De la entrada de Juárez a la ciudad de México
[1867]
Señores escuchen/la bendita nueva:
ya murió el austriaco,/ya ganó el chinaco.
El quince de julio
del año sesenta y siete,
entró don Benito Juárez
triunfante a la capital.
Después de años de fatigas,
la nación lo vio triunfar,
ya fue destruido el francés,
¡que viva la Libertad!
La guerra fue sangrienta,
pues los malos mexicanos,
que se cubrieron de afrenta,
se unieron a los tiranos.
Juárez, Iglesias y Lerdo,
Corona y Riva Palacio,
con inaudito valor
dominaron al traidor.
Y con las tropas mejores
combatieron bravamente,
derrocando a los traidores,
hasta que entró el Presidente.
La revuelta fue tremenda,
la lucha fue desigual,
mas la victoria estupenda
los trajo a la capital.
Don Benito les decía,
en días de tribulación:
-Combatamos con denuedo,
y que viva la nación.
Los soldados aguerridos,
con singular esperanza,
combatían sin vacilar
a los infames traidores.
¡Viva Juárez, mexicanos,
que viva la Libertad,
ya todos somos hermanos,
que viva la capital!
¡Que vivan todos los libres,
vivan los bravos soldados,
que vivan y que revivan,
toditos los mexicanos!
Ya con ésta me despido
de esta bella capital,
aquí se acaba el corrido
del triunfo de la nación.
(Tomado de: Mendoza, Vicente T. – Corridos mexicanos. Lecturas Mexicanas #71; 1a serie. Fondo de Cultura Económica, México, D.F., 1985)
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