lunes, 3 de noviembre de 2025

Las flores que vuelan: Estado de México-Michoacán

 


Las flores que vuelan: Estado de México-Michoacán 

"Son las que van por el día como un tigre alado", según el poeta Aridjis. Son las que pueden volar más de cinco mil kilómetros cada año sin descansar, según los biólogos. Son las que un día al año cubren el cielo, las que nunca han faltado la cita con la naturaleza desde hace más de 250 mil años, las auténticas reinas del aire: son las mágicas mariposas monarca

A pesar de los cientos de estudios y las decenas de reportajes que sobre ellas se han hecho, las mariposas monarcas siguen siendo un enigma  de nuestro México Mágico. Su instinto de inmigración, que las hace recorrer cinco mil kilómetros de distancia a una velocidad de 60 kilómetros por hora, no ha sido entendido del todo. Se sabe que llega, cómo llega, pero no por qué escogió como santuario un pedazo de nuestra magia. 

Si bien su objetivo es evitar los fríos invernales para encontrar un poquito de calor, hubiera podido establecerse en un lugar cálido más cercano. Quizá la razón de todo sea el encanto de su recinto amoroso, uno que conocieron virgen, abundante en árboles y plantas y que hoy es hospeado por cientos de curiosos que buscan atestiguar la trayectoria que con sólo imaginarla, cansa. 

Inician su viaje en el otoño, cuando sienten que el frío se acerca, se reúnen en grupos y empiezan La travesía, una penosa travesía en medio de fuertes vientos, lluvias. No todas cumplen su meta Pero las que sí llegan se encargarán de multiplicar la especie reponiendo a las que murieron en el camino. 

Al llegar al santuario de las mariposas monarca se siente la magia de millones de insectos que como dijo el mismo Aridjis, brotan secretamente de árboles oscuros. Ya establecidas en la zona mágica, que por razones obvias no queremos ubicar, alfombran el suelo, tapizan los árboles y prácticamente se confunden con el follaje. 

Las monarca se adueñan de toda la magia que antes de su llegada se distinguían. Cinco mil mariposas cubren una sola rama que a razón de seis gramos por insecto cae vencida por el peso en algunas ocasiones. 

El santuario de las monarca está hecho para que se reproduzcan ya que cuando llega la primavera, las mariposas emprenden el camino de regreso; otros cinco mil kilómetros para seguir cumpliendo su ancestral ciclo. 

Nacen en un lugar, vuelan a otro y se reproducen aquí, sin conocer previamente una ruta, sin verificar un mapa, sin hacer grandes planes, las monarcas nunca fallan, saben lo que hacen y por qué. Algunas monarcas que llegan de regreso al Canadá son las nietas y bisnietas de las mismas que salieron en otoño rumbo a una magia que sólo pertenece a nuestro México.


(Tomado de: Sendel, Virginia - México Mágico. Editorial Diana, S.A. de C.V., México, D.F., 1991)