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lunes, 4 de agosto de 2025

Marta Alicia Camacho Loaiza


 

Intervención de Marta Alicia Camacho Loaiza 


Fue secuestrada por el ejército y la Federal de Seguridad en el estado de Sinaloa, es integrante de la Unión de Madres con Hijos Desaparecidos de Sinaloa, actualmente es profesora e investigadora de tiempo completo en la Universidad Autónoma de Sinaloa, en el área de Historia.


Agradezco a las compañeras "Tita" y Rosa María por haberme invitado a participar en este evento. No tenía la certeza de asistir porque mi madre está hospitalizada gravemente. 

En el año de 1977, en la Universidad Autónoma de Sinaloa, al igual que en otras universidades del país, se estaban manifestando grupos como lo mencionaba "Tita" y Rosa María, grupos antagónicos dentro de la Universidad, grupos de porros y los grupos de personas que tl en la tesis de Maestría en Historia. 

El 12 de febrero de 1976, contraje matrimonio con José Manuel Alapisco Lizárraga, quien laboraba como maestro en la UAS en la preparatoria Flores Magón y en la Escuela de Ingeniería Civil en Culiacán, fuimos estudiantes de la escuela de Economía. 

El 19 de agosto de 1977, aproximadamente a las 19 horas, estaba en nuestro domicilio en compañía de la señora Josefina Machado Torres y justo cuando nos disponíamos a cenar irrumpieron violentamente un grupo de personas fuertemente armados, por su vestimenta pude saber que se trataba de miembros del ejército, elementos de la Dirección Federal de Seguridad y policías de la judicial del Estado. 

Apuntándonos con sus armas nos preguntaron: ¿Quién es Martha? A lo que le respondí: soy yo, de inmediato a la señora la vendan de los ojos y se la llevan en un vehículo, enseguida empiezan a golpearme en el rostro y el cuerpo al mismo tiempo que me preguntaban: ¿Dónde está tu marido? Dando por respuesta que él se encontraba trabajando, luego me arrastraron de los cabellos unos ocho metros hacia donde estaba la sala de la casa. 

Seguían golpeándome, le suplicaba que por favor no me golpearan en el vientre, a lo que me respondían, que lo que querían era dañarme a mí y al hijo que esperaba, me ubicaron en la sala de la casa de tal forma que desde la calle fuese visible, enseguida todos los vehículos se retiraron de nuestro domicilio, algunos individuos se escondieron detrás de los muebles, otros en el techo de la casa, transcurrieron varios minutos, creo que dos horas, en ese momento llovía, veo que llegan a casa José Manuel y un jovencito de nombre Juan Germán Flores Carrasco, escucho gritos al mismo tiempo que se inicia una balacera un individuo que estaba detrás de un mueble, me tira al piso y trata de cubrirme de las balas, inmediatamente que termina la balacera me levantan y me ponen una venda en mis ojos al mismo tiempo me atan las manos, de nuevo  soy arrastrada de los cabellos hacia un vehículo tipo combi, me tiran al piso y caigo sobre Francisco Javier Manríquez Pérez. 

Somos trasladados a la novena zona militar de Culiacán, lo sé porque me quitaron la venda de los ojos para tomar fotos y huellas dactilares, en esos momentos observo gente con uniforme de militares y sus armas tenían las siglas del ejército mexicano, enseguida me sientan en una silla para interrogarme, pasaron las horas y de manera violenta escucho que se abre una puerta y escucho que arrastran algo y lo dejan caer, enseguida me bajan la venda de los ojos y me dicen: "mira cómo quedó el perro de tu marido" y me arrojan sobre su ensangrentado cuerpo la sangre salía a borbotones de su pecho, intento levantarme pero una patada en mi espalda me hace caer nuevamente sobre mi esposo, un tipo me dice: "Se cree muy güevudo el cabrón, pues mira, ya no tendrá más güevos" entonces lo castran delante de mí. 

Me vendan nuevamente y escucho que es arrastrado hacia el baño y abren la llave de la regadera creo que para que se desangrara, me llevan a otra habitación y allí estaba la señora Josefina, nos tiramos al suelo a dormitar, ambas muy golpeadas, los días transcurrieron en medio de tortura, interrogatorios, muertes, etc., pues además de nosotras, también estaban casi todos los jóvenes que hasta la fecha se encuentran desaparecidos de Sinaloa. 

Una noche nos trasladan a una casa de seguridad a todos, cada noche llevaban detenidos diferentes, algunos salieron en libertad, otros murieron durante interrogatorio y otros siguen desaparecidos. 

El 29 de septiembre, nace mi hijo en condiciones infrahumanas, el momento de parir había llegado, sin el mas mínimo aseo rasgaron mi cuerpo para introducir unos forceps y sacar al bebé en todo momento golpeándome e insultándome, pero aún así mi hijo logra nacer bien. 

De tanto maltrato que se me dio cuando iba a nacer mi hijo, afortunadamente pues nace: actualmente tiene 26 años, es licenciado en letras y literatura hispana y algunas de las compañeras lo conocen y lo más dramático lo más patético de esto es que en ese momento cuando él nace me levantan la venda y veo a mi bebé todavía con sangre pero con una metralleta en su cabeza, y me dicen: "obsérvalo, míralo por única vez, esto es lo que pariste y nosotros lo bautizamos con el nombre de Thompson porque es lo primero que él siente al nacer una metralleta Thompson". 

