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jueves, 1 de diciembre de 2022

Anabel Ferreira

 


Comediante popular a principios de los años noventa, parecía en sus inicios encaminarse por un rumbo alejado de la farándula. Estudió Administración de Empresas, Historia del Arte, Turismo e Idiomas, pero la atrajo la televisión.

Se inició como conductora del programa infantil Operación contacto, al lado de Rogelio Moreno, para más tarde hacerse cargo de la sección "La hora juvenil" de Siempre en domingo, maratónico programa de Raúl Velasco.

Como actriz participó en la telenovela Principessa, al lado de Irán Eory, y en el melodrama histórico Senda de gloria (1987). Sin embargo, su verdadera e innata vocación la encontró, sin embargo, en el programa de comedia Anabel, donde debutaron dos nuevos valores de la comicidad: Eugenio Derbez y Mario Bezares.

Entre sus personajes más populares están: Coralia que protagonizó el video-home Una boda y siete funerales (1996), Yadira, La lagartija karateka y la enfermera Chayo.

En septiembre de 2000 interpretó a Kena en la obra Todos quieren conmigo. Después de un receso obligado por motivos de salud, se reincorporó a la pantalla chica con el programa Esta noche Anabel, de Televisión Azteca.

(Tomado de: Cueva, Álvaro - Somos Uno, especial de colección, Las reinas de la risa. Alegría en pantalla chica. Año 12, núm. 216. Editorial Televisa, S.A. de C.V., México, D.F., 2002)

miércoles, 12 de octubre de 2022

Aída Pierce

 


Versátil y dotada de gran simpatía, ha incursionado en la actuación, el canto, el teatro y la comedia con buena aceptación. Devota desde adolescente de la cantante Rocío Dúrcal, su primera vocación fue la musical, misma que patentizó en 1983 al participar en el Festival OTI Nacional con la canción "Sonríe, sintonízate de mi alegría", que fue finalista. Pero no continuó por este rumbo, sino por el actoral.

Incursionó en el teatro serio con Las amargas lágrimas de Petra von Kant, y en 1985 con la comedia musical con Mame, producida por Silvia Pinal.

Pero, sin lugar a dudas, su mayor talento es la comedia, como lo mostró su afortunada personificación de doña Tecla, en el programa de televisión Alegrías del mediodía (1981), y en la serie La matraca (1981).

También participó en El hospital de la risa, La carabina de Ambrosio y Salón de belleza. En el cine apareció en Se equivocó la cigüeña (1992), de María Elena Velasco. Entre sus más recientes trabajos está la comedia gay ¡Amigas, no amantes! (1998), que escribió, dirigió y actuó.


(Tomado de: Cueva, Álvaro - Somos Uno, especial de colección, Las reinas de la risa. Alegría en pantalla chica. Año 12, núm. 216. Editorial Televisa, S.A. de C.V., México, D.F., 2002)



lunes, 12 de septiembre de 2022

María Antonieta de las Nieves, La Chilindrina

 


María Antonieta de las Nieves Gómez Rodríguez comenzó su carrera en doblajes y programas del antiguo canal 13, como Pampa Pipiltzin, El club de Shori y Los supergenios de la mesa redonda

En 1970 Roberto Gómez Bolaños "Chespirito" creó el personaje de "La Chilindrina", una miope, pecosa, chimuela y lacrimógena niña que le hacía la vida más difícil al ingenuo Chavo del Ocho (1970-1995). Con este personaje continuó con él fuera de la pantalla chica.

Asociada con Walter Fuentes Gasca, encabezó el llamado Circo de La Chilindrina. Antes de su definitiva trayectoria televisiva, apareció en las cintas El amor de María Isabel (1968), de Federico Curiel, y Sor Batalla (1990), de Jesús Fragoso.

Con Roberto Gómez Bolaños actuó en los filmes El chanfle (1978), de Enrique Segoviano, El chanfle 2 (1981), Charrito (1983), y Don Ratón y Don Ratero (1983), de Roberto Gómez Bolaños. Además, en plan estelar hizo La Chilindrina en apuros (1984), dirigida por Juan Antonio de la Riva.


(Tomado de: Cueva, Álvaro - Somos Uno, especial de colección, Las reinas de la risa. Alegría en pantalla chica. Año 12, núm. 216. Editorial Televisa, S.A. de C.V., México, D.F., 2002)


lunes, 15 de agosto de 2022

Florinda Meza

 


Es otra de las figuras que gracias a su participación en los programas El Chapulín Colorado y El Chavo del Ocho, series en las que dio vida a personajes como "La Popis", "Doña Florinda" y "La Chimoltrufia", han logrado popularidad tanto a nivel nacional como internacional.

Florinda Meza García nació el 8 de febrero de 1848 en Juchipila, Zacatecas. Estudió arte dramático con Luis Gimeno y André Moño, en la escuela de la Asociación Nacional de Actores (ANDA). Debutó en teatro profesional en 1968 en la obra No, no, Nanette. Hizo burlesque, show-cabaret y en la obra musical Títere llevó el papel estelar.

