Población mexicana en Estados Unidos 1940-1970
El programa brasero 1941-1964
Durante la Segunda Guerra Mundial, a la que Estados Unidos se incorporó en 1941, el gobierno norteamericano, presionado por los empresarios agrícolas que dudaban no tener mano de obra para recoger las cosechas porque un alto porcentaje de trabajadores norteamericanos estaba en el frente de batalla o incorporados a la industria militar, negoció con el gobierno mexicano El que se llamó Programa Brasero", por medio del cual se contrataban trabajadores del campo para laborar en Estados Unidos. El programa se puso en marcha en 1942 y se renovó en 1948, ya terminada la Guerra Mundial. Los trabajadores eran transportados a la frontera, donde los colocaban en enormes corrales con un número colgado del cuello con el que el representante de su empleador lo identificaba. Antes de entrar a Estados Unidos eran obligados a desnudarse, para regarlos con líquido desinfectante. Una vez en territorio norteamericano dependían para todo de su empleador.
Para México se aseguraba un ingreso de divisas y el trabajador podía emplearse en Estados Unidos con gastos de transporte, vivienda y comida pagados por el empleador norteamericano. Esta condición en realidad casi nunca se cumplió, porque a los trabajadores les descontaban estos gastos de sus sueldos cuando estaban ya en su lugar de trabajo.
Miles de mexicanos emigraron a Estados Unidos y otros tantos ya no regresaron, muchos más llegaron durante el mismo periodo fuera del programa, indocumentados, porque existían fuentes de trabajo. Estados Unidos iniciaba una etapa de creciente prosperidad que duraría casi un cuarto de siglo.
Con este programa el influjo de inmigrantes se manipuló a la medida de los intereses económicos de la vecina nación. Entre 1954 y 1959, cuando el número de indocumentados se estimó amenazante, entró en acción la Operación Wetpack [conocida en México como Operación espaldas mojadas. De aquí se generalizó la denominación de mojados aplicada a todos los trabajadores indocumentados] para deportar a miles de mexicanos. Las violaciones al acuerdo constantes; no se defendían los derechos de los trabajadores ni se les daban las condiciones adecuadas de vivienda. Eran discriminados y maltratados. Eso provocó muchas quejas en México sobre el Programa Brasero. En respuesta, Jaime Torres Bodet estableció el Comité Mexicano contra el Racismo. Por estas razones, que se fueron acumulando a lo largo de los años, el presidente Adolfo López Mateos, de acuerdo con el gobierno norteamericano, dio por terminado el programa en 1964.
Al año siguiente, Estados Unidos aprobó una nueva ley de migración que establecía una cuota de 120 mil inmigrantes para todas las naciones del Hemisferio Occidental modificando el criterio anterior que le daba preferencia a los inmigrantes europeos. Los inmigrantes comenzaron a ser más visibles en la sociedad, y esto, para los sectores más conservadores, era amenazante por la idea que tenían de lo que debía ser la sociedad norteamericana.
1950-1970
Son significativas las cifras de la tabla 4, pues ya se trata de millones de personas. La población total de origen mexicano que se estimaba en 1 millón 729,000 personas en 1930, había aumentado cerca del 10 por ciento en la década, para llegar a 1 millón 904 mil en 1940. Esta cifra tiene un incremento de 600 mil en 1950 y de ¡1 millón 100 mil en 1960! En la siguiente década el aumento fue aún mayor. Para 1970 la población total llegaba a 5 millones 422 mil personas.
En esos años se consolida y acelera un proceso continuo de migración del campo a la ciudad. Los padres que pueden tratar de escapar del arduo trabajo agrícola a labores mejor pagadas y más descansadas y, desde luego, los hijos en general mejor educados, ya no quieren vivir tal como lo hicieron sus padres.
Así, los mexicanos se establecen en barrios que tienen un rápido crecimiento. El uso de la mano de obra mexicana se diversifica, muchos trabajan ya en la industria y en los servicios y los trabajadores del campo son minoría. Los inmigrantes se vuelven urbanos. Se trata de considerables cantidades que viven en barrios marginados, en el este de los Ángeles, en Houston, San Antonio, Dallas, Chicago, Denver, en condiciones penosas de pobreza.
La semilla del movimiento chicano está sembrada. Existen las masas descontentas que producen el caldo de cultivo. Masas formadas en su mayoría por hijos de mexicanos inmigrantes, los chicanos, aunque al movimiento acaban incorporándose muchos nacidos en México.
(Tomado de: Diaz de Cossío, Roger; et al. Los mexicanos en Estados Unidos. Sistemas Técnicos de Edición, S.A. de C. V. México, D. F., 1997)
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