miércoles, 31 de julio de 2019

Roque González Garza


Nació el 23 de marzo de 1885 en Saltillo, Coahuila.


Hizo estudios en Saltillo y en México, D.F. Simpatizó con los Flores Magón y actuó con Madero. Entró a territorio nacional por Palomas, Chihuahua, el 14 de febrero de 1911, acompañando al señor Madero. Al triunfo de la Revolución, fue diputado a la famosa XXVI Legislatura por el 1er. Distrito de Coahuila.

Jefe de Cuerpo de voluntarios, se le designó el sector de Colombia, Nuevo León, para combatir a Huerta en 1913; se unió a la División del Norte, mandada por el general Francisco Villa, que lo nombró su representante en la Convención de Aguascalientes.

Trasladada esta asamblea a la ciudad de México, el Presidente, Gral. Eulalio Gutiérrez, regresó al norte, por lo que fue sustituido por el Gral. González Garza. Más tarde se incorporó a la columna del Gral. Rodolfo Fierro.

En 1920 regresó al país y fue diputado por un Distrito Electoral del Distrito Federal a la XXX Legislatura del Congreso de la Unión. Escribió "La batalla de Torreón" y fue en 1934 uno de los jefes de los "Dorados". Fue Coordinador de los trabajos en la Vega de Meztitlán, en la Huasteca Hidalguense.

Murió en México, D.F., el 12 de noviembre de 1962.



(Tomado de: Covarrubias, Ricardo - Los 67 gobernantes del México independiente. Publicaciones mexicanas, S. C. L., México, D. F., 1968)

martes, 30 de julio de 2019

Trotsky, herido de muerte, 1940


Trotsky, herido de muerte


  • Atentado a la sombra de la confianza


  • Fue un falso admirador y amigo suyo el que lo atacó, propinándole terribles golpes: uno de ellos gravísimo. Quién es el agresor


  • La guardia del líder ruso acudió en su auxilio, y uno de los que la forman derribó al atacante, pegándole con su pistola


Por JOSE PEREZ MORENO,
Reportero de Policía


(21 de agosto de 1940)


Ayer a las seis de la tarde fue herido gravemente por un periodista belga el ex comisario de la Guerra en Rusia, León Trotsky, en su casa en Coyoacán. El heridor, que también está lesionado, se llama Frank Jackson o Jacques Morton y ha confesado plenamente su delito, expresándose así al ser curado en la Cruz Verde: "¡Deben matarme o dejar que yo lo haga!... Mi vida no vale nada…!"
Por más que la comisión misma del delito se encuentra clara, en cambio no se ha podido todavía adelantar gran cosa en la investigación de la trama secreta. El heridor, que tiene a lo sumo unos 28 años de edad, llevaba escrita en tres hojas una declaración en forma de carta, en la que expresa sus motivos personales para atentar contra la vida del exiliado ruso.
Esto demuestra su premeditación absoluta, así como también el hecho de que iba provisto de un "piolet" de alpinista de mango corto, de un pequeño puñal y de una pistola calibre 45 "Star".
Según lo declarado por los mismos ayudantes de Trotsky, intentó suicidarse con el puñal, pero uno de ellos, Jack Cooper, se lo impidió a las voces que la esposa de Trotsky, Natalia Sedov, daba: "¡No lo maten, hay que entregarlo vivo!" y así fue como tan sólo recibió algunos golpes clasificados como aquellos que sanan en dos semanas a lo sumo, y sin necesidad de hospitalización.
Trotsky recibió tres heridas, causadas por el pico del "piolet", una en la cabeza,que es la grave, con fractura expuesta de los huesos del cráneo y pequeña hernia de la masa encefálica; otro en la clavícula derecha y una más en una pierna. Los doctores Rubén Leñero, Gustavo Baz, Jacinto Segovia y Joaquín Mass, solicitados por el mismo herido, procedieron a hacerle la trepanación, mostrándose los facultativos muy optimistas.


"ESTABA DECEPCIONADO DE TROTSKY, POR ESO LO HICE…"


El general José Manuel Núñez, jefe de la Policía, personalmente tomó conocimiento, minutos después del suceso, de lo acontecido, y más tarde el procurador de Justicia del Distrito, licenciado Luis G. García; con el licenciado Amezcua, delegado del Ministerio Público, en la Jefatura de Policía y el señor Francisco Russi, jefe de la Policía Judicial, estuvieron en las salas de la Cruz Verde a hacer levantar el acta correspondiente. Por su parte, el jefe del Servicio Secreto, coronel Leandro Sánchez Salazar, y el comandante de agentes Jesús Galindo, iniciaron con un centenar de agentes las investigaciones.
A las 22 horas el general Núñez permitió que los periodistas pasaran al patio del Puesto Central de Socorros, habiéndoles mostrado el "piolet" con que fue atacado Trotsky, y expresó que el heridor del líder ruso se llama Frank Jackson, y que éste le había dicho que desde hace cuatro meses se encuentra en el país y que siempre había tenido gran admiración por Trotsky, al que procuró por todos los medios posibles conocer, logrando ser recibido por él en distintas ocasiones; y que de sus conversaciones con el ex comisario de la Guerra de la URSS se había decepcionado completamente de él y resolvió matarlo para lo cual se proveyó de las armas ya descritas.
En esos momentos era operado Trotsky, que fue sometido a enérgica anestesia. También fue curado Jacques o Jackson, quien desde luego pudo rendir su declaración, como hemos dicho.


