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lunes, 19 de septiembre de 2022

"Guty" Cárdenas

 


Guty Cárdenas (1905-1932)

Augusto Cárdenas Pinelo, conocido con el sobrenombre familiar de Guty, nació en el seno de una familia acomodada, el 12 de diciembre del año 1905, en Mérida, Yucatán.

Su infancia transcurrió en la provincia. Y junto con una precoz disposición musical, tuvo también inclinación a los deportes, campo en el que sobresalió. Sus especialidades deportivas en la escuela fueron el lanzamiento de disco y las carreras de velocidad. Ya adolescente, formó parte del equipo de beisbol Águilas de Veracruz y del equipo de futbol de la Escuela Modelo en el que también jugaba su amigo y futuro compañero de andanzas trovadorescas Carlos R. Cámara ("Chalín").

Durante su adolescencia, pretendió entregarse al estudio del piano, al saxofón y al clarinete, pero el ambiente que lo rodeaba impregnado de las voces y estilos de Ricardo Palmerín, Pepe Domínguez y muchos otros trovadores, llevó la atención del joven Guty a la guitarra.

Las hermanas de "Chalín" Cámara recibían clases de guitarra de Ricardo Palmerín. Pronto, a imitación de ellas, Guty recibiría de Pepe Sosa sus primeras lecciones de guitarra, mismo que lo acompañó en su primera serenata que dedicó a su madre doña María Pinelo Ituarte, con las canciones Esquiva de Emilio Padrón, En el jardín un ruiseñor ha muerto y El rosal enfermo de Palmerín. A raíz de su éxito familiar, en compañía de "Chalín" Cámara, de su tío Fernando Pinelo Ituarte y de Lorenzo López "El Chel", formaron un grupo de trovadores que tradicionalmente se repartían se repartían en los distintos jardines meridanos. Más adelante pasó una temporada de estudios en el Colegio Williams del Distrito Federal, donde se recibió de contador privado.

De regreso en Mérida, dio por frecuentar un café que quedaba en la calle 60, frente al parque Hidalgo, que era el sitio de reunión de muchos jóvenes de aquellos años. Fue en dicho café, donde los poetas José Esquivel Pren y Ricardo López Méndez le dieron letras para que les pusiera música.

En 1925 Guty viajó a Estados Unidos y a Cuba. De La Habana trajo, en febrero de 1928, la rumba Oye chacha que puso de moda en Mérida. Ese mismo año estrenó una bella canción titulada Para olvidarte a ti, con letra de Ermilo Padrón López. El origen de la canción es curioso: el propio Padrón relató que Guty copió en taquigrafía las estrofas de una carta en verso que él escribía como despedida a una novia.

El carnaval de Mérida de 1926 fue determinante para la carrera de Guty. Entre los invitados a dichas fiestas, se encontraba Ignacio Fernández Esperón, "Tata Nacho", el cual se alojó en la casa de Guty y de allí nació una amistad y el convencimiento, por parte de "Tata Nacho", de que Guty debería trasladarse a México, donde su talento sería reconocido.

Guty en la capital

Según algunos de sus biógrafos, la primera presentación de Guty en el Distrito Federal, fue en el restaurante El Retiro, con motivo de una celebración de aniversario del periódico Excélsior.

El 19 de agosto de 1927 se llevó a cabo en el Teatro Lírico, un concurso de "La Canción Mexicana", en el que Guty Cárdenas participó con su bolero Nunca, con letra de Ricardo López Méndez, y "Tata Nacho" con su canción Menudita que conquistó el primer lugar, correspondiendo el segundo a Guty.

Un diploma que guardó para sí y un cheque que entregó a sus intérpretes, el trío Garnica-Ascencio, fueron los premios que recibió en medio del entusiasmo del público.

Pronto gozó de tal fama que fue nombrado socio honorario del Club Rotario de México, en el cual actuaba junto con "Tata Nacho".

En 1928, viajó a Nueva York contratado para grabar discos con la Columbia. Sus grabaciones tuvieron tal éxito que de Texas le pidieron a la compañía grabadora canciones rancheras, cantadas por el novel cancionero.

En México, Guty escribió algunos corridos usando el seudónimo de "Yucho"; entre ellos podrían mencionarse el Corrido del aviador Carranza, Pablo Sídar, Álvaro Obregón y La República en España. Entre 1929 y 1931 realizó varias giras por los Estados Unidos en una de las cuales cantó para el presidente Hoover. Allá se casó con la norteamericana Ann Patrick, mientras cantaba en algunas radiodifusoras de Nueva York, como artista exclusivo de la Columbia.

Guty fue un compositor muy cuidadoso, corregía sus creaciones y las modificaba hasta quedar enteramente satisfecho. Siguiendo la tradición yucateca (olvidada después) de tomar las letras de poetas y letristas profesionales, Guty extrajo la letra de su canción Flor de un poema que el venezolano Juan Antonio Pérez Honalde dedicara a su hija muerta. La segunda estrofa de la canción la escribió especialmente para Guty el poeta exiliado en Mérida -también venezolano- Diego Córdoba. Otra canción famosa Rayito de sol fue inspirada por un poema del yucateco Ermilo Padrón López. A pesar de su destreza como ejecutante y cantante, Guty nunca pudo vencer el nerviosismo ante el público o ante el micrófono.

Dentro de un estilo muy diferente, es importante mencionar las canciones que el compositor escribió con las letras del poeta y mayista don Antonio Mediz Bolio: Yucalpetén y la famosísima Caminante del Mayab.

La muerte de Guty

El día 5 de abril de 1932, a la edad de 26 años, y en pleno triunfo, Guty fue asesinado en el interior del salón cantina Bach en la ciudad de México. En su sepelio Alfonso Ortiz Tirado y Pedro Vargas cantaron dos de sus más hermosas canciones: Nunca y Un rayito de sol.


(Tomado de: Moreno Rivas, Yolanda - Historia de la Música Popular Mexicana. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Alianza Editorial Mexicana. México, D.F., 1989)

lunes, 20 de junio de 2022

Ricardo Palmerín

 


Ricardo Palmerín (1889-1944)

Nació en Tekax, Yucatán, en el año de 1889. Sus padres se trasladaron a Mérida cuando Palmerín tenía siete años, y ya en esa ciudad, el niño por sí solo se dedicó a tocar la guitarra.

