LIBRO QUINTO
Que trata de los agüeros y pronósticos, que estos naturales tomaban de algunas aves, animales y sabandijas para adivinar las cosas futuras.
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Capítulo VII
Del mal agüero que tomaban cuando veían entrar algún conejo en su casa.
Los aldeanos y gente rústica, cuando veían que en su casa entraba algún conejo, luego tomaban mal agüero y concebían en su pecho que les habían de robar la casa, o que alguno de su casa se había de ausentar o esconder por los montes, o por las barrancas, donde andan los ciervos y los conejos. Sobre todas esas cosas iban a consultar a los que tenían oficio de declarar estos agüeros.
Los conejos de esta tierra son como los de España, aunque no tienen tan buen comer.
(Tomado de: Sahagún, fray Bernardino de - Historia General de cosas de Nueva España. Numeración, anotaciones y apéndices de Ángel María Garibay K. Editorial Porrúa, S. A. Colección “Sepan Cuantos…” #300. México, D.F. 1982)
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