(Tomado de: Hemeroteca El Universal, tomo 3, 1936-1945. Editorial Cumbre, S.A. México, 1987)

lunes, 29 de julio de 2019

Cómo descubrimos Yucatán, 1517

Capítulo II

Cómo descubrimos la provincia de Yucatán

En ocho días del mes de febrero del año de mil y quinientos y diez y siete salimos de la Habana, del puerto de Axaruco, que está en la banda del norte, y en doce días doblamos la punta de Santo Antón, que por otro nombre en la isla de Cuba se llama Tierra de los Gunahataveyes, que son unos indios como salvajes. Y doblada aquella punta y puestos en alta mar, navegamos a nuestra ventura hacia donde se pone el sol, sin saber bajos ni corrientes ni qué vientos suelen señorear en aquella altura, con gran riesgo de nuestras personas, porque en aquella sazón nos vino una tormenta que duró dos días con sus noches, y fue tal, que estuvimos para nos perder, y desque abonanzó, siguiendo nuestra navegación, pasados veinte e un días que habíamos salido del puerto, vimos tierra, de que nos alegramos y dimos muchas gracias a Dios por ello. La cual tierra jamás se había descubierto ni se había tenido noticia della hasta entonces, y desde los navíos vimos un gran pueblo que, al parecer, estaría de la costa dos leguas, y viendo que era gran poblazón y no habíamos visto en la isla de Cuba ni en la Española pueblo tan grande, le pusimos por nombre el Gran Cairo. Y acordamos que con los dos navíos de menos porte se acercasen lo más que pudiesen a la costa para ver si habría fondo para que pudiésemos anclar junto a tierra; y una mañana, que fueron cuatro de marzo, vimos venir diez canoas muy grandes, que se dicen piraguas, llenas de indios naturales de aquella poblazón, y venían a remo y vela. Son canoas hechas a manera de artesas, y son grandes y de maderos gruesos y cavados de arte que están huecos; y todas son de un madero y hay muchas dellas en que caben cuarenta indios.

Quiero volver a mi materia. Llegados los indios con las diez canoas cerca de nuestros navíos, con señas de paz que les hicimos, y llamándoles con las manos y capeando para que nos viniesen a hablar, porque entonces no teníamos lenguas que entendiesen la de Yucatán y mejicana, sin temor ninguno vinieron, y entraron en la nao capitana sobre treinta dellos, y les dimos a cada uno un sartalejo de cuentas verdes, y estuvieron mirando por un buen rato los navíos. Y el más principal dellos, que será cacique, dijo por señas que se querían tornar en sus canoas y irse a su pueblo; que para otro día volverían y trairían más canoas en que saltásemos en tierra. Y venían estos indios vestidos con camisetas de algodón como maquetas, y cubiertas sus vergüenzas con unas mantas angostas, que entre ellos llaman masteles, y tuvímoslos por hombres de más razón que a los indios de Cuba, porque andaban los de Cuba con las vergüenzas de fuera, eceto las mujeres, que traían hasta los muslos unas ropas de algodón, que llaman naguas.

Volvamos a nuestro cuento. Otro día por la mañana volvió el mesmo cacique a nuestros navíos y brujo doce canoas grandes, ya he dicho que se dicen piraguas, con indios remeros, y dijo por señas, con muy alegre cara y muestras de paz, que fuésemos a su pueblo y que nos darían comida y lo que hobiésemos menester, y que en aquellas sus canoas podíamos saltar en tierra; entonces estaba diciendo en su lengua: "Cones cotoche, cones cotoche", que quiere decir: Andad acá, a mis casas. Por esta causa pusimos por nombre aquella tierra Punta de Cotoche, y ansí está en las cartas de marear. Pues viendo nuestro capitán [Francisco Hernández de Córdoba] y todos los demás soldados los muchos halagos que nos hacía aquel cacique, fue acordado que sacásemos nuestro bateles de los navíos y en el uno de los más pequeños y en las doce canoas saltásemos en tierra todos de una vez, porque vimos la costa toda llena de indios que se habían juntado de aquella población; y ansí salimos todos de la primera barcada. Y cuando el cacique nos vio en tierra y que no íbamos a su pueblo, dijo otra vez por señas al capitán que fuésemos con él a sus casas, y tantas muestras de paz hacía, que, tomando el capitán consejo para ello, acordóse por todos los más soldados que con el mayor recaudo de armas que pudiésemos llevar fuésemos. Y llevamos quince ballestas y diez escopetas, y comenzamos a caminar por donde el cacique iba con otros muchos indios que le acompañaban. E yendo desta manera, cerca de unos montes breñosos comenzó a dar voces el caciques para que saliesen a nosotros unos escuadrones de indios de guerra que tenía en celada para nos matar; y a las voces que dio, los escuadrones vinieron con gran furia y presteza y nos comenzaron a flechar de arte que de la primera rociada de flechas nos hirieron quince soldados, y traían armas de algodón que les daba a las rodillas, y lanzas, y rodelas, y arcos, y flechas, y hondas, y mucha piedra, y con sus penachos, y luego, tras las flechas, se vinieron a juntar con nosotros pie a pie, y con las lanzas a manteniente nos hacían mucho mal. Mas quiso Dios que luego les hicimos huir, como conocieron en buen cortar de nuestras espadas y de las ballestas y escopetas; por manera que quedaron muertos quince dellos. Y un poco más adelante donde nos dieron aquella refriega estaba una placeta y tres casas de cal y canto que eran cúes y adoratorios donde tenían muchos ídolos de barro, unos como caras de demonios, y otros como de mujeres, y otros de otras malas figuras, de manera que, al parecer, estaban haciendo sodomías los unos indios con los otros, y dentro, en las casas, tenían unas arquillas chicas de madera y en ellas otros ídolos, y unas patenillas de medio oro y lo más cobre, y unos pinjantes, y tres diademas, y otras pecezuelas de pescadillos y ánades de la tierra, y todo de oro bajo. Y desque lo hobimos visto, ansí el oro como las casas de cal y canto, estábamos muy contentos porque habíamos descubierto tal tierra; porque en aquel tiempo ni era descubierto el Perú ni aun se descubrió de ahí a veinte años. Y cuando estábamos batallando con los indios, el clérigo González, que iba con nosotros, se cargó de las arquillas e ídolos y oro, y lo llevó al navío. Y en aquellas escaramuzas aprendimos dos indios, que después que se bautizaron se llamó el uno Julián y el otro Melchior, y entrambos eran trastabados de los ojos. Y acabado aquel rebato nos volvimos a los navíos y seguimos la costa delante descubriendo hacia do se pone el sol, y después de curados los heridos dimos velas. Y lo que más pasó, adelante lo diré.