Su desempeño actoral le permitió incursionar en la pantalla chica en series como Teatro semanal, y posteriormente en las telenovelas El amor tiene cara de mujer, Las fieras, Los hermanos coraje, además de realizar una actuación especial en Mundo de juguete.

La mancuerna con Roberto Gómez Bolaños se inició en 1971 a raíz de su participación en el programa La media naranja. A partir de entonces, ella y "Chespirito" han trabajado juntos no sólo en la pantalla chica, sino también en teatro en obras como 11 y 12, y en cine: El chanfle (1978), y El chanfle II (1981); Charrito (1983), Don Ratón y Don Ratero (1983) y Música de viento (1986).

En octubre de 1990 realizó la telenovela de época Milagros y magia, en la que participó como escritora, productora y actriz. También produjo Alguna vez tendremos alas, protagonizada por Humberto Zurita y Kate del Castillo, la cual salió al aire el 6 de enero de 1997.

Florinda Meza, al igual que la mayoría de las comediantes, ha interpretado papeles de mujer poco agraciada, como si el estigma de las comediantes fuera ser feas y desaliñadas para resultar jocosas.


(Tomado de: Cueva, Álvaro - Somos Uno, especial de colección, Las reinas de la risa. Alegría en pantalla chica. Año 12, núm. 216. Editorial Televisa, S.A. de C.V., México, D.F., 2002)



jueves, 23 de diciembre de 2021

Lucina Joya

 


De origen y año de nacimiento desconocidos, interpretó en 1907 el personaje de "la industria" en la pieza teatral Fiestas patrias, y a María en la famosa obra En la hacienda.

Formó parte de la compañía del cómico Beristáin quien, a principios de la primera década, se presentó en el populachero teatro María Guerrero y en el Apolo.

Ahí la actriz representó en 1914 La onda fría. Por el despiadado apunte que le hizo el entonces caricaturista José Clemente Orozco, publicado en El Malora en julio, se desprende que tenía rasgos indígenas, enorme boca y estaba entrada en carnes.

En septiembre de 1919 Carlos M. Ortega, bajo el seudónimo de Crispín, consideraba que tras la muerte de "La Trujis" su heredera era Lucina Joya, ya que era "una aventajadísima discípula de Emilia Trujillo, y quizá siga en orden meritorio a "La Cachito", tan celebrada en sus creaciones de género nacional".

Después de ver su actuación en Viaje redondo, el crítico Silvestre Bonnard (Carlos Noriega Hope, responsable del guión) comentó en Cine Mundial que "Beristáin no debió tener muchas dificultades para crear al protagonista, puesto que está cortado con los mismos moldes que nuestras zarzuelas típicas, en la que es maestro [...].

"Lucina Joya ha desempeñado su parte con el acierto de siempre (.) y los demás tampoco desmerecen. Podemos conformarnos con que la próxima sea igual."

Pero no habría "próxima vez", como lo apunta Gabriel Ramírez en Crónica del cine mudo mexicano. Después de esta incursión, Lucina Joya subió a los escenarios para actuar en las revistas políticas El tesoro del Pánuco (1920) y Los bolcheviques (1921).

Se desconoce cuándo cayó definitivamente el telón en la vida de esta pionera del cine mudo y del teatro mexicano.

(Tomado de: Ceballos, Edgar - Somos Uno, especial de colección, Las reinas de la risa. Año 12, núm. 216. Editorial Televisa, S.A. de C.V., México, D.F., 2002)

viernes, 22 de octubre de 2021

Figuras señeras del espectáculo, inicio del siglo XX

 


La llegada del siglo XX trajo aparejados para México cambios en todos los aspectos, principalmente en el social y económico, mismos que repercutieron en muchos otros.

Sustituido únicamente por la gestión del tamaulipeco Manuel González (diciembre de 1880 a noviembre de 1884), el general Porfirio Díaz se mantuvo en la presidencia del país de noviembre de 1876 a mayo de 1911.

Se conjuntaron así más de 30 años de modernidad -abundaron grandes obras materiales- de fiestas elitistas de oropel, de un Congreso y gobiernos estatales serviles, de una prensa aduladora y de férrea represión y aplastamiento contra disidentes políticos.

Esas autoridades -como las de Europa y Estados Unidos- celebraron el arribo de una nueva centuria el 1 de enero de 1901. El escritor Federico Gamboa redactó en su diario que, al fenecer la última noche del siglo XIX, comenzaron a escucharse cohetes, dianas, repiques de campanas de templos y silbatos de máquinas para saludar "a este primer año del siglo XX".

Este cambio, sin embargo, no tuvo mayor repercusión en los escenarios teatrales como se desprende de lo consignado por el historiador Enrique de Olavarría y Ferrari en su monumental Reseña histórica del teatro en México.

"Sin traer consigo novedad alguna -sostuvo-, dio principio el Siglo Veinte (.) y brilló el sol del martes 1 de enero de 1901: no vale la pena [...] decir más acerca de ello."