Lo que viene después obviamente, no, no hubo ni la más mínima atención de aseo, al menos, imagínense tantos días secuestrada con la misma ropa y por consecuencia vienen infecciones ya con altas temperaturas, cómo transcurren aproximadamente unas semanas después de que nace el bebé, te viene temperaturas, creí que me iba a morir, y me sueltan así de simple, yo tenía la mitad de mi cuerpo paralizado, después me integro a casa de mis padres nuevamente como hija de familia pero ahora con un bebé. 

Aquí viene también un proceso que muchas de nosotras quizá no hemos podido superar; viene la cuestión social, cómo la cultura que se tiene hasta la fecha nos afectó desde el punto de vista emocional psicológico, social, laboral, en todos los aspectos nos viene a dañar. ¿Por qué? En primera instancia, yo vengo de una familia media acomodada. Si bien es cierto tuve todas las comodidades materiales sin embargo tuve el rechazo completo de la familia; rechazo que hasta la fecha continúa, siendo etiquetada de comunista, "la guerrillera", "la asesina", en fin, un montón de consignas que nos cuelgan, que nos ponen ahí, que nos bautizan. Sin embargo, creo yo que surge ahí esa fuerza interna que a todas nos identifica, por eso estamos aquí. 

Disculpen la palabra pero allá en Sinaloa somos muy malhablados, ni madre, esa pinche chingadera que me pasó no me hunde más que pura madre. Eso da pie a que yo siga y continúe mi carrera, termine, forme un nuevo hogar, me casé nuevamente. Tengo otras hijas casi profesionistas también; actualmente me acompaña la más pequeña. Nosotros la llamamos la bebé Marisol, ponte de pie bebé. Me preguntaban anoche las compañeras ¿Cómo le haces para llevarte tan bien con tus hijos? Bueno les digo yo he tratado de ser amiga de ellos, y no he puesto ese abismo generacional, ese abismo de cultura. Yo siempre he tratado de hacer como ellos de apoyarlos, trato de ser su amiga. 

Les mencionaba, creo que tuve el coraje y la fuerza suficiente tanto para superar la parálisis como la atención psicológica profesional, pues ya mi hijo es Licenciado en Letras, el miércoles se recibió otra de mis niñas en la Licenciatura de Estudios Internacionales y Políticas Públicas y en junio junio otra de mis niñas en Licenciada en Psicología. Yo invito a las compañeras que tuvimos el coraje, que estamos aquí, la mayoría de nosotras profesionistas de una u otra forma proyectadas no sólo como personas, como mujeres sino como profesionistas a que integremos a este tipo de movimientos a aquellas compañeras que no pudieron superarlo, que todavía viven como dicen los jóvenes que se quedaron allá arriba, que no ven el cambio que hoy tenemos en todos los aspectos, pues yo las invito a que continúen una vida normal, pero eso sí siempre con la fuerza que todas traemos interna de espíritu de lucha y que nos apoyemos como mujeres que somos. Pues adelante y felicidades por impulsar este tipo de encuentros.


(Tomado de: Aguilar Terrés, María de la Luz (compiladora) - Guerrilleras. Antología de testimonios y textos sobre la participación de las mujeres en los movimientos armados socialistas en México, segunda mitad del siglo XX. Ciudad de México, 2014).

lunes, 6 de marzo de 2023

El voto es para las mujeres, 1936

 


El voto es para las mujeres


*El acuerdo del PNR para las mujeres del Distrito Federal se hará extensivo a los estados en donde se vaya a hacer la renovación de poderes


(17 de febrero)


De acuerdo con sus propósitos de dar participación a la mujer en las elecciones internas y plebiscitos que celebre, por los motivos que ya ha dado a conocer el Partido Nacional Revolucionario hará extensivo el derecho de voto en esos actos, a sus miembros del sexo femenino en el Estado de Sinaloa, y en otras entidades donde habrá renovación de ejecutivos locales y designación de candidatos del P.N.R. a senadores el presente año.

Acaba de expedir el partido su convocatoria a elecciones internas de candidatos a gobernador y senador en Sinaloa, y en ella quedó incluida una cláusula semejante a la que figura en la convocatoria dada a conocer en días pasados para el Distrito Federal, por la cual las mujeres podrán tomar parte en las elecciones internas que se efectuarán en aquella entidad el 5 de abril.

el Partido Nacional Revolucionario designó su delegado general en dichas elecciones internas al señor Carlos García Torres, quien ya ha salido rumbo a Culiacán, para ejercer sus funciones de supervisor general de tales actos, y lleva el propósito de cumplir lo estatuido en la convocatoria respectiva, dando toda clase de facilidades juntamente con el Comité del Estado para que los organismos femeniles de Sinaloa y en general todas las mujeres que pertenecen al partido, puedan tomar parte en los plebiscitos.

En las convocatorias a elecciones internas que lance el partido para otros estados se incluirá cláusula semejante, pudiendo asimismo las mujeres concurrir como delegadas a las convenciones distritales y estatales.


(Tomado de: Hemeroteca El Universal, tomo 3, 1936-1945. Editorial Cumbre, S.A. México, 1987)

lunes, 11 de julio de 2022

Amparo Ochoa

 


La enfermedad de una gran cantante puso a prueba en 1994 la fidelidad de sus colegas y admiradores. Éstos, con el apoyo del Museo de Culturas Populares, lucharon generosamente por postergar la desaparición de Amparo Ochoa.

