lunes, 26 de febrero de 2024

Volcanes y lagunas

 


Volcanes y lagunas

Damos por supuesto que todo el mundo considera muy patético vivir al pie de un volcán por el peligro latente que representa. Sin embargo, no es tan fiero el león como lo pintan. Y las dos moles volcánicas próximas a México son, por su belleza y su grandeza, la tentación de los pintores paisajistas.

El Popocatépetl y el Iztaccíhuatl son dos promontorios ingentes anclados como inmensos trasatlánticos en una laguna gigantesca desaparecida. Uno es empinado como un cono, si se le mira desde las Lomas de Chapultepec, y el otro, alargado como un prisma tendido. Tal vez por estas formas o posturas, la gente le otorga sexo masculino al primero y femenino al segundo. El Popo, además, para subrayar su varonía, fuma de vez en cuando su cachimba. Mas el penacho de humo ligerísimo nos intimida tanto como el de la chimenea de una casita en mitad del campo. Todos sabemos que sus entrañas hierven y que los designios de Dios son arcanos, pero su amenaza latente se disipa ante la majestad de la mole.

Tanto el Popo como el Izta se complacen en ser mexicanos, se sirven de las nubes como de rebozos y sarapes. Uno y otro tienen sus cúspides nevadas durante casi todo el año, y las nubes carecen muchos días de aliento para remontarlas, quedando así como a la altura de sus cuellos súperrealistas.

Infinidad de veces se nos presenta el Popo vestido de volcán japonés o chino, de esos que vemos en las tarjetas acuareladas, donde las cimas blancas se destacan nítidas sobre un cielo añil y la base se esfuma en tenues grises, dorados y blancos.

Este chinismo o japonesismo del Popo contribuye a pensar en las raíces asiáticas de México. Muchas veces hemos rozado este tema, sobre todo al contemplar las caras indígenas. Unas nos parecían egipcias o gitanas, otras mongolas, otras hindúes y otras de familia chinesca. La palabra chino se aplica en México, además, a muchas cosas y aspectos, como si el mexicano llevase en la subconsciencia algo que no conoce pero barrunta o presiente. Así, del pelo ensortijado se dice que es chino, y de la piel erizada o en carne de gallina se dice que está chinita o enchinada. Existe, por añadidura, la china poblana, o mujer típica de Puebla, con sus vistosas ropas, nada chinas por cierto.

El chinismo o japonesismo del Popo lo ha comprendido algún pintor paisajista mexicano, pero no el extranjero que quiso levantar una colonia en sus faldas. El Popo Park. Sólo a un teutón se le ocurre edificar casas de gnomos y de leyendas nebulosas, casas pesadas y alambicadas, de aquel mal estilo germano de principios de siglo, en un paisaje de sabor y color orientales.

Este chinismo del Popo cabe enlazarlo con el de la región tarasca. Al escribir de Pátzcuaro señalé ya el sabor chino-japonés de la toponimia. Alguien me dijo ya que los japoneses comprenden y explican el significado de los nombres que llevan los pueblecitos tarascos. Y yo no sé qué tienen también de japoneses o chinos los útiles de pesca en aquel delicioso lago.

En estas páginas que me sugiere México no hablaré de ríos porque sigo creyendo no haber visto ninguno. Los hay, pero la impresión mía es de que un país tan extenso necesita más. En cambio, me veré obligado a decir algo de sus lagunas y sus lagos. Entre otros motivos porque no pasa día sin que se nos advierta que la ciudad de México está fabricada sobre un lago y que el polvo que durante el mes de marzo arremete contra nosotros viene de un lago desecado, el de Texcoco.

La realidad es que hoy, para pasearse en lancha por canales, hay que ir a Xochimilco, porque el lago de la ciudad no puede tocarse con el dedo sino en los mapas o preciosas cartas geográficas antiguas y en las páginas literarias de Bernal Díaz.

Estos lagos de la altiplanicie, tan extraordinarios, pasaron a la historia. En los mapas podemos ver que la antigua México era una isla unida a la tierra circundante por ligeros puentes que parecen esparadrapos. Pero de todo eso no nos queda más que el Puente de Alvarado, que es una calle hoy.

Para disfrutar del agua tiene los capitalinos que irse a las albercas, o a los lagos y orillas del mar que se hallan a muchas leguas. Principalmente a Acapulco, porque el lago de Chapala es terroso y el de Pátzcuaro, frío.


