lunes, 21 de octubre de 2019

La pata de Santa Anna a la basura, 1844


1844


La pata de Santa Anna a la basura


El 6 de diciembre de 1844, el país entró en su enésima crisis gubernamental cuando se llevó a cabo una gran manifestación y los ciudadanos salieron a protestar por la miseria y el autoritarismo en que se vivía.
El presidente Santa-Anna era el principal motivo de escarnio y sobre él volcó su frustración el pueblo. A pesar de la fuerte vigilancia, no pudo evitarse que el 4, una estatua de bronce dedicada al general “Quince Uñas”, ubicada en la Plaza del Volador, apareciera por la mañana con una caperuza de ajusticiado y una soga atada al cuello. Antes de que le quitaran la caperuza, otros hombres lograron derrumbarla.
Otra estatua de tamaño colosal, construida en yeso y colocada en el Teatro Santa-Anna, también fue tumbada, haciéndola añicos,  pisoteándola por todo el mundo y lanzando los pedazos a la calle. En su lugar, un grupo de léperos colocó un letrero que decía:


En la torre de mis gustos,
donde tan alto te vi,
como el cimiento era falso,
otro subió y yo caí.


La peor venganza estaba por venir, cuando la muchedumbre enfurecida y lanzando los peores insultos contra Santa-Anna, se dirigió al Panteón de Santa Paula, situado al noroeste de la capital y profanando el cementerio, derribó el monumento donde se hallaba depositado el pie que perdió el general en una batalla contra las fuerzas francesas, el 5 de diciembre de 1838. “¿En dónde está la pierna?¡Queremos la pata de Santa-Anna, la pata que tan cara le ha costado a la patria!
Este monumento era un obelisco donado por Antonio María Exnaurrízar, tesorero del gobierno. El monolito se colocó sobre una columna, en una alta gradería; sobre su capitel dorado se había colocado una urna para resguardar la pierna amputada a Santa-Anna.
Con la multitud rabiosa, un grupo de músicos de la banda de la Escuela Correccional de Tlatelolco, llamada El Tecpan, cantaron el son de El Butaquito, con letra ocasional que la plebe cantaba con burla y rencor:


Santa-Anna como los gallos
nos canta y cacaraquea,
pero ya todos sabemos
de la pata que cojea.


El monumento fue completamente destruido. La ilustre pata de Santa-Anna fue extraida de la urna de cristal y, amarrada con un cordel, fue paseada por las calles de la ciudad, seguida de la plebe enfurecida.
La muchedumbre se dirigió a Palacio Nacional gritando insultos al general. “¡Ya el anticristo Santa-Anna tira patadas de ahogado!
Así, el pie del dictador anduvo un buen rato de “pata de perro”.
No faltó quien se escandalizara de ese acto bárbaro, ya que el “miembro que la patria había divinizado fue objeto de la burla salvaje de la plebe ignorante y beoda”.
El juicio final, anónimo, al Quince Uñas se expresó de la siguiente manera:


Cayó Morelos e Hidalgo,
cayó Iturbide y guerrero,
¿Cómo no ha de caer Santa-Anna
teniendo una pata menos?


Todas las protestas fueron realizadas por una multitud anónima y enardecida que se rebelaba ante la desvergüenza gubernamental.
En tanto, otro grupo había arrancado un busto del dictador que se hallaba en la fachada del Hotel Bella Unión, en Palma y 16 de Septiembre.
La represión no se hizo esperar y llenó de sangre a los protestantes cuando, en el mercado del Volador, un guardia disparó a un lépero que había lanzado una pedrada que dio en el ojo de un soldado. Como respuesta a la pedrada, los soldados dispararon sus fusiles; el hombre recibió una descarga de balas, muriendo en el acto. También cayeron dos inocentes que andaban por ese sitio: una mujer y un niño.
Una versión indica que el general Pedro García Conde recogió el pie del dictador, de mano de sus profanadores, hartos de reírse y burlarse de quien, a través de sus sucesivos gobiernos, los había conducido a vivir en la miseria.
Pero lo cierto, es que la pata desapareció para siempre, aunque Santa-Anna no, pues regresaría a gobernar nuestro país otro periodo más.


(Tomado de: Sánchez González, Agustín - Terribilísimas historias de crímenes y horrores en la ciudad de México en el siglo XIX. Ediciones B, S.A. de C.V., México, D.F., 2006)

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