Amparo Ochoa Castaños nació en Culiacán, Sinaloa, en 1946, de padres campesinos. En 1962, cuando tenía sólo 16 años, obtuvo el primer lugar en un concurso de canto a nivel estatal. Estudió magisterio y, de 1963 a 1968, trabajó como maestra rural en La Palma, Villa Ángel Flores y Tierra Blanca, en su estado natal. En 1969 ganó el concurso nacional de aficionados de la radiodifusora XEW de la ciudad de México, y ese mismo año inició sus estudios musicales en la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los cuales concluiría en 1971. En este periodo de su vida acompañada de una guitarra, se dio a conocer como cantante en bares y cafeterías de moda como Amor, Las Musas, El Bohemio, etc. Su repertorio incluía canciones de José de Molina, Cornelio García, el cubano Nicolás Guillén y el argentino Atahualpa Yupanqui, además de piezas populares mexicanas. Entre 1971 y 1972 hizo teatro musical con el grupo La Edad de Oro, junto con personalidades como Óscar Chávez y Ernesto Gómez Cruz, bajo la dirección del guanajuatense Juan Ibáñez. También en 1971 grabó su primer disco individual de larga duración para la RCA Victor, De la mano del viento, y también su primer disco político colectivo, Cánticos y testimonios, con José de Molina y Leopoldo Ayala.

Por esas fechas empezó a cantar en las peñas de música latinoamericana que comenzaban entonces a florecer en la ciudad de México: El cóndor pasa, El Nahual, Peña del Ángel y Tupac, entre otras. Comenzó igualmente, a hacer giras por el interior del país con el grupo On'ta. En 1973, por encargo de la Secretaría de Educación Pública, intervino en la grabación del disco Folklore de la intervención francesa, y ese mismo año tomó parte en el Primer Festival Masivo de Música Latinoamericana en México.

A partir de 1976 se hicieron frecuentes sus giras por el extranjero, tanto en América como en Europa. Sus principales discos, además de los ya mencionados, son Solidaridad con el pueblo chileno y Cancionero popular (1974), Amparo Ochoa, volumen dos (1976), Yo pienso que a mi pueblo (1978), Amparo Ochoa canta con los niños (1980), Mujer (1981), Trova y algo más de Yucatán y Vamos juntos (ambos de 1983) y Corridos y canciones de la Revolución Mexicana (1984). Su primer compacto fue Mujeres (1989), con música del compositor chiapaneco Federico Álvarez del Toro para ella, en que colaboró con Betsy Pecanins y Tania Libertad. Entre las canciones más célebres de su repertorio figuran clásicos como "La maldición de Malinche", de Gabino Palomares, "Jugar a la vida", de Enrique Ballesté, y "El huapanguero", de Rodrigo González. Sus grabaciones más importantes fueron hechas por Discos Pueblo y Discos Pentagrama.

Amparo Ochoa, llamada por algunos el Jilguero Sinaloense, falleció de cáncer el 7 de diciembre de 1994 en Culiacán.


(Tomado de: Todo México 1995. Resumen ilustrado de los acontecimientos más importantes registrados en México en 1994 para la actualización de la Enciclopedia de México. Kentucky, EUA, 1995)

lunes, 10 de enero de 2022

El santo de los narcotraficantes y de los jodidos

 


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El santo de los narcotraficantes y de los jodidos

Se llama Jesús Malverde y, dice el rumor, fue un bandolero generoso que ayudaba a los más necesitados, una especie de Robin Hood que le quitaba a los hacendados y le daba a los pobres. Tiene levantadas varias capillas dentro y fuera de México, en las que aparece junto a las imágenes de San Judas Tadeo, Juan Soldado y la Santa Muerte, protectores de quienes se dedican a las actividades ilícitas, pero también al lado de la universal Virgen de Guadalupe. Se le representa como un hombre alto y fuerte, de bigote y cejas espesas y negras, con la mirada generosa del que está seguro de sí mismo y peinado como Pedro Infante: un típico galán norteño.

Malverde nació, dicen por ahí, en 1888 en el estado de Sinaloa. Su fama como santo encuentra origen en su propia muerte, cuando fue herido por la Policía con un tiro que le causó una herida en la pierna y que se infectó hasta causarle la gangrena de la extremidad. Antes de morir, Malverde le pidió a su mejor amigo que lo entregara y que cobrara la recompensa, para que pudiera distribuir ese dinero entre la gente más pobre de la región.

Así, el rumor sobre Malverde se suma a los de otros ladrones emblemáticos, como Chucho el Roto. Entre los incontables milagros que se le atribuyen al santo de los malandrines, está el que asegura que el día mismo en que el capo Julio Escalante ordenó el asesinato de su hijo, quien había osado hacer negocios sin consultárselos. Malverde intervino para salvar al muchacho, que fue rescatado por unos pescadores de las aguas donde lo habían lanzado.

En recuerdo del día que murió, el 3 de mayo de 1909, sus devotos se vuelcan a las capillas y le ofrendan desde camarones hasta piedras, que recuerdan la forma en que el pueblo dice haberlo enterrado, cubriendo su cuerpo con rocas, pues las autoridades prohibieron darle cristiana sepultura.