Sus primeras melodías fueron: La flor de Xkanlol y La flor de mayo. Conoció a los grandes poetas yucatecos y a los cancioneros de la época, como Cirilo Baqueiro ("Chan Cil"), Fermín Pastrana ("Huay Cuue") y García Rejón, quienes lo apoyaron e impulsaron para que siguiera componiendo. Así nacieron Las golondrinas, El rosal enfermo, Entre las almas y entre las rosas. Fue un gran amigo del poeta Luis Rosado Vega, y esa afinidad se reflejó de manera extraordinaria en las canciones que ambos crearon, logrando una unidad incomparable entre la letra y la música. Entre las canciones que ambos hicieron, destacan: Xkokolché (nombre maya del ruiseñor), Vestida de blanco, Las avecillas, El crucifijo, Mi tierra, Mi guitarra, Tus huellas y la célebre Peregrina.

Según el poeta Ermilo Padrón López, Palmerín junto con Pepe Domínguez rescataron la genuina canción yucateca, al mismo tiempo que Palmerín fue el máximo compositor del bambuco yucateco.

Palmerín viajó a la capital con un grupo de trovadores, en una embajada cultural que Carrillo Puerto mandó a la ciudad de México con motivo de las Fiestas de la Consumación de la Independencia. Posteriormente, con el señuelo de mejorar su situación económica y respondiendo a una invitación del doctor Alfonso Ortiz Tirado, Palmerín decide trasladarse a la ciudad de México.

A pesar de los triunfos que conquistó en la capital, nunca logró el éxito económico ya sea porque el compositor no quiso o no logró adaptarse al ambiente competitivo y comercial de la metrópoli, ni ajustar su producción a las exigencias de la radio y las disqueras. Esto, desgraciadamente, le afectó al grado de enfermarlo.

En 1943, hizo un último intento por emerger y formó un conjunto con su nombre, integrado por dos cantantes, Jaime Nolla Reyes y Pedro Fernández Trava, el tololochista Carlos Salazar, Arturo Cámara Tappan y él mismo. Desgraciadamente el compositor estaba ya muy enfermo. El coronel Wenceslao Labra, en aquel entonces gerente de la Lotería Nacional y gran admirador de Ricardo, hizo que por cuenta de dicha institución se le internara en el Sanatorio Inglés, donde falleció el 30 de enero de 1944; fue sepultado en el Panteón Español.

Después de su muerte, un grupo de trovadores yucatecos se reunieron con el objeto de formar una institución que diera impulso y protegiera la producción peninsular, y así, el 31 de octubre de 1949 quedó constituida la Sociedad Artística Ricardo Palmerín.


(Tomado de: Moreno Rivas, Yolanda - Historia de la Música Popular Mexicana. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Alianza Editorial Mexicana. México, D.F., 1989)

jueves, 9 de junio de 2022

Los tríos

 


Los tríos

Los aficionados a la canción romántica recuerdan con especial fruición el año 1948, fecha del debut del trío Los Panchos en el cabaret El Patio. El éxito de la presentación fue contundente y persistente. Los años consiguientes a ese debut merecieron llamarse "Época de Los Panchos".

El novedoso trío Los Panchos parecía inaugurar también un estilo de tocar y cantar. Aunque desconocido en México, el grupo se había formado desde el año 1942 en la ciudad de Nueva York, en donde aparte de recibir algunas influencias, se había encargado de llevar el "mensaje musical mexicano" en una gira por los campamentos de reclutas norteamericanos. Su repertorio de aquella época, Perdida, Una copa más, Rayito de luna prefiguraba en cierta manera el estilo que los haría famosos: un cruce entre el rítmico bolero y un melifluo sentimentalismo que provenía de la canción romántica.

Antecedentes de los tríos

El estilo inaugurado por Los Panchos fue producto de influencias de diferente naturaleza y procedencia. La historia se inició en 1927 con el trío Garnica-Ascencio que hacía furor en una larguísima temporada en el Teatro Lírico, en donde cantaron por primera vez la canción Nunca de Guty Cárdenas. Su estilo era más bien campirano, con una distribución muy aguda de las voces. Poco después, los Cuates Castilla se especializaron en el estilo sensual de cantar el bolero a dúo, a imitación de los conjuntos yucatecos y los hermanos Martínez Gil.

En 1927, los Trovadores Tamaulipecos añadieron al estilo de conjunto vocal, un uso virtuosístico de la guitarra, que provenía del estilo de ejecución del arpa en el huapango. En 1936, con la canción Relámpago, los hermanos Martínez Gil lograron un estilo romántico citadino de los años cincuenta. En 1940, Roque Carbajo, con sus canciones Tristeza y Angustia, contribuyó a establecer el género de repertorio que manejarían años más tarde, y en exclusividad, los tríos boleristas.

Otro suceso importante ocurrió en el año 1943, ya que marcó la llegada a México de los tríos de estilo caribeño con el trío Avileño y el trío Urquiza que más tarde se desintegraría. De la instrumentación característica del conjunto: guitarras con tres cubano (una guitarra con tres cuerdas dobles) y una serie de percusiones como las tumbadoras, bongoes, maracas y claves, derivaría más tarde la infaltable maraca del trío romántico.

En 1945, en Nueva York, Chucho Navarro ya actuando con Los Panchos introdujo e inventó el requinto, una guitarra pequeña y muy manuable que se afina una cuarta más alta y cuya forma es similar a la guitarra eléctrica; con el diapasón totalmente liberado, permite maniobrar con comodidad y rapidez en los tonos altos.

El nuevo estilo

A partir de Los Panchos, los boleros se ejecutarían según el modelo impuesto por ellos: el requinto iniciaba una introducción muy libre del tema de la canción y al terminar el ciclo de versos del bolero, se reintroducía el requinto antes de la repetición o para ir a la tradicional segunda parte del bolero.

El requinto enriquecía la calidad sonora del trío con un sonido más ligero y más incisivo, cuya agilidad lo hacía especialmente útil en las ornamentaciones y rápidas estilizaciones de la melodía.

En el ambiente artístico de la capital a fines de los años cuarenta, el estilo de Los Panchos constituía, sin lugar a dudas, no sólo una novedad sino un avance. A diferencia del trabajo improvisado y mediocre de muchos conjuntos de aquellos años, Los Panchos imponían un estilo acabado como producto de un persistente trabajo, ensayos disciplinados y variados acoplamientos de las voces. Al introducir una tercera voz libre, que podía entretejerse, aun en los registros bajos, se lograron realizar saltos de cuartas y quintas o inclusive partes cromáticas. Al igual que el blues norteamericano de aquellos años, Los Panchos solían introducir en sus finales, coros de soporte y acordes de sexta. Todo esto constituía un enriquecimiento. Pronto se empezaron a crear canciones adaptadas al nuevo estilo del trío: Contigo, Rayito de luna, y se pudo desarrollar una interacción entre los tríos y los creadores de canciones. En la mayoría de los casos alguno de los miembros del trío era el encargado de realizar las composiciones a la medida de las posibilidades y preferencias del grupo.

