldaña".

a) INMORALEJA
Comenta aquí Liguori lo sucedido a un viejo amigo suyo que trató de hacer realidad lo que aconseja el filósofo persa que escribió: "Si quieres ser feliz, siembra un árbol, escribe un libro y engendra un hijo."


Tuve un amigo canijo
que leyó en un libro viejo
aquel antiguo consejo
y lo siguió muy prolijo.

En su propósito fijo
pensó, como buen pendejo:
"Seré feliz porque dejo
un libro, un árbol y un hijo."

Pero le salió mal todo,
pues por irónico modo
logró al fin de su jornada,
un libro muy aburrido,
un árbol seco y torcido
y un hijo... de la chingada.

b) LOS DE ABAJO
Fue Francisco Liguori, durante sus años de la Facultad de Derecho, lo que se llama una verdadera amenaza estudiantil. Un día escribió en el pizarrón, con dedicatoria al maestro Mariano Azuela, hijo del ilustre autor de "Los de Abajo", esta chunga:


Ya se rumora en la escuela
en son de chunga y relajo,
que al caro maestro Azuela
pesan mucho "Los de Abajo".

Liguori nos permitió la publicación de este pecado suyo de juventud, solamente con la condición de agregar el siguiente recado al mismo maestro Azuela, escritos en rigurosos términos jurídicos:


Viejo maestro querido:
si mi epigrama se ejerce
como aguijón, y te ha herido,
repara en que debe verse
como un acto consentido
y por ello, en tal sentido,
debe de sobreseerse.

c) AUSCULTACIÓN
A la retórica oficialista debemos frases comparables, por su contenido enigmático, a cualquier imagen representativa de la pintura abstracta. Una vez le preguntaron a Liguori qué cosa significaba, a su juicio "efectuar una auscultación de la periferia al centro", a lo que contestó:


En el jarocho parlar
una parábola encuentro:
las nalgas acariciar
y luego empujar pa'dentro:
eso se llama auscultar
de la periferia al centro.

d) BARRA MEXICANA DE ABOGADOS
Al actual presidente de la Barra Mexicana de Abogados, licenciado Andrés Melo, el epigramista le dedicó esta semblanza:


Es un orador de garra
y abogado muy capaz;
presidente de esta Barra
y asistente a las demás.

e) EL POETA ALI CHUMACERO
Aladino Suárez, antiguo dueño del restaurante Bellinghausen contaba entre sus asiduos clientes al poeta Alí Chumacero, con el que solía parrandear. Liguori adjudica a ambos esta anécdota en verso:

Ayer tarde me habló Alí
desde un restorán tudesco,
y en epigrama arabesco
reproduzco lo que oí:
que estaba bebiendo Alí
en la casa de Aladino
e ingirieron tanto vino
-whisky, brandy, bacardí-,
que se perdieron ahí
la lámpara de Aladino
y las babuchas de Alí.

Y a propósito del ingreso del poeta a la Academia de la Lengua, el epigramista comentó:

Cayó en la Academia Alí
por su lenguaje pulido;
y tanto ha caído ahí,
que hoy se encuentra Alí-caído.

f) DELITO DE PELIGRO
Cuando la Procuraduría del Distrito anunció que todo automovilista con aliento alcohólico sería detenido y consignado por el delito de peligro, Liguori glosó así tal noticia:

Hay una circular nueva
que al manejador proteje:
"El que beba, no maneje
y el que maneje, no beba."

Con irónica expresión
me dijo un amigo viejo:
"Ante tal disposición,
no manejo, no manejo."

g) MÍSTICA PRIÍSTA
Con motivo de la preselección de candidatos a diputados federales, el presidente priísta Jesús Reyes Heroles vivió prácticamente asediado, durante varias semanas, por un enjambre de presuntos. Liguori aprovechó el tema, para comentar:

Preocupados, cejijuntos,
y a ratos fuera de sí,
rondando andan los presuntos
las antesalas del PRI.

¿Qué místicos arrebatos
sacuden su mente loca,
que andan los precandidatos
con el Jesús en la boca?

h) CAMBIO DE PIEL
La siguiente décima, que presuntamente constituye una autocrítica, nos revela el gracioso afán de Liguori de pitorrearse de todo, hasta de sí mismo:

Tenemos los mexicanos
escritores a montones:
unos que son maricones,
otros que son marihuanos;
y otros más que son tan sanos
y a veces son tan empíricos,
que sus arrebatos líricos
no conmueven ni al más lerdo.
Por ello, en común acuerdo,
se han convertido en satíricos.

i) POETAS NAHUALES
José [sic por Miguel] León Portilla, actual Cronista de la Ciudad de México y uno de los investigadores mas preocupados por nuestra cultura precortesiana, realizó el descubrimiento y la presentación de la obra de trece poetas del mundo azteca. Liguori escribió al respecto:

Según León Portilla hay
trece poetas nahuales,
nahuales entre los cuales
están él y Garibay.

