José “Huitlacoche” Medel fue un peleador hábil, rápido y de puños poderosos. Su manejo de la técnica era una cualidad que pocos boxeadores, en aquellos años, llegaban a desarrollar. Pero carecía de esa atracción que convierte a un buen púgil en objeto de idolatría. Aunque el escaso apoyo popular tuvo también otra razón: su inconsistencia. Cuando se trataba de defender el cetro lo hacía como un verdadero campeón; en cambio, en otras peleas, se comportaba como un bufón. El público no hacía concesiones ante la falta de entrega de Medel.
Pero había algo más, difícil de explicar pero bien digerido por la fanaticada: la afición nunca le perdonó a José Medel haber derrotado al ídolo del momento, José “Toluco” López y, además, ponerlo a un paso del retiro.
En un encuentro que la Comisión de Box organizó para definir al retador del “Toluco”, Medel y Lalo Guerrero se midieron en una memorable pelea, en octubre de 1958, que ganó el primero. Desde entonces, el “Huitlacoche” se declaró listo para compartir el ring en pelea titular contra el “Indio” de El Oro. Después de una serie de vicisitudes, en México y en el extranjero, “Toluco” cumplió con su compromiso de “recuperar” el cinturón que los comisionados le habían retirado por no defenderlo en los tiempos reglamentarios.
La pelea, como era de esperarse, levantó una gran expectación, y no sólo por el magnetismo del “Toluco” sino por la consolidación de Medel como un buen peleador de peso gallo. La cita fue en la Arena México, el 1° de agosto de 1959. Dos veces cayó “Toluco” a la lona, cuatro rounds le duró la condición física, ocho episodios más estuvo en el cuadrilátero sin atinar, falto de piernas, lento de reflejos. Luego, la decisión esperada: Medel era el nuevo campeón.
Fue una victoria merecida, tanto por la forma en que llevó la pelea esa noche, como por la trayectoria que fabricó durante años. Medel, originario de Tepito, fue otro de los que fracasaron en los Guantes de Oro cuando quedó eliminado en 1956. Ese mismo año debutó como profesional. Los dos siguientes fueron de incertidumbre y vaivenes entre derrotas, buenas peleas y pésimos combates.
Después de vencer al “Toluco”, se midió con el campeón mundial de los gallos, el brasileño Eder Jofre, quien lo sorprendió con un nocaut en el décimo asalto. Luego vino la pelea de revancha contra “Toluco”. De nuevo la afición ocupó todos los espacios de la Arena México, en noviembre de 1960, “fecha triste en la historia del boxeo mexicano”, apuntarían algunos. “Toluco” López -quien a principios de ese año parecía que entraba en su segundo aire- recibió la paliza de su vida. Desde el quinto round “Toluco” ya ni levantaba la cabeza; dos más y el mexiquense cayó a la lona. La grandeza de Medel se originó en la decadencia del gran ídolo de El Oro.
La carrera del “Huitlacoche” continuó entre vaivenes. “Incertidumbre, inconsistencia y fracaso cuando más necesario era el éxito. Excelente peleador, pero repudiado por las multitudes.” así describía Deporte Ilustrado, en 1965, la carrera de José Medel. Los años que duró como campeón portó la corona sin mayor lucimiento. La gente lo odiaba y sólo los de Tepito, su barrio, lo seguían con particular devoción.
(Tomado de: Maldonado, Marco A., y Zamora, Rubén A. - Cosecha de campeones. Historia del box mexicano II, 1961-1999. Editorial Clío Libros y Vídeos, S.A. de C.V., México, abril 2000)