(Del maya Chac, rojo, y Mool, garra: el de la poderosa garra, el jaguar). Uno de los nombres del ocelote en Yucatán, puesto por Augustus Le Plongeon a una escultura que descubrió en Chichén Itzá en 1874. Esa figura, llamada también dios reclinado, corresponde a diversas zonas de la América media precolombina y a diferentes culturas, aparte la maya: Tula, Michoacán, Puebla, Tlaxcala y México-Tenochtitlan. Aunque su tocado y el aspecto de su rostro varían, la disposición de su cuerpo es siempre la misma: con rasgos de varón, se representa recostado, con las piernas dobladas y el tronco inclinado hacia atrás; el rostro se vuelve para mirar fijamente y las manos van sobre el vientre, en el cual hay generalmente una vasija, como se ve también en el Tláloc de la colección Ahrensberg y en otras estatuas de presuntas deidades del agua.
Se ha sugerido también que la escultura puede representar un jefe olmeca, a Tezcatlipoca o a Tezcatlipoca o a Tezcatzóncatl -dios del fuego, del sol, de las bebidas embriagantes y de los mantenimientos-. Según otros, podría ser una deidad submarina del rayo, un mensajero de reyes o un receptor de ofrendas, hipótesis basada en que algunos fueron hallados a la entrada de templos. Le Plongeon asoció la figura con Chac, el dios de la lluvia, por el recipiente que lleva en el abdomen. En todo caso, el vulgo considera a Chac Mool deidad del agua y suele echar monedas en su vasija para solicitar la lluvia. En 1877 el gobierno de Yucatán recogió la estatua de Chac Mool que Le Plongeon pretendía llevarse a California y la hizo transportar a Mérida.
(Tomado de: Enciclopedia de México, Tomo III, Colima-Familia; México, D.F. 1977)
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