viernes, 16 de noviembre de 2018

La fiebre del cinematógrafo




Los enviados de los Lumière, C. J. Bon (sic) Bernard y Gabriel Vayre llegaron a México a principios de agosto de 1896 y organizaron una primera exhibición pública el 14 de agosto, exclusiva para algunos grupos "científicos", en el entresuelo de la "Droguería Plateros". Hasta el jueves 27 se hizo la primera exhibición destinada a la sociedad en general. Los empresarios tenían intenciones de efectuar funciones semanarias, pero por el éxito, decidieron hacerlas diarias. En octubre salieron a Guadalajara regresando el mes siguiente a la ciudad de México.

A fines de diciembre se anunciaron las últimas exhibiciones del cinematógrafo en la ciudad de México, y los representantes de los Lumière salieron con destino a Francia a principios de 1897. Sin embargo, las sesiones no se terminaron porque el señor Ignacio Aguirre compró el aparato y continuó con las tandas en el mismo domicilio. En octubre de 1897 se trasladó al número 9 de la calle de Plateros y en noviembre desocupó el local para ir a recorrer la provincia, empezando por la ciudad de Puebla. Hasta el día 26 de noviembre de 1897 la empresa del ingeniero Toscano ocupó el local, adornado con flores para la primera exhibición.

Paralelamente a lo anterior, se habían instalado ya otros salones que exhibían los aparatos de Edison. La competencia iniciada durante estos primeros años, es un reflejo del pleito por la patente del espectáculo entre los hermanos Lumière y Edison, de lo cual resultó una diversidad de nombres empleados para designar a la diversión. La nueva invención resultó una verdadera "gallina de los huevos de oro".

En agosto de 1896 se dio a conocer el proyector de los franceses y al mes siguiente se exhibió en el teatro Orrín el vitascopio de Edison. En Guadalajara éste se conoció antes que llegaran los representantes de Lumière, razón por la cual la empresa tapatía les mostró menor interés. Los problemas técnicos no fueron superados en el teatro Orrín y las funciones se suspendieron no obstante el éxito logrado; en octubre se abrió una pequeña sala en el local de la agencia Edison, donde se exhibían el kinetófono, el kinetoscopio y el kathedoscopio (rayos X). En julio de 1897 se inauguró el cinematógrafo perfeccionado por Edison. Las funciones de estos aparatos continuaron hasta los primeros meses de 1898, fecha en que se dejaron de publicar los anuncios en los diarios. En enero de 1898 se daban funciones de ciclo cosmorama universal y en marzo se presentó un espectáculo similar al que se llamó The Passionscope. El teatro Nacional exhibió el "vitascopio" y parece que esta vez las dificultades técnicas sí fueron superadas.

En abril de 1898 se abrió un salón donde se mostraba el inventó mexicano bautizado con el nombre de aristógrafo, que dejó de exhibirse en junio, otro más denominado cronofotógrafo Demeny -de origen francés- funcionó en el teatro Nacional a partir del mes de octubre.

Ahora bien, con las funciones destinadas a los "grupos científicos" se auguraba que el cinematógrafo sería un espectáculo exclusivo para los altos círculos de la sociedad mexicana. Un detalle muy significativo es el hecho de que el primer salón estuviera en la calle de Plateros, que además de ser el nervio comercial de la metrópoli, se convertía los domingos en el paseo predilecto de los jóvenes decía "buena sociedad".

Las salas de exhibición que se abrieron con posterioridad se ubicaron en lugares más o menos cercanos uno de otro. No trascendieron las arterias del corazón de la ciudad. El kinetoscopio, el kinetófono, el passionscope y el ciclo cosmorama universal, fueron instalados en la calle de la Profesa 6 (hoy Isabel la Católica); el cinematógrafo perfeccionado por Edison, en la calle de las Escalerillas 7 (hoy primera de Guatemala); el aristógrafo, en la calle del Espíritu Santo 1 1/2 (hoy Isabel la Católica) y calle de 5 de Mayo.
 
 Todo parecía vaticinar que el cinematógrafo sería una diversión verdaderamente destinada a un reducido núcleo de la sociedad mexicana.

(Tomado de: Aurelio de los Reyes: Los orígenes del cine en México (1896-1900). Colección Lecturas Mexicanas #61; Fondo de Cultura Económica, México, D.F., 1984)

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