(Tomado de: Moreno Villa, José – Cornucopia de México y Nueva Cornucopia mexicana. Colección Popular #296, Fondo de Cultura Económica, S.A. de C.V., México, D.F., 1985)

domingo, 25 de febrero de 2024

Sara García

 



Sara García, ser abuela tiene su chiste


Millones se conmovieron con sus caracterizaciones de madres y abuelas sacrificadas, aunque también con sus intervenciones junto a Joaquín Pardavé como la encantadora mujer de origen libanés que confunde las palabras en El baisano Jalil y en El barchante Neguib. Claro está que para llegar ahí resultó definitivo su trabajo en Ahí está el detalle, dirigida por Juan Bustillo Oro, con Cantinflas, dando vida a Clotilde, una madre de ocho hijos a punto siempre de casarse con el popular cómico, personaje con el que, a pesar del constante lloriqueo, deja constancia de su hábil manejo de la farsa.

Su rol de abuela machorra que trae cortitos de la rienda a sus tres nietos: Pedro Infante, Abel Salazar y Víctor Manuel Mendoza, es un ejemplo de su amplia gama de comediante en Los tres García y Vuelven los tres García, donde luce autoritaria, bragada y jovial.

En Mecánica nacional, el director Luis Alcoriza a la vez que rindió homenaje a la figura emblemática de la abuelita del cine nacional, le quitó también toda la cursilería, proporcionándole, además, la gracia del mal hablar. Buen ejemplo en la película es cuando la viejecita insiste en acompañar a su familia a un paseo; sus parientes le sugieren que no, que es cansado y peligroso para ella. Una amiga de su nuera, personificada por Gloria Marín, aboga por la anciana y ésta le agradece su gesto, pero en cuanto se queda sola con la mujer de su hijo, Sara pregunta: "¿ y quién es esta pinche vieja metiche?”


(Tomado de Terán, Luis - La risa en rosa. Cómicos inolvidables del cine mexicano. Somos Uno, especial de colección número 8, año 8, Editorial Eres, S.A. de C.V., México D. F., 1997)

lunes, 19 de febrero de 2024

Belén B. Robles

 


Belén B. Robles


Es la presidenta nacional de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) y la primera mujer en ocupar este cargo. LULAC es la organización más antigua y grande de derechos civiles de los hispanos. Con casi cuarenta años de pertenecer a esta organización y de experiencia en el Servicio de Migración y Naturalización y de Aduanas de Estados Unidos, Robles se ha distinguido por su activo papel para asegurar que las condiciones económicas, históricas y culturales de la comunidad sean consideradas en los centros de poder. Es ahora también directora de Relaciones Comunitarias en el Distrito de El Paso, Texas, en el Servicio de Aduana de Estados Unidos e Inspectora Principal de las operaciones de Cargo en el Puente de las Américas. Desde el inicio de su presidencia en LULAC ha organizado distintos foros sobre educación, derechos humanos, contra la Propuesta 187 y ha representado a los hispanos en la Cumbre de las Américas.



(Tomado de: Diaz de Cossío, Roger; et al. Los mexicanos en Estados Unidos. Sistemas Técnicos de Edición, S.A. de C. V. México, D. F., 1997)

jueves, 15 de febrero de 2024

De los indios del Acandón y uno que querían sacrificar, 1586



De los indios del Acandón y de un caso notable que sucedió con uno que querían sacrificar...


Fray Alonso Ponce

Viaje a Chiapas (Antología).

Tuxtla Gutiérrez,

Gobierno Constitucional del Estado de Chiapas [...]


Los indios del Acandon son muy pocos, y los más dellos infieles que no se han baptizado, y andan también en su compañía algunos apóstatas de la fe, asi dellos mismos como de otros que se han huido de otras partes, y se les han juntado; tienen todos una fuerza o peñol en una laguna sesenta leguas de Chiapa, entre Oriente y Poniente, no muy lejos de la Chontalpa hacia las tierras que confinan con la provincia de Yucatán, la laguna no es muy grande, pero es honda y circular, y tiene en medio una islilla con algunos peñascos, y en ella tienen hechas los Acandones sus casas, y a esto llaman peñol; sírvense de muchas canoas para salir a tierra firme a cazar y a hacer sus milpas de maiz, ají y frijoles y calabazas y otras legumbres, y a capturar todos los hombres que pueden, asi indios como españoles y negros, para sacrificarlos a sus ídolos, los que cogen vivos llévalos a aquel fuerte y isla, y después que los han engordado los sacrifican con danzas, mitote y bailes.