Figuras señeras

El medio del espectáculo vivía entonces una enorme crisis. En el caso de la incipiente industria fílmica, 20 de los 22 locales cinematográficos de la ciudad de México cerraron sus puertas, debido a los continuos escándalos generados por el público, inconforme por la repetición de películas.

El teatro no era la excepción. Como su precio de entrada era relativamente barato, los artistas -la mayoría de ellos improvisados- enfrentaban abiertamente las agresiones del populacho.

Demolido el Gran Teatro Nacional -ubicado en la calle de Vergara, hoy Bolívar- los foros que funcionaron en la capital durante 1901 fueron, entre otros, el Principal -que se consolidó en "La Catedral de la Tanda"-, el Renacimiento -de moda y que más tarde se convertiría en el Virginia Fábregas- y el vetusto Arbeu (inaugurado en 1875). También estaban el Hidalgo, el María Guerrero y varios jacalones. El único circo que llevaba variedades diversas a los citadinos era el de los hermanos Orrín.

Las zarzuelas españolas tenían gran arraigo en esos espacios. En el Principal, dos tiples del género se disputaban los aplausos de los encendidos tandófilos: la española Rosario Soler, apodada "La Patita", y la mexicana Luisa Obregón.

En una lista, dada a conocer en 1899 por la Agencia Teatral de Manuel Castro y Compañía de México, aparecen registrados 217 artistas que se presentaban en la ciudad de México. Entre los 15 tenores sólo destaca José Vigil y Robles, quien después descolló como compositor del teatro de revista.

En cuanto a tenores cómicos figuran Eduardo Bachiller, Carlos Obregón, Anastasio Otero y Ricardo Pardavé. Ninguno de los 15 barítonos y de los 19 bajos alcanzaron la fama, a excepción de Eduardo "El Nanche" Arozamena -después director de cine mudo y actor incidental en numerosas cintas en la etapa sonora-, y el español Francisco Paco Gavilanes, toda una leyenda en el teatro ligero.

Un solo actor figura en la relación: Miguel Inclán, padre de la tiple Guadalupe Inclán y del célebre histrión del mismo nombre que caracterizó villanos en la época dorada del cine mexicano.

De las 26 tiples de zarzuela citadas por la mencionada agencia, actualmente reconocemos a Delfina Arce, madre de Joaquín Pardavé; Esperanza Iris, quien se consagraría después como la Reina de la Opereta, y a la hermosa Elena Ureña.

De las 11 características -es decir, cantantes y actrices que interpretaban papeles de personas de edad-, sobresalió la española Etelvina Rodríguez, quien noche a noche hizo reír a los tandófilos del Principal.

Tomado de: Ceballos, Edgar - Somos Uno, especial de colección, Las reinas de la risa. Año 12, núm. 216. Editorial Televisa, S.A. de C.V., México, D.F., 2002)


jueves, 15 de abril de 2021

Maria Elena Velasco, La India María

 


Nació y creció en el estado de Puebla, pero al morir su padre se trasladó a la ciudad de México. Allí intentó estudiar la carrera de Medicina pero, ante la imposibilidad de hacerlo, ingresó como corista a los Teatros Tívoli, Marco e Iris y a los cabarets El Burro, Las Mil y Una Noches y El Satélite, propiedad de Germán Valdés "Tin-Tán".

A fines de 1968 interpretó por primera vez a "La India María", personaje inspirado en los indígenas mazahuas que emigran a la ciudad de México; sin embargo, su nombre y mote artístico aparecieron en los créditos de la cinta El bastardo (1965), de Arturo Martínez.

Obtuvo gran popularidad con sus actuaciones en el programa de televisión Domingos espectaculares (1969) que, conducido por Raúl Velasco, primero se transmitió por Canal 8 y después por el 2, donde alcanzó la fama.

Gracias a la popularidad de su personaje -inédito y marginal pero gracioso-, le ofrecieron su primer película: Tonta, tonta, pero no tanto (1971), dirigida por Fernando Cortés. A ésta le siguieron Pobre pero honrada (1972), La madrecita (1973), El miedo no anda en burro (1973), Algo es algo dijo el diablo, La presidenta municipal, Duro pero seguro (las tres de 1974), y La comadrita (1975), todas realizadas por Fernando Cortés; Sor Tequila (1977), de Rogelio A. González; Okey Míster Pancho (1979), y El que no corre, vuela... (1980), ambas de Gilberto Martínez Solares, entre otras.

Actriz de enorme popularidad en teatro y televisión, ha pasado a la historia del cine mexicano por ser la primera y única cineasta del siglo XX de origen cómico al dirigir sus películas El coyote emplumado (1983), Ni Chana ni Juana (1984), Ni de aquí ni de allá (1987), y Se equivocó la cigüeña (1992).

Casada con el coreógrafo ruso-argentino-mexicano Vladimir Lipkies, conocido como Julién de Meriche, procreó a María Goreti y a Alejandro Lipkies, quienes en la década de los noventa se convirtieron, respectivamente, en productora y director de su cinta, Las delicias del poder (1998).

