miércoles, 18 de abril de 2018

Salvador Alvarado



Nació en Sinaloa en 1880; murió en la hacienda de La Hormiga, Chiapas, en 1924. Pasó muy joven a Sonora: trabajó en una farmacia en Guaymas, abrió después un comercio en Pótam, en 1910 se afilió al Partido Antireeleccionista y en 1911 se alistó en las fuerzas del general Juan G. Cabral. Al triunfo de la revolución maderista, se le otorgó el grado de mayor. En 1912, al frente del Cuerpo Auxiliar Federal, formó parte de la columna que marchó de Sonora a Chihuahua, a través de la Sierra, para combatir a Pascual Orozco. En 1913 desconoció al gobierno de Victoriano Huerta, ascendió a coronel y se le nombró jefe de la zona militar del centro de Sonora; subordinado a Álvaro Obregón, tomó parte en los combates de Naco (marzo), Santa Rosa (13 mayo) y Santa María (27 junio), y sostuvo durante un año el sitio puesto a Guaymas a cuya plaza entró en julio de 1914. En agosto siguiente fue detenido por sus propias tropas, seducidas por el gobernador Masytorena, pero en octubre fue puesto en libertad por órdenes de la Convención de Gobernadores y Generales Revolucionarios. Reincorporado al constitucionalismo, fue comandante militar de la plaza de México (fines de 1914), lanzó un manifiesto contra la infidencia de Francisco Villa, recuperó Puebla y el 18 de febrero de 1915 fue nombrado gobernador y comandante militar de Yucatán. Desembarcó en Campeche al mando de7 mil hombres, entre ellos la Brigada Ocampo del general Heriberto Jara. Derrotó a las fuerzas del coronel Abel Ortiz Argumedo en los combates de Pocboc, Blanca Flor y Halachó, y el 19 de marzo entró a Mérida.


Puso en vigor los decretos de su antecesor Eleuterio Ávila (1914) extinguiendo para siempre las deudas de los campesinos con los hacendados y prohibiendo que los préstamos futuros que éstos hicieran a aquéllos fueran pagados con trabajo personal; y consagró la libertad de los siervos con otras disposiciones: suprimió los azotes, abolió las tutelas, y curatelas (que se prestaban a sujetar a los indios mediante la retención de sus hijos), permitió a los peones cambiar de domicilio sin previo aviso o permiso y casarse sin el consentimiento del amo, declaró libre la asistencia a la iglesia y acabó con la obligación de besar la mano a los patrones.



El 24 de abril prohibió también la servidumbre doméstica sin retribución, sin contrato y por tiempo indefinido; en junio dispuso que se asignara un salario a los sirvientes y que se indemnizara a las domésticas cuando hubieran sido seducidas por el amo. Procuró persuadir a las mujeres de que ejercieran con plenitud sus derechos y convocó a un Congreso Feminista. El 26 de mayo expidió la ley que creó la escuela rural, cuya enseñanza debía ser “gratuita, laica, obligatoria y hasta donde sea posible integral”; creó colegios civiles en las cabeceras de partido para formar a los maestros, fundó las escuelas Vocacional, de Agricultura y de Bellas Artes; las cajas de ahorro, las huertas y los almacenes escolares; la Ciudad Escolar de los Mayas y las juntas de Educación; bajo la presidencia del profesor Rodolfo Menéndez de la Peña, convocó al Congreso Pedagógico que se celebró en el Teatro Peón Contreras; y durante su mandato, instaló más de mil escuelas. El 11 de diciembre de 1915 expidió la Ley del Trabajo, creando las juntas de conciliación y el tribunal de arbitraje, y reglamentando la actividad de los menores. Fundó en Mérida, además, la Casa del Obrero Mundial. Reglamentó la Ley del 6 de enero de 1915, pero poco pudo hacer en materia agraria porque el presidente Carranza lo obligó a derogar aquella disposición. Paralelamente a estas acciones, cerró prostíbulos, cantinas e iglesias. Sancionada la Constitución Política de 1917, convocó a elecciones y entregó el poder el 1° de enero de 1918. Previamente, en junio anterior, se había formado el Partido Socialista del Sureste. Siendo ya general de División, se sumó  se sumó a la Rebelión de Agua Prieta y fue secretario de Hacienda del 3 de junio al 20 de noviembre de 1920, en el gabinete del presidente Adolfo de la Huerta. En diciembre de 1923 se sublevó en Jalisco, en apoyo de éste, y sostuvo la línea de trincheras de Ocotlán hasta el 9 de febrero de 1924, en que el ejército de Obregón venció su resistencia. Poco después fue aprehendido en Colima, pero gracias a la intervención solidaria de algunos masones (agradecidos con él por haber respetado la vida del general Lázaro Cárdenas) logró huir por Manzanillo y presentarse en Nueva York a De la Huerta, quien lo nombró jefe de la rebelión que ya estaba militarmente derrotada. Reapareció en Tabasco en marzo de ese año y el 10 de junio cayó en una emboscada, cerca del lugar llamado El Hormiguero, en la selva contigua a Palenque. Lo asesinó el teniente coronel Diego Zubiaur, segundo de Federico Aparicio, un general de 27 años.



Alvarado es autor de: Mi actuación revolucionaria en Yucatán (1918), La reconstrucción de México, Un mensaje a los pueblos de América (2 tomos, 1919), Carta al pueblo de Yucatán y Mi sueño. Estos dos últimos textos fueron escritos el 5 de mayo de 1916 y publicados, con prólogo de Antonio Mediz Bolio, en 1955.


(Tomado de: Enciclopedia de México)

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