martes, 22 de octubre de 2019

¿Por qué fue tan importante la minería en la Nueva España?

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¿Por qué fue tan importante la minería en la Nueva España?


Aunque inicialmente los conquistadores esperaron encontrar abundante oro y plata de forma accesible, los primeros resultados fueron más bien pobres. Fue hasta mediados del siglo XVI que colonizadores del norte descubrieron y explotaron los primeros yacimientos importantes de plata en Zacatecas. La búsqueda de nuevos yacimientos pronto se intensificó con buenos resultados pues ya para finales de dicho siglo se habían establecido destacadas exploraciones mineras, fundamentalmente de plata, en Guanajuato, Pachuca y otros enclaves. A ello se sumó la invención de un procedimiento novedoso de “beneficio”, es decir, de separación del mineral de los otros materiales que lo acompañan, por medio de la utilización del mercurio o azogue, como se le nombraba con más frecuencia en aquella época. Inició entonces un primer período de auge minero que concluyó hacia 1630, se recuperó lentamente a partir de 1665 y que volvió a despuntar a finales del periodo colonial, gracias a nuevas e importantes inversiones.
A pesar de que en un principio la producción de plata novohispana era modesta comparada con la de Perú (“la mesa con patas de plata”), a la postre resultó ser mucho más constante y creciente a pesar de sus altibajos, al punto que llegó a convertirse en la principal fuente de ingresos de la Corona. Ésta es una de las primeras razones de su importancia, puesto que, debido al constante estado de guerra de España con las demás potencias europeas, el rey dependió para mantener la administración y sus ejércitos de los impuestos que recababa por la explotación y comercio de los metales americanos. Este dinero no se quedaba en la metrópoli ya que la Corona se encontraba casi siempre endeudada con los banqueros de los países a los que combatía, quienes invertían sus ganancias en la naciente industria, de modo destacado, la de producción de telas de lana. Así las cosas, la plata de las colonias fue imprescindible en la formación de una burguesía financiera y, como consecuencia, en la primera etapa de industrialización europea. Además, debido a que en fechas tempranas se estableció en la Nueva España la primera Casa de Moneda en América (1537), la plata novohispana, convertida en moneda acuñada, también sirvió como instrumento de comercio prácticamente en todo el mundo durante muchas décadas.
Al interior del virreinato la minería también fue trascendental pues dio lugar a la formación de una poderosa clase social distinta a la de los conquistadores y encomenderos que diversificó sus inversiones y favoreció nuevas empresas. Esta clase contribuyó a la exploración de los territorios del norte y a su colonización, con gran éxito ahí donde se encontraron yacimientos mineros. Estos nuevos establecimientos, al igual que los otros centros mineros, produjeron a su vez un complejo económico en el que, alrededor de la mina y para satisfacer sus necesidades de abasto tanto de alimento como de bestias de carga, de insumos varios, etc., se fueron creando haciendas agrícolas y ganaderas que terminaron por abastecer no sólo a las propias minas, sino a las ciudades cercanas. De este modo se dibujó el escenario predominante del campo novohispano.


(Tomado de: Silva, Carlos - 101 preguntas de historia de México. Todo lo que un mexicano debería saber. Random House Mondadori, S. A. de C. V., México, D. F., 2008)

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