Tomado de: Ceballos, Edgar - Somos Uno, especial de colección, Las reinas de la risa. Año 12, núm. 216. Editorial Televisa, S.A. de C.V., México, D.F., 2002).

martes, 30 de marzo de 2021

Maria Victoria


La jalisciense nacida en 1933 inició su carrera a los nueve años de edad como "partiquina" y la consolidó una década después como intérprete de boleros. En sus inicios recorrió el país durante cuatro años con la caravana artística de Paco Miller, donde conoció al que sería su primer esposo: Jorge Molmer.

En 1950 empezó a trabajar en el Teatro Margo donde, además de cantar, hizo sketches al lado de José "El Ojón" Jasso, Chelo "La Rue" y Pepe Guízar. En ese mismo foro causó furor por sus vestidos entallados que resaltaban sus amplias caderas.

Su estilo interpretativo suave y sensual se plasmó en su primer éxito musical; "Soy feliz", de Juan Bruno Tarraza. Como cantante ha grabado más de 50 discos, obteniendo un centenar de premios.

En su faceta de actriz se consagró como la respondona pero bondadosa criada Paquita Pérez en Los paquetes de Paquita (1954), de Ismael Rodríguez, donde interpretó el antecedente del que sería su personaje más significativo: Inocencia.

Asimismo, actuó en la obra La criada malcriada, inspirada en La doncella es peligrosa, de Serge Vever. Fue el éxito de esta puesta en escena lo que hizo que Víctor Fox la llevara a la televisión con el título de La criada bien criada (1969-1980).

A su vez, para aprovechar la popularidad lograda por la serie, protagonizó las cintas La criada bien criada (1970), y La criada maravilla (1978), ambas de Fernando Cortés. Al concluir ésta encabezó sin éxito otras como La casa de huéspedes (1980) y Las chambas de Paquita (1984). En abril de 1998 regresó al teatro con Las muchachas del club, de Iván Menchell.

Acerca de Inocencia, el crítico Tomás Espinoza advirtió que esté personaje decente y virginal, siempre escoltado por sus dos escuderos, era inexistente. " [...] la imagen de María Victoria como fámula no sé a qué realidad de país imaginario, exótico o extraterrestre pertenezca; las sirvientas no hablan, no visten, no se peinan como ella, más bien parece mesera de café de chinos, o con mucha imaginación, criada parisina de (la revista) Ja-Ja".

(Tomado de: Ceballos, Edgar - Somos Uno, especial de colección, Las reinas de la risa. Año 12, núm. 216. Editorial Televisa, S.A. de C.V., México, D.F., 2002).





jueves, 18 de febrero de 2021

Hortensia Clavijo y Josefina Olguín, Las Kúkaras

 


El dueto formado por Hortensia Clavijo y Josefina Olguín debutó con este chusco nombre el 4 de octubre de 1950 en el Teatro-Salón Petit.

Hija de artistas del circo Beas, la primera de ellas nació en Atlixco, Puebla, pero se estableció en la ciudad de México donde, luego de intentar estudiar para partera, terminó actuando en teatrillos populares. En sus inicios hizo pareja con Déborah Zita para debutar en el Teatro-Salón Noris.

Josefin Olguín, por su parte, nació en Chihuahua en el seno de una prolífica familia formada por 13 hermanos. Empezó su carrera artística como acróbata en la Compañía de Revistas de Carlos Gómez "Don Chema", y más adelante se unió a Hortensia Clavijo para presentarse como Las Kúkaras.

Después de su debut teatral, la mancuerna participó en la industria radiofónica -de 1951 a 1959- y en la cinematográfica. En esta última en películas como Estoy taaan enamorada (1954), de Jaime Salvador; El Águila Negra contra los enmascarados de la muerte, de Ramón Peón; Al compás del rock'n roll (ambas de 1956), de José Díaz Morales; Bajo el cielo de México, de Rafael Baledón, La esquina de mi barrio, de Fernando Méndez; Rebelde sin casa (las tres de 1957), de Benito Alazraki, y Pancho Villa y la Valentina (1958), de Ismael Rodríguez.

El dueto se desintegró en 1959, y Hortensia Clavijo hizo mancuerna con Lucha Palacios, hermana del actor cómico Manuel Palacios "Manolín".

(Tomado de: Ceballos, Edgar - Somos Uno, especial de colección, Las reinas de la risa. Año 12, núm. 216. Editorial Televisa, S.A. de C.V., México, D.F., 2002)



miércoles, 9 de diciembre de 2020

Amelia Wilhelmy

 

(La de Juan Mariguano fue una de las caracterizaciones más celebradas de Amelia Wilhelmy)

Su carrera inició en las carpas durante los años veinte y, al poco tiempo, llegó a infinidad de escenarios importantes, primero como variedad en las salas de cine y luego como actriz.

Primogénita de la actriz Refugio Juárez y del tenor cómico Adolfo M. Wilhelmy, nació en Mazatlán, Sinaloa, el 29 de mayo de 1901, durante una gira realizada por sus padres en el noroeste de la República.

A los seis años de edad debutó en el Teatro Escobedo de Guaymas, Sonora, como integrante de la compañía de zarzuela "Arcadio Mendoza Negrón".