Los Panchos fueron, antes que nada, un estilo; a partir de ellos, todo resultó panchizable, lo mismo una canción estilo caribeño como Espinita de Nico Jiménez, que una canción de Lara o un estudio de Chopin: el opus 10 No. 3 que se convirtió en un hit bajo el nombre de Sublime ilusión.

Algunas canciones del año 1949 contribuyeron a fijar el tipo de canción característico del trío romántico: Sin un amor y Un siglo de ausencia de Alfredo Gil y Rayito de luna de Chucho Navarro establecieron el modelo que se seguiría en años posteriores. 

Los cincuenta: apogeo de los tríos.

Pronto, a imitación de Los Panchos, surgieron cientos de grupos con nombres noblemente imaginativos: condes, duques, príncipes, dandys, etc.

En 1949 Edmundo Domínguez compuso Loca pasión iniciando una avalancha de canciones para trío que hicieron época: Contigo de Claudio Estrada, Limosnero de amor y Remolino de Alberto Videz, junto con Un solo corazón de Rafael de Paz.

En 1951, la canción Tres dilemas de Vicente Garrido dio una nueva forma al bolero y se adaptó perfectamente al nuevo estilo de ejecución del trío. A partir de ese momento, las canciones para trío tuvieron un corte característico: Luna de octubre de José Antonio Michel y Ladrona de besos entraban ya perfectamente dentro de la definición de canción para trío.

En general, los años cincuenta fueron dominados por los tríos y su repertorio especializado que crecía día con día. El crucifijo de piedra (1954) de los hermanos Cantoral, Espinita (1954) de Nico Jiménez, Historia de un amor del panameño Carlos Almazán iniciaron otra serie de sentidas canciones para trío. Todos estos años fueron de una gran demanda para los tríos. La totalidad del repertorio romántico parecía impregnarse del estilo de Los Panchos.

Según Gustavo Prado, integrante de Los Diamantes, un importante grupo fundado en 1949, Los Panchos lograron dignificar la profesión y hacer posible que los tríos entraran en lugares que les estuvieron vedados por años. Antes de la aparición de Los Panchos, los tríos se dedicaban a dar serenatas y a cantar en los bares; después de ellos, adquirieron rango social y alta jerarquía dentro del ambiente. Las disqueras se los disputaban, los más caros centros nocturnos les ofrecían trabajo.

No tardó el estilo romántico de los tríos en trascender y cruzar las fronteras. Los Panchos viajaron a Japón y abrieron un sorprendente, entusiasta y duradero mercado para los tríos mexicanos. A partir del primer viaje de Los Panchos al Japón, las plazas han estado siempre abiertas para los tríos románticos en el Medio y Lejano Oriente, Estados Unidos, Sudamérica y, por supuesto, en ese mercado natural para los artistas mexicanos que se localiza en Los Ángeles y en Chicago.

La vida musical, la creación de canciones en México giraron durante los años cincuenta en torno a los tríos, al grado que a los premios instituidos como El Disco de Oro hubo que añadirse la categoría trío. Nuevas canciones salieron a la luz; en 1956 Álvaro Carrillo dio uno de los últimos impulsos al bolero romántico con Amor mío. En 1958, Güicho Cisneros, el compositor oficial de Los Dandys compuso Gema y Benjamín Correa del grupo Los Caballeros publicó Invierno. En 1959 Álvaro Carrillo compuso dos clásicas del género: Luz de luna y Sabor a mí, sólo comparables en popularidad con Alma de cristal y Tres regalos, compuestas en el mismo año por Güicho Cisneros.

Al producirse la saturación del mercado provocada por el exceso de tríos, cada grupo inició una búsqueda de la originalidad a toda costa. Pero las posibilidades de variación eran muy limitadas. Como resultado, pronto se llegó a un exceso de barroquismo en el uso del requinto y a un amelifluamiento afeminado en las voces, que colocaron el estilo del trío en el margen entre la chabacanería y el sentimentalismo cursi. De esta manera, la decadencia del estilo de trío otorgó la razón a muchos de los críticos del género que veían en Los Panchos una amenaza a la pureza de la canción mexicana, en razón de su cursilería y amaneramiento.

Los años sesenta señalan la invasión del rock en México y el nacimiento de una nueva sensibilidad. La producción de boleros y canciones para trío disminuyó; pocas canciones tuvieron la calidad de Mientes (1961) de Daniel Pérez Arcaraz, Cuando muere el sol (1961) de Federico Baena, Mi amor por ti (1962) de Miguel Pous y Seguiré mi viaje de Álvaro Carrillo.

La duración del estilo de los tríos podría totalizar más de treinta y cinco años, aunque en realidad la decadencia se hubiese iniciado a principios de los años sesenta, cuando aún seguían actuando los grupos más famosos. La creación de repertorio cesó, los grupos se dispersaron y se siguieron repitiendo hasta el cansancio los mismos patrones de ejecución. Actualmente, aun para los más famosos tríos sobrevivientes, el final está próximo; aunque una buena parte del público aún quisiera escuchar el repertorio habitual de los tríos, pocos empresarios se arriesgan a contratarlos.

(Tomado de: Moreno Rivas, Yolanda - Historia de la Música Popular Mexicana. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Alianza Editorial Mexicana. México, D.F., 1989)

lunes, 25 de abril de 2022

José Peón Contreras

 


El poeta doctor José Peón Contreras (1843-1907)

Nació en Mérida en 1843 y murió en la ciudad de México en 1907; formó parte de la generación de poetas románticos del siglo XIX, tales como Eligio Ancona, Juanes, Irigoyen Lara, Santamaría, Ramón Aldana, Peniche Moreno Cantón, Rita Cetina Gutiérrez, Julia Feblesu, etc. Todos ellos contribuyeron con sus mejores letras a las canciones de esos años iniciando así una larga y provechosa tradición. Peón Contreras fue, además de poeta, notable comediógrafo, médico y politico. Como letrista colaboró con el legendario trovador "Chan Cil" [Cirilo Baqueiro], dejando una herencia de poemas en los que abrevaron los mejores cantilenistas y trovadores del momento.