La Iglesia católica no acepta su santidad, puesto que no hay registros probables de su vida y menos aún de que haya hecho milagros. También los historiadores cuestionan su existencia, atribuyendo sus aventuras a otra persona, llamada Jesús Juárez Mazo. Sin embargo, el director del Archivo Histórico de Sinaloa, Gilberto López Alanís, encontró en el año 2004, en los archivos del Registro Civil de Culiacán, un acta de nacimiento de 1888 que corresponde a un niño llamado Jesús, hijo de Guadalupe Malverde. El acta dice: "En Culiacán, a 5 de marzo de 1888, el juez del estado civil de esta capital hace constar que el encargado del registro civil de esta capital de Paredones ha remitido a este Juzgado un acta del tenor siguiente: En Paredones, a 15 de enero de 1888, ante mí, Marcelino Zazuela, compareció el C. Cecilio Beltrán, mayor de edad, soltero, jornalero y de esta vecindad, y presentó un niño vivo, nacido en este lugar hoy a las 5 de la mañana, a quien se puso de nombre Jesús, hijo natural de Guadalupe Malverde, mayor de edad, soltera, y de este punto. Fueron testigos de este acto los CC. Cipriano y Tiburcio Espinoza, mayores de edad, solteros, jornaleros, y de este don. La presente acta interesada exponente y testigos manifestaron su conformidad, ratificaron su contenido, no firmado, por no saber".

Lo indudable es que el pueblo, especialmente los que ponen en riesgo su vida o van a cruzar la frontera con Estados Unidos, se encomienda a este bandido generoso o ángel de los pobres. Y que también los connotados narcotraficantes Rafael Caro Quintero -que como sabemos ofreció pagar la deuda externa-, Ernesto Fonseca Carrillo, don Neto; Miguel Ángel Félix Gallardo, el Padrino; y Amado Carrillo Fuentes, el Señor de los Cielos, fueron o son sus fieles devotos.

(Tomado de: Marcelo Yarza - 101 Rumores y secretos en la historia de México, Editorial Grijalbo, Random House Mondadori, S.A. de C.V., México, D.F., 2008)


viernes, 4 de octubre de 2019

Gobierno americano no intervendrá en México, 18 de febrero de 1913

(Henry Lane Wilson)

El embajador americano y el ministro alemán visitan al Presidente Madero en el Palacio Nacional
*
El Correo de la tarde, Mazatlán, Sinaloa. Martes 18 de febrero de 1913


Señor prefecto del Distrito:


“Ha desaparecido por completo todo peligro de intervención.
Ayer el Presidente de la República y el Ministro de Relaciones fueron visitados en el Palacio Nacional por el Embajador americano [Henry Lane Wilson] y el Ministro alemán. El resultado de la conferencia fue sumamente satisfactorio, y el Gobierno mexicano tiene seguridades de que el Gobierno de Estados Unidos no piensa intervenir en sus asuntos interiores.
Los buques americanos vienen para recoger a los residentes americanos que deseen abandonar el país, corroborando esto un mensaje del periódico The Sun, de Nueva York, que en su parte relativa, extractada, dice: “El Gobierno continúa inclinado en contra de la intervención.”
Pactóse una tregua de 24 horas en las operaciones militares que comenzará a contarse desde las 2 de la mañana de hoy, con objeto de que puedan atender a sus necesidades particulares los no combatientes.”
El mensaje que acabo de transmitir me fue dirigido por el Ministro de Comunicaciones, con fecha de ayer.
Sírvase darle la mayor publicidad.


El Gob.,
Felipe Riveros


(Tomado de: Labrandero Iñigo, Magdalena, et al, (coordinadores) - Nuestro México #4, La Decena Trágica, 1913. UNAM, México, D. F., 1983)

martes, 13 de agosto de 2019

La tierra de Nadie



En 1824 fue decretado, por el Acta Constitutiva de la Federación, que se formase el Estado de Occidente, reuniendo a las provincias de Sinaloa y Sonora. Seis años más tarde separaron nuevamente sus destinos. Uno de los menos oscuros motivos de su distanciamiento fue el trazo de límites sobre la laguna o estero de Agiabampo, reclamada por ambas entidades con mucho interés. Finalmente, nadie se ocupó de la región.


Y hoy, ciento cuarenta y nueve años después, los manglares, los bosques y selvas de Agiabampo se encuentran en el mismo estado de jardín olvidado, de gigantesco parque cerrado a todo menos a la fauna silvestre más protegida que pueda imaginarse.


Hacia el mar, entre dos barras arenosas a veces pasables a pie y a veces no (aquí el mar sube o baja de nivel hasta seis metros entre una y otra marea), se halla la llamada isla Basacori, un paraje silencioso e inmóvil bajo el sol derretido que le cae a plomo. Sin embargo, con las primeras luces del amanecer o las últimas de la tarde, en la isla resuenan cantos y voces de aves canoras, veloces chachalacas de colores, adornadas codornices, cómicas perdices “canela” y hasta la singular garza atigrada Tigrisoma mexicanum no existe en ningún otro lugar de la Tierra.


Confesamos aquí nuestra incapacidad para trasladar a la descripción toda la variedad de animales raros o muy poco conocidos, que tienen en el área de Agiabampo el más perfecto santuario de sus especies. Es el tipo de lugar adonde usted pueda llegar provisto de cualquier medio de captación y salir invariablemente henchido de valores ya se trate de cámaras, grabadoras, etc., o simplemente un par de ojos insaciables.