Su encomienda no fue fácil, ya que hizo una imitación de Emilia Trujillo "La Trujis", frente a la propia tiple cómica.

Luego de sortear aventuras y desventuras románticas con el director de orquesta Juan Antonio Pérez -con quien procreó a su primogénito Luis- y con el actor cómico José Muñoz Reyes "Chupamirto" -padre de sus hijos Refugio y Luis Armando-, la actriz fue descubierta en 1928 por Roberto "Panzón" Soto en el salón Rívoli, interpretando personajes de "peladas" o borrachitas.

Al preguntársele por esos días si había surgido de teatrillos o carpas, ella respondió: "No. Hacía mucho que tiempo que ya no trabajo en esos lugares. No obstante, ¡cuidado, va usted a creer que yo reniego de ellos! No, señor. Toda mi vida de arte la he pasado en las carpas de los suburbios. Ahí me he formado. Me he ido superando poco a poco, hasta donde me ha sido posible. Me he dado a conocer a públicos que, a pesar de su humanidad, son a veces más comprensivos que otros aparentemente más selectos. Por eso, pues, a nadie oculto ni ocultaré nunca que empecé a adquirir mi personalidad en las carpas".

El 3 de febrero de 1928 debutó exitosamente en la revista Así se gobierna, interpretada por la compañía de "El Panzón" Soto en el Teatro María Guerrero. Ahí interpretó por primera vez a su Juan Mariguano, personaje complementario de Doña Grifa, popularizado ocho años antes por Guadalupe Rivas Cacho.

"Ésta es la caracterización que ha gustado quizá más al público. ¿Por qué? Es muy sencillo: yo he estudiado profundamente a estos juanes desventurados, que aprovechan los asuetos del cuartel, visitan, a escondidas de sus superiores, las cantinas y las pulquerías de las barriadas de México. Y ya ebrios hablan de sus campañas militares. Sus fantásticos triunfos. Su arrojado valor y heroísmo. Y todo esto salpicado con las citas de algunos jefes: mi general Villa..., mi general Diéguez..., mi general Obregón [...]".

(Junto con Delia Magaña -La Tostada- fue La Guayaba)

Destruyendo el pasado

En octubre de 1936 siendo figura de primera línea, participó en la inauguración del Follies Bergere al lado de Mario Moreno "Cantinflas", Manuel Medel y Rosita Fornés.

El controvertido cineasta gallego Juan Orol fue el primero que le encomendó un rol cinematográfico en El derecho y el deber (1937), donde interpretó a "Checa".

Ese mismo año intervino en ¡Así es mi tierra! (1937), de Arcady Boytler, alternando con "Cantinflas" y Medel, pero se le recuerda más por su trabajo en Caminos de ayer (La mano de Dios, 1938), dirigida por el hispano Quirico Michelena. Encarnó a "La Chispa", gracioso personaje que baila repegado con Eusebio Torres "Don Catarino".

Al cabo de representar con éxito en la revista La segunda conquista (1939), al lado de Cantinflas, Amelia Wilhelmy se sobrepuso a sus enfermedades para intervenir en La abuelita (1942), de Raphael J. Sevilla, además de realizar temporadas en los Teatros Colonial, Follies Bergere y Lírico.

Los cuarenta fueron años sumamente productivos para su carrera fílmica. Participó en El capitán Malacara (1944), de Carlos Orellana, y ¡Qué verde era mi padre! (1945), de Ismael Rodríguez. Eso le reportó diversos elogios, como el del periodista José María Sánchez García quien, en septiembre de 1947, escribe que entre las "artistas mexicanas del género cómico-vernáculo, figura a la cabeza Amelia Wilhelmy, que ha conquistado aplausos a granel en los escenarios de toda la República, y que los sigue conquistando, sin que le haga sombra ninguna artista más joven y más atractiva que cultive el mismo género".

Ese periodo lo completó con Nosotros los pobres (1947), y secuela Ustedes los ricos (1948) -donde encarnó a la simpática teporocha "La Guayaba", pareja del "Planillas" (Ricardo Camacho) e inseparable compañera de "La Tostada" (Delia Magaña)-, además de No desearás la mujer de tu hijo (1949), y en su continuación La oveja negra (1949).

También actuó en Cabaret Shangai (1949), e Infierno de los pobres (1950), ambas de Juan Orol, y A.T.M. (A toda máquina, 1951), donde interpreta a una rechoncha conductora de diminutivo automóvil, bajo la dirección de Ismael Rodríguez.

Cuando trabajó en este último proyecto se encontraba aquejada de hemiplejía, enfermedad que la mantuvo postrada en una silla de ruedas durante sus últimos años de vida.

Para colmo, un día, al sufrir un ataque de nervios, destruyó sus recuerdos más preciados, quizá para olvidarse de que su existencia transcurrió exitosamente. Murió en 1964.