Aquel año de ochenta y seis salieron algunos destos a tierra firme con sus armas, que son arco y flecha, y dieron una noche en una estancia de un español, vecino de Chiapa, y habiendo muerto a un negro que se puso en defensa, llevaron presas nueve o diez personas entre chicos y grandes, y puestas en su isla las iban cebando y engordando como si fueran puercos, para ofrecérselas y sacrificárselas al demonio poco a poco en sus fiestas y solemnidades; teníanlos a todos metidos en una cárcel o red de maderos muy gruesos hincados en la tierra, y encima estaba hecha una barbacoa en que de noche dormían los que les guardaban, de día los sacaban por el pueblo con unos cascabeles a los pies, y los regalaban y daban muy bien de comer, y les procuraban hacer fiestas, pero de noche los volvían a la cárcel, en la cual estaban con la guardia sobredicha, hasta que llegado el día del sacrificio sacaban a matar uno, y otra vez otro, y así habían ya sacrificado algunos de los diez atrás referidos; y quedando ya muy pocos, y entre ellos un indio hábil y buen cristiano, que muy de veras se encomendaba a Dios y a la Virgen María su madre, llegado el día en que había de morir le sacaron de la cárcel, y llevado al mitote y baile, comenzaron su fiesta, quiso su ventura u ordenóle así Dios, que el que estaba tañendo el teponastle, que es un instrumento de madera que se oye media legua y más, erró al golpear y el compás de la música, y teniendo esto por aguero y mala señal el sacerdote de los indios, mandó que no pasase la fiesta adelante ni se hiciese por entonces el sacrificio, y que muriese el tañedor que había hecho aquella falta, tan grande a su parecer, pero intercedieron por él los demás, y perdonado mandaron volver al otro indio a la cárcel y concertaron y determinaron que otro día fuese sacrificado; el pobre indio que ya sabía algo de aquella lengua, entendió el trato y concierto y encomendándose a Dios y a nuestra señora la virgen María, cuyo devoto él era, probó a menear un palo de la cárcel, y dióse tan buena maña, que con el favor de Dios sacó uno sin ser sentido, y no atreviéndose a salir con él otro u otros dos indios que allí estaban, se salió solo y bajó a la laguna, y entró en una canoa y pasó a tierra firme, a la banda de Chiapa, y se subió a unas peñas muy altas donde estuvo escondido lo restante de la noche, y otros dos o tres días sin comer, sino fue lo que consigo llevaba, que no debiera ser mucho, y algunas raíces y frutas que él halló; cuando amaneció y miró bien en dónde estaba, vio que se había detenido en aquellas peñas en un puesto tan peligroso, que a pasar dos pasos más adelante se despeñara en una hondura muy grande, y dio gracias a Dios porque la había librado de aquel peligro. Oyó asimesmo aquel mesmo día que pasaban indios por allí abajo a buscarle, y que iban diciendo que le habían de coger y hacer que no se les huyese otra vez, con lo cual puede cada uno considerar lo que el pobre indio sentiría, y cuán grande sería a tal tiempo su tribulación y angustia. Pasado tres o cuatro días, cuando ya él entendió que se habían vuelto los que le habían ido a buscar, bajó de sus peñas y escondrijo, y comenzó a caminar para su tierra, pero yendo un día caminando muy descuidado de topar ninguno de los acandones, vio venir dos de ellos por el mismo camino con sus arcos y flechas, y aunque no estaban lejos quiso Dios que ellos no le vieran, él se escondió en el monte, y cuando ellos pasaron les oyó decir que la causa de no haberle hallado era habérsele comido algún tigre; libre de estos peligros y zozobras, llegó el pobre indio a su tierra tan flaco, despeado y mal traido que tardó mucho tiempo en volver en sí; él contó todo esto al fraile dominico de las Coapas, y decía y afirmaba que la madre de Dios, a quien se encomendaba, le había librado, y después el dominico lo contó al padre Comisario general cuando pasó (como queda dicho) por los pueblos donde estaba. Por esta prensa que hicieron los acandones en aquella estancia y por otras que habían hecho y se temía que harían, se hizo gente de españoles e indios, los cuales fueron a la laguna sobredicha, llevando consigo a un fraile nuestro que moraba en Chiapa, y pudieron (según se dijo) cogerlos a todos con facilidad, si luego dieran en ellos, porque estaban todos desbandados y desapercibidos, pero los indios se supieron valer, y pidieron al capitán ciertos días de plazo para responder a lo que les habían propuesto, y una noche, cuantos más desbandados estaban los españoles, desampararon los indios el peñol y se pasaron a tierra firme, y se metieron en el monte, y aunque fueran en su seguimiento no hicieron nada, y así se volvieron a sus casas hartos de caminar y mamvacios, como dicen. Para estos soldados eran aquellos ranchos donde descansó el padre Comisario el día que salió de Comitlán, como queda dicho, desde los cuales llegó a San Francisco Amatenango, donde quedó en el interin que se ha dicho esta digresión, y será bien volver a tratar de su viage.