(Tomado de: Díaz del Castillo, Bernal – Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Espasa-Calpe Argentina, S.A., Colección Austral #1274. México, D.F., 1955)

sábado, 27 de julio de 2019

Jesús F. Contreras




Nació en Aguascalientes, Ags., en 1866; murió en la Ciudad de México en 1902. Estudió en la escuela del señor Plácido Jiménez, donde aprendió dibujo y sobresalió tanto, que a los 12 años de edad era ya litógrafo. Pasó a la ciudad de México y a los 14 años ingresó a la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, donde se consagró a la escultura y llegó a ser el discípulo predilecto de Manuel Noreña, a quien ayudó a fundir la estatua de Cuauhtémoc con destino al Paseo de la Reforma. En esa ocasión se le volcó un crisol lleno de bronce derretido, por cuya causa estuvo a punto de perder un pie. El monumento fue estrenado el 21 de agosto de 1887. Pensionado por el gobierno, se trasladó a París para estudiar en la Escuela de Bellas Artes al lado de Colinerte, con quien tomó parte en la Exposición Universal de 1889. A su regreso, estableció la Fundición Artística Mexicana, de la cual salieron, entre otras obras suyas y ajenas, las estatuas colocadas a ambos lados del Paseo de la Reforma; de él son las de Galeana, Primo de Verdad, De la Fuente y López Cotilla. Hizo también las de Benito Juárez, en la ciudad de Chihuahua; de Manuel Acuña e Ignacio Zaragoza, en Saltillo; de Ramón Corona, en Guadalajara; de Nicolás Bravo e Ignacio Zaragoza (1898); de Jesús González Ortega, en Zacatecas; y los relieves en bronce, con figuras de indígenas, actualmente colocados en el Monumento a la Raza de la Ciudad de México. Ya famoso y rico, volvió a Europa y a Egipto. A consecuencia de un cáncer fibroso, le amputaron el brazo derecho, pero adiestró tanto el izquierdo que antes de un año esculpió una cabeza de mujer, Inocencia, y después dos de sus mejores obras: 



Malgré tout y Desespoir, que se conservan en la Alameda Central de la capital de la República, y el Beato Casalanz y Almas Blancas. Magnífico escultor, sus obras de exaltación patriótica tienen gran dignidad, acentuada por el movimiento de los ademanes y en los cortes de atuendo; y las otras, esculpidas en mármol, un angustiado y aun estrujante estremecimiento que refleja la lucha interna del artista por no sentirse mutilado.

(Tomado de: Enciclopedia de México, S. A. México, D.F., 1977, volumen III, Colima - Familia)



viernes, 26 de julio de 2019

Qué era la Triple Alianza?


16

¿Qué era la Triple Alianza?

La Triple Alianza fue una confederación de estados indígenas del valle de México, conformada por Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan. Esta confederación sustituyó una anterior sobre la que se basaba el equilibrio político-militar hasta ese momento con la supremacía de los tepanecas y que estaba constituida por Azcapotzalco, Culhuacán y Coatlinchan.

Tlacaelel, hábil noble mexica, convenció a los gobernantes y clase político-militar y religiosa de los pueblos sojuzgados por los tepanecas para aliarse en su contra. Así, Tenochtitlan, Tlacopan y Texcoco formaron la Triple Alianza, dirigida por Itzcóatl, Tlacaelel y su hermano Moctezuma I, y el príncipe Nezahualcóyotl de Texcoco. Juntos lograron infringir graves derrotas a los tepanecas hasta que cayó Azcapotzalco en 1428. A partir de entonces la Triple Alianza se adueñó primero del valle de México, posteriormente de prácticamente todo el Altiplano central y casi un siglo después de buena parte de Mesoamérica. Pronto la supremacía recayó en manos de los mexicas de modo que Tlacopan y Texcoco quedaron como aliados subordinados a aquéllos.





(Tomado de: Silva, Carlos - 101 preguntas de historia de México. Todo lo que un mexicano debería saber. Random House Mondadori, S. A. de C. V., México, D. F., 2008)