(Tomado de: Elmer Homero (Rodolfo Coronado) – El despiporre intelectual (Antología de lo impublicable). Colección El Papalote, #6. Editores Asociados, S. A. México, D.F., 1974) 

viernes, 20 de marzo de 2020

José Vasconcelos, el Negrito poeta

(Anónimo - Cuadro de castas: De español y negra, nace mulata)

El pionero indiscutible del humorismo popular en México, aparece en el siglo XVIII en la persona de José Vasconcelos, "El Negrito Poeta", improvisador inigualable y personaje cuyo pintoresquismo y popularidad no han sido superados hasta la fecha.
"El Negrito Poeta" se desenvolvió en una época y en un medio social adversos a toda liberalidad del intelecto, ya que la Santa Inquisición era dueña absoluta de mentes y de cuerpos, y las audacias del pensamiento se frenaban con escarmientos las más de las veces mortales. José Vasconcelos, sin embargo, logró burlar con su ingenio las barreras que la censura eclesiástica ponía a su paso.
Debido a ello varios ensotanados, heridos en su autoridad por el desenfado del versificador y celosos de su ingenio y popularidad, trataban a toda costa de ponerlo en manos del terrible organismo encargado de la represión espiritual.
Este era el caso de un fraile dominico, enemigo gratuito del poeta, que en cierta ocasión le espetó, frente a numerosos testigos, el siguiente pie:

"Jesucristo en una mierda..."

Otro se hubiera santiguado ante la blasfemia. "El Negrito Poeta" salió airoso del innoble ardid con este desplante:

A proposición tan lerda
sólo acierto a replicar:
Jesucristo en una mierda...
de boca te ha de clavar.

Durante una procesión en honor de Santo Domingo, el mismo cuervo eclesiástico de le acercó a importunarlo con su malignidad. Esta vez le sugirió al oído:

Santo Domingo es un perro...

El improvisador completó el pie así:

En esta opinión no hay yerro,
ha visto usted bien mirado,
pues lo que tiene a su lado
Santo Domingo, es un perro.

En esta forma, largando pie tras pie al paso del ingenioso rebelde, los ensotanados no perdían la esperanza de hacerlo al fin tropezar:
Pie:

Renegar de Dios es bueno...

Poeta:

Azotes, mordaza y freno
tiene nuestra santa fe,
para quien dijere que
renegar de Dios es bueno.

Pie:

Dios en la punta de un cuerno...

Poeta:

Con su saber sin segundo
y su poder sempiterno,
bien pudo formar el mundo,
Dios, en la punta de un cuerno.

Pero en cierta ocasión, sin necesidad del acicate de los frailes, el incorregible versificador compuso ante una imagen de la Virgen y en presencia de testigos, la siguiente cuarteta:

A ésta lo que más le abona
es el haber concebido
sin saberlo su marido
y por tercera persona.

Tales conceptos le redituaron el comparecer ante las autoridades eclesiásticas, que lo conminaron a repetir los versos blasfemos. El poeta, que ya los había olvidado, improvisó estos otros:

Aunque a ese niño ha parido,
siempre Virgen ha quedado;
fue por milagro engendrado,
no por obra de marido.

Mas no sólo con curas lidió "El Negrito Poeta". Gente de todas las clases sociales, atraída por su fama de improvisador genial, se atropellaba por importunarlo. Así, a una vieja pordiosera que en son de burla le pedía un par de medias viejas, le contestó:

¡Pobre de tí que te quejas
a mí, para tu remedio!
Que te partan por en medio
y tendrás "dos medias viejas".

Un día, en presencia del Virrey, el poeta Juan de Mena le pidió un consonante a porque"El Negrito" improvisó de inmediato:

Pido a Vuecencia me ahorque
y me cuelgue de una almena,
si el poeta Juan de Mena
da otro consonante a porque.