El punto de partida está precisamente sobre el kilómetro 1685 de la carretera México-Nogales (115 kilómetros al norte de Guasave) y luego, hacia el mar, hasta el caserío de Agiabampo, son 14 kilómetros de un infame camino (obviamente, si no fuera infame, estaría el área muy estropeada por la excesiva concurrencia). Es uno de los caminos con mayores y más generosas recompensas para el visitante. (En la vecina Navojoa hay un par de tráiler camps: el Alameda y el Del Río, con lo necesario para una estancia cómoda, segura y grata.)


(Tomado de: Mollër, Harry. México Desconocido. INJUVE, México, D. F., 1973)

miércoles, 10 de julio de 2019

Pedro Infante



El minotauro erótico

Con su cuerpo de gimnasio "a la antigüita", obviamente hecho a base de mucho aparato y mucha disciplina; un cuerpo de torote en el que destacaban sus bíceps desarrollados in extremis; con un rostro de rasgos correctos y una mirada en que la simpatía, la socarronería y la intención erótica competían para prevalecer. Enfundado en trajes de charro o de motociclista de la Dirección de Tránsito (atuendo que mucha gente encuentra irresistiblemente erótico, quizá por las botas), hizo gala de una voz excepcional, tremendamente erótica, su más fino y mejor instrumento sexual. Pedro Infante es un símbolo sexual sui generis idolatrado por las mujeres y hasta por los hombres -que lo sienten su mejor representante-, amado hasta por ellos en alguna forma, en ese erotismo que es el compadrazgo entre machos. (David Ramón)

Parte memorable de su cuerpo:
Los bíceps.

Su papel más sexy:
El de "Pepe el toro", en donde todas las mujeres quieren seducirlo y luce ampliamente sus bíceps.

Su escena más provocadora:
Cuando le canta a Miroslava en Escuela de rateros, se mete hasta su cama con su canción, en lo que constituye, sin duda alguna, un "coito fónico".

(Tomado de:  Ramón, David - Somos, especial de colección núm. 6, Los símbolos sexuales + ardientes del mundo. Editorial Eres, S.A. de C.V., México, D.F., 1997)




lunes, 29 de abril de 2019

Ángela Peralta


Henriette Sonntag, famosa coloratura alemana contratada por el Teatro Nacional de México para la temporada de ópera, estaba fatigada de los empalagosos homenajes que le rendía la sociedad capitalina de mediados del siglo XIX. Tenía además que soportar interminables demostraciones de talento musical de cuanta aristocrática señorita que estudiaba canto, y cuando el director de ópera Agustín Balderas le pidió que escuchara a su discípula de 9 años de edad, la prima donna exhaló un suspiro de desaliento antes de aceptar.

Cuando vio aparecer a la chiquilla en la sala de su residencia, quedó aturdida por la sorpresa. Pobremente vestida, chaparra y regordeta, de piernas flacas y torcidas, la niña tenía la cara ancha, el cutis de un prieto amarillento, la nariz chata y roma y una boca enorme. Lo más desagradable eran sus ojos, saltones y estrábicos. Acentuada la torpeza de sus movimientos por el miedo a la admirada cantante, saludó con grotesca falta de gracia y sin más preámbulos se puso a cantar la Cavatina de la ópera Belisario.

La diva cambió de expresión al percibir el timbre de increíble dulzura y la voz potente que la garganta modulaba con asombrosa flexibilidad. Desbordante de entusiasmo, en cuanto la niña hubo terminado, quiso probar las posibilidades de una voz que alcanzaba sin esfuerzos el do natural y que, en cuanto a puntos superiores flauteados, parecía no tener fin; trazó un pentagrama, inscribió en él algunos ejercicios con saltos que sólo ella dominaba y los puso en manos de su visitante. Ésta los estudió un momento y en seguida atacó y sorteó fácilmente todas las dificultades.

-¿Cómo te llamas, maravilla? -preguntó Henriette Sonntag.

-Ángela Peralta…

-Si te llevaran a Italia, llegarias a ser una de las cantantes más grandes de Europa.

Oírla sin verla

Poco se sabe de la vida de Ángela Peralta en los años anteriores a su encuentro con Henriette Sonntag. Era de condición evidentemente humilde y se asegura que trabajó de criada en Puebla. lo cierto es que llegó a ser una excelente soprano ligera, y que tenía 15 años cuando debutó en el Teatro Nacional de la ciudad de México, cantando el papel de Leonora en el Trovador de Verdi.

Meses más tarde viajó a Italia con el propósito de estudiar. De paso por Cádiz, la crítica española le tributó grandes elogios y le dio el título de “El ruiseñor mexicano”, que habría de ostentar toda su vida. La Peralta estudió en Milán, donde su maestro exclamaba entusiasmado: -¡Angelical de voz y de nombre! -y debutó en el teatro de la Scala de esa ciudad a los 18 años, el 13 de mayo de 1862, con Lucía de Lammernoor de Donizetti. En su siguiente actuación en Turín, en la que sería su gran creación, Sonámbula, de Bellini, deslumbró materialmente al público. Los contratos menudearon y la Peralta emprendió una gira por Piacenza, Alejandría, Reggio, Pisa, nuevamente Turín, Piamonte, Bérgamo, Cremona, Colonia, Lisboa. Muy pronto pudo jactarse de haber cantado en todas las grandes salas europeas y con los mejores tenores de su tiempo. Su interpretación de Los Puritanos de Bellini le valió una medalla de la Sociedad Filarmónica de Bolonia. En esa época, en la que no abundaban en la ópera los grandes actores, no era tan notoria como lo sería ahora su falta de gracia escénica. Su mímica exagerada rayaba a veces en lo grotesco y no había relación alguna entre la belleza de su voz y la fealdad de su apariencia. Pero era tal su magnetismo que el público, conquistado, se levantaba al terminar cada función para aplaudir gritando a coro: ¡Ángela!¡Ángela!

