Carta de Matías Romero donde informa sobre Saligny, nuevo ministro de Francia en México, 1860
Washington, octubre 10 de 1860.
Excelentísimo señor ministro de Relaciones Exteriores
Heroica Veracruz
Excelentísimo señor:
Durante los tres días que pasé en Nueva York, a donde fui el 5 del corriente con el objeto que lo confidencial he tenido la honra de comunicar a V. E., me impuse de algunos pormenores sobre las ideas y miras en los asuntos de la República del Sr. Dubois de Saligny, nombrado ministro de Francia en México, que me apresuro a poner en conocimiento de V. E., para que el Supremo Gobierno pueda hacer de ellas el uso que estime conveniente.
Dicho señor tuvo una larga conversación con un francés que ha residido mucho tiempo en México, que está al tanto de los sucesos ocurridos últimamente en la República y que en la actualidad está establecido en Nueva York. En esa conversación, que fue bastante confidencial y familiar, el señor de Saligny dijo que el Emperador nunca ha tenido mala disposición contra el Gobierno Constitucional; pero que cuando supo que había negociado con los Estados Unidos el tratado de 14 de diciembre último [se refiere al Tratado McLane-Ocampo], le pareció más patriótica y nacional la causa del llamado Gobierno de la reacción; que el Sr. Saligny va a México como Ministro Extraordinario, en comisión especial, pues Mr. de Gabriac es todavía el Ministro en propiedad de Francia en México; que al discutirse en el Gabinete de las Tullerías la cuestión mexicana, sólo el Emperador y uno de sus Ministros estuvieron porque se considerara al Gobierno Constitucional como tal Gobierno y que se tratara con él; pero que todos los demás Ministros estaban porque no se considerara con aquel carácter a la facción conservadora: que el mismo Sr. Saligny antes de salir de Francia vio al Emperador para informarse de sus miras y deseos respecto de los asuntos de México, y que recibió de S. M. solamente la misión de mediar entre los dos Gobiernos que existen en la República para terminar la guerra que actualmente la ensangrienta; pero sin que estos buenos oficios importen intervención de ninguna clase.
El mismo señor dijo que tenía que hacer reclamaciones a ambos Gobiernos, pero que no haría al uno responsable de los perjuicios ocasionados por los agentes subalternos del otro, y que no urgiría por la satisfacción inmediata de dichas reclamaciones, sino que se limitaría a exigir que se reconozca su justicia y que se garantice suficientemente su pago para cuando el estado del país permita verificarlo.
Según manifestó, saldrá de Nueva Orleans por el vapor Tennessee el 1° de noviembre próximo, estará solamente unas cuantas horas en ese puerto por temor del mal clima y seguirá para la ciudad de México, de la que tal vez regresará a Veracruz en el invierno.
Asegura que va sin prevenciones y ninguna especie y con el único deseo de conseguir el término de las diferencias de los partidos contendientes; pero califica de cuerda, prudente y conforme con los usos europeos la conducta de Mr. de Gabriac al reconocer en 1858 al llamado Gobierno de don Félix Zuloaga como Gobierno de México, y dice que en el lugar de Mr. De Gabriac habría él hecho otro tanto.
Refirió por último, que en París vio al Sr. Lafragua y al Sr. Almonte; que ambos le hablaron en favor de los Gobiernos que representan; que las razones de los dos le parecieron fundadas y que quedó satisfecho con haber encontrado en ellos personas caballerosas que trabajan de buena fe por lo que cada uno cree que puede conducir al bienestar de su país.
Lo que tengo la honra de comunicar a V. E. para conocimiento del Excmo. señor Presidente, reproduciendo a V. E. las seguridades de mi muy distinguida y respetuosa consideración.
Dios y libertad.
Matías Romero.
(Tomado de: Tamayo, Jorge L. - Benito Juárez, documentos, discursos y correspondencia. Tomo 3. Secretaría del Patrimonio Nacional. México, 1965)
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