Francisco Sandoval, un ricachón que gustaba de escuchar al "Negrito", lo retó cierta vez a encontrar un consonante a Cristóbal, ofreciéndole un puñado de monedas si lo conseguía. Naturalmente, las monedas fueron a parar a los bolsillos del improvisador:

Pues usted, señor Sandóval
(Sandoval quise decir),
me da, sin más lejos ir,
un consonante a Cristóbal.

A un boticario que le tendía un peso a cambio de que completara este pie: "Los cabellos penden de...", le dijo:


Ese peso lo gané, 
si mi saber no se esconde:
Quítese usted, no sea que
una viga caiga, y donde
los cabellos penden, dé.

Una pispireta trató de burlarse de su raída capa de terciopelo, diciéndole:


¡Adiós, negrito poeta
vestido de tafetán,
taralan, tan, tan!

A lo que el aludido, furibundo, replicó:


Cuando nuestro padre Adán
se comió la primera fruta,
ya te tenía por puta
y amante del capitán,
taralan, tan tán.

Un pedante quiso humillarlo con este comentario:

De médico, poeta y loco...

"El Negrito Poeta", sonriente, le espetó:

Acaba el verso, animal;
di, para que sea cabal,
todos tenemos un poco.


(Tomado de: Elmer Homero (Rodolfo Coronado) – El despiporre intelectual (Antología de lo impublicable). Colección El Papalote, #6. Editores Asociados, S. A. México, D.F., 1974) 

sábado, 8 de febrero de 2020

Luis Vega y Monroy

Luis Vega y Monroy, escritor político que colabora para varias destacadas publicaciones y autor de libros como “Atisbos en Punta del Este”, “Reflejos en el Asfalto” y “Viñetas Queretanas”, es al mismo tiempo un humorista en serio -y en serie- y el mejor en manejar actualmente, a nuestro juicio, el difícil género epigramático.
Su “Fenomenología y Metafísica del Verbo Chingar”, que incluimos en la presente compilación, constituye no solamente un ensayo humorístico lleno de aciertos, sino también una búsqueda sicolósicológicagica de las implicaciones que el uso de este necesarísimo vocablo tiene en la vida del mexicano.
Embozado durante largo tiempo en el seudónimo de “Don Luis”, es en el epigrama repetimos- en donde Vega y Monroy alcanza, para nuestro gusto, hallazgos cimeros.
Su manejo magistral del idioma, su malicia exenta de amarguras y su ya añoso oficio de hacer reír diariamente a los lectores de periódicos, lo sitúan en la primera fila de los epigramistas mexicanos de ayer y de hoy.
Y amén de que muchos de los juicios políticos de “Don Luis” no coinciden con los nuestros, creemos que el siguiente muestrario de su vasta producción inédita servirá a los lectores de este libro como regocijo comprobatorio de cuanto hemos dicho.

  1. RAMON BETETA

Se cuenta aquí lo que le aconteció a don Ramón Beteta, siendo Secretario de Hacienda, en casa de “La Bandida”:

Fue a conocido lugar
un fiscal de mucha cuenta,
a fin de calificar
lo que se había de pagar
de impuestos sobre la renta.
Y le dijo una beldad:
-Allí en sus datos concentre
que al fisco, por equidad,
le daremos la mitad
de todo lo que nos entre.

  1. SALVADOR NOVO Y KITTY DE HOYOS

Salvador Novo, inigualable escritor de per-versos, recibió, a su vez, puyazos en todo lo alto, como el que le recetó “Don Luis”, allá por 1958, a propósito de los rumores de matrimonio entre el dramaturgo y la entonces apetitosa actricita Kitty de Hoyos:

Si esta unión hace el demonio
que en todo se ha de meter,
¿qué es lo que va a suceder
en tan raro matrimonio?
Pues la cosa más sencilla:
compartirán por igual
no sólo el pan y la sal
sino el techo y la tortilla.


  1. INDUSTRIALES

“Don Luis” fue convidado a una comida de hombres de negocios, durante la cual se hablaron maravillas sobre los productos de la industria nacional. En una servilleta, el epigramista escribió su particular interpretación de todo lo que ahí se dijo:

Un chico oyó enternecido,
a su padre -un industrial
de satisfacción henchido-
Uhablar de progreso habido
en la industria nacional.
Y al saber que un hermanito
le llegaba de París,
preguntó a su papacito:
-¿Cuando yo sea grandecito
ya se harán en el país?


  1. POLÍTICOS

Cuando Alfonso Martínez Domínguez fue designado presidente del PRI, comenzó a recibir un verdadero alud de adhesiones. Este fue el comentario:

En el PRI -cosa probada-
no existe ya en esta fecha
ala izquierda o ala derecha:
solamente ala… cargada.