Fuera del escenario se sentía sola y desvalida. Pero aprendió a desenvolverse en medio de musicófilos parlanchines, perdió la timidez y se transformó pronto en una mujer capaz de ir contra viento y marea.

El regreso a México

Entre tanto, las noticias de sus triunfos conmovían a la patria. Una de las anécdotas que corrían sobre la Peralta se refiere a la gran soprano Adelina Patti, mujer hermosísima, quien se mostraba indiferente y altiva frente a la mexicana. Invitada a cantar, la Patti quiso demostrar su superioridad e hizo prodigios. Al terminar su aria, dijo en voz baja a la Peralta: -Así cantamos en Italia.

Ángela logró que también la invitaran al estrado. Cantó entonces, como pocas veces volvería a hacerlo, la aria de Sonámbula, hechizando a toda los asistentes, que acudieron en masa a felicitarla. La oyeron susurrar a su competidora: -Así cantamos en México -y cuentan que uno de los violinistas gritó: -¡Así se canta en la gloria!

La anécdota, aunque de dudosa veracidad, muestra la simpatía con que veían en México a la Peralta, simpatía gratuita y nacionalista incubada durante los 5 años que duró su ausencia. La cantante tenía 20 años cuando regresó al Teatro Nacional por gestiones que hizo el emperador Maximiliano.

La recibieron tumultuosamente. La muchedumbre desenganchó los caballos de la carroza que la transportaba y tiró del vehículo entre gritos de bienvenida y lluvia de flores. Ángela quiso reaparecer en su papel preferido, la Amina de Sonámbula, y el público le tributó delirantes ovaciones. Durante uno de los entreactos se leyó una carta de Maximiliano, quien la nombraba Cantarina de Cámara de la casa imperial y le enviaba, como regalo especialísimo, un aderezo de brillantes. (En el momento en que la fuerza del emperador declinaba, este gesto despertó comentarios adversos y hasta el ataque periodístico de Ignacio Manuel Altamirano; pero la diva jamás perdió popularidad entre el pueblo.)

Los mejores años

Ángela hizo una gira por todo el país y 2 años más tarde partió de nuevo al extranjero. En 1866, a los 22 años de edad, casó con su primo Eugenio Castera. Al año siguiente debutó en la Ópera de la Habana, donde recibió las primeras críticas adversas por sus limitaciones como actriz. Actuó luego en Nueva York, Módena, Brescia y Florencia. Como todas sus colegas de la época, pasó también, entre 1869 y 1870, por las prestigiadas compañías de opereta y zarzuela de Madrid.

Por aquellos días, la bohemia internacional comentaban en los cafés el mal trato que Eugenio Castera daba a la Peralta. Los compañeros de zarzuela se dieron cuenta muy pronto de que la salud mental de Castera distaba mucho de ser perfecta; poco después, éste tuvo crisis que preocuparon a los doctores, y llegó a empeorar en tal forma que Ángela se vio obligada a regresar a México tras declinar una invitación para cantar en la Ópera de Moscú y en la de San Petersburgo.

El público mexicano la recibió con el fervor de siempre. Esta vez, la soprano incluyó en sus temporadas algunas óperas nacionales, como el Guatimotzin, de Aniceto Ortega, que cantó en compañía de Enrico de Tamberlick, uno de los grandes tenores de su tiempo. Los triunfos de taquilla señalaban que la cantante estaba en su apogeo. Consciente de ello, integró su propia compañía y recorrió todo el país. Pero Eugenio Castera empeoró en tal forma que Ángela decidió retirarse temporalmente para cuidarlo. Con los años y los médicos se esfumaron sus bienes.

El “asesinato” de Ruy Blas

En 1876, a los 32 años, reapareció con una larga serie de óperas. En 4 abonos se pusieron 27 obras diferentes. Poco a poco, la opinión pública comenzó a cambiar. Se comentaban con sarcasmo las intimidades de Ángela con el licenciado Julián Montiel Duarte; los periódicos propagaban noticias malévolas sobre su vida privada; los antimaximilianistas no perdían ocasión de atacarla. En 1877 murió Eugenio Castera en una casa de salud.

Tres años después Ángela reorganizó su compañía. La situación era difícil y tuvo que contratar a cantantes baratos. Ella misma no era más que una sombra de lo que fue. El público se sintió defraudado y su reacción fue violenta. Durante la función de Aída, la mayoría de los espectadores sisearon y un crítico señaló: “Fue un fracaso de lo más extraordinario y colosal que recordamos”. A propósito del Ruy Blas de Marchetti, las crónicas no pudieron ser más crueles: “A las 8 de la noche del viernes de la última semana -comentaban- fue asesinado en el Teatro Nacional, con premeditación y ventaja, un extranjero que según algunos testigos se llamaba Ruy Blas. Fue imposible identificarlo por lo desfigurado del cadáver”. La temporada se suspendió con el pretexto de una enfermedad del director. Esto era el resultado de una carrera conducida con gran imprudencia. Se sabe que Ángela cantó 166 veces Lucía, 166 Los puritanos y 122 Sonámbula. Fue desenfrenada la forma en que explotó su garganta, gastada prematuramente.