Entre sus letras más conocidas, todas ellas musicalizadas por "Chan Cil", hay que mencionar: A María, La mestiza, Adiós, Azucena, Vuelvo a ti y Despedida. Como dato curioso, Peón Contreras escribió una poesía jocosa que estuvo de moda en Yucatán allá por 1900, se llamó La chinche y la pulga, y comenzaba así:

La chinche y la pulga

se quieren casar

no hacen la boda

por falta de pan.


(Tomado de: Moreno Rivas, Yolanda - Historia de la Música Popular Mexicana. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Alianza Editorial Mexicana. México, D.F., 1989)





martes, 16 de noviembre de 2021

Agustín Lara y el cine


En 1931, el cine sonoro hizo su aparición en México con la película Santa, cuya dirección musical estuvo a cargo de Miguel Lerdo de Tejada. El tema musical de la película fue la célebre canción Santa con la que Lara inició una serie de redituables contribuciones románticas al arte fílmico nacional. Numerosas películas y varias actuaciones (no muy notables), pero que contribuyeron a acrecentar su figura pública, son el resultado de esta relación con el celuloide.

Los filmes Novillero (1936), Noche de ronda (1942), Mujer (1946), Humo en los ojos (1946), Revancha (1948), Perdida (1949), Coqueta (1949) debieron mucho de su éxito taquillero al aura de las canciones de Lara y a sus letras "plenas de significado" para un público dispuesto a conmoverse hasta las lágrimas.

Lara donó al cine mexicano algo más que canciones; le proporcionó argumentos sacados con tirabuzón de los títulos de sus canciones o trozos mitologizables de su agitada y atribulada vida. En el año 1946, su canción Noche de ronda en la voz de Elvira Ríos, sirvió como tema musical para la película Esos hombres, interpretada por Arturo de Córdova y Marina Tamayo.

Ese mismo año, Lara debutó como actor en la película Novillero al lado de Lorenzo Garza y Luz Ma. Bautista, siendo el tema musical el paso doble del mismo nombre. En 1937, se estrenaron otras dos películas: Adiós Nicanor con la canción del mismo nombre, y La gran cruz también con canciones del compositor.

Dentro de la filmografía lariana cabe destacar algunas películas como Distinto amanecer considerada clásica del cine en México, con la actuación de Andrea Palma, en la cual se estrenó la canción Cada noche un amor.

Ese año de 1943, se realizó otra versión de Santa, dirigida por el norteamericano Norman Foster, y de nuevo se utilizó la canción de Lara. Es curioso que la melodramática novela de don Federico Gamboa fuera utilizada tan reiteradamente y que precisamente Coqueta (1949), otra de las películas en que Lara intervino como actor, haya sido un refrito más de ese tema que en cursilería dejó corto al bueno de don Federico. Rociada abundantemente con una buena dotación de canciones de todas las épocas y estilos de Lara: Siempre te vas, Oye la marimba, Escarcha, Noche de ronda, Madrid, Amor de mis amores, es un buen ejemplo de lo que se esperaba de la presencia del músico-poeta en la pantalla. Lara hace el papel de Rubén, un músico ciego que mata loco de celos a la inefable Ninón Sevilla. Perdida, también de 1949, es otro ejemplo interesante. Esta vez, Agustín representa a Agustín y es naturalmente un músico famoso que acoge a Ninón Sevilla en su casa y se enamora de ella, sin poder evitar que al final de la folletinesca cinta, ésta se suicide. La música de la película proporciona además un muestrario de lo que entonces estaba de moda. Arreglos de Pérez Prado, Miseria de Miguel Ángel Valladares, Perdida de Chucho Navarro, El bobo de la yuca de Marcos Perdomo y Tú, sólo tú de Valdés Leal. Lara participaba con su presencia y dos viejos éxitos: Oración caribe y Talismán.

La mujer que yo amé (1950) nos presenta otra vez a Agustín como Agustín, el pianista del cabaret costeño Los Siete Mares que esta vez salva con sus canciones a Elsa Aguirre de una cojera esquizofrénica, para terminar con la cara marcada por un rival celoso. Finalmente, logra huir a México con "Toña la Negra" para poder cantar Oración caribe en el Politeama de los años treinta, donde los dos alcanzan la gloria artística.

Una nueva biografía titulada La vida de Lara, se filmó en 1958 con las canciones más conocidas del compositor y, naturalmente, el argumento se basó más en dichas canciones que en la verdadera vida del músico-poeta.

Lo importante, por supuesto, en toda la filmografía lariana, no era propiamente el argumento, sino la representación visual del "artista". Lara había venido a simbolizar al músico por antonomasia, al cancionero sensible y al poeta inspirado. Curiosamente, todos estos filmes que contribuyeron a convertir a Lara en el estereotipo más falso y convencional del compositor inspirado, coincidieron con la disminución real de su producción de canciones.

En 1958, Lara vivía de su producción ya hecha, de sus melodías una y otra vez repetidas y acomodadas a los nuevos ritmos y estilos de moda. En todos estos filmes, las viejas canciones de Lara representaban la "intemporalidad y la inmanencia" de la inspiración, y por extensión, la "sensibilidad romántica a la mexicana".

(Tomado de: Moreno Rivas, Yolanda - Historia de la Música Popular Mexicana. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Alianza Editorial Mexicana. México, D.F., 1989)

martes, 12 de octubre de 2021

Gonzalo Curiel



Gonzalo Curiel (1904-1958)