Era diputado al Congreso de la Unión, por el Partido Popular Socialista, Leopoldo Trejo Aguilar; y a punto de finalizar su período, anunció su determinación de pasarse a las huestes del PRI:

Ya para expirar el plazo
de su político sino,
un diputado “pepino”
se puso a dar el cambiazo.
Y al quererse acomodar
de otro sol bajo el reflejo,
demostró que no era ...TREJO
sino bastante AGUILAR.

En cierta ocasión Fidel Velázquez, líder de la CTM, hizo recuerdos de cuando era un humilde lechero. El epigrama no se hizo esperar:

No es que del líder sospeche,
pero malicio enseguida
que en el curso de su vida
ha tenido mucha “leche”.

Con motivo de que en una ceremonia cívica un orador calificó de “Heroica” a nuestra metrópoli y de que Uruchurtu iniciaba su tercer sexenio como regente de ella, “Don Luis” comentó:

A esta urbe de los baches 
nuestro popular ingenio
le ha adjudicado tres “haches”;
¡una por cada sexenio!

Y cuando un 14 de septiembre los capitalinos se encontraron con la noticia de que Uruchurtu había renunciado, el epigramista remató:

El 14 del actual,
según la maledicencia,
fue el Día de la Independencia
del Distrito Federal.

Un verdadero escándalo político se suscitó cuando los diarios publicaron que la esposa de un presidente municipal de Saltillo, miembro del PRI, había votado por el PAN:

Si la oposición con furia
brama, grita, patalea,
amenaza, brinca, injuria,
pega, pellizca y pelea,
opino yo que conviene
ver en Saltillo qué pasa:
¡Consideren al que tiene
la oposición en su casa!

Según informes hechos públicos por la ORIT, hay en México nueve millones, por lo menos de personas que no trabajan. El dato le pareció dudoso a “Don Luis”, y replicó:

Aunque veamos que frecuentemente
México pasa por momentos críticos,
no creemos, señores, francamente,
que haya nueve millones de políticos.


  1. SOTANAS

A propósito de los curas progresistas, enemigos del celibato, que han colgado hábitos y se han casado, el epigramista concluyó:

El progresismo se afana
en querernos demostrar
que un clérigo puede andar
con sotana y con Mengana.

Durante muchos años el canónigo Ramón de Ertze Garamendi escribió en “Excélsior” una columna con el título de “Suma y Resta”. En ella publicó don Ramón, cierta vez, algunos juicios acerca del celibato eclesiástico. “Don Luis” escribió:

De haberse aquí derogado
el celibato… ¡Qué gesta!
Hasta uno que “Suma y Resta”
ya hubiera multiplicado.

El teólogo Samuel Bernardo Lemus escribió en “El Universal” un artículo en el que sostenía que el Ángel de la Columna a la Independencia es del sexo masculino. Al respecto, “Don Luis” preguntó con malicia:

Es audaz y extravagante
su afirmación, a mi fe;
que me diga entonces qué
tiene “arriba y adelante”. 

  1. ENCUERATRICES

A mediados de la década de los 50 las carteleras cinematográficas anunciaban una serie de filmes nudistas. En ellos Amanda del Llano, Ana Luisa Peluffo y Aída Araceli aparecían “in puribus naturalibus” (lo que vulgarmente significa “completamente en cueros”). A la Peluffo, entonces en el esplendor de sus atributos físicos, el epigramista le suscribió estos renglones:

Cuando la Peluffo estaba
usando la regadera,
al notar que se bañaba 
le dijo una compañera:
-Anita, ¿te estás bañando?
Y esto se oyó contestar:
-Nada más estoy lavando
mi ropa de trabajar.

Por estos mismos días una de las desnudistas mencionadas cumplió 17 años y con este motivo organizó una gran fiesta en su departamento. En el intermedio de los brindis, la anfitriona mostró a los incrédulos su acta de nacimiento:

En la fiesta a todo dar
que hizo en su departamento,
ella se puso a mostrar
el acta de nacimiento.
Y a un periodista sonriente
se le escuchó comentar:
-Es lo único, ciertamente,
que le faltaba enseñar.

  1. DEPORTISTAS

Un miembro del equipo mexicano de ping-pong que fue a China, afirmó a su regreso que ese sí es un país maravilloso. Maliciosamente, “Don Luis” le replicó:

Saco yo la conclusión
por ideas tan peregrinas,
que no fue a jugar ping-pong
sino a jugar “damas chinas”.