(Tomado de: Ceballos, Edgar - Somos Uno, especial de colección, Las reinas de la risa. Año 12, núm. 216. Editorial Eres, S.A. de C.V., México, D.F., 2002)

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Elisa Berumen


Enrique Alonso "Cachirulo", quien la vio actuar en escena, dice que de excelente cancionera y creadora de temas mexicanos y de tangos, "se convirtió en notable cantante cómica como no ha habido otra en nuestro país. Ella podía estar una hora en el escenario sin que las carcajadas del público decrecieran un solo minuto".

La tiple, compositora festiva y empresaria teatral nació en Chihuahua, tal vez en 1910. A los seis años de edad sus padres la llevaron al sur de Estados Unidos donde desempeñaron varios oficios.

Empleada en un restaurante, comenzó a escribir canciones y corridos nacionalistas. Su vena creativa fue tan buena que, a mediados de 1926, la llevó a grabar en Los Ángeles el tango habanero "Mal hombre".

Ese mismo año llegó a la ciudad de México para actuar en la pieza Éntrenle al toro, estrenada en el Teatro María Guerrero, donde alternó con Leopoldo Beristáin y Valentín Asperó.

En septiembre de 1927, entrevistada por una revista capitalina, la corpulenta y simpática tiple confesó pretender "mexicanizar" el teatro de revista, rescatarlo de la "pornografía" y de la imitación estadounidense y francesa. De ahí su afán por interpretar tipos populares como la china poblana o mujeres enrebozadas.

Al parecer fue en 1928 cuando contrajo matrimonio con el popular cómico Leopoldo Beristáin. Ambos recorrieron con su compañía todos los rincones de México.

Canciones y recuerdos

El domingo 9 de agosto de 1942 se presentó en la ciudad de México. Entonces ya estaba al frente del teatro-salón Modelo, que formaba parte del Circo Carnaval Beas-Modelo del afamado cirquero Francisco Beas. 

Mientras el tradicional espectáculo instalaba su enorme carpa en la primera calle de Niño Perdido, Elisa Berumen erigía su teatrillo en un predio de la esquina de Arcos de Belén y San Juan de Letrán. Adjunto al modesto salón se instalaron carros locos, volantines, la casa de Mamerto y aeroplanitos para niños de tres a siete años de edad.

En octubre de 1943 intervino en la fallida cinta taurina Palillo Vargas Heredia que, protagonizada por el actor cómico Jesús Martínez "Palillo" y el español Florencio Castelló, dirigió Carlos Béjar, hijo.

Mientras realizaba una gira por el noroeste de México, su esposo falleció a principios de 1948 en Tijuana. Al decidir enterrarlo en la ciudad de México, logró que sus restos fueran trasladados en un avión del heroico Escuadrón 201.

Al iniciar los años cincuenta participó en La reina del mambo (1950), cinta de Ramón Pereda, donde interpretó a una rijosa detenida en los separos del Ministerio Público. También encarnó a la madre del personaje de Amparo Arozamena en Ahí vienen los gorrones (1952), de Gilberto Martínez Solares.

Como intérprete de sus propios temas y cuplés tuvo largas temporadas en el Teatro Blanquita antes de ingresar a la Casa del actor. Condescendiente y hasta risueña, alguna vez cantó ahí sus chispeantes canciones, algunas de las cuales tenía escritas en un cuaderno escolar de forma italiana.

Así, entre canciones y recuerdos, pasó los últimos días, antes de morir en 1993.

(Tomado de: Ceballos, Edgar - Somos Uno, especial de colección, Las reinas de la risa. Año 12, núm. 216. Editorial Eres, S.A. de C.V., México, D.F., 2002)

miércoles, 28 de octubre de 2020

Emilia Trujillo

"La Trujis"

El libretista Carlos M. Ortega la considera la mejor tiple cómica, a quien "no se le ha hecho justicia en México [...]. Fue [...] creadora de los tipos nacionales, y su "borracha" dio pie a la caracterización que después le hemos visto a Lupe Rivas Cacho, Delia Magaña, Lupe Inclán y Amelia Wilhelmy.

"La Trujillo tenía mucho talento, una bellísima voz -aunque de escaso volumen-, y gran facilidad para repentizar y meter morcillas. Sólo que le faltó ambiente para triunfar y la mató el medio."

Se desconoce el año de nacimiento de esta hermosa triple tapatía que tuvo gran facilidad e ingenio para personificar a mujeres de baja ralea. Además caracterizó con dignidad a la pelada y a la mujer del arrabal.

Los teatros de provincia atestiguaron sus inicios en 1902. Años después se popularizó con la compañía de zarzuela de Arcadio Mendoza Negrón, aunque era famosa por cantar los atrevidos cuplés de "El amigo del alma", y por el sobrenombre, diminutivo de su apellido.

Si Leopoldo Beristáin desplazó al actor español Paco Gavilanes en el gusto de los tandófilos, Emilia Trujillo hizo a un lado a las tiples cómicas españolas al interpretar personajes mexicanos, allanando así el camino para que posteriormente surgiera Guadalupe Rivas Cacho.

En 1909 interpretó a una borracha arrabalera, de piquera, en México nuevo, cuyo prototipo sería después modelo para otras "teporochas" durante el siglo XX, tanto en el escenario, en el cine y la televisión.