Nació en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, el 10 de enero de 1904. De niño aprendió a tocar el piano. Estudió la carrera de medicina pero no llegó a terminarla porque decidió dedicarse por completo a la música. En 1935 hizo su debut en la XEW trabajando como pianista. Fue entonces cuando conoció al doctor Alfonso Ortiz Tirado, quien lo contrató y realizó con él una gira por el interior de la república. Poco después dio a conocer su primera composición, titulada He querido olvidar. Luego compuso Dime, que fue estrenada por José Mojica en el Teatro Arbeu de la ciudad de México. Fue autor de más de cien canciones. Entre ellas se han destacado: Tu partida, Son tus ojos verde mar, , Vereda tropical, Un gran amor, Deseo, Confesión, Desesperanza, Di que es mentira, Con mi guitarra, Confidencia, Blanca, Cuando, Calla, Agonía, Adiós, Al fin, Brazalete, Adversidad, Calla tristeza. La canción Tu partida pasó a ser el tema musical de su orquesta. Fue fundador de varios conjuntos, el primero de ellos fue Los Caballeros de la Armonía. Posteriormente, buscando cambios en la interpretación vocal, se unió con Emilio Tuero, Pablo y Carlos Martínez Gil, y Ciro Calderón para formar el cuarteto Ritarmelo (ritmo, armonía y melodía). Más adelante formó el grupo Los Diablos Azules que hizo importantes series de radio en la XEW. En 1931 formó otro conjunto que se llamó Los Trovadores del Ensueño. En 1937 fundó la orquesta El Escuadrón del Ritmo, con la que realizó, en 1940, una extensa gira por Estados Unidos, Brasil, Chile y Argentina, llevando como cancionista a Adelina García. En 1942 regresó a México e ingresó al cine nacional para la música de fondo de más de 126 películas. Ganó un Ariel por la musicalización de la cinta Eugenia Grandet. Participó con su orquesta en las películas: Payasadas de la vida, Cita con la muerte, Dancing y muchas otras. En 1948 fue estrenado su primer Concierto para piano y orquesta en re bemol, a través de la radiodifusora XEW. Su segundo concierto fue estrenado en la misma radiodifusora el 19 de abril de 1951. Fue fundador de la orquesta de la Unión Filarmónica de México. En 1953 fue condecorado en la Feria de Jalisco por el licenciado Agustín Yáñez, gobernador del estado. Fue fundador de la Sociedad de Autores y Compositores de Música y de la Unión Filarmónica de México y perteneció al Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica. Falleció el 4 de julio de 1958 en la capital de la república.


(Tomado de: Moreno Rivas, Yolanda - Historia de la Música Popular Mexicana. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Alianza Editorial Mexicana. México, D.F., 1989)

lunes, 20 de septiembre de 2021

Los Dandys

 


El Trío Los Dandys fue en realidad un cuarteto y se dio a conocer el 28 de noviembre de 1958 en La hora nacional, presentando la canción Gema de Güicho Cisneros. Sus integrantes fueron: José Luis Segura (primera voz, guitarra y eje del grupo), Armando Navarro (requinto), Francisco Escamilla (segunda voz) y Joaquín Ruiz Martínez (tercera voz). Curiosamente, después de aquélla, su primera grabación, estuvieron separados durante ocho meses. Pero el éxito logró reunirlos y se presentaron en el Teatro Million Dollar de Los Ángeles. A su regreso hicieron presentaciones en el Teatro Lírico y en el Follies Bergere. Supieron crear un estilo propio, casi totalmente diferente a los demás tríos, en cuanto a voces y requinto se refiere. Luis "Güicho" Cisneros fue considerado el quinto elemento del grupo del grupo pues era quien componía las canciones. En 1960 ganaron el trofeo Guitarra de Oro. En 1963, después de la muerte de José Luis Segura, el trío se desintegró para volverse a formar con los siguientes elementos: Güicho Cisneros, Armando Navarro, Joaquín Ruiz Martínez y José Luis Segura, hijo. Posteriormente Güicho Cisneros perteneció al trío bautizado con el nombre de su canción más exitosa: trío Gema, formado además por Francisco Escamilla (arreglos y segunda voz) y Florentino Cruz. En 1966 Los Dandys grabaron: Cerca del mar de Ezequiel Cisneros Cárdenas, Por fin de Armando Navarro, y Muñeca mía de Joaquín Ruiz Martínez. Han grabado más de 200 canciones. Los títulos de mayor éxito han sido: Gema, Tres regalos, Eternamente, Negrura, y Alma de cristal (G. Cisneros). Recientemente grabaron un disco titulado La joya musical de Los Dandys. Han recibido el Globo de Oro por ser el cuarteto de mayor popularidad en Los Ángeles, California, y el Disco de Oro por su 20 aniversario.


(Tomado de: Moreno Rivas, Yolanda - Historia de la Música Popular Mexicana. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Alianza Editorial Mexicana. México, D.F., 1989)

lunes, 14 de octubre de 2019

Joaquín Pardavé


(1900-1955) Nació en Pénjamo, Guanajuato, el 30 de septiembre de 1900- A los 18 años inició su carrera trabajando como actor de teatro. Hizo su primera presentación con la compañía de zarzuela de su tío en la obra Los sobrinos del capitán Grant. Luego trabajó con la compañía de José Campillo, actuando en la zarzuela La Banda de las Trompetas. Posteriormente trabajó como actor cómico en Buster Keaton, El chino y El loco. También trabajó en el Teatro Lírico, donde conoció a Roberto Soto. Su primera canción fue Carmen. En 1938 compuso Varita de nardo. Otras de sus exitosas canciones fueron Florecita de retama, Negra consentida, Por fin cuándo, Falsa, No hagas llorar a esa mujer, Aburrido me voy, Chelita, Caminito de la sierra, Ventanita morada, La Panchita (popularizada por Lucha Reyes). Inició sus actuaciones cinematográficas en la película Jalisco nunca pierde. Posteriormente actuó en las películas: Don Susanito Peñafiel y Somellera, Don Venancio y otras. Fue director de cintas como El Baisano Jalil, Soy charro de rancho grande, Adiós juventud, Los hijos de don Venancio, El barchante Neguib, Lágrimas de sangre, La barca de oro, Los viejos somos así, Dos pesos dejada, Una gallega en México, Sangre torera, Primero soy mexicano y escribió numerosos libretos, entre ellos los de las películas: El cabaret del silencio, La mano que aplaude, Nicéforo Zendejas y compañía, El niño Fidencio. Musicalizó las películas: México se derrumba, Melodías de cristal, El fracaso del sábado, El jurado de Calles. Después de muchos años de ausencia reapareció en el teatro con la opereta Orfeo en los infiernos. En esa época actuó en el canal 4 de televisión, haciendo de payaso en el programa Noches de circo. Falleció en la ciudad de México en el año 1955.

