jueves, 29 de septiembre de 2022

Los jumiles, xotlinilli



Los jumiles de Taxco se desarrollan sobre los tallos y entre las hojas secas de los encinos pequeños. En el cerro del Huixteco el insecto es tan abundante que llaman jumileros a los nativos. Ellos, por su parte, celebran el día del jumil el 5 de noviembre. Estos insectos abundan de noviembre a febrero y desaparecen con las primeras lluvias, despiden un olor fuerte que se intensifica al tocarlos.

Cuando los recolectan, los guardan en canastones cubiertos con mantas ralas de algodón y se los rocían con agua para mantenerlos vivos, pues mueren pronto fuera de su ambiente. En el mercado los venden envueltos en hojas verdes de cucharillo (Quercus urbani), bien atadas para que no se escapen.

Los jumiles morelenses (Euchistus zopilotensis) son más pequeños, se encuentran en Cuachichinola y en Jamiltepec, donde se crían entre la humedad de las peñas del cerro. Se venden en los mercados de Cuautla y Cuernavaca. Para conservarlos, los echan en ollas de barro tapadas con hojas de maíz y les ponen una rama de laurel para entretenerles el hambre. Abundan durante el invierno.

Los jumiles también se comen tostados, acompañados de limón y sal, o en salsa de tomate de cáscara y chile guajillo. Asimismo, se preparan tostados y molidos con chile para espolvorear los alimentos y no falta quien se los coma vivos, en la creencia de que curan la dispepsia y las erupciones de la piel.


[Tomado de: Castelló-Yturbe, Teresa (texto y recolección), Presencia de la comida prehispánica. Fomento Cultural Banamex, México, 1986.]


(Tomado a su vez de: Vela, Enrique: Insectos en Mesoamérica. Usos y simbolismo, alimento y materia prima. Arqueología Mexicana, Edición especial #86. Editorial Raíces, México, 2019)

 

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