viernes, 25 de abril de 2025

Cuando la gran inundación, 1888

 


Cuando la gran inundación


Tomado de México Gráfico

14 de octubre de 1888. 


Han de saber ustedes que hace muchos años llovió muchísimo, y se salieron de madre los ríos y las lagunas, derramándose sobre todas las calles; pero tanto, tanto, que se ahogaron muchos pobres que vivían en cuarto bajo, se cerraron las iglesias y los ricos salían en canoa. El señor virrey y el señor arzobispo andaban seguidos de muchas canoas con recaudo, manteca, pollos, carne y maíz, repartiendo a los pobres 

-¿Y todos se quedarían sin misa? 

-¡Qué se habían de quedar! Si ordenó Su Ilustrísima que en las bocacalles se pusieran tablados con su altar, y allí los señores sacerdotes ofrecían los domingos. Los ricos estaban contentísimos. Cómo no lo habían de estar, si a la puerta de sus casas les llevaban todo, y tenían canoas, que las alfombraron y les pusieron toldo con banderita, y así iban a visitar a las gentes, pudiendo meter esas canoas hasta las escaleras de las casas. 

-Pero eso sólo en los zaguanes anchos, porque aquí no hubieran podido. 

-Se entiende, hija, se entiende. Y como en México todo se vuelve farsa, cuando ya estaban acostumbrados salían en las noches de luna a cantar con sus guitarras los jóvenes de aquella época. 

-¡Ay! ¡Qué bonito hubiera sido estarlos oyendo desde un balcón, y luego ver alejarse la canoa con su remos chapaleando.

***

-Bueno, pero qué sucede, ¿nos inundamos o no?

-Pues no; porque ya hay unas bombas muy grandotas que están sacando el agua.

-¿Y para dónde la sacan?

-Pues para la laguna. 

-Y la laguna ¿para dónde la echa?

-Pues para México. 

-Entonces, ¿es el cuento de nunca acabar?

-Eso yo no lo sé. Es cosa que solo entienden los medidores que han nombrado el gobierno. Pero lo que sí les puedo asegurar a ustedes, es que habrá peste de enfermedades en cuanto se vaya las lluvias. Hay calles donde da dolor tener narices. 

-Todas las calles que se llaman puente es porque lo tenían, y ahora que no lo tienen no se puede pasar por ellas. 

-Será cosa de volver a poner los puentes y mandar hacer las canoas.


(Tomado de: Ruiz Castañeda, María del Carmen. La ciudad de México en el siglo XIX. Colección popular Ciudad de México #9. Departamento del Distrito Federal. Secretaría de Obras y Servicios, 1974). 

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