(Tomado de: Moreno Rivas, Yolanda - Historia de la Música Popular Mexicana. Colección Los Noventa, #2. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Alianza Editorial Mexicana. México, D. F., 1989)




miércoles, 25 de septiembre de 2019

Arturo Tolentino


(1888-1952) Nació en Sierra Mojada, Coahuila, el 13 de septiembre de 1888, donde estudió y recibió el título de tenedor de libros y contador. Desempeñó cargos públicos en el estado de Chihuahua y en la capital de la república como representante del pueblo chihuahuense. En 1941 fue nombrado director de la Biblioteca Municipal de la ciudad. Ese mismo año, junto con el periodista Heriberto García Rivas, fundó la Academia de Artes y Literatura de Chihuahua. Sin haber tenido una preparación musical formal compuso hermosísimas obras; entre ellas, el vals Ojos de juventud, Sonrisas de primavera, La dama blanca y Tus ojos. Falleció en la ciudad de Chihuahua el 3 de febrero de 1952.

(Tomado de: Moreno Rivas, Yolanda - Historia de la Música Popular Mexicana. Colección Los Noventa, #2. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Alianza Editorial Mexicana. México, D. F., 1989)




sábado, 13 de julio de 2019

Chin Chun Chan y el género chico



En 1908 abundaban ya las pequeñas piezas de autores nacionales que cubrían los estrenos de los teatros de barriada, aunque la zarzuela española insertada muy dentro de las costumbres porfirianas era considerada por el público como el más digno espectáculo para familias que pudiera desearse. Es por eso que al cobrar fuerza y popularidad entre las clases media y baja las obritas del "género chico", intelectuales puros como el poeta Luis G. Urbina pusieron el grito en el cielo publicando el siguiente anatema en el Mundo Ilustrado (junio de 1908):

"La tanda es un divertimiento cómodo y barato. Nuestra pereza intelectual, nuestra flacidez moral, nos inclinan naturalmente del lado de un espectáculo frívolo y ligero, que no pide preparaciones previas, ni exige el ejercicio del pensamiento o del sentimiento, sino que, sacudiendo los instintos, excitando las maldades antropológicas, rascando e irritando las innatas perversidades, pone en los labios humanos una risa de fauno beodo y quema un grano de tentación torpe en las almas amodorradas. Las autoridades fruncen de cuando en cuando el ceño y dan órdenes prohibitivas y severas; hacen enmudecer una copla; destierran un epigrama ponzoñoso; retocan una frase cruda; le ponen camisa de fuerza a una mímica picaresca. Pero no cortan, no pueden cortar de raíz el árbol robusto de la tanda. Arrancan ramajes, mas el tronco queda en pie lleno de savia. A su sombra venenosa se tiende el público, displicente y ahíto, pero habituado ya al espectáculo como un mendigo a su bodrio. Nuestras obras nacionales, en el 'género chico', hasta hoy, no son otra cosa que imitaciones burdas y tontas de las cacharrerías literarias ultramarinas. Cortamos sobre aquel viejo y corriente patrón, muestra fofa y mal tejida estameña artística. En todas partes hay 'género chico' es verdad; sólo que en los grandes centros de civilización no constituye un espectáculo de primer orden. Son en cualquier rincón, el refugio del gusto rufián y de la curiosidad extranjera."

Cualquier exceso que saliera del decoro indispensable, podía ser reprimido por la dura mano de la censura. Por aquellos años, el teatro María Guerrero convertido en "la catedral de los autores del género chico", presentó la obra del "sicalíptico" joven Carlos Fernández Ortega con bailables y couplets de José Quintero titulada México festivo; el estreno fue suprimido de inmediato por sus frases de doble sentido y sus "calambures" al rojo vivo. Pronto, la empresa corrigió la obra y las familias que se habían ausentado del teatro, pudieron concurrir a él sin temor al bochorno.
[...]
El repertorio de los teatros ligeros, hasta 1911 permaneció más o menos ligado a los estilos y modas establecidas en el género. Una revista estrenada en 1904, constituyó el prototipo de lo que sería la típica producción de revista: la obra Chin Chun Chán, con música del español Luis G. Borda y texto de José F. Elizondo; ingeniosa comedia de errores en un hotel de la ciudad de México con la cómica presencia del embajador de China en México, Chin Chun Chan obtuvo un éxito inmediato y tan duradero en los teatros de revista, que se siguió programando hasta el año 1946.

(Tomado de: Moreno Rivas, Yolanda - Historia de la Música Popular Mexicana. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Alianza Editorial Mexicana. México, D.F., 1989)




(Presentación de la Universidad Autónoma de Aguascalientes con motivo del 150 aniversario de Jesús F. Contreras.)

jueves, 20 de junio de 2019

La pirecua


La pirecua es el canto característico de la Tierra Caliente de Michoacán. La traducción literal del término purépeni, pirecua, es canción. Se pueden encontrar dos diferentes tipo de pirecua: la de la región de los Lagos y la de la región de la Sierra. Originalmente, la pirecua era cantada "a capella" por voces femeninas, pero después se fue modificando hasta incluir diferentes instrumentos junto con otras voces. 



En la región de la Sierra, la pirecua se canta con voces masculinas. Su ritmo de seis octavos es el imprescindible sesquiáltero que se conoce en toda Latinoamérica y se marca con dos tresillos de corcheas alternadas con tres negras. El texto es cantado generalmente en purembe (purépecha o purépeni) y e ocasiones también se repite con su traducción en español como en el caso de la canción Tres estrellitas.

La instrumentación actual de la pirecua es muy variada; puede acompañarse de una guitarra sola o utilizar la dotación del conjunto típico consiste en dos violines, un guitarrón o tololoche, una guitarra de golpe y una vihuela. La guitarra y la vihuela difieren principalmente en la forma; la vihuela tiene la toma abultada de concha, mientras que la guitarra de golpe conserva la forma clásica de guitarra; ambas cuentan con cinco cuerdas.



La distribución instrumental de la antigua pirecua era extraordinariamente clásica pues se utilizaban violines, chelo y contrabajo aunque de rústica construcción. La causa muy probable de esto tal vez sea la persistencia de los instrumentos llevados a aquella región por los evagelizadores.

Actualmente, la pirecua sigue siendo un género de muchos importancia regional; es de tradición el festival anual de pirecuas que se celebra en Zacapu durante el mes de octubre.