jueves, 25 de julio de 2019

José Joe Becerra; otro mexicano en la antesala



El declive del "Toluco" ofreció la oportunidad a otro boxeador de convertirse en un grande del ring. Era de Guadalajara y Medel no pudo vencerlo en las dos ocasiones que lo enfrentó, en 1957. Más tarde fue campeón del mundo y el "Huitlacoche" dejó escapar la oportunidad de disputarle el cetro. Se trataba de José Becerra, el primer campeón universal de nuestro país hecho cien por ciento en estos suelos.
Becerra se ciñó la corona de los gallos de manera un tanto inesperada. La afición mexicana mantenía vivo el recuerdo de la triste derrota del "Ratón" Macías ante el francés Halimi, y veía con suspicacia el ascenso y el puño noqueador del tapatío. Lo mismo pasaba con la prensa. Sin negar las capacidades de Becerra -veloz, disciplinado, fajador, y de una izquierda demoledora-, comentaba cautelosamente cada una de sus peleas. Un miedo a "inflar" al púgil, tal y como sucedió con Macías, flotaba en el ambiente de la crónica deportiva.
José Becerra ingresó al profesionalismo en 1953. En sus primeros cuatro años, el tapatío sostuvo encuentros exclusivamente en provincia, sobre todo en su natal Guadalajara. En la ciudad de México, debutó ante José Medel -en marzo de 1957- y los capitalinos vieron a un peleador defensivo que se movía sobre la punta de los pies, pero efectivo a la hora de colocar los puños. A las arenas internacionales llegó al cabo de unos meses. En junio sostuvo un combate contra Johnny Ortega en San Francisco y peleó en aquel trágico 6 de noviembre de 1957, cuando el "Ratón" desilusionó a los miles de mexicanos que fueron a verlo ganar la corona mundial de los gallos. En esa ocasión, Joe Becerra subió al ring desmoralizado por la derrota de su compatriota y su rival, Dwghit Hawkins, lo noqueó en el cuarto episodio.
El año de 1958 esperaba a Becerra con algo más que victorias. En 11 meses sostuvo 11 peleas, diez ganadas por nocaut. Se vengó de Dwight Hawkins en su natal Guadalajara, donde estuvo grandioso. En la capital del país se enfrentó a Miguel Lassus, a quien dejó fuera de combate en el séptimo asalto. Fue a Los Ángeles y enfrentó al duro Willie Parker -quien ya había derrotado al "Toluco"- y lo ablandó a la segunda campanada. 20 días después, en esa misma tierra, derrotó al filipino Little César con poderoso nocaut en el cuarto.
Y así se fue perfilando hacia el objetivo mayor de cualquier boxeador: el título mundial. Becerra sabía que la única forma de convencer a la renuente afición y a la cautelosa prensa de su excelente boxeo. La propia Comisión de Box no quiso reconocerlo como el mejor boxeador de 1958, y sólo le otorgó el crédito de "mejor estelarista".
Su camino hacia el campeonato mundial sólo estaba obstaculizado por el italiano Mario d'Agata. La pelea se concertó para principios de enero de 1959. El reportero de Box y Lucha veía así el escenario antes del combate: " El viejo caserón Olimpic donde Bolaños dejó en la lona el estilo y la gracia ante Aragón; donde pulverizaron al "Pajarito" Moreno, donde las marchas eran brillantes y el futuro ilimitado, ha sido cortado a raíz." ¿Temor o ganas de conjurar los demonios de Los Ángeles? Becerra ganó por nocaut en diez asaltos y México tenía a un boxeador otra vez en la antesala del cetro mundial.

Primer campeón mundial hecho en México

El horno para la pelea entre Becerra y Halimi se fue calentando. La función se pospuso tres veces. Primero se anunció para fines de abril, luego para el 13 de mayo y, finalmente, para el 3 de junio -fecha que también se cambió. El alargamiento del encuentro de campeonato, señalaban los editoriales de la prensa deportiva, quizá acarrearía funestas consecuencias. Becerra podría perder en la báscula, advertía uno de ellos, y, a manera de conclusión, añadía: el "aplazamiento puede ser un sarcófago para Becerra".
La fecha se fijó para el 8 de julio. Entonces sí, hizo su aparición la incertidumbre. " Pero… ¿podrá con Halimi?", "¿Logrará lo que no pudieron el "Ratón" y el "Pájaro?"; titulares como éstos se encontraban a lo largo de la prensa escrita. En cambio, con Halimi todo era certeza: que llegaría al combate como "un verdadero roble" que "usa camisas con cuello 40 y tiene una musculatura de 'Cavernario' Galindo" que "es un atleta consumado y un auténtico profesional del ring"... ¿Se estaba preparando a la afición mexicana para la derrota de la "Esfinge" de Guadalajara?
Para despejar la duda estaba Becerra, y para ver el resultado, 14 mil espectadores en la nueva Arena Deportiva de Los Ángeles. Las apuestas favorecían al francés en proporción de dos a uno. Desde que sonó el primer gong, ambos boxeadores salieron decididos a dejarlo todo en el cuadrilátero. Halimi se fue sobre retador los dos primeros rounds y con un tremendo derechazo consiguió que Becerra se tambaleara. El mexicano, a partir del tercero, se lanzó a la ofensiva. Y para restarle efectividad a las ágiles piernas de Halimi, Joe buscó sobre todo el cuerpo del campeón para ablandarlo. Los ganchos izquierdos al hígado y al plexus del francés hicieron mella en éste. Para el quinto episodio, Halimi dejó de buscar el cuerpo a cuerpo y prefirió huirle al retador. Para entonces, Joe Becerra era el amo del ring.
La campana del octavo levantó de su esquina a un Halimi visiblemente dañado por las descargas de su oponente. Becerra decidió, entonces, terminar la pelea. Se fue sobre el campeón con una combinación de golpes que selló con un sólido gancho de izquierda a la mandíbula y ¡hasta luego, campeón! El francés cayó a la lona, mas logró ponerse en pie a la cuenta de cuatro, sólo para que Becerra le soltara una andanada de golpes. A los dos minutos y dos segundos del octavo asalto, Halimi cayó de nuevo y escuchó en la lona la cuenta de diez. México tenía su primer campeón mundial nacido y hecho en nuestras tierras.
El recibimiento en la capital fue apoteósico. Cien mil personas lo esperaron en el aeropuerto. El presidente Adolfo López Mateos no sólo lo recibió sino que le entregó su reloj como un presente. Becerra le había prometido el cinturón mundial de los gallos y había cumplido. Por órdenes del Ejecutivo, el nuevo campeón fue internado para su recuperación en el Hospital Central Militar.
El tapatío retuvo dos veces el título. Su primera defensa la hizo ante el mismo Halimi, en febrero de 1960, y la segunda ante el japonés Kenji Yonekura, en Tokio, en mayo del mismo año.
Un extraño nocaut que le propinó Eloy Sánchez en el cuarto round, en agosto de 1960,  lo motivó para anunciar su retiro. Muchos dijeron que la inconsistencia de Becerra mermaba su calidad de campeón. De su retiro, su manejador Pancho Rosales comentó que lo decidió para someterse a una operación quirúrgica, pues el boxeador tenía un problema que le ocasionaba serios dolores: tres testículos -uno de los cuales quizá ya no le hacía falta.