Encantos de mujer

En el lugar de sus éxitos, en 1910 intervino en Violación postal, El monstruo sicalíptico, México en cinta, Enseñanza libre y en la versión mexicana de La corte del faraón. Al año siguiente, 1911, actuó en Encantos de mujer y fue la lujuriosa inquilina Doña Flora en El terrible don Juan.

En esta pieza, donde alternó con el célebre Leopoldo Beristáin -quien interpretaba a un ridículo Don Juan-, mantenía el siguiente diálogo:

Doña Flora: Permítame que me dé el gusto de sacársela yo misma.

Don Juan: ¿Que usted me la saque?

Doña Flora: ¿Le disgusta?

Don Juan: ¿Que usted me la saque?

El historiador teatral Armando de María y Campos refiere que durante su permanencia en el María Tepaches, "La Trujis" se convirtió en la amante del presidente Victoriano Huerta.

"La voz popular afirmaba que era "La Pompadour de Tepaches" del régimen. "La Dubarry de Petate" de los época porque un automóvil negro, manejado por un chofer de uniforme y con un ayudante del general [...] esperaba el fin de las "tandas" a las puertas del María Guerrero, para recoger a la simpática y alegre tiple tapatía y conducirla, a través de las sombras cómplices de la noche, al Café Colón, del popular y acomodaticio "Pajarón", en el Paseo de la Reforma, frente a la estatua de Cristóbal Colón.

"En uno de los reservados principales, es fama que la esperaba -rodeado por oficiales de su estado mayor y de funcionarios [...] militares- el dictador, y frente a él una copita de auténtico Henessy."

Debe tomarse con reservas el anterior testimonio consignado por don Armando de María y Campos, ya que, al revisar la cartelera del María Guerrero, de febrero de 1913 a julio de 1914, (periodo en el cual Huerta usurpó la presidencia), se descubre que Emilia Trujillo no actuó en el Tepaches.

También hay que poner en tela de juicio eso de que fue "La Pompadour de Tepache" o "La Dubarry de Petate", mote que otros atribuían al hecho de que el lugar de sus éxitos fuera el teatro María Tepaches con las revistas de Carlos M. Ortega. Este último ofrece otra versión a la del historiador teatral: ella fue efectivamente amante de un Huerta, pero de Jorge, uno de los hijos de Victoriano.

Desaparición inadvertida

Una vez caído el usurpador, la diva se encontró con muchas puertas cerradas, debido a sus simpatías con el régimen huertista. Ésta fue la razón de peso para retirarse del escenario y no sufrir las represalias de los triunfantes constitucionalistas.

Ante tal panorama, no intervino en ninguna cinta muda, cuando la industria fílmica en México comenzó a ser plataforma de diversas estrategias gubernamentales para impulsar su desarrollo.

Caso contrario fue el de muchas de sus compañeras del Teatro Apolo y Briseño, como Paquita Cirés Sánchez o de la caderona tiple argentina María Caballé, quien intervino en 1917 en un par de películas: la producida y filmada en Yucatán El amor que triunfa, de Manuel Cirerol Sansores, y En defensa propia, de Joaquín Cosa, de la que actualmente no existe copia.

Se desconoce dónde y cuándo falleció "La Trujis". Don Armando de María y Pablo Dueñas -éste último en su libro Las divas en el teatro de revista mexicano- señalan que fue en 1917, y el hecho pasó inadvertido. Aunque por un artículo de Ortega se desprende que fue a finales de 1919.

(Tomado de: Ceballos, Edgar - Somos Uno, especial de colección, Las reinas de la risa. Año 12, núm. 216. Editorial Eres, S.A. de C.V., México, D.F., 2002)

lunes, 30 de marzo de 2020

Elena Ureña


Su familia fue propietaria de una compañía teatral itinerante que recorrió el país. En esa empresa se fogueó el actor cómico Anastasio Otero (¿?-1924), conocido popularmente en la década de los diez como "Tacho".
El nombre de Elena Ureña aparecía entre las tiples que representaba Manuel Castro en su prestigiada agencia a finales del siglo XIX. En noviembre de 1902, en el teatrillo Riva Palacio, cantó "La Traviata".
Su enorme versatilidad le permitió interpretar a un sinnúmero de personajes populares y, con el paso de los años, se convirtió en actriz cómica. Incorporada al teatro de revista, fue la clásica Brígida en el Tenorio maderista (1911), de Luis G. Andrade, una voluminosa gata en 1913 (1913), e interpretó el papel de la presidencia en La huerta de don Adolfo (1919), estrenada el 7 de julio de 1920 en el Teatro Colón.
Gracias a sus kilos de comicidad actuó de pulquera en La locura nacional (1920), y caracterizó al paquidérmico, polémico y antimaderista tribuno Querido Moheno en La señora presidenta (1923).
En el cine mudo intervino en el melodrama campirano La puñalada (1922), de Rafael Trujillo, en el papel de una compungida madre. Raquel Ruanova y Miguel Wimer la acompañaron en esta historia donde "puñalada" significa traición amorosa.
También participó en las revistas de corte político Águila o sol (1923), La tiple de moda (1925), El otro juicio de la Madre Conchita (1|928), y La ley del trabajo (1931).
En 1928 apareció en una postal de la Compañía Industrial Fotográfica, graciosamente vestida de indígena, con calzón blanco, diminuto jorongo y huaraches, ofreciendo una mueca comiquísima.
En el cine sonoro participó en La Adelita (1937), única cinta dirigida por Guillermo Hernández Gómez; La india bonita (1938), de Antonio Helú, y en Mientras México duerme (antes Ruleteo, 1938), magistral película de Alejandro Galindo.
En noviembre de 1942, al lado de Guadalupe Rivas Cacho, Celia Montalván y Leopoldo Beristáin, Eduardo "El Chato" Rugama, Roberto "El Panzón" Soto y Joaquín Pardavé, fue distinguida en el Teatro Lírico por pertenecer a la farándula pionera del cine mexicano.