(Tomado de: López Sánchez, Cuauhtémoc (recopilación) - Lecturas Chiapanecas IV. Miguel Ángel Porrúa, Librero-Editor. México, D. F., 1991)

lunes, 12 de febrero de 2024

Del río de Alvarado que los indios llaman Papaloapan

 


XXIV

DEL RÍO DE ALVARADO QUE LOS INDIOS LLAMAN PAPALOAPAN

Después que salió Cortés de Potonchan, entró en un río que llaman de Alvarado, por haber entrado primero que todos en él aquel capitán. Mas los que moran en sus riberas le dicen Papaloapan, y nace en Aticpan, cerca de la Sierra de Culhuacan. La fuente mana al pie de unos serrejones. Tiene encima un hermoso peñól redondo, ahusado, y alto cien estados, y cubierto de árboles, donde hacían los indios muchos sacrificios de sangre. Es muy honda, clara, llena de buenos peces, ancha más de cien pasadas. Entran en este río Quiyotepec, Vivilla, Chimantlan, Cuauhcuezpaltepec, y Tuztlan, Teyuciyocan, y otros menores ríos, que todos llevan oro. Cae a la mar por tres canales, uno de arena, otro de lama, otro de peña. Corre por buena tierra, tiene gentil ribera, y hace grandes esteros con sus muchas y ordinarias crescidas. Uno dellos está entre Otlatitlan y Cuauhcuezpaltepec, dos buenos pueblos. Bulle de peces aquel estero o laguna. Hay muchos sábalos del tamaño de toñinas, muchas sierpes, que llaman en las islas iguanas, y en esta tierra cuauhcuezpaltepec. Paresce lagarto de los muy pintados, tiene la cabeza chica y redonda, el cuerpo gordo, el cerro erizado con cerdas, la cola larga, delgada, y que la tuerce y arrolla como galgo; cuatro pedazuelos de a cuatro dedos, y con uñas de ave; los dientes agudos, más no muerde, aunque hace ruido con ellos: el color es pardo, sufre mucho la hambre, pone huevos como gallina, que tienen yema y clara y cáscara; son pequeños y redondos y buenos de comer. La carne sabe a conejo, y es mejor. Cómenla en cuaresma por pescado, y en carnal por carne, diciendo ser de dos elementos, y por consiguiente, de entrambos tiempos. Es dañosa para bubosos. Salen estos animales del agua, y suben a los árboles y andan por tierra. Asombran a quien los mira, aunque los conozca: tan fiera catadura tienen. Engordan mucho fregándoles la barriga en arena, que es nuevo secreto.