Y a propósito de un campeonato de futbol femenil, alguien le preguntó su opinión. Él contestó al vuelo:

A mí, como a muchos seres
de otras regiones remotas,
me gustan más las mujeres
que juegan con dos pelotas.

  1. ONASSIS Y JACQUELINE

El estilo “Jacqueline” es una nueva manera de embriagarse que “Don Luis” recomienda a las “caza fortunas”:

No se bebe cognac ni aguardiente
ni se cata dulzón moscatel:
se comienza con un “Presidente
y se acaba con “Viejo Vergel”.

En 1968 Onassis y Jacqueline anunciaron su deseo de pasar unas largas vacaciones en Baja California. El epigrama, dado el lema de las Olimpiadas de que “todo es posible en la paz”, fue de lo más oportuno:

Onassis y Jacqueline
harán el viaje, quizás,
para comprobar si al fin
Todo es posible en La Paz.”

  1. NERUDA Y JARA

Cuando el “Pen Club” de los Estados Unidos rindió homenaje al gran poeta comunista Pablo Neruda:

Si allá le rinden también
a Neruda pleitesía,
ese “Pen Club” debería
denominarse “Club Pen”.

En relación con el Premio Stalin de la Paz, que la URSS otorgó al general Heriberto Jara:

Si ha causado desconcierto
saber que sin más ni más
dieron al rojo Heriberto
el Premio Stalin de Paz,
yo pienso que no está mal
que le den esa medalla:
¡Es que llegó a general
sin una sola batalla!

  1. ENTRE IGUALES

“Un policía de la 12a. Delegación -publicaron los periódicos- les robó el sueldo a los jueces calificadores, y para colmo, estafó la Caja de Ahorros de la Jefatura. “Don Luis”, con criterio salomónico, terció:

Usted, lector, ¿qué le haría,
sin penas y sin temores,
a ese señor policía
que hizo tamaños horrores?
¿De la horca lo colgaba?
¿Lo ponía en el paredón?
¡No sea injusto! Yo le daba
sus cien años de perdón!

  1. SUCULENCIAS

Recientemente el director de Industrial de Abastos, Rafael Gamboa Cano, ofreció una comida al “Club Primera Plana”, a cuyos miembros agasajó con carne de la mejor calidad. Al agradecer el ágape y jugando con los apellidos del anfitrión, “Don Luis” dijo:

Tan buena carne, a fe mía,
GAMBOA nos puso a la mano,
que más que de Ferrería,
parece de Fanny CANO.


i) FENOMENOLOGIA Y METAFISICA DEL VERBO “CHINGAR”