(Tomado de: Maldonado, Marco A., y Zamora, Rubén A. - Cosecha de campeones. Historia del box mexicano II, 1961-1999. Editorial Clío Libros y Vídeos, S.A. de C.V., México, abril 2000)

miércoles, 24 de julio de 2019

Bases para la unificación del Partido Liberal Mexicano, 1905


Bases para la unificación del Partido Liberal Mexicano


  1. Se constituye la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, con el personal que firma el presente manifiesto. La Junta existirá públicamente, y residirá en un país extranjero para estar a salvo, hasta donde es posible, de los atentados del gobierno de México. Trabajará por la organización del Partido Liberal y con los elementos que los correligionarios le proporcionen, luchará por todos los medios, contra la dictadura de Porfirio Díaz. Regeneración será el órgano oficial de la Junta.
  2. Los ciudadanos mexicanos que estén de acuerdo con las ideas de este manifiesto y anhelen la libertad de la patria, constituirán en las poblaciones en que residan, asociaciones secretas que estarán en comunicación con esa Junta. Se aconseja a los correligionarios que en dichas agrupaciones prescindan de inútiles formalidades. Lo único que se pide es que los ciudadanos liberales de cada población se reúnan de tiempo en tiempo para tratar de los asuntos políticos del país, y mantengan correspondencia con esta Junta, ya para comunicarle noticias políticas, ya para proponerle proyectos, o ya simplemente para conservar con ella las relaciones establecidas. Se encarece a los correligionarios que constituyan uniones lo más numerosas posible; pero si en algunas partes sólo hay un ciudadano de nuestras ideas, que no por su aislamiento deje de dirigirse a nosotros.
  3. Los grupos o ciudadanos que secunden la presente excitativa, lo comunicarán a esta Junta, que inscribirá sus nombres entre los miembros del partido que se organiza. Esos grupos y ciudadanos enviarán mensualmente a la Junta, según sus recursos y la voluntad de cada uno, una contribución que se invertirá en los gastos que requiere el cumplimiento de la cláusula siguiente.
  4. La Junta, aparte de sus trabajos propios, procurará el fomento de publicaciones oposicionistas en México, distribuirá fondos entre los luchadores liberales que se encuentren la pobreza, sostendrá a los que la dictadura encarcele y despoje; y si se dan casos en que un funcionario público pierda su posición por haber cumplido con su deber, también lo ayudará. Anhelamos hacer efectiva la solidaridad entre los liberales y para ello contamos con el apoyo eficaz de nuestros correligionarios.
  5. La Junta guardará absoluto secreto sobre los nombres de los adeptos. No comunicará entre sí a las distintas agrupaciones o personas afiliadas, sino hasta convencerse de que son verdaderamente leales a la causa. Pero si algún miembro del partido no desea en ningún caso ser comunicado con los demás, se servirá declararlo y la Junta respetará su voluntad.
        Por estos medios nos organizaremos sin peligro, y cuando   tenga fuerza nuestro partido, podrá desplegar sus banderas y entablar la lucha decisiva, frente a la odiosa tiranía.


MEXICANOS:


Inmensos son vuestros infortunios, tremendas vuestras miserias, y muchos y terribles los ultrajes que han humillado vuestra frente en seis amargos lustros de despotismo. Pero sois patriotas, sois honrados y nobles, y no permitiréis que eternamente prevalezca el crimen. El Partido Liberal os llama a una lucha santa por la redención de la patria: responded al llamamiento, agrupados bajo los estandartes de la justicia y del derecho y de nuestros esfuerzos y de nuestro empuje, surja augusta la patria, para siempre redimida y libre.


Reforma, Libertad y Justicia.


St. Louis Mo., 28 de septiembre de 1905.


Presidente, Ricardo Flores Magón. Vicepresidente, Juan Sarabia. Secretario, Antonio I. Villarreal. Tesorero, Enrique Flores Magón. 1er. Vocal, profesor Librado Rivera, 2o. Vocal, Manuel Sarabia, 3er. Vocal, Rosalío Bustamante.


Regeneración, 30 de septiembre de 1905

(Tomado de: Armando Bartra (Selección) - Ricardo Flores Magón, et al: Regeneración, 1900-1918. Secretaría de Educación Pública, Lecturas Mexicanas #88, Segunda Serie, México, D.F., 1987)

martes, 23 de julio de 2019

Manuel González



Nació el 17 de junio de 1832 en Matamoros, Tamaulipas. Hijo de Fernando González y de doña Eusebia Flores, a quienes perdió cuando tenía 15 años. Empuñó las armas en 1851 y se dio de alta como soldado raso en 1853. Dos años después, siendo ya oficial, partió con su batallón, el 2° de línea, a Veracruz y Puebla. El 10 de abril de 1862, con el grado de coronel, participó en la infortunada acción de Izúcar, en donde su jefe, el general Alatriste, fue hecho prisionero y fusilado.

