Población mexicana en Estados Unidos 1970-1990
Quinto periodo: 1970-1990
La inmigración continuó, ya en número significativos, pues la situación de Estados Unidos era próspera y siguió mejorando el nivel de vida de su población. Se abrieron numerosas oportunidades de trabajo en todo el territorio porque muchos norteamericanos, incluso muchos mexicano-americanos ya no querían hacer trabajos pesados en el campo, la industria y los servicios. Tenían otras perspectivas. Al mismo tiempo, desde 1976 México empezó a entrar en una fuerte crisis económica de la que con altibajos no ha podido salir todavía
Veinte años de crisis en México, una política norteamericana más liberal y menos represiva, la atracción que representan para sus parientes y amigos en México, la gran cantidad de mexicanos emigrados que ya trabajan en Estados Unidos, pero sobre todo el imán de la economía norteamericana, han dado como resultado enormes incrementos en el flujo migratorio, con lo que la población de origen mexicano se ha disparado: de 1970 a 1990 pasó de 5 millones 422,000 a 14 millones, ¡un incremento de 9 millones en tan sólo 20 años!
En 1986, después de largos debates se aprobó una nueva ley de inmigración en Estados Unidos, conocida en México como la Simpson-Rodino. En realidad la versión que se aprobó fue la propuesta por los congresistas Simpson y Mazzoli en medio de la oposición de todos los líderes chicanos que la consideraban discriminatoria porque imponía multas a los patrones que contrataran indocumentados y propiciaba la discriminación laboral con todos los chicanos que tuvieran la apariencia de indocumentados. Hasta su nombre en inglés es amenazante: Immigration Reform and Control Act, IRCA.
Se temía en México que la aprobación de la ley fuera a dar lugar a deportaciones masivas, pero nada de eso ocurrió, quizá por dos razones. La primera porque la ley contenía una cláusula que regularizaba la situación migratoria de todos los que hubieran llegado antes de 1982. Por cierto que la labor de organizaciones como el Consejo Nacional de la Raza y el Fondo mi exicano Americano para la Defensa Legal y la Educación (NCLR y MALDEF, por sus siglas en inglés) fue decisiva para que se aprobara esa cláusula de amnistía. A ella se acogieron cerca de 2.3 millones de mexicanos indocumentados hasta entonces. La segunda razón fue que hubo presión por parte de los empleadores, sobre todo empresarios agrícolas de California, para no ser muy estrictos en su aplicación porque temían quedarse sin mano de obra barata para recoger las cosechas. Además, lograron una excepción para regularizar trabajadores agrícolas, a la que se apuntaron más de 650,000 mexicanos. En la práctica, la discriminación, aunque se dio, fue leve, y cambió entonces por completo la estructura de la comunidad mexicana recién llegada. Disminuyó el número de trabajadores indocumentados.
Una enmienda posterior a la Ley de Inmigración autorizó a los mexicanos a traer a sus familias, dos o tres personas por cada mexicano regularizado, que se aumentarían a la migración normal. Este proceso se ha dado durante los últimos años y cruzará las dos décadas, 1980-2000. Esto apoyaría los datos que muestran grandes crecimientos en estos años, como lo estima el Buró del Censo.
En la tabla 5 se muestra que para 1990 había una población total de 14 millones de personas, 4 millones 447 mil eran inmigrantes, es decir recién llegados, nacidos en México.
Por su parte, el Buró del Censo norteamericano en su informe más reciente sobre la población residente en Estados Unidos nacida en el extranjero, señala que los nacidos en México eran, en 1994, 6 millones 264 mil, de lejos el grupo más numeroso. El siguiente grupo fueron los filipinos con un poco más de 1 millón de habitantes (Hansen, 1995).
La situación actual: hasta 1995
La migración continúa. El Buró del Censo norteamericano estima que la población hispana en 1995 fue de 26.8 millones de personas de ambos sexos (Campbell, 1994). Suponiendo que la población de origen mexicano representaba el 65 por ciento de la hispana, ésta sería de 17.4 millones, un incremento en 5 años 3.4 millones sobre la población en 1990.
En otras palabras, la velocidad de crecimiento en la presente década es mayor que durante la década 1980-1990. Sigue el gran flujo de inmigrantes estableciéndose en Estados Unidos.
Una cuota inferior a las estimaciones del Buró del Censo la establece El Colegio de la Frontera Norte. Con una metodología refinada, basada en mediciones continuas realizadas a lo largo de la frontera, para 1994 indican que 800 mil mexicanos cruzaron la frontera para ir a trabajar a Estados Unidos. De ellos regresan 640 mil. Se quedan allá a residir más de un año, unos 140 mil, lo que daría 1 millón 400 mil por década. A estos números habría que agregarle los que llegan con visa y permanecen después de su vencimiento. Éste es un dato muy difícil de estimar. Cuando se levantan los censos, se registra a una parte de los que van y vienen, los migrantes y también a los descendientes de los que ya habitan allá, lo que explicaría por qué sus cifras son mayores y no comparables del todo.
El proceso actual es más complejo porque a los ciclos básicos anuales se superponen otros de mayor duración generados por los primeros. Muchos regresan después de 3 o 5 años de estancia. Esto se debe a cambios en lo que se cosecha y a modificaciones en la tecnología que generan trabajos durante doce meses. Las comunidades asentadas ya en Estados Unidos se extienden y generan otras nuevas.
En conclusión, el fenómeno de la migración de mexicanos a Estados Unidos ha sido un proceso continuo y creciente, con algún altibajo durante las últimas quince décadas. Es un proceso ineluctable, estructural en ambas sociedades, afectado en lo fundamental por factores económicos y mucho menos por las políticas gubernamentales, cualesquiera que hayan sido.
(Tomado de: Diaz de Cossío, Roger; et al. Los mexicanos en Estados Unidos. Sistemas Técnicos de Edición, S.A. de C. V. México, D. F., 1997)
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