Hay también manatís, tortugas, y otros peces muy grandes que acá no conoscemos; tiburones y lobos marinos, que salen a tierra a dormir y roncan muy recio. Paren las hembras cada dos lobos y críanlos con leche, ca tienen dos tetas al pecho entre los brazos. Hay perpetua enemiga entre los tiburones y lobos marinos, y pelean reciamente, el tiburón por comer y el lobo por no ser comido. Empero siempre son muchos tiburones para un lobo. Hay muchas aves pequeñas y grandes, de nueva color y talle para nosotros. Patos negros con alas blancas, que se precian mucho para pluma, y que se venden cada uno, en la tierra donde no los hay, por un esclavo. Garcetas blancas, muy estimadas para plumajes. Otras aves que llaman teuquechul o avedios, como gallos, de que hacen ricas cosas con oro; y si la obra desta pluma fuese durable, no había más que pedir. Hay unas aves como torcazas, blancas y pardas, que parescen ánades en el pico, y que tienen un pie de pata y otro de uñas como gavilán; y así, pescan nadando y cazan volando. Andan también por allí muchas aves de rapiña, como decir gavilanes, azores y halcones de diversas maneras, que se ceban y mantienen de las mansas. Cuervos marinos que pescan a maravilla, y unas que parecen cigüeñas en el cuello y pico, sino que lo tienen mucho más largo y extraño. Hay muchos alcatraces y de muchos colores, que se sustentan de peces: son como ansarones en el tamaño, y en el pico, que será dos palmos; y no mandan el de arriba, sino el bajero. Tienen un papo desde el pico al pecho, en que meten y engullen diez libras de peces y un cántaro de agua. Tornan fácilmente lo que comen. Ca decir que se tragó uno de estos pájaros un negrillo de pocos meses nacido; mas no puedo volar con él; y así, lo tomaron.

Al rededor de aquella laguna se crían infinitas liebres, conejos, monillos o gatillos de muchos tamaños; puercos, venados, leones y tigres, y un animal dicho aiotochtli, no mayor que el gato; el cual tiene rostro de anadon, pies de puercoespín o erizo, y cola larga. Está cubierto de conchas, que se encogen como escarcelas, donde se mete como galápago, y que parescen mucho cubiertas de caballo. Tiene la  cola de conchuelas, y la cabeza de una testera de lo mesmo, quedando fuera las orejas. Es, en fin, ni más ni menos que caballo encubertado, y por eso lo llaman españoles el encubertado o el armado y los indios aiotochtli, que suena conejo de calabaza.


(Tomado de: López de Gómara, Francisco. Historia de la conquista de México. Estudio preliminar y apéndices de Silvia L. Cuesy. Editorial Océano de México, S.A. de C.V., México, Distrito Federal, 2003).

jueves, 8 de febrero de 2024

Telenovelas V En el principio fue la villana: Teresa

 


En el principio fue la villana: Teresa


No deja de sorprender el éxito inicial de la telenovela, teniendo en cuenta los limitados recursos de producción, que se agotaban sobre todo en el pago de primeros actores y actrices, y la vigilante censura, que no ha dejado de pesar, aunque en los últimos años permita audacias sexuales y verbales impensables en los decentes años del lopezmateísmo. Quizá uno de los motivos sea que las primeras telenovelas no se basaran en la fábula de "Cenicienta" o de la eterna mártir. Al contrario, se centraban en personajes casi diabólicos, encarnación irracional del Mal decantado. La cumbre insuperable durante varias décadas fue Teresa, original de Mimí Bechelani, de la que Maricruz Olivier, una sensible actriz de sólida formación teatral, hizo una interpretación perturbadora; nadie como ella lograría manifestar la locura vengadora al arquear las cejas, abrir desmesuradamente sus ojos verdes y trabar la mandíbula. Era la pesadilla de las amas de casa, el anticipo de que la futura víctima tenía los capítulos contados.

El asunto no podía ser más sobado, aunque eficaz: Teresa, una estudiante universitaria de familia menesterosa, avergonzada de su condición económica, a la vez que estudia y hace carrera, manipula a sus novios, enamorados y amantes para ascender; su familia, que era pobre pero honrada, la despreció y ella acabó sola y arrepentida. La historia sumaba varios argumentos ya vistos en el cine mexicano, pero si algo la salvaba del lugar común era la sabia dirección de Banquells y la fortaleza con que Olivier cargaba ella solita con todo un Mal que se abatía contra un abundante reparto de virtuosos angelicales (Aldo Monti, Luis Beristáin, Beatriz Aguirre y Alicia Montoya).