Al lado del Gral. Porfirio Díaz combatió en el Sitio de Puebla de 1863, participó en las batallas de Miahuatlán y la Carbonera; perdió su brazo izquierdo en Puebla, el 2 de abril de 1867. En Tecoac fue factor definitivo para el triunfo del Plan de Tuxtepec, que acabó con el régimen del Presidente Lerdo de Tejada.

Su cuatrienio presidencial de 1880 a 1884, tuvo serios contratiempos: el motín del níquel; la quiebra del Nacional  Monte de Piedad, la deuda inglesa, etc. Después fue Gobernador Constitucional del Estado de Guanajuato.

En su tumba, que se halla en la Rotonda de los Hombres Ilustres del Panteón Civil, se lee en la lápida: "Un brazo nada más, pero de bronce; una mano, no más, pero de amigo".

Murió el 8 de mayo de 1893 en la Hacienda de Chapingo, Méx.

(Tomado de: Covarrubias, Ricardo - Los 67 gobernantes del México independiente. Publicaciones mexicanas, S. C. L., México, D. F., 1968)

lunes, 22 de julio de 2019

Mejicanos en El Salvador



Mejicanos es una ciudad en El Salvador, Centro América, colindante con la capital de ese país. Situada a 610 metros de altura sobre el nivel del mar, tiene una superficie de 25 kilómetros cuadrados y una población de 45 mil habitantes. Cuando los estados centroamericanos discutían su permanencia o salida de la federación mexicana, el ejército de los generales Filisola y Gaínza, lograron penetrar a San Salvador (1823) para detener la guerra civil que se estaba desarrollando. Al aceptar Filisola el resultado del plebiscito por él convocado, donde la población, por mayoría relativa, decidía separarse de México retiró dicho ejército, pero un numeroso grupo de soldados mexicanos se quedó a vivir en la Hacienda del Cipresal. En ese sitio había también un convento (destruido por el terremoto del 3 de mayo de 1965), donde se reunieron los próceres de la Independencia Nacional en ocasión del primer movimiento libertario del 5 de noviembre de 1811. Casados con mujeres salvadoreñas y arraigados en definitiva, en septiembre de 1828 los antiguos combatientes formaron un caserío. De entonces data la expresión de los aborígenes: “vamos donde los mejicanos”. El 27 de marzo de 1888 el poblado recibió el título de villa y se erigió en municipio.  Éste se extinguió el 28 de febrero de 1901 y pasó a ser un barrio de la capital; pero recuperó su autonomía el 31 de marzo de 1903. Finalmente, el 3 de octubre de 1948, durante la administración del presidente Salvador Castaneda Castro, se le declaró ciudad. El municipio, a su vez, tiene ahora 4 cantones: Zacamil, San Miguel, San Roque y Delicias del Norte. En este último hay un barrio que se llama Méjico.
Mejicanos goza fama de ser la ciudad más alegre de todo el país, donde el turista puede divertirse y saborear alimentos típicos: los bocadillos, la fritada, la yuca con chicharrones, la chicharra (cuero de cerdo raspado y frito). El chilate con nuégados, la conserva de coco, el shuco atole, las pupusas de loroco y una gran variedad de atoles. 

(Tomado de: Enciclopedia de México, Enciclopedia de México, S. A. México D.F. 1977, volumen VIII, Latapí - México)

sábado, 20 de julio de 2019

Jessy Bulbo




“Galaxys”: 34 años, batería
“Efector”: 24 años, efectos
Jessy: 32 años, guitarra, bajo y voz


Inicio: 2005


Idioma: Español




Discografía: Saga Mama



Influencias: Música popular mexicana, gringa. Lo que escuchamos en el radio, más lo que mis amigos ponen. Difícil de definir.


Sonido: Rock macizo prendido.


El D.F., ¿Qué les inspira?: Miedo, claustrofobia. Nostalgia por la naturaleza. Ganas de ver tele. Sentimientos encontrados.




En la ciudad: Centro, Tacubaya y la Roma.


En 5 años…: Juntos, vamos a ser una orquesta.


(Tomado de: Sonidos Urbanos. 150 bandas 2000-2005 MX/DF. Sonidos Urbanos Producciones S. A. de C. V. 2007)





viernes, 19 de julio de 2019

Chinches como alfombra


1883
Chinches como alfombra


[Escrito a partir de una breve nota aparecida en el periódico El Tiempo, 8 de agosto de 1883]