La fiebre amarilla

Las relaciones de Ángela Peralta con el licenciado Montiel y Duarte se hicieron públicas y ambos organizaron giras por la provincia, donde la cantante fue recibida con cordialidad. A excepción de un evento oficial en el que se vio comprometida a participar por el año de 1882, la soprano nunca más volvió a cantar en la ciudad de México.

Sus últimos años fueron tristes. Cosechó pequeños triunfos en las ciudades del interior, pero una ceguera progresiva entorpecía su actuación sobre los escenarios; su amante le daba malos tratos, y su situación económica empeoró en tal forma que tuvo que regresar a México para vender sus casas hipotecadas y sus alhajas, entre ellas el aderezo que le diera Maximiliano.

En Mazatlán, cuando los carteles anunciaban el Trovador y la diva en decadencia recibía manifestaciones de cariño que alegraron sus días difíciles, la peste amarilla hizo estragos entre la compañía: en unos cuantos días sólo quedaron 6 de los 80 miembros. El 25 de agosto de 1883 ocurrió primero la muerte del tenor y, casi inmediatamente, la de Ángela Peralta.

Poco antes de morir, ella se había casado con el licenciado Montiel y Duarte; nunca se supo si este matrimonio se efectuó por mutuo deseo o por un posible interés, por parte del desposado, de heredar los bienes materiales de la compañía. El Semanario Independiente de Mazatlán relataba: “Uno de los artistas sostenía a doña Ángela por la espalda. En el momento en que el juez hizo la pregunta sacramental: -¿Acepta a este hombre por esposo? -el compañero de la enferma le movió la cabeza en señal afirmativa. La cantante prácticamente ya estaba muerta y tengo la seguridad de que no se enteró de la importancia del acto…” La Peralta tenía 38 años de edad.

Su deceso causó consternación. Los periódicos recordaron su admirable trayectoria y se declaró duelo nacional. Se olvidaron sus yerros políticos y los fracasos de los últimos años; el balance final era bueno y México saludaba a una artista que tan dignamente lo había representado con su voz.

(Tomado de: Flores, Ernesto - Ángela Peralta, el ruiseñor feo. Contenido ¡Extra! Mujeres que dejaron huella, segundo tomo. Editorial Contenido, S.A. de C.V. Mexico, D.F., 1998)


miércoles, 23 de mayo de 2018

Lola Beltrán

Lola Beltrán



Nació en Sinaloa. Comenzó siendo secretaria taquimecanógrafa en la emisora XEW, teniendo, por tal motivo, contacto directo con el medio artístico. Allí conoció a la famosa cantante “La Torcacita”, quien la ayudó en su primera presentación. Ésta tuvo lugar en la década de los cincuenta y puso a prueba sus dotes como cantante a través de las canciones La Piedra


y Cucurrucucú Paloma. Los promotores y productores allí presentes quedaron agradablemente sorprendidos, siendo contratada para formar parte del elenco de la compañía disquera Peerless. En esa misma época hizo dueto con “La Prieta linda”. Entre los compositores que más interpretó se encuentran: Tomás Méndez, José Alfredo Jiménez, Cuco Sánchez, Ignacio Jaime y Rey Pérez y Soto. Algunos de sus éxitos fueron La espiga, La cigarra, Huapango torero,


Paloma déjame ir, Paloma negra, Soy el tren sin pasajeros, ésta última grabada también por Pedro Infante.

Filmó varias películas junto a Miguel Aceves Mejía, Amalia Mendoza, Rosita Quintana, Demetrio González y Lucha Villa. Intervino en la filmación de la película Las fuerzas vivas. Fue contratada por la casa grabadora RCA compitiendo en ventas de discos con Amalia Mendoza, Rosita Quintana, Rosa de Castilla y María de Lourdes.


Grabó numerosos discos de larga duración y un álbum triple acompañada por el mariachi de Arcadio Elías. Trabajó también en la industria cinematográfica, coproduciendo con Julio Aldama y con CONACINE. Fue muy admirada en el extranjero, especialmente en España, donde sólo le hicieron competencia en su género Chabela Vargas y Lucha Villa. Le fue entregada la medalla Virginia Fábregas en reconocimiento a sus 25 años de labor artística. En noviembre de 1978 cantó para los reyes de España, frente al Monumento a la Canción Mexicana, sus éxitos El rey de José Alfredo Jiménez, y La feria de las flores de Chucho Monge.



Es considerada una de las mejores intérpretes del género ranchero. Murió en la Ciudad de México, el día 24 de marzo de 1996.