El propio género no se atrevió a ir más lejos y en los años inmediatos procuró suavizar o justificar los arrebatos de furia de sus damas. La leona de Marisa Garrido, encarnada por Amparo Rivelles en 1961, ya trataba de una mujer seducida y abandonada. Muchas cosas dejó en claro esa etapa de la telenovela: que debía centrarse en un personaje femenino firmemente trazado (el caso de Gutierritos ya no volvió a funcionar) y que el villano era la sal verdadera del argumento. Finalmente, Maricruz se especializó en personajes psicológicamente difíciles, como la esquizofrénica (buena y mala) de Dos caras tiene el destino y Las gemelas (1972), donde, obviamente, hacia los dos personajes. El legado de Teresa refrescó un medio ya hundido en madres abrigadas y criaditas en veloz ascenso social con las maldades de Fanny Cano en Rubí (1968).


(Tomado de: Reyes de la Maza, Luis - Crónica de la Telenovela I. México sentimental. Editorial Clío, Libros y Videos, S.A. de C.V., México, 1999)

lunes, 5 de febrero de 2024

David Alfaro Siqueiros es traído a la capital, 1940

 


*David Alfaro Siqueiros fue traído ayer a esta capital

*Se logró su captura cerca de Hostotipaquillo, Jal.

*Dice que el delito que cometió es de carácter político 

*Buena labor de la Policía capitalina


Por José Pérez Moreno, 

reportero de Policía 


(6 de octubre de 1940)


Como resultado de una apasionante tarea policiaca, fue detenido el pintor David Alfaro Siqueiros, quien no rechaza su responsabilidad en el atentado contra la casa de León Trotsky la madrugada del 24 de mayo; solamente que afirma se trata de un delito de carácter político, lo que está dispuesto a comprobar, según dijo.

Ayer llegó a México cerca de las 9 de la noche. El general José Manuel Núñez, jefe de la Policía, fue hasta Morelia a esperar a esperar al coronel Leandro Sánchez Salazar y a sus agentes, que traían al detenido desde Hostotipaquillo, Jalisco, lugar en cuya cercanías, en un rancho llamado "Arroyo de los Otates", se efectuó la captura. Nosotros fuimos a encontrarlos al camino, pudiendo ver que venía Alfaro Siqueiros en el automóvil del general Núñez, sentado en medio de éste y del coronel Sánchez Salazar. Vestía Alfaro Siqueiros una guayabera, pantalón de drill amarillo, botas mineras y sombrero de palma. Tenía la barba crecida, bastante entrecana y el bigote largo. No demostraba sino un gran cansancio, por más que esto no le impedía usar de afabilidad con los periodistas.

Alfaro Siqueiros expresó que por el momento no podía ordenar bien sus ideas, pues llevaba cuatro días con sus noches sin dormir y, por lo tanto, se encontraba agotado; pero que el lunes, o sea mañana, en que sea llevado ante el juez, hablará extensamente. Dijo que le parecía digna de elogio la policía, pues le fue cerrando un cerco hasta ser imposible su escapatoria, y que desde el domingo pasado había notado que los agentes de la policía andaban cerca, por lo que dedujo que no tardarían en detenerlo, lo que se logró hasta anteayer a las 8:30 de la mañana. También dijo que oportunamente haría declaraciones para reconocer la eficacia de sus perseguidores y aprensores.

¡ESTO NO ES SINO UN VERDADERO DELITO POLÍTICO!

También manifestó que con autorización del general Núñez enviará un mensaje el Presidente de la República pidiéndole la libertad de los demás campesinos detenidos junto con él, puesto que ellos no son sino leales revolucionarios que lo habían conocido como correligionario y le habían ayudado y que, si acaso el general Cárdenas había puesto en libertad a reaccionarios sorprendidos con las manos en la masa, sin duda no sería menos clemente con los compañeros mineros que lo habían auxiliado en su fuga.

Nos dijo que tenía intenciones de presentarse a la Policía al convencerse de que la rebelión almacenista había sido sofocada; que los detenidos junto con él, son fundadores del Sindicato de Trabajadores de Cinco Minas, organización que él había ayudado a formar.

"No sé qué abogado designaré como defensor. Eso ya lo haré a su tiempo. Por lo que respecta a lo que realmente aconteció en la casa de Trotsky y los resultados correspondientes me enteré por los periódicos, lo mismo que de lo relacionado con la muerte de Sheldon Harte.

"Yo demostraré que se trata de un delito de orden político y no del fuero común, que se trata de delitos de revolucionarios en lucha con los contrarrevolucionarios, que éstos son delitos de revolucionarios en contra de un cuartel general de reaccionarios tolerado ilegalmente por el Gobierno de México y, finalmente, que se trata de un delito independiente de toda organización internacional o nacional.