CHINGAR es el verbo más delicioso del léxico mexicano. Es una palabra tornasolada y proteica, con los más diversos sentidos según el tono con que se pronuncia, la hora en que sale retozona en medio de la charla, o las circunstancias que rodean su aparición, como chispa traviesa, entre el grupo de amigos. La palabra chingar salta de repente en la discusión que sostienen graves señorones de las finanzas y automáticamente el ambiente se torna cordial y se humaniza. Entre el murmullo de la cantina suena de pronto como un cañonazo. Adquiere tiernas y picarescas modulaciones en los dulces labios femeninos y hasta sugiere broncas promisiones viriles en la boca inocente del niño.
Chingar es un verbo que sirve para todo y que nos sirve a todos. Con él matizamos sabrosamente nuestro lenguaje. Tan pronto es vívida expresión de gozo, como estallido de ira y desesperación. A ratos es término juguetón y a ratos anuncio de tragedia. Chingar es el verbo que todos conjugamos en tiempos, modos, formas y personas. Es nuestra gramática parda que nos enseña a emplear el verbo en forma activa, pasiva, impersonal, recíproca y reflexiva. Es el verbo chingar nuestro verbo por excelencia.
Sin el verbo chingar no podría hablar el mexicano; es entraña en nuestra peculiar sicología. El verbo chingar es al mexicano lo que el calor a la llama, lo que la frescura a la brisa y lo que el perfume a la flor. Sin él no podríamos expresar nuestros sentimientos en su genuina hondura. Con el verbo chingar el mexicano ríe, llora, trabaja, vive, muere, se enfurece, se desahoga, se exalta y se calma. En México al que no chinga, lo chingan, porque en esta vida -¿quién no lo sabe?- hay que chingarse.
¿Qué decía en medio del combate el revolucionario a quien le había dado en la chapa del alma una bala enemiga?
-Ya me chingaron.
Aquí el verbo significa matar y morir. Pero de pronto obtiene otros matices y quiere decir sufrir, tolerar, soportar:
Llega una abnegada madre de familia, esposa de un mexicano habituado a los copetines y se queja amargamente con el señor cura de que ya no soporta la vida que le da su adorado maridito, porque además de gastarse la raya los sábados, le pega cuando no le tiene la comida caliente. El señor cura consuela a la mujer y le dice:
-Calma, hijita, ten paciencia. Dios habla por los que callan.
-Ay, padrecito -replica la mujer-. Pero mientras Dios habla por los que callan, ¿quién es la que se chinga?
El universitario que enseña a sus compañeros su boleta de reprobado, dice tristemente:
-Me chingaron en Derecho Administrativo.
Lo cual prueba que el verbo chingar también significa reprobar.
Llega el mocoso a su casa con un ojo morado y se escurre para que no lo vean sus padres:
-¿Qué te pasó? -le pregunta su hermanito.
-Me dieron un chingadazo.
Así pues, el verbo chingar también tiene la acepción de golpear de fea manera.
-¿Te acuerdas, compadre, de que en la misma vecindad donde yo vivía el año pasado había una muchacha muy bonita, de ojos verdes, buenísima, que se llamaba Rosita? Pues ya se la chingaron.
Y el compadre mientras lamenta lo sucedido, sabe que lo que le pasó a la pobre Rosita, no fue que la reprobaron ni que le pegaran, sino simplemente que le hicieron trizas la doncellez.
El verbo chingar sirve también para connotar las cosas buenas. Está platicando por teléfono la señorita secretaria con una de sus íntimas amigas:
-No dejes de ver, mana, la película que dan en el Ariel. Está chingonsísima.
Lo cual quiere decir que es una película extraordinaria, magnífica, morrocotuda. Del mismo modo, cuando alguien es un genio y sobresale por sus cualidades, no es cualquier cosa: es un chingón.
En cambio, cuando algo es insignificante, sin importancia de ninguna especie ¿cómo se le califica?
-Esto es una chingadera.
En otras palabras, no sirve para maldita la cosa.
Hay ocasiones en que el verbo chingar significa trabajar en forma intensa y eficaz:
-Ahora sí, muchachos -dice el jefe del taller-, a chingarle muy duro.
Y los "muchachos" a los que les gusta que les hablen "derecho", pues le chingan con fe y terminan pronto el trabajo.
El tono con que se pronuncia el verbo chingar en sus diferentes compuestos y formas, tiene capital importancia.
Llaman enérgicamente a la puerta y el que está saboreando su jaibolito lo deja y se apresura a abrir diciendo:
-¿Quién, chingao?
-¡Yo, chingao!
-¡Ah, chingao!
¿Cómo le dice un amigo a otro que viene a importunarlo cuando está más ocupado?
-No me estés chingando.
Pero a veces el verbo chingar tiene otro significado distinto. Es defraudar, madrugarle a uno, abusar de su confianza:
-Iba muy bien mi empresa; pero mi socio me chingó. Se fue con el producto de nuestro mejor pedido.
Con lo cual, y en son de queja, agrega:
-¿No te parece, hermano, que esas son chingaderas?
En otras ocasiones, chingar es hurtar:
-Chíngate esa botella de cognac -le dice el chofer al mozo-. Al cabo que el patrón no se da cuenta.
Ahora que cuando un mexicano quiere injuriar a otro en la peor de las formas -y este es el antecedente de muchos homicidios-, simplemente le dice:
-Anda y chinga a tu madre.
A continuación se escuchan balazos o el zumbar de los machetes.
Cuando una máquina se descompone, ¿qué es lo primero que uno dice con enfado?
-Esto ya se chingó.
Si una cosa es bonita pero inservible, se le designa cariñosamente con el nombre de chingaderita.
Si una cosa sale mal, todos dicen:
-Estuvo de la chingada.
Y para finalizar, el verbo chingar también significa concluir, terminar, acabar. A la hora en que se cierra el periódico, cuando ya todos están cansados y con ganas de irse a dormir, nada hay más grato que escuchar al subdirector cuando dice:
-Ahora sí, como dijo mi general Madrigal, esto ya chingó a su madre.


Don Luis.

(Tomado de: Elmer Homero (Rodolfo Coronado) – El despiporre intelectual (Antología de lo impublicable). Colección El Papalote, #6. Editores Asociados, S. A. México, D.F., 1974)