(Tomado de: Moreno Rivas, Yolanda - Historia de la Música Popular Mexicana. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Alianza Editorial Mexicana. México, D.F., 1989)

miércoles, 18 de abril de 2018

Salvador Alvarado



Nació en Sinaloa en 1880; murió en la hacienda de La Hormiga, Chiapas, en 1924. Pasó muy joven a Sonora: trabajó en una farmacia en Guaymas, abrió después un comercio en Pótam, en 1910 se afilió al Partido Antireeleccionista y en 1911 se alistó en las fuerzas del general Juan G. Cabral. Al triunfo de la revolución maderista, se le otorgó el grado de mayor. En 1912, al frente del Cuerpo Auxiliar Federal, formó parte de la columna que marchó de Sonora a Chihuahua, a través de la Sierra, para combatir a Pascual Orozco. En 1913 desconoció al gobierno de Victoriano Huerta, ascendió a coronel y se le nombró jefe de la zona militar del centro de Sonora; subordinado a Álvaro Obregón, tomó parte en los combates de Naco (marzo), Santa Rosa (13 mayo) y Santa María (27 junio), y sostuvo durante un año el sitio puesto a Guaymas a cuya plaza entró en julio de 1914. En agosto siguiente fue detenido por sus propias tropas, seducidas por el gobernador Masytorena, pero en octubre fue puesto en libertad por órdenes de la Convención de Gobernadores y Generales Revolucionarios. Reincorporado al constitucionalismo, fue comandante militar de la plaza de México (fines de 1914), lanzó un manifiesto contra la infidencia de Francisco Villa, recuperó Puebla y el 18 de febrero de 1915 fue nombrado gobernador y comandante militar de Yucatán. Desembarcó en Campeche al mando de7 mil hombres, entre ellos la Brigada Ocampo del general Heriberto Jara. Derrotó a las fuerzas del coronel Abel Ortiz Argumedo en los combates de Pocboc, Blanca Flor y Halachó, y el 19 de marzo entró a Mérida.


Puso en vigor los decretos de su antecesor Eleuterio Ávila (1914) extinguiendo para siempre las deudas de los campesinos con los hacendados y prohibiendo que los préstamos futuros que éstos hicieran a aquéllos fueran pagados con trabajo personal; y consagró la libertad de los siervos con otras disposiciones: suprimió los azotes, abolió las tutelas, y curatelas (que se prestaban a sujetar a los indios mediante la retención de sus hijos), permitió a los peones cambiar de domicilio sin previo aviso o permiso y casarse sin el consentimiento del amo, declaró libre la asistencia a la iglesia y acabó con la obligación de besar la mano a los patrones.



El 24 de abril prohibió también la servidumbre doméstica sin retribución, sin contrato y por tiempo indefinido; en junio dispuso que se asignara un salario a los sirvientes y que se indemnizara a las domésticas cuando hubieran sido seducidas por el amo. Procuró persuadir a las mujeres de que ejercieran con plenitud sus derechos y convocó a un Congreso Feminista. El 26 de mayo expidió la ley que creó la escuela rural, cuya enseñanza debía ser “gratuita, laica, obligatoria y hasta donde sea posible integral”; creó colegios civiles en las cabeceras de partido para formar a los maestros, fundó las escuelas Vocacional, de Agricultura y de Bellas Artes; las cajas de ahorro, las huertas y los almacenes escolares; la Ciudad Escolar de los Mayas y las juntas de Educación; bajo la presidencia del profesor Rodolfo Menéndez de la Peña, convocó al Congreso Pedagógico que se celebró en el Teatro Peón Contreras; y durante su mandato, instaló más de mil escuelas. El 11 de diciembre de 1915 expidió la Ley del Trabajo, creando las juntas de conciliación y el tribunal de arbitraje, y reglamentando la actividad de los menores. Fundó en Mérida, además, la Casa del Obrero Mundial. Reglamentó la Ley del 6 de enero de 1915, pero poco pudo hacer en materia agraria porque el presidente Carranza lo obligó a derogar aquella disposición. Paralelamente a estas acciones, cerró prostíbulos, cantinas e iglesias. Sancionada la Constitución Política de 1917, convocó a elecciones y entregó el poder el 1° de enero de 1918. Previamente, en junio anterior, se había formado el Partido Socialista del Sureste. Siendo ya general de División, se sumó  se sumó a la Rebelión de Agua Prieta y fue secretario de Hacienda del 3 de junio al 20 de noviembre de 1920, en el gabinete del presidente Adolfo de la Huerta. En diciembre de 1923 se sublevó en Jalisco, en apoyo de éste, y sostuvo la línea de trincheras de Ocotlán hasta el 9 de febrero de 1924, en que el ejército de Obregón venció su resistencia. Poco después fue aprehendido en Colima, pero gracias a la intervención solidaria de algunos masones (agradecidos con él por haber respetado la vida del general Lázaro Cárdenas) logró huir por Manzanillo y presentarse en Nueva York a De la Huerta, quien lo nombró jefe de la rebelión que ya estaba militarmente derrotada. Reapareció en Tabasco en marzo de ese año y el 10 de junio cayó en una emboscada, cerca del lugar llamado El Hormiguero, en la selva contigua a Palenque. Lo asesinó el teniente coronel Diego Zubiaur, segundo de Federico Aparicio, un general de 27 años.



Alvarado es autor de: Mi actuación revolucionaria en Yucatán (1918), La reconstrucción de México, Un mensaje a los pueblos de América (2 tomos, 1919), Carta al pueblo de Yucatán y Mi sueño. Estos dos últimos textos fueron escritos el 5 de mayo de 1916 y publicados, con prólogo de Antonio Mediz Bolio, en 1955.


(Tomado de: Enciclopedia de México)