"También manifiesto desde ahora que no delatare a nadie. Yo soy un revolucionario genuino y así me conocen mis compañeros, entre ellos los que me ayudaron y que ahora se encuentran detenidos junto conmigo."

Esta fue la entrevista que tuvimos con Alfaro Siqueiros, quién por lo demás, no corrió en ningún momento peligro alguno de muerte, pues el coronel Sánchez Salazar, al sorprenderlo dormido sobre una colchoneta en pleno campo, le dijo cuando el pintor despertó:

"Lo que el general Núñez le aseguró de que se le respetaría la vida, vengo a cumplirlo".


(Tomado de: Hemeroteca El Universal, tomo 3, 1936-1945. Editorial Cumbre, S.A. México, 1987)

jueves, 1 de febrero de 2024

Emilio el Indio Fernández

 


Emilio, el Indio Fernández,

El macho tras las cámaras.

Ciudad de México, diciembre de 1974.


¿Que si me molesta que me llamen "el Indio"? ¡Pero si yo soy indio del estado de Coahuila! Mi madre es india pura, piel roja, y mi padre mestizo. ¿Que si me considero totalmente realizado y feliz? Mire usted, ni realizado, ni feliz, pero encantado de vivir; yo creo que la vida es el regalo más grande que se nos ha hecho, y desgraciadamente estamos poco conscientes de ello, para gozarlo más, minuto a minuto, segundo a segundo, gozar de una mañana hermosa, de una nube, un sol, un árbol, un río o una montaña. ¿Que si me enamoré de todas las mujeres que han trabajado conmigo? ¡Yo amo a todas las mujeres! ¡No se puede hacer nada sin amor!... Pero no el amor personal, entre un director que quiera enamorar a una estrella porque está trabajando -que tiene ese derecho- ¡No! Yo hablo en el buen sentido del amor; amo a mis técnicos, sin ellos no podría hacer una película. ¿Que me he repetido en mis películas? Yo le pregunto a usted, ¿Se le critica a Wagner o a Beethoven porque se repiten en alguna nota ¿Y no es porque me sienta orgulloso, sino porque yo quiero hacer mi cine. ¿Que cuántas veces me he casado? Yo, por voluntad, ninguna; pero por compromiso moral, de hombría por respeto... o con la 45 atrás, del papá o de un hermano, pues no recuerdo, quizás dos, tres o cuatro. No recuerdo.

Este era el estilo del Indio Fernández esa linda mañana, cuando nos recibió en su casona de Coyoacán. La mesa estaba adornada muy a la mexicana, desde el mantel de Oaxaca, los tarritos de barro, el chile piquín, el orégano y la cebolla picada. Adivinamos el menú, y alguien dijo: "¡Cómo no me puse una parranda anoche!". El Indio apareció con su indumentaria característica: el paliacate en el cuello. Lo acompañaba la guapísima Argentina Morales, quien fungió como anfitriona, en un bello vestido blanco con encaje -de esos que parecen antiguos, con cuello alto y manga larga- y un rebozo también blanco. A ratos se parecía a Dolores del Río. El Indio, un poco nervioso, de entrada dijo:

¡Pura gente blanca!

Risotada general: se rompió el hielo. Y siguió con una anécdota sobre su amigo Salvador Dalí, cuando a éste lo entrevistaron en una ocasión y él estaba presente. Alguien le dijo a Dalí que hiciera una autocrítica y dijo: "Soy mejor genio que pintor".

¡Cómo quisiera que estuviera esta mañana aquí, en esta silla de acusados, Dalí contestando a sus preguntas! 

En los años 40 el Indio Fernández le dio al cine mexicano una importancia mundial. La pregunta fue: ¿Cree usted que en la actualidad ha superado esta etapa?