(Tomado de: Ceballos, Edgar - Somos Uno, especial de colección, Las reinas de la risa. Año 12, núm. 216. Editorial Eres, S.A. de C.V., México, D.F., 2002)

lunes, 6 de enero de 2020

Famie Kauffman, Vitola


Nació en Toronto, Canadá, aunque creció y se formó artísticamente en Cuba. A los 12 años de edad debutó en la estación de radio CMQ y en el teatro José Martí de La Habana. Fue el 11 de mayo de 1942 cuando adoptó el sobrenombre de "Vitola". 
A fines de 1943 llegó a la ciudad de México para presentarse en el Teatro Arbeu, donde impresionó a los espectadores con su desacralizante humor al interpretar el bel canto, su extrema delgadez y, sobre todo, su enorme estatura (1.78 metros).
Fue tal su éxito al ser promocionada como la única "soprano cómica" del mundo que la contrataron para actuar en el cine mexicano con Se acabaron las mujeres (1946), dirigida por el cubano Ramón Peón. Con el tiempo, su extraordinaria vis cómica fue aprovechada en las primeras películas de Germán Valdés "Tin-Tán". A la fecha ha actuado en 62 producciones. Su más reciente incursión en sets tuvo lugar en Lola, la trailera (1983), de Raúl Fernández. [Murió el 21 de febrero del año 2009]

(Tomado de: Ceballos, Edgar - Somos Uno, especial de colección, Las reinas de la risa. Año 12, núm. 216. Editorial Eres, S.A. de C.V., México, D.F., 2002)






lunes, 16 de diciembre de 2019

Lupe Inclán


En segundas nupcias, el actor Miguel Inclán procreó con María de Jesús Delgado a la tiple Guadalupe Inclán (1898-1956), y a Miguel Inclán (1900-1956), el despiadado villano de la Época de Oro del cine mexicano.
La actriz debutó en el teatro de revista como tiple cómica el miércoles 31 de diciembre de 1919 en la obra 19-20, de José F. Elizondo y Eduardo Vigil y Robles, estrenada en el Teatro Principal.
Sin embargo, esta experiencia compartida con Rosario Soler y Adelina Vehi, entre otras, resultó poco afortunada, ya que uno de sus cuadros -donde se exaltaba la figura de Porfirio Díaz como "héroe de la paz"-, derivó una noche en lluvia de proyectiles que culminó con la clausura del teatro-foro, y el arresto del director Eduardo Pastor.
En 1920 tuvo dos hijas gemelas: Gloria Alicia (fallecida en 1992) y Elena. Ambas debutaron en 1936 en el Teatro de la Tanda de Cuernavaca, estado de Morelos, bajo el sobrenombre artístico de Las Cuatitas. Gloria Alicia y el bailarín excéntrico Alfonso Jiménez "El Kilómetro" son los padres del cómico Rafael (Jiménez) Inclán.
En 1924 trabajó al lado de María Conesa en la revista Trapitos al sol, estrenada en el Teatro Regis.
Entre una veintena de participaciones en el cine sonoro, cabe resaltar sus actuaciones como la chismosa en María Candelaria (1943), de Emilio "Indio" Fernández; la mujer de Ponciano ("El Chicote") en Los maderos de San Juan (1946), de Juan Bustillo Oro; la criada Segunda en el tintanesco filme El niño perdido (1947); de Humberto Gómez Landero; Nicolasa en Las tandas del Principal (1949); de Juan Bustillo Oro; la portera doña Trini en El revoltoso (1951) de Gilberto Martínez Solares, y Chencha en Los hijos de María Morales (1952), de Fernando de Fuentes.
Mención especial merece su actuación en Capullito de alhelí (1944) que, bajo la dirección de Fernando Soler, le reportó ser nominada en 1946 al Ariel en la categoría de papel de Cuadro Femenino.

(Tomado de: Ceballos, Edgar - Somos Uno, especial de colección, Las reinas de la risa. Año 12, núm. 216. Editorial Eres, S.A. de C.V., México, D.F., 2002)