Un motivo de tristeza para la comunidad artística fue el deceso de Brígida Alexander, actriz de una gran trayectoria que, además, destacó por su enorme interés en la defensa de los derechos humanos.
Brígida Kaufman nació en Stuttgart, Alemania, el 9 de octubre de 1911. Sus padres eran judíos. Su tema de tesis fue Hölderlin, nombre del poeta en cuya calle transcurrió su niñez. Durante su adolescencia en Alemania fue actriz, militó en las juventudes socialdemócratas y, posteriormente, estudió derecho. Durante la segunda guerra mundial contrajo matrimonio con Alfredo Alexander, también de origen judío, quien formó parte de la Legión Extranjera francesa. La pareja Alexander tuvo tres hijos: Didier, Roberto y Susana, esta última heredera de la vocación artística materna. El exilio de Brígida Alexander comenzó en Suiza, y continuó en Francia hasta que, finalmente, se estableció desde 1942 en México.
Al enviudar, desempeñó diversas ocupaciones para poder sobrevivir, como mesera, vendedora, criadora de puercos, traductora, escritora, actriz, pionera de la televisión mexicana y productora de televisión.
En una obra de teatro conoció a Rodolfo Usigli, y a partir de entonces reinició en México su carrera como actriz. Desde entonces siempre trabajó con los grandes del teatro, como Luis de Tavira e Ignacio Retes. Tavira la consideraba como una actríz que jamás renunció a la postura crítica que era el sustento de su búsqueda y la garantía de su generosa disponibilidad. Sus principales papeles los escenificó en Noche de paz, Amor y crímenes en la casa de Dios, Los últimos, Las máquinas de coser, Nadie sabe nada y Jubileo, entre otras.
Su dominio de cinco lenguas y su vida llena de inquietudes le permitieron trabajar durante muchos años en la organización defensora de los derechos humanos Amnistía internacional, de la que fundó la Sección Mexicana. En 1984 publicó un libro con 16 cuentos, Breve episodio de la vida de una mujer gorda. En 1985 se incorporó al Centro de Experimentación Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes, dirigido por Luis de Tavira.
Después de haber interpretado su última obra, El 75avo. de Israel Horovitz, sobre dos personajes nonagenarios en el naufragio de la memoria, Brígida Alexander murió el 10 de mayo de 1995.
(Tomado de: Todo México 1996. Resumen ilustrado de los acontecimientos más importantes registrados en México en 1995 para la actualización de la Enciclopedia de México. Kentucky, EUA, 1996)
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