Por las noches, las calles de la Ciudad de México se ven invadidas por un pequeño insecto que no distingue clases sociales, ni sexos o edades. La chinche, ese insecto fétido que se cría y reproduce en casas viejas y en camas sucias, que llegó como una peste a una ciudad pobre, infortunada y andrajosa.
Las casas viejas, sin remozar desde siglos atrás, sin agua, a veces ni siquiera para tomar, han sido el mejor lugar para la reproducción de estos miserables bichos.
Un testigo señala que hay tal cantidad de chinches, sobre todo en sitios lúgubres como, por ejemplo, la cárcel de distinción de la Callejuela, que por las noches se forman, en el paraninfo, una especie de alfombra movediza y las chinches tapizan las paredes completamente, cayendo del techo una lluvia de esos repugnantes insectos.
Los pobres y los vagabundos que duermen en la calle suelen ser devorados por esas alimañas que cubren enteramente s cuerpos. ¡Qué decir de los borrachines, chupados hasta el agotamiento por los bichos, cuando bajo el influjo del pulque quedan tirados por doquier!
La gente pobre, acostumbrada a ello, ya ni siquiera hacen nada para evitar que se paseen por su organismo. Las chinches se han convertido en minúsculos vampiros que chupan la sangre de la sociedad hasta saciarse y la gente no tiene ninguna posibilidad de evitarlas.
Es por demás tratar de hacer algo en contra de ellas pues, como es de todo mundo sabido, si no hay agua para beber, mucho menos la hay para limpiar.
A la cárcel de Belén, y a todos los presidios de este país, suelen llamarlos la Chinche. Obvio es decir que quien ingresa a presidio acepta, tácitamente, como única compañía, a estos feroces insectos.
Decenas de testimonios han quedado de la vida en esos lugares durante el porfiriato. Alfonso Cravioto señala que fue llevado a la Tercera Comisaría, conocida con la del Tequexquite y fue encerrado en un separo. En ese lugar, al encender un cigarro:
Noté que el piso estaba inmundo y que en un ángulo había un montón de piedras y ladrillos. Me trepe en él para dormir agazapado, pues siempre tuve la virtud militar del sueño en cualquier posición. Empezaba a dormirme cuando una picazón radiada y truculenta me despertó. Encendí un fósforo y miré que el jacuecito que yo llevaba era una sola mancha amarillenta y movediza: me había invadido una verdadera llamarada de chinches brotada de los equívocos ladrillos. No prendía ya más luz en toda la noche, que pasé en constante lucha a manotadas contra los agresivos insectos. La peculiar batalla dejóme con tan sangrienta facha de cara y de vestido, que al día siguiente el gendarme que me llevaba rumbo a Belén, me dijo contemplándome: “Oiga, amigo, ¿usted va preso por riña, verdad?” Las huellas abultadas de las picaduras quedaron en la fotografía antropométrica que me sacaron y que conservo. Esta vez comprendía de manera ultrarrealista por qué nuestro pueblo le decía la Chinche a nuestras cárceles.



(Tomado de: Sánchez González, Agustín - Terribilísimas historias de crímenes y horrores en la ciudad de México en el siglo XIX. Ediciones B, S.A. de C.V., México, D.F., 2006)

jueves, 18 de julio de 2019

Los primeros refugiados, 1939


Los primeros refugiados


  • Vienen a Veracruz
  • Embarcaron ayer en Saint Nazaire, a bordo del "Flandre". Hay más de 80,000 que desean vivir aquí.


Por Francisco Díaz Roncero,
Representante Exclusivo de los Servicios Havas-A.N.T.A.
(Prohibida la reproducción)


Saint Nazaire, Francia, 4 de abril.- A las 15 horas de hoy zarpó el "Flandre" rumbo a Veracruz y lleva a bordo varios centenares de refugiados españoles que van a buscar a la República Mexicana, que generosa les abre los brazos, nuevos medios de vida, horizontes benévolos y un ambiente cordial que les haga olvidar siquiera en parte el horror de la guerra que destruyó sus hogares y los dejó sin recursos, heridos y maltrechos a mitad del arroyo.
Se calcula que 250,000 personas han enviado sus fichas al servicio de evacuación a los refugiados españoles, pidiendo más de 80,000 ser enviados a la América Latina y de preferencia a México.
Entre los que acaban de salir en el "Flandre" reinaba una mezcla de tristeza y de alegría; tristeza y mucha me la manifestaron varios de los que entrevisté en nombre de los servicios Havas-A.N.T.A., al recordar su territorio devastado por la guerra civil, sus familiares los unos muertos, otros desaparecidos, algunos encarcelados por órdenes de las autoridades franquistas. Alegría también pude comprobar entre otros elementos ansiosos de buscar un horizonte amplio, seguros de triunfar en la nueva "lucha por la vida", tranquilos ante la visión de un país hospitalario, en donde se habla su idioma y que les brinda la oportunidad de reconstruir el hogar, de rehacer su familia, en una palabra: su vida.
Cuando el " Flandre" levó anclas, un gigantesco grito se escapó de cubierta: "¡Viva la República Española!", prorrumpieron a una voz en un solo instante los centenares de hombres, mujeres y niños que se aprestaban a la travesía del Atlántico teniendo sus ojos puestos en México, como tierra de promisión.
Pude tener datos interesantes acerca de cómo funciona el servicio de su evacuación y del manejo de las " fichas" que acabo de citar. Toda persona salida de España y refugiada en territorio francés, tiene una ficha, así se encuentren en los campos de concentración de las ciudades importantes o en las aldeas más pequeñas y lejanas del centro del país. Los agentes especiales nombrados por la oficina de evacuación creada especialmente para el objeto, recogen las tarjetas en donde el refugiado anota su filiación política, el lugar donde desea trasladarse juntamente con sus familiares, así como la profesión, oficio u ocupación que le son habituales.
Las actividades de los refugiados se clasifican en 38 grupos distintos, como campesinos, obreros especializados, profesionales, empleados, burócratas, etc.
En cuanto a la estadística estructurada acerca del lugar a donde desean ir los refugiados, establece que su inmensa mayoría escribe la palabra "México" en su ficha y poquísimos son los que desean regresar a España o dirigirse a otros países.
El servicio de evacuación, vigilado por las autoridades francesas, funciona bajo la férula del ex gobierno de [Juan] Negrín [López] que activamente se encarga de todos los trámites y de pagar a nombre del propio Gobierno hoy desaparecido "de facto", los pasajes de los españoles que se trasladan a América. Además, cada refugiado que se embarca recibe dos mil francos para sus primeras actividades en otras tierras.
El grupo de Negrín afirma contar con los medios pecuniarios bastantes para lograr la evacuación de todos los refugiados así como con el apoyo de varias organizaciones y sociedades de otros países a donde se dirigirán esos miles de hombres y mujeres. La Federación de Sociedades Españolas de Norteamérica ha enviado a París una comisión con importante suma de dinero que pone a disposición de los nuevos emigrantes.