(Tomado de: Moreno Rivas, Yolanda - Historia de la Música Popular Mexicana. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Alianza Editorial Mexicana. México, D.F., 1989)

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martes, 7 de mayo de 2019

Juventino Rosas


(1868-1894) Nació en Santa Cruz, Guanajuato, el 25 de enero de 1868; su padre, que era músico lo enseñó a tocar el violín. Desde pequeño tocan en bailes y festividades de su pueblo. En 1875 toda la familia se trasladó a México, donde comenzaron a ganarse la vida trabajando de músicos en una escoleta. Unos años después Juventino entró al Conservatorio Nacional, donde siguió estudiando violín, piano y algunos instrumentos de viento. En 1885 ejecutó un solo de violín en el Teatro Nacional, en una función a la que asistió el presidente Porfirio Díaz y miembros de su gabinete, quienes elogiaron mucho al joven violinista. En 1888 compuso una marcha de guerra que dedicó a Cuauhtémoc, y varias romanzas. También a esa época corresponden Te volví a ver, Sueño de las flores, Seductora y Ensueño. Fue director de la orquesta que tocaba en la Alberca Pani y en los baños del Factor, frecuentados por la alta sociedad. Dedicó a la señora Calixta Gutiérrez de Alfaro su famoso vals Sobre las olas. Compuso también otro vals titulado Carmen en honor a la esposa de don Porfirio Díaz. En 1894 emprendió una gira en barco con una compañía italiana y al enfermar gravemente, fue desembarcado en Batabanó, Cuba, donde falleció el 13 de julio de 1894.


(Tomado de: Moreno Rivas, Yolanda - Historia de la Música Popular Mexicana. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Alianza Editorial Mexicana. México, D. F., 1989)



miércoles, 10 de abril de 2019

Valses, polkas y mazurcas



Otras formas de origen extranjero se instalaron en el país, aclimatándose y transformándose según el peculiar sentir de los compositores nacionales. Entran en ese grupo en especial las formas bailables; la polka de origen checoslovaco, la mazurca y la redova polacas, el vals vienés, el schottisch, o chotis, y la galopa.


Entre todas ellas, habría que mencionar en primer lugar al vals, cuya irresistible popularidad se prolongó por más de seis décadas. El vals había llegado a México hacia 1815 en medio de grandes censuras y anatemas de la Iglesia. Pronto se convirtió en una de las formas más socorridas por los compositores de varias generaciones. Una vez en México y a pesar de conservar los elementos tradicionales de la forma, se transformó y evolucionó a tal grado que podría hablarse de un específico vals mexicano, que puede distinguirse grosso modo por sus tiempos pausados, su carácter lánguido y su apagado brillo instrumental. Si se le compara con el explosivo vals vienés, destaca el carácter más íntimo de sus melodías y cierto clima más de añoranza que de vitalidad rítmica. Es posible encontrar ejemplos muy antiguos de valses mexicanos. Tomás León (1826-1893) es autor de algunos tímidos ejemplos que podrían considerarse como valses. Sin embargo, y no sin razón, se sitúa la culminación del vals mexicano al mismo tiempo que el apogeo de la “tranquilidad” y “grandeza” porfirianas, aunque bien es posible hallar ejemplos de valses notables antes de don Porfirio y más allá de 1920.





Dios nunca muere del oaxaqueño Macedonio Alcalá fue escrito en 1869, en plena Intervención francesa; el internacionalmente famoso Sobre las olas de Juventino Rosas es de 1891. Río rosa y Recuerdo de Alberto M. Alvarado fueron compuestos en 1902, en tanto que Ojos de juventud de Arturo Tolentino en 1923. Los últimos resabios de la sensibilidad porfiriana desaparecieron lentamente; Morir por tu amor de Belisario de Jesús García, fue publicado en 1926.








Otro género privilegiado por la sociedad porfiriana fue la polka; la célebre Las bicicletas de Salvador Molet se sitúa alrededor de 1896. El diablito, de Carlos Curti, en 1901, y Las mandolinistas, de Jacinto Osorio, en 1896. El carácter jocoso, el ritmo excesivamente marcado y un tanto rudo, corrieron con tal suerte que a partir de Jesusita en Chihuahua, de Quirino Mendoza (1859-1957), la polka es considerada como un género distintivo de las regiones norteñas.





(Tomado de: Moreno Rivas, Yolanda - Historia de la Música Popular Mexicana. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Alianza Editorial Mexicana. México, D. F., 1989)

jueves, 6 de septiembre de 2018

Álvaro Carrillo


Álvaro Carrillo (1921-1969)



Nació en Cacahuatepec, Oaxaca, en el año 1921. A los 19 años ingresó en la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo para seguir la carrera de Ingeniero Agrónomo. Una vez recibido trabajó en la Comisión del Maíz. Aunque le gustaba su carrera terminó por abandonarla para dedicarse por completo a la música. Su primera canción fue Celia que una y otra vez fue cantada a las novias de sus amigos. Luego vinieron Sabor a mí, 



La señal, Sabor a nada, Sabrá Dios, Ése, Luz de luna, Amor mío, El andariego, 



El bravero, Un poco más, Se te olvida, La puerta se cerró detrás de ti, La mentira. Frank Sinatra grabó una versión en inglés de La mentira, canción que fue utilizada como fondo musical en una película y en una novela tituladas de igual forma. Otra de sus composiciones, Sabor a mí, fue grabada en Francia, Bélgica, Austria, Italia, Holanda, Inglaterra, España y Estados Unidos. Él mismo interpretaba sus composiciones acompañándose con su guitarra. Trabajó en el Teatro Blanquita, y en decenas de centros nocturnos y teatros de revista. Hizo numerosas presentaciones en radio y televisión. Recibió los trofeos El Pípila y El Disco de Oro en reconocimiento a su intensa labor musical. Falleció en el año 1969 en un accidente automovilístico cuando viajaba de Cuernavaca a México.

(Tomado de: Moreno Rivas, Yolanda - Historia de la Música Popular Mexicana. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Alianza Editorial Mexicana. México, D.F., 1989)

viernes, 10 de agosto de 2018

Federico Baena

Federico Baena
 
(1919-1996)


Nació el 2 de marzo de 1919 en la ciudad de México. Realizó sus primeros estudios en escuelas de la metrópoli. Estudió solfeo, armonía y composición con José F. Vázquez, Rodolfo Halffter y Jean Kumps. También estudió la viola y el violín con los maestros Rocabruna, Smillovits, Froelich y Vulfman, y el piano con Juan D. Tercero. Se inició como violinista en la Orquesta de la Escuela Nacional Preparatoria. En 1942 debutó como compositor, director y pianista en la emisora XEW. También fue violinista de la Orquesta Sinfónica de la UNAM. Entre sus composiciones se han destacado: Que te vaya bien,



Vete por favor, En qué quedamos,



Yo vivo mi vida, Cuatro palabras,



Vagabundo, Si vieras, Dos amigos, Por eso te perdono, Hay cariño y Cuatro cirios. Sus mejores intérpretes han sido María Luisa Landín, Fernando Fernández y María Luisa Bermejo. Su principal labor ha sido musicalizar películas además de sus actuaciones en televisión, teatro y centros nocturnos. También ha participado en numerosos programas de radio en las emisoras XEB, XEQ, XEX y XEW.