Pues yo no hice cine. Yo colaboré con un grupo de cineastas para hacerlo. Me tocó en suerte llevar el cargo de director, a veces de escritor o adaptador de una película. Es un conjunto, y si alguna cosa tuvo de bueno escribir ese cine, ese tiempo, es que nosotros escogimos trozos de la vida mexicana. El valor que tienen esas películas es que eran mexicanas. Ahora se buscan nuevos caminos de expresión, y como se sabe, el cine es el medio más rico que ha tenido el ser humano para expresarse. ¡El cine tiene tal embrujo que hasta pagan por verlo! De ahí que uno adquiere la responsabilidad de hacer un cine que debería servir para elevar, para guiar, y no para degenerar, como está sucediendo en todo el mundo. Yo creo que se pueden hacer cosas estupendas sin herir la susceptibilidad y la decencia. ¡Hay que llevar un código moral, que las cosas lleguen hasta cierto punto. Desgraciadamente ahora nos exigen que hagamos cierto cine, porque es más fácil. El cine está en manos de mercenarios. Son cosas incontenibles.

Se tocó el punto del macho mexicano, que tanto aparece en las películas del señor Fernández, en relación con la mujer mexicana de nuestro tiempo, ya un poco liberada. Contestó con la franqueza acostumbrada:

La palabra macho debe ser una de las más grandes para todo hombre al nacer. Yo prefiero un macho, aunque para muchas gentes sea repulsivo y temido, que un... Y en cuanto a las mujeres, ¡no hay cosa más sublime que una mujer, cuando lo es!

El Indio conoció a Rodolfo Valentino en Chicago "cuando yo andaba metido en la mafia de los bootleggers" y también a Al Capone, quien fue uno de los personajes que lo impulsaron a entrar en el cine, aunque murió unos días después de que se conocieron. Don Adolfo de la Huerta fue otro personaje que le dijo: "Mira, Emilio, se acabaron las revoluciones (él fue militar de carrera y se crió en la Revolución) y no debe haber más, pero hay un arma más fuerte que un cañón o un aeroplano: es el cine; aprende esa profesión." Entonces el Indio andaba por Hollywood, y como él relata:

Me tocó curiosear; yo veía fascinado el ambiente; eran tiempos muy espectaculares. Una vez vi pasar a Dolores del Río -era una estrella preciosísima- y dije: "Pues le entro al cine", y trabajé de extra en una película con ella. ¡Ni siquiera me miró! Pero así es el destino y ya ven lo que pasó. Es una gran compañera, amiga, y yo me siento orgullosísimo y muy agradecido a la vida y al cine de que me haya dado la oportunidad de estar cerca de ella y de tantas otras gentes tan interesantes.

Se habló también del talento joven, del viejo, y de ambos. Expresó:

Hay una gran capacidad, y si no están tan altos como deberían es porque el producto que se está fabricando es mediocre. Si el argumento y la dirección son malos, se hunde el actor, por más bueno que sea. En México tenemos una literatura muy rica, obras estupendas, cuentistas genios, pero no hay directores y productores para interpretarlos.

De películas diversas y de los países en que se filman también charlamos.

Los países socialistas tienden a hacer un cine, si no demagógico, sí dentro de una limitación, de un espíritu encauzado indirectamente; carece de libertad absoluta. Pero el cine es bueno. El cine que japonés me fascina, el italiano ni se diga (lamentó la muerte de Vittorio de Sica), y el francés…

Su próxima película es Zona roja. En su vida artística hubo dos influencias: Einsenstein y John Ford (con el primero se carteaba y de ahí que sus películas fueran las primeras que entraron a Rusia).

Mi cine es cátedra, exigencia del sexto año; además, hay un aula allá que lleva mi nombre.

Confiesa que "su" cine no interesó por algún tiempo, pero no se sintió discriminado.

Quizás; si me hubiera casado con la hija de algún productor... (risas de parte de todos) No crean, a veces lo pensaba yo seriamente.

Cuando le pidieron un mensaje para los jóvenes de hoy:

Antes que todo que tengan conciencia. Que es en ellos donde va a recaer el destino de nuestro país. Las experiencias de los mayores, deben ser un ejemplo, no para ser iguales, sino para mejorar y sobre todo deben tener la conciencia de la tradición mexicana, sin que por eso dejen de ir adelante con el progreso del mundo.

Cabe mencionar que el Indio nos sirvió tequila en vez de jugo de naranja, en copas que llenaba constantemente, y muchas de nosotras (el grupo periodístico de las Veinte mujeres) sin que él lo viera, regábamos con tequilita las plantas que había alrededor de la mesa.


(Tomado de: Krauze, Hellen – Pláticas en el tiempo. Serie: Alios Ventos. Editorial Jus, S.A. de C.V. México, D.F., 2011)