(Tomado de: Hemeroteca El Universal, tomo 3, 1936-1945. Editorial Cumbre, S.A. México, 1987)

miércoles, 17 de julio de 2019

Amado Nervo


Mexicano (Tepic, Nayarit, 1870 - Montevideo, 1919)
Muerto Darío, Nervo fue proclamado el mayor poeta de América. Su iniciación religiosa en Jacona, Michoacán, configuró su condición de enamorado del misterio, matiz que permaneció en su vida y en su obra. Formó parte del grupo de poetas hispanoamericanos que en la primera década del siglo XX coincidieron en París: Rubén Darío, Leopoldo Lugones, Guillermo Valencia, primeras figuras de la poesía americana. En el periodismo ejercitó su prosa y escribió cuentos, crónicas y estudios de crítica literaria. Su primer éxito fue la novela corta de índole naturalista El Bachiller (1896). Su poesía, iniciada en la escuela modernista, culmina en Elevación (1917), obra de gran amor y hondura espiritual. Aún a la distancia -obligada por los oficios diplomáticos-, Nervo fue el gran animador de la Revista Moderna (1898-1903), tribuna del modernismo en México, en la que aparecieron las primicias de El Éxodo y las flores del camino (1902), fruto de su primer viaje a Europa.





(Tomado de: Anónimo - Antología. Poesía moderna y contemporánea en lengua española. Lecturas Universitarias 2. UNAM, Dirección General de Publicaciones, México, D.F., 1971)






Amado Nervo
1870-1919)

Distinguimos dos épocas en la poesía de Amado Nervo: la de su juventud, realizada en los límites de una inquietud artística, dicha en voz bajo, íntima, musicalmente grata, y la de su madurez religiosa y moralista, ajena, las más veces, a la pureza del arte. El progreso de su poesía se termina en la desnudez; pero así que se ha desnudado por completo, tenemos que cerrar, púdicos, los ojos.

Fue Nervo una víctima de la sinceridad; no sin ironía puede pensarse que este fue su heroísmo. Nadie mejor que él puede servir de pretexto para meditar sobre esa antítesis que se ha hecho de la vida y el arte. Para quienes predican su deshumanización “y que rompa las amarras que a la vida lo sujetan”, el ejemplo de este poeta es un argumento valioso: el hombre, allí, acabó por destruir al artista.

[...]

Bibliografía

Obras completas de Amado Nervo, Biblioteca Nueva, Madrid, 1920





(Tomado de: Cuesta, Jorge - Antología de la poesía mexicana moderna. Colección Lecturas Mexicanas, primera serie, #99. Presentación de Guillermo Sheridan. Fondo de Cultura Económica, S.A. de C.V., México, D.F., 1985)

martes, 16 de julio de 2019

Ofrecimiento de la corona a Maximiliano, 1863



Ofrecimiento de la corona a Maximiliano, 1863

La llamada “Junta de Notables”, nombrada por Forey, decidió en 1863 ofrecer la corona del Imperio Mexicano a Fernando archiduque de Austria.

1° Que el sistema republicano, ya bajo la forma federativa, ya bajo la que más centraliza el poder, ha sido el manantial fecundo en muchos años que lleva de ensayarse, de todos cuantos males aquejan a nuestra patria, y que ni el buen sentido, ni el criterio político, permiten esperar que puedan remediarse sin extirpar de raíz la única causa que los ha producido.

2° Que la institución monárquica es la sola adaptable para México, especialmente en las actuales circunstancias, porque combinándose en ella el orden con la libertad, y la fuerza con la justificación más estricta, se sobrepone casi siempre a la anarquía, y enfrena la demagogia, esencialmente inmoral y desorganizadora.

3° Que para fundar el trono no es posible escoger un soberano entre los mismos hijos del país (el cual por otra parte no carece de hombres de un mérito eminente), porque las cualidades principales que constituyen a un rey, son de aquellas que no pueden improvisarse, y que no es dable que posea en su vida privada un simple particular, ni menos se fundan y establecen sin otros antecedentes por solo el voto público.

4° y último. Que entre los príncipes ilustres por su esclarecido excelso linaje, no menos que por sus dotes personales, es el Archiduque Fernando Maximiliano de Austria en quien debe recaer el voto de la nación para que rija sus destinos, porque es uno de los vástagos de estirpe real más distinguido por sus virtudes, extensos conocimientos, elevada inteligencia y don especial de gobierno.

La Comisión, en tal virtud, someta a la resolución definitiva de esta respetable Asamblea, las proposiciones que siguen:

1° La nación mexicana adopta por forma de gobierno la MONARQUIA MODERADA, hereditaria, con un príncipe católico.

2° El Soberano tomará el título de Emperador de México.

3° La corona imperial de México, se ofrece a S. A. I. y R. el Príncipe FERNANDO MAXIMILIANO, archiduque de Austria, para sí y sus descendientes.

4° En el caso de que por circunstancias imposibles de prever, el Archiduque Fernando Maximiliano no llegase a tomar posesión del trono que se le ofrece, la nación mexicana se remite a la benevolencia de S. M. Napoleón III, Emperador de los franceses, para que le indique otros príncipe católico.

México, julio 10 de 1863. -Aguilar. -Velázquez de León. -Orozco. 
-Marín. -Blanco.

(Tomado de: Matute, Álvaro – Antología. México en el siglo XIX. Lecturas Universitarias #12. Universidad Nacional Autónoma de México, Dirección General de Publicaciones, México, D.F., 1981)