(Tomado de: Moreno Rivas, Yolanda - Historia de la Música Popular Mexicana. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Alianza Editorial Mexicana. México, D.F., 1989)



lunes, 30 de julio de 2018

Consuelo Velázquez

Consuelo Velázquez
 
(1920-2005)



Nació en Ciudad Guzmán, Jalisco, el 19 de agosto de 1920, mostrando desde pequeña una gran afición a la música. Más tarde, ya en la ciudad de México, comenzó sus estudios musicales con los maestros Ramón Serratos y Aurora Garibay en la Escuela Nacional de Música, recibiéndose de profesora de piano en 1938. Su deseo siempre fue ser concertista de piano, pero todo su talento lo dedicó a la música popular.

Como compositora tiene en su haber más de 250 canciones; entre las más populares se encuentran: Bésame mucho,




Amar y vivir, Verdad amarga, Anoche, Corazón, Franqueza, Yo no fui,



Amor sobre ruedas, Será por eso, Orgullosa y bonita, No volveré, Donde quiera, Aunque tengas razón, y Cachito.



En 1956 obtuvo el primer lugar en el Desfile de éxitos su canción Que seas feliz



que fue grabada por 21 intérpretes en tres meses. Sus canciones han sido cantadas por la mayoría de intérpretes nacionales y por artistas extranjeros tan conocidos como: Nat King Cole, Andy Russell, Katina Ranieri, Percy Faith, Ray Coniff, Mantovani, y The Beatles. Se presentó en numerosos programas de radio y televisión, y en alguna ocasión tocó con la Orquesta Filarmónica de la UNAM.

Presidió la Sociedad de Autores y Compositores de Música, la Academia Mexicana de la Música y el Consejo de Administración de la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores.

(Tomado de: Moreno Rivas, Yolanda - Historia de la Música Popular Mexicana. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Alianza Editorial Mexicana. México, D.F., 1989)

lunes, 25 de junio de 2018

Emilio Tuero

Emilio Tuero


Nació en Santoña, Santander, España, en 1912. Cuando tenía quince años toda su familia se trasladó a México en busca de fortuna. En 1931 tuvo la primera oportunidad de integrarse al medio artístico presentando una prueba en la XEW, que en esa época estaba promocionando nuevos valores. Comenzó interpretando tangos pues era el género de moda. Debutó en el cine nacional en la película Tras la reja, en el año 1936. Posteriormente fue contratado para interpretar el papel principal de la película Quinto Patio,

que fue estrenada en el Cine Ópera en la ciudad de México el 14 de julio de 1950. Luego vinieron Vértigo, La sentencia, La dama de las camelias, El ángel negro, Secretaria particular, Al son de la marimba, La dama del alba, Retorno al quinto patio. Quien mereciera el apodo de “El barítono de Argel”, falleció en la ciudad de México en el año de 1971.



(Tomado de: Moreno Rivas, Yolanda - Historia de la Música Popular Mexicana. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Alianza Editorial Mexicana. México, D.F., 1989) 

jueves, 7 de junio de 2018

Tomás Méndez

Tomás Méndez Sosa



Nació en Fresnillo, Zacatecas. Allí compuso sus primeras canciones inspiradas en el paisaje y las costumbres de su tierra. Animado por la aceptación de sus melodías se trasladó a Ciudad Juárez. Luego decidió radicar en la capital, donde estudió canto y guitarra a la vez que trabajaba como auxiliar de un productor radiofónico.

Unos años después conoció a Los Tres Diamantes, a quienes acompañó, como maestro de ceremonias, en una gira por Estados Unidos y Cuba. En 1952, de regreso en México, triunfó con sus canciones La Luna dijo que no, Habana, Que me toquen las Golondrinas,




 Gorrioncillo pecho amarillo, Tres días, Puñalada trapera, El tren sin pasajeros, Las rejas no matan,



Huapango torero, y Cucurrucucú Paloma,



que alcanzó un éxito internacional. Sus principales intérpretes fueron Pedro Infante, Javier Solís, Lola Beltrán, Amalia Mendoza, Lucha Villa y Miguel Aceves Mejía. Trabajó en televisión como escritor de libretos para algunos programas folclóricos, entre ellos Dos gallos de palenque. A lo largo de su carrera recibió numerosos homenajes, trofeos, diplomas y Discos de Oro.

(Tomado de: Moreno Rivas, Yolanda - Historia de la Música Popular Mexicana. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Alianza Editorial Mexicana. México, D.F., 1989)

sábado, 2 de junio de 2018

Dámaso Pérez Prado

Dámaso Pérez Prado


Nació en La Habana, Cuba, en el año 1921. Desde muy joven, a los trece años de edad, tocó en danzoneras y charangas de su ciudad natal, Matanzas. Finalmente llegó a ser pianista y arreglista de una de las orquestas más famosas de La Habana: la orquesta Casino de la Playa. Trabajó en esa orquesta hasta 1948, año en que vino a México. Aquí se buscó buenos músicos, formó su propia orquesta y a finales de 1949 dio a conocer el nuevo ritmo que enloquecería a la juventud: el mambo. Entre sus composiciones se destacaron Patricia, Qué rico Mambo,


El ruletero,


Mambo No. 8,


y muchísimas otras.

Su éxito fue tan avasallante que suscitó las opiniones más controvertidas. Hubo voces respetables y autorizadas que pronosticaron que el mambo moriría de muerte natural en un plazo de tres meses. Pérez Prado fue expulsado de México en dos ocasiones: la primera por instigación de los “miembros de las ligas de la decencia” y la segunda por un asunto migratorio. Partió entonces a los Estados Unidos donde pronto se convirtió en uno de los preferidos del público norteamericano. Allí continuó la demanda enorme de sus discos. El “Rey del Mambo” recibió en 1978 una merecida condecoración de parte del gobierno de Venezuela. Su música y su ritmo marcaron sin duda una época memorable.

(Tomado de: Moreno Rivas, Yolanda - Historia de la Música Popular Mexicana. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Alianza Editorial Mexicana. México, D.F., 1989)